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Archivos argentinos de pediatría

Print version ISSN 0325-0075On-line version ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. vol.115 no.4 Buenos Aires Aug. 2017

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2017.382 

ARTÍCULO ESPECIAL

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2017.382

El lenguaje: eso que nos hace humanos

 

Dr. Horacio Lejarraga, DMa

a. Profesor Honorario, Universidad de Buenos Aires.

Correspondencia: Dr. Horacio Lejarraga: cursotesis07@gmailcom

Financiamiento: Ninguno.

Conflicto de intereses: Ninguno que declarar.

Recibido: 9-3-2017
Aceptado:15-3-2017

 


RESUMEN

Los pediatras vigilamos el desarrollo del lenguaje como uno de los componentes del desarrollo infantil. Sin embargo, el lenguaje es algo más que eso. La trasformación del sentido mágico que inicialmente tuvo la palabra (mito) en un sentido representativo del objeto (logos) llevó unos 40 000 años. Con la adquisición del lenguaje, el hombre fue capaz de pensar, de desarrollar el pensamiento; éste y la palabra van de la mano, pero este logro tuvo un alto precio, que fue el alejamiento del hombre de la naturaleza. La palabra pasó a ser, así, una construcción social que, lejos de representar los objetos a los que se refería, fue capaz de asignar atributos y significado a las cosas: decimos que algo "vale" cuando, en realidad, "cuesta". El lenguaje es también parte del sujeto; según Lacan, estamos "constituidos" por el lenguaje. Promoviendo el lenguaje, contribuimos a la promoción de la persona del niño como individuo y como ser social.

Palabras clave: Lenguaje; Desarrollo infantil; Promoción; Pensamiento; Integración social.


 

INTRODUCCIÓN

Los pediatras "usamos" el lenguaje en el niño como una herramienta más para la vigilancia y promoción de su desarrollo. La adquisición del lenguaje es la aventura intelectual más importante del ser humano. El lenguaje está incluido en la lista de las áreas del desarrollo, integrada por la motricidad fina, la relación personal-social, la motricidad gruesa y muchas otras.

Se trata de una práctica muy relevante y muy necesaria, y, para ello, hay guías, tests de pesquisa y recomendaciones.1,2 Sin embargo, el lenguaje es mucho más que uno de los aspectos del desarrollo; tiene implicancias que invaden toda nuestra existencia. Es por ello por lo que creí pertinente describir algunos aspectos del lenguaje que podían ayudar a comprender mejor su significado trascendente.

Orígenes del lenguaje. El mito y el logos

Hace unos 40 000 años aproximadamente, comenzaron a aparecer las primeras expresiones orales. Si estas palabras o ruidos tenían relación onomatopéyica con el objeto que representaban es un tema de debate lingüístico,3 pero teniendo en cuenta que, en muchos idiomas del mundo, hay palabras comunes a todos (por ejemplo, la palabra "mama" o "mamá"), es posible que hayan tenido un origen relacionado con el objeto.

En los orígenes de la palabra, los hombres creían que ellas tenían un efecto concreto sobre la realidad, es decir, creían que había una fuerza mágica en la palabra que podía influir sobre las cosas. Este período de la historia en que la palabra se confunde con las cosas que simbolizan toma el nombre de "mito". Hay reminiscencias de esta creencia en nuestros días. Por ejemplo, en el cuento (de Las mil y una noches) de Alí Babá y los 40 ladrones, se relata que, al volver de sus correrías, el ladrón pronunciaba "Ábrete, sésamo", y la piedra de la cueva se abría. La palabra "abracadabra"y otras más son usadas por los magos para producir un efecto especial.

Cuando expresamos el deseo de que le ocurra algún mal a alguien ("ojalá se..."), si esa persona después sufre realmente ese mal, nos invade una gran culpa a nosostros mismos, pensando que nuestras palabras puedan haber tenido alguna participación. Tenemos restos ancestrales del período del mito. Borges dice que la poesía es un intento del hombre de rescatar el sentido mágico ancestral del lenguaje.4

Las pinturas rupestres en las cuevas de Altamira o en las del río Pinturas en Argentina, donde figura un ciervo o un guanaco con una flecha clavada en su cuerpo, no son un intento del troglodita de decorar el living de su cueva; son una herramienta en la lucha por la vida, para que su pintura convoque mágicamente al éxito de la caza.

Pero, después de algunas decenas de miles de años, el hombre se da cuenta de que la palabra "árbol" nada tiene que ver con el árbol que simboliza. La palabra, efectivamente, está separada de las cosas; adentro de la palabra "casa" no se puede habitar, y la palabra "calor" no le sirve a uno para calentarse. Esto tiene consecuencias muy grandes para el hombre y su destino. En primer lugar, el hombre comienza a pensar (se piensa con palabras), construye un mundo con su pensamiento, y ese pensamiento lo aleja de la naturaleza.

