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Cuadernos de historia de España

Print version ISSN 0325-1195On-line version ISSN 1850-2717

Cuad. hist. Esp. vol.82  Buenos Aires Jan./Dec. 2008

 

Arauz Mercado, Diana, La protección jurídica de la mujer en Castilla y León (Siglos XII-XIV), Valladolid, Junta de Castilla y León, 2007, 321 páginas.

La obra de Diana Arauz Mercado tiene por objetivo estudiar la trayectoria del desenvolvimiento jurídico de la mujer y su amparo dentro de la normativa legal, así como también las consecuencias socio-jurídicas de los actos que éstas podían originar (especialmente en lo referente a la administración patrimonial) durante el período bajomedieval. Si bien la autora analiza específicamente las zonas de Castilla y León durante los siglos XII a XIV, no por ello deja de hacer referencia a otros ámbitos y períodos, lo que le permite a un lector poco familiarizado con el tema abordado tener una visión más acabada del problema tratado en general.
La escritora intenta explicar cuál era la realidad de la mujer medieval, cuál era su "misión" en la vida, qué relación mantenía con su familia en general y con su marido y sus hijos en particular, y qué era lo que la sociedad esperaba de ellas o les permitía hacer, pretendiendo con ello que desde una perspectiva actual no se las victimice sino que, por el contrario, se las entienda. Es por ello que brinda un panorama general de la época en la que estas mujeres vivían, buscando que se comprenda el contexto y el sistema de valores sociales imperante, algo directamente relacionado con el marco jurídico-institucional que ella analiza. Su hipótesis se fundamenta en que aunque la mujer -de cualquier condición social- se desenvolviera fundamentalmente dentro del ámbito doméstico y, pese a que las atribuciones estuvieran delegadas casi exclusivamente a los varones cabeza de familia (padre o marido), su capacidad jurídica y de obrar dependía de la estructura familiar de la que formaba parte, constituyendo a la vez el núcleo vital de la parentela como transmisora de derechos a través de la institución matrimonial y el eje de la unidad básica de explotación productiva.
La obra consta de una introducción (en la que se adelanta sintéticamente de qué va a tratar el trabajo en su totalidad), cuatro capítulos subdivididos en diferentes ítems y una conclusión que actúa a modo de cierre o balance general.
En el primer capítulo la autora clasifica las diferentes fuentes de conocimiento haciendo un breve análisis de cada una de ellas. Plantea también cuál será su metodología de estudio, aclarando que no va a analizar a la mujer de forma aislada sino que lo hará en relación a un conjunto de acontecimientos que tuvieron lugar en la época estudiada y que incidieron en el devenir femenino.
El segundo capítulo analiza el proceso a través del cual se fue constituyendo la familia medieval castellano-leonesa, proceso que culmina a favor de la familia nuclear y en el que se van fortaleciendo no sólo los lazos familiares sino también patrimoniales, todo ello bajo la mirada atenta y reguladora de la Iglesia, defensora acérrima del matrimonio cristiano. Luego de hacer una digresión sobre el concepto familia, la autora estudia la relación existente entre Iglesia y parentesco, explicando las restricciones establecidas por la misma (como la endogamia, el incesto, el divorcio, la preferencia de las viudas en no volver a contraer matrimonio, etc.), limitaciones tendientes todas a reducir el número de herederos con el fin de que ésta pudiera acumular un mayor número de propiedades (adquiridas mediante la donación de los fieles). Posteriormente analiza cuál era el modelo de familia que primaba en la sociedad medieval, estableciendo para ello las diferencias existentes entre las familias aristocráticas, las de la baja y la nueva nobleza, así como también entre las residentes en el campo y en la ciudad. Llegados a ese punto menciona no sólo cómo se fueron formando las ciudades medievales y cómo se fue dando el crecimiento urbano, sino que también se observan las relaciones establecidas entre el ámbito urbano y el rural así como las diferencias sociales y económicas existentes entre los habitantes de las ciudades, clasificándolas en distintos grupos.
En el tercer capítulo se describen los trabajos y ocupaciones realizados por las mujeres en los diferentes ámbitos, y las normativas jurídicas tendientes a protegerlas (o no) tanto a ellas como a los menores de edad. Concluye con una mención a las normativas penales en torno a las actividades laborales especificadas con antelación. En el último capítulo, "El estado civil como factor determinante para la efectiva protección jurídica", se remarca la importancia del estado civil femenino (soltera, casada o viuda), como un factor decisivo a la hora de recibir amparo legal. Es por ello que la autora estudia los temas más relevantes y las características más destacadas de cada uno de dichos estados.
Con respecto a lo que concierne a las mujeres solteras se detiene en la importancia de la concepción social medieval tendiente a considerarla como una menor de edad y, por ende, como un ser necesitado de la protección y la vigilancia masculina permanente. Destaca también la importancia de casarse, del consentimiento de los padres y/o parientes de estas muchachas para ello y de la reproducción como fin esencial del matrimonio. En relación a las casadas habla de cómo se administraban los bienes en la sociedad conyugal, clasificando cada uno y explicando cómo se dividían en caso de que el matrimonio se disolviera. También hace referencia a los regímenes de unidad y mitad de bienes, al pacto de "hermandad" y al grado de responsabilidad de la mujer en la alianza matrimonial (tanto cuando el cónyuge estaba como cuando se ausentaba del hogar o no cumplía con sus obligaciones). En cuanto al estado de viudez hace mención a la postura eclesiástica con respecto al mismo, al tiempo de luto, al grado de libertad alcanzado por esta clase de mujeres, a la importancia de su permanencia en castidad, a la relación tutelar de la viuda con los huérfanos, y a su derecho a disfrutar de la dote y de las arras. Finaliza el apartado analizando la protección jurídico-penal en torno a los delitos cometidos contra las mujeres en general, pero destaca la importancia que tenía el estado civil de cada una de ellas a la hora del castigo de dichos agravios, así como también las posibles sanciones que ellas mismas podían recibir si cometían transgresiones.
El libro cuenta con una gran cantidad de citas a pie de página, lo cual permite al lector saber de dónde se extrajeron la información o los datos documentales exhibidos. Si bien la obra está orientada fundamentalmente a un sector especializado y académico, el lenguaje que utiliza es tan claro y ameno que la hace accesible a un público más amplio ya que su lectura es muy llevadera y entretenida.
El ejemplar incluye una sección con las fuentes utilizadas y las obras generales consultadas, otra con las abreviaturas y las siglas que pueden encontrarse a lo largo del mismo, así como también un índice final.

Lorena Solange García

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