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Acta bioquímica clínica latinoamericana

versión impresa ISSN 0325-2957versión On-line ISSN 1851-6114

Acta bioquím. clín. latinoam. vol.50 no.3 La Plata set. 2016

 

BIOQUÍMICA CLÍNICA

Evaluación de los niveles de lípidos y del estado de insulinorresistencia en pre- y postmenopáusicas

Evaluation of lipid levels and insulin resistance in pre- and postmenopausal women

Avaliação dos níveis de lipídios e do estado de resistência à insulina em pré- e pós-menopausa

 

Ana María Aristimuño1a, Mabel Ofelia Straccia2a, Valeria Lorena Arias2a, Fernando Daniel Ventimiglia3a

1 Bioquímica. Especialista en Endocrinología
2 Bioquímica.
3 Doctor en Bioquímica. Facultad de Ciencias Exactas. Universidad Nacional de La Plata.
a Laboratorio Central. Hospital Universitario Interzonal General de Agudos Presidente Juan D. Perón. Avellaneda. Anatole France 773. Sarandí. Provincia de Buenos Aires. República Argentina.

CORRESPONDENCIA Bioq. ANA MARÍA ARISTIMUÑO Calle 60 N° 793 1900 LA PLATA, Argentina E-mail: ana141171@gmail.com


Resumen

El objetivo del trabajo consistió en evaluar la relación entre los niveles de lípidos y parámetros que definen el estado de insulinorresistencia con la edad, el estado menopáusico (EM) y el índice de masa corporal (IMC) en la pre- y postmenopausia. En este estudio de corte transversal se seleccionaron 89 mujeres: 42 premenopáusicas (Pre) y 47 postmenopáusicas (Post). Se midieron: FSH, LH, estradiol e insulina por MEIA, colesterol total (CT), triglicéridos (TG), colesterol de lipoproteínas de baja densidad (C-LDL), colesterol de lipoproteínas de alta densidad (C-HDL) y glucosa por métodos químicos convencionales. El colesterol de LDL pequeñas y densas (C-LDLpyd) se obtuvo por cálculo. Las pacientes Post mostraron niveles más elevados de CT (p<0,0001), C-LDL (p<0,0001), C-HDL (p=0,0283), TG (p=0,0014), C-LDLpyd (p=0,0001), CT/C-HDL (p=0,0016) y glucosa (p=0,0048) que las Pre. No se hallaron diferencias significativas en los valores de insulina ni del índice TG/C-HDL. El análisis de regresión múltiple mostró que los valores de CT, C-LDL y C-HDL se relacionaron lineal y positivamente con la edad. Los niveles de C-LDL medido, TG, CT/C-HDL, C-LDLpyd, glucosa, insulina y TG/C-HDL se asociaron positivamente con IMC. C-HDL se relacionó negativamente con IMC. Sólo el C-LDLpyd presentó linealidad positiva con el EM.

Palabras clave: Menopausia; Insulinorresistencia; Índice de masa corporal; Estado menopáusico.

Summary

The purpose of this study was to evaluate the relationship between lipid levels and insulin resistance parameters with age, menopausal status (MS) and body mass index (BMI) in pre- and postmenopausal women. This cross-sectional study included 89 women: 42 premenopausal (Pre) and 47 postmenopausal (Post). FSH, LH, estradiol and insulin were measured by MEIA. Total-cholesterol (TC), triglycerides (TG), high density lipoprotein cholesterol (HDL-C), low density lipoprotein cholesterol (LDL-C), and glucose were measured by conventional clinical chemistry methods. Small and dense LDL-C (sdLDL-C) was estimated by calculation. Post women showed higher values of TC (p<0.0001), LDL-C (p<0.0001), HDL-C (p=0.0283), TG (p=0.0014), sdLDL-C (p=0.0001), TC/HDL-C ratio (p=0.0016) and glucose (p=0.0048) than Pre. Insuline and TG/HDL-C ratio were not different between groups. Multiple regression analysis showed TC, LDL-C and HDL-C levels to be linearly and positively associated to age. Measured LDL-C, TG, TC/HDL-C ratio, sdLDL-C, glucose, insulin and TG/HDL-C ratio showed linear and positive relationship with BMI. HDL-C was negatively associated to IMC. Only sdLDL-C concentrations were associated positively to MS.

Key words: Menopause; Insulin-resistance; Body mass index; Menopausal status.

