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Mastozoología neotropical

versión impresa ISSN 0327-9383versión On-line ISSN 1666-0536

Mastozool. neotrop. v.16 n.1 Mendoza ene./jun. 2009

 

REVISIÓN DE LIBROS

Mammals of South America. Volume 1. Marsupials, Xenarthrans, Shrews, and Bats
Alfred L. Gardner (ed.). 2007. University of Chicago Press. xx + 669 pp.

David A. Flores1, Agustín M. Abba2 y Rubén M. Barquez3,4

1Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia. Buenos Aires, Argentina
2División Zoología Vertebrados, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP. abbaam@yahoo.com.ar
3PIDBA (Programa de Investigaciones de Biodiversidad Argentina)
4PCMA (Programa de Conservación de los Murciélagos de Argentina)

    Esta obra propone una visión muy fresca de la sistemática y distribución de las especies reconocidas de marsupiales, xenartros, musarañas y murciélagos, incluidos en este primer volumen.
    El libro presenta una introducción general breve donde se destacan algunas contribuciones publicadas a lo largo de la historia sobre mamíferos de Sudamérica, y se explica el diseño de la obra. Se agrega un mapa de países, que no incluye a las provincias o departamentos citados para las distribuciones, lo que sería de gran utilidad para el lector. Al estar este libro enfocado básicamente en la sistemática y distribución, hubiera sido útil agregar unas líneas destinadas a indicar los ambientes que habitan las especies, y un mapa simple de regiones fitogeográficas.
    Han participado 37 especialistas, y merece destacarse de manera especial la presencia autoral de varios prestigiosos colegas ya fallecidos, quienes evidentemente han dejado sus opiniones selladas en los encargados de escribir su parte de la obra. También llama marcadamente la atención la ausencia de colaboradores sudamericanos, con la excepción de unos muy pocos de Brasil.
    Cada capítulo está estructurado de manera que se presentan breves descripciones y definiciones a cada nivel taxonómico, y se ofrecen claves que sin duda serán muy útiles a la hora de trabajar en la identificación de ejemplares. En las claves se mezclan caracteres externos y craneales, de modo que probablemente sean de mayor utilidad para la tarea de identificar ejemplares en museos.
    Para cada especie se indica el nombre común en inglés, pero están ausentes los nombres comunes originales de las especies provenientes de países de origen. Esto es entendible ya que listar los nombres comunes es un trabajo complicado y difícil de unificar debido a las diferencias de nomenclatura vulgar para la misma especie en cada país y sus regiones. Pero no por esto deja de ser deseable la inclusión de al menos un nombre vulgar, quizás promediado, en las lenguas originales de la región de distribución.
    En todos los casos se ofrece un magnífico tratamiento, completo y detallado, de la sinonimia.
    Luego se agrega la distribución general de la especie y a continuación la lista de localidades marginales, ordenadas en el texto de una forma que resulta confusa y crea inconvenientes para determinar con certeza a cuál localidad pertenece cada punto, especialmente cuando se trata de un mapa que contiene muchos puntos marginales de distribución. Estas localidades están ubicadas en mapas muy buenos en los cuales se han añadido sombras que pretenden indicar la distribución potencial de cada especie; estas sombras son sin embargo teóricas y no es adecuado tomarlas como certeras ya que abarcan inclusivamente a ambientes que la especie en cuestión podría no ocupar.
    Aunque con una revisión relativamente completa de material proveniente de diversos museos y colecciones, los registros se apoyan principalmente en citas bibliográficas, en muchos casos muy recientes, lo que promete una concepción bastante completa de la situación taxonómica de la mastofauna sudamericana.
    Para algunas especies se ofrecen, además, comentarios y observaciones taxonómicas, sobre historia natural, o de otra índole, que aportan valiosa información. El libro contiene un apéndice final, en el cual se han ordenado las localidades de manera alfabética, por país, divisiones políticas, y finalmente por localidad puntual.
    Las siguientes secciones de este comentario de libro han sido elaboradas por los Dres. Agustín M. Abba, David A. Flores y Rubén M. Barquez, invitados por la editorial de Mastozoología Neotropical.

