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Cuadernos de historia de España

versão impressa ISSN 0325-1195versão On-line ISSN 1850-2717

Cuad. hist. Esp. v.79 n.1 Buenos Aires jan./dez. 2005

 

Organización del Espacio en una Villa-Fortaleza: Aledo, Encomienda Santiaguista en la Frontera Murciano-Granadina en la Transición del Medievo a la Modernidad

María Martínez Martínez

Universidad de Murcia

RESUMEN
Evolución histórica de la encomienda santiaguista de Aledo durante la etapa bajomedieval. Situada en primera línea de la frontera murciano-granadina, la villa-fortaleza consolidó un sistema defensivo que perderá su razón de ser a partir de 1492 con la conquista de Granada. El Libro de visitas de la Orden de Santiago de 1511 y las intervenciones arqueológicas permiten reconstruir la morfología de la villa y los espacios religiosos, militares y económicos donde se desenvolvió colectivamente esta microsociedad, objeto de las transformaciones históricas producidas en la transición del medievo a la modernidad.

PALABRAS CLAVE: Orden de Santiago - Frontera - Murcia - Sistema defensivo - Granada.

ABSTRACT
Historical development of the "encomienda santiaguista" of Aledo during the late Medieval period. This fortress-village, placed on the front line of the Murcia-Granada border, consolidated a defensive system that will lose its reason to exist after the conquest of Granada in 1492. The "Libro de Visitas de la Orden de Santiago" of 1511 and archeological interventions allow the reconstruction of the morphology of the village and of the religious, military and economic spaces of the collective development of this micro-society, which suffered the historical transformations produced during the transition from Medieval to Modern times.

KEY WORDS: Order of Santiago - Frontier - Murcia - Defense - Space management -Granada.

Introducción

   Aledo fue una fortaleza encumbrada sobre una lengua rocosa de abruptas laderas que dominaba desde su altura (unos 620 m.s.n.m.) el valle del Guadalentín en las proximidades de la frontera murciana con Andalucía oriental. Hasta su integración en los dominios de la Orden de Santiago en el reino de Murcia a mediados del siglo XIII fue un poblado islámico, cuyas noticias se remontan al siglo IX. Es conocida la defensa de esta fortaleza por García Jiménez, vasallo de Alfonso VI, en 1088. La evolución histórica de la villa de Aledo y la consolidación de sus estructuras morfológicas durante los siglos bajomedievales se conoce bastante bien gracias a la documentación escrita y arqueológica disponible que ha favorecido una serie de trabajos especializados en las últimas décadas. Actualmente, la villa de Aledo conserva parte de su sistema defensivo medieval en proceso de recuperación, y se cuenta entre los más bellos parajes de la región de Murcia.

1. Marco historiográfico

   El caso de Aledo y su territorio se incardinan en los estudios de frontera, que en España se corresponden por antonomasia con la frontera cristiano-musulmana. Innúmeros trabajos, resultado del proceso conquistador de la España cristiana sobre la España musulmana, forman parte de la historiografía medieval hispánica de cuño clásico surgida y desarrollada a lo largo del siglo XIX. Desde mediados del siglo XX la explosión de aportaciones concebidas desde otras concepciones, postulados metodológicos y objetivos temáticos ha renovado y ampliado la visión y los contenidos del proceso Reconquista-Repoblación-Frontera, clave explicativa del desarrollo histórico de la España medieval (o mejor, Españas medievales).(1) La gran expansión territorial de Castilla durante la primera mitad del siglo XIII con la incorporación del Valle del Guadalquivir (Andalucía Bética) y el Valle del Segura-Guadalentín (Murcia) estabilizaba la frontera entre la Corona de Castilla y el reino nazarí de Granada prácticamente hasta 1492, hito final de lo que historiográficamente se denomina Reconquista.
   
La conquista del reino de Murcia por el infante don Alfonso entre 1243 y 1245 resultaba estratégica para Castilla pues frenaba las apetencias expansionistas de Aragón, se abría al Mediterráneo y ampliaba su espacio para oponerse al reino de Granada. La vecindad de Murcia con Granada obligó desde mediados de siglo al ya monarca Alfonso X a reorganizar la defensa del Adelantamiento murciano, a fortificar su territorio y a militarizar a su sociedad. El sector oriental de la frontera castellano-granadina (2) estaba defendido por una serie de poblaciones y enclaves fortificados que abarcaban longitudinalmente unos 150 kilómetros y aseguraban el interior del reino de la amenaza e incursiones nazaríes. En la organización sociomilitar del espacio y en la estructuración interna del reino tuvo un destacado protagonismo la Orden de Santiago, brazo armado de la monarquía en la conquista de Murcia. La compensación de los servicios militares y la necesidad de asegurar la anexión del reino de Murcia a Castilla explican las concesiones territoriales efectuadas por Fernando III y Alfonso X al maestre de Santiago, Pelay Pérez Correa. La Orden se consolidaba como un compacto dominio jurisdiccional en el noroeste y oeste del reino y se muestra como claro ejemplo de la feudalización que se impone en la etapa bajomedieval murciana.(3)
   
En estos parámetros historiográficos se incardina la historia de Aledo, donada por Alfonso X al maestre santiaguista Pelay Pérez Correa en 1257.(4) Desde entonces y hasta finales del siglo XV esta villa fortificada, convertida en encomienda, mantendrá una posición clave en el reino de Murcia por su situación entre el señorío de la Orden de Santiago y la frontera granadina. Los estudios arqueológicos e históricos acerca de Aledo y su territorio llevados a cabo durante las últimas décadas han permitido mostrar las pautas de su evolución histórica desde mediados del siglo XIII hasta el siglo XIX así como la transformación de su hábitat defensivo desde la época musulmana.(5)
   Con las bases historiográficas apuntadas y la documentación existente, parte de la cual se encuentra en proceso de exhumación, se pretende realizar una síntesis evolutiva de la organización social y territorial de Aledo durante la baja Edad Media, incidiendo especialmente en el declive de la villa santiaguista tras la incorporación de la Granada musulmana en 1492 cuando, desaparecido el problema de la frontera, el modelo de poblamiento y la organización territorial establecidos no se correspondía con las nuevas realidades históricas de la España de los Reyes Católicos.

2. Fuentes escritas y arqueológicas

   De entre las fuentes escritas disponibles para acercarnos al pasado de las villas y lugares dependientes de la mesa maestral de Santiago se encuentran los denominados Libros de Visitas,(6) en los cuales los visitadores santiaguistas (elegidos por el Cabildo de la Orden) dejaban memoria del recorrido y la inspección efectuados en las villas y lugares de su jurisdicción. La función de los inspectores del maestrazgo consistía en explorar in situ las poblaciones dependientes, registrar en qué estado se encontraban las estructuras materiales (castillo, fortaleza, muralla, torres, iglesias, ermitas, molinos, hornos, batanes, mesones, almazaras, etcétera) y cuáles eran los ingresos recaudados de las rentas pertenecientes a la Orden y procedentes de la explotación a censo de tierras y huertas, de otros bienes como el ganado, los impuestos derivados por el tráfico de mercancías, la actuación judicial o los ingresos emanados del monopolio señorial ejercido sobre los bienes de transformación: molinos hidráulicos, hornos, lagares y batanes, símbolos del poder jurisdiccional y de la dependencia económica de los territorios a él sometidos.
   
Las visitas efectuadas duraban unos cuantos días y se realizaban periódicamente cada cierto número de años, aunque en la práctica sin regularidad fija. A través de ellas se deja constancia por escrito de la situación material y financiera de las villas y sus lugares (Totana y Pliego en el caso de Aledo), como reflejan las cuentas presentadas por el mayordomo, donde se detallaban los ingresos pertenecientes a la Orden. Los visitadores, bajo la rúbrica de Mandatos, recopilaban las disposiciones establecidas para remediar y solucionar algunos de los problemas más acuciantes, especialmente la reconstrucción o el remozamiento de la morfología física de las poblaciones, lo que acarreaba onerosos dispendios y gastos que causaban con frecuencia el incumplimiento total o parcial de lo dispuesto, según quedaría registrado en los Libros de Visitas de años posteriores.
   
La inspección anotada en los Libros de Visitas constituye una fuente de información muy valiosa, cuya muestra de la visita de 1511 se edita con el fin de dar a conocer la estructura textual de la fuente y el análisis de su contenido, que se combina con los datos arqueológicos que permiten explicar la organización del hábitat y del poblamiento y, sobre todo, el tipo de sociedad que se organizó dentro de las estructuras materiales del espacio santiaguista. Por otra parte, las descripciones que se realizan de los bienes, enseres, vestimentas y objetos litúrgicos inventariados, propiedad de la Orden y existentes en los espacios de culto (iglesias y ermitas) facilitan, una vez desentrañada la polisemia del lenguaje, la aproximación al universo mental y al mundo material y espiritual de nuestros antepasados, amén de la importancia que tienen también para los historiadores del arte, cuya descripción arquitectónica y artística se contiene en la documentación. Asimismo, la información geográfico-paisajística y urbanística, los datos socioeconómicos y demográficos, la localización de los espacios irrigados, los aspectos arquitectónicos y las técnicas constructivas, las funciones defensivas, residenciales y económicas de la villa, los monopolios señoriales -indicadores de la economía feudal-, la toponimia y antroponimia y un cúmulo de detalles diversos nos permiten aproximarnos a la vida cotidiana de una sociedad diferenciada en dos categorías económicas (pecheros y cuantiosos), pero partícipe de unos espacios y creencias, devociones, ritos y costumbres comunes. Una sociedad local cristiana dominante y superpuesta desde mediados del siglo XIII sobre la mudéjar y desde principios del siglo XVI sobre la morisca.

3. Evolución histórica y consolidación de un modelo defensivo

   Alfonso X donaba en 1257 Aledo y Totana a la Orden de Santiago con el objetivo de reforzar la defensa militar del reino de Murcia. Asegurar la conquista castellana, fortificar la frontera con Granada y repoblar con cristianos el territorio fueron los objetivos vinculantes de la monarquía. La situación de la fortaleza santiaguista de Aledo, entre el señorío de la Orden y la frontera de Granada, condicionó su evolución histórica y consolidó su morfología de villa fronteriza. La villa-fortaleza de Aledo mantuvo durante la etapa bajomedieval un poblamiento encastillado y una sociedad de frontera concentrada y encaramada en las alturas. Una sociedad aislada, con núcleos de población distantes entre sí y dispersos en un territorio fronterizo caracterizado por grandes espacios despoblados. El abandono de las antiguas alquerías musulmanas causó que muchas tierras quedasen yermas, sin cultivar, imponiéndose el desarrollo ganadero que, por su movilidad, distinguió a la economía de frontera. La inversión de la minoría privilegiada en la ganadería se impuso por el libre acceso a los pastizales del entorno y a la dehesa concejil de la villa, bien delimitada a principios del siglo XV. La villa de Aledo, al igual que otras poblaciones situadas en zonas montañosas y con menos espacio agrícola, basó su riqueza en el control de los pastos. La delimitación de la dehesa y el amojonamiento del término o alfoz de Aledo fue un problema que desde la baja Edad Media enfrentaría a la villa con su vecina Lorca, la segunda población más importante del reino, integrada en el realengo y plaza fuerte adelantada en la frontera con Granada. Largos pleitos por problemas de términos -cuyo objetivo era la jurisdicción territorial sobre la producción agropecuaria- que pese a los sucesivos amojonamientos también mantuvo Aledo con otras poblaciones colindantes como Mula y Alhama hasta el siglo XVIII.
   
Tras el éxodo mudéjar en 1266 hacia Granada y el norte de África, resultado de la represión del levantamiento musulmán de 1264 en Andalucía y Murcia, la primera etapa repobladora con cristianos no obtuvo resultados inmediatos, pese al estímulo poblacional que ofrecía en 1293 el ordenamiento jurídico. La concesión del fuero de frontera de Lorca a Aledo intentaba, sin conseguirlo, el incremento, la estabilización y la continuidad del poblamiento cristiano. El fuero otorgado por el maestre Juan Osórez y otras disposiciones entregadas a lo largo del siglo XIV establecían la exención de cargas militares y de algunos impuestos, la cesión de tierras a los colonos, las indulgencias plenarias a los repobladores, la posibilidad de ascenso a la caballería villana, la financiación de las murallas de la villa; mientras que el homicidio, el allanamiento de morada y la violencia contra las mujeres era penalizada con la muerte. El concejo regulaba a través del estatuto municipal los derechos y deberes de los nuevos pobladores cristianos, y la justicia se organizaba con dos alcaldes para juzgar los pleitos entre cristianos o entre cristianos y mudéjares. El descenso de población mudéjar, cuyas condiciones de vida fueron similares a la servidumbre, y la escasez de repobladores cristianos eran la causa, aún a mediados del siglo XIV, de que la tercera parte de la huerta de la encomienda estaba yerma e se perdia por mengua de labor por la falta de mano de obra agrícola.
   
Vinculado a las medidas repobladoras forales y a la organización militar de la sociedad de Aledo fue el fácil acceso a la propiedad de la tierra, mediante la residencia continuada de diez años o la venta al cabo de tres de explotación de pequeñas heredades vitícolas. El desabastecimiento, el abandono y la falta de población no pudieron ser solucionados por los esfuerzos de los maestres ni por la expedición de bulas de Cruzada para la defensa de los territorios santiaguistas,(7) en esa larga etapa repobladora que duraba más de un siglo. Tampoco las exenciones fiscales, confirmadas por la monarquía a la Orden para asegurar la repoblación cristiana, compensaron el déficit poblacional, consecuencia de la condición fronteriza del territorio y de las amenazas e incursiones granadinas. La recuperación demográfica y agraria generalizadas en el reino se vislumbra en la comarca de Aledo-Totana ya antes de la desaparición de la frontera de Granada, cuando desde mediados del siglo XV se roturaban tierras en el valle de Totana, paso obligado de la vía de comunicación entre Murcia y Andalucía, que por entonces también se reactivaba con el comercio, la ganadería y la agricultura desarrolladas en esa zona. La segunda mitad del siglo XV está más documentada, y en su transcurso se contempla el resurgimiento de la encomienda de Aledo, cuya significación crecerá con el inicio de la conquista de Granada en 1488 por este sector de la frontera murciano-granadina.
   
Al poder local encargado del gobierno de la villa de Aledo se le superpuso el poder señorial superior del comendador, y entre ambos hubo fricciones por causas diversas; por ejemplo, algunos comendadores no respetaban el fuero y los privilegios de la villa, no financiaban la vigilancia o velas y rondas de la fortaleza, usurpaban los derechos de explotación de la dehesa, no mantenían en buen servicio el horno y la almazara, etcétera.
   La reconstrucción histórico-arqueológica de Aledo durante la transición del medievo a la modernidad permite aproximarse a la configuración espacial de la villa, en la que se distinguen dos partes estructurales bien diferenciadas: el espacio civil que comprendía un caserío amurallado y el espacio militar formado por la fortaleza y rodeado también de murallas. El recinto militar estaba a su vez dividido en dos zonas: una con edificios, el encasamiento, y otra vacía, el albacar. En el interior de la fortaleza destacaba la Torre del Homenaje, donde se ritualizaba y recordaba la entrada en dependencia del vasallo (la población de la villa) al señor (comendador y representante de la autoridad de la Orden sobre la población). La defensa de la fortaleza era el deber vasallático del comendador hacia el maestre de la Orden, que se plasmaba en la contribución de un número determinado de lanzas que hacia finales del siglo XV se efectuaba en dinero detraído de los ingresos de la encomienda.
   
Tras la etapa cristiana bajomedieval, cuyo hito final marca la conquista de Granada y la expulsión de los judíos en 1492, la evolución histórica de Aledo iniciaba desde otros presupuestos (desaparición del reino musulmán de Granada, cambios sociales tras la política religiosa contra judíos y mudéjares, etcétera) la etapa moderna. Aledo y Totana pasaban al señorío santiaguista en 1257; a principios del siglo XIV se incorporaban al término de la encomienda los lugares de Pliego y Yéchar, y, finalmente, en 1494 la monarquía integró los maestrazgos de las órdenes militares bajo su dependencia. No obstante, superpuesta la figura del rey a la del maestre, la organización administrativoterritorial básica diseñada en torno de las encomiendas no cambiaría sustancialmente. La situación de la villa santiaguista de Aledo cambiaba a principios del siglo XVI cuando, eliminada la frontera con Granada, las prioritarias funciones defensivas de la villa-fortaleza comenzaban su declive y, consecuentemente, la crisis de su población frente al resurgimiento de Totana en la etapa moderna, situada en el llano y abierta a las grandes vías de comunicación con Castilla y Andalucía. El descenso de la población hacia el llano, el valle y el campo de Totana es un síntoma de los tiempos modernos: las roturaciones en Lébor y el Paretón demuestran el trasvase poblacional iniciado desde el cerro de la encomienda al llano y la puesta en explotación de una zona mejor comunicada en el tramo de la depresión prelitoral murciana o "pasillo" del Guadalentín.
   
La degradación del recinto defensivo de la villa y el abandono de la fortaleza serán progresivos a partir del siglo XVI, especialmente en su segunda mitad. Muestra de esta situación es que el alcaide de la fortaleza de Aledo, representante de la autoridad santiaguista, vivía desde principios del quinientos en Totana, considerado un peculiar "arrabal" situado a unos diez kilómetros de la villa. En 1533 Totana se convertirá en la sede de la encomienda santiaguista y del concejo local, sancionándose de iure un cambio de situación que arrancaba de las últimas décadas del siglo XV. La expansión agropecuaria y poblacional de Totana era coetánea al inicio de la crisis social de Aledo y al estancamiento y progresivo declive de la villa durante la época moderna. La construcción de la ermita de Santiago en 1515 y la evolución sociodemográfica de la encomienda manifiestan esta dialéctica histórica.
   
Entre 1468 y 1530, la población aledaña se mantuvo en torno de los 90 y 170 vecinos, concepto que se corresponde con cabezas de familia y no con habitantes. Pese a esta relativa recuperación, inserta en un proceso general, resulta más ilustrativo el hecho de que Totana había acelerado su crecimiento pues en 1515 contaba con 70 vecinos mientras que Aledo en 1511 mantenía sólo 100, equivalente a un 10% más que a mediados del siglo XV.(8) De estos ciento vecinos sólo cinco eran valorados como cuantiosos, con niveles de riqueza apropiados para mantener el equipamiento militar correspondiente a la caballería villana o de cuantía establecida en Castilla.(9) A los 70 vecinos de Totana hay que añadir los cincuenta de Pliego, casi en su totalidad población morisca, de la que no se registra ningún cuantioso. Otros indicadores, como la evaluación de las estructuras materiales, coinciden en la pobreza y el deterioro de este lugar. Pese a todo, a mediados del siglo XVI se evidencia una recuperación que se refleja en la existencia de noventa y nueve vecinos moriscos pecheros, lo que significa que desde principios del siglo XVI se había duplicado con creces la población de Pliego.(10)

4. Itinerario de la Visita santiaguista a la encomienda de Aledo y sus núcleos dependientes en 1511

   Los visitadores, cuya identidad no se menciona, iniciaron la inspección de la villa-fortaleza de Aledo el 25 de septiembre. Antes de dar paso a su cometido fueron recibidos por las autoridades concejiles, los dos alcaldes Bernardino Molina y Pedro de Moya y el regidor Bartolomé Martínez. Durante los cinco días de estancia recorrieron la villa de Aledo y sus inmediaciones, bajaron a Totana y se desplazaron finalmente a Pliego, describiendo minuciosamente en todos los casos lo que contemplaban. El itinerario trazado obedece a un doble orden jerárquico: jurisdiccional, la encomienda y los lugares dependientes de ella (Totana y Pliego), y, funcional, pues sobre ese itinerario geográfico se iniciaba en primer lugar la inspección por los espacios religiosos, seguidos de los militares y finalmente de los civiles.
   
Inspeccionada la villa de Aledo, recorrieron el lugar de Totana (con su casa, huerta y mesón). Se completaba así la primera ruta, en la que se invirtieron tres días y cuyo gasto se tasó en 928 mrs., que deberían ser pagados al 50% entre el comendador y el concejo. La estancia de los visitadores no sería contemplada de buen grado porque además tendrían que costear los reparos, obras y compras indicados por los inspectores santiaguistas, aunque con frecuencia esto no se hacía o no completamente. Finalizada esta primera parte de la visita, prosiguieron rumbo a Pliego, donde fueron recibidos por los alcaldes Diego Cruecho y Gonzalo Liva. Allí estuvieron solamente un día, el 28 de septiembre, y las dietas del viaje y estancia costaron 176 mrs. más una fanega de cebada, para comida de los caballos o animales sobre los que se desplazaban los visitadores. De igual manera los gastos recaían en partes iguales sobre los representantes concejiles y el comendador.

4.1. El espacio religioso: arquitectura, devociones y material litúrgico

   El itinerario religioso se inició dentro de la villa de Aledo en la parroquia de Santa María, cuya iglesia constaba de la torre campanario de piedra más una sola nave levantada sobre arcadas de yesería y con artesonado de madera pintado. Situada junto a una torre del recinto murado, su aspecto externo sería en sí mismo el de una iglesia-fortaleza. En su interior dos tribunas, presumiblemente una lateral cercana a la zona del altar, la más grande, y otra en la zona posterior de la nave, más pequeña, donde se situaban los órganos. Un espacio reservado a la sacristía completaba la planta rectangular. La devoción mariana surgía con fuerza en el Occidente cristiano en el siglo XII, impulsada por la Orden del Cister y su propagador San Bernardo. Las órdenes militares, similares en su esencia a las órdenes regulares, especialmente la cisterciense, asumieron en su universo mental el culto a la Señora, en cuya base se aprecia el imaginario de las órdenes de caballería y el amor cortés hacia la dama: puro, inalcanzable, idealizado.
   
Tanto la arquitectura de la fábrica, en su exterior e interior, como el equipamiento para el culto de la iglesia se encontraban en buen estado, a excepción del campanario. En el interior se contenía un completo muestrario de material litúrgico y de ornamentos propios que se relacionan minuciosamente.(11) Se mencionan: un retablo dorado, sagrario, relicario, cinco altares, aras, pila de bautismo, crismeras de estaño, cruz y crucifijo, dos cálices de plata y una patena; vestimentas para oficiar,(12) tales como casullas de diversas sedas (aceituní, zarzahán, damasco y raso) y colores, albas, capas, sobrepellices, ricos frontales, toallas, manteles, libros para el culto (misales, breviarios, evangelios, epistolarios, manuales y salterios, etc.),(13) campanas, órganos, vinagreras, incensarios, atril, candelabros, arcas, cirios, andas, portapeces (recipientes para conservar la pez), acetres para llevar el agua bendita, linternas, etcétera. Objetos y materiales (plata, latón, madera, estaño, vidrio y cuerno) que resultan indicativos de las formas y niveles de vida de su sociedad.
   
Los visitadores dejaban indicadas las mejoras que debían llevarse a cabo en la iglesia: la realización de dos libros, un santoral y un dominical, en el plazo de un año, la compra de diversos objetos, entre ellos, un bacín para la lámpara, tela de damasco negro, vinagreras, libros para registrar en el futuro las visitas y las finanzas, reciclaje de prendas y objetos litúrgicos como la confección de estolas y manípulos, la fabricación de cálices y el revestimiento interior del sagrario con forro de seda, más el remozamiento del campanario, según detallaban.(14)
   
La parroquia de Santa María de Aledo contaba con una serie de propiedades y rentas diversas. Entre éstas era fundamental el diezmo, cedido a censo, que en 1511 producía 4.000 mrs., a los cuales se sumaban las limosnas y los derechos cobrados por los enterramientos. La iglesia era propietaria de huertas y huertos igualmente acensados; tierras plantadas con viñas, olivos y frutales y otras tierras de regadío situadas dentro de la jurisdicción santiaguista (en los alrededores de Aledo, en Totana y en los pagos de Balsa Redonda, El Colomí, Tirieza y Lébor), además del agua que explotaba. Las tierras y el agua relacionadas fueron donadas por Hernando de Morales a la parroquia a cambio de oraciones por su alma, concretamente treinta y seis misas anuales. La donación fue harto significativa, pues con la explotación de esos bienes se obtenían anualmente unos 10.000 mrs. El pasaporte para el cielo no era gratuito y se convirtió en una de las expresiones de religiosidad popular más arraigadas en la mentalidad del colectivo social y un rápido medio de acumulación de rentas eclesiásticas.
   
El cura era el encargado de la iglesia de Santa María de Aledo, a la que se hallaba adscrita un organista y un mayordomo o tesorero; éste, elegido anualmente por el cura y el concejo, daba cuenta ante los visitadores de los ingresos y gastos monetarios y en especie efectuados. El balance final de su gestión era minuciosamente anotado y sirve de muestra de la eficaz administración de los señoríos mediante una precisa contabilidad, vigente en la época y constatada también en los Libros de "cuentas" o mayordomía de los concejos de realengo. A los ingresos patrimoniales se agregaban otros procedentes de las posesiones otorgadas en beneficio. El fin era en cualquiera de los casos el desarrollo de las funciones religiosas del curato, realizadas ese año por el fraile santiaguista Francisco Sánchez, a quien los visitadores encontraron idóneo para el ejercicio de su ministerio. Entre los ingresos del beneficio curado se encuentran imposiciones eclesiásticas como las primicias de queso y pan que los feligreses tributaban a la iglesia junto con el denominado pie de altar, unas casas adosadas a la parroquia donde residía el cura, dos días de agua en Totana, dos huertos en la Zapata,(15) un olivar y un bancal. La gestión contable, calculada en conciencia por el mencionado cura, fijaba en unos 15.000 mrs. los ingresos globales de la parroquia.
   Finalizada la inspección de la parroquia se prosiguó con la ermita de San Sebastián, situada en el interior de la villa, junto a la fuente. De una sola nave, construida en tapial y con techumbre de madera de pino abovedada sobre arcos, estaba descubierta en su parte posterior. Su renta se limitaba a los dos ducados que valía el medio día de agua que tenía en Totana más el bacín,(16) en alusión a la vasija donde se recogían las limosnas de los fieles, actualmente conocido como "cepillo". San Sebastián fue el santo protector de la peste, enfermedad medieval por excelencia, y es lógico que su devoción se tradujese en un incremento de las rentas en determinados años cuando la epidemia amenazaba. La disponibilidad económica permitiría que el nuevo mayordomo Juan Gómez efectuase el mandato impuesto por los visitadores, que se concretó en techar con madera una parte de la cubierta de la ermita y en comprar un mantel de lienzo para oficiar la liturgia.
   
Fuera de los muros de la villa, los visitadores se dirigieron a la ermita de San Cristóbal, situada sobre un cerro cercano que distaba de la fortaleza un tiro de ballesta.(17) Su estado de semiabandono y la inexistencia de rentas o bienes instaron a los visitadores a encargar al pueblo que la sostenga e repare.
   
También en las proximidades de la villa, aunque bastante más alejada que la anterior, a unos tres kilómetros se encontraba la ermita de Santa Olalla, reconstruida tras la conquista de Granada. El culto a la mártir de Mérida se había revitalizado desde entonces y su santuario-ermita era objeto de peregrinación popular.(18) El buen estado de la ermita en 1511 refrenda el resurgimiento de cultos locales que se mantenían prácticamente con las limosnas de sus devotos.
   
El lugar de Totana, dependiente de la villa de Aledo, no tenía en 1511 un centro de culto propio,(19) mientras que, por el contrario, en ese año, la población de Pliego mantenía su organización concejil (representada por dos alcaldes) y espiritual en la iglesia de Santa María, antigua mezquita. La visita a Pliego, que se hizo durante el 28 de septiembre, comenzó por el orden establecido: la inspección de su única iglesia, bajo la advocación de Santa María, que era pequeña, estrecha y sencilla, realizada con materiales endebles (tapial y yeso) y sin ornamentos arquitectónicos, sin pila de bautismo ni sagrario ni cura. Sólo un altar y unas crismeras de estaño con aceite sagrado para ungir a los moriscos que se bautizasen simbolizaban la función de este reducido y pobre espacio religioso rehabilitado desde su primigenia concepción islámica.
   
La precariedad arquitectónica de Santa María no impedía la conservación de objetos, ornamentos y vestidos litúrgicos: ara, dos cruces de madera pintada, dos casullas, un vestido de lienzo y un alba, dos frontales, manteles, lienzo negro para cubrir las imágenes (que no se especifican), dos campanas de mano, vinagreras, un incensario y una lámpara, dos candelabros de latón, un manual para el oficio sacerdotal, un arca y un cofre, un portapez y un hostiario, candelabros, cirio pascual y un lecho de difuntos. Sin embargo, no se oficiaba misa por ausencia de sacerdote y porque el cáliz de plata y la patena de la iglesia estaban en Murcia a la espera de que venga algund obispo por ay que lo consagre. Condiciones elocuentes del arraigo de las convicciones de la población morisca.
   
La iglesia de Santa María de Pliego mantenía un escaso patrimonio compuesto por un bancal de tierra situado en el camino de Lorca que producía 10 fanegas de trigo al año; se completaba con lo procedente de las limosnas o bacín y el excusado.(20) Según lo establecido, los visitadores "tomaron cuenta" al mayordomo de la iglesia, Juan Ponce, de cuyo balance se desprende una gestión saneada, valorada en 2.237,5 maravedís.(21)
   
Debido a la degradación de la mezquita-iglesia de Santa María, el concejo estaba construyendo otra que, por indicación santiaguista, debería acabarse en un plazo máximo de tres meses, antes del comienzo de la Navidad. Con esta iglesia de nueva planta se intentaba reconducir el proceso de conversiones entre los moriscos: en su interior se consagraría un sagrario junto al altar bien obrado de yeseria y follajes, una pila de bautismo de piedra y una caja de plata para guardar el sacramento. Lo más urgente era encontrar un clérigo idóneo para oficiar en la iglesia, a quien se le darían 3.000 mrs. de salario en vez de la renta agrícola derivada del bancal. La nueva iglesia parroquial quedaría terminada algunos años más tarde, hacia los años veinte, bajo la advocación del patrono de la Orden: Santiago.(22)

4.2. El espacio militar: el encastillamiento y las estructuras defensivas

   La población que durante la baja Edad Media vivió en los lugares de la frontera cristiano-musulmana estuvo condicionada por las estructuras de poblamiento que se corresponden con un sistema, red o línea defensiva fronteriza, tal como han demostrado los estudios que sobre fortificaciones se han realizado desde la concepción de la arqueología espacial. Un recinto fortificado, de cuño musulmán, cuyo espacio respondía a un planteamiento jerárquico y a un diseño y unas funciones de organización y defensa de la sociedad. Los espacios amurallados de Aledo y Pliego han sido bien reconstruidos desde la arqueología.(23) El espacio físico de la villa de Aledo lo delimitaba la muralla; intramuros se configuraban una serie de edificios comunitarios (horno, carnicería, iglesia, hospital, etc.) y el área militar propiamente dicha, que comprendía la fortaleza con sus muros, torres y puertas junto a otras zonas (encasamientos y el albacar).(24)
   
En el documento que se publica en el apéndice se observa el constante deterioro de las fortificaciones y sus elementos, cuya reconstrucción y remozamiento regulares constituyeron una auténtica sangría económica que impidió mantener en el estado debido las estructuras defensivas de estos lugares, especialmente cuando ya la necesidad de defensa no era acuciante por haberse eliminado el peligro nazarí,(25) aunque el problema corsario persistiera.
   
