SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.114 issue1Art as an instrument to develop communicational skills author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Archivos argentinos de pediatría

Print version ISSN 0325-0075On-line version ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. vol.114 no.1 Buenos Aires Feb. 2016

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2016.2 

EDITORIAL

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2016.2

Nuevos escenarios, los mismos problemas. Las infecciones en ámbitos de cuidado infantil

 

El incremento a nivel mundial de familias cuyas madres trabajan fuera del hogar ha generado una necesidad de espacios para el cuidado de los niños con diferentes modalidades. A fines del siglo XX, en Europa y América del Norte se impuso el modelo de guardería pública, con personal calificado, destinada a niños de todos los estratos sociales. En los países en desarrollo, los centros de cuidado de la primera infancia surgieron en la década del 70, como un esfuerzo para crear entornos protectores para niños pequenos en situaciones de vulnerabilidad social. Desde entonces, la demanda de estos servicios de atención sigue creciendo.1

En la Argentina, una alta proporción de los niños menores de 5 años asiste a algún centro de cuidado infantil. Aunque la información estadística con la que se cuenta al respecto no es completa, las crecientes listas de espera relevadas por entidades oficiales dan cuenta de una importante demanda.2,3 La oferta de cuidado para la primera infancia tiene gran variabilidad y puede encontrarse bajo cuatro modalidades básicas que son: centros estatales (jardín maternal público), jardines privados, dispositivos de dependencia municipal destinados a población vulnerable y espacios de gestión comunitaria que dan respuesta a necesidades de los sectores más pobres.4 Esta diversidad implica no solo diferencias en los objetivos primarios de cada ámbito sino también en la disponibilidad de recursos y capacitación del personal que podrían determinar dificultades para garantizar la implementación de un estándar mínimo de cuidado.

En este contexto las infecciones, que de por sí constituyen un problema de salud frecuente en los primeros años de vida, adquieren un carácter especialmente relevante.5 De acuerdo a lo observado en diferentes publicaciones6,7 , si bien es un tema ampliamente estudiado, resta conocer acerca de las estrategias más efectivas para la implementación constante y adecuada de medidas de prevención. La mayoría de estas acciones preventivas implican prácticas sencillas y de bajo costo. En este sentido las probables deficiencias de este sistema plantean un desafío similar a lo que ocurre con las infecciones en otras comunidades cerradas o poblaciones particularmente vulnerables. Esto incluye conocer el ámbito, generar una norma específica para el mismo, capacitar a los efectores, garantizar la implementación continua, de un mismo modo, la mayor cantidad de veces por la mayor cantidad de actores posibles.8

En los países de Latinoamérica, excepto Venezuela, no hay recomendaciones de prevención de infecciones para el personal de centros de cuidado emitidas por entidades gubernamentales nacionales.9 En nuestro país existe el Consenso sobre Prevención de Infecciones en Jardines Maternales y Escuelas de la Sociedad Argentina de Pediatría, dirigido a pediatras.10

En el marco del Programa de Prevención en Salud para Centros de Cuidado Infantil de FUNDASAMIN -Fundación para la Salud Materno Infantil-, se ha elaborado una Guía para el Personal. La misma reúne la evidencia pertinente sobre aspectos esenciales tales como los procedimientos de lavado de manos, cambios de panal y vacunación, entre otros. Se han incluido también aspectos organizativos inherentes a la gestión de un centro de cuidado saludable. Este documento es de de acceso libre y gratuito.11

Sin embargo, para garantizar la adecuada implementación de medidas de prevención efectivas, es imprescindible además, capacitarse, disponer de recursos mínimos, supervisar y relevar los datos que permitan conocer el impacto de esas acciones.

En estos nuevos escenarios en los que se desarrolla el cuidado infantil las infecciones son una de las problemáticas relacionadas a la salud, pero no la única. Otros temas tradicionalmente relegados al ámbito del hogar también merecen atención: lesiones no intencionales, sueño seguro, nutrición y ejercicio, entre otros. El abordaje de todos estos aspectos no debiera limitarse a las acciones internas del centro de cuidado sino trascender ese espacio e involucrar a la comunidad de influencia a través de la promoción de hábitos saludables.

Considerando el derecho de todos los niños a ser cuidados4 es necesario que cada uno de los actores se involucre desde su rol con el objetivo de generar ámbitos saludables dónde ejercer ese derecho. Educadores, cuidadores, equipo de salud, autoridades y comunidad compartimos la responsabilidad de trabajar activamente para el logro de ese propósito.

Dra. María Elina Serra y Líc. Rose Mari Soria

REFERENCIAS

1. Organización Internacional del Trabajo. Unbuen comienzo: la educación y los educadores de la primera infancia: foro de diálogo mundial sobre las condiciones del personal de la primera infancia. Ginebra: Organización Internacional del Trabajo; 2012.         [ Links ]

2. Rodríguez Enríquez C. La organización del cuidado de niños y niñas en Argentina y Uruguay. Serie Mujer y Desarrollo N° 90. Santiago de Chile: Naciones Unidas; 2007. [Consulta: 27 de octubre de 2015]. Disponible en: http://www.cepal.org/publicaciones/xml/5/32615/lcl2844e.pdf.

3. UNICEF, Universidad Nacional de San Martín. Servicios de atención a niños y niñas de 45 días a 36 meses. Buenos Aires: UNICEF; 2011. [Consulta: 27 de octubre de 2015]. Disponible en: http://www.unicef.org/argentina/spanish/Serv_Aten_Ninos_web.pdf.

4. Zibecchi C. Organizaciones comunitarias y cuidado en la primera infancia: un análisis en torno a las trayectorias, prácticas y saberes de las cuidadoras. Trab Soc 2013;(20): 427-47.         [ Links ]

5. Nesti MM, Goldbaum M. Infectious diseases and daycare and preschool education. J Pediatr (Rio J) 2007;83(4):299-312.         [ Links ]

6. Barros AJ, Ross DA, Fonseca WV, Williams LA, et al. Preventing acute respiratory infections and diarrhoea in child care centers. Acta Paediatr 1999;88(10):1113-8.         [ Links ]

7. Zomer TP, Erasmus V, Van Beeck EF, Tjon-A-Tsien A, et al. Hand hygiene compliance and environmental determinants in child day care centers: an observational study. Am J Infect Control 2013;41(6):497-502.         [ Links ]

8. Grupo Asesor Control de Infecciones y Epidemiología. Superar los obstáculos utilizando un "Conjunto de medidas para el cuidado de la salud". [Consulta: 27 de octubre de 2015]. Disponible en: http://www.codeinep.org/restricted/MARZ0%20DE%202008.pdf.

9. Serra ME. Prevención de infecciones respiratorias enjardines maternales: recomendaciones y revisión sistemática de la evidencia. Arch Argent Pediatr 2014;112(4):323-31.         [ Links ]

10. Sociedad Argentina de Pediatría. Consenso sobre Prevención de Infecciones en Jardines Maternales y Escuelas. Buenos Aires: SAP; 1997. [Consulta: 27 de octubre de 2015]. Disponible en: http://sap.org.ar/docs/profesionales/consensos/prevencionInfeccionesJardines.pdf.

11. Serra ME, Soria RM. Prevención de infecciones en centros de cuidado infantil. Guía para el personal. Buenos Aires: Dirección General de Ninez y Adolescencia, Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad de Buenos Aires; 2015. [Consulta: 27 de octubre de 2015]. Disponible en: http://fundasamin.org.ar/newsite/novedades/3357/