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Acta bioquímica clínica latinoamericana

Print version ISSN 0325-2957On-line version ISSN 1851-6114

Acta bioquím. clín. latinoam. vol.53 no.1 La Plata Mar. 2019

 

BIOQUÍMICA CLÍNICA

Condición física y factores de riesgo cardiovascular en adolescentes universitarios de Venezuela

 

Edgar José Acosta García1a*, Maryelin Lariza Duno Ruiz2b, Gloria Naddaf El Khouri3c, Carlos José Rojas4d, Héctor Antonio Herrera Mogollón5e, Vanessa Nathaly Yépez Almerida3f, Génesis Carolina Villanueva Cabezas3f, Yoselys Berenice Toledo Peña3f

1 Ph. D. en Nutrición.
2 Magíster en Nutrición.
3 Licenciada en Bioanálisis.
4 Magíster en Gerencia Deportiva.
5 Ph. D. en Ciencias.
a Director del Instituto de Investigaciones en Nutrición “Dr. Eleazar Lara Pantin” (INVESNUT-UC), Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Carabobo, Venezuela. Urb. El Remanso, lote 23D casa 44. San Diego, Estado Carabobo.
b Profesor Agregado e Investigador Asociado del Instituto de Investigaciones en Nutrición “Dr. Eleazar Lara Pantin” (INVESNUT-UC), Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Carabobo, Venezuela.
c Investigador Asociado del Instituto de Investigaciones en Nutrición “Dr. Eleazar Lara Pantin” (INVESNUT-UC), Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Carabobo, Venezuela.
d Escuela de Salud Pública, Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo, Venezuela.
e Departamento de Tecnología de Procesos Biológicos y Bioquímicos. Laboratorio de Evaluación Nutricional, Universidad Simón Bolívar, Venezuela.
f Escuela de Bioanálisis, Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo, Venezuela.
* Autor para correspondencia.

CORRESPONDENCIA Dr. EDGAR ACOSTA GARCÍA Urb. El Remanso, lote 23D casa 44 SAN DIEGO, Estado Carabobo, Venezuela Teléfono: 0241-8915640; 0241- 8672852, 0241- 0412-0445423 Correo electrónico: edgaracosta1357@hotmail.com


Resumen

El nivel de condición física se puede considerar como la habilidad para realizar actividad física y/o ejercicio físico y su valoración constituye una medida del estado integrado de las principales funciones orgánicas que intervienen en el movimiento corporal. Se evaluó la relación entre la condición física y la calidad de la dieta con los factores de riesgo cardiovascular en adolescentes universitarios. El estudio fue descriptivo, correlacional, de corte transversal y de campo, y se realizó en 77 estudiantes de 18,1±0,6 años y de ambos sexos. Se evaluó la condición física general (CFg), el salto longitudinal (SL), la fuerza muscular (FM), el índice general de fuerza (IGF), la capacidad cardiorrespiratoria (VO2máx), la calidad de la dieta, la actividad física, el estado nutricional, variables bioquímicas, clínicas y de estilos de vida. La CFg, el SL, la relación FM/peso, el IGF y el VO2máx, correlacionaron con los indicadores de adiposidad evaluados (p<0,05). Además, la CFg, el IGF, el SL, la relación FM/peso también correlacionaron con la calidad de la dieta (p<0,05). Esta última también correlacionó con el c-HDL (p<0,05). En conclusión, los componentes de la condición física como el SL, la relación FM/peso, el IGF y el VO2máx, así como también la CFg relacionaron con la adiposidad de los adolescentes evaluados, mientras que el SL, el IGF y el VO2máx, y la CFg también lo hicieron con la tensión arterial. Sin embargo, la correlación desapareció cuando éstas fueron ajustadas por los indicadores de adiposidad, lo que parecería indicar que dichas correlaciones estarían mediadas por la adiposidad de los sujetos estudiados en la presente investigación.

Palabras clave: Condición física; Fuerza muscular; Salto longitudinal; Capacidad cardiorrespiratoria; Adolescentes.