La valiosa información escrita con el soporte de la intervención arqueológica fundamenta el diseño del complejo amurallado, compuesto por la fortaleza, símbolo visible del poder feudoseñorial. En ella se guardaban en 1511 dos fuertes ballestas de acero y una cerbatana, más veinte tinajas para conservar vino y aceite. El propio recinto murado de la fortaleza estaba bastante derruido en general, prueba material del proceso de decadencia que arrancaba en las postrimerías medievales y se alargaría hasta el siglo XVII, pese a la teórica insistencia de los santiaguistas en preservar el complejo defensivo. Complejo defensivo que en 1511 era de nuevo detalladamente tasado para su reparación por el maestro lorquino Simón Martínez.
   
Las correspondientes torres, siguiendo el orden de mención de este a oeste, eran: la del homenaje, de la caballeriza, del palomar, de la cocina, la situada al lado de la iglesia, la de la esquina, la de piedra, la de la clavería y la torrecilla. Los nombres de estas torres refieren a su función o situación; a través de su orden de mención se puede realizar un recorrido imaginario bastante preciso del contorno amurallado de la fortaleza santiaguista. En total se citan ocho torres y una torrecilla, en otra ocasión identificada como de "La Vela", en referencia su función de torre-vigía. En la Torre del Homenaje, el alcaide de la fortaleza, Juan de Bio, juraba en 1511 pleito y homenaje mediante el rito de las manos, símbolo de la obediencia y el auxilio feudales; también recibía las llaves de la fortaleza como tenente de la misma. La torre de la clavería indicaba el lugar donde el mayordomo o clavero llevaba la administración de las rentas. La existencia de palomares en el interior de las torres es un hecho constatado también en las de la muralla de Murcia, así como su uso para trabajos de artesanía.(26) Estas torres sirvieron de referentes a los inspectores para disponer la reparación del recinto amurallado por tramos, cuya valoración económica dependía del estado en que se encontraban. La reparación alcanzaba cifras insostenibles, consecuencia de la progresiva degradación en que se sumían las estructuras materiales de la villa. Los muros de la fortaleza y los que rodeaban la zona residencial donde se concentraban las viviendas estaban en mal estado, pero se dio prioridad de gastar mejor que se gaste en los muros de la fortaleza que no en los de la villa fasta que aquellos se acaben de reparar, avnque la villa es tan fuerte que tanto conviene estar reparados los muros della commo los de la fortaleza, por que está muy junto e abraçado lo vno con lo otro, e por estar aquella villa tan desviada de la tierra de la horden e metida entre pueblos estrannos y en la dispusyçion que está y de la calidad que es conviene tener recabdo en ella.
   
Junto a las torres destacan otras dependencias y lugares intramuros, como el albacar,(27) las caballerizas, la cocina, el mirador, la casa de los xarayces o pequeños lagares y los "encasamientos" o viviendas adosadas a la muralla. Se contempla, pues, la existencia de un espacio amurallado que se había organizado y distribuido con diferentes funciones: la militar o defensiva correspondiente a la fortaleza, la religiosa con la parroquia de Santa María y la residencial que concentraba el hábitat con las viviendas o encasamientos. Esta tipología de villa fortificada en la frontera tenía obviamente una funcionalidad protectora para el conjunto de la comunidad. El estado de semiabandono del conjunto es apreciable en 1511 y, en particular, el de la fortaleza era lamentable. Además de las restauraciones fijadas para las torres y muros se intentaba rehabilitar la fortaleza mediante la construcción de un quarto nuevo de buen aposentamiento, que ay mucha nesçesydad porque en toda ella no queda ya cosa de provecho sea sy non las bovedas de la torre del homenaje.(28)
   
Intentos vanos. El proceso de deterioro de la villa-fortaleza se tornó irreversible y la ruindad era total a mediados del siglo XVI. La situación geográfica de Totana se adaptaba mejor a las nuevas realidades históricas de la etapa moderna.

4.3. El espacio económico: medios de transformación y arquitectura popular

   Bajo la rúbrica de propios y rentas se puede acceder al nivel de los ingresos que permitían el desenvolvimiento económico de la encomienda santiaguista de Aledo y su término. La distribución por tazmías (29) de los diezmos y rentas se relaciona con detalle. Los ingresos procedían de los diezmos del cereal, ganado, aves, hortalizas, legumbres, frutas, cera y miel, lino, vino y aceite, de las tierras arrendadas en Sotullena (Lorca), de censos inmobiliarios en la ciudad de Lorca, del molino, el horno, la almazara y batán de Aledo, del mesón de Totana y las huertas de Aledo y Totana. En total 68.658 mrs., más lo recaudado en grano: 2.336,5 fanegas de trigo y 1.221 fanegas de cebada, cuyo valor monetario no se estima, pero es muy importante en un tipo de economía netamente agraria y con carácter de subsistencia debido a la variabilidad de las cosechas por distintas razones.
   Los espacios donde se desarrollaba la actividad económica de Aledo fueron aquéllos sobre los que la Orden mantuvo el monopolio señorial o banalidades (molinos, batanes, almazaras y lagares). La inspección de estos medios de transformación permite conocer la arquitectura tradicional popular, actualmente en desuso o muy degradada, cuando no desaparecida. Un análisis de las estructuras materiales y técnicas agrarias que entronca con el estudio etnográfico, arquitectónico y medio ambiental de los molinos harineros, batanes, almazaras y lagares, cuya restauración o adecuación funcional sería interesante en los casos que aún lo permitan.
   
En Aledo los visitadores inspeccionaron el Molino Viejo, el Molino Nuevo,(30) el Batán, la almazara junto a una huerta próxima, el horno (31) y la "Casa de bastimentos".(32) Las descripciones son muy interesantes para conocer su localización y, en algunos casos, los elementos arquitectónicos y el estado de estos necesarios medios de transformación. El conocido como Molino Viejo (33) se encontraba relativamente cercano a la villa, a dos tiros de ballesta (aproximadamente 500 metros), pero su cubo estaba inservible y se consideró que había que construir otro nuevo. Mientras que el más reciente Molino Nuevo (34) se encontraba situado a escasos metros más abajo del anterior, a una distancia más cercana correspondiente a dos tiros de piedra y en perfecto estado (moliente y corriente), salvo que le faltaban unas puertas. El batán, donde se apisonaban los paños locales, estaba derruido y abandonado, lo que indica la existencia de una tosca pañería rural, que carecía del acabado técnico que daba calidad a los tejidos de lana. Era la capital, Murcia, con su equipamiento batanero la que concentraba el final del proceso de producción textil y atraía hacia ella los paños de las poblaciones del reino y del Marquesado de Villena. Además, el funcionamiento del único batán en este período perjudicaba a los molinos de cereal y a las tierras de riego concejiles cercanas porque mermaba y ensuciaba el agua de la acequia que accionaba las ruedas hidráulicas y regaba la huerta. Se privilegiaba el desarrollo agrario que concentraba la actividad de gran parte de la población.
   
La almazara estaba situada junto a la fuente de la villa, pues la necesidad de agua era un factor inherente a estas actividades, bien utilizada como energía, bien para el desarrollo complementario del proceso de producción. En ella los visitadores encontraron graves desperfectos y propusieron la renovación de algunos de sus elementos técnicos. La producción aceitunera, que formaba parte de los cultivos existentes, no podía desarrollarse sin un equipamiento adecuado. La necesidad de restaurar y equipar la almazara en 1511 hay que relacionarla con el desarrollo de la producción oleícola que, durante la segunda mitad del siglo XV, comenzaba a evidenciarse desde la propia capital del reino, vinculada más a la elaboración de jabón que al consumo alimentario.(35)
   
El habitáculo o casilla que servía de tienda de aprovisionamiento estaba situado debajo de la iglesia de Santa María y se conservaba en buen estado; en su interior había una chimenea. Por el contrario, el horno para cocer el pan no funcionaba al no haber hornero, situación que se intentaba remediar buscando quien retomase la actividad a la vez que se ordenaba la reparación de la techumbre del edificio. El patrimonio inpeccionado en Totana se redujo a la denominada "casa de Totana", convertida después en nueva sede de la encomienda santiaguista, que comprendía cuatro estancias distribuidas en torno a un gran patio central. Este lugar pasó perfectamente la revisión, salvo laprecisión de reparar el pesebre y algunos pequeños retoques en distintos elementos. La casa de Totana tenía en producción una huerta, cuyo terreno se mandó cercar y también se dipuso cerrar el portillo de la acequia que la regaba. Finalmente, la Orden tenía propiedad sobre el antiguo mesón de Totana, cuya degradación era significativa. Este espacio económico situado en el camino hacia Andalucía fue durante la etapa bajomedieval (cuando avia moros e judios, señala el documento) una especie de aduana donde se pagaban impuestos de tránsito por circulación de personas y mercancías.(36)
   
La reparación del conjunto de estos espacios económicos era necesaria para el desarrollo económico de la encomienda. Los visitadores dieron minuciosas instrucciones al respecto, como se recoge en los "mandatos" del documento. Otra cosa bien distinta era que se cumplieran.
   
Entre el patrimonio inmobiliario que fundamentaba la economía local de la encomienda se encontraba en Pliego un "horno de poya" que los visitadores encontraron en perfectas condiciones. El molino harinero también lo hallaron en buen estado, a excepción del cubo o depósito de agua que se había agrietado por la reciente sequía.(37) En la "casa de bastimento" hallaron los visitadores 8 tinajas de vino y señalaron la necesidad de alguna reparación en las paredes de la bodega que estaba debajo de la citada casa.(38)

Consideraciones generales

   El historiador juega con ventaja a la hora de interpretar el pasado porque conoce sus precedentes y sus repercusiones. La situación de Aledo entre el señorío santiaguista y la frontera nazarí consolidará durante la baja Edad Media un modelo de sociedad pertrechada sobre un sistema de poblamiento defensivo. A través del ejemplo de la encomienda santiaguista de Aledo se puede comprender la vida de una microsociedad organizada por una serie de poderes dominantes y proteicos (Corona, Maeztrazgo, Concejo, Diócesis) que demandaban beneficios e imponían sus normas de sociabilidad y religiosidad. Una sociedad local mixta, cristiana y morisca, articulada en un modelo de poblamiento fortificado que había perdido su justificación tras la conquista de Granada. Una población ahormada ideológicamente por la política de los Reyes Católicos contra las minorías sociorreligiosas que transitaba desde las bases medievales hacia otra época de cambios significativos. Entre finales del siglo XV y los comienzos del XVI se vislumbra un antes y un después de la historia de Aledo.
   
Aledo, un lugar fortificado en las alturas, señorea inmutable en busca de su pasado. El conjunto de la documentación (archivística y arqueológica) permite establecer la evolución histórica de este estrátegico enclave santiaguista que pese al tiempo mantiene su belleza y propia identidad.

APÉNDICE DOCUMENTAL

   1511-IX-25. Visita realizada por los visitadores santiaguistas a la villa de Aledo y a los lugares de Totana y Pliego de ella dependientes (Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, Ms. Santiago, Sig. 1077C, fs. 526-567. Archivo Regional de Murcia, Microfilm, rollo 2).

(F. 526) Visitaçion de la villa de Aledo
   
E despues desto, a veynte e çinco dias del dicho mes de setyenbre del dicho anno, llegaron los dichos visitadores a la dicha villa de Aledo e hizose notifiçacion del dicho su poder ante Bernardino de Molina e Pedro de Moya, alcaldes, e Bartolome Martinez, regidor, e otros vezinos de la dicha villa, ante los quales se dio luego el pregon acostunbrado e se aperçibieron todas las otras cosas en el contenidas. Vide supra/.

(f. 527) Visitaçion de la yglesia
   
E luego fueron a la iglesia parrochial de la dicha villa ques del advocaçion de Nuestra Sennora, fecha sobre arcos travesados de yeso e buen maderamiento de pino labrado e pintado. Tiene una tribuna grande e otra pequenna en que estan los horganos, e vna sacristya e vna torre del canpanario de cal y canto.

Visitaçion del Sacramento
   
E luego visytaron el Santo Sacramento, el qual hallaron en vn cofrezico de plata con su llave e vn relicario ençima con sus vedrieras, que pesaran dos marcos e medio, e metido en vn tabernaculo de talla dorado que esta encorporado en el retablo con sus puertas e otra llave de çerramiento.

Pila e olio
   
E visytaron la pila de baotyzar que es de piedra de grano, e hallaron vnas crismeras destanno bien çevadas de olio e crisma, todo linpiamente.

Altares y Aras
   
Ay en la dicha yglesia çinco altares, los tres hallaron linpios e bien adereçados e los otros dos/ (f. 528) desconpuestos, y en el mayor esta vn retablo dorado, e hallaron tres aras consagradas con sus corporales, todo commo conviene.

Plata e hornamentos
   
E hallaron que tyene la dicha yglesia vna cruz de plata pequenna con su cruçifixo e mançana e cannon que pesara çinco marcos.
   
Mas vn caliz de plata chiquito con su patena que pesara vn marco e medio; tiene el pie quebrado.
   
Otro caliz que mandaron hazer los visitadores pasados, de plata, que pesara dos marcos.

Hornamentos
   
Hallaron mas, vna casulla buena de azeytuni verde e carmesy, a tyras, con su çanefa anaranjada e su estola e manipulo que dio el camarero.
   
Otra casulla de damasco negro, rota, con su estola e manipulo.
   
Otra casulla nueva de zarzahanque dio Juan de Biv (sic), alcayde.
   
Otra casulla nuevamente conprada de raso verde con su manipulo/.

(f. 529) Yglesia
   Otra casulla buena, de lienço, con su estola e manipulo e tres alvas buenas, e otra vie
ja con sus amitos e cuerdas.
   Mas vna capa buena de damasco blanco.
   Mas vn frontal de raso verde nuevamente conprado con sus frontaleras de damasco car
mesy.
   Otro frontal bueno de zarzahan con sus frontaleras.
   Otro frontal de azeytuni negro, mediado.
   Otros tres frontales de lienço labrados e pintados.
   Vnas tovajas para comulgar que se dize alfanyn.
   Vna sobrepelliz rayda.
   Tres pares de manteles nuevos e otros quatro mediados e otros tres rotos.
   Syete tovajones labrados para los altares.

