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Cuadernos de historia de España

versión impresa ISSN 0325-1195versión On-line ISSN 1850-2717

Cuad. hist. Esp. v.78 n.1 Buenos Aires ene./dic. 2003

 

Archivo Gomá. Documentos de la Guerra Civil. Tomo 1: julio-diciembre de 1936. Edición de José Andrés-Gallego y Antón M. Pazos, con la colaboración de Carlos Carrascal del Solar y José Manuel Martínez Jiménez, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2001, 589 páginas.

Mariano Eloy Rodríguez Otero

   "No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague" promete el aserto popular en lengua castellana. Quizás algo de esto, tras demasiadas décadas,(1) suceda con el fondo documental que comenzamos a reseñar aquí. Vaya por tanto un primer reconocimiento al equipo que, ya entrados en el siglo XXI, brinda esas posibilidades a los profesionales del asunto e interesados en general. Conformado bajo la dirección de José Andrés-Gallego -de dilatado tránsito por las cátedras españolas, investigador principal del Centro de Estudios Históricos del CSIC, integrado en la Fundación Mapfre y hoy director de la Fundación Tavera; autor en lo que aquí nos incumbe de obras previas (2) que explican de por sí su acercamiento a los repositorios de Gomá.(3) Lo acompaña Antón M. Pazos, anteriormente coautor -también con Andrés-Gallego- de La Iglesia en la España contemporánea, tomo II: 1936-1999.(4) El equipo se completa con una serie de colaboradores como Santiago María Barroso Sánchez-Lafuente, Carlos Carrascal del Solar, Virginio Domínguez Domínguez, Alberto L. García Ruiz, Pedro Manuel Fernández Navajas, Alfonso Magdalena González, José Manuel Martínez Jiménez y Joaquín María Usunáriz Belber, Los investigadores nombrados habrían aprovechado la frecuentación de estos materiales recopilados y ordenados para elaborar sus tesis doctorales, que esperamos con igual o más ansia que los tomos siguientes de esta colectánea, pues quizás al fin nos permitirán ascender al impostergable nivel del análisis que se requiere de aquí en más.

   Y si los testimonios de las instituciones eclesiásticas -o sus personalidades más destacadas- se asemejan a una complicada madeja a deshenebrar, bienvenido sea que al fin se pueda jalar de Gomá y de una parte de su dañado archivo episcopal.(5) A contracorriente del diletantismo teórico contemporáneo y para no tener que quedar reducidos a un ejercicio meramente historiológico, o a lo sumo a un ordenamiento historiográfico hueco, resulta fundamental habilitar para la comunidad de los investigadores fuentes que siendo tan importantes estaban apartadas de la consulta.(6) Sin ir más lejos Vicente Cárcel Ortí, nada sospechoso de animadversión, al plantear en 1979 las deficiencias a solucionar en el estudio del período y la corporación, consideraba inútil proseguir sin poder comparar con este archivo y otros que aún esperaban su apertura y sistematización.(7) Pero no es un afán papelista el que impulsa a remarcar las posibilidades de un fondo como éste; en definitiva, y eso importa, ahora se podrán compulsar hipótesis, rebatir o ajustar proposiciones y abrir nuevas perspectivas desde la proximidad de unos documentos que hoy confirman el avieso juego de cierta jerarquía eclesiástica española de la época.(8)

   El 22 de agosto de 1940 moría Isidro Gomá y Tomás, cardenal-arzobispo de Toledo y primado de España. A primera vista parecía darse por cerrado su papel en la convulsionada historia contemporánea de esa España de la primera mitad del siglo XX. Pero, por encima de compartir o no la creencia del difunto en una vida de ultratumba, su impronta seguiría viva más allá del recuerdo emocionado o temible. Queda claro que el inmenso acervo de poder simbólico y real que le cupo administrar -cual un mayorazgo que lo sobreviviría- no mermó un ápice sino que reforzó como espinosa herencia un "capital" ideológico que rendiría sus intereses reaccionarios en el inminente bautismo formal de un nacional-catolicismo al asalto del poder. Gomá es un emergente consciente de las tendencias en boga en la Iglesia española del siglo previo, y tal aseveración la confirma no sólo su promoción sino también su capacidad de aunar esfuerzos en pro de la, por él especialmente así denominada, "cruzada", que es como se camufló por décadas el pronunciamiento cívico-militar devenido guerra fratricida y dictadura consiguiente.