Abstract

Physical condition and cardiovascular risk factors in university adolescents of Venezuela

The level of physical condition can be defined as the ability to perform physical activity and/or physical exercise, and its assessment is a measure of the integrated state of the main organic functions involved in body movement. The relationship between the physical condition and the quality was evaluated. The study was descriptive, correlational, cross-sectional and field-based, and was conducted in 77 students of 18.1±0.6 years of age and both sexes. General physical condition (GFC), longitudinal jump (LJ), muscular strength (MS), general strength index (GSI), cardiorespiratory capacity (VO2max), quality of the diet, physical activity, nutritional status, biochemical, clinical and lifestyle variables were evaluated. The GFC, the LJ, the MS/weight ratio, the GSI and the VO2max correlated with the adiposity indicators evaluated (p<0.05). In addition, the GFC, the GSI, the LJ, the MS/weight ratio also correlated with the quality of the diet (p<0.05). The latter also correlated with c-HDL (p<0.05). In conclusion, physical condition components such as LJ, MS/weight, GSI and VO2max, as well as GFC were related to the adiposity of the adolescents evaluated, while LJ, GSI and VO2max, and GFC were also related to with blood pressure. However, disappeared when these correlations were adjusted by the adiposity indicators, which could indicate that they are mediated by the adiposity of the subjects studied in the present investigation.

Key words: Physical condition; Muscular strength; Longitudinal jump; Cardiorespiratory capacity; Adolescents.

Resumo

Condição física e fatores de risco cardiovascular em adolescentes universitários da Venezuela

O nível de condição física pode ser considerado como a habilidade para realizar atividade física e/ou exercício físico e sua avaliação é uma medida do estado integrado das principais funções orgânicas que intervêm no movimento corporal. Foi avaliada a relação entre a condição física e qualidade da dieta com os fatores de risco cardiovascular em adolescentes universitários. O estudo foi descritivo, correlacional, de corte transversal e de campo, e foi realizado em 77 estudantes de 18,1±0,6 anos e de ambos os sexos. Condição física geral (CFG) foi avaliada, o salto longitudinal (SL), força muscular (FM), o índice geral de força (IGF), capacidade cardiorrespiratória (VO2max), qualidade da dieta, atividade física, estado nutricional, variáveis bioquímicas, clínicas e de estilos de vida. A CFG, o SL, a proporção de FM/peso, o IGF e VO2max, correlacionaram com os indicadores de adiposidade avaliados (p<0,05). Além disso, a CFG, IGF, o SL e a relação FM/peso também correlacionaram com a qualidade da dieta (p<0,05). A última também se correlacionou com c-HDL (p<0,05). Em conclusão, os componentes da condição física como o SL, a relação FM / peso, o IGF e VO2max, bem como o CFG relacionaram com a adiposidade dos adolescentes avaliados, enquanto o SL, o IGF e VO2max, e CFG também o fizeram com a pressão arterial. Entretanto, a correlação desapareceu quando essas correlações foram ajustadas pelos indicadores de adiposidade, o que poderia indicar que essas correlações estariam mediadas pela adiposidade dos sujeitos estudados nesta pesquisa.

Palavras-chave: Condição física; Força muscular; Salto longitudinal; Capacidade cardiorrespiratória; Adolescentes.


 

Abreviaturas

Introducción

El nivel de condición física (NCF) se puede considerar como la habilidad para realizar actividad física y/o ejercicio físico y su valoración constituye una medida que describe el estado integrado de las principales funciones orgánicas que intervienen en el movimiento corporal (1). Además, el NCF se considera un factor determinante de la longevidad y la calidad de vida relacionada con la salud (2). Es importante resaltar que el agrupamiento o acumulación de los factores de riesgo cardiovascular en los sujetos se produce en la niñez y en la adolescencia, lo que puede estar asociado con aterosclerosis en los primeros años de la edad adulta y por lo tanto, con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares posteriormente (3). Adicionalmente, se ha reportado que un inapropiado régimen alimentario, la inactividad física y el tabaquismo, explican al menos el 75% de las enfermedades cardiovasculares (4).
La evidencia científica disponible indica el alarmante descenso de los niveles de condición física en la infancia y adolescencia (5). Recientes investigaciones sugieren que un índice bajo de condición física es uno de los factores que se asocian de manera directa con el sobrepeso y la obesidad infanto-juvenil (6-8). El incremento de la prevalencia de la obesidad en las últimas décadas, en gran parte se debe a los cambios de patrones de alimentación en los que se sustituye la dieta tradicional por la occidental (9). La modernización de la sociedad implica una serie de cambios culturales y/o sociológicos que afectan inevitablemente a los hábitos y preferencias alimentarias. Adicionalmente, la situación actual del país en la que los costos de alimentación exceden por mucho el ingreso económico familiar, limita el consumo de frutas, verduras, pescados, carnes, lácteos, entre otros. La falta de alimentos básicos en la mesa del venezolano condiciona una alimentación poco variada fundamentada en harinas, pastas, arroz, alimentos procesados como los embutidos, lo que inevitablemente conlleva a un deterioro de los patrones de alimentación saludables.
En estudios observacionales se ha demostrado que un bajo nivel en la condición física, especialmente el desempeño muscular, constituye un factor independiente de riesgo para enfermedades cardiometabólicas, por encima de los factores de riesgo como la hipertensión arterial o el sobrepeso y la obesidad (10) (11). Por tal razón, el objetivo de la presente investigación fue evaluar la relación entre la condición física y la calidad de la dieta con los factores de riesgo cardiovascular en adolescentes que ingresaron a la carrera de Bioanálisis de la Universidad de Carabobo, sede Valencia-Venezuela (2016-2017).