Cuando el hombre habla de su tribu, ya no está (ni lo estará nunca más) hablando de la tribu real, sino de la tribu que él tiene en la cabeza. El hombre comienza a construir el mundo en su cabeza, el mundo en el que él cree que vive, y eso nos expulsa de alguna manera de la naturaleza. Algún escritor dijo: "El tigre no reflexiona sobre su tigritud, el tigre salta". Nosotros, en cambio, reflexionamos. En cierto modo, la expulsión del paraíso descrita en la Biblia5 es verdadera, en cuanto esta expulsión se dio con el desarrollo del lenguaje.

El lenguaje y el pensamiento

El lenguaje y el pensamiento van de la mano; pensamos con palabras, para decirlo un poco esquemáticamente. Si tenemos pocas palabras, tenemos pocos pensamientos. La palabra es, de alguna manera, una expresión de nuestra relación con el mundo. El perro no tiene lenguaje, no tiene palabras, por lo tanto, no tiene pensamientos. Nadie dice que no tenga sentimientos (celos, rabia, miedo, hambre, etc.), pero no tiene lo que se entiende por pensamiento. Si un perro pudiera hablar, ¿saben lo que diría?, diría "guau".

Las palabras y las cosas

La primera interpretación racional sobre el lenguaje la dio Platón en su libro Cratilo.6 El filósofo decía que cada palabra reflejaba un objeto de la naturaleza. Por ejemplo, si en la naturaleza había árboles, entonces, se generaba la palabra "árbol"; si había caballos, entonces, aparecía la palabra "caballo", y así sucesivamente, de tal manera que la palabra "caballo" contenía todos los caballos del mundo real. Esta interpretación del lenguaje inspiró a Borges7 a escribir los siguientes versos.

Si, como dice el griego en "El Cratilo",
el nombre es arquetipo de la cosa
en la letra de rosa está la rosa,
y todo el Nilo en la palabra Nilo.

Pero, lamentablemente, esta interpretación resulta un tanto naíf, porque ¿a qué objetos representan las palabras "democracia", "libertad"? Estos conceptos no están en la naturaleza, son construcciones del hombre y, precisamente como tales, están representadas por palabras. Las metáforas se usan para nominar personas u objetos que podrían tener otros nombres, por ejemplo, a alguien malo le decimos "escorpión" o cosas por el estilo. Entonces, las palabras no representan los objetos que están en la naturaleza, por el contrario, asignan significados a las cosas; es un proceso inverso al que creía Platón. Aquí vale la pena citar al poeta José Martí, que dijo: "El lenguaje no es el caballo del pensamiento, es su jinete".8 Es por ello por lo que nos preocupa el deterioro del lenguaje que observamos en algunos adolescentes, cuya pobreza, lejos de ser algo gracioso, solo expresa un preocupante vacío interior. La práctica de la lectura, recomendada por muchos pediatras a los adolescentes, es, en ese sentido, una herramienta eficaz de promoción del lenguaje y, por ende, del pensamiento.

Con el uso de las palabras, ocurre, a veces, un fenómeno curioso: las palabras se desgastan y pierden su significado original. Por ejemplo, la palabra "bárbaro", que originalmente significó 'burdo, primitivo', ahora se usa para elogiar algo, para ensalzarlo, incluso en su naturaleza sofisticada, algo absolutamente contradictorio con su significado original. Hay muchos ejemplos, pero vale la pena citar al filósofo vienés Wittgenstein, que decía:"Algunas palabras no solo cambian de significado sino que en ocasiones, de tanto usarlas pierden todo significado, y ya no se sabe bien qué quieren decir". En estos casos, decía el filósofo: "Es necesario mandarlas a limpiar (a la tintorería), después, se pueden volver a poner en circulación".9

El lenguaje como engano

El lenguaje tiene un poder extraordinario sobre las personas: con la palabra, se pueden movilizar multitudes, se puede llevar gente a morir en la guerra, a luchar por libertad. Este poder es utilizado para muchos fines. Daremos algunos ejemplos:

Hay potencias mundiales que tienen desparramadas por el mundo (es decir, fuera de su territorio nacional) numerosas bases militares y han invadido muchos países en su historia sin haber sufrido nunca una invasión. Sin embargo, tienen un ministerio que se ocupa de la guerra, pero se llama "Ministerio de Defensa". En realidad, todas las guerras de la historia han sido hechas para "defenderse" de alguien. Es notable. Hay, incluso, quienes dicen que las guerras son simplemente la lucha por el significado de las palabras.

Cuando vamos a comprar una camisa y preguntamos por el precio, muchas veces, el vendedor responde: "Esta camisa vale x pesos". En realidad, la camisa no vale eso, cuesta eso; el vendedor habla del costo, no de su valor. Si la camisa tuviera nuestro nombre bordado por un ser querido, tendría otro valor (para nosotros) y el mismo costo. Pero quien la vende desea que creamos que los vale, por eso usa el verbo "valer" en lugar del verbo"costar". Es una simple estrategia comercial y no es inocente.

