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Archivos argentinos de pediatría

versión impresa ISSN 0325-0075versión On-line ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. vol.114 no.2 Buenos Aires abr. 2016

http://dx.doi.org/hp:dx.doi.org/10.5546/aap.2016.114 

ARTÍCULO ORIGINAL

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2016.114

Asociación entre cantidad de sueño y obesidad en escolares chilenos

 

Dr. Samuel Durán Agüero y M. Cs. Pablo Haro Riverab

a. Dr. M. Cs. Nta. Carrera de Nutrición y Dietética. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad San Sebastián. Providencia, Chile.
b. M. Cs. Nta. Carrera de Nutrición y Dietética. Facultad de Salud. Universidad Santo Tomás, Viña del Mar, Chile.

Correspondencia: Dr. Samuel Durán Agüero, samuel.duran@uss.cl

Financiamiento: Ninguno.

Conflicto de intereses: Ninguno que declarar.

Recibido: 1-7-2015
Aceptado: 19-10-2015

 


RESUMEN

Introducción. Estudios mayoritariamente en adultos han mostrado una asociación entre cantidad de sueño y obesidad.
Objetivo. Determinar si existe una asociación entre la privación de sueño nocturno durante la semana y el fin de semana, los hábitos alimentarios y la actividad física con el estado nutricional en escolares chilenos.
Población, material y métodos. Estudio transversal. En estudiantes de 6 a 11 años, se realizó la evaluación antropométrica; a sus padres se les aplicó la encuesta de sueño de Pittsburg para evaluar la calidad de sueño de su hijo y se consultó sobre hábitos alimentarios y actividad física.
Resultados. Se evaluaron 1810 escolares de ambos sexos, pertenecientes a escuelas públicas de Santiago. El 49,9% de los escolares dormía menos de lo recomendado en la semana. Se observó una asociación en el modelo crudo (OR crudo 1,82; IC 95%: 1,29-2,56), el modelo 2 ajustado por bebidas cola (OR 1,83; IC 95%: 1,30-2,59) y el modelo 3 ajustado por consumo de cena, bebidas cola, bebidas con cafeína y nicturia (OR 1,85; IC 95%: 1,30-2,62). Se observó que realizar ejercicios era un factor protector frente al sobrepeso y la obesidad; en cambio, presentar movimientos de piernas durante la noche era un factor de riesgo.
Conclusiones. Hay una asociación entre menos horas de sueño e incremento del riesgo de sobrepeso/obesidad en la muestra estudiada.

Palabras clave: Obesidad; Sueño; Estudiantes.


 

INTRODUCCIÓN

El sobrepeso y la obesidad infantil presentan una preocupante tendencia al aumento tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo.1-3 Chile no es una excepción, donde la obesidad infantil en escolares de primer año básico casi se ha triplicado en los últimos 22 años: ha aumentado de 8,7% en 1989 a 23,1% en 2011.4 La obesidad infantil determina un aumento importante del riesgo de síndrome metabólico en los niños e incrementa el riesgo de patologías crónicas en la edad adulta, como hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia y enfermedades cardiovasculares.5

Las causas de la epidemia de obesidad no están completamente explicadas por los cambios en los factores de estilo de vida tradicionales, como la dieta (aumento de la ingesta alimentaria, aumento de tamanos de las porciones, incremento del consumo de azúcares, en especial, por bebidas azucaradas y bocadillos dulces) y una disminución de la actividad física.6 Recientemente, se ha propuesto que una reducción en la cantidad de sueño también puede ser una de las vías causales de la obesidad.7 Entre los posibles mecanismos, se pueden nombrar (a) la alteración en la regulación neuroendócrina y apetito y saciedad,8 (b) la alteración del metabolismo glucídico9 y (c) la desregulación del sistema nervioso autónomo.10

El sueño del recién nacido se considera policíclico, ya que hay múltiples períodos de sueño y vigilia durante las 24 horas. En promedio, un lactante duerme 15 horas con cortos períodos de vigilia.11 Esta cantidad se reduce a medida que aumenta la edad. La recomendación de sueño para un escolar de entre 5 y 10 años es de más de 10 horas.12 El sueño adecuado en la infancia y la ninez es importante para el crecimiento, el desarrollo físico y psicosocial. Una serie de estudios tanto transversales como longitudinales han vinculado el sueño de corta duración con el desarrollo de la obesidad.13,14 Estos estudios se han realizado, en su mayoría, en países desarrollados, pero hay muy poca información en países en vías de desarrollo.

