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Acta bioquímica clínica latinoamericana

versión impresa ISSN 0325-2957versión On-line ISSN 1851-6114

Acta bioquím. clín. latinoam. vol.51 no.4 La Plata dic. 2017

 

BIOQUÍMICA CLÍNICA

Encuesta de ioduria como control de la ingesta de iodo*

Survey on urinary iodine as iodine intake control

Pesquisa de iodúria como um controle da ingestão de iodo

 

Cristina Servetto1, Belén Rosas2, Laura Da Rosa3, Estela Bidegain4, Elizabeth López3, Cristina Pintos3, Ana Lena1, Laura Yametti3, Lucía Fernández3, Adriana Pereira5, Carlos Salveraglio6, Graciela Queiruga1

1 Dra. Química Farmacéutica.
2 Estudiante de Ingeniería Química.
3
Bioquímica Clínica.
4 MSc. Bioquímica Clínica.
5 Endocrinóloga.
6 Médico Internista.
* Laboratorio Central del Hospital Maciel, Facultad de Química, 25 de mayo 172, Montevideo, Uruguay.

CORRESPONDENCIA Dra. CRISTINA SERVETTO Lucas Obes 1072/302 E-mail: servettofq@gmail.com


Resumen

Desde 1964, año en que se incorporó iodo a la sal de mesa, ha disminuido notoriamente el bocio endémico en Uruguay. Por haberse modificado con posteridad, en dos oportunidades la proporción del iodo en la misma, se tornó imprescindible reevaluar los niveles de la ingesta poblacional siguiendo las recomendaciones de la OMS. Los objetivos de este estudio fueron evaluar los niveles de iodo en la población a través de las iodurias, seleccionar la mejor forma de expresar su excreción y estudiar la relación de las mismas con el sodio urinario. Se analizaron 491 muestras de orina de niños en edad escolar, de nueve departamentos del Uruguay y se determinó iodo, sodio y creatinina. Se observó una mediana de 0,248 mg/L de iodo, valor adecuado según las recomendaciones de la OMS (0,100–0,300 mg/L), una distribución no paramétrica de la ioduria expresada como cociente de Iodo/ creatinina en mg/g que discrimina mejor los valores atípicos respecto de la expresión de iodurias en mg/L, una pobre relación entre la excreción de iodo y el sodio, (r2=0,199) lo que indica que su aporte no es exclusivo de la sal de mesa y un predominio de excreción más elevado en los niños de menor edad respecto de los mayores.

Palabras clave: Iodurias; Natriuria y ioduria; Ingesta de iodo.

Abstract

The presence of endemic goiter in Uruguay has decreased markedly since the addition of iodine to table salt in 1964. It was essential to evaluate the population levels of iodine intake accordingly to WHO specifications, since iodine support to the table salt has been modified twice. The aims of this study were to evaluate the levels of iodine in the population through the urinary iodine levels, select the best way to express their excretion and study the relationship thereof with urinary sodium. Four hundred ninety- one urine samples were analyzed from school children from nine states of Uruguay and sodium, creatinine and iodine were measured. The iodine median was 0.248 mg/L, an adequate value according to WHO specifications (0.100-0.300 mg/L). The expression of urinary iodine as the ratio between urinary iodine and urinary creatinine (mg/g) had a non-parametric distribution that discriminate the atypical values better than the urinary iodine (mg/L). The relationship between iodine excretion and sodium was poor (r2=0.199), indicating that the input of iodine does not come exclusively from table salt. Younger children had a greater excretion than older ones.

Keywords: Urinary iodine; Natriuresis and urinary iodine; Iodine intake.

Resumo

Desde 1964, quando o iodo foi adicionado ao sal de mesa, diminuiu acentuadamente o bócio endêmico no Uruguai. Por ter sido modificada posteriormente, em duas oportunidades, a proporção do iodo no mesmo, tornou-se essencial reavaliar os níveis de ingestão da população seguindo as recomendações da OMS. Os objetivos deste estudo foram avaliar os níveis de iodo na população através das iodúrias, selecionar a melhor maneira de expressar sua excreção e estudar a relação das mesmas com o sódio urinário. 491 amostras de urina de crianças em idade escolar, de nove departamentos do Uruguay foram analisadas, determinando-se iodo, sódio e creatinina. Foi observada uma mediana de 0.248 mg/L de iodo, valor apropriado de acordo com as recomendações da OMS (0.100-0.300 mg/L), também uma distribuição não paramétrica expressa como quociente de iodo/creatinina em mg/g que discrimina de uma maneira melhor os valores atípicos para a expressão de iodúrias em mg/L, uma pobre relação entre a excreção de iodo e de sódio, (r2=0,199 ), indicando que a sua contribuição não é exclusiva do sal de mesa e uma predominância de excreção maior nas crianças mais novas em relação às maiores.

