SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.12 número1Comentarios sobre el primer congreso de mastozoología en BoliviaBiology and Conservation of Wild Canids índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

Compartir


Mastozoología neotropical

versión impresa ISSN 0327-9383versión On-line ISSN 1666-0536

Mastozool. neotrop. v.12 n.1 Mendoza ene./jun. 2005

 

A desert calling: Life in a forbidding landscape
Mares, Michael A. 2002. Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, xv + 318 pp.

Michael Mares debe ser el mastozoólogo norteamericano contemporáneo más influyente en Sudamérica. El volumen de su producción científica es prodigioso y las huellas que sus actividades dejaron en Argentina y Brasil son profundas y duraderas. Sus contribuciones abarcan la taxonomía, filogenia, fisiología, ecología, evolución y conducta de mamíferos. Contrario al caso de Atila el Huno, quien por donde pasaba no dejaba crecer más la hierba, Mike, por donde ha pasado ha descubierto nuevas formas de vida. Y ha enseñado a discípulos a complementar y continuar su particular visión de cómo se hace mastozoología. Particular, en el sentido del enorme peso que le da a la historia natural, a la expedición de colecta, a la preparación correcta de especímenes y saber identificar o describir los taxones encontrados. Particular, en su sentido del equilibrio entre teoría y práctica. Particular en su defensa de las colectas científicas y del papel de los museos como repositorios de la riqueza de la biodiversidad. Y muy particular en su defensa de los biomas áridos y semiáridos del continente, que el propio Mike ha mostrado contienen mayor diversidad mastozoológica que los bosques tropicales.
     Por todo lo anterior, no deja de intrigar el testimonio escrito de este mastozoólogo de desiertos. ¿Qué lo llevó a seguir el camino que eligió?, ¿qué personas lo influenciaron?, ¿qué hábitats lo atrajeron?, ¿qué animales lo fascinaron? El origen y desarrollo de las vocaciones y el papel de los científicos como modelo es un tema poco tratado en general. Los científicos están bien entrenados para escribir informes a publicarse en revistas de la especialidad, pero poco preparados para compartir sus experiencias vitales. Afortunadamente, Mike ha sido capaz de entregarnos un testimonio honesto de lo que lo ha motivado y lo que lo mueve. Su libro, que tal vez podría traducirse libremente como "El llamado del desierto: vida en una tierra prohibida", es una joya autobiográfica. Su lectura me recordó un testimonio similar de George Simpson ("Splendid isolation"), en el sentido de ser inspirador, instructivo, formativo y, a la vez, entretenido.
     Mike nos pasea por desiertos en cuatro regiones: Norteamérica, Sudamérica, Nor África y Medio Oriente y nos introduce el objeto de sus intereses y fascinación: la fauna de mamíferos asociada a dichos lugares. También relata cómo un joven que comenzó a trabajar en los desiertos norteamericanos, revestido de los conceptos ecológico teóricos de la década de los 60 y 70, partió al desierto argentino, El Monte, en búsqueda del santo grial representado entonces por los estudios de convergencia ecológica entre faunas filogenéticamente no relacionadas. ¡Qué chocante fue su recepción en Argentina luego de haber trabajado en los desiertos riquísimos en especies y familias de su experiencia anterior! Al principio no capturaba nada, y cuando se hizo más diestro, igual encontró una paupérrima representación tanto en diversidad como en abundancia. Para colmo de males, sus teorías norteamericanas sobre la organización de gremios morfo-funcionales no se vieron correspondidas con sus observaciones en Argentina. Nunca encontró sus ratones bípedos y granívoros, y cuando los "encontró" descubrió que habían desparecido hacía un millón de años, y que eran marsupiales y no roedores. Lo que sí encontró fue a un par de jóvenes argentinos que lo acompañaron en muchas expediciones y participaron de sus descubrimientos de nuevas especies y de nuevos hallazgos en biogeografía y ecología: Ricardo Ojeda y Rubén Barquez. Con ellos documentó la riqueza mastozoológica de varias provincias argentinas (Catamarca, Chaco, Jujuy, Salta, Tucumán) y dejo allí el legado de cómo se hace buena biología de campo. Una tradición que sigue fuerte en ese país.
     Continuando sus investigaciones en los desiertos de Irán, descubrió que la convergencia faunística era más complicada que lo que se había pensado. No había una correspondencia estricta entre forma y función; la morfología no predecía la ecología. Elaboró así su idea de la alternancia de nicho ("niche switch") y la volvió a comprobar en el desierto norafricano, junto a Duane Schlitter, donde los jerbos son bípedos pero no consumen semillas y los roedores granívoros cavan bajo el suelo y con una morfología similar a los tuco-tucos.
     De vuelta en Sudamérica, Mike extiende su interés a las enormes extensiones áridas y semiáridas de Brasil, especialmente la Caatinga y el Cerrado, esta vez acompañado por tres estudiantes: Thomas Lacher, Karl Streilein y Michael Willig. Casi en proporciones bíblicas, en lo referente al conocimiento de la mastofauna de estos biomas, se reconocen dos etapas muy diferentes: AM y DM (Antes y Después de Mike). AM, no se sabía qué especies estaban presentes, qué habitats usaban, cuál era su abundancia, ecología y conducta. DM, existe una riqueza enorme de información que actualmente permite hacer estudios con buena base y preguntas más sofisticadas en los campos biogeográficos, ecológicos, etológicos, evolutivos, filogenéticos.
     A principios de los 90, Mike vuelve a los desiertos argentinos. Sus predicciones, basadas en el sustancial conocimiento ya adquirido, le hacían esperar encontrar un roedor no descrito habitando los salares y consumiendo vegetación halofítica. Tras muchos avatares, otra vez acompañado de Rubén Barquez, pero ahora también por Janet Braun y Mónica Díaz, llega a descubrir no sólo una especie nueva sino dos; no sólo especies, sino géneros nuevos (Pipanacoctomys y Salinoctomys). Tal vez en la mastozoología argentina también es posible reconocer el clivaje entre AM y DM, pero prefiero no entrar a pontificar sobre esto.
     Todo lo anterior, y más, viene matizado con experiencias, anécdotas y reflexiones, no sólo sobre la ecología y evolución de distintas mastofaunas en sus contextos biogeográficos, sino sobre ser un biólogo de campo, trabajar en distintos países y enfrentar distintas culturas, vivir bajos distintos regímenes políticos. Sólo un extranjero puede caracterizar tan claramente los elementos clave de una cultura nacional, precisamente porque no está embotado por ella. Y pocos extranjeros pueden decir que sus hijos nacieron en un país que no es el suyo de origen, agregándole el cariño por esa segunda patria. Las experiencias de Mike incluyen todo esto y a lo largo de tres décadas, que han visto cambiar sociedades humanas, intereses científicos y métodos de pesquisa. Solo Mike permanece inmutable en su fascinación por la ecología de los desiertos y de sus habitantes, y la transmite a quien quiera leerlo en este magnífico testimonio que me ha tocado comentar.
     El libro está escrito en un inglés directo y efectivo, por lo que debiera entregar su mensaje sin mayor atenuación al lector bien educado cuya lengua nativa no es el inglés. Ojalá algún día se traduzca, para hacer partícipes a la sociedad ampliada lo que significa ser biólogo de campo y para entregar luces sobre cómo se crean y se desarrollan las vocaciones en esta ocupación maravillosa. Gracias Mike por entregarnos este hermoso libro y por compartir tu sabiduría.

Fabián Jaksic

Centro de Estudios Avanzados en Ecología y Biodiversidad, Pontificia Universidad Católica de Chile,
Alameda 340, Santiago, Chile.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons