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Synthesis (La Plata)

Print version ISSN 0328-1205

Synthesis (La Plata) vol.9  La Plata Jan./Dec. 2002

 

El discurso de polinices (vv. 1284-1345). En Edipo en Colono de Sófocles*

María Inés Saravia de Grossi

Universidad Nacional de La Plata

Resumen
Edipo en Colono de Sófocles resulta una obra fuertemente argumentativa por los debates dialécticos que se presentan entre los Episodios II a IV, cuya función dramática consiste en demorar el destino de Edipo y, a su vez, desplegar una densidad intratextual muy rica. Easterling (1999: 95-107) afirma que hay tres rasgos que definen el estilo de Sófocles, ellos son, por un lado, la tensión de opuestos o contradicciones; en segundo lugar, la oscilación entre el sentido literal y el sentido metafórico y, por último, la concentración junto con el uso de repeticiones.
En el presente estudio analizamos el discurso de Polinices como el ejemplo de las características mencionadas, las que convierten la intervención del joven guerrero en el punto culminante de las escenas agonales, que constituyen el núcleo de la obra. Estas instancias disonantes que los enfrentamientos producen son atemperadas por la presencia de Teseo.

Palabras clave: Tragedia; Sófocles; Edipo en Colono; Polinices, discurso.

Abstract
Sophocles' Oedipus Coloneus appears as a strong argumentative play on account of its dialectical debates, which take place between Epeisodion II and IV. Being their dramatic function the delay of the destiny of Oedipus, they show, as well, a rich intertextual density. Easterling (1999: 95-107) affirms that there are three features that define Sophoclean style, they are: the opposit or contradictory tensions; second, the oscillation between the literal and the metaphorical meaning and; finally, the concentration obtained by the use of repetitions.
In the present paper we analyze Polyneices' speech as an example of the mentioned characteristics, those that convert the intervention of the young warrior in the climax of the dialectical scenes, which constitutes the nucleus of the play. The confrontation produced by dissonant requests are moderated by Teseo's presence.

Key words: Tragedy; Sophocles; Oedipus Coloneus; Polyneices; Speech.