Libros
   
Vn misal bueno e otro misal pequenno de molde, e otro misal viejo de pergamino.
   Vn ofiçerio de qantar regla con epistolas y evangelios e otro ofiçerio viejo.
   Vnas cinquestorias buenas.
   Vn breviario viejo e vn manual nuevo e vn salterio bueno en pergamino e vn cuaderno
de tinieblas/.

(f. 530) Canpanas e cosas de hierro e metal
   Otrosy, hallaron dos canpanas mayores, la vna quebrada e vn esquelonçillo e vna rue
da de canpanillas de mano, la vna dellas esta en Totana.
   Mas vnos horganos medianos.
   Dos vinajeras e vna lanpara, todo de vidrio.
   Vn ençençario e dos candeleros de laton, todo viejo.
   Dos portapezes destanno e vn açetre.
   Vnos hierros de ostyas buenos e otros viejos e vna linterna de cuerno.

Cosas de madera
   
Vn arca mediana e otro arcas (sic) bueno e tres cofrezicos chiquitos.
   Vn çirio pascual pintado e dos çiriales de madera.
   Vn andas para el sacramento e otras de difuntos.
   Vn façistor e vn cubilete.

Posesiones de la yglesia
   
Otrosy, hallaron que tyene la dicha iglesia su dezmo asensado, que vale quatro mill maravedis, y el baçin e sepulturas.
   Mas vna huerta linde el camino que va a Totana y el monte/.
   
(f. 531) Mas otro huerto en el barranco ençima de vn molino, linde con el rio y el açequia, que paga de çenso tres maravedis e medio.
   Otro huerto çerca de la villa, linde Sancho Hernandez, que paga de çenso syete maravedis.
   Vn majuelo en Balsa Redonda, linde Juan Martinez e Valverde.
   Vn olivar con dos dias de agua en El Colomi, linde Françisco Andreo e la Ranbla e Pe
dro de Canouas y el rio.
   Mas en Totana dos dias de agua e vnas tierras que afrentan con Andres de Mora y con Pedro de Molina.
   Mas otro olivar con dos dias de agua en Tyrençia,(39) linde Pedro Canovas e Françisco de Mora.
   
Mas vn huerto de arvoles e hygueras junto a la villa, con dos balsas de agua, linde Andres de Murçia y herederos de Beltran.
   
Mas otra heredad e tierras camino de Totana.
   
Otra balsa de agua linde el camino y el monte.
   
Otra heredad en Lebor con vn dia e tres quartos de agua.
   
Otra que dizen la Balsa Redonda e tres quartos de otra que alinda con Valverde y herederos de Pedro de Morales, la qual posee por su vida Eluira de Morales e despues ha de tornar a la yglesia.
   
Todas las quales tierras y heredades e aguas susodichas rentan cada anno diez mill maravedis, poco mas o menos, e diolas a la dicha yglesia Hernando de Morales con cargo de treynta e seys misas cada anno que le han de dar por su anima/.

(f. 532) Cuenta del mayordomo e cargo
   
E tomaron cuenta a Alonso Andreo, mayordomo de la dicha yglesia, el qual hizieron cargo de treynta e nueve mill e ochoçientos e quarenta maravedis e de treze hanegas y media de trigo e otras syete hanegas e nueve çelemines de çevada e çinco arrovas e media de azeyte e un pollo e quatro braças de çebollas e otras tres de ajos e vn çelemin de guixas e doze manadas de cannamo, que monto en todo lo que paresçio aver resçebido en el alcançe de atrás.(40)

Descargo
   
De los quales le descargaron que dio gastados en azeyte y çera y salario del sacristan o del organista y en dezir las misas de Hernando de Morales e con quatro mill maravedis que tyene dados al que haze el santural e çien cahizes de cal que tyene conprados e çierta tierra y arena cayda para la obra del campanario e otras cosas que dio por menudo, e queda todo firmado en el libro de la yglesia, que monto en ello juntamente catorze mill e quatroçientos e quarenta e nueve maravedis.(41)

Alcançe
   
Tasado el gasto del registro fue alcançado el dicho Alonso Andreo por veynte e çinco mill y trezientos y noventa e vn maravedis. E por todo el dicho pan e azeyte e pollo e ajos e çevollas e guixas e cannamo, çien cahizes de cal e otras çien cargas de arena e trezientos e treynta cargas (42) (f. 533) de tierra que dio conpradas o traydas para la obra del dicho campanario, e mas los dichos quatro mill maravedis que dio pagados para el dicho santural, en lo qual todo le condenaron y el lo consyntio. E dicho la dicha cuenta jurada ante el cura, alcaldes e regidores de la dicha villa, los quales nonbraron luego por mayordomo a Sancho Martinez, el qual lo açeto e juro de lo vsar bien e fielmente del dicho ofiçio, etç.(43)

Execuçion
   
E luego, los dichos visytadores mandaron hazer entrega execuçion en sus bienes por el dicho alcançe, la qual hizo el dicho Pedro de Parada Safiscal, en quatro vacas paridas con sus crianças, que dio por bienes desenbargados Juan de Cayuela, mayordomo pasado, por çierta parte del dicho alcançe que se hallo que devia, e fiolas en forma de derecho Juan Gomez, vezino de la dicha villa. E otrosy, en dos dias de agua en Totana que el dicho Alonso Andreo dexo por bienes desenbargados, los quales fio de todo saneamiento Andres Sanchez, alguazil de la dicha villa. E mandaron al dicho Sancho Martinez que saque luego en aluala de almoneda e las haga rematar en el termino del derecho e syn dilación alguna cobre dellos el dicho alcançe, e a los alcaldes que le hagan sobrello cunplimiento de justiçia/.

(534) Mandatos
   
E luego mandaron al dicho mayordomo Sancho Martinez que del dicho alcançe haga acabar de hazer los dos libros santural e dominical que tiene a cargo de hazer Juan Ponçe, vezino de Murçia, e sobre los maravedis que tyenen resçebidos le cunpla lo que mas a de aver segund esta ygualado, e quatroçientos maravedis por cada cuaderno; e que de mucha priesa questen hechos de aqui a vn anno porque ay dellos mucha nesçesydad.
   
Otrosy, que conpre vn buen baçin de laton para la lanpara e damasco negro con que reparen la casulla de damasco que esta rota e vn par de vinajeras destanno e dos libros en blanco en que se escrivan de aqui adelante las visytaçiones e las cuentas. E los que se baotyzaren conforme all establezçimiento, segund lo dexan encargo y mandado al cura.
   
Otrosy, que haga hazer estolas y manipulos de vna casulla rota de zarzahan e de lo que sobrare enforre el sagrario por de dentro.
   
Otrosy, que del caliz chiquito quebrado haga hazer otro buen caliz annadiendole medio marco de plata, e dorar bien por de dentro e por de fuera la caxa del sacramento que dio el camarero, e que pague a la pila de bautizar vnas armellas e barra de hierro. Que tengan la caxa con su candado e llave.
   
Otrosy, que haga hazer el canpanario commo esta acordado/(f. 535)las esquinas de ladrillo e las paredes de tapieria de costra con su caracol por de dentro, que secunde por la tribuna e que haga hazer para ello todo el ladrillo nesçesario e mas cal e traer mas tierra e arena la que convenga. E que el conçejo de la dicha villa de para ello todos los peones e bestias que sean nesçesarios e para el seruiçio de toda la manobra. Los quales mandaron, so pena de mill mararavedis para la dicha fabrica, a cada vno de los dichos ofiçiales del conçejo que en ello fuere remiso e negligente, e al dicho mayordomo, so pena de çinco mill maravedis para la dicha fabrica, que haga y cunpla todas las sobredichas cosas dentro en vn anno, e que venda fiadas por vn anno en almoneda publica para ayuda a la dicha obra todas las tierras de Totana que hallaron que a mucho tienpo que no rentan nada a la dicha yglesia e le hazen costa en las fronteras de las açequias.
   
Y en aviendo mas dineros de la dicha yglesia que tengan cuydado el o el mayordomo que fuere de annedir metal sobre la canpana que esta quebrada e se haga vna buena canpana que sea dos tanto mayor.
   
E mandaron al cura e alcayde e ofiçiales del conçejo, so pena de çinco mill maravedis para la dicha fabrica, que de aqui adelante cada anno eligan mayordomo e le hagan entregar dentro de nueve dias todo el alcançe que hizieron al mayordomo de atras/.

(f. 536) Benefiçio curado
   
Otrosy, visitaron el benefiçio curado de la dicha yglesia, el qual hallaron que sirve Françisco Sanchez, freyre de la dicha horden, con provision de vuestra alteza, titulo colatorio e ynstituçion abtorizable del obispo de Cartagena quanto a la cura de las animas e administraçion de los sacramentos. El qual se hallo ydonio y suficiente para ello.

Posesyones del benefiçio

   E hallaron que ay en el dicho benefiçio las primiçias de todo pan y queso y el pie de altar.
   
Mas vnas casas juntas a la dicha yglesia, las quales se visitaron e hallaron que las tyene muy bien reparadas.
   
Mas dos dias de agua en Totana e vn olivar en Tyrençia.
   
Mas dos huertos en la Çapata e vn bancal en el barranco, que renta todo con el dicho olivar e agua mill e quinientos maravedis poco menos.

Çensos
   
Tyene mas el dicho benefiçio vna vinna, linde Juan de Murçia e tierra yerma de Mateos Serrano, e medio dia de agua con ella, que lo posee Rodrigo de Aledo e paga de çenso veynte maravedis/.
   
(f. 537) Mas vn pedaço de tierra yerma, linde vinna de Rodrigo de Aledo e la syerra, con medio dia de agua. Paga de çenso quinze maravedis. Pose(e)la Mateos Serrano.
   
Mas vn huerto que posee Françisco de Valverde, linde herederos de Bartolome Cayuela y el exido y el rio, con vna balsa de agua de ocho a ocho dias. Paga de çenso quinze maravedis.
   
Mas la quarta parte de vn olivar de don Bernal, que posee Garçia Vidal, linde la otra quarta parte de Miguel Sanchez Serrano e otra de Gines Gonçalez e Alonso Lopez de Valverde y el camino de Totana, con vn quarto de agua. Paga de çenso diez e syete maravedis e medio.
   
Mas vn olivar en Tyrençia que posee Sancho Martinez, merino, linde Hernando de Molina e Pedro de la Rosa. E vn huerto en Los Antygores, linde Ramiro Garçia e Lorenço Benitez e Gines Gonçalez, con medio dia de agua en el dicho olivar. Pagan de çenso cuarenta e çinco maravedis.
   
Otra parte del olivar que posee Miguel Sanchez, linde Gines Gonçalez e Garçia Vidal que poseen la otra parte, e ha por linderos (a) Alonso Andreo e la syerra, con vn quarto de agua. Paga de çenso diez e syete maravedis e medio.
   
Todos los quales çensos sobredichos tyenen tytulo del comendador Bezerra, y estan todos incorporados en vna escriptura y en otra por sy otros/ (f. 538) treynta e çinco maravedis que paga Gines Gonçalez por otro medio olivar que posee en la huerta del Coloma, linde Gines Vidal e Miguel Sanchez, con medio dia de agua. E aclaro el cura en su conciencia que vale el dicho benefiçio con todo lo susodicho anexo a el, quinze mill maravedis poco mas o menos.(44)

San Sebastian
   Otrosy, visytaron vna hermita de San Sebastian questa junto a la fuente de la dicha villa, que es de tapieria sobre arcos travesados e buen maderamiento de pino. Esta por cobrir la postrera arcada.
   
Tiene la dicha hermita medio dia de agua en Totana, que vale dos ducados de renta y el baçin.

Cuenta del mayordomo
   
E tomaron cuenta a Andres Martinez de Velez, mayordomo, e hizieronle descargo de ocho mill e trescientos e nueve maravedis que monto en todo lo que paresçio aver resçebido con el alcançe de atras; e descargaronle dellos dos mill e quatroçientos e veynte e çinco maravedis que dio gastados. E finalmente fue alcançado por çinco mill e ochoçientos y ochenta e quatro maravedis. E quede fuera la renta deste anno del medio dia de agua. E dio la dicha cuenta jurada ante el dicho cura e ofiçiales en presençia de los quales fue condenado en el dicho alcançe, e mas en otros noventa e syete maravedis e medio de la demanda del baçin. Que son todos çinco mill e noveçientos e ochenta e vn maravedis e medio.(45)/

(f. 539)Hermitas
   
E luego, los dichos cura e alcayde e ofiçiales nonbraron por mayordomo de la dicha hermita a Juan Gomez, el qual lo açeto e juro etç. Y el dicho Andres Martinez truxo luego prendas valiosas del dicho alcançe e las dio y entrego al dicho mayordomo Juan Gomez, el qual les resçebio en presençia de los dichos visitadores, los quales le mandaron a el y a los alcaldes de la dicha villa que estavan presentes, so pena de cada dos mill maravedis para redençion de catyvos, que luego las haga traer en almoneda e rematar en el termino del derecho e hazer dellos entrega, pago e cunplimiento del dicho alcançe a la dicha hermita syn dilaçion alguna.

Mandatos
   
E mandaron al dicho mayordomo, so pena de dos mill maravedis para la dicha hermita, que del dicho alcançe, de aqui a la fin deste primero anno, haga cubrir de maderamiento el arcada questa descubierta conforme a lo otro questa fecho, e que conpre vn vestimento de lienço con todo su recabdo para la dicha hermita.

San Cristoval
   
Otrosy, visitaron otra hermita de san Cristoval questa ençima de vn çerro a vn tyro de ballesta de la dicha villa, la qual esta mal reparada e non hallaron que tenga posesiones ni bienes algunos. Y encargaron al pueblo que la sostenga e reparen/.

(f. 540)Santa Olalla
   Otrosy, visitaron otra hermita de Santa Olalla questa media legua de la dicha villa e hallaron questa razonablemente reparada con las limosnas del pueblo. Que no tyene otras posesiones ni bienes algunos.

   Hizose execuçion en vn asno e vna asna de Juan Simon por mill e çinquenta maravedis que los visytadores pasados le hizieron de alcançe e pusieronse en poder de Alonso Gallego, que los fio. E mandaron a los alcaldes que los hagan vender en el termino del derecho y entrega de los dichos maravedis a Alonso Martinez, que quedo por mayordomo de la dicha hermita, so pena de dos mill maravedis para la fabrica della. Y encargaron al dicho mayordomo que demande con el baçin e que tengan cargo de reparalla de lo que tuviere nesçesidad.

Visitaçion de la encomienda
   
Hallose en la dicha villa Juan de Bio, alcayde e mayordomo de la dicha encomienda, el qual ynformo a los dichos visytadores que a sydo comendador desta dicha encomienda de Aledo hasta agora Juan Cabrero, camarero de vuestra alteza, el qual dixo que de poco aca a sydo proveydo de la encomienda e mayordomo tanvien. E que avra çerca de vn anno que vinieron aqui con provision de vuestra alteza e tomaron la posesion desta encomienda por Martin Cabrero, sobrino del dicho camarero, e no paresçio ni se pudo aver la prouision e tytulo dello ni se hallo quien supiese dar dello mas razon desto. E no paresçe averse fecho deposyto alguno ni nonbrado deposytario de la dicha vacante e nueva prouision/.