El objetivo del presente estudio es determinar si existe una asociación entre la privación de sueño nocturno durante la semana y el fin de semana (FDS), los hábitos alimentarios y la actividad física con el estado nutricional en escolares chilenos.

POBLACIÓN Y MÉTODOS

Estudio de corte transversal. Se evaluaron escolares de ambos sexos, entre marzo y julio de 2014, pertenecientes a escuelas públicas de Santiago de Chile.

El criterio de inclusión fue ser escolares de entre 6 y 11 años de edad, y los criterios de exclusión correspondieron a aquellos escolares que no completaron la evaluación (antropométrica o la encuesta de sueño), escolares que presentaron trastornos de sueño en tratamiento médico y niños(as) que no vivían con sus padres.

El tamano muestral se calculó con un poder del 95%, un nivel de significancia del 5%. Se utilizó el artículo de Durán y cols.,15 que dio un número mínimo de 347 escolares.

El protocolo fue revisado y aprobado por la Universidad San Sebastián. A los padres se les pidió que firmaran un consentimiento y los escolares dieron su asentimiento para la evaluación.

Cuestionario de sueño

Se utilizó el Cuestionario Pediatric Sleep Questionnaire (PSQ), cuyas medidas de validez, fiabilidad y sensibilidad son superiores a 0,80,16 validada en español (ver Anexo en formato electrónico).17 La encuesta se realizó a los padres de los escolares para determinar el comportamiento durante el sueño de sus hijos.

Antropometría

Las variables antropométricas estudiadas fueron peso, talla y pliegue cutáneo tricipital. La determinación del peso (kg) se efectuó mediante una balanza mecánica, marca SECA, de precisión de 100 g, previamente calibrada con el mínimo de ropa posible.11 La estatura (cm) se obtuvo al medir al sujeto con un tallímetro portátil, marca SECA, de precisión 1 mm. El índice de masa corporal (IMC) se calculó dividiendo el peso por la talla al cuadrado -IMC = peso (kg)/talla2 (metros)-. Estado nutricional

Se clasificó según la norma técnica de evaluación del estado nutricional del niño de 6 a 18 años y se consideró normopeso al escolar que se encontraba entre el P10 y menos que el P85, sobrepeso al escolar que estaba entre el P85 y menos que el P95 y con obesidad al escolar que se encontraba en el P95 o superior.

Las mediciones descritas fueron realizadas mediante la estandarización de profesionales nutricionistas (utilizando técnicas internacionales).18

Alimentación

Se consultó, además, si consumían bebidas con cafeína (café, té o bebidas cola) antes de dormir (consumo > 1 taza/vaso/día) y si cenaban en horario posterior a las 21. Se consideró perjudicial el consumo de cualquier bebida con cafeína aunque fuese de forma ocasional (1-3 veces a la semana), ya que la cafeína afecta la cantidad de sueño.

Estadística

Los datos fueron procesados en una planilla de Excel y en el programa estadístico SPSS 22.0. Para evaluar la normalidad de las variables continuas (edad, peso, talla, horas de sueño), se utilizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Para las variables normales, se utilizó la prueba estadística t de Student y, para las no normales, la prueba U de Mann-Whitney. Además, se llevó a cabo un análisis de regresión logística para evaluar la asociación existente entre la cantidad de sueño durante la semana y el FDS y el estado nutricional, ajustando las variables bebidas cola, bebidas con cafeína, consumo de cena, nicturia, edad, actividad física, movimientos de piernas y ronquidos, y eligiendo 2 modelos de ajuste: uno solo con bebidas con cafeína (se utilizó esta variable, ya que los chilenos son uno de los mayores consumidores de bebidas cola del mundo) y el segundo sumando las otras variables. En todos los casos, se consideró significativo un valor de p < 0,05.

