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Mastozoología neotropical

versión impresa ISSN 0327-9383

Mastozool. neotrop. vol.17 no.2 Mendoza dic. 2010

 

EDITORIAL

Veintiocho años: entre sueños y realidad1

El 18 de noviembre de 1982, en el intervalo de café durante la III Reunión Iberoamericana de Conservación y Zoología de Vertebrados, hacíamos catarsis contándonos mutuamente la dificultad de insertarnos, crecer y desarrollarnos en una sociedad de científicos donde, entre otras cosas la teoría de la evolución no era reconocida, ni permitida, ni siquiera a través de Teilhard de Chardin. Todo aquello que no estuviera incluido en el contexto de las sociedades científicas existentes era sospechoso a la ideología imperante. Osvaldo Reig, en un genial arranque de creencia en las instituciones, nos convenció de que todo lo que estábamos realizando para mantenernos juntos y al día, debía ser realizado bajo un marco institucional (para mí era poco entendible, dado el proceso en que nos encontrábamos). Por lo tanto, necesitábamos una asociación en regla, que nos respaldara y nos permitiera, ya no más desde lo individual, para establecer nexos con organismos nacionales e internacionales. Fue así que dos becarios míos, Eduardo Roldán y Paola Bruner, recibieron la solicitud y partieron a recaudar las 30 firmas necesarias (un imposible dados los tiempos de no compromiso y sospecha que corrían) para la realización de la reunión constitutiva para la creación de la asociación. A la finalización de la III Reunión Iberoamericana, gracias a Eduardo y Paola, las firmas se lograron. Quedó así constituido también el primer triunvirato, integrado por Julio Contreras, Fernando Kravetz y quien escribe. Nos comprometimos a realizar las gestiones correspondientes ante quien fuera pertinente, para constituir formalmente la asociación en una reunión fundacional. La sede fue en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en el año 1983. Entre las firmas se encontraban las de Olrog, Avila Pires, Ferreira, Gallardo y otras figuras que actualmente tienen gran prestigio, pero que hoy. la Sociedad2 olvidó o desechó.
Antes de que el triunvirato cumpliera su primer año de constituido, la titular de la cátedra donde se encontraba la sede (Mercedes Weisembacher), recibió la orden de dejar de brindarle lugar y protección a un grupo considerado "subversivo". Ante la solicitud de no dejar entrar a "ciertos personajes" (Osvaldo Reig entre ellos), mi negativa a acceder fue rotunda; continuarían viniendo y visitándonos. Para el bienestar de todos, sólo acepté que no le otorgaríamos demasiada difusión a las visitas. Es así como desde la historia, SAREM nace reactiva y con alto contenido ideológico, a la búsqueda de un nicho de libertad de expresión y pluralismo, que hoy resulta difícil entender que no existiera. Osvaldo Reig tenía claridad ideológica, no diferente a las de cualquier otro digno profesor universitario de la patria del manifiesto de Córdoba, detestando todo lo inherente a la dictadura y al proceso. Pero puedo asegurar que priorizaba lo científico y sostenía que la ciencia debía hacer omisión de las ideas políticas (altamente criticado por nosotros los residentes y aguantadores del Proceso en Argentina). La oposición y crítica a ciertos científicos y/o investigadores que relata M. Mares3, seguramente existió (aunque no concuerdo con su interpretación) y probablemente fue debida a lo que él entendía como una falta de compromiso de los mismos con sus realidades. O puede también haber sido debido a críticas referentes a la temática de trabajo por él considerada poco científica (quien escribe lo ha sufrido). Lo que sí puedo asegurar es que en la Argentina las mismas no se reflejaron, ya que en la convocatoria a la formación de la Sociedad, fueron convocados por él (yo y otros no lo hubiéramos hecho). Osvaldo Reig fue un social demócrata real (con defectos y virtudes).
Concuerdo con el Prof. Mares que antes de 1982 la parte de identificación y recolección de materiales en colecciones sólo era realizada por los estudiosos que él relata, a los que habría que agregarle Bianchini4 en el Museo de la Plata y Tito5 a la cabeza de los Scaglia (para roedores) en el museo de Mar del Plata. No sé si el número de personas trabajando en lo que respecta al total es mucho mayor hoy en día... en número por ahí debemos andar. De lo que sí estoy segura es que el número de escuelas no es el mismo. Los estudios de fisiología, genética, morfología, reproducción, etc., eran de escuelas de avanzada en el contexto mundial, y publicaban en revistas con mayor impacto que el actual. El intentar fusionar el biólogo experimental de formación académica con el naturalista dentro de la sociedad, es uno de nuestros grandes fracasos generacionales. A mi entender, y concuerdo con Mares, hay aún hoy una gran división entre los mismos, que puede ser contraproducente. En la mastozoología Argentina debería haber espacio para todos. Ya fueran profesionales, aficionados, ciudadanos con aspiraciones científicas, pero debería ser obligatorio integrarse entendiendo y comprendiendo la tarea y el lenguaje del otro. Uno de los principales motivos originales de la necesidad de aglutinación societaria y de las reuniones anuales de SAREM fue el de compartir el material de estudio (cuántas de las series de colección están ingresadas como hace 30 años y no son aprovechadas, con su cariotipo, alozimas -hoy ADN-, morfología espermática, etc.). Es una realidad que hoy hemos dejado de ser una elite y nos hemos masificado. No sé que prefiero como camino, estoy sólo verificando una realidad sobre la que no sabría pronunciarme. Sí sé que, en mi opinión, un país como el nuestro, con falencias económicas en ciencias, no debería financiar desde el estado, tres campañas distintas para la colección del mismo material que debería ser obligatorio compartir. Al principio crecimos, porque dadas las necesidades económicas, tan bien descriptas por Mares, debimos andar obligadamente juntos. El mismo espécimen se estudiaba desde distintas ópticas y los unos enriquecían a los otros en la interpretación y publicación del material. Ahora las aguas se encuentran separadas, el lenguaje en común cada vez se hace más lejano y esto lleva a una brecha de pauperización cada día más grande para todos. Los más trabajadores, pero débiles aún, ni siquiera logran entender su falta de capacidad de publicación en revistas de impacto y por consiguiente su dificultosa inserción dentro del sistema. Los otros, apenas logran sus objetivos a altísimos costos económicos.
A pesar de las peleas en las memorables asambleas, las mismas eran más profundas y enriquecedoras (quisiera un cuarto de la profundidad de aquellas, ahora). En aquellos tiempos, la parte pecuniaria no se tocaba (tal vez por la pobreza de los tiempos), por el contrario, en las actuales sólo hablamos de fondos, medios, etc. (probablemente debido a la emergente superficialidad de la sociedad argentina).
En 1988, Mares como presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la ASM, propuso una reunión conjunta ASM-SAREM. Se desató una batalla campal, entre los que consideraban que aún no era el momento propicio dadas las grandes diferencias (patrimoniales, de número de socios y organizativas) entre las dos sociedades -liderados por Reig- y los que creíamos que había que comprometerse y arriesgar. Una vez que se determinó, por votación del "consejo de ancianos" (Osvaldo, Fernando, Virgilio6 y yo en el momento), como preveía el estatuto de SAREM, que haríamos la reunión, todos (recalco todos), nos pusimos a trabajar y a "tirar del carro" para el mismo lado. Durante casi dos años las reuniones se llevaron a cabo mensualmente en mi laboratorio; habría que haberlas grabado por las enseñanzas que a mí personalmente me dejaron. Reig caracterizaba, calculaba y tomaba acto de precaución de todo lo que podía pasar, anticipando desde lo académico quién debía participar y quién no. Eran tiempo muy difíciles, no teníamos un peso y debíamos participar con una inversión económica para nosotros inaccesible. La salvación llegó cuando, como en los cuentos, obtuvimos sin cargo el uso del complejo cultural San Martín, que costaba 5000 dólares de alquiler (mi sueldo en el momento era de 30 dólares). Sólo debíamos pagar las traducciones y 400 dólares de las baterías de audífonos. Esta fue realmente la contraparte Argentina con la AMS. Llegamos todos agotados y estresados ante el temor de lo inesperado. Fuimos el día anterior con 4000 dólares de deuda (3000 de Fernando y 1000 míos), que debíamos saldar al día siguiente a una reunión en el Hotel Bisón, donde estaba la comitiva americana (todos necesitados de ansiolíticos). Además, adeudábamos las baterías y otras pequeñeces que contábamos poder recabar con el alquiler a los inscriptos. Pero, como en todo sueño, Pearson7 se hizo cargo personalmente del costo de la traducción y las baterías, con la orden de que no se cobrara nada a nadie y que ambas partes tuvieran su traducción simultánea gratis. Y. como en los cuentos. las inscripciones de último momento cubrieron todo lo demás. Todos los jóvenes que lo requirieron, recibieron su comida en restaurantes de la zona por un dólar. Rubén Barquez concurrió, como era su costumbre, con un ómnibus de jóvenes futuros mastozoólogos. Las figuras de mayor prestigio de SAREM, aunque algunas "políticamente incorrectas" al momento, fueron seleccionadas para las conferencias.
Osvaldo Reig, ya seriamente comprometido por su enfermedad, sólo pudo participar de las mesas por él consideradas álgidas y controvertidas. Bien lo recordamos disintiendo y peleando críticamente en las mesas redondas y exposiciones de Ctenomys y Calomys. Los resultados de la reunión fueron enseguida evidentes y dieron la razón a ambos bandos. Si bien los jóvenes de SAREM conocieron a los "papers" (como usábamos decir8), el intercambio fue realmente para muchos muy enriquecedor.