Didelphimorphia, Microbiotheria y Paucituberculata (pp. 1-127). La lista de autores que desarrollaron el grupo cuenta con nombres idóneos, representando en algunos casos una autoridad en la taxonomía de los marsupiales vivientes del Neotrópico.
    La estructuración jerárquica a partir de la "Clase Mammalia" hasta el nivel de subespecie, demuestra lo taxonómicamente completo y abarcativo de la obra. Se incluyen en primer término claves identificatorias para los tres órdenes mencionados, basadas principalmente en caracteres dentarios y algunos osteológicos de fácil examinación e interpretación. Cada uno de los órdenes incluidos consta de una definición precisa de sus características morfológicas (internas y externas), composición sistemática, registro fósil y distribución. Asimismo, dentro de Didelphimorphia (para su única familia viviente Didelphidae) y Paucituberculata (para su única familia viviente Caenolestidae), se brinda una clave de identificación de las diferentes categorías taxonómicas reconocidas hasta el presente (subfamilias, tribus y géneros para Didelphidae). Estas claves se basan también en caracteres osteológicos y externos, claramente expuestos, que permiten al lector su utilización sin mayores inconvenientes, en vista de que se utilizan caracteres sumamente conspicuos, a pesar de que muchos grupos (principalmente mouse opossums) pueden llegar a ser de confusa definición. Para cada género politípico se ofrecen claves de identificación hasta nivel de especie, recurriendo en la mayor parte de los casos, a caracteres de coloración externa, morfometría y distribución.
    La división de los Didelphinae en las Tribus Didelphini (comadrejas grandes), Metachirini (monotípica, incluyendo solamente a Metachirus) y Monodelphini (compuesta por los mouse opossums) parece coherente en un marco filogenético, ya que se respeta la monofilia de estos grupos a la luz de las hipótesis cladísticas mas recientes. Al incluir en la Tribu Monodelphini a Monodelphis y el resto de los mouse opossums, se previene del reconocimiento de los "Marmosini" como grupo natural, hermano de Monodelphini (sensu Goin [1995]). Si bien no existe hasta el momento un reordenamiento taxonómico que considere la particular posición filogenética de Hyladelphys, su inclusión en la Tribu Monodelphini (o anidado con el resto de los mouse opossums), resulta poco probable debido a su posición intermedia entre Caluromyinae y Didelphinae, aun considerando una diversidad de evidencia de diferente naturaleza (ver Jansa y Voss, 2005). En este sentido, lo taxonomicamente más acertado sería la creación de una nueva subfamilia, hasta el momento monotípica.
    Se reconocen para Sudamérica 91 especies de didelfidos, 8 más que las reconocidas por Gardner (2005) en la última edición del Mammals Species of the World (MSW). En la presente actualización se incluyeron varios taxa de reciente nominación, ya sea por descripción como nuevos taxa o reconocidos por revalidación (i.e. Philander mondolfii, P. deltae, Chacodelphys formosa, Cryptonanus chacoensis, C. guahybae, C. unduaviensis, Monodelphis ronaldi, M. reigi, Marmosops creightoni, M. ocellatus), además del reconocimiento del genero Cryptonanus que incluye a varias especies anteriormente asignadas a Gracilinanus (ver Voss et al., 2005). Cada especie tratada incluye, aparte de las discusiones taxonómicas o nomenclatoriales que representan el principal aporte, datos precisos y resumidos sobre su historia natural y distribución. Por una cuestión de tiempos, algunas especies de reciente descripción, como Monodelphis handleyi (Solari, 2007) o Philander olrogi (Flores et al., 2008) no pudieron ser incluidas en la obra.