Sófocles se despide de su ciudad y de la Hélade con el esplendor de la tragedia á tica, es decir, con Edipo en Colono. El friso de personajes que aparece en escena hace que la pieza muestre una estructura equivalente a Edipo Rey y el movimiento de los personajes produce un crescendo que culmina en la llegada y posterior partida de su hijo Polinices. Como en Edipo Rey, todos los personajes convergen en el Edipo anciano pero, aquí, él mismo confluye en el sitio donde será acogido por las Euménides. El altar y sus alrededores forman el punto de inflexión dramática; la decodificación del espacio que realizan Edipo y Antígona ocupa el Prólogo; junto con el encuentro de los extranjeros, quienes manifestaron primeramente una actitud hostil, pero que se convierte muy pronto en amabilidad.1 Antígona es el mismo personaje que está en la tragedia homónima; para ella, el valor de los lazos familiares y de la amistad permanecen inalienables y se convierte, después del arduo peregrinaje, en símbolo del amor filial. Ella pone freno a la ley del talión, hecho que recuerda el mensaje de Odiseo en Áyax. Teseo muestra una actitud semejante, en cuanto ambos proponen una nueva forma de vida. La última composición de Sófocles, en su conjunto, recuerda al Áyax, donde, en la segunda parte de la obra, con el tema de los funerales, no se habla de otra cosa sino del consenso social que adquiere la figura del héroe.2 Ambos dramas exponen el proceso por el cual el héroe logra "su visión interior".
Edipo en Colono nos ubica en el día previo a la batalla entre los hermanos, es decir, nos vuelve al panorama que, con anterioridad, se menciona en Antígona. En cuanto a su composición, la obra es fuertemente argumentativa y las respuestas de Edipo a los discursos agonales forman su apología, en defensa de la honorabilidad de su vida, para llegar al final que le han declarado los dioses.3
En la pieza hay dos circuitos de acción. El tema subordinado es introducido por Ismene, cuando anuncia el mensaje oracular (vv. 387-90), que convierte a Edipo en el salvador de la tierra y termina con el regreso de las hermanas, es decir, el tema menor empieza y termina con el movimiento escénico de las hijas; luego el tema principal es el movimiento de Edipo, su llegada y el retiro a la zona donde lo acogerán las Euménides. De este modo, la intervención agonal de Polinices, posterior al arribo de las hermanas, queda aislada del contexto y forma un unicum. Los dos circuitos de acción que muestra la obra están esbozados, a modo de proemio, en los primeros trece versos que expresa Edipo en el Prólogo.4
Tanto el padre, en el Prólogo, como el hijo, en el Cuarto Episodio, devienen suplicantes. Luego Antígona le suplica a Polinices pero ninguno de ellos se escucha. En tal sentido se da una situación paradójica, porque Edipo de suplicante, en los primeros momentos, resulta motivo de súplica en el desarrollo.
Los tres debates agónicos, que resultan medulares en la elaboración de la de los personajes, es decir, aquellos que sostienen Creonte y Edipo, Creonte ante Teseo y, por último, Polinices y Edipo, desplegados entre el Segundo, Tercero y Cuarto Episodios, tienen como función dramática demorar el destino de Edipo y desplegar una densidad intratextual muy rica en la obra. Easterling (1999: 95-107) afirma que hay tres rasgos que definen el estilo de Sófocles, ellos son, por un lado, la tensión de opuestos o contradicciones, en segundo lugar la oscilación entre el sentido literal y el sentido metafórico y, por último, la concentración junto con el uso de repeticiones.
En el presente estudio analizaremos el discurso de Polinices como el ejemplo de estas características, cuestión que lo convierte en el punto culminante de las escenas agonales, que constituyen el núcleo de la obra.5
Después del rapto de las hijas que efectuó Creonte, ellas vuelven en compañía de Edipo, en virtud de la garantía cívica que representa Teseo. Antígona toma la palabra y empieza en el Episodio Tercero la preparación para la llegada de Polinices (vv. 1181-1203) y para que esto ocurra de la mejor manera, Antígona aspira a que Edipo deje de lado una actitud vengativa. De este modo, la presencia de Polinices adquiere vigencia desde el Episodio anterior, por la técnica de ensamble que utiliza Sófocles.6
Cuando Creonte entró en el escenario lo hizo acompañado por dos acólitos, pero se muestra con un poder relativo, en parte, porque sus compañeros son hombres silenciosos que no representan intereses genuinos. Los planteos de la estrategia de Creonte se basan en no atemorizar a Edipo y, luego, causar lástima. El planteo de Polinices no difiere demasiado, y resulta paradójico que él, en apariencia presentándose absolutamente solo e indefenso, es resguardado por una fuerza muy importante de hombres, todos llenos de .7
Polinices se aproxima llorando, como lo anuncia Antígona (vv. 1250-51), y formula la pregunta aporética (v. 1254). Como todos los personajes que han llegado antes que él al encuentro con Edipo, Polinices describe en forma realista las consecuencias que ha dejado el exilio en Edipo, y ve a su padre como un anciano andrajoso, un extranjero en tierra ajena (v. 1256). Observa los cabellos despeinados del padre (v. 1261) y, en consonancia con este aspecto de abandono, la deficiente alimentación.8 Polinices afirma que reconoce demasiado tarde su responsabilidad (v. 1264) y lleva a cabo su . Se pone de manifiesto el tratamiento temporal en Sófocles, siempre desavenido con respecto a las voluntades humanas. El pronombre relativo en crasis con el pronombre personal, , tiene como antecedente todo el contexto previo que representa Edipo. A continuación, sobreviene el punto culminante del reconocimiento de sus faltas (v. 1265), cuando entiende que no haberse preocupado por la manutención de su padre es haber llegado a ser el peor, el hijo más ignominioso y, luego, pide por , no por piedad (v. 1268).9 La pregunta por su silencio crea una pausa ansiosa, y el hijo ruega que Edipo le conteste:


¿Por qué callas? Di algo, padre; no me aborrezcas.