Materiales y Métodos

La investigación se llevó a cabo según los principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos (12). A los adolescentes que formaron parte de la muestra, se les consultó sobre su interés de participar en la investigación y a aquellos quienes aceptaron y eran menores de edad se les solicitó el consentimiento escrito de los padres y representantes, mientras que los adolescentes de 18 años o más firmaron sus respectivos consentimientos informados. La información sobre la edad y el sexo se adquirió mediante la aplicación de un cuestionario. El estudio fue descriptivo, correlacional, de corte transversal y de campo. La muestra estudiada estuvo conformada por 77 estudiantes de ambos sexos que ingresaron a la carrera de Bioanálisis en la Universidad de Carabobo-Venezuela para el período académico 2016-2017.
No formaron parte del estudio aquellos adolescentes que presentaron diagnóstico de alguna enfermedad orgánica subyacente (gastrointestinal, renal, hepática, respiratoria o enfermedad del corazón), cáncer, trastornos infecciosos e inflamatorios, diabetes, hipertensión arterial, embarazo, trastornos que afecten la composición corporal (Cushing, entre otros) o tratamiento para reducir los niveles plasmáticos de lípidos.

Variables

Condición física general (CFg). Para medir el nivel de CFg relacionada con la salud se seleccionó la Batería ALPHA-Fitness basada en la evidencia (13):

a. Capacidad aeróbica. La capacidad aeróbica o fitness cardiorrespiratorio (FCR) se evaluó mediante la prueba de Course Navette (14). El consumo máximo de oxígeno (VO2máx) se estimó mediante las ecuaciones propuestas por Leger et al. (15).
Para sujetos entre 6 y 17 años:

VO2máx=31,025 +(3,238xVFA) – (3,248xEdad) + +(0,1536xVFAxEdad)

Para sujetos de 18 años o más:

VO2máx=(6xVFA)-27,4

VO2máx: mL.kg-1.min-1
VFA: Velocidad final alcanzada en la última etapa completada (km.h-1)
Edad: Años.
Adicional al VO2máx estimado, también se registró la distancia recorrida en metros y la VFA por el sujeto durante el desarrollo de la prueba de Course Navette.