Resumo

O objetivo deste trabalho é avaliar a relação entre os níveis de lipídios e parâmetros que definem o estado de resistência à insulina com a idade, estado menopausal (EM) e índice de massa corporal (IMC) na pré- e pós-menopausa. Neste estudo de corte transversal, foram selecionadas 89 mulheres: 42 pré-menopausa (Pré) e 47 pós-menopausa (Pós). Foram medidos: FSH, LH, estradiol e insulina pelo MEIA. Colesterol total (CT), triglicerídeos (TG), colesterol de lipoproteínas de baixa densidade (C-LDL), colesterol de lipoproteínas de alta densidade (C-HDL) e glicose através de métodos químicos convencionais. O colesterol de LDL pequenas e densas (C-LDLpyd) foi obtido por cálculo. Pacientes Pós-menopausa apresentaram níveis mais altos de CT (p<0,0001), C-LDL (p<0,0001), C-HDL (p=0,0283), TG (p=0,0014), C-LDLpyd (p=0,0001), CT/C-HDL (p=0,0016) e glicose (p=0,0048) do que as Pré-menopausa. Não foram encontradas diferenças significativas nos valores de insulina nem do índice de TG/C-HDL. A análise de regressão múltipla mostrou que os valores de CT, C-LDL e C-HDL foram linear e positivamente relacionados com a idade. Os níveis de C-LDL medido, TG, CT/C-HDL, C-LDLpyd, glicose, insulina e TG/C-HDL foram associados positivamente com IMC. C-HDL se relacionou negativamente com IMC. Apenas o C-LDLpyd apresentou linearidade positiva com o EM.

Palavras-chave: Menopausa; Resistência à insulina; Índice de massa corporal; Estado menopausal.


 

Introducción

Se ha relacionado a la transición desde la premenopausia a la postmenopausia con la presencia de múltiples factores de riesgo cardiovasculares como la obesidad abdominal, la dislipemia y la insulinorresistencia (IR) (1). Numerosos estudios han demostrado que la mujer se encuentra protegida de eventos cardiovasculares hasta la menopausia; a partir de entonces, la incidencia de estos se incrementa, lo que permite inferir una asociación directa con la privación hormonal. El Síndrome Metabólico y la Enfermedad Cardiovascular (ECV) son más comunes en mujeres por encima de los 55 años de edad, con un aumento significativo de los factores de riesgo individuales en la fase postmenopáusica (2) (3). Sin embargo, la relación entre menopausia y riesgo cardiovascular resulta muy compleja, existiendo abundante evidencia contradictoria acerca del rol de las hormonas sexuales endógenas. Worsley, et al. observaron que los niveles de estrógenos y andrógenos endógenos no son predictores independientes de los niveles de lípidos en mujeres postmenopáusicas (4).
Más allá de los cambios hormonales durante la menopausia, el envejecimiento también contribuye al conglomerado de factores de riesgo cardiometabólicos en esta etapa (5) (6). En mujeres premenopáusicas, los estrógenos estimulan una mayor actividad de la lipoproteinlipasa en tejido adiposo femoral y glúteo, respecto del abdominal. El cese de la secreción de estrógenos, con el consiguiente desbalance andrógenos/estrógenos, favorece el depósito graso abdominal con aumento de la grasa visceral. Esto último facilita el desarrollo de IR y sus consecuencias clínicas, como la intolerancia a los hidratos de carbono, la diabetes tipo II (DBT 2), la hipertensión arterial y la dislipemia (7). A su vez, se sabe que el riesgo de desarrollar DBT 2 se incrementa con la obesidad, la falta de actividad física y principalmente con la edad (8).
La causa fundamental del sobrepeso y obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. En el mundo se ha producido un aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos que son ricos en grasas, sal y azúcares pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes. Y un descenso en la actividad física como resultado de la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente urbanización. Datos publicados por la OMS muestran que en 2014, el 39% de las personas adultas de 18 o más años  (un 38% de los hombres y un 40% de las mujeres) tenían sobrepeso, y el 13% eran obesas. La prevalencia mundial de obesidad se ha multiplicado por más de dos entre 1980 y 2014 (9). Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2011, realizada por el Ministerio de Salud Nacional de la República Argentina se encontró 28,4% de sobrepeso (IMC: 25,0- 29,9) y 17,1% de obesidad (IMC ≥ 30,0) en mujeres de 18 años o más. Comparando estos resultados con encuestas de 2005 y 2009, se observó un aumento significativo del IMC (10). Los objetivos del presente estudio fueron: evaluar si existen diferencias en las concentraciones de lípidos y en parámetros que definen el estado de insulinorresistencia en mujeres premenopáusicas y postmenopáusicas y su relación con el estado menopáusico, la edad y el IMC.