Polinices cambia de interlocutor (v. 1275) e increpa a sus dos hermanas, de modo que, a continuación, Antígona invita a su hermano a que se exprese, que así promoverá la respuesta del padre, ya sea por medio de la palabra placentera, o bien, por la conmiseración que las palabras mismas producen (vv. 1280-83).
Polinices se motiva e inicia su discurso (vv. 1284-1345), que se modela en tres núcleos: el primero como introducción (vv. 1284-90); el segundo momento diegético podemos, a su vez, dividirlo en tres partes señaladas por la propia puntuación de la proclama (vv. 1291-1307; 1308-1325 y 1326-1339) El párrafo inicial en el meollo narrativo menciona el pasado mediato del hijo de Edipo en relación a su hermano Etéocles y, luego, el pasado inmediato, cuando Polinices concreta su boda con la hija de Adrasto. La segunda instancia narrativa alude al presente, la caracterización de sus tropas aliadas. Ambas secuencias insinúan realidades fuera del escenario, pero decisivas en la acción posterior, presenciada; y el último párrafo del desarrollo abunda en súplicas a Edipo, expresadas con fuertes disyuntivas, contradicciones, dudas. La conclusión del discurso ocupa los versos finales (1340-45) en los que se manifiesta un grado de violencia.
En la introducción, el joven expresa el deseo de conversar con su padre y sus hermanas y, además, relata que el rey de la tierra hizo que él mismo con sus tropas erigieran un ara para llegar ante Edipo, en la villa de Colono (vv. 1285-7 ). Polinices explica al padre el motivo de su llegada: Etéocles lo ha expulsado de Tebas y le atribuye la causa, , a la Erinia de Edipo (v. 1299). El discurso presenta una fuerte intertextualidad en el racconto de su expulsión de la tierra paterna. Polinices se ve impedido de ejercer el derecho de mayorazgo por la presencia de Etéocles en el gobierno y cuando Polinices explica:

(vv. 1295-6)
Por amor a estas cosas, Etéocles, que es por nacimiento más
joven, me expulsó de la tierra,...

La preposición colabora con el sentido ambiguo del enunciado, en tanto, ya significa en contra de, opuesto a, o bien, en lugar de, ante estas cosas, lo cual otorga una idea plástica de su posición, marca la distancia que los separa.10 Etéocles no le expuso sus razones para la prosecución de su reinado, ni venció con las armas y en campo abierto, sino que convenció a la ciudad, (v. 1298). Con esta somera reseña Polinices se muestra como víctima, también él, de la demagogia ejercida por su hermano.
A partir del v. 1301, el relato se remonta al pasado mediato; el coordinante introduce la explicación en la cual habla de sus bodas para conseguir las tropas aliadas de Adrasto y de este modo cubrir con siete guerreros las puertas tebanas, contra su hermano. Esa parte finaliza con la primera disyuntiva de su existencia, expulsar de la tierra a los que produjeron su despojo, o morir injustamente (v. 1305-7).11
Luego, la óptica del relato cambia cuando Polinices se pregunta:

(v. 1308)
Bien. ¿Por qué en verdad ahora decido venir?