Palavras-chave: Iodúria; Natriurese e iodúria; Ingestão de iodo.


 

Introducción

La ingesta adecuada de iodo es imprescindible para el estado de salud de la población. Su carencia da lugar a bocio endémico y es la principal causa conocida y evitable del deterioro psiconeurológico en la infancia.
Desde 1993, la OMS y UNICEF recomiendan la iodación universal de la sal, aconsejando la medida del iodo urinario como indicador del nivel de su aporte (1) (2). El espécimen más fiable es una muestra de orina de 24 h, con la limitante de ser impracticable en una gran población (3).
En Uruguay, con la sanción de la ley 12936, de profilaxis Obligatoria del Bocio Endémico (1965) se comenzó con el agregado de 30 partes de iodo por millón de partes de sal (ppm) en el norte del país, donde la incidencia de bocio era mayor, para luego, comprobado su beneficio, extender su uso a todo el país. Posteriormente, al comprobarse el riesgo para la salud cardiovascular de la ingesta excesiva de sal y promoviendo la disminución de su consumo, se resolvió aumentar la cantidad de iodo a 40 ppm, para asegurar una ingesta adecuada del mismo concomitantemente con la disminución del consumo de sal (4).
Al ser la medida de la ioduria a nivel escolar el indicador más seguro del estado de su déficit en el organismo, por ser un reflejo directo de su consumo (5), en 2004 se realizó una encuesta en 500 escolares de todo el país. Ésta demostró que, siendo la cifra adecuada de ioduria entre 0,100 y 0,300 mg/L, la mediana estaba en 0,310 mg/L (6). Dado que una ingesta excesiva de iodo expondría a la población al riesgo de aumento de las enfermedades tiroideas, la Comisión Nacional Honoraria para la Prevención de los Desórdenes por Déficit de iodo del Uruguay solicitó a las autoridades del Ministerio de Salud Pública bajar la cantidad del mismo a 30 ppm, lo que fue aprobado en 2008 (7).
A más de 6 años de esta modificación resulta imprescindible realizar una nueva encuesta a los efectos de monitorear un adecuado nivel de ingesta de iodo.
El objetivo de este estudio fue reevaluar los niveles de iodo en la población a través de las iodurias, seleccionar la mejor forma de expresar su excreción y estudiar la relación de la misma con el sodio urinario.

Materiales y Métodos

En 2015 se analizaron, con el consentimiento informado de los padres, orinas de la segunda micción de la mañana, de escolares de instituciones públicas y privadas de diferentes departamentos del país. Como criterio de exclusión se consideró la presencia de enfermedades agudas recientes. Este proyecto contó con la aprobación del Comité de Ética de la Facultad de Química del Uruguay.
En este estudio observacional, de corte transversal , se procesaron 491 muestras de orina de niños, en rango etario entre 7 y 12 años, procedentes de 9 ciudades del país. En la Tabla I se detallan procedencia, edad, rango etario y sexo de la población estudiada.

Tabla I. Distribución en edad, sexo y lugar geográfico de la población estudiada.

Las muestras fueron centrifugadas y analizadas; el sodio y la creatinina (crea) dentro de las primeras 24 h y luego refrigeradas a 4 °C hasta análisis del iodo dentro del mes de obtenidas.
La medida del iodo se realizó en base a la adaptación de las técnicas descritas por Kolthoff y Sandell (8) previa digestión de la orina con persulfato de amonio en baño de agua a 100 °C (9). El desarrollo de la reacción se realizó sobre microplaca y la lectura de absorbancia se hizo a 405/620 nm (10).
La creatinina fue analizada por el método de Jaffé cinético y el sodio por electrodo ion selectivo, ambos con reactivos Beckman-Coulter sobre analizador AU 480 (Beckman-Coulter-Japón). La precisión de la medida del sodio y de creatinina se aseguró con dos niveles de controles. Las determinaciones de las iodurias se realizaron por duplicado, admitiéndose una dispersión menor al 10% en absorbancias y procesando la curva de calibración en cada serie de determinaciones.
El análisis de datos se realizó sobre Excell2007 determinando el tipo de distribución con la prueba de bondad de ajuste de Smirnov-Kolmogorov y luego expresando los resultados por métodos no paramétricos.

Resultados

Los resultados de la concentración de las iodurias (mg/L) y su relación con la creatinina (mg/g) se muestran en la Tabla II.

Tabla II. Resultados de la iodurias en mg/L y en mg/g de creatinina en el total del país y en las 9 ciudades estudiadas.

En las Figuras 1 y 2, en gráficos de cajas se muestra la distribución de las iodurias en mg/L y mg/g de creatinina respectivamente, de 9 ciudades que corresponden a 9 departamentos del país.


