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Mastozoología neotropical

versión impresa ISSN 0327-9383versión On-line ISSN 1666-0536

Mastozool. neotrop. v.14 n.1 Mendoza ene./jun. 2007

 

Estado actual de la Mastozoología en Chile

   Los mamíferos de Chile están representados por 9 órdenes y 150 especies, siendo el orden Rodentia el que presenta la mayor diversidad de formas con 62 especies, mientras que Cetácea con 39 es el orden que le sigue. Si comparamos la diversidad de mamíferos terrestres de Chile con aquella de nuestros vecinos, Argentina, Bolivia o Perú, veremos que en algunos casos la nuestra representa aproximadamente un tercio de la diversidad presente en Perú (460 especies) y la mitad de la que ocurre en Bolivia (356 especies). Esto es interesante puesto que si se compara la superficie terrestre de Bolivia o Perú por ejemplo, ésta no alcanza a tener el doble de la superficie (y extensión de costa en el caso de Perú) si se compara con Chile. Sin dudas, la condición de aislamiento geográfico (Cordillera de los Andes, Desierto de Atacama, Campos de Hielo Sur y Océano Pacífico), así como la menor superficie terrestre comparada con los países limítrofes, deben estar entre los factores que explicarían tan baja representación de especies en Chile. Sin embargo, los mamíferos marinos exhiben una importante diversidad en los 6435 kilómetros de costa, en la cual encontramos 30 especies y seis familias de Cetácea.
   Los ordenes de mamíferos que no ocurren en Chile, pero sí en el resto del Geotrópico, corresponden a Insectívora, Perissodactyla, Lagomorfa y Primates. Sin embargo, el registro fósil indica que en el pasado (Mioceno Superior, ver Flynn et al., 1995) estos últimos sí estaban representados, a juzgar por los hallazgos de las Termas del Flaco en la precordillera andina de la región de O'Higgins (VI región). No obstante la ausencia de éstos, existen otros grupos de mamíferos como los marsupiales, que sí están representados y en toda su diversidad, al menos a nivel ordinal, aunque con muy pocas especies: Didelphimorphia (Thylamys elegans y T. pallidior), Microbiotheria (Dromiciops gliroides) y Paucituberculata (Rhyncholestes raphanurus). Microbiotheria es un orden monotípico y Dromiciops se distribuye en buena parte de los bosques temperados del sur de Chile y áreas adyacentes de Argentina, al igual que Rhyncholestes raphanurus . Respecto de formas endémicas,éstas corresponden a cinco roedores sigmodontinos (ej., Phyllotis darwini), siete roedores caviomorfos (ej., Spalacopus cyanus) y un carnívoro (Lycalopex fulvipes). Entre los mamíferos marinos se debe mencionar a un delfín (Cephalorhynchus eutropia), y un lobo marino (Arctocephalus philippii).
   La historia de la mastozoología en Chile se remonta al aporte pionero del Abate Juan Ignacio Molina (1737-1839), sacerdote jesuita quien en 1782 publicó un extenso trabajo sobre la flora y fauna de Chile, "Saggio sulla storia naturale del Chili". En dicha publicación Molina reconoció 36 especies de mamíferos, de las cuales describió 25, y dio nuevos nombres a 23. Entre 1820 y 1842, y a petición del gobierno chileno, se le encarga al naturalista francés Claudio Gay un extenso estudio sobre la zoología, botánica, topografía e historia de Chile, la cual fue publicada más tarde en París como "Historia física y política de Chile". Claudio Gay fue el fundador del Museo Nacional de Historia Natural de Santiago. Luego, vino el aporte de Charles Darwin, quien pasó buena parte de su tiempo en Chile cuando realizó el viaje en el Beagle entre 1831 y 1836. Darwin recolectó varias especies de mamíferos descubriendo al menos 10. Los especímenes fueron llevados a la Zoological Society of London y fueron descritos por George R. Waterhouse en trabajos que fueron publicados en el Proceedings of the Zoological Society. Dichos especímenes están hoy depositados en el British Museum. Más tarde, entre 1840 y 1846, una interesante colección de aves y mamíferos de Chile fueron enviados al Bristish Museum por Thomas Bridges. Tales especímenes fueron igualmente descritos por Waterhouse e incluyeron taxa tales como los roedores caviomorfos Aconaemys fuscus , Octodon bridgesi , y el sigmodontino semi-fosorial Chelemys megalonyx . Luego, y desde mediados del siglo XIX y hacia comienzos del siglo XX, la labor de otro historiador natural extranjero, Rodolfo Amando Philippi, es destacable en la historia de la mastozoología de Chile. Philippi describió un buen número de especies de mamíferos hasta ahora reconocibles, y por más de 40 años se dedicó a publicar trabajos sobre mamíferos. De hecho, en 1900 publicó el libro "Figuras y descripciones de los muroideos de Chile". En este libro, Philippi describe y representa 63 especies de roedores chilenos. Ya entrado el siglo XX, otros aportes al conocimiento de la mastofauna de Chile siguen en manos de extranjeros. Esta vez se trata de un residente inglés avecindado en Chile, John A. Wolffsohn, quien envía especímenes de mamíferos al British Museum y que finalmente son descritos por Oldfield Thomas. Wolffsohn publica sus hallazgos en la Revista Chilena de Historia Natural. Luego, entre 1922 y 1924, una expedición del Field Museum of Natural History a cargo de Wilfred H. Osgood, Colin C. Sanborn y Boardman Conover recorren la región centro-sur de Chile recolectando mamíferos. Sin embargo, esta expedición que comprende solamente mamíferos terrestres no