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Archivos argentinos de pediatría

versión impresa ISSN 0325-0075versión On-line ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. vol.115 no.1 Buenos Aires feb. 2017

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2017.35 

ARTÍCULO ORIGINAL

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2017.35

Intimidación escolar: concordancia entre la percepción de los cuidadores y sus hijos

 

Est. Lucas G. Durána, Est. Jordán C. Scherñuk Schroha, Dra. Estefanía P. Panizonia, Bioq. Ezequiel F. Jouglarda, Lic. M. Gabriela Serralungab y Dra. Mg. M. Eugenia Esandia

a. Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad Nacional del Sur. Bahía Blanca.
b. Departamento de Matemática, Universidad Nacional del Sur. Bahía Blanca.

Correspondencia: Est. Lucas Durán, lucas.duran@uns.edu.ar

Financiamiento: El presente trabajo fue financiado por la Universidad Nacional del Sur por ser producción del Proyecto de Grupo de Investigación "Evaluación de las situaciones de intimidación escolar y su relación de causalidad con el deterioro del estado de ánimo en niños de 8 a 12 años que concurren a escuelas primarias". El monto percibido para la realización del proyecto fue de $1157.

Conflicto de intereses: Ninguno que declarar.

Recibido: 10-3-2016
Aceptado: 1-9-2016

 


RESUMEN

Introducción. La intimidación escolar suele mantenerse oculta a los adultos, lo que genera desconocimiento por su parte.

Objetivo. Describir la percepciónde los cuidadores y de sus hijos, y evaluar su concordancia ante situaciones de intimidación escolar.

Métodos. Estudio transversal en niños/as de 8-12 años de escuelas estatales y sus cuidadores. Se utilizó el cuestionario sobre preconcepciones de intimidación y maltrato entre iguales (PRECONCIMEI) (versión niños/cuidadores). Variables estudiadas: magnitud de la intimidación, causas de la intimidación, participación del niño/a en situaciones de intimidación, comunicación en situaciones de intimidación. Se realizó un análisis univariado, bivariado y cálculo de concordancia con índice Kappa.

Resultados. Participaron 529 parejas niño/a-cuidador. El 35% de los cuidadores refirió que, en la escuela de sus hijos/as, ocurrían situaciones de intimidación; 133 (25%) niños/as manifestaron estar involucrados: 70 (13%) por recibir intimidación; 40 (8%) por ejercerla y 23 (4%) por recibirla y ejercerla. De los 63 cuidadores de niños/as que manifestaron ejercer intimidación, el 78% no consideró a sus hijos como capaces de ejercerla. El 69,9% (65/93) de los niños que recibían o ejercían y recibían maltrato respondieron que "si sufriera intimidación, lo contaría a su familia". Empero, el 89,2% (83/93) de los cuidadores consideró que su hijo/a les contaría en caso de estar involucrado en tales situaciones. El 62,6% (57/91) de las parejas cuidadores-niños/as tuvo concordancia en una comunicación positiva (Kappa= -0,04). Conclusiones. Se halló discordancia entre niños/as y sus cuidadores en relación con la frecuencia y comunicación de situaciones de intimidación. Pocos cuidadores cuyos niños/as refirieron participar en estas situaciones consideraron que esto podría ocurrir.

Palabras clave: Acoso escolar; Padres; Encuestas y cuestionarios; Niño; Relaciones padres-hijo.


 

INTRODUCCIÓN

La intimidación entre pares se define como un tipo específico de comportamiento agresivo que presenta tres condiciones:1 1. tiene como intención producir un daño; 2. se repite a lo largo del tiempo; 3. ocurre en situaciones de desequilibrio de poder, físico o emocional, en el que un niño/a o un grupo agrede a otro/a niño/a. A diferencia de otros tipos de violencia, no media una provocación por parte de la víctima.2

En los últimos años, la intimidación entre pares en el ámbito escolar se ha convertido en un fenómeno de notoriedad creciente, por su magnitud e impacto negativo en la salud de los niños/as involucrados,3-8 y ha trascendido el ámbito de las escuelas para convertirse en un importante problema de salud pública.3,4