b. Desempeño muscular. Se evaluó mediante 2 pruebas:
b.1. Prueba de dinamometría manual para evaluar la fuerza máxima de prensión manual (FM). Esta se valoró con dos intentos alternativos con cada mano en una posición estandarizada, de pie, con los brazos paralelos al cuerpo sin contacto alguno. Adicionalmente, el valor crudo de la FM se normalizó dividiendo el promedio de la FM (kg) por el peso corporal (kg) y se obtuvo la relación FM/peso, la cual constituye una variable sin unidades o adimensional. La FM se obtuvo mediante un dinamómetro digital Camry modelo EH101 (intervalo 5-90 kg, precisión 0,1 kg) (Barcelona, España).
b.2. Prueba de salto longitudinal (SL) sin impulso como medida para determinar la máxima distancia alcanzada (metros) en dos intentos en miembros inferiores. Con esta prueba se evaluó la fuerza explosiva del tren inferior. Para esto se empleó una cinta métrica metálica marca Stanley (intervalo 0-300,0 cm y precisión 0,1 cm) (Connecticut, EE. UU.). Ambas pruebas se incluyen en la Batería Alpha Fitness (13).
Luego se procedió a determinar un Índice General de Fuerza (IGF), para lo cual se dividieron los valores de la relación FM/peso y SL por los máximos valores de cada una de esas variables según el sexo. Esto hizo que la variable SL quedara sin unidades (cm). Seguidamente, se promediaron ambas razones para obtener una única variable adimensional denominada IGF, con valores entre 0 y 1 (16).
Finalmente, para la valoración de la CFg vista como una única variable, se procedió a dividir los valores del VO2máx por el máximo valor de esa variable según el sexo, lo cual se realizó con el objetivo de eliminar las unidades de esa variable (mL.kg-1.min-1). Luego, se promedió esta última razón con el IGF. De esa forma, la CFg es una única variable con valores entre 0 y 1.
c. Actividad física. Se realizó a través del método conductual de ejercicios en tiempo libre de Godín-Shepard (17).
d. Calidad de la dieta. Se midió empleando como referencia la adherencia a la dieta mediterránea (ADM) como un modelo dietético saludable y se empleó el instrumento denominado Test KIDMED (18).
e. Antropometría. Los datos de peso, talla, circunferencia de cintura (CC) y pliegues fueron recopilados por un personal del campo de la salud entrenado y que empleó los métodos descriptos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (19). El peso (kg) se determinó con una balanza marca Health-o-Meter (Illinois, EE.UU). La talla (cm) se obtuvo mediante el método de la plomada con una cinta métrica no extensible. El Índice de Masa Corporal (IMC) se calculó dividiendo el peso corporal (kg) por la estatura al cuadrado (m2). Los pliegues de triceps y subescapular se midieron con un calibrador de pliegues Betatechnology Incorporated (Meryland, EE.UU.). El porcentaje de grasa corporal (%GC) se estimó mediante la ecuación de Slaughter (20). La CC se midió con una cinta métrica no extensible, empleando como punto somático el punto medio entre el borde superior de las crestas ilíacas y los bordes inferiores de las costillas flotantes (21). Se calculó la relación entre la circunferencia de cintura y la talla (Rel CCT). Para la CC se emplearon los valores de referencia propuestos para adolescentes venezolanos del estado Lara entre 10 y 19 años (22). Se determinaron los valores del score Z para el IMC mediante el programa WHO AnthroPlus (23) y se emplearon los puntos de corte propuestos por de Onis et al (24).
f. Tensión arterial. Se midió con el sujeto en posición sentada, mediante un manguito acorde a la edad y que cubriera las 2/3 partes de la longitud del brazo (distancia acromioclavicular) y su circunferencia completa, a 2 cm por encima del pliegue de la articulación del codo. Para garantizar la calidad en la toma de la tensión arterial (TA), la medición se realizó siguiendo las indicaciones del Task Force Blood Pressure Control in Children (25). Se empleó un esfingomanómetro digital marca Omrom Healthcare (Illinois, EE.UU.). Se determinó la tensión arterial media (TAM) mediante la ecuación: (2 x tensión arterial diastólica + tensión arterial sistólica)/3.
g. Bioquímica