RESULTADOS

Se evaluaron 1810 escolares; 25 se excluyeron ya que sus padres no firmaron el consentimiento informado, y 2 de ellos estaban en tratamiento médico. El 44,5% era de sexo femenina; promedio de edad: 7,7 ± 1,2 años; peso: 30,2 ± 9,4 kg; talla: 129,9 ± 45,6 cm; IMC: 18,7 ± 3,1 kg/m2; horas de sueño durante la semana: 9,8 ± 1,0 horas; y durante el FDS: 10,8 ± 1,1 horas.

Se observan, en la Tabla 1, las variables antropométricas y las horas de sueño durante la semana y el FDS.

Tabla 1. Características generales de la muestra (n: 1810)

El 49,9% de los escolares duerme menos de lo recomendado en la semana; este valor disminuye el FDS a un 16,7%. El 51,1% de los escolares consume bebidas cola durante la tarde-noche; el 63,2% toma café o té antes de dormir.

En la Tabla 2, se muestra el número y porcentaje de escolares que duermen menos de lo recomendado según la edad. Se puede observar que la restricción de sueño es mayor en la semana que en el FDS y que el porcentaje de alumnos que duerme menos de lo recomendado se incrementa a medida que aumenta la edad y se duplica la cifra entre los 6 y los 10 años.

Tabla 2. Número y porcentaje de escolares que duerme menos de lo recomendado en la semana y el fin de semana según la edad

En la Tabla 3, se presentan los datos correspondientes a días de semana con los modelos de OR obtenidos del análisis univariado y luego ajustados por bebidas cola en el modelo 2 y consumo de cena, bebidas cola, café y té y nicturia en el modelo 3. Se observa una asociación en los modelos crudo, modelo 2 y 3 entre la menor cantidad de sueño durante la semana y el riesgo de sobrepeso/obesidad (OR crudo 1,82; IC 95%: 1.29- 2,56, ajustado modelo 2 OR 1,83; IC 95%: 1.30- 2,59 y modelo 3 OR 1,85; IC 95%: 1,30-2,62). En este último modelo, aparecen otros factores que se asocian positivamente, como ser de sexo femenina (OR 1,28; IC 95%: 1,00-1,65) y presentar movimientos de piernas durante el sueño (OR 1,57; IC 95%: 1,21-2,03), y negativamente, como realizar ejercicio (OR 0,72; IC 95%: 0,54-0,97).

Tabla 3. Factores asociados a sueño corto durante la semana

En la Tabla 4, se presentan los datos correspondientes a FDS con modelos de OR obtenidos del análisis univariado y luego ajustados por bebidas cola en el modelo 2 y consumo de cena, bebidas cola, café y té y nicturia en el modelo 3. No se observa una asociación en los modelos crudo, modelo 2 y 3 entre la menor cantidad de sueño durante el FDS y el riesgo de sobrepeso/obesidad. En este último modelo 2 y 3, aparecen otros factores que se asocian positivamente con el sobrepeso/obesidad, como roncar (OR 1,42; IC 95%: 1,17-1,74), mover las piernas durante el sueño (OR 1,31; IC 95%: 1,08-1,59), consumir bebidas cola (OR 1,45; IC 95%: 1,19-1,76), y negativamente, como realizar ejercicio (OR 0,87; IC 95%: 0,74-0,99).

Tabla 4. Factores asociados a sueño corto durante el fin de semana

DISCUSIÓN

El principal resultado del presente trabajo es que hay una asociación entre menos horas de sueño durante la semana e incremento del riesgo de sobrepeso/obesidad.