Uno de los factores que contribuye a su magnitud es el referido por Ortega1 como "ley del silencio". Según esta, quienes deben involucrarse (docentes, directivos, cuidadores) no lo hacen porque desconocen la magnitud real del problema, o bien porque existe falta de comunicación entre los niños involucrados y los cuidadores. Este desconocimiento y falta de comunicación derivan en un menor apoyo al niño, lo que perpetúa el fenómeno.9

A pesar de la importancia del rol de los cuidadores en la prevención y en el apoyo al niño/a que participa en estas situaciones, existen pocas investigaciones que exploren sus conocimientos, percepciones y creencias en relación con este problema.10

El objetivo de esta investigación fue describir la percepción de los cuidadores y de sus hijos, y evaluar su concordancia ante situaciones de intimidación escolar.

POBLACIÓN Y MÉTODOS

Diseño: estudio de corte transversal realizado en mayo-junio de 2014 en cinco escuelas estatales de Bahía Blanca. Fueron seleccionadas, entre las 71 escuelas primarias estatales de la ciudad, mediante un muestreo de conveniencia en acuerdo con la Jefatura Distrital. Este fue realizado al inicio del proyecto de investigación, en el año 2012. Cada escuela tenía características diferentes de acuerdo con su ubicación, su matrícula y el perfil de escuela deseado.

Escuela 1: situada en un barrio céntrico, con matrícula de niños/as elevada y nivel socioeconómico medio-alto. Se resaltaba la calidad educativa y los vínculos entre pares y docentes.

Escuela 2: situada en los alrededores del centro de la ciudad, con matrícula heterogénea (los niños/as confluían desde diferentes barrios). Se resaltaba el trabajo en la diversidad, el abordaje de la currícula vigente y las normas de convivencia.

Escuela 3: situada en un barrio de la periferia de la ciudad, con matrícula propia del lugar. Se resaltaba el trabajo con la comunidad y la calidad educativa.

Escuela 4: situada en pleno barrio universitario; tenía una matrícula variada, ya que, en muchos casos, eran hijos de profesionales que asistían a la Universidad Nacional del Sur, que se encontraba en sus alrededores. Se resaltaba el trabajo individual de acuerdo con las posibilidades de cada niño/a, la calidad educativa y los vínculos entre pares y docentes.

Escuela 5: situada en un barrio alejado, con matrícula propia del lugar, nivel socioeconómico medio-bajo. Se resaltaba el trabajo con la comunidad y el trabajo cooperativo.

Fueron elegibles todos los niños/as de entre 8 y 12 años de edad que concurrían al segundo ciclo de estas escuelas y sus respectivos cuidadores (padre, madre o responsable). Se incluyeron únicamente niños/as que fueron autorizados a participar por sus cuidadores (mediante consentimiento informado), que, además, asintieron a participar y estuvieron presentes el día de la encuesta. Se excluyeron los niños/as que, a pesar de ser autorizados y haber asentido a participar, tenían una discapacidad intelectual que les impidiera comprender las preguntas.

Instrumentos de recolección de datos: se empleó el cuestionario autoadministrado sobre preconcepciones de intimidación y maltrato entre iguales (PRECONCIMEI), en su versión para niños/as y cuidadores. La versión para niños/as consta de 14 ítems sobre distintas dimensiones (rol, causalidad de la intimidación y aspectos situacionales de la intimidación). (Véase Anexo 1 en formato electrónico).La versión para cuidadores tiene 17 enunciados para responder con una escala de Likert de cinco puntos, desde "totalmente en desacuerdo" a "totalmente de acuerdo". Las respuestas de valor 1 o 2 se consideran como "en desacuerdo"; las de 3, como "neutrales"; y las de 4 o 5, como "de acuerdo" con el enunciado. (Véase Anexo 2 en formato electrónico) La aplicación del PRECONCIMEI para niños/as fue realizada en la escuela, en horario de clases, en un salón facilitado por las autoridades de las escuelas. Dos miembros del grupo de investigación, diferentes para cada institución, estuvieron presentes en la aplicación del cuestionario para explicar a los niños/as la naturaleza de la investigación, asegurar la confidencialidad del cuestionario y responder dudas sobre sus ítems. La fecha de toma de cuestionarios fue elegida estratégicamente para cada escuela, de manera tal que no coincidiese con actos escolares y actividades de grupo completo que pudieran provocar ausentismo.