(f. 541) Propios e rentas de la encomienda
   E luego los dichos visitadores pidieron cuenta e razon al dicho alcaide e mayordomo Juan de Bio que propios e rentas tyene de la dicha encomienda e que es lo que suele valer e rentar en cada vn anno por tazmias, y el se la dio en la forma siguiente:
   Primeramente, dixo que tyene en la dicha encomienda todos los diezmos çerrados de todo el termino de Aledo e de Pliego e del termino de (Y)echar e de Totana, e mostro las tazmias dello, por las quales paresçio que ovo el anno pasado de quinientos e diez en Echar çiento e treynta hanegas de trigo y en Pliego trezientas e veynte e seys hanegas de trigo y en Aledo seysçientas e treynta e quatro hanegas e media de trigo e de los labradores de Lorca que labran en el dicho termino de Aledo otras mill y çiento e dezisyete hanegas de trigo, que monto en todos juntamente dos mill e dozientas e diez hanegas e media de trigo.(46)
   E de çevada en (Y)echar veynte e syete hanegas y en Pliego çiento y ocho hanegas y en Aledo dozientas e setenta e nueve hanegas e media e de los labradores de Lorca otras quatroçientas e noventa e seys hanegas e media, que monto en todo juntamente noveçientas e vna hanegas de çevada.(47)
   Otrosy, que tyene la dicha encomienda çiertas tahullas de tierra junto a la çibdad de Lorca en vn partydo que se llama Sotyllena, que se arrendo el dicho anno por trezientas e veynte hanegas de çevada.(48)
   Otrosy, que tyenen el molino de Aledo que rento el dicho anno çien hanegas de trigo y el de Pliego otras veynte e syete hanegas.(49)/
   (f. 542) Otrosy, que tyene el meson de Totana, que se arrendo el dicho anno por dos mill e quinientos maravedis.(50)
   Otrosy, el horno de poya de Aledo que rento dos mill maravedis y el de Pliego que no rento nada el dicho anno.(51)
   Otrosy, que tyene vna huerta en Aledo, que se dize de la Horden, que se arrendo por dos ducados.(52)
   E otra huerta que tyenen en Totana que no se arrendo syno que da para el gasto de casa.
   Otrosy, que tyenen los diezmos de todos los ganados mayores e menores e menuçias de todos los dichos terminos çerradamente, que valieron el dicho anno sesenta chotos que se vendieron por seys mill maravedis e dos arrovas e çinco libras de queso por trezientos e treynta e tres maravedis.(53)
   Mas el diezmo de borricos e potricos que valio seysçientos maravedis.(54)
   Mas el diezmo de pollos de Aledo e Pliego que valio trezientos e sesenta maravedis.(55)
   Tyenen mas, que de todo el ganado que pasan a ervajar pagan a la dicha encomienda quatro cabeças de cada cabanna, que ovo el dicho anno çinquenta ovejas que se vendieron por seys mill e ochoçientos maravedis.(56)
   Tyenen mas todos los diezmos de las huertas de Aledo e de Pliego, que valieron el dicho anno las çebollas dozientos e treynta maravedis e los ajos/ (f. 543) dozientos maravedis e los higos seisçientos e diez maravedis e la miel mill e dozientos maravedis e la çera mill e çinquenta maravedis e la linaza mill e trezientos e çinquenta maravedis e de garvanços e havas e guixas seisçientos e treynta maravedis, que monta en todo juntamente çinco mill e dozientos e setenta maravedis.(57)
   Otrosy, que ovo el dicho anno diezesyete hanegas de panyzo que valieron ochoçientos e çinquenta maravedis.(58)
   Mas veynte e çinco arrovas de lino que valieron ocho mill e çiento e diez maravedis.(59)
   Mas el diezmo del vino que ovo el dicho anno dozientas e quinze arrovas, que se vendieron por syete mill e trezientos e diez maravedis.(60)
   
Mas el diezmo del azeyte que ovo el dicho anno çiento y sesenta y çinco arrovas que valieron para guardar la deçima, veynte e dos mill e dozientos e setenta e çinco maravedis.(61)
   
Tyenen mas çinco mill e quinientos maravedis de çensos en la çibdad de Lorca, de los quales se hallo en su poder vna copia que le dejo el comendador Bezerra al tanto de la que el llevo en sus libros de visytaçion, segund queda en mi registro, que por excusar prolexidad no se ynserte aqui e se remita a los libros de visitación del dicho Bezerra, el qual ovieron ynformacion que lo hizo fielmente, segund se contiene en lo de Murçia, etc.(62)/
   
(f. 544) Tyene mas la dicha encomienda en el almaçara de azeyte de Aledo, que entro la renta della con el azeyte del diezmo susodicho, e vn batan en Aledo do dizen La Saliente e mas todas las penas e calonias, lo qual todo no rento nada el dicho anno. E dio el dicho Juan de Bio esta dicha cuenta por çierta e verdadera, segund aqui se contiene. Por la qual paresçe que montaron en suma todas las dichas rentas de la dicha encomienda el dicho anno de diez, sesenta y ocho mill y seiscientos y çinquenta y ocho maravedis, y dos mill e trezientos e treynta e seys hanegas e media de trigo y otras mill e dozientas e veynte e vna hanegas de çevada. La qual encomienda aclaro que non estuvo arrendada el dicho anno de diez ni este presente de honze, del qual non se le tomo cuenta porque non estauan acabados de coger los frutos del.(63)
   
E remitese a vuestra alteza la providençia del deposyto de la dicha vacante sy la ay, e de la parte de las dichas rentas que pertenesçia a las obras e reparos de la dicha encomienda con-forme a la bula que la mande deposytar o proveer çerca dello commo mas sea seruido.
   
Queda de las dichas rentas, pagada la deçima dell azeyte solamente, e de todo lo otro que esta por pagar que se a de descontar/.

(f. 545)Vysitaçion de la fortaleza
   
E despues de lo susodicho fueron a visytar la fortaleza de la dicha villa, en la qual hallaron por alcayde al dicho Juan de Bio, que les abrio las puertas y entrego las llaves della. La qual hallaron questa por la horden que dize en el libro de la visitación pasada.

Entrega
   
E hallaron en la dicha fortaleza dos ballestas fuertes de azero con sus carneques e vn torno para armallas e vn zebratana con su seruidor e veynte e siete tynajas de tener vino e azeyte. Lo qual es de la entrega de la dicha fortaleza, segund paresçe por el dicho libro de visytaçion.

Visitaçion de los muros
   E luego visitaron los muros de la dicha fortaleza, el reparo de los quales es a cargo de vuestra alteza e de su mesa maestral. E hallaron que por non se aver hecho en ellos los reparos questan mandados hazer por visytadores pasados, han venido en mas caymiento e resçebido mas dapno. E mandaron a maestro Simon Martinez, vezino de Lorca, que consigo tomaron para la dicha visytaçion, que lo tornase a tasar; el qual lo taso en la manera siguiente:
   Primeramente, el partydo primero que dize en el libro de la visytaçion, que fue tasado por visytadores pasados en dos mill maravedis, hallaron agora que desde la (torre) el omenaje hasta la cavalleriza por partes de dentro questa socavado. Ha menester seys tapias de longura que envistan quatro palmos en grueso con el muro e que salgan dende lo firme tres tapias en /(f. 546) alto de cal y canto, a ochoçientos maravedis cada tapia, que montaron en ello quatro mill e ochoçientos maravedis.(64)
   Otrosy, en el segundo partydo que fue tasado en mill e quinientos maravedis, ques la torre de la cavalleriza questa sobre la puerta dell albacara primera, tasose agora que se a menester derribar la mitad de la dicha torre hasta lo firme, ques de almendolon, e sobre aquello subir seys tapias en alto con petril e almenas, e son ocho tapias entorno alderredor, que suma cuarenta y ocho tapias, todas de a quatro palmos e nueve en luengo e tres e medio en grueso, e que lleve cada tapia cuatro hanegas de cal e su tierra hechas de costra, que fueron tasadas a dozientos y veynte e dos maravedis cada tapia, que montaron en ello diez mill e seiysçientos y çinquenta e seys maravedis.(65)
   Otrosy, en el terçero partydo de la torre del palomar, que fue tasado en veynte e çinco mill maravedis, hallase agora ques menester hazerse toda de nuevo, sacandola de fundaçion a desde donde se hallare el almendelon firme. E fue tasada y tyene çiento e sesenta e çinco tapias de obra de la dicha longura y altura e de seys palmos en grueso, cada tapia fechas de tapieria con su costra que lleve cada vna ocho hanegas de cal, que fueron tasadas de toda costa a trezientos e sesenta e ocho maravedis cada tapia, que montaron en ello sesenta e quatro mill e quatroçientos maravedis.(66) E creese que la tasaçion questa en el libro/(f. 547) de la visitaçion pasada deviera fazerse antes que la dicha torre se cayese del todo para reparar algo della e no para fazella de nuevo.
   Otrosy, todo el lienço questa entre las dos torres susodichas, donde esta la puerta, esta socavado e a menester meterse tres palmos de piedrayeso e repellar todo lo de ençima e adobar toda la portada de dentro e de fuera con otro pedaço que esta socavado entre la torre de la cavalleriza e la torre de la cozina. Hallaron que todo esto tyene dado a destajo Alonso de Ahunnon, obrero de vuestra alteza, al dicho maestro por syete mill e çiento e veynte e çinco maravedis.(67)
   La torre frontera de la yglesia que tyene la esquina cayda esta despetrilada, fue tasada para sacar la dicha esquina dende el almendelon firme que esta en el terçio baxo de cal y canto hasta lo alto de tres palmos y medio en grueso, en ocho tapias de obra a quinientos maravedis cada vna, que montaron quatro mill maravedis.(68)
   Otrosy, la torre que dizen dell esquina que fue tasada en çinco mill e quinientos maravedis. Hallase cayda e a menester derribarse toda la tapieria hasta el almendelon firme, que fue tasado en ocho tapias en torno y nueve en alto que son setenta e dos tapias de la dicha altura e longura/(f. 548) e de tres palmos e medio en grueso de tapieria de costra, e quatro hanegas de cal cada tapia, tasadas de toda costa a dozientos e veynte e dos maravedis que montaron quinze mill e seteçientos e setenta e dos maravedis, e lo demas a cunplimiento de deziseys mill maravedis para repellar vnas socavadinas del çimiento e vn poco que esta rebentado fazia la puerta vieja.(69)
   Otrosy, el muro questa entre la dicha torre y otra torre de cal y canto que fue tasado en mill maravedis. Hallaron que ha menester envestirse dende abaxo hasta arriba vn pedaço junto a la dicha torre de piedra ques vna tapia en luengo e nueve tapias en alto que entran quatro palmos. E fue tasado de cal y canto a ochoçientos maravedis cada tapia, que montaron en ello syete mill e dozientos maravedis.(70)
   Otrosy, en la dicha torre de cal y canto falta petril e almenas, que fue tasado en ocho tapias de obra a quinientos maravedis cada vna en el petril e otro tanto en las almenas, que son dezyseys tapias en que montan ocho mill maravedis.(71)
   Otrosy, entre la dicha torre de piedra y la torre de la claveria hallaron otro pedaço de muro de cal y canto que le falta petril e almenas, que fue tasado en ocho tapias de obra al dicho presçio, que montan quatro mill maravedis.(72)
   Otrosy, la torre de la claveria que fue tasada en/(f. 549) treynta mill maravedis, hallose nuevamente hecha de buena obra de costra, e son diez tapias en alto que se tornan en doze de marcan con petril e almenas e otras doze entorno, que son çient e çinquenta e quatro tapias, e costaron a dozientos e veynte e dos maravedis cada vna.
   Otrosy, dende lo nuevo de la dicha torre de la claveria fasta donde da la buelta otra torrezilla de piedra con toda la dicha buelta a envestir con el lienço que viene desde el mirador, hallaron que se a menester sacar todo dende lo firme, que son diez tapias en alto con las almenas e çinco en luengo, que fueron tasadas de la dicha obra al preçio de la dicha torre de la claveria, que son çinquenta tapias en que montaron honze mill e çien maravedis.(73)
   Otrosy, el muro que esta debaxo del mirador dende la buelta de la dicha torrezilla de piedra fasta la torre del omenaje, hallaron questa bueno fasta en par de la ventana del dicho mirador e dende la dicha ventana arriba le falta el petril e almenas, que fueron tasadas syete tapias de longura e vna en alto e otra tapia de petril e almenas que son catorze tapias de cal y canto a quinientos maravedis cada vna, que montaron syete mill maravedis.(74)
   
Otrosy, hallaron que en la casa adonde estan los xarayzes a menester envestir el muro por de dentro de cal y canto, dende lo firme que suba tres tapias en alto/(f. 550) e seys en luengo dende los dichos xarahizes fasta en cabo de toda la sala a la luenga, que entre quatro palmos en grueso a ochoçientos maravedis cada tapia, que montaron en deziocho tapias catorze mill e quatroçientos maravedis.(75)
   
Otrosy, hallaron que ha menester lo alto de la dicha casa de xarayzes en vestirse el muro sobre el que carga el maderamiento dello, tomando dende lo que esta firme del dicho muro hasta ell anden de ençima, picando todo el muro de largo a largo todo lo que toma la dicha caena, que ha de ser de dos tapias en alto e ocho en luengo, que son deziseys tapias que an de ser de costra de tierra que lleve dos hanegas de cal cada vno a aguja perdida a vn haz que entre todo el gordor dell anden, que fueron tasadas de toda costa a trezientos maravedis cada vna, que montaron en ello quatro mill e ochoçientos maravedis.(76)

Muros de la villa
   
Otrosy, visitaron los muros de la dicha villa de Aledo, el reparo de los quales es a cargo de vuestra alteza segund paresçe por la clavsula de vn preuillegio que diz que tyene la dicha villa, e non se hizo mas tasaçion en los reparos dellos por que basta la que esta fecha en el libro de la visytaçion pasada, en que montan todas las tasaçiones della veynte e ocho mill e trezientos e setenta maravedis, reparados por los capitulos del dicho libro.(77)/
   
(f. 551) E paresçe a los dichos visitadores que lo que por agora se oviere de gastar mejor que se gaste en los muros de la fortaleza que no en los de la villa fasta que aquellos se acaban de reparar, avnque la villa es tan fuerte que tanto conviene estar reparados los muros della commo los de la fortaleza, por questa muy junto e abraçado lo vno con lo otro, e por estar villa tan desviada de la tierra de la horden e metida entre pueblos estrannos y en la dispusyçion que esta y de la calidad que es conviene tener recabdo en ella.

Pleito omenaje
   
E tomaron pleito omenaje al dicho alcaide Juan de Bio por la dicha fortaleza, el qual el hizo en sus manos por la via acostumbrada, vite supra, vna e dos e tres vezes etç., e bolvieron las llaves della y encargaronle que las tenga a buen recabdo a seruiçio de vuestra alteza.