La alusión a cada uno de los guerreros, como una epexégesis de lo anterior, establece un segundo momento hasta el v. 1312, que parecería innecesario en la estilización de la escena bélica que Polinices nos relata y que, para el espectador resulta metateatral, en tanto describe lo que sucede a continuación del encuentro con Edipo. En dos oportunidades, el caudillo insiste con la expresión (v. 1311).
El catálogo de los jóvenes aliados (vv. 1313 y hasta el v. 1325) está introducido por el pronombre , que constituye un modo de epexégesis de los enunciados anteriores (vv. 1309-10), y, asimismo, como un ahondamiento insistente de toda la parte narrativa previa, más concisa. Mientras la vida de Polinices, en Argos, permanece en un pasado lejano, ahora, en la instancia central del relato, las tropas están apenas distanciadas por la fortaleza de la ciudad.12 La enumeración de los jefes se realiza a modo de un priamel sin estridencias; en consecuencia, la concisión crea tensión dramática, porque, además, Polinices se expresa como el vencedor de la lucha. La aretalogía propone una descripción diseñada para un destinatario ciego, hecho que justifica la razón por la cual no hay alusiones a los escudos, ni otros semas plásticos. Polinices elige los datos esencialmente temporales, por ejemplo, el abolengo de cada uno de los guerreros y su lugar de procedencia. No hay detalles superfluos y el sinceramiento del próximo accionar recuerda el Prólogo de Antígona, donde la protagonista predispone la acción y el ánimo del espectador. El propósito dramático del cuadro es dignificar la lucha y tensar, concentrar, el terror de la maldición del padre que cae, no sólo sobre el hijo, sino también sobre los aliados, como Polinices se lamenta más adelante (v. 1400).13
Los tres primeros guerreros están descriptos por medio de construcciones nominales (v. 1313 y ss.); el segundo grupo de los otros tres, con verbos conjugados y la descripción más extensa es la de Partenopeo, seguramente por la alusión metafórica a Edipo.14
La enumeración en polisíndeton de los nombres de los militares crea un crescendo en la tensión dramática. Su mención escueta despierta el recuerdo del contrincante del otro lado de la puerta, por la precisión intertextual que encontramos con Esquilo.
Por último, fuera de los dos grupos mencionados, ocupa su lugar el propio Polinices. Su figura resulta singular y simbólica por su posición en la séptima puerta. En alguna medida, también Anfiarao resulta un personaje singular, pero antitético a su joven conductor. Su nombre significa "el que ve en derredor". En Los Siete contra Tebas lo vemos reprochándole a Polinices que derramará sangre de su madre en el encuentro, lo cual implica que le ha preguntado filosóficamente, a su jefe, por la necesidad de lo cruento. De este modo, dentro de las huestes del invasor, ya se vislumbra un quebranto esencial en su falange.15 Las palabras del hijo de Edipo adquieren sentido metafórico, cuando expresa:

(v. 1323-25)
Soy tuyo, al menos en efecto soy llamado tu hijo pero, aunque
no lo sea, fui engendrado por un destino maldito; traigo hacia
Tebas el ejército Argivo, temerario.

El enunciado sugiere la pregunta ¿ Soy en verdad tu hijo?16 Las reiteraciones pueden resultar contradictorias, como en este caso , (v. 1323) que denota devoción al padre y, a la vez, recriminación; efectivamente, Polinices siente que hay un escaso vínculo filial, dado que, en verdad, no hay padre si no hay un diálogo fluido que se genere sobre un sustrato cultural afín. En esta relación padre-hijo, tal requisito no se cumple.
Sófocles concluye la aretalogía del ejército argivo con un verso impactante que resume la descripción previa con el sustantivo colectivo y su atributo (v. 1325) . Además del sentido literal de la frase, es evidente el sentido que connota la dimensión moral del caudillo porque, por un lado, constituye la amenaza concreta al padre y, además, torna evidente el engaño con que llevará a los aliados hacia el encuentro definitivo con la muerte, porque el joven conductor no comunica en ningún momento la decisión de Edipo de no apoyar a los guerreros. El verso que mencionamos en último término ofrece, por tanto, concisión y ambigüedad. Por primera vez, en el alegato de Polinices, se confunden el plano de la súplica y el plano de la amenaza; y enlaza, hacia el final, la tercera parte narrativa del discurso (vv. 1326-39). Polinices sabe, finalmente, al modo de Anfiarao, cuál será el destino de todos, pero Ileva a cabo una conducción demagógica, en la perseverancia de la mentira.17 A pesar de que las tropas están formadas por los compañeros de Polinices, inmediatamente resultan víctimas de su engaño, tanto como él mismo es una víctima de la demagogia de Etéocles. La descripción tiene un ritmo staccato dado por la coordinación en polisíndeton, con el coordinante . La estructura de los versos es anular porque empieza por Anfiarao, que todo lo ve, y concluye con Polinices, quien sabe la procedencia o el origen de los demás guerreros pero, paradójicamente, pone en cuestión su propia filiación. El ingrediente patético en el discurso juega un papel decisivo y si bien no resuelve nada, a propósito del desarrollo de la trama, demora el desenlace.18
Todos los guerreros evocados son hijos, salvo Polinices. En las dos ternas que componen la descripción hay hombres , que actúan como . Todos son ingenuos, porque actúan ignorantes de que se enfrentan con la muerte y no con la victoria, a excepción de Anfiarao y el mismo Polinices. Todos son jóvenes, en una obra donde Edipo, el Coro, los Extranjeros, y Creonte son ancianos. Teseo es el hombre maduro, y sobre él recae todo el peso de la responsabilidad social.