Materiales y Métodos

POBLACIÓN
Se realizó un estudio de corte transversal para el cual se seleccionaron 89 mujeres sanas que concurrieron al laboratorio del H.I.G.A. Presidente Perón de Avellaneda a realizarse análisis de rutina. Las pacientes se dividieron en dos grupos según las características del sangrado menstrual que presentaban en ese momento. El primer grupo estuvo conformado por 42 mujeres premenopáusicas (Pre), con ciclos menstruales regulares, las cuales se encontraban entre los días 3-5 del ciclo, durante la fase folicular temprana. El segundo grupo estuvo formado por 47 pacientes postmenopáusicas (Post) con más de 12 meses de amenorrea. Fueron excluidas las pacientes que recibieron terapia de reemplazo hormonal, anticonceptivos, antihipertensivos o alguna otra droga que modificara el metabolismo lipídico en por lo menos los últimos cuatro meses. Además, se excluyeron las pacientes con diabetes, embarazadas, síndrome de ovario poliquístico, enfermedad hepática, renal o infecciosas, IAM, ACV o procesos quirúrgicos dentro de los dos meses previos al estudio, desórdenes tiroideos, pacientes que se encontrasen realizando alguna dieta o que hubiesen sufrido algún cambio importante en su peso en los últimos seis meses. Se solicitó a todas las pacientes su consentimiento para participar en el presente trabajo.

MUESTRAS
Las muestras de sangre fueron obtenidas entre las 7,00 y las 10,00 h, luego de 12 a 14 horas de ayuno, en tubos con gel acelerador de la coagulación. Todas las muestras se dejaron coagular durante 15-20 min a temperatura ambiente y fueron posteriormente centrifugadas durante 15 min a 3600 rpm. Los sueros así obtenidos fueron procesados junto con las muestras diarias de rutina del laboratorio. Las determinaciones hormonales se realizaron dos veces por semana, para lo cual los sueros se mantuvieron a -20 °C hasta su procesamiento. La circunferencia de cintura (CC) fue medida en el nivel medio entre el margen costal lateral inferior y la cresta ilíaca anterior superior en posición supina. Se midió el peso y la altura de cada paciente, se calculó el índice de masa corporal (IMC) = peso (kg) / [altura (m)]2 a fin de evaluar el grado de obesidad.

METODOLOGÍAS ANALÍTICAS
Los niveles de glucosa, triglicéridos (TG), colesterol total (CT), C-LDL, C-HDL fueron medidos en un autoanalizador Konelab 60i (Wiener Lab. Group, Finlandia), con controles, calibradores y reactivos del mismo fabricante. Los CV analíticos interensayo (CVa) para niveles bajo y alto fueron 3,17-2,33% para glucosa; 4,35-4,12% para TG; 2,93-3,82% para CT; 4,55-4,61% para C-HDL y 5,75-6,68% para C-LDL, respectivamente. Además de la medición directa del C-LDL (C-LDL medido), se realizó el cálculo del mismo mediante la fórmula de Friedewald (C-LDL calculado) (11). Para la estimación del colesterol de la fracción de lipoproteínas de baja densidad pequeñas y densas (C-LDLpyd), se aplicó la fórmula (12): C-LDLpyd (mg/dL) = 0,580 (C-no HDL) + 0,407 (C-LDL medido) – 0,719 (C-LDL calculado) – 12,05. Las hormonas FSH, LH, estradiol e insulina fueron medidas con un autoanalizador Axsym (Abbott, EE.UU.), el cual utiliza el método MEIA (Inmunoensayo enzimático de micropartículas). Los controles utilizados fueron Abbott Immunoassay-MCC Trilevel (Bio-Rad, EE.UU.). Los CVa obtenidos fueron: 4,4; 3,7 y 2,7% para los niveles bajo, medio y alto de estradiol; y 4,2; 5,0 y 3,1% para insulina. Las sensibilidades funcionales del estradiol e insulina fueron: 28 pg/mL y 1 μU/mL, respectivamente. Los CVa% obtenidos con los tres niveles de controles para FSH fueron: 3,3; 3,5 y 2,3%; y 3,5; 4,3 y 3,5% para LH. Las sensibilidades analíticas de FSH y LH fueron 0,4 mUI/mL y 0,5 mUI/mL.