Obras de los encasamientos
   
Visytaronse todos los enca(sa)mientos de la dicha fortaleza, los quales hallaron que son todos de terrado e no ay teja ninguna en ellos, e avnque dize en el libro de la visytaçion pasada questavan bien reparados, hallaronse todos los suelos e terrados dellos hundidos e la madera quebrada e podrida e todas las mas de las paredes aportylladas o caydas, e paresçe las que quedan enhiestas sean de obra vieja e muy gastadas, e paresçe que seria cosa perdida todo lo que sobrellas/ (f. 552) se cargase. E ansy mismo por que esto de los mas de los dichos encasamientos estan cargados e arrimados a los muros e syn que primeramente se reparen los dichos muros no se pueden reparar los dichos encasamientos, por eso non mandaron hazer en ellos mas obra ni reparo de lo que basto por agora para sostenellos que no caygan del todo, commo adelante se vera en los mandados de la dicha encomienda. E porque paresçe a los dichos visitadores que debe aver deposyto de la nueva prouision hecha en el dicho Martin Cabrero sy vuestra alteza fuere dello seruido. E pues que de la vacante pasada estan bien reparados e reedificados la casa de Totana e los otros mienbros de la dicha encomienda, lo que mas conviene labrar e hazer de la dicha vacante e deposyto primero es que en la dicha fortaleza se haga vn quarto nuevo de buen aposentamiento, de que ay mucha nesçesydad porque en toda ella no queda ya cosa que de provecho sea sy non las bovedas de la torre del omenaje. E por tanto, con acuerdo del dicho maestre Symon se traço e tanteo e taso el dicho quarto que les paresçio que se debe hazer en la manera siguiente:

El quarto nuevo que se a de hazer en la fortaleza
   A se de començar el dicho quarto dende el esquina que esta frontero de la puerta, commo entran al retraimiento delante del omenaje ques de la pieça grande donde estan los xarayzes a la luenga, hasta el otro muro frontero que buelve donde se haze la puerta vieja, que son ochenta pies de luengo, e a se de armar sobre el muro de la mano yzquierda haziendo su hastyal que suba nueve tapias en alto y diez en luengo y mas las traviesas/ (f. 553) que son otras quatro, e con dos atajos para dos camaras que tyenen otras quatro tapias que son diezeocho tapias en todo, e montauan en todas çiento e sesenta e dos tapias, las quales han de ser de tapieria de costra, que lleven tres hanegas de cal cada tapia e dos palmos e medio en grueso, que fueron tasadas a çinco reales cada tapia e an se de armar a rayz del suelo e piedra aguja por questa sobre la piedra biva, que montauan en las dichas tapias veynte e syete mill e quinientos e cuarenta maravedis.(78)
   Ha de tener este dicho quarto vna sala de quarenta pies en luengo e a cada costado su caadin de veynte pies, e cada quadra destas ha de tener por recamara lo hueco de las torres que caen junto a ellas y el entresuelo de todo esto ha de ser de maderado de onze tyrantes de pino e tablas açepilladas e sus suelos de yeso y ençima maderado a vn agua que corra hazia dentro del mismo maderamiento e cubierto de su teja con sus cavalletes e alerias e çintas de quatro en quatro canales de cal y arena. Que fue tasado que son menester çyen tirantes para anbos maderamientos, que costaran puestos al pie de la obra a tres reales cada vno e trescientas ripias que valen al pie de la obra quatro mill e quinientos maravedis e seys mill tejas quatro mill maravedis e para los suelos e asentar la madera treynta cahizes de yeso, que valen mill/ (f. 554) e dozientos maravedis e de manos de maestros para todo ello syete mill maravedis e para enluzillo todo otros quinze cahizes de yeso e quinze cahizes de cal, que valen noveçientos maravedis. Que monto en todo ello juntamente veynte e siete mill e ochoçientos maravedis. Va cargada el cahiz de yeso a quarenta maravedis e la cal a veynte maravedis.(79)
   E dos puertas principales que de aver en las dichas dos salas, alta e baxa, y en cada vna dellas dos ventanas que salgan al corredor, y en las quatro camaras altas e baxas sendas puertas e ventanas al dicho corredor, y en las recamaras sus puertas e saeteras para luz en el muro, que son todas dezyocho puertas e ventanas que fueron tasadas de madera e clavazon e manos a medio castellano vnas con otras e veynte cahizes de yeso a cuarenta maravedis. Que monto en todo juntamente çinco mill e çiento e sesenta e çinco maravedis.(80)
   A de aver en la dicha sala alta vna chimenea de yeso, e fue tasada para ella seysçientos ladrillos que van se puestos alli quatrozientos maravedis e çinco cahizes de yeso dozientos maravedis e vn maestro tres dias con tres peones quinze reales. Que monta en todo mill e çiento e diez maravedis.(81)
   E a de ser todo el dicho quarto deziseys palmos de hueco que no sufre mas la madera que se a de cubrir alli por razon del altura e anchura de la tierra.
   E delante del dicho quarto alto e baxo ha de aver sus corredores sobre pilares de yeso, dexando/ (f. 555) en la esquina primera el conpas que convenga para la entrada, por lo que apreta por alli la torre del omenaje, e que al otro cabo fenezca el dicho corredor donde convienen para moverse otro quarto a la buelta del otro muro de la puerta vieja sy por tienpo se quisyere labrar. Que fue tasado para tres pilares con sus jaçenas de madera e yeso e maestros e peones e de toda costa en ocho mill maravedis (82)
   E a de aver en cabo del dicho corredor vn escalera de yeso que fue tasada de toda costa en veynte reales.(83)

Visitaçion del Molino Viejo
   
Otrosy, visitaron vn molino que tyene la dicha encomienda a dos tyros de ballesta de la dicha villa, que se dize el molino viejo, e hallaron que estava subido el cubo del segund mandaron los visytadores pasados, e que avian rebentado el dicho cubo por lo baxo, de manera que esta muy roto e muele muy poco e mal. E paresçio al dicho maestre Symon que nunca sera ya bueno el dicho cubo ni sufre otro reparo syno se tornarse a hazer otro cubo de nuevo, segund adelante se contiene en los mandatos.

Molino Nuevo
   
Otrosy, visitaron otro molino que nuevamente se hallo hecho segund mandaron los dichos visytadores pasados a dos tyros de piedra mas abaxo el dicho molino viejo, e hallaronlo moliente e corriente e bien proveydo de todo lo nesçesario y es mejor que non el otro. Faltanle vnas puertas.

Batan
   
Otrosy, visitaron el batan de la dicha encomienda e hallaronlo caydo/ (f. 556) e perdido, e ovieron información que es de poco provecho e que trae mucho dapno all açequia del agua que pasa adelante a los dichos molinos e a otras huertas y heredades del conçejo, e ques mas provecho dexallo perder que no sostenello por el perjuyzio e dapno que trae a las dichas heredades.

Almaçara de azeyte
   
Otrosy, visytaron el almaçara de azeyte que tyene la dicha encomienda junto a la fuente de la dicha villa e lo que en ella se mando reparar se hallara adelante en los dichos mandatos.

Huerta
   
E visitaron vna huerta que tyene çerca de la dicha almaçara e hallaronla çercada e bien reparada e metyda en lavor.

Horno de pan e casa de bastimiento
   
Otrosy, visitaron vna casylla de bastimiento con vna chimenea que tyene baxo de la yglesia e hallaronla bien reparada, y vn horno de poya en el qual mandaron proveer lo que adelante se contiene en los mandatos.

Visytaçion de Totana
   
Otrosy, visitaron la casa que la dicha encomienda tyene en Totana, la qual es de quatro quartos e vn patyo grande en medio, toda obra nueva de buenas paredes e maderamientos e tejados e puertas con sus çerraduras e todas las puertas e ventanas. E lo que en ella mandaron reparar se contiene adelante en los mandatos/.

(f. 557) Huerta de Totana
   
Otrosy, visitaron la huerta que tyenen junto a la dicha casa de Totana e hallaronla bien labrada e tratada çercada de dos tapias en alto, e lo que en ella se manda reparar se hallara en los mandatos.

Meson de Totana
   
Otrosy, visytaron vn meson que tyene en la dicha Totana que es vna casa grande de quatro quartos e patyo en medio, pero es todo aposentamiento baxo e terrado syn tejas y esta todo muy mal reparado e para perderse. E ovieron ynformaçion que solian pagar pontadgo en este meson quando avia moros e judios, e agora que no los ay no renta nada e paresçe gasto perdido todo lo que en el se haze e gasta e que seria mejor dexallo.

Mandatos
   
E luego, los dichos visitadores dieron su mandamiento sobrado de sus nombres al dicho alcayde Juan de Bio çerca de las obras e reparos que mandaron hazer en la dicha encomienda que dezian en esta guisa:
   
Nos, Alonso Herrandez Diosdado y el bachiller Pero Gonzalez, visytadores e reformadores, encomendamos a vos Juan de Bio, alcayde de la fortaleza de la villa de Aledo, que de las rentas de la encomienda de la dicha villa que teneys a cargo hagays hazer en los encasamientos de la dicha fortaleza y en las casas e mienbros de la dicha encomienda los reparos y obras siguientes:

En la fortaleza
   
Primeramente, que hagays reparar todos los aposentamientos de la dicha fortaleza e los terrados dellos lo que sufriere reparo hasta que se/ (f. 558) labren los muros que son a cargo de sus altezas, sobre que se an de armar e cargar los maderamientos e tejados de los dichos aposentamientos, porque entre tanto que los dichos muros no se labran los dichos aposentamientos no resçiban mas dapno reparando en ellos todo lo que convengan para que se sostengan e todo lo que sufriere reparo.

En el Molino Viejo
   
Otrosy, que hagays hazer donde agora esta el molino viejo otro cabo el nuevo junto a la barranca, que suba setenta palmos en alto de cal y canto e que tenga ocho palmos de hueco e otros ocho palmos o diez de gordor de pared hasta la mitad dell altura, e que de alli arriba vayan por sus escalones enbeviendo el gordor ansy commo fuere subiendo la pared segund lo demas de la obra. E que sea enforrado por de dentro en otro cubo de madera e que se pase alli la casa e todo el artefiçio que esta en el molino viejo, por quanto hallamos que esta rebentado el cubo del por muchas partes. E ovimos ynformaçion que no sufre otro reparo sy no hazerse de nuevo aca, segund dicho es. E que tyenen muy mejor herido (sic) e dispusyçion para se hazer de nuevo junto a la dicha barranca que no donde agora esta. E que sera alli mas provechoso e de mas renta/.

(f. 559) En el Molino Nuevo
   
Otrosy, os mandamos que hagays poner vnas buenas puertas con su reçedura (sic) e llave en el otro molino nuevo.

En el almaçara
   
Otrosy, que hagan poner vna buena muela en el almaçara de azeyte porque la que tyenen es pequenna e no muele bien, a cuya cabsa fuimos ynformados que se pierde mucha azeytuna. E que se haga el alfarje de nuevo asentando en ella la muela que agora es corredera que quede por solera. E que se haga vn miembro de piedra e yeso sobre que cargue la jaçena en que anda el peon que trae la muela e que se repare la pared questa por alli hundida e aportillada, e otro portyllo questa ençima del canno por donde entra el agua al pozo e otro questa en la pared a mano derecha sobre que carga vn tyrante e otro agujero questa en el terrado. E que hagays poner vnas buenas puertas con su çerradura e llave a la dicha almaçara por que no entren puercos e bestias e ensuzialla. E que hagays linpiar y echar fuera todo el estiercol que tyene. E otrosy, que hagays reparar la pared de la casa questa a las espaldas de la dicha almaçara e maderalla e cubrilla de su terrado conforme a lo questa hecho, segund lo mandaron los visytadores pasados, haziendo en ello sus troxes de yeso en que se eche el azeytuna porque ay dello mucha nesçesydad. E fuimos ynformados que se pierde mucha aceituna por falta dello/.

(f. 560) En el horno
   
Otrosy, que hagays reparar vn poco del terrado e vn madero del questa hundido al rincon de la mano yzquierda en el horno de la poya; e que pongays hornero que syrva el dicho horno, segund es costunbre, porque el pueblo no resçiba en ello fatyga ni agravio.

En la casa de Totana
   
Otrosy, que hagays reparar las pesebreras que estan rotas en las cavallerizas de la casa de Totana e vn tabyque que esta aportillado en la pared de la casa alta a las espaldas del altar, y enluzir e abivar las esquinas de las casas dell escalera de la dicha casa.

Huerta de Totana
   
Otrosy, que hagays bardar de atocha e tierra toda la çerca de la huerta de Totana e çerrar vn portyllo en el esquina della a la parte de abaxo sobre el açequia, conforme a lo que esta hecho.

El meson de Totana
   
Otrosy, que hagays reparar e sanear la pared questa a las espaldas de la chimenea del meson de Totana, questa abierta e para se caer, e reparar las paredes de toda la casa, puerta por de dentro e por de fuera, questan socavadas por lo baxo; e cubrir vn pedaço de la cavalleriza questa descubierta haziendolo conforme a lo que esta hecho,/ (f. 561) e que se eche sus suelos e aleros e bardas de atocha donde nesçesydad oviere.
   
E por quanto todos los aposentamientos de la dicha fortaleza de Aledo estan perdidos a cabsa de no estar reparados los muros sobre que cargan e no se pueden reparar ni labrar en ellos lo que conviene syn que primeramente se reparen los dichos muros, vos mandamos que mostreys este capitulo a Alonso de Avnon, jurado de la çibdad de Murçia que tyene cargo de las obras pertenesçientes a su alteza en este partydo, al qual encargamos e mandamos de parte de su alteza que de los maravedis que tyene e oviere para reparo de los muros de la dicha fortaleza haga luego ante todas cosas reparar los dichos muros sobre que cargan los dichos aposentamientos por la parte de dentro en esta manera:
   
Que en la casa donde estan los xarayzes haga enforrar el muro por la parte de dentro, de cal e canto, toda a la larga como va la dicha casa, sacandolo dende lo firme, e que suba tres tapias en alto de nueve palmos en luengo e quatro en alto e otros quatro en grueso cada tapia, lo qual to(do) fue tasado por mi mandado, que ay diezeocho tapias e ochoçientos maravedis cada tapia.
   
Otrosy, en la dicha casa, lo alto della, dende el dicho muro de largo a largo, tomando dende lo/ (f. 562) questa firme e que suba dos tapias en alto, que son ocho tapias en luengo e se tornan en dezyseys, e se an de hazer de tapieria de costra e tierra e aguja perdida, que lleve cada tapia dos hanegas de cal a vn haz, e que entre todo el gordor dell anden. Que fue tasado cada tapia de toda costa en trezientos maravedis.
   
Otrosy, dende donde fenesçe lo nuevo de la torre de la claveria hasta donde fenesçe la buelta de vna torrecilla de piedra a envestir con el lienço que viene desde el mirador que entre en ello la buelta de la dicha torrecilla de pie, a se de sacar todo el dicho muro dende lo firme hasta arriba, que son çinco tapias en luengo e diez en alto con petril e almenas hechas de tapieria de costra, conforme a las susodichas de la torre de la claveria que an de tener tres palmos e medio de grueso e quatro hanegas de cal cada tapia. Que fue tasado de toda costa a dozientos e veynte e dos maravedis cada vno.
   
E por quanto nosotros llevamos labranza e tasaçion en el libro de nuestra visytaçion de vn quarto que en la dicha casa se ha de labrar arrimado a los dichos muros de los maravedis de la vacante de la dicha encomienda, el qual visto en el capitulo e determinado commo se aya de labrar e hazer se provera la horden que en ello se a de tener. Por ende, no mandamos por agora hazer otras obras en la dicha fortaleza, e mandamos a vos el dicho alcaide que las aqui contenidas hagays hazer e reparar/ (f. 563) daqui a quatro meses primeros siguientes, saluo el cubo del molino que mandamos que se acabe de aqui a vn anno. E que enbieys al comendador de la dicha encomienda este nuestro mandamiento e su traslado dentro de treynta dias, para que sepa lo que queda a su cargo de cunplir la dicha nuestra visytaçion. El qual mandamos en virtud de obidiençia e so pena de çien ducados para rendiçion de catyvos, que dentro de los dichos terminos haga hazer las dichas obras e reparos e que vos resçiba en cuenta todo lo que en ello gastades sy vos en su nonbre las hizierdes.
   