La aplicación del PRECONCIMEI para cuidadores fue realizada mediante el envío a cada familia de un sobre con el cuestionario e instrucciones para poder responderlo. Dichos sobres fueron devueltos cerrados para asegurar su privacidad. Luego de un mes de haber entregado los cuestionarios a los cuidadores, los miembros del grupo de investigación retiraron los recolectados por el docente de cada curso.

Definición de variables

  • Magnitud de la intimidación: se evaluó a partir de las respuestas de los cuidadores al ítem 1 de la versión cuidador.
  • Relevancia del problema: se evaluó a partir de las respuestas al ítem 17 de la versión cuidador. Se consideró que el cuidador concebía la intimidación como un problema relevante si le otorgaba igual o mayor importancia que a los problemas del rendimiento académico.
  • Causas de la intimidación: se consideraron causas extraescolares (clima familiar, clima social, videojuegos y programas de televisión), según las respuestas de los cuidadores en los ítems 9, 11, 12, 13 y 15, e intraescolares (clima escolar), según las respuestas en el ítem 10 de la versión cuidador.
  • Rol de los actores: se consideró la percepción de los cuidadores respecto a su propio rol en la prevención de la intimidación (ítems 5 y 16 de la versión cuidador), de los docentes y directivos (ítems 2 y 3) y de la institución educativa (respuestas al ítem 4).
  • Participación del niño/a en situaciones de intimidación: la percepción del cuidador sobre la participación del niño se evaluó con el ítem 7 de la versión cuidador. Se definió el rol "recibe intimidación" con respuestas afirmativas del niño/a en las preguntas 2, 3, 5 y 8 de la versión niños; "ejerce intimidación", con respuestas afirmativas en las preguntas 7 y 9; "recibe y ejerce intimidación", con respuestas afirmativas en las seis preguntas; y "no participa", sin respuestas positivas en alguna.
  • Comunicación de situaciones de intimidación: la percepción del cuidador sobre la comunicación con su niño/a respecto a situaciones de intimidación se evaluó con el ítem 8 de la versión cuidador. La percepción del niño sobre la comunicación con su cuidador respecto a este tipo de situaciones se evaluó a partir del ítem 3 de la versión niños. Se consideró como positiva cuando tanto el niño como el cuidador coincidían en que se comunicarían esas situaciones en caso de que ocurrieran.
    Consideraciones éticas: La presente investigación fue aprobada por el Comité Institucional de Bioética en Investigación del Hospital Municipal de Agudos "Dr. Leónidas Lucero" de Bahía Blanca, acreditado por el Comité de Ética Central del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, bajo el N.° 017/2010.

Análisis estadístico

Los cuestionarios se codificaron numéricamente de forma consecutiva, lo que garantizó el anonimato y la confidencialidad de la información. Niños/as y sus cuidadores fueron identificados con el mismo código para permitir el cruzamiento de datos.

Se realizó un análisis univariado para estimar los porcentajes de respuesta para cada pregunta y un análisis bivariado con tablas de clasificación cruzada para calcular los porcentajes de acuerdo y desacuerdo.

Se calculó el índice Kappa para estimar concordancia, y se eliminó la respuesta neutra.

Se usó como significativo un valor p < 0,05. El análisis se realizó con el software SPSS 17 (Windows).