Recolección y procesamiento de la muestra

Se extrajo la muestra de sangre por punción venosa del pliegue del codo luego de un ayuno de 12 a 14 horas. La muestra se centrifugó 10 min a 7.600 g. Las concentraciones séricas de glucemia, colesterol total (CT), triglicéridos (TG) y c-HDL se determinaron por el método enzimático colorimétrico de Wiener Lab, mientras que el c-LDL se estimó mediante la ecuación de Friedewald et al. (26). Se empleó un analizador semiautomatizado, modelo BTS-310 (Barcelona, España) (27). Se determinaron los índices de riesgo cardiovascular CT/c-HDL, c-LDL/c-HDL y TG/c-HDL. Al tomar en cuenta los valores de CT, TG, c-LDL, c-HDL y glucosa se estableció un índice lipídico-metabólico de riesgo cardiovascular (ILMRC) (28). Para esto, cada una de estas variables fue transformada mediante la división de cada uno de los valores observados por el valor máximo de dicha variable. En el caso particular de las concentraciones de c-HDL, luego de ser dividida entre el máximo valor encontrado de la misma variable, dicho valor fue multiplicado por -1. Esto se realizó debido a que la relación del c-HDL con el riesgo cardiovascular es contraria al resto de las variables. El promedio de las cinco variables transformadas se utilizó para establecer una única variable denominada ILMRC, con valores comprendidos entre 0 y 1.
Para el perfil lipídico se consideraron los criterios del Panel de Expertos en la Integración de Directrices para la Salud y Reducción del Riesgo Cardiovascular en Niños y Adolescentes: CT elevado: ≥200 mg/dL; c-LDL elevado: ≥130 mg/dL; c-HDL bajo: <40 mg/dL; TG elevado: ≥130 mg/dL; colesterol no-HDL elevado: ≥145 mg/dL (29). Por otro lado, para establecer los niveles elevados de glucosa sanguínea se empleó el valor propuesto por la Federación Internacional de Diabetes el cual es >100 mg/dL (30).
h. Hábitos tabáquicos. Se registró en la historia clínica y se definió tabaquismo en los adolescentes evaluados cuando estos refirieron haber fumado cigarrillos un día o más en los últimos 30 días (31).

Análisis estadístico

Los resultados fueron presentados en tablas y expresados en términos de medidas de tendencia central y de dispersión, así como también en frecuencias absolutas y relativas. La distribución estadística de los resultados de las variables evaluadas se analizó mediante la prueba de Shapiro-Wilk. Para las comparaciones entre grupos se emplearon las pruebas t de Student y el estadístico Z, mientras que para las asociaciones y correlaciones se utilizaron las pruebas Chi2 y de Pearson, respectivamente. El nivel de significación utilizado fue de 0,05 (α=0,05). Los datos se procesaron por medio del programa estadístico SPSS versión 17.0 para Windows.

Resultados

Se evaluaron 77 sujetos con edades de 18,1±0,6 años, de los cuales 17 (22,1%) pertenecían al sexo masculino y 60 (77,9%) al femenino. No se observaron diferencias entre las edades de ambos sexos (masculino 18,2±0,6 años vs. femenino 18,0±0,6 años; p=0,416).
Los estadísticos descriptivos de las variables que evalúan la condición física se muestran en la Tabla I. Esta reveló que los resultados del SL, FM, FM corregida por el peso, VO2máx, distancia recorrida y VFA de los sujetos del sexo masculino superaron significativamente en todas esas variables a las del femenino. Por otro lado, el IGF y la CFg fueron similares en ambos sexos.

Tabla I. Estadísticos descriptivos de las variables de la capacidad musculoesquelética y aeróbica de todos los sujetos estudiados y según el sexo.

Con respecto a la actividad física, 43 (55,8%) de los adolescentes mostraron un patrón sedentario y 34 (44,2%) fueron activos. Adicionalmente, la frecuencia de sujetos sedentarios del sexo masculino (58,8%) fue similar a la del femenino (55,0%) (p=0,779).
Con referencia a la calidad de la dieta de los sujetos estudiados, 19 (24,7%) de ellos evidenciaron el consumo de una dieta de baja calidad, mientras que 56 (72,7%) mostraron necesidad de mejorar el patrón alimentario para ajustarlo al modelo mediterráneo. Adicionalmente, solo 2 (2,6%) de los adolescentes estudiados evidenciaron el consumo de una dieta mediterránea óptima.
Según el sexo, la Tabla II muestra los diferentes patrones de ingesta de la dieta mediterránea. Esta revela que en ambos sexos, la mayoría de los sujetos evaluados presentan necesidad de mejorar el patrón
alimentario para ajustarlo al modelo mediterráneo. Adicionalmente, se observó que en ambos sexos solo un sujeto de cada sexo evidenció un patrón de consumo óptimo de la dieta mediterránea.

Tabla II. Patrones de ingesta de la dieta mediterránea, según el sexo.

