SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.116 issue3Ultrasound-guided vascular cannulation: Experience in critically-ill pediatric patientsImpact of the hyperchloremic component of metabolic acidosis on the patient's hydration status and the treatment of diabetic ketoacidosis author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Archivos argentinos de pediatría

Print version ISSN 0325-0075On-line version ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. vol.116 no.3 Buenos Aires June 2018

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2018.e359 

ARTÍCULOS ORIGINALES

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2018.e359

Tumores ováricos en niñas y adolescentes

 

Dr. Kaan Sonmeza, Dr. Zafer Turkyilmaza, Dr. Ramazan Karabuluta y Dr. A. Can Basaklara

a. Facultad de Medicina de Gazi Üniversitesi, Departamento de Cirugía Pediátrica, Ankara, Turquía.

Correspondencia: Dr. Ramazan Karabulut: karabulutr@yahoo.com

Financiamiento: Ninguno

Conflicto de intereses: Ninguno que declarar.

Recibido: 7-7-2017
Aceptado: 19-9-2017

 


RESUMEN

Introducción. El tratamiento quirúrgico adecuado para las pacientes pediátricas con lesiones ováricas es heterogéneo, y en las niñas es conveniente conservar los ovarios. El objetivo de este estudio es analizar los hallazgos relacionados con un grupo de pacientes a las que se operó por lesiones ováricas.
Pacientes y métodos. Un estudio retrospectivo realizado durante 13 años con 56 pacientes menores de 17 años. Estas pacientes se dividieron en 3 grupos según el diagnóstico de patología ovárica: 25 tenían lesiones funcionales (quistes y torsión), 18 tenían lesiones ováricas epiteliales y 13 tenían tumores germinales. Se comparó a estos tres grupos en términos de menarquia, torsión, edad, duración, tamaño, dolor, tumor, vómitos, menstruación irregular, ubicación y tipo de operación.
Resultados. Enestosgrupos,fueronmásfrecuentes los quistes foliculares, los cistoadenomas serosos y los teratomas. La media de edad de las pacientes fue de 12,18 ± 4,84 años. Los síntomas y signos más frecuentes fueron dolor (85,7%) e hinchazón (37,5%) en la región abdominopélvica. Se observó torsión en 21 pacientes (37,5%); la media del tamaño del tumor fue de 10,46 ± 6,55 cm. Se realizó una salpingoovariectomía (SO, por sus siglas en inglés) en 38 pacientes y una resección del quiste (CE, por sus siglas en inglés) en 18 pacientes. Se observaron más casos de torsión en las pacientes premenárquicas que en las menárquicas y en el grupo de lesiones funcionales. Se realizaron más resecciones quirúrgicas en el grupo de lesiones funcionales, y más SO en los grupos de lesiones epiteliales y tumores germinales.
Conclusión. Se considera que la torsión y las patologías ováricas funcionales son frecuentes en la edad premenstrual, y las lesiones malignas son muy raras en todos los grupos etarios, por lo que se recomienda preservar la fertilidad en la cirugía.

Palabras clave: Neoplasias ováricas; Tumor benigno; Tumor maligno; Cirugía; Niña.


 

INTRODUCCIÓN

Las neoplasias ováricas son poco frecuentes y ocurren en 2,6/100 000 niñas por año; las neoplasias malignas representan alrededor del 1% de todos los casos de cáncer infantil. La etiología del agrandamiento ovárico en la niñez incluye quistes funcionales, torsión ovárica y neoplasias malignas o benignas.1 Las lesiones ováricas se presentan de diversas maneras. Las pacientes pueden acudir al hospital con dolor abdominal agudo y signos de apendicitis aguda, pubertad precoz, virilización o trastornos endocrinos, o un tumor pélvico o abdominal (lo que plantea la inquietud de un posible cáncer). El estudio de diagnóstico incluyó ecografía abdominal, ecografía Doppler y, en algunas pacientes, resonancia magnética nuclear (RMN), tomografía computarizada (TC) y marcadores tumorales (CA-125, AFP, b-HCG). El cirujano debía elegir una de dos opciones: cirugía de urgencia para pacientes con dolor abdominal agudo y con complicaciones asociadas con el tumor (torsión, ruptura, hemorragias), y cirugía programada para trastornos endocrinos, quistes ováricos y tumores sin dolor abdominal.2,3 La cirugía de ovarios en la niñez puede poner en riesgo la futura fertilidad, ya sea por la extracción de tejido ovárico normal o por la formación de adherencias. Por lo tanto, los objetivos quirúrgicos deben consistir en conservar el tejido ovárico y en reducir al mínimo la formación de adherencias.4