Muchos países reportan una alta incidencia de trastornos del sueño en la juventud19 y, específicamente, en los niños, quienes, en la vida moderna, es poco probable que logren horarios de sueño y vigilia suficientes o regulares. Los problemas de salud asociados a esta falta de sueño, así como los posibles mecanismos de esta asociación, también han sido documentados.20,21

En general, se ha descrito que tanto niños como adolescentes presentan una cantidad insuficiente de sueño por las noches. En nuestro estudio, la mitad de los escolares dormía menos de lo recomendado, por lo que eran más propensos a experimentar consecuencias al día siguiente (por ejemplo, sentirse demasiado cansados o con sueño al día siguiente, quedarse dormidos en la escuela o presentar alteraciones en el estado de ánimo).22 Junto con lo anterior, los estudios de laboratorio y la evidencia epidemiológica convergen para senalar que la reducción del sueño parece ser un importante factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y metabólicas en adultos, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial, con sus consecuentes implicancias para la salud pública.23,24

Específicamente en pacientes pediátricos, los estudios transversales de todo el mundo muestran un aumento en el riesgo constante de la obesidad entre los niños con una corta duración del sueño.25 Una revisión de 22 estudios longitudinales sugirió una asociación inversa entre la duración del sueño y el IMC en niños y adolescentes. Un metaanálisis de 11 estudios longitudinales, que comprendía 24 821 participantes, reveló que los sujetos que dormían en rangos considerados de corta duración tenían el doble de riesgo de tener sobrepeso u obesidad, en comparación con los sujetos que dormían en períodos considerados de larga duración (OR 2,15; IC 95%: 1,64-2,81).26

Además, hay estudios que sugieren que la falta de sueño crónica desde la infancia a la edad escolar se asocia con un mayor riesgo metabólico en los niños27 y que la duración del sueño predice inversamente el riesgo cardiometabólico en adolescentes obesos.28

La importante función del sueño en la modulación de la liberación hormonal podría explicar la asociación entre el sueño disminuido y la obesidad. El mayor riesgo de obesidad está, posiblemente, relacionado con el efecto del sueño disminuido en las hormonas asociadas al control del apetito y el gasto energético, de manera específica, la disminución de los niveles plasmáticos de leptina y el aumento concomitante en los niveles plasmáticos de grelina en sujetos con sueño restringido, con el consecuente incremento del apetito subjetivo.8,29,30 Junto con lo anterior, se ha sugerido una asociación entre la restricción del sueño y las diversas alteraciones metabólicas y endócrinas, que incluyen la resistencia a la insulina sin incremento compensatorio en su secreción, lo que resulta en la alteración de la tolerancia a la glucosa y el aumento del riesgo de diabetes tipo 2.31,32

En conjunto, la evidencia sugiere que es probable que la restricción crónica del sueño contribuya a la actual epidemia de obesidad y diabetes tipo 2 en la población.

Chile es el noveno país del mundo con más niños con exceso de peso. Esto se ha asociado, fundamentalmente, a cambios demográficos, socioeconómicos, en los hábitos alimentarios y de actividad física;33 sin embargo, es necesario tener en consideración otros factores que pueden estar contribuyendo a esta elevada prevalencia en Chile.

Se observa, en el estudio, que la ingesta de bebidas cola a la tarde/noche está asociada a un mayor riesgo de sobrepeso/obesidad. Es posible que, por mecanismos distintos, por su contenido de cafeína, que podría alterar los patrones de sueño,34 y por el consumo de bebidas azucaradas (independiente de si son cola o no), se haya asociado a un incremento en el riesgo de obesidad.35 El consumo de bebidas cola antes de dormir se presenta en un 96,7% de los escolares; Chile presenta uno de los mayores consumos de este tipo de bebidas, solo superado por México y Estados Unidos.

Entre las fortalezas del presente estudio, podemos nombrar que se utilizó una encuesta validada internacionalmente y que se realizó la antropometría a cada escolar y, entre las debilidades, podemos mencionar que es un estudio transversal, por lo que no podemos hablar de causalidad.

Es necesario realizar estudios longitudinales y de intervención que puedan mostrar el efecto sobre una mejora del estado nutricional cuando hay una adecuada higiene de sueño, considerando la insuficiente cantidad de sueño por las noches, descrita en niños y adolescentes.

CONCLUSIONES

Nuestro estudio encontró una asociación entre menos horas de sueño e incremento del riesgo de sobrepeso/obesidad. Ser mujer y tener movimientos de piernas durante la noche están asociados al sueño de corta cantidad; en cambio, realizar ejercicio aparece como un factor protector.


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