    Aparte de estos rasgos más obvios, el elenco faunístico que se presenta muestra importantes variaciones respecto de la última edición del MSW. Por ejemplo, Marmosops dorothea (Thomas, 1911), la cual es reconocida por Gardner (2005), quien sigue a una serie de autores que reconocen a las poblaciones del NE de Bolivia como especie plena y endémica de ese país (e.g. Anderson, 1997; Salazar-Bravo et al., 2003), es aquí tratada en sinonimia con M. noctivagus, ampliamente distribuida en la región amazónica de Ecuador, Perú, Bolivia y parte occidental de Brasil. Micoureus alstoni, ampliamente distribuida en Centroamérica (desde Panamá hasta Bélice), es incluida en esta obra en la fauna sudamericana en el noroeste de Colombia, en base a un registro de Cuartas y Muñoz (2003), a pesar de que el ejemplar "voucher" no fue examinado y su identificación definitiva necesita aun ser confirmada. Siguiendo el mismo criterio de Gardner (2005), quien no incluye el taxón en Sudamérica, y parcialmente el criterio de Hershkovitz (1992), la serie proveniente de Colombia referida por Tate (1933) como alstoni es aquí referida a Micoureus demerarae. Sin embargo, los registros colombianos de Tate (1933) asignados a alstoni (depositados en el Museo de Historia Natural de Londres), fueron repartidos por Hershkovitz (1992) entre alstoni y demerarae (ver Brown, 2004). Aparentemente, a pesar de las fuertes similitudes fenotípicas entre M. alstoni y M. demerarae, ambas corresponderían a taxones diferenciados, aunque es altamente necesaria la reexaminación de los ejemplares de Colombia, y la adquisición de nuevos especímenes sudamericanos a ser contrastados con las poblaciones centroamericanas.
    Aunque cada género fue tratado por diferentes autores, se mantiene una homogeneidad en la cantidad de información y el modo de exposición. Cada género esta bien definido, con caracteres osteológicos y externos conspicuos y comparaciones importantes para la diferenciación de grupos afines. Si bien muchas especies tratadas merecen aún una revisión taxonómica más profunda (e.g. Metachirus nudicaudatus o Caluromys lanatus), la aproximación tentativa de la composición subespecífica de estos grupos parece coherente. Sin embargo, existen algunas actualizaciones en la taxonomía y composición subespecífica reconocida por Gardner (2005) en la última edición del MSW. Por ejemplo, en la composición subespecífica del ampliamente distribuido Chironectes minimus, se reconoce el nombre paraguensis Kerr, 1792, válido para las poblaciones más australes del Neotrópico, que ocupan el sudeste de Brasil, este de Paraguay, norte de Uruguay y noreste de Argentina, en lugar de langsdorfii Boitard, 1845 referido por Marshall (1978) para estas poblaciones, ya que el nombre de Kerr es cronológicamente anterior. Aunque se sigue el criterio de Marshall (1978), en considerar solamente una subespecie de Lutreolina crassicaudata para la parte sur de Sudamérica (L. c. crassicaudata), no se manifiestan las diferencias entre especímenes provenientes de la región pampeana y de la zona selvática del norte de Argentina, Bolivia y sur de Brasil (Flores et al., 2007). En este sentido, y teniendo en cuenta las divergencias morfométricas de ambas formas (Graipel et al., 1996), es altamente probable la presencia de al menos dos subespecies en esta parte del continente (L. c. crassicaudata y L. c. paranalis). Si bien Voss et al. (2005) usan por primera vez el nombre Cryptonanus guahybae para la población de Rio Grande do Sul asignada como subespecie de Gracilinanus microtarsus por Gardner (2005), la distribución de esta última no incluye el noreste de Argentina (mapa 19, p. 49), a pesar de haber sido fehacientemente incluida por Teta et al. (2007) en la Provincia de Misiones. Por último, las poblaciones de Micoureus paraguayanus provenientes del sudeste de Brasil son referidas a travossi Miranda Riveiro 1936 por Gardner (2005), quien sigue el criterio de Patton y Costa (2003) pero reconociendo que el nombre más apropiado podría ser paraguayanus Tate, 1931, criterio que se sigue en esta obra, ya que Micoureus paraguayanus es en este caso referida como monotípica (p. 80).
    En suma, se trata de una completa actualización de la fauna marsupial sudamericana, sin duda una cita infaltable en futuros trabajos referidos a taxonomía, distribución e historia natural del grupo. Si bien pueden aún existir dudas acerca de la composición subespecífica o distribucional de algunos taxa, las mismas están principalmente fundadas en los vacíos actuales de conocimiento que todavía pesan en muchos marsupiales sudamericanos, los que fueron cubiertos en mayor parte con el criterio volcado por cada uno de los autores.