Figura 1. Gráfico de cajas y líneas que muestran la distribución de iodo en mg/L en cuartiles. Las columnas blancas indican los valores máximos encontrados. Las barras dentro de ellas son valores límites considerados no atípicos.


Figura 2. Gráfico de cajas y líneas que muestran la distribución de iodo/crea en mg/g en cuartiles. Las columnas blancas indican los valores máximos encontrados. Las barras dentro de ellas son valores límites considerados no atípicos.

Las columnas blancas muestran los valores máximos encontrados en cada ciudad y en el total de la población. Los líneas se estimaron por el valor de los cuartiles 1 y 3 +/- 1,5 por el rango, delimitando así la población entre valores no atípicos.
La distribución de las iodurias (Figura 3) sigue un patrón normal cuando se expresan en mg/L (prueba de bondad de ajuste de Smirnov-Kolmogorov), pero no así si se expresa como iodurias /creatininuria (Figura 4).


Figura 3
. Distribución de las iodurias en la población infantil en mg/L.


Figura 4
. Distribución de las iodurias en la población infantil en mg/g de creatinina.

La correlación entre la excreción de natriuria sobre creatininuria relacionadas con la excreción de ioduria sobre creatininuria se muestra en la Figura 5.


Figura 5
. Relación del iodo /crea (mg/g) versus Na/crea (mmol/g) según la edad.

En la Figura 6 se muestra la distribución de las medianas del iodo/crea y Na/crea respecto a la edad.

 


Figura 6. Medianas de excreción del Na y iodo.Encuesta de ioduria como control de la ingesta de iodo

Discusión y Conclusiones

El resultado de esta encuesta muestra una mediana de 0,248 mg/L en las iodurias de la población infantil uruguaya, con un mínimo en la ciudad de Paysandú de 0,168 mg/L y un máximo en Durazno de 0,291 mg/L. Es un valor que indica protección ya que está entre los 0,100 y 0,300 mg/L recomendados por la OMS (2).
Comparando este resultado con el obtenido en 2004, de 0,310 mg/L, se observa un significativo descenso. Este resultado es el esperado luego de la corrección del aporte de iodo en la sal de mesa de 40 a 30 ppm aprobado en el decreto de 2008. Se logra así disminuir el riesgo de aparición de efectos indeseados por sobrecarga, llevando los valores poblacionales al rango recomendado.
Se plantean controversias respecto a la forma más adecuada de expresar la excreción de iodo en orina (11). Las pautas de la OMS desaconsejan expresar las iodurias como cociente con la creatininuria en poblaciones mal nutridas, pues una muy baja creatininuria podría falsear una ioduria descendida (12). No es el caso de la población escolar uruguaya, con una dieta menos deficitaria, donde la expresión de las iodurias como cociente con la creatininuria, al independizarla del valor de la diuresis, transforma el resultado en un mejor marcador de aporte de iodo. Esto se visualiza comparando las dos curvas de distribución; la de los valores de iodo/creatinina forma una campana más estrecha y con sesgo hacia la derecha que la expresada en unidades de concentración (Fig. 3)(Fig. 4), permitiendo visualizar fácilmente valores extremos. Esto también se refleja en las Figuras 1 y 2, donde los valores no atípicos, representados por las líneas, se diferencian especialmente en el gráfico de la Figura 2 de los valores atípicos representados por las columnas blancas.
También se observa que la correlación entre la excreción urinaria del Na vs iodo es pobre según muestra la Figura 5 con un r2=0,199. Este hecho indicaría la existencia de un aporte importante de iodo a través de los alimentos naturales o procesados complementando en diferentes proporciones el aporte por la sal de mesa (13).
En cuanto a la excreción de sodio urinario, Carbonell JM et al. en España hacen referencia a la alta natriuria en niños respecto a los adultos (14). En Canadá el grupo de Adeli K et al. encuentra una disminución del iodo/crea en orina con la edad similar a la encontrada en este estudio (15). Este hallazgo plantea el interrogante de si los niños más pequeños están excedidos en sus aportes respecto a sus necesidades. Futuros estudios permitirán responder a esta cuestión.
Con los resultados obtenidos se puede aseverar que la incorporación del iodo en la sal de mesa se encuentra en el rango adecuado y con ello lograr erradicar del Uruguay el bocio endémico y los desórdenes por déficit o por posible exceso de iodo.

Referencias bibliográficas

1. Sustainable elimination of iodine deficiency: progress since the 1990 World Summit for Children. New York: United Nations Children’s Fund; 2008 Available from http://www.childinfo.org/files/idd_sustainable_elimination.pdf (Fecha de acceso 1 de julio de 2016).

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Recibido: 25 de julio de 2016
Aceptado: 18 de abril de 2017

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