Es importante resaltar que del total de los sujetos evaluados, 26 (33,8%) refirieron consumir frutas al menos una vez al día, mientras que solo 8 (10,4%) indicaron que consumían una segunda pieza de frutas diariamente. Por otro lado, 45 (58,4%) adolescentes encuestados mencionaron que consumían ensaladas crudas o cocidas regularmente una vez al día (6,7%), a la vez que solo 6 (7,8%) de ellos refirieron comerlas, de forma regular, más de una vez al día. Adicionalmente y de forma respectiva, 18 (23,4%) y 55 (71,4%) de los adolescentes estudiados indicaron comer pescado al menos 2 a 3 veces por semana y legumbres más de una vez semanal.
Por otro lado, 74 (96,1%) sujetos de la muestra analizada indicaron que consumían pasta o arroz cinco o más días a la semana y 20 (26,0%) mencionaron acudir una vez o más a la semana a un centro de comida rápida, mientras que también 20 (26,0%) de ellos comían golosinas y caramelos varias veces al día. Además, 8 (10,4%) adolescentes refirieron que no desayunaban. Por otro lado, solo 9 (11,7%) adolescentes desayunaban con yogurt o leche y 66 (85,7%) de todos los encuestados refirieron tomar 2 yogures y/o 40 g de queso diariamente.
El resumen de las variables antropométricas y clínicas estudiadas se muestra en la Tabla III. En ésta se observa que el peso, la talla y la CC fueron superiores en el sexo masculino y el %GC en el femenino, mientras que el IMC y la relación CCT fueron similares en ambos sexos. Por su parte, la TAS y TAM fueron superiores en el sexo masculino, mientras que la TAD no mostró diferencias por sexo.

Tabla III. Estadísticos descriptivos de las variables e indicadores antropométricos de todos los sujetos estudiados y según el sexo.

Con respecto al diagnóstico nutricional antropométrico, 5 (6,5%) adolescentes presentaron déficit de peso, mientras que 67 (87%) fueron normopeso y 5 (6,5%) mostraron sobrepeso. Según el sexo, el diagnóstico nutricional antropométrico se muestra en la Tabla IV. No hubo asociación significativa entre el estado nutricional antropométrico y el sexo (Chi2=4,471; p=0,107).

Tabla IV. Distribución de frecuencia del estado nutricional antropométrico según el sexo.

En cuanto a la obesidad abdominal, solo 8 (10,4%) adolescentes presentaron dicha condición y la frecuencia de adolescentes del sexo femenino con obesidad abdominal no fue significativamente superior a la del sexo masculino (femenino=11,7% vs. masculino=5,9%; p=0,450).
En cuanto a las variables bioquímicas estudiadas, la Tabla V revela que no hubo diferencias en las concentraciones séricas de los analitos ni en los índices de riesgo cardiovascular estudiados según el sexo.

Tabla V. Estadísticos descriptivos de las variables bioquímicas de todos los sujetos estudiados y según el sexo.

En cuanto a las alteraciones de las concentraciones séricas de las variables bioquímicas estudiadas, solo 1,3% y 2,6% de los sujetos evaluados presentaron glucosa y triglicéridos elevados, respectivamente. Además el 68,8% de los adolescentes objeto de estudio presentaron concentraciones bajas de c-HDL y ninguno de ellos tuvo los niveles séricos elevados de colesterol total, c-LDL y CNHDL. Por otro lado, solo 3,9%, 2,6% y 3,9% de los adolescentes mostraron las relaciones CT/ c-HDL, c-LDL/c-HDL y TG/c-HDL elevadas, de forma respectiva.
En referencia al hábito tabáquico, 17 (22,1%) estudiantes refirieron haber fumado al menos una vez en los últimos 30 días. La frecuencia de adolescentes que refirieron haber fumado al menos una vez en los últimos 30 días fue similar entre ambos sexos (masculino= 6 (35,3%) vs. femenino=11 (18,3%); p=0,137).
La Tabla VI muestra las correlaciones parciales ajustadas por sexo y edad de los diferentes componentes de la condición física y la CFg con las diversas variables evaluadas en esta investigación. Se observa que todos los componentes del desempeño muscular, a excepción de la FM correlacionaron de forma inversa con los indicadores de adiposidad. Adicionalmente, el SL y el IGF también correlacionaron con la TAS. De igual forma, el VO2máx correlacionó inversamente con los indicadores de adiposidad, la TAS y la TAM. Por su parte, la CFg se comportó similar al SL y al IGF, ya que correlacionó significativamente y de forma inversa con los indicadores de adiposidad y la TAS. Es importante resaltar que el único componente de la condición física evaluado que no correlacionó con la puntuación KIDMED fue el VO2máx, el resto de ellos lo hizo de forma positiva.