David A. Flores1

Xenarthra: Cingulata y Pilosa (Pp. 127-177). Los xenartros son uno de los cuatro mayores clados de mamíferos placentarios, y presumiblemente el único grupo de mamíferos originario de América de Sur (ver Delsuc et al., 2002 y 2008). En la actualidad, es un grupo Neotropical y sólo una especie (D. novemcinctus) ingresa de modo secundario en el hemisferio norte. A pesar de su escasa diversidad actual (31 especies), estas características diferencian y destacan al grupo como un componente muy importante de la fauna de América del Sur.
    El tratamiento de este grupo comprende 50 páginas en las cuales se desarrollan de manera precisa, aunque a veces irregular, diversas cuestiones referidas a la información existente de los xenartros actuales. En primer término se incluyen claves identificatorias para los órdenes Cingulata y Pilosa y para las familias Dasypodidae, Bradypodidae, Cyclopedidae, Megalonychidae y Myrmecophagidae; luego se trata por separado a ambos órdenes y se presentan claves de las subfamilias, tribus, géneros y especies. Todas las claves son modificaciones de trabajos previos de uno de los autores de la sección (R. M. Wetzel). Para cada género se detalla su distribución, se ofrece una caracterización general, composición sistemática y una breve referencia al registro fósil. Luego se agrega una extensa y metódica lista de sinónimos y diferentes observaciones referidas, en su gran mayoría, a cuestiones de nomenclatura. Posteriormente se presenta una clave de las especies. Considerando que una labor de esta envergadura constituye un aporte invaluable para la ciencia de América del Sur, a continuación se plantean aspectos destacables y otros que podrían ser mejorados. Se pueden resumir los aspectos destacables en los puntos siguientes: 1) se compila prácticamente a las mayores, básicas y clásicas obras relacionadas a los xenartros (de J. Yepes, A. Cabrera, R. M. Wetzel, K. H. Redford, entre otros); 2) los mapas de distribución tienen las localidades puntuales y están asociadas a una lista de localidades para obtener la ubicación geográfica precisa; 3) aunque ya existían claves publicadas por Wetzel (1982 y 1985), es de gran utilidad que se hayan vuelto a editar y actualizar en este libro, ya que dichos trabajos no están disponibles en librerías y casi no se consiguen en las bibliotecas; lamentablemente, las claves no se asociaron a fotografías y/o dibujos; 4) se presenta una exhaustiva revisión de sinónimos y una profunda elucidación de la nomenclatura; 5) se cita el material con número de colección y/o referencia bibliográfica; 6) tratan a todas las especies actuales de xenartros excepto a Bradypus pigmaeus, ya que se distribuye fuera de América del Sur, sin embargo es nombrado y se lo incluye en la clave del género; 7) se nombran todas las subespecies y datos específicos de cada una de ellas.
    Por su parte los aspectos que podrían ser mejorados son los siguientes: 1) las citas son en su gran mayoría antiguas, en contadas ocasiones los trabajos tienen menos de 10 años; 2) la sección de historia natural contiene un sesgo muy marcado para trabajos antiguos y se omiten valiosos aportes de especialistas sudamericanos, por ejemplo, no se tiene en cuenta el trabajo de Bolkovic et al. (1995) sobre T. matacus, los trabajos sobre perezosos de Chiarello (1998a, 1998b, 2004), y no se hace referencia a ninguna publicación de Loughry y McDonough para D. novemcinctus (ver McDonough y Loughry, 2008), especialistas que desde hace unos 15 años trabajan en ecología de esta especie ampliamente distribuida; 3) varias de las localidades presentadas son muy antiguas, dudosas o erróneas. Por ejemplo, cuando se trata a la mulita pampeana (D. hybridus) postulan su presencia en la provincia argentina de Río Negro citando a Cabrera (1958) y al trabajo de revisión de Wetzel y Mondolfi (1979); sin embargo Cabrera en su catálogo (1958:223) escribió lo siguiente: "...y los distritos subtropical y pampásicos de la República Argentina, hasta Mendoza por el Oeste y el río Negro por el Sur", haciendo referencia al río y no a la provincia. Asimismo, las localidades de Mendoza tienen más de 80 años y desde entonces no se ha vuelto a registrar la especie en esa zona y se postula como extinta (ver Roig, 1991). Otro ejemplo es el registro más al Sur de E. sexcinctus (Gral. Lavalle, provincia de Buenos Aires); este material está depositado en el MCZ de Harvard (Nº 19502) y su localidad exacta es "Argentina, Gral. LaValle, 10 miles southwest of Gral. LaValle", en ningún lugar figura la provincia, por lo cual sería especulativo proponer Buenos Aires ya que en Argentina existen varias localidades con ese nombre (en Corrientes, Formosa, Salta, etc.). Agregado a esto se han realizado infinidad de trabajos en el noreste de Buenos Aires y no se ha detectado la presencia de este taxón; los ejemplares registrados más al Sur son de la provincia de Entre Ríos (ver Abba y Vizcaíno, 2008). Por último, un ejemplo bien representativo es el registro de M. tridactyla en La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina (Gerrard, 1862 "Skull. La Plata. From M. Bravard´s Collection"). Estas irregularidades y algunas más podrían haberse salvado si los autores hubiesen sometido a una revisión crítica el capítulo por parte de especialistas sudamericanos; 4) no se incluyeron nombres vulgares en lengua local, todos figuran en inglés. Tampoco se hace referencia a la publicación de Superina y Aguiar (2006) quienes presentan prácticamente todos los nombres vulgares disponibles de todas las especies y en diversos idiomas y dialectos; 5) para algunas especies el tipo de mapa seleccionado deja afuera áreas dónde los taxones son muy abundantes; por ejemplo el este de la provincia de Buenos Aires para D. hybridus y noreste para C. villosus, y regiones del chaco argentino para T. tetradactyla, entre otros.
    A modo de corolario se puede decir, sin temor a equivocarnos, que esta obra será una referencia valiosa e indispensable para futuros trabajos, fundamentalmente taxonómicos.