RESULTADOS Descripción de la población

De un total de 1188 parejas niño/a-cuidador elegibles se incluyeron 553 díadas (cuidador-niño/a) y se analizaron, finalmente, 529 díadas en cuanto a la percepción de la situación y trece díadas menos (516) en cuanto a la concordancia sobre comunicación, debido a que el ítem que la evaluaba no fue respondido por todos los cuidadores, por lo que fueron eliminados (Figura 1). Entre los cuidadores, el 86% (454/529) eran madres. Solo en el 1%, respondió otro familiar. El 49% de los escolares encuestados fueron niñas (259/529). La edad promedio (desvío estándar -DE-) fue 10 años (0,91 años).


Figura 1. Flujograma

Magnitud, relevancia del problema y causas de la intimidación según los cuidadores

Un 35,5% (189/533) refirió que, en la escuela a la que concurrían sus hijos/as, ocurrían situaciones de intimidación. 92,9% consideró que los problemas de intimidación eran tan importantes como el rendimiento académico.

El 68,1% (363/533) estuvo de acuerdo en que las causas de la intimidación eran extraescolares. Se consideraron responsables de estas situaciones el clima familiar (75%), el clima social (74%), los programas de televisión (65%) y los videojuegos (58%). Solo 35,6% (190/533) las atribuyó al clima escolar (Tabla 1).

Tabla 1. Porcentaje de respuestas al cuestionario sobre preconcepciones de intimidación y maltrato entre iguales de cuidadores

Rol de los actores en la prevención y control de este problema

Un 82,2% (438/533) de los cuidadores se mostró dispuesto a participar en intervenciones para controlar las situaciones de intimidación. Además, 79,1% (422/533) afirmó que, cuando identificaban situaciones de intimidación en la escuela, lo comunicaban a los docentes. La mayoría refirió creer que las maestras intentaban resolver estos problemas (73%), confiar en su capacidad para controlarlos (63,1%) y estar satisfechos con la comunicación que tenían con los docentes (67,3%).

Participación del niño/a en situaciones de intimidación

El 25,1% (133/529) de los niños manifestó participar en situaciones de intimidación: 13,2% (70/529) con el rol "recibe intimidación", 7,6% (40/529) con el rol "ejerce" y 4,3% (23/529) con el rol "recibe y ejerce".

Consultados los cuidadores, 79% (417/529) afirmó que su hijo/a nunca podría participar en actos de intimidación hacia un par.

Al analizar la concordancia entre la percepción del cuidador y lo reportado por el niño/a, en el grupo con el rol "ejerce intimidación" o "recibe y ejerce intimidación", se observó que solo el 12,6% (8/63) de los cuidadores de estos niños había considerado que su hijo/a podría ejercerla (Tabla 2).

Tabla 2. Respuesta del cuidador según el rol del niño/a

Comunicación cuidador-hijo/a sobre situaciones de intimidación

Del total de niños/as con el rol "recibe" o "recibe y ejerce" intimidación, el 69,9% (65/93) dijo que "si sufriera intimidación, se lo contaría a su familia". Consultados sus cuidadores, un 89,2% (83/93) consideró que su hijo/a le contaría en caso de estar involucrado en tales situaciones.

Al cruzar la información de ambos, el 62,6% (57/91) de las parejas cuidadores-niños/as tuvo concordancia en una comunicación positiva respecto de las situaciones de intimidación. En un 28,5% (26/91) de los casos, el padre dijo que su hijo le contaría, mientras que el niño afirmó lo contrario (Tabla 3).

Tabla 3. Percepción del cuidador vs. percepción del niño/a en términos de comunicación para niños/as que reciben o reciben y ejercen intimidación

Sin considerar los neutros, se obtuvo un coeficiente Kappa de -0,04, indicativo de una concordancia menor que la esperada por azar.

DISCUSIÓN

El estudio efectuado representa una de las pocas investigaciones realizadas en Argentina sobre la percepción de los cuidadores respecto a la intimidación entre pares, así como la concordancia de sus percepciones con la de sus niños/as.