En este estudio retrospectivo, se analiza la experiencia clínica y el resultado de la cirugía en tres patologías diferentes de tumores ováricos durante un período de 13 años, en niñas.

PACIENTES Y MÉTODOS

Este estudio retrospectivo se realizó solamente con 56 pacientes quirúrgicas con diagnóstico de tumor ovárico menores de 17 años, entre enero de 2004 y diciembre de 2016, en el hospital universitario Gazi Üniversitesi. Se analizaron los exámenes de diagnóstico, las radiografías abdominopélvicas, las ecografías, las RMN/TC y los marcadores tumorales con el objeto de detectar masas complejas o sólidas con signos ecogénicos, que tuvieran gran tamaño y signos endocrinológicos tales como pubertad precoz. Las cirugías se realizaron de forma urgente o programada, conforme al cuadro clínico. Se consideró como enfoque conservador una resección simple del quiste, con desrotación si estaba asociado con torsión anexial; por otro lado, el enfoque radical consistió en la SO, que incluía la trompa de Falopio si esta estaba afectada.2,3 Los quistes ováricos en los fetos desaparecen, pero presentan complicaciones como hemorragia intraquística, torsión, atrapamiento por hernia o, en casos raros, un efecto tumoral, dificultad respiratoria o hidronefrosis. En general, la operación se recomienda solamente para los quistes que aumentan de tamaño o persisten durante >4 meses. Los riesgos prequirúrgicos de cáncer que deben tenerse en cuenta incluyen la edad de la paciente, y las características y el volumen del tumor. Si al cirujano le preocupa la posibilidad de que un quiste sea maligno, debe realizar una laparotomía para facilitar la resección del tumor intacto y los procedimientos de estadificación indicados. Además, debe considerarse la laparotomía para los quistes funcionales cuyo tamaño sea de más de 8 a 10 cm. Por lo general, el diagnóstico y el curso de la cirugía se determinan mediante el examen de la pieza de biopsia que se extrae durante la operación para el reconocimiento del cáncer de ovario. Por lo tanto, el diagnóstico de la pieza de biopsia de los tumores ováricos es importante, en especial en adolescentes que pueden tratarse de forma conservadora para mantener la fertilidad.5-9 Los quistes simples suelen supervisarse, porque la mayoría de ellos remiten espontáneamente y desaparecen en 4 a 8 semanas. Sin embargo, si durante la supervisión el quiste causa un dolor considerable, persiste más de 8 semanas o aumenta de tamaño, se justifica el tratamiento quirúrgico. La quistectomía, en la que se conserva el resto del ovario, es el tratamiento quirúrgico preferido para un quiste funcional.7-9

Después del diagnóstico patológico, los 56 casos se clasificaron como patologías ováricas funcionales, epiteliales y germinales. Se analizaron la edad, los síntomas y los signos, la situación en relación con la menarquia, el tamaño del tumor y la ubicación en cada paciente. Se compararon las diferencias entre los datos. Los resultados numéricos de las pacientes se expresaron como media ± desviación estándar (DE). Para examinar las diferencias entre los grupos, se utilizaron la prueba de y2 y de ANOVA.