El último núcleo narrativo del discurso expone la actitud de ruego:

(vv.1326-30)
Todos los que están aquí, conmigo, y yo te rogamos por tus hijas y
por tu vida, oh padre, demandándote ceder una pesada ira contra
este hombre que se pone en movimiento por venganza contra mi
propio hermano, quien me expulsó y me despojó de la patria.

Se percibe una fuerte aliteración de consonantes explosivas (v. 1327) y, luego, cuando pide ceder, modera el vocabulario con el uso de consonantes sonoras o suaves (vv. 1328-9). Estos versos están yuxtapuestos entre sí, de modo que enfatizan la oscilación de una conducta antitética. Polinices no reclama al padre, por ejemplo, depón el enojo contra tu hijo (vv. 1328-30), sino que implora a favor de un tercero: . La lejanía de su propia objetivación corrobora la ausencia de , o de otro vínculo, al menos aleatorio, entre ellos. Es el momento en que se reafirma su postura y manifiesta que usará la violencia para acceder al poder. Polinices sabe que, sin Edipo, está condenado a morir, como lo han manifestado los oráculos aludidos (vv. 1331-32). 19

Los vv. 1334-35 tienen su epexégesis en los dos versos siguientes, que citamos a continuación:

(vv. 1334-7)
Te ruego que te convenzas y que cedas, porque por un lado
nosotros somos mendigos y extranjeros, por otro lado tú también
eres extranjero: tú y también yo vivimos nuestra vida halagando
a los demás, compartiendo el mismo destino.

Polinices quiere compararse con sus tropas a una situación equivalente a la de Edipo y su hija. Ellos también han sido desterrados pero pretenden convertirse en protectores. El sustantivo (v. 1335) alude a esto. como predicativo de los pronombres y , respectivamente, subraya el paralelismo estilístico y la antítesis que logra la repetición. Los recursos expresivos enfatizan la actitud del joven. 20
Y, en oposición a la conducta del padre y de Polinices, es descripta la existencia arrogante de Etéocles:

. (vv. 1338-41)

Pero éste, oh desgraciado de mí, se pavonea como un rey, en casa, burlándose de nuestras desgracias comunes; a quien, si tú me acompañas en mi sentimiento, con un breve esfuerzo y con tiempo desbandaré.

En el final, el verbo , reiterado en la primera persona del futuro, connota la voluntad violenta para acceder al poder:

(vv. 1342-43)
De modo que te instalaré en tus posesiones cuando te lleve y, por mi parte, me instalaré a mí mismo cuando eche a aquél con violencia.

Al mismo tiempo, muestra a Polinices como aliado, aunque siempre ha estado enfrentado al padre, hecho que se constata con el uso del mismo verbo en los versos previos: (vv. 1286 y 1303, respectivamente), que se manifiestan taxativos en acciones puntuales de hostilidad, empleados con el significado de instalarse en la tierra. La contradicción sugerida subyace en el hecho de que llevará al padre para dominarlo, no para ayudarlo. En ambos casos, es claro el sentido de Polinices de estar de pie, no de rodillas, como sería más apropiado para una súplica pero, además, el verbo tampoco trasunta imágenes de un movimiento invasor, atropellado, sino concede a las palabras del hijo un tono obstinato. En ese tenor resulta claro que no nombrará rey de Tebas a Edipo, en la comunidad aparente de intereses.
Más tarde, el discurso de Edipo señala esa actitud esquiva. El sentido de rivalidad que el verbo sugiere en estas oportunidades se opone a la acepción que Polinices le otorga ante Antígona, cuando expresa:

(vv. 1444-6)
Yo ruego a los dioses que Uds. dos (por las hermanas)
no se enfrenten nunca contra las adversidades;
pues a la vista de todos son indignas de padecer esos infortunios.

