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Acta bioquímica clínica latinoamericana

versión impresa ISSN 0325-2957versión On-line ISSN 1851-6114

Acta bioquím. clín. latinoam. vol.51 no.4 La Plata dic. 2017

 

BIOQUÍMICA CLÍNICA

Excreción urinaria de iodo y sal en población de Buenos Aires, Argentina*

Iodine and salt urinary excretion in Buenos Aires population, Argentina

Excreção urinária de iodo e sal na população de Buenos Aires, Argentina

 

Pablo Muñecas1a, María Laura Malaret2b, Mónica Galdi3b

1 Bioquímico.
2 Lic. Tecnología Alimentos.
3 Dra. Bioquímica.
a Hospital Zonal General de Agudos (HZGA) Dr. Alberto Balestrini, Buenos Aires.
b Universidad Kennedy, Buenos Aires.
* El trabajo ha sido realizado y ha sido financiado por la Universidad Kennedy, Sarmiento 4562, Buenos Aires, Argentina. CP 1197.


Resumen

El iodo es un micronutriente esencial escaso en la dieta. Su deficiencia se asocia con bocio y deterioro cognitivo, entre otras manifestaciones. Desde 1967, la sal de mesa es enriquecida en 33 μg de iodo/g de sal. Recientemente, bajo la propuesta “Menos sal, más vida” se ha legislado para reducir la ingesta de los habituales 10-12 g a 5 g de sal por día. Resulta de interés determinar si la ingesta de sal y la de iodo han disminuido y si están relacionadas. Se evaluó la ingesta reciente de iodo y de sal a través de su excreción urinaria (Reacción de Sandel-Kolthoff y de Mohr, respectivamente), en 514 muestras de orina, agrupadas por sexo y grupo etáreo (<20 años, 20-30 años, 30-60 años y >60 años). Se emplearon los criterios recomendados por la OMS para el análisis de los resultados. La mediana en la excreción de iodo para adultos fue 83 μg/L a la vez que el 18% de las muestras presentaron concentraciones de iodo urinario menores de 50 μg/L, valores indicativos de ingesta deficiente. Un muy bajo porcentaje de muestras (3%) mostró valores de iodo urinario excesivos. El promedio de valores urinarios de sal en adultos fue 5,0 g/L. La correlación global entre ambos parámetros fue de 0,76, pero se encontró un valor más alto de correlación dentro de algunos grupos etarios (hasta 0,91).

Palabras clave: Deficiencia de yodo; Hipotiroidismo; Ingesta de sal; Hipertensión.

Abstract

Iodine is an essential micro-nutrient in the diet. Its deficiency is associated with goiter and cognitive impairment, among other manifestations. Since 1967, salt has been enriched in 33 μg of iodine/g of salt. Recently, under the proposed “Less salt, more life” regulations tend to reduce the daily salt intake from the usual 10-12 g to 5 g. The aim of this study was to determine if salt, and therefore iodine intakes have declined and whether they are related or not. Recent iodine and salt intakes were assessed through urinary excretion (Sandel-Kolthoff reaction and Mohr method respectively), in 514 urine samples, grouped by sex and age range (<20 years, 20-30 years, 30-60 years y >60 years). The criteria recommended by WHO were used to analyze the results. Medium excretion of iodine for adults was 83 ug/L and 18% of the samples presented urinary iodine concentrations lower than 50 μg/L, indicative of poor iodine intake. A very low percentage of samples (3%) showed excessive urinary iodine values. Medium urinary salt values in adults were 5.0 g/L. The global correlation between both parameters, resulted 0.76, but better correlation was found for some age groups (up to 0.91).

Key words: Iodine deficiency; Hypothyroidism; Salt ingestion; Hypertension.