RESULTADOS

La edad de las pacientes varió de 4 meses a 17 años (media 12,18 años) (mediana de edad= 14 años). Participaron 22 pacientes premenárquicas y 34 pacientes menárquicas. La duración de los síntomas osciló de 0 a 365 días (media= 52,05). La presentación más frecuente fue el dolor abdominopélvico (48 casos), seguido de hinchazón abdominal y pélvica (tumor) (21 casos; 37,5%), (Tabla 1). En dos casos de tumor ovárico intrauterino, la cirugía no logró que el tumor desaparezca ni que se reduzca durante los períodos de seguimiento. Se realizó una resección programada del quiste en una paciente de 7 años con pubertad precoz que tenía un quiste de 2 cm en el ovario derecho. No hubo pruebas de patologías endocrinológicas ni de otro tipo. Cinco pacientes presentaron irregularidades menstruales. Algunas pacientes presentaban más de un síntoma. En su mayoría, los tumores eran unilaterales, quísticos o sólidos/quísticos, y variaban en tamaño de 2 a 35 cm (media 10,46). Además, 2 pacientes presentaron lesiones bilaterales, y las 54 restantes se dividieron de forma equitativa entre el lado derecho e izquierdo (Tabla 1). Se realizó una cirugía de urgencia en 19 pacientes (33,9%) y una cirugía programada en las demás pacientes (n= 37; 66,1%). Se practicó una SO en 38 pacientes (solo 3 ovariectomías) y una resección del quiste (CE) en 18 pacientes. Seis resecciones se realizaron de forma laparoscópica (Tabla 1).

Tabla 1. Características de las pacientes (n= 56)

Se dividió a las pacientes en tres grupos: 25 con lesiones funcionales, 18 con lesiones ováricas epiteliales y 13 con tumores germinales. En estos grupos, fueron más frecuentes los quistes foliculares, los cistoadenomas serosos y los teratomas, respectivamente. Se compararon los hallazgos y los parámetros de estos tres grupos. No hubo diferencias entre los tres grupos con respecto a la menarquia (p > 0,05). Sin embargo, el grupo de lesiones funcionales presentó síntomas a una edad inferior que los otros grupos (11,13 ± 5,35 años) (p < 0,005). El tamaño del tumor también fue más pequeño en este grupo (7,60 ± 3,46 cm) que en los otros dos grupos (p= 0,011). Se observó torsión ovárica en 21 (37,5%) pacientes. Se diagnosticaron dos casos de torsión relacionada con el quiste en el período intrauterino, y se realizó un seguimiento. Se encontró que, en estos casos, flotaban libremente dentro del abdomen debido a torsión sin ningún tipo de adherencias (al modo de los parásitos) y con pedículos vasculares sin ninguna elevación de los marcadores ni alteraciones en el tamaño (5 y 7 cm). La torsión fue superior en el grupo de lesión ovárica funcional (n= 15; 71,4%), seguido del grupo de tumores germinales (n= 5; 23,8%) y de lesiones epiteliales (n= 1; 4,8%) (p= 0,004, p= 0,001, respectivamente). Se halló que la torsión fue estadísticamente significativa en 13 (59,1%) de las pacientes premenárquicas, pero en solo 8 (23,5%) de las pacientes menárquicas (p= 0,007). La media de edad fue de 10,44 años en los casos de torsión, y de 13,22 años en los casos de no torsión, independientemente del grupo (p= 0,036). No se hallaron diferencias entre los grupos en cuanto al dolor informado en la primera consulta (p > 0,05), pero la hinchazón fue más frecuente en los grupos de lesiones epiteliales y tumores germinales (p= 0,009) (Tabla 1). En las pacientes premenárquicas, se halló que la torsión ovárica fue más frecuente, y el tiempo de espera y el tamaño del tumor fueron inferiores (p= 0,007, p= 0,004, p= 0,048, respectivamente). En el grupo de lesiones funcionales, fue más frecuente la resección del quiste, y la ovariosalpingectomía tuvo mayor prevalencia estadística en los otros dos grupos (p= 0,001). Además, en el grupo de pacientes premenárquicas, el tiempo de espera fue menor que en el grupo de pacientes menárquicas (27,68 ± 36,03 y 67,82 ± 98,11 días) (p= 0,004). Esto puede atribuirse a que hubo más casos de torsión entre las pacientes premenárquicas. Además, en el grupo de pacientes premenárquicas se observaron tumores de menor tamaño (7,90 ± 3,98 y 12,11 ± 7,36 cm) (p= 0,048). El tamaño del tumor fue de 6,61 ± 2,85 cm en el grupo de pacientes que fueron sometidas a CE y de 12,28 ± 7,03 cm en el grupo de pacientes a las que se les practicó una SO, lo que fue estadísticamente significativo (p= 0,001). El tamaño del tumor fue más pequeño en el grupo de lesiones funcionales que en los otros dos grupos (p= 0,011) (Tabla 1).