Polinices se expresa como si los guerreros estuvieran junto con él y compartieran su afirmación, por ejemplo, por medio del pronombre (v. 1446). En el diálogo con la hermana, el joven muestra que es un hombre cuya propia naturaleza lo conduce a su perdición inevitable, que el destino que lo asalta tan duramente no es a causa del resentimiento del padre.21
En la palabra de Polinices, encontramos oscilación entre el sentido literal y el sentido metafórico, expuesto principalmente en la aretalogía de los guerreros por las subsiguientes connotaciones que sugieren; además, es un ejemplo de concentración y, por otro lado, predomina el uso de reiteraciones. El discurso muestra el límite lábil entre la súplica y la amenaza. En el último verso, el verbo significa retornar vivo o, simplemente, vivir.

(vv. 1344-45)
Y en cuanto a estas cosas, por un lado, yo puedo jactarme, si tú me ayudas; pero, por el otro, sin ti, no tengo fuerzas para vivir.

El discurso termina con una fuerza patética importante, pero como afirma P. Easterling (1967: 8) Polinices no ha dado ninguna indicación de que él esté motivado por un esmero genuino ante su padre, o por un deber filial apropiado. Siempre predomina la idea de deseo de poder: (v. 1354) constituyen la obsesión de los hermanos, toda una metonimia de la .22 El discurso presenta, además, la oposición entre lo imperfectivo y lo perfectivo, es decir, muestra el contraste entre los eventos simples, decisivos y finales, en oposición al estado perpetuo que afronta Edipo hasta el presente23 No obstante, Edipo le recrimina a su hijo que Ares le ha infundido un odio pasmoso:

(vv. 1391-2)
Invoco a estos poderes divinos (del Tártaro), invoco a Ares el que ha infundido este odio pasmoso para nosotros dos.

El participio, en perfecto, trasunta la perseverancia del estado.
El discurso que enfrenta al hijo con el padre deviene el punto culminante de la obra por la elaboración estilística que expone, y por la premeditación de la perversidad que connota y, en consecuencia, el rotundo rechazo posterior de Edipo, hecho que se agrava por los lazos consanguíneos que, muy a su pesar, ambos poseen. Vemos que fracasa la tríada de los nombres: y .24 El discurso cierra el circuito interno de la obra compuesto por las escenas agonales, iniciadas por Ismene cuando declara el mensaje oracular, mientras el circuito externo retoma su curso, después de tantos debates enardecidos, atemperados con la presencia de Teseo. Son escenas de disonancia. El Primer Episodio prepara la contienda que inaugura Creonte y continúa Polinices. Se presenta el problema que ha suscitado la expresión del oráculo que dio a conocer Ismene y, a su vez, se le da la solución al caso. Lo que sigue en el centro de la obra es el despliegue escénico de esta situación, relatada por Ismene. En ese sentido las primeras intervenciones forman discursos metateatrales, en cuanto delinean lo que sucederá, incluso son palmarios en relación con el resultado de la acción subsiguiente. Lo interesante consiste en apreciar los argumentos que se esgrimen en un contexto en donde todos saben la verdad, pero los que llegan a escena, en nombre de esa verdad, mienten y traicionan. No obstante, sus expectativas están realmente acotadas por la seguridad social que ofrece Teseo.
Edipo está de regreso en los caminos de la vida25 y no perdona a los hijos ni la traición, ni el abandono y, a su vez, señala la diferencia de conducta que tienen las hijas, cuyo mérito se funda en la resistencia cotidiana, el poder silencioso de la tenacidad. 

Notas

* Una primera versión de este artículo fue leída en el IV Congresso Nacional de Estudos Clássicos / XII Reunião da SBEC, Ouro Preto, llevado a cabo durante los días 5 a 10 de agosto de 2001.

1. Linforth (1951: 94) advierte atinadamente que excepto en la apertura escénica de la obra, no hay indicios de la localización del espacio en el resto de los episodios. "The audience lose all awareness of it. Though the action is confined to a single place, that place for most of the play is almost as indeterminate as many a locality in Shakespeare". La indeterminación espacial que predomina parece propicia para que los espacios virtuales se "hagan visibles" por medio de la evocación.