   La documentación lo recorta de esa manera, pero también lo adelanta en la pugna contra un competidor en el plan de subordinar unívocamente a la sociedad: el teledirigido fascismo de Falange Española para peor vagamente laicizante, y que por raquítico no era menos ambicioso. Gomá gestionará con afán condicionar el naciente Estado franquista a la vez que lo provee de una cobertura internacional única: el auditorio católico mundial. La maniobra no tiene, y los documentos así lo dejan en claro, ningún lineamiento democrático ni en el restringido sentido de la época, lo que sí pretende es conservar prebendas políticas y posición censora preeminente. Alguna vez José María Pemán, el intelectual orgánico de todas las dictaduras del siglo XX español, se quejaba (¿o no?) de que ante el fascismo marcial europeo, en la península cada vez que se pretendía hacer una parada monumental salía una romería; podemos agregar que era una romería religiosa, y no sólo por la etimología, sino por las vinculaciones entre la jerarquía y aquel variopinto núcleo integrista que contrapesaba el giro totalitario de los primeros años 40. La disputa no pareciera haber sido un bien en sí mismo que merezca exponerse como tinte de honor en la España democrática del presente.

   Desde esta perspectiva, las cartas, copias de correspondencia, adhesiones telegráficas mundiales, borradores de escritos, y hasta rendiciones de cuentas o listados de personajes, no tienen desperdicio.

   Queda evidenciado el papel fundamental por supletorio de su folleto "El caso de España, instrucción a sus diocesanos y respuesta a unas consultas sobre la guerra actual",(9) hasta que bajo diversas presiones y manteniendo Gomá su posición dominante se redactó la Carta Colectiva del Episcopado Español a los obispos de todo el mundo explicando las razones del alzamiento y los fines de la guerra, entre los meses de diciembre de 1936 y julio de 1937.(10) Este tipo de materiales era conocido por su intensa e intencionada difusión, pero a la par podemos consultar los informes del prelado al secretario de Pío XI, cardenal Pacelli, en los que Gomá insiste en la tesis justificativa del golpe preventivo de una conjura comunista.(11) Un segundo informe hace hincapié en la restauración del culto externo como insignia de acendrada obediencia.(12) Pero no podrá ni querrá ocultar malestares diversos; ya el tercer informe, al mismo destinatario delinea la profundidad interna del conflicto con los católicos vascos (13) y demás "disidentes".(14) El cardenal Gomá sabe que actúa a tres puntas, a saber: sobre el interior, sobre una Roma renuente y con el trasfondo de un orbe católico al que atraer. La consigna que se trasluce en la documentación emitida o recibida es la de cerrar filas para aprovechar la solidaridad católica mundial, de allí que fuere imprescindible acallar voces disonantes, como dejará asentado en su borrador de impresiones tras la visita a Roma de diciembre de 1936: "Dice bien quien afirma que la guerra civil se hace en Roma y que en España se hace la internacional".(15)