Un caso interesante es el de una paciente de 13 años diagnosticada con carcinoma bilateral de células claras a la que se le practicó SO bilateral, linfadenectomía retroperitoneal y resección hepática en diferentes momentos, que representa el caso más joven de las publicaciones. En el primer ingreso, su síntoma principal era el dolor abdominal. Su concentración prequirúrgica de CA-125 era de 5543,9 U/ml (normal= 0-35). Después de que en el período posquirúrgico se detectaran concentraciones altas de CA 72-4 (129,7 U/ml [normal 0-4]), se descubrió metástasis en el hígado durante el período de seguimiento de 18 meses, y se realizó una hepatectomía irregular. La paciente murió a los 21 años. El marcador CA 72-4 es específico de los tumores gastrointestinales y mamarios, pero se eleva después de tumores ováricos metastásicos y recurrentes.10 En otro centro, se realizó un seguimiento de otro caso interesante por obesidad y aumento excesivo de peso en una paciente de 16 años. Debido a que la paciente había subido 20 kg en 3 años, se sugirió dieta y ejercicio. Sin embargo, debido a que se detectó un tumor quístico en la ecografía, la derivaron a nuestra clínica. La RMN reveló un tumor quístico gigante que se extendía hasta la apófisis xifoides y ocupaba el área abdominal. Esta lesión quística pura no presentaba tabiques. Se hallaron concentraciones normales de los marcadores tumorales (b-HCG, AFP, CA-125); se aspiraron 17 litros de líquido del ovario izquierdo, y se realizó una salpingoovariectomía. El diagnóstico histopatolológico fue quiste ovárico mucinoso.

De los 13 tumores germinales, solo uno era un coriocarcinoma; los otros 12 eran teratomas. Esta paciente de 16 años había referido hinchazón abdominal desde hacía 4 meses. Acudió al hospital debido al aumento de los síntomas, disminución de la micción y debilidad. La ecografía y la RMN abdominal mostraron un tumor sólido y quístico gigante, con elementos vasculares entre la vejiga y el nivel inferior del hígado. Las concentraciones de CA-125 y de b-HCG eran elevadas (106,4 U/ml [normal= 0-35] y 1146,9 U/ml, respectivamente). Se realizó una biopsia de diagnóstico guiada por ecografía debido al tumor avanzado que se originaba en el ovario derecho. El diagnóstico fue coriocarcinoma; se administraron 4 ciclos prequirúrgicos de quimioterapia con BEP (bleomicina, etopósido y cisplatino), y el tumor se extirpó con una SO. En la actualidad, la paciente tiene 24 años y está en remisión.

Las radiografías abdominales mostraron la presencia de partículas óseas y dentales en los tumores germinales de 2 pacientes. En una paciente, los marcadores y la ecografía fueron normales, pero se hallaron bolas de pelo en el quiste durante la quistectomía laparoscópica. Se realizó una cirugía abierta de conversión y una SO izquierda. En nuestra serie, las concentraciones de los marcadores tumorales de todas las pacientes con teratoma fueron normales, excepto por un caso de niveles elevados de AFP. Las concentraciones de CA-125 y CA 72-4 fueron útiles en la determinación del medicamento y el seguimiento de la paciente con sarcoma de células claras.