Tabla VI. Correlaciones de los componentes del desempeño muscular, capacidad aeróbica y condición física general con las variables antropométricas, clínicas, bioquímicas, actividad física y calidad de la dieta, ajustadas por sexo y edad.

Es importante resaltar que las correlaciones entre los componentes de la condición física (SL, IGF y VO2máx) y la CFg con la tensión arterial se hicieron no significativas cuando se ajustaron las mismas con los indicadores de adiposidad evaluados en esta investigación (p>0,05).
Por otro lado, la calidad de la dieta de los adolescentes evaluada mediante la puntuación alcanzada por el test KIDMED correlacionó significativamente y de forma inversa con las concentraciones séricas de c-HDL (r=-0,251; p=0,028), mientras que no lo hizo con el resto de los FRCV evaluados en la presente investigación.

Discusión y Conclusiones

Entre los componentes de la condición física relacionada con la salud, la FM ha adquirido relevancia científica debido a que representa una medida directa del estado de salud biológica, especialmente de los sistemas osteoarticular, cardiovascular y metabólico (32). Adicionalmente, estudios observacionales han logrado evidenciar que la disminución de la masa y fuerza muscular juegan un papel fundamental en la predisposición para eventos cardiovasculares y metabólicos en la población en general (33). Por otro lado, en un estudio realizado en estudiantes colombianos se pudo establecer que la adiposidad media la influencia del fitness muscular sobre el síndrome metabólico (34). En el presente estudio la FM evaluada mediante el IGF y la FM corregida por el peso logró relacionarse de forma inversa con los indicadores de adiposidad empleados. A pesar de que en la presente investigación la muestra evaluada estuvo constituida por un mayor número de adolescentes del sexo femenino que del masculino, los resultados encontrados fueron similares a los reportados en escolares de Colombia (35) y adolescentes de Portugal (36). Debido a los resultados antes mencionados, se ha planteado la hipótesis del papel protector de la masa libre de grasa en el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular (5).
Algunas investigaciones recientes llevadas a cabo en adolescentes y jóvenes han logrado establecer que la FM constituye un predictor independiente de morbimortalidad cardiometabólica (5), y debido a eso la FM determinada por medio de dinamometría se reconoce como un marcador de un perfil metabólico pobre durante la adolescencia (37). Esto llevó a Ramírez-Vélez et al. a proponer puntos de cortes de la fuerza muscular corregida por el peso corporal para predecir síndrome metabólico en niños y adolescentes colombianos de ambos sexos (38), mientras que en jóvenes colombianos, Ramírez-Vélez et al. mostraron que un mejor desempeño muscular se asociaba inversamente con un perfil lipídico-metabólico más saludable (33). Adicionalmente, en adultos se ha logrado asociar una baja FM con dislipidemia (39). En la presente investigación el desempeño muscular evaluado mediante el IGF, la FM cruda y la FM corregida por el peso no se relacionó con los componentes del perfil lipídico, con los índices de riesgo cardiovascular, con el ILMRC ni con las concentraciones séricas de glucosa. Esto podría explicarse debido a que en general, hubo baja frecuencia de sujetos con alteraciones en el perfil lipídico y en las concentraciones séricas de glucosa, es decir que la mayoría de ellos mostraron niveles séricos bajos de lípidos en general y de glucosa.
Por otro lado, se ha demostrado que un bajo nivel de la condición física cardiovascular constituye el factor de riesgo cardiovascular más importante, por encima de factores de riesgo clásicos como, por ejemplo, el sobrepeso u obesidad (2). En la presente investigación el FCR evaluado como el VO2máx correlacionó significativamente con los indicadores de adiposidad evaluados, mostrando que una mayor adiposidad se relacionaba con un menor consumo de oxígeno. Estos resultados se asemejan a los presentados por Ramírez- Vélez et al. (41) y Bailey et al. (42).
Es importante resaltar que el FCR presenta una relación más fuerte con la adiposidad total que el resto de los componentes de la condición física (43). Adicional
mente, existe evidencia de que los jóvenes con una condición física baja tienen de 2 a 4 veces más probabilidades de ser obesos que aquellos con niveles de condición física mayor (44).