   El tinte de desconfianza sobre un Franco que pasajeramente se proclama "aconfesional"(16) puede ser superado pero delata otra desconfianza que no es fruto circunstancial de las tribulaciones de la guerra. La vivirán los que no eligen bando o desde el "talante excluyente" del catolicismo representado por Gomá no se deciden: tenemos los listados de intelectuales que poniendo en duda por su pasado a Ramón Menéndez Pidal o a Claudio Sánchez-Albornoz, execran en realidad cualquier rastro de liberalismo que, como último adversario de esta Iglesia en la revancha, se oculta en el conflicto español. No mejor suerte corren los "conversos" y Manuel García Morente será de dudosa pertenencia.(17) Si éstos que, en una sociedad de privilegiados, eran acreedores a tal trato, ¿qué suerte deberían esperar los anónimos y desconocidos que pudieron apartarse del camino señalado? La respuesta, de singular fiereza, se la da a Gomá su hermano en la sucesión apostólica, el obispo de Palencia: "Ayer tuve el gran consuelo de distribuir en Medina de Rioseco (antes muy frío y con muchos rojos) 2.500 comuniones y más de 1.000 confirmaciones, el pueblo consta de 4.000 almas ¡qué buen misionero es Fray Palo!".(18)

   Mucho se podrá hacer con esta colectánea y sus próximas continuaciones previstas, lo que ya no podrá hacerse es desconocerla. Aunque el camino pudo ser inverso al frecuente, y acabamos facultados para armar un rompecabezas al revés de lo habitual, se confirma una radiografía terrible de las pujas internas y de los chalaneos ante el poder faccioso hasta aquí postulado pero desde ahora incontrastable.

   Nada paradójicamente, este legado documental nos deja una herencia que es necesario asumir, pero que es más importante criticar. Quedan editados los documentos y queda planteado el desafío. Lo que ya no quedan entonces son excusas más de sesenta años después. Pues bien decía Silvina Ocampo que "La mentira le basta a la mentira; / pero cuánta mentira se necesita para entender la verdad".

Notas

1. Las tres décadas que lo separan de la señera publicación, por Batllori y Arbeloa, de los archivos del cardenal-arzobispo catalán Vidal i Barraquer son por sí solas hiato elocuente: Arxiu Vidal i Barraquer, Església i Estat durante la Segona República Espanyola, 1931-1936. Edición a cura de M. Batllori i V. M. Arbeloa, Barcelona, Monestir de Montserrat, 1971-1977. Es imposible no mirar los conjuntos en perspectiva comparada y por ende percibir -ahora al fin desde sus archivos- cómo se repite ante nosotros ese tenso y acre diálogo entre tan distintos prelados de una misma Iglesia. Cada presente convoca a su pasado, pero cada comunidad también decide su tiempo de dar cuenta pública de ese pasado.

2. Su primer libro fue La política religiosa en España.1883-1913, Madrid, Editora Nacional, 1975; seguido por estudios como "La Iglesia y la cuestión social: Replanteamiento", en AA.VV, Estudios históricos sobre la Iglesia española contemporánea, El Escorial, Real Monasterio del Escorial, Biblioteca La Ciudad de Dios, 1979. En la década siguiente, y sobre el llamado "reformismo social conservador", se destaca Pensamiento y acción social de la Iglesia en España, Madrid, Espasa-Calpe, 1984. Sus artículos, a veces vertidos y reforzados en sus libros o viceversa, son numerosísimos, señalando su modo sistemático y exhaustivo de explotación de las fuentes.

3. Sírvanos de ejemplo su artículo "La publicación de la Mit Brennender Sorge en España", en Homenaje a D. José Luis Comellas, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2000, pp. 257-272, y antes su ¿Fascismo o Estado católico? Ideología, religión y censura en la España de Franco, 1937-1941, Madrid, Encuentro, 1997.

4. Madrid, Encuentro, 1999.

5. Debe despedirse el ansioso por encontrar algún testimonio sistemático de la gestión del prelado anterior a 1936, pues esas carpetas fueron destruidas en el asalto a la sede episcopal a comienzos de la Guerra Civil. Allí podrían figurar las anotaciones de su paso por el XXXII Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires en octubre de 1934, donde su alocución dejara huella y señalara a cierto clero vernáculo un desideratum, más tarde plan de acción e inserción en la política argentina de la década siguiente. También, con ellas, y esto es más importante de cara a la historiografía española, los milicianos de la República destruyeron testimonios escritos de la connivencia de la prelatura con los golpistas de 1936.