DISCUSIÓN

Si bien los tumores ováricos malignos son relativamente poco frecuentes en las niñas y constituyen solo el 1% de los tumores malignos que aparecen en la niñez, los tumores ováricos en la niñez tienen una tasa de malignidad del 10%.u

Las lesiones neoplásicas, que pueden ser benignas o malignas, en general se clasifican según la célula de origen: epitelial, germinal, del estroma de los cordones sexuales o metastásica.12 Debido a que en nuestra serie tenemos solo un tumor estromal de los cordones sexuales, quisimos distinguir entre los 56 casos de lesiones ováricas epiteliales, germinales y funcionales, y comparar sus características. La neoplasia epitelial en las niñas es muy poco frecuente, pero sigue siendo parte del diagnóstico diferencial de cualquier tumor ovárico.13 Deprest et al., informaron que el 19,3% de todos los tumores ováricos tenían origen epitelial y que la mayoría de estos -15,9% de los tumores de todas las pacientes de las 10 series-eran malignos.14 Diamond et al., indicaron una tasa de malignidad del 9,8% para todos los subtipos de tumores ováricos, y una tasa incluso más baja, del 2,4%, para los carcinomas epiteliales malignos.15 Los autores han propuesto que la estimulación hormonal puede desencadenar estos tumores. Todos los tumores epiteliales en pacientes <14 años fueron benignos; los 8 tumores epiteliales malignos se produjeron en pacientes >15 años.16 Sin embargo, en nuestra serie, 7 de los 18 tumores epiteliales ocurrieron en pacientes premenárquicas.

El sarcoma de células claras de ovario es un trastorno poco habitual, especialmente en una paciente adolescente. Nuestra paciente de 13 años diagnosticada con sarcoma de células claras bilateral representa el caso más joven de las publicaciones. La tasa más elevada de tumores ováricos epiteliales en esta serie (32,1%) puede explicarse por el hecho de que nuestro centro es una clínica de alta complejidad a la que se derivan los casos complicados.

En los quistes simples de gran tamaño o los teratomas ováricos maduros, la tendencia a la degeneración maligna o a la coexistencia de células malignas es muy baja o nula. En vista de la posible incidencia bilateral del 12%, el tratamiento conservador parecería más adecuado que la SO abierta o laparoscópica. En conjunto, los teratomas constituyen la mitad de todas las neoplasias ováricas, y solo el 1% son teratomas inmaduros malignos.917-19

En la serie de 521 casos clínicos de Zhang et al., se halló una media de edad de 16,3 ± 2,2 años. Noventa y dos de estas pacientes no tuvieron hallazgos neoplásicos, 382 tuvieron lesiones ováricas benignas, y 47, malignas. Los síntomas más frecuentes de estas pacientes fueron el dolor abdominopélvico y el trastorno menstrual, y se halló torsión en 48 pacientes (9,2%). Sin embargo, no se separaron en grupos de pacientes.20 En la serie de 424 pacientes de Oltmann, la media de edad fue de 12,5 ± 0,26 años, la tasa de malignidad fue del 11% y 114 de estas pacientes presentaron torsión (26%).1,21 La media de edad de las pacientes con torsión fue de 10 ± 0,53 años. Cuatro de los tumores de las pacientes con torsión eran malignos (3,5%) y 26 eran benignos (24%), mientras que el resto eran lesiones funcionales (72,5%). Este resultado apoya la hipótesis de que la torsión se presenta a una edad temprana. Se observó una malignidad del 11% en una serie de 424 tumores ováricos y del 1,8% en 707 torsiones ováricas.21 Nuestra tasa de malignidad (n= 2) es del 3,57%. Por lo tanto, se comprende que, en primer lugar, debe protegerse el tejido ovárico de manera satisfactoria.