Cuando vemos televisión y oímos o vemos algo que quisiéramos cuestionar, no tenemos una manera fácil de hacerlo, el aparato no tiene micrófono, de manera tal que no hay una comunicación de ida y vuelta entre la televisión y el observador. Entonces, deberíamos rehusarnos a aceptar que es un medio masivo de difusión, porque entendemos que la comunicación es una relación bi-direccional entre dos seres humanos y que, una vez recibido un mensaje del emisor, el receptor lo procesa y devuelve su opinión al emisor, quien, al recibir esa opinión, tal vez, hasta modifique su pensamiento y le devuelva la idea re-procesada al receptor. Comunicación es, entonces, el flujo bidireccional de pensamientos entre dos personas que procesan lo que reciben. La televisión no permite eso, sino que solo emite mensajes. Entonces, deberíamos llamar a la televisión medio masivo de difusión, no de comunicación. Deberíamos hacernos responsables de lo que queremos que las palabras signifiquen. ¿Qué quisiéramos que significara la palabra comunicación?, ¿qué quisiéramos que significara la palabra amistad?, y así sucesivamente. No se trata de buscar la palabra en el diccionario; debemos trabajar para que ellas signifiquen lo que pensamos que deben significar. Se trata de una acción nuestra sobre el lenguaje.

Hace poco entré en un almacén "naturista" y leí con preocupación un anuncio sobre unos cartones con líquido que decía:"leche de soja". Inmediatamente, contacté a la vendedora y le dije que la leche era un líquido blanco que salía de las mamas de los mamíferos, que tenía una enorme riqueza nutricional para la alimentación y crecimiento del fruto de la concepción y que, poniéndole a ese producto el nombre "leche", estaba enganando (¿estafando?) a los clientes y, tal vez, contribuyendo a la desnutrición de algún niño. Por suerte, el dueno del almacén retiró ese aviso al día siguiente.

El lenguaje como elemento constitutivo del ser

Sigmund Freud pensaba que, en el inconsciente, había pulsiones (nunca dijo que había instintos).10 Pero Lacan propuso que estas pulsiones eran secundarias a algo que era constitutivo del sujeto: el lenguaje. Lacan dijo que estábamos construidos por palabras, que las palabras nos constituían como sujetos.11

Este concepto, tan difícil de comprender para mí, resultó un poco más claro cuando, en el consultorio, estaba escuchando el relato de una madre de un niño de 5 años con asma. En un momento, la interrumpí un poco bruscamente y le pregunté al niño: "¿Y a vos qué te pasa?". El niño respondió: "Mi mamá no me mira".No hay duda de que esta frase está en algún lugar del niño y ocupa un lugar central en su vida, en su aparato mental. No hay duda de que el niño está constituido con esta frase, tal vez, no exclusivamente con esta frase, pero, sin dudas, esta frase va a ejercer una influencia decisiva en su vida. Tal vez, todos tengamos una frase en el inconsciente alrededor de la cual gire gran parte de las decisiones de nuestras vidas. Imagínese el lector los diferentes destinos que pueden tener niños que lleven en su seno las frases "sos un buen chico" o "siempre serás un fracasado".

Reflexión final

Es esencial comprender la fuerza de la palabra en sus múltiples dimensiones de la vida humana, como aliada del pensamiento y como arma civilizadora. Se trata de rescatarla de su degradación y de intencionales distorsiones e, incluso,de silenciamientos.6 Es algo muy importante: los pediatras, promoviendo el desarrollo del lenguaje en los niños, habremos hecho nuestra parte en esta tarea.

REFERENCIAS

1. Comité Nacional de Pediatría Ambulatoria. La detección oportuna de problemas de desarrollo. La Prueba Nacional de Pesquisa (PRUNAPE).En: Boggiano E, Breitman F, Andrade M. Manual para la Supervisión de la Salud de Niños, Niñas y Adolescentes. Buenos Aires: SAP-Fundasap; 2010.Págs.447-50.         [ Links ]

2. Lejarraga H. Evaluación del Desarrollo. PRONAP '16. Módulo 2. Buenos Aires: Sociedad Argentina de Pediatría; 2016.Págs.11-49.         [ Links ]

3. Bordelois I. Etimología de las Pasiones. Buenos Aires: Libros del Zorzal; 2007.         [ Links ]

4. Borges JL. Arte poética: seis conferencias. Barcelona: Crítica; 2005.         [ Links ]

5. La Biblia. Génesis. 3.1-24.         [ Links ]

6. Platón. Cratilo. Biblioteca Virtual Universal. 2006. [Acceso: 16 de marzo de 2017]. Disponible en: http://www.biblioteca.org.ar/libros/133614.pdf.

7. Borges JL. El Golem. En: Obras completa2923-1972. Buenos Aires: Emecé; 1974.         [ Links ]

8. Marti J. Frases y pensamientos. [Acceso: 16 de marzo de 2017].Disponible en:http://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/jose-marti.html.

9. Rivera S. Ludwing Wittgenstein, entre paradojas y aporías. El tractus lógico-philosophicus. Buenos Aires: Almagesto; 1994.Págs.15-76.         [ Links ]

10. Freud S. Psicoanálisis aplicado. En: Obras completas. Buenos Aires: Santiago Rueda; 1954.         [ Links ]

11. Lacan J. Psicoanálisis y cibernética o de la naturaleza del lenguaje.En: El Yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós;1983.Págs.435-54.         [ Links ]

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