cubre todo el territorio, por lo que Osgood y Sanborn inician una segunda campaña entre 1939 y 1940, pero esta vez incluyendo muestreos en la Patagonia de Chile, en los alrededores de la ciudad de Punta Arenas. Entre las expediciones de 1922 y 1939 se recolectan aproximadamente 2000 especímenes de mamíferos que hasta hoy permanecen depositados en el Field Museum. En 1943, y gracias al apoyo de este último museo, Osgood publica ¨ The mammals of Chile", un clásico de la literatura mastozoológica chilena de mediados del siglo XX, que incluye, eso sí, sólo mamíferos terrestres. En este texto se incluyen 68 especies nativas de mamíferos terrestres. Mucho más tarde, hacia fines de la década del 70, específicamente en 1978, la revista Gayana de la Universidad de Concepción, Chile, publica "Los Pequeños Mamíferos de Chile", de Guillermo Mann que incluye siete ordenes de mamíferos (tres de ellos marsupiales) Didelphimorphia, Paucituberculata, Microbiotheria, Chiroptera, Edentata y Rodentia, excluyendo Cetacea, Carnivora y Artiodactyla. Sin embargo, este trabajo si bien fue publicado en 1978, fue concluido por Mann en 1957 (14 años después del libro de Osgood). El texto publicado en 1978 contiene comentarios sistemáticos de Roberto Donoso-Barros e incluye subespecies. Posteriormente, en el año 2000, Muñoz-Pedreros y Yañez editan un nuevo libro de Mamíferos de Chile, el cual incluye a todos los mamíferos representados en Chile, es decir se incorporan carnívoros, artiodáctilos y los cetáceos. Además agregan especies introducidas de Lagomorpha y Perisodactyla. De este modo, hacia 1995, Muñoz-Pedreros y Yañez reportan 150 especies nativas y 16 introducidas para Chile. Otras contribuciones más recientes a la mastozoología de Chile es la publicación "Guía de Reconocimiento de Mamíferos" publicada por Hugo Campos en 1996. Al momento de escribir este editorial se anuncia el lanzamiento de un libro acerca de los "Murciélagos de Chile" a cargo de José Luis Galaz y José Yañez. Esto último no deja de ser interesante puesto que este grupo taxonómico es el más diverso en número de especies entre los mamíferos, después de los roedores. Sin embargo es uno de los órdenes menos representados en Chile, con sólo 11 especies.
   Respecto de las colecciones sistemáticas de mamíferos en Chile y considerando el número de especímenes almacenados se debe destacar sin dudas la del Museo Nacional de Historia Natural de Santiago la cual incluye 1633 especímenes y 18 holotipos; la del Museo de Zoología de la Universidad de Concepción con 1100 especímenes, ambas con especies representativas de Chile. Otras colecciones nacionales están restringidas a determinados grupos taxonómicos tales como la del Instituto de Ecología y Evolución de la Universidad Austral de Chile, que alberga principalmente roedores y marsupiales de Chile centro-sur con aproximadamente 5940 especímenes; la del Museo de Historia Natural de Valparaíso con 1270 especímenes, en la cual están depositados principalmente roedores y lagomorfos (nótese que este último orden ocurre artificialmente en Chile). El Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes almacena aproximadamente 1259 especímenes, principalmente roedores de la Patagonia. Asimismo , la Colección de Flora y Fauna Profesor Patricio Sánchez Reyes de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile alberga 2.000 especímenes de pequeños mamíferos, principalmente roedores. Asociada a esta última colección se debe destacar la Colección de Tejidos Congelados de micromamíferos que actualmente incluye aproximadamente 6500 especímenes mantenidos a -80º C.
   Las actuales líneas de investigación que incluyen el estudio de mamíferos es bastante limitada y como es de suponer circunscrita a las universidades más tradicionales del país. Por ejemplo, estudios en mamíferos que comprendan el área de sistemática molecular y evolución se realizan en unas pocas universidades y restringidos a muy pocos investigadores. Se debe mencionar aquí el aporte de investigadores de la Universidad Austral de Chile, Universidad de Concepción, Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile (universidades del área centro sur de Chile). A pesar del profuso desarrollo de estudios filogenético-moleculares así como filogeográficos, los mismos están aún escasamente representados, aunque en los últimos cinco años han comenzado a desarrollarse, principalmente en el área de la filogeografía. En ecología diversas líneas de investigación son destacables, tales como ecología de poblaciones, ecología de comunidades, ecofisiología y conducta, siempre en las universidades arriba mencionadas, aunque al área de ecofisiología y de ecología de poblaciones se agrega la Universidad de La Serena. El área de conservación de mamíferos es una de las más pobremente representadas en Chile, actualmente circunscrita a un investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Así como la conservación de mamíferos, el área de la Paleontología es otra de las poco representadas en el país. Uno de los últimos aportes al estado del conocimiento es la lista comentada sobre mamíferos fósiles de Chile de Daniel Frassinetti del Museo de Historia Natural (publicada en 1982 como una publicación ocasional del Museo). Llama la atención el escaso desarrollo de esta área en Chile, teniendo en cuenta que hemos tenido por un buen tiempo el trabajo in situ de paleontólogos tales como Larry Marshall y John Flynn. Se debe destacar, eso sí, el trabajo acerca de los efectos climáticos del Pleistoceno en los patrones de distribución geográfica de la biota de Chile norte-centro y en particular de mamíferos (Moreno et al., 1994), así como los trabajos en mamíferos fósiles de sitios arqueológicos del Pleistoceno en Tierra del Fuego (Latorre, 1998).