En la serie de Zhang, el síntoma principal de las patologías benignas y funcionales fue el dolor, mientras que en las patologías malignas fue el dolor acompañado de hinchazón.20 En nuestros grupos, se detectó hinchazón en el 61,5% de las pacientes con tumores germinales y en el 50% de las pacientes con lesiones epiteliales, pero solo en el 16% de aquellas con lesiones funcionales. Este resultado fue coherente con las publicaciones, y el tamaño promedio del tumor fue de 7,6 cm en el grupo de tumores funcionales y de 12 cm en los otros dos grupos. En la serie de Oltmann, se indicó un valor límite de 8 cm para las lesiones malignas, mientras que en Zhang el tamaño fue de 9,0 ± 5,7 cm en las neoplasias benignas y de 17,3 ± 8,6 cm en las neoplasias malignas.1,20 Sin embargo, por primera vez en las publicaciones, dado que las patologías ováricas de nuestra serie se dividieron en 3 grupos, se halló que los diámetros de los tumores ováricos epiteliales y germinales eran similares, de 12 cm o más; en el grupo de tumores funcionales, el tamaño fue de 7,6 cm, estadísticamente pequeño. Con mayor frecuencia, el diagnóstico prequirúrgico fue de tumor abdominopélvico. Se debe tener en cuenta la indicación de realizar análisis de marcadores tumorales ováricos antes de la cirugía, para ayudar con el manejo intraoperatorio y con el diagnóstico patológico.

En general, el tratamiento de la torsión ovárica fue la ovariectomía. Sin embargo, en la revisión de las publicaciones, diversos investigadores no hallaron pruebas que apoyen este tipo de temores asociados, por lo que en la actualidad se recomienda la detorsión como opción. Se ha demostrado que, en mujeres adultas, la función ovárica se recupera después de la detorsión, pero no se dispone de datos en niñas.5,6,9 Si en el ovario de la torsión hay una zona quística, puede realizarse una quistectomía con el fin de conservar el ovario y evitar otra torsión. Desde luego que este procedimiento plantea un desafío técnico por el tamaño pequeño de los ovarios en las pacientes premenárquicas. El volumen del ovario desde el nacimiento hasta los 5 años varía de 0,75 a 0,86 cm.3,4

Las 25 lesiones ováricas funcionales restantes eran quistes ováricos funcionales de más de 5 cm que no se redujeron en tamaño. Siete pacientes presentaron quistes con torsión ovárica, y los ovarios se protegieron mediante detorsión y quistectomía, sin realizar una ovariectomía. Los quistes simples suelen supervisarse, porque la mayoría de ellos remiten espontáneamente y desaparecen en 4 a 8 semanas. Sin embargo, si durante la supervisión el quiste causa un dolor considerable, persiste más de 8 semanas o aumenta de tamaño, se justifica el tratamiento quirúrgico. La quistectomía, en la que se conserva el resto del ovario, es el tratamiento quirúrgico preferido para un quiste funcional en mujeres en edad reproductiva. La mayoría de los quistes funcionales pueden extraerse de forma laparoscópica.4,5,9

En esta serie, a las pacientes con lesiones funcionales se les practicó una resección del quiste (56%); la resección del quiste se realizó solo en el 22% de las pacientes del grupo con lesiones epiteliales, y se realizó una SO en todas las pacientes con tumores germinales.

Se practicaron ovariectomías debido a la necrosis ovárica causada por la torsión y al dolor abdominal agudo y la torsión que se presentaron en los casos de emergencia, ya que no se pudo detectar tejido ovárico intacto en el tumor epitelial o germinal.

En la serie de Oltmann, la tasa de malignidad fue del 22% en las pacientes de 1 a 8 años y del 10% en las pacientes mayores de 8 años, mientras que, en nuestra serie, las dos pacientes con tumores malignos tenían 13 y 17 años.1 La diferencia puede estar relacionada con la cantidad relativamente escasa de pacientes en nuestro estudio.

Se considera que la torsión y las lesiones ováricas quísticas (funcionales) son frecuentes en la edad premenstrual, y las lesiones malignas son muy raras en todos los grupos etarios durante la niñez, por lo que se recomienda la cirugía de protección ovárica.