Otrosy, mandamos al dicho comendador, so la dicha pena, e a vos el dicho alcayde en su nonbre, que daqui a en fin deste presente anno tengays hecha vna caxa de plata que pese vn marco e la pongays en la yglesia de Pliego en que este el sacramento, e que de aqui adelante deys en cada vn anno, allende de las primiçias que soleys dar del clerigo que sirviere la dicha yglesia de Pliego, tres mill maravedis, e con ellos e con lo demas que el pueblo le da busqueys clerigo que resyda en el dicho benefiçio que se(a) tal qual cunple, e que le entregueys toda la plata e ornamentos de la dicha yglesia, tomando del syguridad e fiança que baste para los bolver, porque no esten las cosas consagradas en poder de las nuevamente convenidas, çerteficandoos que sy algo se enagenar o perdier de los dichos ornamentos por no se los entregar con la fiança e seguridad que convenga, que vos o los alcaydes que fuerdes de la dicha fortaleza los pagueys a la dicha yglesia.

Vezinos e Cuantiosos
   
Dieron por copia firmada los ofiçiales de la dicha villa/ (f. 564) que ay en ella çien vezinos, que son dellos contyosos:
   
Pedro de Canovas, tyene caballo.
   
Gonzalo de Canovas, no lo tyene.
   
Bartolome de Cayuela, no.
   
Gines Gonzalez, no.
   
Garçia Vidal, no.
   
A los quales se aperçibio. Vite supra.

Gasto de los Visytadores
   
Estuvieron en la dicha villa tres dias. Hizieron de toda costa noveçientos e veynte e ocho maravedis. Quedo mandamiento que pague el comendador la mitad e la otra mitad el conçejo. Vite supra.

Visitaçion del lugar de Pliego
   
E contynuando su visitaçion llegaron a Pliego, lugar de la dicha encomienda de Aledo, en veynte e ocho dias del dicho mes e anno e hizieron notyficaçion del dicho poder e aperçibimiento de las cosas contenidas en los pregones, vite supra, en Diego Cruecho e Gonzalo Liva, alcaldes, e otros, etç.

Visitaçion de la yglesia
   
Otro dia, de mannana, fueron a visitar la yglesia del dicho lugar, ques del advocaçion de Nuestra Sennora. Quatro paredes de tapieria e cubierto el techo sobre vn pilar de yeso, todo estrecho e muy pobre, e vn altar en ella linpio e bien adereçado, pero non/ (f. 565) hallaron sacramento porque no ay sagrario ni cura propio. Otrosy, no hallaron pila de bavtyzar syno olio e crisma en vnas crismeras destanno, linpiamente e bien.

Hornamentos
   
Hallaron que tyene la dicha yglesia vn ara consagrada con sus corporales e palio, mas vn caliz de plata con su patena que pesa vn marco e medio, el qual no se a traydo de Murçia, diz que esperan hasta que venga algund obispo por ay que lo consagre; e otro caliz de estanno.
   
Vna cruz de madera pintada e otra chequita.
   
Vna casulla de terciopelo buena con su estola e manipulo e su çanefa de raso verde.
   
Otra casvlla de seda de almayzar mediada con su estola e manipulo e çanefa de terciopelo.
   
Vn vestimento cunplido de lienço blanco con todo su recabdo e otra alva nueva de bretanna.
   
Vn frontal bueno de damasco negro e otro de lienço blanco raydo e otro nuevamente conprado de lienço pintado.
   
Vnos manteles e vna savana e vna sobrepelliz/.
   
(f. 566) Vna vara de olanda conprada para corporales.
   Un lienzo negro para cubrir las ymagenes.
   Vna canpana mediana e otra chiquita de mano.
   Dos vinagreras destanno e vn ençençario de laton.
   Vna lanpara con su baçin de cobre e vn açetre.
   Dos candeleros de laton.
   Vn manual viejo de mano.
   Vn arca para los ornamentos e vn cofrecito pintado para el sacramento.
   Vn portapaz de madera e vn ostario.
   
Vn candelero de palo e vn cubilete.
   Otro palo labrado para çirio pascual e vn lecho de difuntos.

Posesiones de la fabrica
   
Hallaron que tyene la dicha yglesia su escusado conforme all establezçimiento y el baçin e posturas.
   Mas vn vancal camino de Lorca, linde Lope de Sayavedra y los huertos del lugar, que
suele rentar diez hanegas de trigo.

Cuenta del mayordomo
   
E hallaron por mayordomo de la dicha yglesia a Juan/ (f. 567) Ponçe, al qual tomaron cuenta e fizieron cargo de çinco mill e trezientos e treynta e tres maravedis que montaron en todo lo que paresçio aver resçebido e con el alcançe de atras, segund queda firmado por menudo en el libro de la yglesia.(84)

Descargo
   
De los quales le descargaron que dio gastados en azeyte y çera e xabon e otras menudençias mill e quinientos e setenta e çinco maravedis.(85)

Alcançe

   E sacado el gasto del resçibo fue alcançado el dicho Juan Ponçe por tres mill e seteçientos e çinquenta y ocho maravedis, de los quales descargaron mill e quinientos e veynte maravedis e medio que dio gastados en ladrillo e yeso e otras cosas que dio a los maestros que labran la yglesia nueva. E queda finalmente el dicho alcançe en dos mill e dozientos e treynta e syete maravedis e medio, en los quales lo condenaron. He dicho la dicha cuenta jurada en presençia de los dichos alcaldes etç, con acuerdo de los quales se quedo por mayordomo hasta san Juan. E mandaron que entonçe e dende en adelante, en cada vn anno, quando eligen los ofiçiales del pueblo, nonbren e hagan mayordomo de la yglesia, e que no sea ninguno mas de vn anno. E dentro de nueve dias le hagan pagar y entregar en el alcançe de atras tomando las cuentas a los mayordomos pasados, so pena de dos mill maravedis para la dicha fabrica (86)/.

(f. 568) Mandatos
   
Otrosy, mandaron a los dichos alcaldes que daqui adelante no descuenten salario alguno a los mayordomos de la yglesia, salvo por los dias que fueren a Murçia o a los otros lugares fuera del termino a negoçiar algo. E que no tomen mas de los bienes e maravedis de la yglesia ni el mayordomo se los de para la obra de la yglesia nueva que se haze, so pena de los bolver con el doblo. E que los visytadores que vernan no se los resçiban en cuenta, saluo que el conçejo del dicho lugar acabe de hazer la dicha yglesia, segund es obligado e le esta mandado por los visitadores pasados, so pena de dos mill maravedis para la fabrica della. E que la tengan acabada de hazer e cubrir daqui a Navidad segund lo tyenen asentado con los maestros. E que quede hecho vn sagrario junto all altar, bien obrado de yeseria e follajes. E procuren luego de lo consagrar e pasar alla en seruiçio de la dicha yglesia. E que se haga vna pila de piedra commo esta asentado con el maestro de la obra, e que con acuerdo del alcaide busquen clerigo ydoneo que la syrva, dandole los tres mill maravedis que dexan mandado al alcayde. E que no lleven mas la renta del vancal de la yglesia al dicho clerigo. E que cobren del alcayde la caxa de plata que dexan mandado que le de para en que este el sacramento.

Horno de poya
   
E luego fueron a visytar vn horno de poya que la dicha encomienda tyene en el dicho lugar e hallaronlo bien reparado/.

(f. 569) Molino de pan
   
Otrosy, visitaron vn molino de pan que la dicha encomienda tyene en el dicho lugar, el qual hallaron bien reparado, moliente e corriente, saluo que con la seca de los annos pasados se abrio e rebento el cubo por lo baxo e va se mucha del agua por alli, y esta en peligro sy no se remedia de perderse todo el dicho cubo. E dexaron mandamiento firmado de sus nonbres a Diego Cabrero, mayordomo del dicho lugar, para el e para el dicho alcayde Juan de Bio que lo hagan reparar en esta manera:
   
Que a la parte donde esta vna esquina derribada hazia la casa de Gonzalo Cabrero se haga vna pared de seys palmos en grueso e de ocho en alto, de cal y canto, sacada dende lo firme, que hagan asyento e sobre aquella otra grada que suba hasta envestir en lo mas alto de lo que se començo a caer, e que tenga quatro palmos de grueso. Eso todo para estribo del dicho cubo. E que lo que esta caydo de la dicha esquina se torne a reparar çerrando la abertura e rotura por do se va el agua, por de dentro e por de fuera, con acuerdo de maestros que dello sepan.
   
Otrosy, que por la parte de dentro se quite toda la madera questa envestida en la pared del dicho cubo, e que se haga de cal y canto vn palmo mas ancha de commo agora esta o todo lo que mas se sufriere/ (f. 570) hasta el conpas por donde corre la rueda. E que suba hasta la cubierta del tejado la dicha grada que se a de acreçentar. E que la otra pared del rincon se haga toda descarcatar e ver por donde se sale el agua. E tornasen todo a reparar commo convenga. Lo qual todo taso maestre Miguell, vezino de Lorca, de toda costa en tres mill maravedis.(87)

Casa de bastimento
   
Otrosy, visitaron vna casa de bastimento que la dicha encomienda tyene en el dicho lugar e hallaron en ella ocho tynajas mayores de tener vino.

Mandatos
   
E mandaron a los dichos mayordomo e alcayde que la pared que sale sobre la puerta de la bodega que esta debaxo del dicho bastimento a la calle, que se pique e derribe todo lo questa abierto dende la puerta hasta ell esquina, hazerse tornar a hazer de nuevo de buena tapieria. Que fue tasado por el dicho maestro, que son quinze tapias de obra. E las hagan en dos dias vn maestro con çinco peones e otros dos peones a derribar la pared e aderesçar la tierra. Que monto en ello seysçientos e doze maravedis e a se de envestir toda ell esquina haziendo otro tanto a la otra para hasta juntar con lo firme e sano en todo lo que esta abierto de anbas partes dell esquina. Que fue tasado en otra tanta costa. Que montan mill e dozientos e veynte e dos maravedis.(88)/
   
(f. 571) Todo lo qual que sobre dicho es del dicho molino e bastimento mandaron hazer e reparar al dicho alcayde e mayordomo en nonbre del dicho comendador de las rentas de la dicha encomienda daqui a en fin deste presente anno, so pena de diez ducados para rendiçion de catyvos.

Vezinos e contyosos
   
Dieron por copia jurada los dichos ofiçiales que ay en el dicho lugar çinquenta vezinos e que no es ninguno dellos contyoso.

Gasto de los visytadores
   
Estuvieron en el dicho lugar vn dia e hizieron de toda costa çient y setenta e seys maravedis e vna hanega de çevada. E quedo mandamiento que paguen el comendador la mitad e la otra mitad el conçejo. Vite supra.
   
E porque todo lo susodicho segund e de la manera que dicha es paso en presençia de mi el dicho escrivano, fize aqui este mio signo e tal en testimonio de verdad.
   
(Signo)
   
Alonso A(y)llon, escriuano e notario publico.

Notas

1. Véanse los planteamientos historiográficos del tema en MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., "Organización y evolución de una sociedad de frontera: El reino de Murcia (siglos XIII-XV)", Medievalismo, 5 (1995), pp. 34-37. Entre las numerosas contribuciones que se agregan a las señaladas en 1995 cabe destacar los tres coloquios celebrados acerca de Andalucía y el Algarbe más las respectivas II y III Jornadas Luso-Españolas de Historia Medieval y, sobre todo, el Congreso de La frontera oriental nazarí como sujeto histórico (siglos XIII-XVI), Instituto de Estudios Almerienses, 1997, cuyo título es elocuente del protagonismo de esta frontera. Más recientemente, en 2001, bajo la coordinación de C. DE AYALA, BRESI Y JOSSERAND se publicaron otros trabajos especializados en la temática fronteriza bajo el también sugerente título Identidad y representación de la frontera en la España medieval, Madrid, 2001. Se han consolidado los monográficos Estudios de Frontera que se celebran en Alcalá La Real (Jaén); en la actualidad se cuenta con cinco ediciones.         [ Links ]

2. Se han editado en dos volúmenes todos los trabajos del especialista J. TORRES FONTES referidos al tema de la frontera bajo los títulos La frontera murciano-granadina, Murcia, 2003, e Instituciones y sociedad en la frontera murciano-granadina, Murcia, 2004.

3. El auge renovado de la historiografía santiaguista puede verse en AYALA MARTÍNEZ, C. et al.: "Las Órdenes Militares en la Edad Media Peninsular. Historiografía 1976-1992". I. Reinos de Castilla y León", Medievalismo, 2 (1992), pp. 119-169. Además, Las Órdenes Militares en el Mediterráneo Occidental (ss. XII-XVIII), Madrid, Casa de Veláquez-Instituto de Estudios Manchegos, 1989. Primeras Jornadas de Historia de las Órdenes Militares, Madrid, 1997; CAMPOS, J. (coord.), Estudios sobre las Órdenes Militares, Madrid, 1999; IZQUIERDO BENITO, R. y RUIZ GÓMEZ, F. (coords.), Las Órdenes Militares en la Península Ibérica, Cuenca, 2000, 2 vols.; Revista de las Órdenes Militares (dir. A. MADRID MEDINA), Madrid, 1 (2001) y 2 (2003); AYALA MARTÍNEZ, C. DE y BARQUERO GOÑI, C., "Historiografía hispánica y Órdenes Militares en la Edad Media, 1993-2003", Medievalismo, 12 (2002); AYALA MARTÍNEZ, C. DE, Las Órdenes Militares hispánicas (siglos XII-XV), Madrid, 2003. Para Murcia véase RODRIGUEZ LLOPIS, M., Señoríos y feudalismo en el Reino de Murcia. Los dominios de la Orden de Santiago entre 1440 y 1515, Murcia, 1984, ampliados con monografias y artículos referidos a poblaciones y aspectos concretos. Recientemente J. A. EIROA RODRÍGUEZ ha publicado la monografía de un núcleo santiaguista murciano: Arqueología e historia de la fortaleza medieval de Socovos, Albacete, 2004.         [ Links ]         [ Links ]         [ Links ]         [ Links ]

4. Véase MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M. y SÁNCHEZ PRAVIA, J. A., "Donación de Aledo y Totana a la Orden de Santiago: el privilegio de 1257" (en prensa).