ANÁLISIS ESTADÍSTICO
Las diferencias de medias entre los grupos fueron comparadas por el test de Student. La dependencia de los niveles de lípidos y de los parámetros de insulinorresistencia con la edad, IMC y estado menopáusico se analizaron mediante análisis de regresión múltiple por pasos. El estado menopáusico fue incluido en el modelo como una variable dummy. El programa estadístico utilizado fue IBM® SPSS® Statistics 21. En todos los casos se consideró que existían diferencias estadísticamente significativas para valores de p<0,05.

Resultados

Las características de cada grupo son presentadas en la Tabla I. Teniendo en cuenta los valores encontrados en ella, se observaron diferencias significativas en la edad, IMC, circunferencia de cintura, FSH, LH y estradiol. Cuando se compararon las medias de IMC se encontraron valores superiores en Post (p=0,0001). Las pacientes Pre tuvieron menor circunferencia de cintura que las Post (p<0,0001). Los niveles de FSH y LH fueron mayores (p<0,0001), y los niveles de estradiol menores (p<0,0001) en Post respecto de Pre.

Tabla I. Características antropométricas y hormonales en mujeres premenopáusicas (Pre) y postmenopáusicas (Post).

Como se observa en la Tabla II, los niveles de colesterol total fueron menores en Pre respecto de Post (p<0,0001). Los resultados promedio de colesterol total se encontraron dentro de los valores deseables sólo en las pacientes Pre. Con respecto al C-LDL medido y al CLDL calculado se encontraron diferencias significativas entre Pre y Post (p<0,0001), observándose valores más elevados hacia la menopausia. Los resultados de C-HDL fueron estadísticamente diferentes entre Pre y Post (p=0,0283), siendo mayor el nivel en Post. Cuando se compararon las medias de TG (p=0,0014) y C-LDLpyd (p=0,0016) se encontraron resultados mayores en Post. El riesgo de evento cardiovascular, evaluado como el índice CT/C-HDL, fue estadísticamente menor en Pre respecto de Post (p=0,0016). Al estudiar parámetros de IR (Tabla III) se hallaron diferencias significativas en los niveles de glucosa (p=0,0048) entre Pre y Post, siendo superiores en Post. No se encontraron diferencias significativas en los valores del índice TG/C-HDL ni de insulina entre ambos grupos. El análisis de regresión múltiple por pasos con el conjunto total de datos fue realizado a fin de estudiar y cuantificar la relación entre la edad, IMC y EM con los niveles de lípidos y los parámetros de IR considerados.

Tabla II. Niveles de lípidos medidos y calculados en sueros de pacientes premenopáusicas (Pre) y postmenopáusicas (Post).

Tabla III. Parámetros asociados a IR en mujeres premenopáusicas (Pre) y postmenopáusicas (Post).

En la Tabla IV puede observarse que el CT (p=0,000), el C-LDL calculado (p=0,000), el C-LDL medido (0,000) y el C-HDL (p=0,001), presentaron relación lineal positiva con la edad. Los niveles de CLDL medido (p=0,005), TG (p=0,000) y CT/C-HDL (p=0,000), se asociaron positivamente con IMC y el C-HDL (p=0,015), negativamente con el mismo. El CLDLpyd se relacionó lineal y positivamente con el IMC (p=0,000) y el EM (p=0,025). En cuanto a los parámetros de IR estudiados: glucosa (p=0,000), insulina (p=0,000) y TG/C-HDL (p=0,000), demostraron asociación positiva con el IMC.

Tabla IV. Análisis de regresión múltiple de los efectos de la edad, IMC y EM sobre los niveles de lípidos y parámetros asociados a IR obtenidos en suero de mujeres premenopáusicas (Pre) y postmenopáusicas (Post).