REFERENCIAS

1. Oltmann SC, Garcia N, Barber R, et al. Can we preoperatively risk stratify ovarian masses for malignancy? J Pediatr Surg 2010;45(1):130-4.         [ Links ]

2. Spinelli C, Pucci V, Strambi S, et al. Treatment of ovarian lesions in children and adolescents: a retrospective study of 130 cases. Pediatr Hematol Oncol 2015;32(3):199-206.         [ Links ]

3. Spinelli C, Strambi S, Liloia C, et al. Update on the surgical management of ovarian neoplasms in children and adolescents: analysis on 32 cases. Gynecol Endocrinol 2016;32(10):787-91.         [ Links ]

4. Quint EH, Smith YR. Ovarian surgery in premenarchal girls. J Pediatr Adolesc Gynecol 1999;12(1):27-9.         [ Links ]

5. Ilvan S, Ramazanoglu R, Ulker Akyildiz E, et al. The accuracy of frozen section (intraoperative consultation) in the diagnosis of ovarian masses. Gynecol Oncol 2005;97(2):395-9.         [ Links ]

6. Cass DL, Hawkins E, Brandt ML, et al. Surgery for ovarian masses in infants, children, and adolescents: 102 consecutive patients treated in a 15-year period. J Pediatr Surg 2001;36(5):693-9.         [ Links ]

7. McCarthy JD, Erickson KM, Smith YR, et al. Premenarchal ovarian torsion and elevated CA-125. J Pediatr Adolesc Gynecol 2010;23(1):e47-50.         [ Links ]

8. Morowitz M, Huff D, von Allmen D. Epithelial ovarian tumors in children: a retrospective analysis. J Pediatr Surg 2003;38(3):331-5.         [ Links ]

9. Karpelowsky JS, Hei ER, Matthews K. Laparoscopic resection of benign ovarian tumours in children with gonadal preservation. Pediatr Surg Int 2009;25(3):251-4.         [ Links ]

10. Mariampillai AI, Cruz JPD, Suh J, et al. Cancer Antigen 72-4 for the Monitoring of Advanced Tumors of the Gastrointestinal Tract, Lung, Breast and Ovaries. Anticancer Res 2017;37(7):3649-56.         [ Links ]

11. Abbas PI, Dietrich JE, Francis CA, et al. Ovarian-sparing surgery in pediatric benign ovarian tumors. J Pediatr Adolesc Gynecol 2016;29(5):506-10.         [ Links ]

12. Savasi I, Lacy JA, Gerstle JT, et al. Management of ovarian dermoid cysts in the pediatric and adolescent population. J Pediatr Adolesc Gynecol 2009;22(6):360-4.         [ Links ]

13. Tsai JY, Saigo PE, Brown C, et al. Diagnosis, pathology, staging, treatment, and outcome of epithelial ovarian neoplasia in patients age < 21 years. Cancer 2001;91(11):2065-70.         [ Links ]

14. Deprest J, Moerman P, Corneillie P, et al. Ovarian borderline mucinous tumor in a premenarchal girl: review on ovarian epithelial cancer in young girls. Gynecol Oncol 1992;45(2):219-24.         [ Links ]

15. Diamond MP, Baxter JW, Peerman CG Jr, et al. Occurrence of ovarian malignancy in childhood and adolescence: a community-wide evaluation. Obstet Gynecol 1988;71(6 Pt 1):858-60.         [ Links ]

16. Norris HJ, Jensen RD. Relative frequency of ovarian neoplasms in children and adolescents. Cancer 1972;30(3):713-9.         [ Links ]

17. Comerci JT Jr, Licciardi F, Bergh PA, et al. Mature cystic teratoma: a clinicopathologic evaluation of 517 cases and review of the literature. Obstet Gynecol 1994;84(1):22-8.         [ Links ]

18. Shalev E, Bustan M, Romano S, et al. Laparoscopic resection of ovarian benign cystic teratomas: experience with 84 cases. Hum Reprod 1998;13(7):1810-2.         [ Links ]

19. Azizkhan RG, Caty MG. Teratomas in childhood. Curr Opin Pediatr 1996;8(3):287-92.         [ Links ]

20. Zhang M, Jiang W, Li G, et al. Ovarian masses in children and adolescents - an analysis of 521 clinical cases. J Pediatr Adolesc Gynecol 2014;27(3):e73-7.         [ Links ]

21. Oltmann SC, Fischer A, Barber R, et al. Pediatric ovarian malignancy presenting as ovarian torsion: incidence and relevance. J Pediatr Surg 2010;45(1):135-9.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License