Resumo

O iodo é um micronutriente essencial escasso na dieta. Sua deficiência está associada com bócio e deterioração cognitiva, entre outras manifestações. Desde 1967, o sal é enriquecido em 33 μg de iodo/g de sal. Recentemente sob a proposta “Menos sal, mais vida” legislou-se para reduzir a ingestão de sal dos habituais 10-12 g para 5 g por dia. É de interesse para determinar se a ingestão de sal e a de iodo diminuíram e se estão relacionados. A ingestão recente de iodo e sal foi avaliada através da excreção urinária (Reação de Sandel-Kolthoff e Mohr respectivamente), em 514 amostras de urina, agrupadas por sexo e idade (<20 anos, 20-30 anos, 30-60 anos e>60 anos). Foram utilizados os critérios recomendados pela OMS para a análise dos resultados. A mediana na excreção de iodo para adultos foi 83 ug/L ao mesmo tempo que 18% das amostras apresentaram concentrações de iodo urinário menores de 50 μg/L, valores indicativos da ingestão deficiente. Uma percentagem muito baixa de amostras (3%) mostrou valores de iodo urinário excessivos. A média de valores de sal urinários em adultos foram 5.0 g/l. A correlação global entre os dois parâmetros foi de 0,76, mas se encontrou um valor mais alto de correlação dentro de alguns grupos etários (até 0,91).

Palavras-chave: Deficiência de iodo; Hipotireoidismo; Ingestão de sal; Hipertensão.


 

Introducción

El iodo es un micronutriente esencial cuyo defecto en la dieta causa un conjunto de desórdenes que pueden incluir aborto, mortinatos, bocio, cretinismo endémico, retardo mental e hipotiroidismo (1). Dado que aproximadamente el 90% del iodo ingerido diariamente es excretado por orina, la OMS recomienda el uso de muestras de orina para estudios poblacionales y ha establecido que se pueden utilizar tanto muestras de 24 h como casuales para estimar la adecuación en la ingesta de iodo a través de la mediana de la excreción de iodo urinario (YU) (2). Ha definido que medianas de YU de 100-200 μg/L y valores menores a 50 μg/L en menos del 20% de la población son reflejo de ingestas adecuadas de iodo (3).
En Argentina, la Ley 17.259 obliga al enriquecimiento de la sal con iodo en un nivel de 33 μg de iodo/g de sal. Este nivel de adición se estableció en 1967, teniendo en cuenta el consumo de sal promedio diario por persona, que era de 10-12 g por día, al igual que en muchos otros países (4). A fines de 2013 y en concordancia con recomendaciones de la OMS, Argentina reglamentó la reducción del contenido de sodio en diversos alimentos con el fin de reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares, siendo el objetivo limitar la ingesta de sal a 5 g día/persona (Ley 26.905). A la luz de esta nueva legislación, es necesario determinar si se han reducido las ingestas de sal y revisar las ingestas de iodo actuales a fin de determinar si siguen siendo apropiadas, o resulta necesario establecer políticas específicas.

Materiales y Métodos

Se recolectaron 150 muestras de orina de 24 h y 364 espontáneas en diversos nosocomios de la ciudad de Buenos Aires, bajo consentimiento informado. Las muestras provenían de personas de 10 a 75 años, que concurrieron al laboratorio por diversas razones. No se excluyó ninguna muestra. Las mismas fueron identificadas con un número, sexo y edad y se conservaron a menos de 0 ºC hasta su análisis (hasta 3 semanas).

MÉTODOS
Determinación de iodo: método de Sandell-Kolthoff, en el cual la reducción de Ce4+ por As3+ en medio ácido es catalizada por el iodo, produciendo la decoloración del reactivo (5). Se requiere la mineralización y decoloración previa de las muestras con persulfato de amonio. El método es extremadamente específico y adecuadamente sensible (6). Se determinó un error fijo: +5 μg/L, error de repetitividad +/-2,4%, error de reproducibilidad entre analistas +/-3,1%. Límite de detección 20 μg/L. Recuperación de adiciones+/- 4%.
Determinación de sal: Titulación por argentometría (método de Mohr) en presencia de cromato de potasio (7). El error fijo determinado fue de +0,05 g/L, error de repetitividad +/-1,5%, error de reproducibilidad entre analistas +/-2,6%. Límite de detección 0,4 g/L. Recuperación de adiciones: error +/- 2%.