6. Habían sido parcialmente utilizadas (y algo descuidadamente "ordenadas") por su secretario, biógrafo y años más tarde obispo vicario en la sede toledana, Anastasio Granados, en El cardenal Gomá, primado de España, Madrid, Espasa-Calpe, 1969. Luego de él pudieron manejar algunos materiales María Luisa Rodríguez Aísa y Antonio Marquina Barrio en los años 80.

7. Cárcel Ortí, Vicente, "La Iglesia durante la II República y la Guerra Civil (1931-1939)", en Historia de la Iglesia en España, dirigida por Ricardo García-Villoslada, tomo V, La Iglesia en la España contemporánea, Quinta Parte, pp. 331-394. La mención en p. 336.

8. Algunas de las "intuiciones" del contemporaneísta italiano Alfonso Botti, vertidas en su Cielo y dinero. El nacional catolicismo en España (1881-1975), Madrid, Alianza, 1992, se reforzarán definitivamente, en especial las que daban a la jerarquía española un papel consciente y eficiente en la alianza con los sectores del poder económico, sin dejar de condenar su liberalismo político.

9. Publicado con fecha de diciembre de 1936 por la Diputación Foral de Navarra en Pamplona, donde buscó refugio Gomá entre los carlistas locales. Las copias llegaron a todo el mundo y alguna que poseemos y consultamos ad hoc lleva el sello de "Obsequio de la Embajada de España", oficina ésta del gobierno de Burgos. Entre los documentos "curiosos" se proporciona un extenso listado de los primeros receptores (discriminados por edad) del folleto, Documentos 1-254 y 1-255, pp. 434-439.

10. El período propiamente dicho queda fuera del tomo compilado pero no así las prevenciones del catalán Vidal i Barraquer o las maniobras en contra del obispo vasco Mugica, que exige comprensión para su grey (v.g. las fórmulas que debería asumir por "propuesta" del gobierno de Burgos y las denuncias en contra de sus colaboradores nacionalistas vascos, Documento 1-59, pp. 149-151; y antes las copias de correspondencia temprana de los dirigentes vascos Landáburu e Ibarrondo con el Lendhakari José Antonio Aguirre, documento 1-20, pp. 71-73).

11. Documento 1-26, pp. 80 y ss., algo de agua ha pasado bajo el puente cuando los compiladores de este tomo lo desmienten en notas, demostrando a las claras el rédito del trabajo historiográfico en contra de leyendas anodinas y contrafácticas.

12. Documento 1-39, pp. 109 y ss., especialmente pp. 112 y 114.

13. Documento 1-253, muy extenso borrador con anexos temáticos, pp. 404 y ss.

14. La otra contrafigura que sin incurrir en el "pecado" nacionalista vasco aprovecha su reputado catolicismo es Angel Ossorio y Gallardo, a la sazón embajador en Bélgica y auspiciante de conferencias de clérigos contrarios a los rebeldes franquistas. Su animadversión será delatada al obispo por cartas que informan de aquellas andanzas y denuncian a los sacerdotes implicados. Documento 1-192, pp. 321 324. La posterior y sintomática averiguación en Documento 1-206, pp. 348 y 349.

15. Documento 1-270, pp. 456 y ss., la cita en p. 460.

16. Se le explica a Pacelli detenidamente en el tercer informe ya citado los matices de esa afirmación, pero se advierte en comunicación reservada de la lucha por el predominio en el "Nuevo Estado" (Documento 1-306) como también en las comunicaciones que recibe de los preocupadísimos dirigentes laicos de la Acción Católica, Documento 1-205, pp. 341 y anexos transcriptos.

17. Documento 1-344, "Listado de catedráticos supuestamente masones o colaboradores con la República", pp. 551- 554.

18. Documento 1-304, "Carta del Obispo de Palencia al Cardenal Gomá sugiriéndole que se podía pedir a la Santa Sede que las Diócesis más ricas donen ornamentos y material litúrgico a las que han sido arrasadas. Sin Fecha", pp. 509-510.

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