SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.50 número1La captación de colesterol por Tetrahymena thermophila se realiza principalmente por fagocitosis índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

Compartir


Revista argentina de microbiología

versión impresa ISSN 0325-7541versión On-line ISSN 1851-7617

Rev. argent. microbiol. vol.50 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires mar. 2018

http://dx.doi.org/10.1016/j.ram.2017.05.005 

IMAGEN MICROBIOLÓGICA

https://doi.org/10.1016/j.ram.2017.05.005

Diagnóstico histológico de actinomicosis

Histological diagnosis of actinomycosis

 

Rodrigo Cruz Choappaa,* y Peggy Vieille Oyarzoa

a Laboratorio de Micología, Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile

Recibido el 21 de marzo de 2017; aceptado el 26 de mayo de 2017
Disponible en Internet el 28 de septiembre de 2017

*Autor para correspondencia.

Correo electrónico: rcruzchoappa@gmail.com (R. Cruz Choappa).

0325-7541/© 2017 Asociación Argentina de Microbiología. Publicado por Elsevier Espana, S.L.U. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).

 

La actinomicosis es una infección crónica supurativa y lentamente progresiva causada por bacilos gram positivos anaeróbicos o microaerofílicos, no formadores de esporas, pertenecientes al género Actinomyces. Estos bacilos son colonizadores de la cavidad oral, del tracto gastrointestinal y del aparato genital femenino1. La actinomicosis cervicofacial es la forma clínica más frecuente; sin embargo, este agente infeccioso puede afectar cualquier órgano del cuerpo1,2. Existen 30 especies de Actinomyces potencialmente patógenas, aunque es Actinomyces israelii el microorganismo más frecuentemente aislado3.

Como factores de riesgo para esta infección se describen el alcoholismo, la mala higiene oral y la alteracion pulmonar estructural, como enfisema o bronquiectasias3. En cuanto al diagnóstico, la tomografía computarizada o la resonancia magnética pueden describir la presencia de una masa irregular de pared gruesa, infiltrante, con una o varias zonas hipodensas centrales que pueden asociarse a fístulas, erosiones o destrucción ósea3. El aislamiento de Actinomyces spp. mediante el cultivo se produce en el 30-50% de los casos, debido a que son bacterias exigentes que requieren medios enriquecidos con CO2 al 6-10%4. La demostración de la presencia de granos de azufre en el pus o en las muestras histológicas es una forma sencilla de diagnóstico4. Estos corresponden a un conglomerado de microorganismos que se forma únicamente in vivo. Pueden ser observados mediante la tinción de hematoxilina-eosina (fig. 1), la tinción de Gram (figs. 2 y 3) o la impregnación con sales de plata (fig. 4). Se puede complementar con tinción de Ziehl-Neelsen (fig. 5) o de Kinyoun para descartar infección por Nocardia spp., las cuales suelen ser parcialmente ácido-alcohol resistentes.


Figura 1 Se observa grano de azufre en una biopsia pleural.Tinción de hematoxilina-eosina 400×.


Figura 2 Se observa grano de azufre con bacterias formandouna empalizada en una biopsia pleural. Tinción de Gram 400×.


Figura 3 Se observan bacilos gram positivos en cadenas enuna biopsia pleural. Tinción de Gram 1000 ×.


Figura 4 Se observa grano de azufre con bacterias formandouna empalizada en una biopsia pleural. Tinción Gomori-Grocott 400×.


Figura 4 Se observa grano de azufre con bacterias formandouna empalizada en una biopsia pleural. Tinción Gomori-Grocott 400×.

El tratamiento antimicrobiano prolongado, durante 6 a 12 meses, ha sido recomendado para pacientes que presentan cualquiera de sus formas clínicas4. La penicilina G es el fármaco de elección y se administra en dosis altas, de 18 a 24 millones de unidades/día durante 2 a 6 semanas, seguida de una aminopenicilina oral hasta completar el tiempo requerido. Como terapias alternativas se pueden utilizar la doxiciclina, la clindamicina o la ceftriaxona. Un drenaje adecuado está indicado si hay abscesos.

Responsabilidades éticas

Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.

Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Financiación

Recursos propios del laboratorio.

Conflictos de intereses

Ninguno.

Bibliografía

1. Aguirrebengoa K, Romaña M, López L, Martín J, Montejo M, González de Zárate P. Actinomicosis orocervicofacial. Presentación de 5 casos. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2002;20:53-6.         [ Links ]

2. Brook I. Actinomycosis. In: Goldman L, Schafer A, (eds.). Goldman-Cecil Medicine. 25th. ed. Philadelphia: Elsevier Inc; 2016. p. 2060-2.         [ Links ]

3. Ramírez F, Barrera E, Yardan R, Mendez Y.Actinomicosis pulmonar. Una enfermedad olvidada. Acta Med Colomb. 2010;35:132-4.         [ Links ]

4. Valour F. Sénéchal A, Dupieux C, Karsenty J, Lustig S, Breton P, Gleizal A, Boussel L, Laurent F, Braun E, Chidiac C, Ader F, Ferry T. Actinomycosis: Etiology, clinical features, diagnosis, treatment, and management. Infect Drug Resist. 2014;7: 183-97.         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons