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Mastozoología neotropical

versión impresa ISSN 0327-9383

Mastozool. neotrop. vol.19 no.2 Mendoza jul./dic. 2012

 

EDITORIAL

En torno a Osvaldo Reig (1929-1992)

Transcurridas en marzo de 2012 dos décadas de la desaparición de Osvaldo Reig su figura tiene presencia en medios académicos y entre jóvenes estudiantes. Destaco algunos aspectos de su pensamiento y actividad que estuvieron siempre presentes junto a su trabajo de investigación y su producción científica y que contribuyeron a que muchos, aún sin haberlo conocido, mencionen hoy su nombre.
Su actitud pedagógica y de fervor por el trabajo científico se proyectó ampliamente en la comunicación fluida y generosa hacia sus estudiantes en diversas universidades, en la formación y promoción de investigadores en distintas áreas biológicas y en la creación de grupos de trabajo. Como maestro, investigador y formador de científicos actuó en universidades y centros académicos de varios países, con frecuencia a causa de diversos episodios de exilio. En Argentina, en las universidades de Buenos Aires, Tucumán, Mar del Plata y en el Instituto Miguel Lillo de Tucumán en el cual organizó y dirigió, en 1958, el Laboratorio de Vertebrados Fósiles; en Venezuela, en la Universidad Central, la Universidad de Los Andes y la Universidad Simón Bolívar; en Chile, en la Universidad de Chile y la Universidad Austral; en España, en la Universidad de Barcelona y el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
Su interés temprano por el desarrollo del pensamiento cientíico se manifestó en sus escritos sobre el estatus cientíico de la sistemática biológica. En su crítica de la zoología tradicionalista planteó la necesidad de una concepción integracionista que incluyera la genética, la evolución genómica y molecular integrándola a la citogenética en el estudio de la diversidad animal. Propuso, para trascender el carácter meramente descriptivo presente en la sistemática, la búsqueda de explicaciones causales de la diversidad orgánica y la dilucidación de conceptos centrales como el de especie y las demás jerarquías taxonómicas. Sus trabajos ahondaron también en el análisis y la ubicación en el campo biológico de los estudios paleontológicos así como la discusión de conceptos centrales de la biogeografía destacando la importancia del marco evolutivo para estas disciplinas.
Osvaldo Reig no sólo produjo y comunicó conocimiento científico. Además, concibió a la ciencia como una actividad social y de compromiso para promover el desarrollo de la sociedad en la que está inserta. Sus preocupaciones sociales datan de ideales sostenidos en su temprana juventud. La inquietud de Reig por la relación ciencia-sociedad se halla explícita en una compilación —publicación póstuma— intitulada Excelencia y atraso: una mirada de frente a la ciencia Argentina (Ediciones La Flor, 1992). En esta aborda la importancia política, económica y social de la formación de investigadores cientíicos en el ámbito nacional y latinoamericano. En un trabajo inédito en ese momento pone en cuestión conceptos trascendentes como el de comunidad cientíica puntualizando su objetivo primordial: identiicar la importancia de la ciencia para el desarrollo, conocer las condiciones locales del sistema sociopolitico y estimular la acción mancomunada de los cientíicos para promover el interés del sector público en la investigación cientíica. En la relación ciencia-sociedad sostuvo ideas similares a las del llamado Triángulo de Sábato en que Jorge Sábato postulaba la necesaria interacción del Estado, los conocimientos cientíico-tecnológicos y el sector productivo para producir el desarrollo social. Con este enfoque analizó varios modelos del quehacer cientíico en la historia de la ciencia en Argentina mostrando momentos de tensión sobre la opción entre investigaciones de carácter básico, experimental y de nivel de excelencia pero desconectadas de las necesidades de la sociedad, y la conveniencia de lo que denomina el ethos cientíico consistente en una ciencia de nivel que tenga en cuenta las necesidades de desarrollo nacional. Y aboga por este modelo a condición de elevar el nivel y la calidad de la investigación tanto en publicaciones en revistas internacionales como locales, sometiendo siempre los trabajos a la evaluación de pares y a las normas de excelencia.
Su interés por el marco teórico de sus investigaciones lo llevó a analizar la dinámica de la teoría de la evolución a la que consideraba en un proceso de perturbación transformadora. En varias publicaciones y en una conferencia, en 1989, en ocasión de recibir un título honoríico en la Universidad Autónoma de Barcelona y en su última presentación, en 1991, en un congreso realizado en la ciudad de Concepción en Chile señaló la importancia de una biología evolucionista integrativa con la incorporación de los nuevos datos y la contribución decisiva de otras disciplinas como la genética molecular. Desde hace más de una década este es el enfoque vigente con que biólogos y filósofos examinan la ampliación de la biología evolucionista hacia nuevas disciplinas como la biología del desarrollo, lo que ha dado origen a una nueva interdisciplina: evo-devo. Consecuente con su desarrollo, Reig vio en la teoría de la evolución una virtud epistémica: la de integrar conocimientos sobre la biodiversidad. Ello se expresa bien en esta semblanza de Mario Bunge: "En una época de especialización excesiva, la variedad de los temas de investigación que abordó Osvaldo en el curso de casi medio siglo asombra, admira y gratifica. Hizo paleontología, citogenética, genética de poblaciones, herpetología, sistemática, bioilosofía y mucho más. Estudió batracios, reptiles, roedores, marsupiales, murciélagos y muchos otros grupos, tanto vivos como fósiles, y siempre con la intención de poner en descubierto sus relaciones de parentesco (Bunge, M. 1998. El biólogo itinerante, pp. 87-93. En: Bunge, M., Elogio de la curiosidad, Editorial Sudamericana, Buenos Aires).

Estela Santilli

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