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Archivos argentinos de pediatría

Print version ISSN 0325-0075On-line version ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. vol.115 no.1 Buenos Aires Feb. 2017

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2017.4 

COMENTARIO

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2017.4

El arte como instrumento para comprender el sentido de la muerte

 

Todo el que muere permanece en el mundo, entonces forzosamente tiene que transformarse y disolverse en sus elementos, que son los del mundo. En consecuencia estos elementos se transforman pero no mueren.
Marco Aurelio (121 DC -180 DC)

Continuando con la serie de artículos relacionados con el arte como instrumento educativo en medicina,1 nos ocuparemos en esta oportunidad de analizar cuál es el sentido de la muerte, concepto de suma utilidad para el médico asistencial. En el presente artículo describiremos el sentido de la muerte a la luz del pensamiento de dos geniales poetas: Jorge Manrique (1440-1479) y Rainer Rilke (1875-1926), en base a sus famosas obras: Coplas a la muerte de su padre (Manrique) y Réquiem (Rilke):2,3

En Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique, leemos:

"Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir".

Tal como lo expresa Manrique, la muerte no es en realidad una partida sino un regreso, pues al comienzo se existe en el plano inorgánico (mar), luego por un cambio de estado se nace al plano orgánico (río), y se vive en él hasta que al morir se regresa al inorgánico (mar). La muerte hace posible la nueva vida pues obtiene de la antigua la materia (átomos) y el espacio necesarios para el desarrollo de la nueva. El mundo es como un gran juego de encastre, en el cual para que no se detenga el curso de la vida tampoco tiene que detenerse el de la muerte, pues lo nuevo se fabrica a partir del reacomodamiento de las piezas obtenidas de la destrucción de lo viejo (Klimt).4,5

Por otra parte, si se tiene en cuenta que la biología nos enseña que los seres unicelulares son literalmente inmortales, pues al reproducirse asexualmente originan nuevos e idénticos seres sin generar un cadáver, mientras que aquellos cuyas células se especializan (reproducción sexuada) se tornan diversos pero mortales; se entiende entonces que la muerte permite no sólo la renovación de la vida, sino además su diversidad y sofisticación.6 En Réquiem de Rainer Rilke, leemos:

"El hombre lleva la muerte dentro de sí como la fruta su carozo"...

"vivimos desde nuestra muerte, y esta late y crece en nosotros".

"somos labriegos de nuestra parcela vital destinada a la cosecha de nuestra muerte propia".

Como lo señala Rilke, la muerte no aparece al morir, sino que está presente desde el nacimiento. Se vive muriendo, pues somos seres para la muerte (Heidegger).6,7 Según los filósofos estoicos, la vida es como la luz emitida por una lámpara cuya luz surge de consumir (morir) el combustible a partir del cual ella se genera (Epicteto), por lo cual la dicotomía entre vida y muerte es falsa pues ambas son anverso y reverso de un mismo fenómeno: la existencia del ser (Bernard - Heidegger).6,8 No debe olvidarse que lo único que el hombre en realidad posee es su presente, pues tanto el pasado como el futuro son ilusiones de la mente, por tanto nadie pierde nunca más vida que la que tiene (Marco Aurelio).8

Esta es la razón por la cual el triunfo sobre la muerte no consiste en oponérsele (resistencia inútil), sino en aceptarla y trascenderla dándole a la vida un sentido (re-significación), destinándola a amar y realizar una obra que la dignifique (Frankl).9 En Réquiem de Rainer Rilke, también leemos:

"La muerte es totalización de la existencia"

En esta frase Rilke remarca la idea de que si no fuera por la muerte, con su condición de límite máximo e inexorable, la vida del hombre carecería de unidad, sería un mero cúmulo de momentos desperdigados e inconexos, dado que éstos son ordenados gracias a las metas (logros y disfrutes) que el hombre se propone apremiado por el plazo que le impone la certeza de su propia muerte. Resulta entonces que la muerte contribuye de esta forma a darle sentido a la vida (Simmel).10

Concluimos entonces que la compresión del sentido de la muerte es crucial para que el médico asistencial trascienda la dicotomía entre las ideas de la vida y la muerte y adquiera entonces no sólo la fortaleza interior para asistir al paciente grave, sino también para ayudarlo a transitar su agonía; siendo el arte un valioso recurso en pos de lograr este entendimiento.

Dr. Carlos G. Musso y Dra. Paula A. Enz

Escuela de Medicina, Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires. Argentina.

REFERENCIAS

1. Musso CG, Enz PA. El arte como instrumento educativo en medicina. Arch Argent Pediatr 2014;112(6):494-5.         [ Links ]

2. Manrique J. Coplas a la muerte de su padre. Madrid: Cátedra; 1986.         [ Links ]

3. Rilke RM. Réquiem. Barcelona: Hiperion; 2008.         [ Links ]

4. Musso CG. Obras maestras del arte universal: Muerte y vida de Gustav Klimt (1862-1918). Evid Act Pract Ambul 2009;12(2):60.         [ Links ]

5. Morin E. El hombre y la muerte. Barcelona: Kairos;1974.         [ Links ]

6. Favarger C, Gabus J, Erard M, Clerc F, et al. El hombre frente a la muerte. Buenos Aires: Troquel; 1964.         [ Links ]

7. Moreno Claros LF. Martin Heidegger: el filósofo del ser. Madrid: Edaf; 2002.         [ Links ]

8. Despeyroux D. La escuela de los filósofos: inspiraciones esenciales de los 100 pensadores más influyentes de la historia. Barcelona: Océano Ambar; 2008.         [ Links ]

9. Frankl VE. El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder; 1991.         [ Links ]

10. Simmel G. Schopenhauer y Nietzsche. Buenos Aires: Prometeo; 2005.         [ Links ]

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