Por otro lado, en la presente investigación el FCR correlacionó de forma inversa y significativa con la tensión arterial sistólica y la tensión arterial media. Estos resultados coinciden con los reportados por Brage et al. en niños daneses (45). Además, se ha observado una relación entre la adiposidad visceral y general con la tensión arterial en niños con bajos niveles de FCR (46). Otras investigaciones mostraron que las niñas con hipertensión arterial presentaban valores más altos de adiposidad y menor FCR que las niñas con presión arterial normal (47). Esos resultados sugieren que la tensión arterial es influenciada tanto por la adiposidad como por el FCR. En función de lo previamente mostrado, es probable que la correlación existente entre el FCR y la tensión arterial observada en esta investigación haya sido mediada por la adiposidad visceral y/o general presente en los sujetos estudiados.
Adicionalmente, el FCR en esta investigación no correlacionó con ninguna de las variables bioquímicas componentes del perfil lipídico. De forma similar a estos resultados, diversos estudios en niños y adolescentes no han logrado establecer la relación entre el FCR y las concentraciones séricas del colesterol total (48-51) c-HDL (49), c-LDL (48)(49) y triglicéridos (49-52). Sin embargo, los resultados hallados en la presente investigación difieren de los mostrados por Mesa et al. (28) y García-Artero et al. (16). Los resultados encontrados en la actual investigación, que muestran una ausencia de correlación del FCR con el perfil lipídico, podrían explicarse debido a que en general, hubo una baja frecuencia de sujetos con alteraciones en esas variables, es decir que la mayoría de ellos mostraron niveles séricos bajos del perfil lipídico. Lo cual sería un reflejo de un bajo consumo de grasas, debido a una caída significativa en la compra de estas, tal como lo refirió la última Encuesta Sobre Condición de Vida en Venezuela 2016 (ENCOVI) (40). A pesar de las diferencias halladas, un importante número de trabajos de investigación han revelado que los niveles séricos de colesterol total no son afectados por el nivel de condición física (49)(52), si bien algunos autores han mostrado menores concentraciones de colesterol total en los adolescentes más activos (53) o con mejor condición física (54).
Por otro lado, en esta investigación tampoco se relacionó el FCR con las concentraciones séricas de glucosa, a pesar de que los resultados encontrados en algunas investigaciones han sugerido relaciones positivas entre los estilos de vida activos y la sensibilidad a la insulina (55). Sin embargo, otros estudios han evidenciado que tanto el FCR como la actividad física no están independientemente relacionados con las concentraciones de insulina (56)(57). Si bien es cierto que los resultados de las investigaciones que apoyan una posible relación positiva entre la condición física/actividad física y la sensibilidad a la insulina provienen de estudios realizados en poblaciones adultas, también es cierto que no es apropiado extrapolar esos resultados a las poblaciones más jóvenes debido a los cambios fisiológicos que se presentan en los períodos de crecimiento y maduración. En la actual investigación solo 1,3% de los sujetos evaluados mostró concentraciones elevadas de glucosa sérica. Esto pudo haber sido un factor que influenciara una posible correlación entre el FCR y las concentraciones de dicho analito.
En conclusión, los componentes de la condición física como el salto longitudinal, la fuerza muscular corregida por el peso, el índice general de fuerza y el consumo máximo de oxígeno, así como también la condición física general, se relacionaron de forma negativa con la adiposidad de los adolescentes evaluados, mientras que el salto longitudinal, el índice general de fuerza y el consumo máximo de oxígeno, y la condición física general también lo hicieron de forma negativa con la tensión arterial. Sin embargo, esta desapareció cuando dichas correlaciones fueron ajustadas por los indicadores de adiposidad, lo que indicaría que dichas correlaciones están mediadas por la adiposidad de los sujetos estudiados en la presente investigación. Además, la condición física general y el desempeño muscular aislado se relacionaron con la calidad de la dieta, mientras que la relación entre la capacidad aeróbica y la calidad de la dieta no fue significativa. Por otro lado, la calidad de la dieta de los adolescentes solo correlacionó con las concentraciones séricas de c-HDL, mientras que no lo hizo con el resto de los FRCV evaluados en la presente investigación.

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Recibido: 7 de agosto de 2018
Aceptado: 8 de enero de 2019

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