5. Los estudios científicos sobre Aledo los iniciaron, sin continuidad, BÁGUENA, J. a principios del siglo XX, Aledo. Su descripción e historia, Madrid, 1900 (2ª ed. 1980) y MUNUERA, J. M., Apuntes para la historia de Totana y Aledo, Totana, 1916 (2ª ed., Murcia 2000, anotada por M. Martínez Martínez). La monografía de CÁNOVAS MULERO, J. y CÁNOVAS CAVERO, P., La encomienda santiaguista de Aledo y Totana (siglos XIII-XIX), Murcia, 2003 (prólogo de María Martínez Martínez) actualiza las obras de Báguena y Munuera. Referidas a la Edad Media caben destacar las investigaciones de base de SÁNCHEZ PRAVIA, J. A., "Aledo, algunas consideraciones sobre su fortificación y hábitat medievales", en Memorias de Arqueología, 4 (1989), pp. 471-494; "Actuaciones en el recinto defensivo de Aledo", en Memorias de Arqueología, 6 (1997), pp. 504-527; "La Torre del Homenaje de la villa de Aledo. Realidad y ensueño", en Memorias de Arqueología, 9 (2000), pp. 401-414; "La villa fortificada de Aledo bajo la Orden de Santiago. El ocaso de un modelo defensivo (siglos XV-XVI)", en II Congreso de Castellología ibérica, Teruel, 2001 (en prensa); MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., "Totana-Aledo en los textos bajomedievales", en Homenaje a Jose Mª Munuera y Abadía, Totana, 2000, pp. 171-193; "Los molinos de Totana-Aledo: un nuevo caso historiográfico", en Cuadernos de La Santa, 2 (2000); "Entre el señorío y la frontera: territorio y ganadería en Aledo (siglos XIIIXV)", en Cuadernos de La Santa, 4 (2002); "Aledo en la transición del medievo a la modernidad: Realidad histórica de la villa a través de la visita santiaguista de 1511", en Cuadernos de La Santa, 5 (2003), pp. 5784; MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M. y SÁNCHEZ PRAVIA, J. A., "La división del territorio en la Edad Media cristiana. Núcleos fortificados de frontera (Aledo y Pliego)", en Cuadernos de La Santa, 6 (2004), pp. 143-163.         [ Links ]         [ Links ]         [ Links ]         [ Links ]         [ Links ]

6. El primero que se ha conservado data de 1468, y esta visita, realizada por el comendador del Campo de Montiel Francisco de León, fue ordenada por don Juan Pacheco, marqués de Villena y maestre de Santiago. TORRES FONTES, J., "Los castillos santiaguistas del reino de Murcia en el siglo XV", Anales de la Universidad de Murcia. Facultad de Filosofía y Letras, XXIX (curso 1965-66), pp. 341-343. Además, para las postrimerías del medievo e inicios de la modernidad, las visitas correspondientes a 1494, 1498, 1507 y 1511. Los datos materiales exhumados de los Libros de Visitas combinados con las intervenciones arqueológicas han permitido aproximarnos al conocimiento de la organización material y espiritual del espacio y a la consolidación de un modelo de poblamiento defensivo.        [ Links ]

7. RODRÍGUEZ LLOPIS, M., "Repoblación y organización social del espacio en los señoríos santiaguistas del reino de Murcia (1235-1350)", en Mvrgetana, 70 (1986), p. 12.         [ Links ]

8. CÁNOVAS MULERO, J., El templo parroquial de Santiago el Mayor. Estudio histórico-artístico, Totana, 1997, p. 39; RODRÍGUEZ LLOPIS, Señoríos y feudalismo…, p. 80.         [ Links ]

9. Alfonso XI organizó la caballería villana como fuerza militar contra el Islam, a cambio de privilegios fiscales, entre otros. Tras la conquista de Granada las prestaciones militares no fueron prioritarias; de las cinco personas obligadas a tener caballo en Aledo sólo Pedro Cánovas lo mantenía en 1511.

10. SÁNCHEZ PRAVIA, J. A., Guía de Pliego medieval, Ayuntamiento de Pliego, 1995, p. 9.         [ Links ]

11. En importante precisar el significado del vocabulario: junto al nombre de las cosas (cómo se nombraban las realidades materiales), las acepciones de esas cosas. Lo que no se nombra no existe, o es como si no existiera. El inventario de los bienes descriptos en esta única iglesia de Aledo es bastante copioso y rico, si bien inferior en cantidad y calidad al registrado para el santuario de la Vera Cruz de Caravaca, el más importante del reino, por esas mismas fechas (Véase MARÍN RUIZ DE ASÍN, D., "Las Visitas de la Orden de Santiago a Caravaca", en Estudios de la Historia de Caravaca, Murcia, 1998, pp. 300-305.         [ Links ]

12. Véase MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., La industria del vestido en Murcia (ss. XIII-XV), Murcia, 1988, pp. 440-442. Destáquese el gusto por los tejidos musulmanes y la combinación de colores (verde y rojo) que se realiza en forma de tiras en una de las casullas confeccionada en tela de seda aceituní.         [ Links ]

13. Resulta muy interesante la biblioteca litúrgica utilizada, que prueba el grado de formación del sacerdocio encargado y de los recursos empleados para adoctrinar a la sociedad, además de las menciones a los "Cuadernos de tinieblas" y las "Cinquestorias".

14. El gasto en reparos y construcciones era el más oneroso, por lo que decidieron que las tierras de Totana "que a mucho tiempo que no rentan nada a la dicha iglesia" se subastasen para ayudar a la reforma del campanario.

15. El topónimo puede estar relacionado con el zócalo sobre el que se apoya un muro, según me comenta el arqueólogo Sánchez Pravia.

16. Lo obtenido a través de las limosnas era escaso: sirva como valoración los 97,5 mrs. correspondientes a la demanda del baçin presentados por el anterior mayordomo de la ermita Andrés Martínez de Vélez.

17. Utilizado como una medida de longitud aproximada a la distancia que recorría la flecha de esa tradicional arma medieval, cuyo alcance, según indica J. TORRES FONTES, "se cifra en 250 metros y se utilizaba para calcular las distancias entre dos localidades", en Nuevas Estampas medievales, Murcia, 1997, p. 130.

18. MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., "Religiosidad popular: espacio y devoción a Santa Eulalia de Mérida en Aledo-Totana (siglos XIII-XVI)" y "Descripción e inventario de la ermita de Santa Eulalia de Mérida en Aledo-Totana a finales de la Edad Media y principios de la moderna: Documentos para su Historia (1495-1549)", ambos en Eulalia de Mérida: Mil setecientos años, Murcia, 2004, pp. 35-58 y 59-70. Actualmente se ha rehabilitado con acierto este santuario y su entorno.

19. Algunos centros religiosos de la etapa moderna de Totana en DÍAZ GARCÍA, M. J., "De camino por las ermitas de Totana", en Cuadernos de La Santa, 4 (2002), pp. 90-103, que incluye las de San Roque, San José y Santos Médicos.         [ Links ]

20. Es probable por el contexto donde se menciona que se trate del espacio material donde se recaudaban los diezmos.

21. Se anota que el mayordomo de la iglesia gastó en cera, aceite y jabón 1.575 mrs., y otros 1.520,5 mrs. en ladrillo para la iglesia nueva. Tambien confirmaron al citado mayordomo en su cargo hasta el día de San Juan, fecha en la que anualmente se renovaban todos los cargos de la localidad, precisando que el mayordomo no estuviese más de un mandato (un año) en el cargo además de otras disposiciones complementarias.

22. SÁNCHEZ PRAVIA, Guía..., p. 24: La conversión de las mezquitas en iglesias era obligada desde 1505; el nuevo templo, aunque con mayor capacidad, en consonancia con el crecimiento poblacional, "era un edificio de mediana envergadura, cubierto con tejado, de una sola nave con tres arcos de yeso en el interior y techumbre de madera. Tenía una torre de planta cuadrada, hecha de cal, piedra y ladrillo, que remataban unas almenas". Se deduce que tanto éste como otros espacios religiosos coetáneos mostrarían una imagen de templo-fortaleza.

23. Véanse los trabajos de SÁNCHEZ PRAVIA en nota 5, y la cartografía y el análisis del original poblamiento de Pliego que este autor realiza en Guía de Pliego medieval, pp. 13-30.

24. SÁNCHEZ PRAVIA, "La villa fortificada de Aledo...", establece una serie de precisiones técnicas imprescindibles para comprender el diseño del complejo defensivo.

25. Además de los trabajos citados de SÁNCHEZ PRAVIA, Véase PALACIOS ONTALVA, S., "Los Libros de Visita de la Orden de Santiago: fuente para una Historia de la arquitectura militar", en Actas del Tercer Congreso Nacional de Hª de la Construcción, Madrid, 2000, pp. 751-760; EIROA RODRÍGUEZ, J. A., "El empleo de los Libros de Visita de la Orden de Santiago para el conocimiento de la arquitectura defensiva bajomedieval: límites y posibilidades", en I Simposio de Jóvenes Medievalistas. Lorca, 2002, Murcia, 2003, pp. 85-97.         [ Links ]         [ Links ]

26. La orientación, situación, dimensiones y costes de reparación de las torres de la fortaleza en SÁNCHEZ PRAVIA, "La villa fortificada de Aledo...".

27. Originariamente lugar donde se sacrificaban reses, constituía el espacio abierto para refugio de la población en caso de peligro.

28. Las indicaciones técnicas de su construcción están muy precisadas en el documento adjunto: medidas, materiales, elementos arquitectónicos y costo. Cabe destacar que el citado cuarto se proyectaba como residencia anexa a la torre del homenaje, con dos salas principales (alta y baja), que servirían para estancia del alcaide o para aposentar al comendador y los visitadores, cuando se encontrasen en la villa. Se incluyen muchas otras precisiones constructivas para la reparación de la fortaleza, sus muros y dependencias, a las que remitimos en el Apéndice documental.

29. Tazmía, en este contexto, significa el reparto y la distribución de las rentas y diezmos.

30. La existencia del cubo se aprecia en los molinos de tradición musulmana, y aún puede verse este elemento técnico constructivo en el conocido como "Molino Alto" de Aledo. Para los molinos hidráulicos y su localización véase PALAO, M., GIL, E. y GÓMEZ, J. M., "Molinos de cubo en la vertiente suroccidental de Sierra Espuña. El sistema de la rambla de los Molinos en Aledo y Totana", en Papeles de Geografía, 21 (1995), pp. 109-126; MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., "Los molinos de Totana-Aledo: un nuevo caso historiográfico", en Cuadernos de La Santa, 2 (2000), pp. 89-97; MARTÍNEZ PÉREZ, J. M. y ALPÁÑEZ SERRANO, M. C., "Los molinos de agua en Totana. La rambla de los Molinos", en Cuadernos de La Santa, 2 (2000), pp. 89-97; SÁNCHEZ PRAVIA, J. A., "La Ribera de los Molinos de Aledo-Totana (Murcia, siglos XV-XIX), en IV Congreso Internacional de Molinología, Palma, 2003.         [ Links ]         [ Links ]         [ Links ]         [ Links ]

31. Denominado de poya por el tributo (en pan o dinero) que los habitantes pagaban a la Orden por cocer el pan en el horno de su propiedad.

32. La "casa de bastimento" era una tienda o almacén de provisiones, en su acepción generalizada, si bien en las encomiendas de la Orden de Santiago suponía también un derecho exclusivo, monopolio o derecho de ban, que obligaba a los vecinos a comprar en ella.

33. SÁNCHEZ PRAVIA lo identifica con el molino de la Orden, el más antiguo, denominado Cavero posteriormente.

34. SÁNCHEZ PRAVIA lo identifica con el posteriormente denominado "Molino Alto".

35. Véase M. MARTÍNEZ MARTÍNEZ, La cultura del aceite en Murcia (siglos XIII-XV), Universidad de Murcia, 1995.        [ Links ]

36. El documento señala el pago de pontazgo, impuesto que gravaba el paso por un puente, si bien cabría suponer la existencia paralela de portazgo, derecho que se cobraba por el tránsito de mercancías en territorios jurisdiccionales. En cualquier caso, el mesón estaba abandonado pues no rentaba nada y los visitadores consideraron inútil su reparación.

37. Obligaron a que se reparase con precisas instrucciones, como señala el documento. La reparación se tasó en 3.000 mrs. SÁNCHEZ PRAVIA (Guía..., pp. 23 y 34) apunta que este molino hidráulico harinero se construyó en el siglo XV, y lo localiza donde actualmente se emplaza la Torre del Reloj, destacando su situación en el mismo núcleo urbano.

38. Se tasó su reparación en 1.222 mrs. que se extraerían de las rentas de la encomienda correspondientes al comendador.

39. Actualmente Tirieza.

40. En el margen derecho XXXIXMDCCCXL maravedis. En el margen izquierdo: XIII fanegas, VI çelemines trigo; VII fanegas, IX celemines çevada; V arrovas media azeyte; I pollo, VII braças cebollas ajos; I çelemin guixas; XII manadas cannamo.

41. En el margen derecho: XIIIIMCCCCXLIX maravedis.

42. En el margen derecho XXVMCCCXCI maravedis. XIII hanegas, VI çelemines trigo; VII hanegas, IX çelemines çevada; V arrovas media azeyte; I pollo.

43. En el margen derecho: VII brazas ajos, cebollas; I çelemin guixas; XII manadas cannamo; C cahizes cal; C cargas arena; CCCXXX cargas tierra.

44. En el margen derecho: XVM maravedis.

45. En el margen derecho: VMDCCCCLXXXI medio maravedis.

46. En el margen izquierdo: IIMCCX fanegas media trigo.

47. En el margen izquierdo: DCCCCI fanegas çevada.

48. En el margen izquierdo: CCCXX hanegas çevada.

49. En el margen izquierdo: CXXVI hanegas trigo.

50. En el margen derecho: IIMD maravedis.

51. En el margen derecho: II maravedis.

52. En el margen derecho: DCC maravedis.

53. En el margen derecho: VIMCCCXXXIII maravedis.

54. En el margen derecho: DC maravedis.

55. En el margen derecho CCCLX maravedis.

56. En el margen derecho: VIMDCCC maravedis.

57. En el margen derecho: VMCCLXX maravedis.

58. En el margen derecho: DCCCL maravedis.

59. En el margen derecho: VIIIMCX maravedis.

60. En el margen derecho: VIIMCCCX maravedis.

61. En el margen derecho: XXIIMCCLXXV maravedis.

62. En el margen derecho: VMD maravedis.

63. En el margen derecho: LXVIIIMDCLVIII maravedis. IIMCCCXXXVI hanegas media trigo. IMCCXXI hanegas çevada.

64. En el margen derecho: IIIIMDCCC maravedis.

65. En el margen derecho: XMDCLVI maravedis.

66. En el margen derecho: LXIIIIMCCCC maravedis.

67. En el margen derecho: VIIMCXXV maravedis.

68. En el margen derecho: IIIIM maravedis.

69. En el margen derecho: XVIM maravedis.

70. En el margen derecho: VIIMCC maravedis.

71. En el margen derecho: VIIIM maravedis.

72. En el margen derecho: IIIIM maravedis.

73. En el margen derecho: XIMC maravedis.

74. En el margen derecho: VIIM maravedis.

75. En el margen derecho: XIIIIMCCCC maravedis.

76. En el margen derecho: IIIIMDCCC maravedis.

77. En el margen derecho: XXVIIIMCCCLXX maravedis.

78. En el margen derecho: XXVIIMDXL maravedis.

79. En el margen derecho: XXVIIMDCCC maravedis.

80. En el margen derecho: VMCLXV maravedis.

81. En el margen derecho: IMCX maravedis.

82. En el margen derecho: VIIIM maravedis.

83 En el margen derecho: DCLXXX maravedis.

84. En el margen derecho: VMCCCXXXIII maravedis.

85. En el margen derecho: IMDLXXV maravedis.

86. En el margen derecho: IIMCCXXXVII medio (maravedis).

87. En el margen derecho: IIIM maravedis.

88. En el margen derecho: IMCCXXII maravedis.

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