2. Easterling (1997: 20-37) puntualiza los requisitos que Sófocles cumple para la heroización de Edipo. Para ello, la presencia de los ciudadanos en el marco institucional propio, junto con el vocabulario pertinente y los espacios consagrados a la divinidad en la , le otorgan preeminencia a la comunidad cívica que alberga a Edipo como su protección eterna.

3. Para Duchemin (1968: 59), Edipo en Colono resulta, sin duda, la obra más interesante desde el punto de vista de los . Por otra parte, Edipo en Colono es una obra que expresa patriotismo, como Heraclidas de Eurípides y Suplicantes de Esquilo y lo mismo Heracles Furioso de Eurípides. Forman un corpus diferenciado, dentro de las tragedias. Cfr. Burian (1997: 188). Desde el punto de vista de la composición, la obra ofrece una equivalencia al Orestes de Eurípides en cuanto, en el centro, se debaten las cuestiones urticantes de la actualidad, mientras en la periferia dramática permanece el tratamiento mítico de la saga.

4. Cfr. Linforth (1951: 180-1), quien organiza la composición de la obra como un movimiento de sonata. Para el autor, el tema principal es anunciado al principio y consiste en dos frases: primero, la promesa que los problemas de Edipo terminarán en Colono; y, segundo, la predicción de que él morirá con consecuencias beneficiosas para Atenas. Easterling (1999: 95-107) considera que el proemio tiene su actualización en el cuarto Episodio, en el encuentro con Polinices. Los versos citados en el texto corresponden a la edición de Pearson (1924); las traducciones nos pertenecen.

5. Edmunds (1996: 166-168) menciona el carácter autobiográfico que tiene para Sófocles el encuentro entre Edipo y Polinices: "To conclude, the ancient biographical tradition gives us a way to read Oedipus at Colonus as 'autobiography' (the founding of a cult) and a way to understand the founding of the cult of Sophocles himself as a biographical `reading' of the tragedy, just as the conflict between Oedipus and Polyneices in the tragedy was understood to reflect a conflict between Sophocles and his son Iophon". Edmunds (1996: 73) explica además que el tema no es nuevo para el público, porque consta en dos fragmentos de la épica Thebaida (frags. 2 y 3. Bernabé.).

6. Contrariamente a la opinión de que la entrada de Polinices no tiene preparativos efectivos y es, ante todo, un solitario. Cfr. Parlavantza Friedrich (1969: 70).

7. Su propio nombre contiene un sentido de pluralidad Polu-nikes: de muchas victorias, el pendenciero. Winington-Ingram (1954: 16-24) afirma lo siguiente: "However that may be, thumós - apassionate anger- is certainly a fit characteristic for one who is about to become a 'hero'; and the whole coursed of the play up to the final imprecation is marked by a crescendo of thumós in Oedipus. This passion is grounded, not in considerations of abstract justice, but in human motives and resentmens. For it is one of the apparent contradictions which start, is yet drawn with realistic human psychology".

8. Easterling (1967: 6): "The style of this passage brilliantly suggests a tone of uneasiness in the speaker; not, I think, hypocrisy, but a kind of awkward frigidity. Sophocles could write with profound tenderness when he chose, and if his intention had been to make Polynices' horror at his father's degradation heartrendingly pathetic he would surely not have written vv. 1258-63 as he did. Some of the detail in this passage is quite offensive, in particular the highly mannered and artificial description of the filth of Oedipus." Ismene describió al padre con su aspecto de abandono (vv. 325 y ss.) pero, entonces, el detalle físico no significó indignidad en su persona.

9. El enunciado parece, a la vez, una confesión y una aseveración, según afirma Jebb (1928: 199). Polinices, en este momento de su propio drama, está más cerca de un personaje euripideo, como Orestes, que de ser un héroe sofocleo. A sus palabras todavía no es posible discernirlas ni como sincero acercamiento ni tampoco como retórica vacía. Cfr. Kamerbeek (1984: 178).

10. Cfr. Liddell-Scott (1968 9 : 153). Kamerbeek (1984: 180) traduce la expresión como "as a reprisal for which". La represalia es contra el proyecto de Polinices.