En líneas generales, los cuidadores comparten la percepción de que la intimidación entre pares es frecuente en la institución. Estudios previos reportaron resultados similares en los niños/as. Una encuesta realizada en el año 2008 en Puan y Benito Juárez revela una prevalencia de intimidación en adolescentes del 20%,11 mientras que, en un estudio realizado en Bahía Blanca, 35,6% de los niños manifiesta haber estado involucrado en dichas situaciones.12

Con relación a las causas y los determinantes de las situaciones de intimidación, los cuidadores consideran que el clima social, el clima familiar y el uso de tecnologías de la información y la comunicación favorecen la ocurrencia de estas situaciones. Por el contrario, su percepción sobre el clima escolar es positiva y no es percibido como un factor determinante preponderante. En cuanto a los roles de los actores, la comunicación docentes-padres y el rol docente en la prevención y control de estas situaciones son percibidos positivamente.

Estos resultados tienen implicancias importantes al momento de diseñar intervenciones para su prevención. Farrington et al.,9 concluyen que el entrenamiento a los padres es uno de los elementos principales en el diseño de programas de prevención, porque permitiría mejorar algunos de los aspectos que ellos mismos perciben como determinantes de las situaciones de intimidación.

Uno de los resultados más significativos y que genera gran preocupación son las discordancias entre la percepción de cuidadores y niños/as respecto a la participación de estos últimos en situaciones de intimidación. En este sentido, un estudio evidencia que la magnitud de la intimidación percibida por los cuidadores suele ser menor a la reportada por los niños/as.4 Por su parte, Shetgiri et al.,3,5,13,14 concluyen que los cuidadores suelen desconocer que sus hijos/as son víctimas de intimidación escolar.

Con respecto a la comunicación de situaciones de intimidación, la mayoría de los cuidadores cree que, en caso de que su niño/a fuera intimidado, se lo contaría, mientras que, entre los niños/as que reciben intimidación, la mayoría refiere que no se lo contaría a sus padres. La discordancia entre la percepción de cuidadores y sus niños/as fue reportada previamente por Rajmil et al.,15 quienes evaluaron el acuerdo entre los reportes de niños/as y sus cuidadores en relación con la calidad de vida relacionada con la salud. Este estudio demuestra la baja concordancia entre ambas declaraciones, especialmente en las dimensiones psicosociales, por lo general, menos visibles para los adultos. En un estudio previo realizado en estas mismas escuelas,12 los docentes habían mencionado dicha falta de concordancia.

Estas brechas de comunicación afectan seriamente la posibilidad de intervenir en la prevención y control de las situaciones de intimidación y, como sugieren Farrington et al.,9 refuerzan la importancia de involucrar a los cuidadores al planificar intervenciones con este fin. A pesar del aparente desconocimiento de estas situaciones, los cuidadores las consideran tan importantes como el rendimiento académico de sus hijos/as y refieren estar dispuestos a involucrarse en alguna estrategia para controlar la intimidación.

Los resultados de este estudio son útiles para informar y sensibilizar a los cuidadores sobre intimidación, así como también para facilitar canales destinados a fortalecer la comunicación con sus hijos/as, docentes y directivos.

Un ejemplo concreto de intervención en este sentido es una estrategia de comunicación dirigida a padres, pero mediada por docentes, que implementó nuestro grupo de investigación con posterioridad al presente estudio. La entrega de un tríptico informativo actuó como disparador para que los padres hablaran con sus hijos y también con los docentes, porque era entregado por estos últimos.

Una limitación de la presente investigación es que se trata de un estudio transversal que no permite apreciar el carácter dinámico de la intimidación y las variaciones de los roles de los niños/as involucrados. Nuestro estudio presenta también un sesgo de selección, dado que dieron su percepción solamente aquellos cuidadores que aceptaron responder la encuesta.

CONCLUSIÓN

Si bien los cuidadores tienen una buena percepción de la relación con sus niños/as, se halló discordancia entre niños/as y sus cuidadores en relación con la frecuencia y comunicación de situaciones de intimidación. Los cuidadores tienen una visión más positiva, creen que sus hijos/as les contarían lo que les está pasando, más que lo que los propios niños/as reportan. A su vez, la mayoría de los cuidadores de niños/as que participan de tales situaciones cree que sus hijos nunca actuarían de ese modo.

Anexo 1

Anexo 2

REFERENCIAS

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