   Con relación a estudios de largo plazo en mamíferos se debe resaltar -durante los últimos 10 años- a aquellos que comprenden la historia biogeográfica de mamíferos, de la Puna y Desierto de Atacama, de la región Mediterránea de Chile, y de los Bosques Temperados del sur de Chile. Dichos proyectos han abarcado principalmente estudios en el área de ecología de poblaciones, de comunidades y de ecofisiología de mamíferos. Del mismo modo debemos destacar el aporte que científicos extranjeros , a través de estudios ecológicos de largo plazo, han desarrollado en la región Mediterránea de Chile y el bosque relicto del Parque Nacional Fray Jorge, en la región de Coquimbo (e.j., investigadores Peter L. Meserve y Douglas A. Kelt). Otro de los aportes a largo plazo y que involucra directamente a micromamíferos, principalmente roedores, es el actual proyecto multidisciplinario sobre virus Hanta. Dicho proyecto (2000-2010) ha permitido desarrollar una importante base de datos tanto desde un punto de vista ecológico como de la sistemática y filogeografía.
   Respecto del financiamiento a proyectos de investigación en el área de mastozoología en Chile, vemos que en general son pocos los proyectos que anualmente son aprobados por el Fondo Nacional de Ciencias (FONDECYT), principal programa de apoyo a la ciencia en Chile. Una revisión de los proyectos financiados por FONDECYT en los últimos cinco años, que involucran a mamíferos como grupo taxonómico de estudio, dan cuenta de un total de 18 proyectos aprobados en las áreas de Genética y Evolución, Zoología y Ecología y Ciencias Ambientales. Como vemos, entre 3 y 4 proyectos que involucran mamíferos son aprobados anualmente, y se reparten de forma más o menos equitativa en las áreas de Evolución y Ecología. El mismo ejercicio realizado respecto de las publicaciones a cargo de investigadores nacionales (en algunos casos en colaboración con investigadores extranjeros) en revistas ISI en los últimos cinco años (2001-2005), y que involucra el estudio de mamíferos representados en Chile (nótese que para efectos de este editorial se utilizaron las palabras clave "mammals" y "Chile") muestra un total de 105 publicaciones desglosadas entre esos años en 14, 19, 20, 21 y 31, respectivamente.
   Tal como ya se mencionaba, es evidente que falta aún bastante por hacer respecto del conocimiento de la diversidad de mamíferos en Chile. Uno de los aspectos que debe llamar la atención es que históricamente gran parte de las expediciones científicas en nuestro país han sido realizadas por extranjeros, y buena parte de las colecciones -si no todas- han sido depositadas en museos de los respectivos países, incluyendo varios holotipos (esto debe de haber sido sin dudas una situación generalizada en Latinoamérica). Hoy, si bien continúa el trabajo de los extranjeros, éstos, en la mayoría de los casos, son colaborativos con contrapartes chilenas, y la mitad de lo colectado queda depositado en Chile. Tal es el caso del ya citado problema de los estudios paleontólogicos, en los cuales llama la atención el aporte de investigadores extranjeros, los que al parecer han dejado escasas huellas en nuestro país, puesto que sus contribuciones fueron ya realizadas alrededor de una década atrás. Otras áreas tales como la filogeografía (vital para entender diversidad genética asociada a historias biogeográficas y patrones de distribución geográfica) están aún representadas de manera incipiente en Chile. Aquí se debe destacar que poco o nada se ha hecho en relación a estudios que consideren la dinámica del Pleistoceno (las zonas patagónica y sur de Chile fueron al menos tres veces glaciadas en los últimos 100 000 años) y los efectos que la formación de refugios y desplazamientos de biota, incluidos mamíferos, generaron en la biodiversidad chilena. Contrastan con lo anterior los estudios en ecología de largo plazo que han involucrado preferentemente la zona centro-sur de Chile, y el altiplano (área esta última donde se encuentra la mayor diversidad de mamíferos, principalmente pequeños mamíferos). Otros tópicos poco desarrollados dicen relación con los mamíferos marinos, particularmente los cetáceos, grupo que después de los roedores es el más notoriamente representado en Chile. No se conoce hasta ahora algún estudio que involucre la diversidad genética o de filogeografía de los mismos. Tal vez, la dificultad de obtención de muestras, así como la carencia de investigadores en estas áreas, sea el resultado de este desbalance. Pero, se debe hacer notar que las herramientas sistemático-moleculares son transversales en términos de su operatividad, sobre todo cuando se trata del mismo grupo taxonómico, en este caso mamíferos. Sin dudas, abogamos por más interesados en el estudio de la mastozoología en Chile, a pesar de que las cifras parecen indicar que el número de publicaciones tiende a elevarse. Los mismos servirán de base para tener propuestas concretas y sobre una base más sólida de planes de conservación, educación y proposición de zonas de protección que incluyan nuestra mastofauna.