Discusión y Conclusiones

En el presente estudio se observó un incremento significativo en los niveles de colesterol total, TG, C-LDL, C-HDL, C-LDLpyd y del índice CT/C-HDL desde la premenopausia hacia la postmenopausia. Las pacientes Post presentaron valores significativamente mayores de glucemias, IMC y de circunferencia de cintura. No se hallaron diferencias significativas en los niveles de insulina, ni del índice TG/C-HDL. Existen una serie de consideraciones a tener en cuenta acerca de este estudio. La población de pacientes seleccionada pertenece a la zona sur del conurbano bonaerense, la mayoría de los mismos posee un nivel socioeconómico limitado (medio-bajo, bajo), lo cual puede influenciar los resultados obtenidos debido al nivel de educación, alimentación y condiciones de vivienda. La ciudad de Avellaneda alberga una población mixta compuesta por personas de origen caucásico, indoamericano y sujetos con mezcla genética de ambos grupos étnicos. Los hallazgos no necesariamente se aplican a mujeres de otros grupos raciales. Los resultados obtenidos pueden encontrarse influenciados por el diseño del estudio realizado, los criterios utilizados para definir cada etapa del estado menopáusico y el tamaño muestral analizado. En la literatura existen controversias acerca de si la menopausia y/o el envejecimiento per se son causas de las alteraciones de los niveles de lípidos y de lipoproteínas. Debido a que las manifestaciones del hipoestrogenismo se entrelazan con los cambios propios de la vejez (13), resulta complejo diseñar estudios que puedan separar los efectos del proceso de envejecimiento natural de los de la menopausia (2).
Se sabe que la incidencia de enfermedad cardiovascular depende de la prevalencia y la sumatoria de distintos factores de riesgo, siendo la dislipemia uno de los principales (14). Numerosos estudios han publicado que la prevalencia de síndrome metabólico es más elevada en mujeres postmenopáusicas, sin embargo, en éstas, la diferencia no resultó estadísticamente significativa cuando se ajustó por la edad de las pacientes, y el envejecimiento resultó ser el principal factor que determinó dicha prevalencia (2) (15) (16). Otros estudios, como el de Janssen et al. (17), atribuyeron los cambios del perfil lipoproteico a la progresiva androgenización más que a la disminución de los niveles estrogénicos durante la transición climatérica. Mesch VR et al. (18) y Torréns JI et al. (19) obtuvieron resultados similares. Una limitación de este trabajo la constituyó el hecho de que, al tratarse de un estudio de corte transversal, no fue posible establecer causalidad de las diferencias encontradas en los niveles lipídicos y en los parámetros de IR. Si bien la presencia de C-LDLpyd fue aceptada como un factor de riesgo cardiovascular emergente por el NCEP-ATP-III (20), no existen aún procedimientos es
tandarizados para su medición en el uso clínico diario. Los métodos existentes son la electroforesis o la ultracentrifugación, y no están al alcance de los laboratorios de rutina debido a que requieren equipamiento especial y costoso. En el presente trabajo se utilizó la ecuación obtenida por Srisawasdi et al.(12), para la estimación de la concentración de C-LDLpyd, debido a que los métodos utilizados para medir C-LDL se basaron en los mismos fundamentos químicos. Se considera adecuado destacar la utilización de la fórmula mencionada ya que permitió fácilmente evaluar los resultados y, si bien no ha sido extensamente aplicada por otros autores y se cree que es necesario obtener más experiencia al respecto, existen publicaciones que recomiendan su uso (14).
Los presentes resultados mostraron que las pacientes Post tuvieron niveles significativamente más elevados de CLDLpyd que las Pre. El IMC (p=0,000) y el EM (p=0,025) fueron los predictores independientes de las niveles de C-LDLpyd. La importancia de conocer la concentración de dichas partículas se atribuye a que penetran más fácilmente la pared arterial y muestran mayor afinidad por los proteoglicanos de la íntima, tienen vida media plasmática más prolongada, menor afinidad por el receptor de C-LDL, y menor resistencia al estrés oxidativo que las LDL de diámetro ≥25,5 nm (21). Además, sus niveles se encuentran influenciados genéticamente (14). En el presente trabajo se pudo inferir que los niveles de C-HDL se relacionaron inversamente con el IMC (p=0,015) y positivamente con la edad (0,001), sin presentar asociación con el EM. En principio, podría suponerse que estas lipoproteínas no estarían afectadas por la disminución de estrógenos; sin embargo, evidencias científicas postulan la síntesis de HDL con menor funcionalidad