11. Lloyd-Jones & Wilson (1990: 254-5) señalan los pasajes controvertidos del discurso, por ejemplo, a propósito del v. 1298, donde el coordinante m¢n no opone la opinión de Polinices con la voz oracular. Campbell (1879: I, 399) sugiere que toda armada Ileva consigo sus adivinos, por tanto el v. 1300 ofrece cierto grado de vaguedad.

12. Tanto es así, que Edipo se expresa como si viera la falange de Polinices cuando dice (v. 1371).

13. La lista concuerda en nombres, aunque no en el orden, con la de Esquilo (vv. 377-652) en Los Siete contra Tebas. También en Fenicias de Eurípides (vv. 1104-1188) aparece una lista semejante. Cfr. Jebb (1928: 205); Kamerbeek (1964: 183).

14. Sabemos por Los siete contra Tebas que Partenopeo es arcadio y, por tanto, extranjero en Argos, , como lo son también Eteoclo y Tideo; Partenopeo es hijo tardío y digno de confianza, , de Atalanta. En su escudo, el guerrero ostenta una esfinge como símbolo. Por un lado, alude a la virginidad de su madre; por otro lado, nombra metafóricamente a Edipo en tanto Salvador de Tebas. Representa la antigua amenaza que regresa a Tebas. Todo un enigma, como el nombre mismo del guerrero. Bajo el signo de las palabras enigmáticas se unen las tres instancias temporales: pasado, presente y futuro. Cfr. Zeitlin (1982: 98-114).

15. Cfr. Zeitlin (1982: 114-135).

16. Edipo responde en su discurso (vv. 1362-1369), donde niega rotundamente su paternidad para los hijos varones. La relación amor-odio entre los hijos es uno de los elementos esenciales de la pieza, y con el discurso del joven y la respuesta del padre, el poeta obtiene un efecto de terror sacro. Cfr. Méautis (1940: 50).

17. Corroboramos su comportamiento en el diálogo con Antígona (vv. 1399-1445, principalmente los vv. 1426-1432-3). Nos preguntamos cuál es el motivo real por el cual Polinices no desiste, si ya le ha sido anticipada la derrota sin eufemismos.

18. Al modo en que tampoco resuelve nada, por ejemplo, la presencia de Hemón en el tercer episodio de Antígona.

19. Easterling (1967: 4) afirma que "Ismene tells Oedipus of the new oracle; one of the things he is most interested to know is whether the sons have heard of it: if so, they have again failed in their duty to their father by not interpreting it as a good reason for bringing him back to Thebes. He now delibers himself of a much more detailed attack on his sons for their past behaviour (a justification to the audience of Oedipus' attitude to his sons, as Linforth points out), and he sums up with a contrast between them and his daughters".

20. Como afirma Belfiore (2000: 151-152) el tema de la obra es y el enunciado se corrobora con las frecuentes referencias a las súplicas que presenta la obra. admite el significado de vagabundo, refugiado. Cfr. Liddell-Scott (1968 9 : 1189).

21. Cfr. Torrance (1965: 286).

22. Otras reiteraciones: en el verbo (v. 1288, 1291); (vv. 1328-1334).

23. Cfr. Hutchinson (1999: 47-72), quien afirma que la oposición ha sido poco explotada en el drama. Edipo en Colono es construida alrededor de una experiencia imperfectiva que conduce hasta el presente; pero la llegada de Polinices es de un tempo opuesto, más cercano al tempo de Edipo Rey, la obra que comienza in medias res y muestra el último día de gobierno de Edipo.

24. En Filoctetes triunfa . Como en Filoctetes , en cuanto necesitan de Edipo para el triunfo, tanto como allí necesitan del arco para vencer en Troya.

25. Easterling (1967: 11) afirma que las palabras relativas a los caminos evidencian que Polinices está arrojado a ellos por una maldición a la que no puede abandonar, aunque él sepa que las rutas lo conducen al desastre; Vidal-Naquet (1995xiiie : 211) concluye su artículo afirmando que Edipo en Colono es una tragedia de pasaje, que la tragedia reflexiona sobre las fronteras que separan a los hombres y sobre aquéllas, también, que permiten que los hombres se reúnan.

Bibliografía

Textos y Comentarios

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