R. Eduardo Palma

Departamento de Ecología y Centro de Estudios Avanzados en Ecología y Biodiversidad
Facultad de Ciencias Biológicas
Pontificia Universidad Católica de Chile
Alameda 340, Santiago 6513677, Chile
<epalma@bio.puc.cl>

Nota. Deseo agradecer los comentarios y ayuda de búsqueda bibliográfica de Enrique Rodríguez S. y Sebastián Belmar L.

LITERATURA CITADA

FLYNN JJ, AR WYSS, R CHARRIER y CC SWISHER. 1995. An Early Miocene anthropoid skull from the Chilean Andes. Nature 373:603-607.

LATORRE C. 1998. Paleontología de mamíferos del alero Tres Arroyos I, Tierra del Fuego, XII Región. Anales del Instituto de la Patagonia , serie Ciencias Naturales 26:77-90.

MANN G. 1978. Los pequeños mamíferos de Chile. Gayana, Zoología 40:1-342.

MORENO PI, C VILLAGRAN , PA MARQUET y LG MARSHALL . 1994. Quaternary paleobiogeography of northern and central Chile . Revista Chilena de Historia Natural 67:487-502

MUÑOZ-PEDREROS A y J YAÑEZ. 2000. Mamíferos de Chile. Cea Ediciones, Valdivia , Chile .

OSGOOD WH. 1943. The mammals of Chile . Field Museum of Natural History, Zoological Series, Chicago , USA .

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