ante la caída de la concentración de estrógenos. Se sabe que en pacientes postmenopáusicas, las partículas de HDL presentan menor resistencia a la oxidación, asociado a un aumento del contenido de triglicéridos, indicando que las modificaciones oxidativas de las mismas influenciarían su acción protectiva (22). Respecto a la evaluación de los parámetros de IR, se analizaron los niveles de glucosa, insulina y del índice TG/C-HDL. Si bien es sabido que la insulina en ayunas presenta buena correlación con el clamp euglucémico, posee una importante variabilidad biológica intraindividual (21,1%) y existe un gran solapamiento entre resultados de pacientes normales e insulinorresistentes. Por otro lado, no todos los inmunoensayos disponibles para su medición están estandarizados internacionalmente, lo que hace que los resultados no sean comparables entre distintos laboratorios debido a que presentan diferente capacidad para detectar insulina y/o pro-insulina (23). Las concentraciones de TG y C-HDL se relacionan independientemente con la utilización de glucosa mediada por insulina y el índice TG/C-HDL puede utilizarse como una estimación de uso general sustituta de IR ya que ambos analitos están estandarizados internacionalmente (24) (25). Se han descripto diferentes puntos de corte publicados por distintos autores, según las poblaciones estudiadas; así, en pacientes sanos con sobrepeso y obesidad, la relación TG/C-HDL>3,0 presenta alta correlación con IR, y alcanza una sensibilidad y especificidad comparables con los criterios del ATP-III para IR (26). Cuando se analizó esta relación en la población estudiada, ninguno de los grupos presentó valores mayores a 3,0 y aunque la diferencia de medias entre ambos grupos no fue significativa, se observó un valor 1,34 veces superior en las mujeres postmenopáusicas respecto de las premenopáusicas. McLaughlin T et al. (24) reportaron que el índice TG/C-HDL no sólo provee una estimación de la existencia de IR sino que también identifica pacientes con un perfil lipoproteico aterogénico, con mayor riesgo de ECV. Esto último fue confirmado por la existencia de una fuerte asociación entre el índice TG/C-HDL y el diámetro de las partículas de LDL, indicando que el primero puede predecir la presencia de C-LDLpyd (24).
En cuanto a los niveles de insulina, si bien no mostraron diferencias significativas entre grupos, las Post tuvieron en promedio valores superiores a 12 μUI/mL. Este es un valor de corte elegido por varios autores para diferenciar individuos con y sin IR (27) (28). Las glucemias fueron significativamente mayores en las mujeres postmenopáusicas. Si bien pudo observarse una tendencia a la IR en la menopausia, en el análisis de regresión múltiple se halló que la relación TG/C-HDL, la insulina y la glucosa sólo mostraron asociación lineal con IMC (p=0,000), independientemente de la edad y del EM. Se sabe que en las mujeres, la relación entre obesidad, IR y factores de riesgo cardiometabólicos asociados es heterogénea; mujeres con peso normal pueden ser insulinorresistentes, y un importante número de mujeres con sobrepeso/obesidad no lo son. Sin embargo, el perfil de riesgo cardiometabólico se encuentra acentuado en mujeres insulinorresistentes, las cuales pueden ser identificadas teniendo en cuenta tanto el IMC como la CC (29). La IR se puede producir hasta 10 años antes de la detección de las alteraciones del metabolismo de la glucosa, con lo cual hay que destacar la importancia de un diagnóstico temprano, a fin de instaurar un tratamiento adecuado y oportuno (14). En este trabajo se observó que la edad se asoció positivamente con los niveles de colesterol total (p=0,000), C-LDL (p=0,000), y C-HDL (p=0,001). El IMC resultó ser predictor de un aumento en los niveles de C-LDL medido (p=0,005), TG (p=0,000), CT/C-HDL (p=0,000), C-LDLpyd (p=0,000), glucosa (p=0,000), insulina (p=0,000) y del índice TG/C-HDL (p=0,000), con excepción del C-HDL con el cual se obtuvo una relación negativa (p=0,015). El estado menopáusico se asoció positivamente con los valores de C-LDLpyd (p=0,025).
Durante la transición a la menopausia se observó una mayor tendencia a la obesidad, lo cual se asoció a consecuencias adversas para la salud (8). Por esta razón, resulta fundamental la implementación de estrategias para el diagnóstico temprano y la recomendación de mejoras en el estilo de vida durante dicha etapa.

AGRADECIMIENTOS

A las extraccionistas y técnicos del hospital por su valiosa colaboración.

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Recibido: 29 de diciembre de 2015
Aceptado: 12 de febrero de 2016

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