Agustín M. Abba2

Chiroptera (pp. 187-484). Específicamente el Orden Chiroptera, el grupo particular que me ocupa en este comentario, domina más de la mitad del total del volumen. Como para todos los grupos tratados en el libro, los murciélagos siguen la clasificación básica de la última edición de Mammals Species of the World editada por Wilson y Reeder (2005), haciendo lugar a algunos cambios que seguramente corresponden a la idea de los autores, y que en ciertos casos resultan novedosos. Para algunos grupos se puede considerar que estamos ante revisiones "extendidas" y "actualizadas" respecto a revisiones previas, como es el caso de Molossinae tratado en parte por Judy Eger.
    Es importante mencionar que, en general, no se trata de una simple recopilación de datos, sino que se exponen las especies de acuerdo con opiniones actuales de los autores, y que en muchos casos incluye opiniones novedosas, cambios distribucionales y hasta revalidaciones de subespecies o especies, cambios de status, entre otros. Una veintena de autores participaron en el capítulo de Chiroptera. No es posible para mí acertar en cada uno de los cambios producidos sin una revisión muy exhaustiva que no solo llevaría demasiado tiempo, sino que muchas veces solo puede hacerse con el uso y a medida que se avanza en alguna investigación particular, o experiencias de campo. Sin embargo, un análisis rápido permite destacar que el nivel de cambios respecto de lo anterior puede incluir cuestiones como mantener la validez genérica, como es el caso de Cabreramops o Neoplatymops, mantenidos como válidos, opuesto a MSW donde se incluyen como subgéneros de Molossops.
    Más relacionado con la fauna de Argentina, observo diferencias sustanciales en el tratamiento de algunos grupos. Por ejemplo, se simplifica demasiado la diversidad de Histiotus. No me llama la atención este aspecto ya que en diciembre de 1986, en un intercambio de ideas mantenidas con C. Handley, primer autor de este capítulo, él me manifestó su impresión de que Histiotus laephotis no debía ser tratado como subespecie de H. macrotus, sino como subespecie de H. montanus. Esta idea de aquellos tiempos es, aparentemente, la que se prioriza en este libro y hasta explica, quizás, el tratamiento que posteriormente Sydney Anderson dio a las especies de Bolivia, muy opuesto a lo que era convencional en ese momento, y sin mediar explicaciones al respecto. Me llama la atención el no reconocimiento de Histiotus magellanicus ya que se han indicado argumentos suficientes en Barquez et al. (1999), que no dejan dudas de las diferencias entre especies, además de haber sido capturadas en simpatría, como también es el caso de H. laephotis, ambas reconocidas en Wilson y Reeder (2005). Otras diferencias se pueden observar a niveles de especies, subespecies y distribuciones, lo que no deja dudas acerca de la necesidad de revisar extensiva e intensivamente, quizás en proyectos cooperativos que incluyan a investigadores de los países del sur, los ejemplares de nuestras colecciones.
    La mayoría de las definiciones sobre el valor de las entidades sistemáticas se basan en general en escritos y colecciones que se encuentran en los museos del exterior, pero es destacable que en los últimos 20 ó 30 años, quizás más, las colecciones locales han crecido e incrementado su representatividad de tal manera que requieren ser estudiadas para resolver las incógnitas del presente. Entiendo que este libro aporta en la base de partida para ese objetivo, al cual hay que ponerle esfuerzos locales para complementar el conocimiento de una manera racional.

Rubén M. Barquez3,4

LITERATURA CITADA

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