MÉTODOS ESTADÍSTICOS
- Se determinó la distribución y los parámetros estadísticos para cada analito (iodo y sal)
- Se estableció el grado de correlación entre ambos (Pearson).
- Se realizó el análisis de varianza para diferencias significativas entre sexos.
- Los resultados se analizaron por grupo etáreo: niños y adolescentes (hasta 20 años), jóvenes adultos (20-30 años), adultos (30-60 años) y mayores (mayores de 60 años)

INTERPRETACIÓN DE DATOS DE IODO URINARIO
A fin de erradicar la deficiencia de iodo poblacional, la OMS indica que la mediana en la excreción de YU debe ser >100 ug/L, a la vez que menos del 20% de los individuos deben presentar valores de YU menores a 50 μg/L. Situaciones con medianas inferiores se clasifican como situación de Fase I y el enriquecimiento de alimentos es necesario y efectivo para corregir esta situación. Por otra parte, la OMS recomienda que menos del 10% de la población debería presentar valores de YU mayores a 200 μg/L a fin de prevenir hipertiroidismo (3).

Resultados

El promedio de excreción de cloruro de sodio (514 muestras) resultó de 5,0 g/L, con una distribución gaussiana de los valores entre 1 y 12 g/L (Figura 1). Aproximadamente un cuarto de las muestras presentaron valores de excreción de sal menores a 3 g/L y otro cuarto, valores mayores de 7 g/L. Para un número menor de muestras (150) se procesaron orinas de 24 horas, para las que también se verificó una distribución normal, con promedio de 8,5 g de NaCl/dia. No se encontraron diferencias significativas entre los valores promedios de varones y de mujeres (p=0,05).


Figura 1
. Distribución de los valores de NaCl (g/L) en intervalos.

La excreción de YU (514 muestras)mostró una distribución estadística no gaussiana, como se puede observar en la Figura 2. La mediana en la excreción de iodo resultó de 83 μg/L. No se encontraron diferencias significativas entre los valores promedios para varones y mujeres (p=0,05).


Figura 2
. Distribución de los valores de ioduro (μg/L) en intervalos.

Un 18% de las muestras presentó valores menores a 50 μg/L, un 46% menores a 100 μg/L y un 3% presentó valores superiores a 200 μg/L. Para las muestras de orinas de 24 h, la media de YU diario resultó de 156 mg de iodo/ día. La correlación global entre los valores de excreción de YU (μg/L) y de sodio (g/L) para cada muestra, resultó 0,76. El valor de la ordenada (20 μg/g) indica que aproximadamente el 25% del YU es provisto por alimentos distintos de la sal de mesa. La pendiente (14 μg/g) indica la relación entre YU/sal excretados. La mediana de la excreción de sal resultó 4,7 g/L, por lo que si la sal consumida aportara 33 ppm de iodo, como establece la ley de enriquecimiento de sal de mesa, la mediana de excreción de YU debiera haber sido mayor a 150 μg/L. El valor de 83 μg/L obtenido indica que la sal consumida por esta población muestral está pobremente enriquecida.
En la Tabla I se puede observar el análisis de datos por grupo etáreo. Se observa que con la edad decrece la ingesta de sal, y por consiguiente, los valores de YU.

Tabla I. Resultados de excreción de iodo y sal por grupo etario.

Los valores de correlación entre la excreción de iodo y la de sal por grupo etáreo, fueron mayores para cada grupo que el de la correlación global, debido a que los parámetros de las rectas de correlación fueron ligeramente diferentes en cada grupo. Ambos grupos de los jóvenes (menores a 20 años y entre 20 y 30 años) muestran mayor correlación, a la vez que menor ordenada al origen, indicando mayor dependencia del consumo de sal para cumplir con su requerimiento de iodo. Por el contrario, el grupo de los mayores presenta un menor grado de correlación entre la ingesta de iodo y la de sal, a la vez que una ordenada al origen mayor, indicando ingestas de iodo independientes de la de sal, posiblemente de alimentos marinos o suplementos dietarios.