También, como fue preanunciado por Osvaldo, el deslumbramiento de los no preparados los llevó a arrastrar instancias que hasta hoy nos resultan desfavorables (reflejados en el envío de materiales). Concuerdo con Mares que la fauna y el estudio científico de la misma es universal y el número de ejemplares a depositar en colecciones nacionales no debe ser parámetro. También hay que acotar que universalmente hasta el momento todos tenían y tienen barreras que SAREM quiso y nunca logró seriamente implementar. Estoy segura también que él concordará conmigo en que no es una manera válida de estudio publicar desde Norteamérica o Europa en revistas indizadas utilizando material de colectores autóctonos que envían tejidos o especímenes (a quienes se coloca graciosamente como coautores, en temas que no le son propios). Remontar resultados equivocados de este tipo de estudios le cuesta al científico ubicado en el continente "sangre, sudor y lágrimas". Enfocado desde este extremo del continente, hay algo tan cierto que no se discute, como que "bailamos bien el tango", y es que el "porcentaje de la torta" que nos corresponde, en las publicaciones indizadas, unido a la dificultad para acceder a las mismas, es lo menos ecuánime que hay.
En el momento de la creación de SAREM hicimos sólo el boletín, ya que aspirábamos a la revista latinoamericana SOLATER (que debía ser el órgano oficial de todas las sociedades latinoamericanas). A esto se debió el retraso de implementar la Revista9 que nace después con otros actores, espíritu y política. El academicismo fue sustituido por una efervescente juventud. La Revista ha cumplido ampliamente con los objetivos de sus creadores, pero ha hecho que la mayoría de los motivos de creación de la sociedad quedaran al margen. Hoy sólo se contempla la manutención de la misma y la reunión anual está destinada a obtener fondos para financiarla. Las reuniones mensuales y cursos no existen. y tantas otras actuaciones ya ni se recuerdan. Si esto es lo que mayoritariamente los socios requieren, así se debe hacer. No me voy a dedicar a esta altura de la vida a ser irrespetuosa con el pluralismo democrático, aunque sí, cada vez que puedo (cada vez menos), trato de dejar sentado en actas mi punto de vista, recalcando que el tener la manutención de la revista obliga a la Sociedad a la inmovilidad. Desde mi punto de vista, los árbitros y editores deberían reelaborar durante las correcciones los trabajos y enriquecerlos. En una revista joven se necesita una corrección enriquecedora que ayude a la formación de los jóvenes autores y no simplemente al rechazo o aceptación de la publicación. Desde mi punto de vista soy consciente de que alguien que recién empieza en el camino de la formación carece del tiempo y la madurez necesarios para este tipo de tarea. Y esto se nota y mucho. Las revistas, al contrario de lo que sucedió en Mastozología Neotropical, deben estar en manos10 de personas al final de la carrera, con dedicación y tiempo real. Me resulta poco creíble y justificable, que cada vez que alguien aprende y tiene más tiempo, es sustituido por alguien con más energía debido a su juventud. Es probable que el tiempo no haya sido justo y me haya deteriorado demasiado rápido y como resultado final "de incendiaria" en juventud haya pasado a "bombero en vejez", pero les sugiero que revisen otras revistas y hagamos en conjunto un fuerte examen. La revista es y ha sido de suma utilidad en toda Latinoamérica, llenando huecos importantes. Ahora le tocaría por antigüedad, prestigio y fundamentalmente posibilidad, dar el salto cualitativo que todos esperamos. Las condiciones están más que dadas. Son los jóvenes cuadros directivos actuales -quienes la conducen- que deben dejar su resultado generacional dentro de la sociedad, una nueva categorización de objetivos. Así dentro de unos 25 años podrán relatar cómo fue que Mastozoología Neotropical pasó de ser la revista de SAREM a la revista de mayor prestigio continental y a la cual todos aspiramos.

María Susana Merani
Presidente SAREM 1986-1989
Miembro Honorario SAREM

Notas

1 Todas las notas aclaratorias son responsabilidad de U Pardiñas, editor de Mastozoología Neotropical, como así también la aplicación de comillas a lo largo del texto.

2 Entiéndase por "Sociedad" a la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM).

3 Se hace referencia (aquí y en más) a la Editorial "Personal reflections on the Silver Anniversary of SAREM" escrita por Michael Mares para el número 16(1) de Mastozoología Neotropical (2009).         [ Links ]

4 Juan José Bianchini, paleontólogo y profesor de mastozoología de la Universidad Nacional de La Plata.

5 Orlando "Tito" Scaglia, hijo de Galileo, durante muchos años director del Museo Municipial de Ciencias Naturales y Tradicional de Mar del Plata "Lorenzo Scaglia".

6 Osvaldo Reig, Fernando Kravetz, Virgilio Roig.

7 Oliver P. Pearson.

8 Se refiere por "papers" a aquellas personas que los jóvenes sólo conocían "de nombre", es decir, por la lectura de sus artículos de investigación.

9 Se refiere a la revista Mastozoología Neotropical.

10 Interpreto que se refiere a la jefatura de edición.

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