Discusión y Conclusiones

El promedio de la excreción diaria de sal resultó 8,5 g, valor menor a los valores históricos (10-12 g/día), pero todavía superior a las pautas fijadas por la OMS a los fines de prevenir enfermedades cardiovasculares (5 g/ día). El nivel de YU en las muestras analizadas se halla por debajo de las recomendaciones de la OMS (mediana 83 μg/L, siendo el valor recomendado 100-200 μg/L) y un 18% de las muestras presentaron valores menores a 50 μg/L, porcentaje muy cercano al valor límite recomendado: 20%, indicando una prevalencia leve de déficit de ingesta de iodo en la población. El valor de YU mostró una correlación lineal positiva con la de sal, independiente del sexo, pero dependiente de la edad. Los jóvenes de menos de 20 años y los adultos jóvenes (20-30 años) presentan una mayor correlación estadística entre el valor de YU y la excreción de sal, con un bajo aporte de iodo de otras fuentes nutricionales. Tanto los adultos de edad intermedia como los mayores de 60 años presentan ingestas de iodo con menor dependencia de la de sal y evidencian en casos particulares, el aporte de iodo de otras fuentes nutricionales.
El programa de reducción de enfermedades relacionadas con deficiencia de iodo de la OMS/UNICEF recomienda la evaluación de la ingesta de sal y de iodo en cada país a fin de ajustar el nivel de adición de iodo a la sal, así como instrumentar acciones de vigilancia en la efectividad de la iodación. Si bien las ingestas de sal se han reducido respecto de los niveles históricos, son aún superiores a las metas fijadas por la OMS. De continuar esta tendencia es de prever que se reducirá la ingesta de iodo en forma paralela.
En base a los resultados obtenidos para la excreción de sal y de iodo, se estima un aporte promedio de iodo en la sal de 20-25 μg de iodo/g sal. En Argentina se han desarrollado en el pasado varios estudios a fin de determinar el grado de cumplimiento de la legislación vigente respecto del enriquecimiento de la sal de mesa con iodo. Los resultados informados por Lopez Linares (8) coinciden con los aquí consignados: habiendo analizado 80 sales, en 10 provincias de 44 localidades, informa que si bien algunas marcas comerciales cumplen la legislación vigente, existen otras marcas que no lo hacen. El promedio de iodo en las sales fue de 24,4 ppm.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen a la Universidad Kennedy por el financiamiento y apoyo recibido, a la Dra Ma. Fernanda Cuevas, Jefa del Laboratorio del Hospital Zonal General de Agudos, Dr. Alberto Balestrini, Buenos Aires, por su colaboración y al Dr. Daniel Pirola por contribuir en la revisión del manuscrito.

Referencias bibliográficas

1. WHO/UNICEF/ICCIDD. Assessment of iodine deficiency disorders and monitoring their elimination. A guide for programme managers. Geneva, 2001, 107.         [ Links ]

2. WHO/UNICEF/ICCIDD. Assessment of iodine deficiency disorders and monitoring their elimination. A guide for programme managers. 3rd Edition, Geneva, 2007, 97 p.         [ Links ]

3. Benoist B, McLean E, Andersson M, Rogers L. Iodine deficiency in 2007; global progress since 2003. Food Nutr Bull 2008 Sep 29; (3): 195-202.         [ Links ]

4. Benoist B, Andersson M, Egli I, Takkouche B, Allen H. Eds: Iodine status worldwide WHO Global Database on Iodine Deficiency Geneva; 2004.         [ Links ]

5. World Health Organization. Urinary iodine concentrations for determining iodine status in populations.WHO/NMH/ NHD/EPG/13.1. Geneva, 2013, 5.         [ Links ]

6. Dunn J, Crutchfield H, Gutekunst R, Dunn D. Methods for measuring iodine in urine. 1993. WHO/UNICEF/ICCIDD, 1993, 8-11.         [ Links ]

7. Roberts MBV, King TJ. Biology. A Funcional Approach. Student´s Manual. Walton-on-Thames: Thomas Nelson & Sons; 1987. p. 416.         [ Links ]

8. López Linares S, Heer M. Contenido de iodo en sal a nivel de puestos de venta provenientes de distintas localidades en tres regiones argentinas. RAEM 2014; Vol. 51 (2): 59-65.         [ Links ]

Recibido: 23 de enero de 2017
Aceptado: 18 de abril de 2017

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