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Synthesis (La Plata)

versión impresa ISSN 0328-1205

Synthesis (La Plata) v.11  La Plata ene./dic. 2004

 

 

ARTÍCULOS

Fronteras sociales de Odisea : Pretendientes, nobles y servidores*

Graciela Cristina Zecchin de Fasano

Universidad Nacional de La Plata

RESUMEN
La relación entre pretendientes, nobles y servidores resulta muy compleja en Odisea . Dentro del expandido mundo doméstico que el poema presenta no se halla una respuesta clara para la presencia de los pretendientes, como tampoco para el rol social desempeñado por algunos servidores cuya característica definitoria es haber sido nobles y expresar en la actualidad una prueba fehaciente de las variaciones de la fortuna. Tal es el caso de Euriclea y Eumeo.
El trabajo propone la discusión de la elaboración de los límites entre una clase social y otra, así como la constitución de las fronteras entre ellas, para interpretar la forma en que se articulan en el poema la situación social de personajes menores con la adhesión al héroe protagonista.

PALABRAS CLAVE: Odisea; Pretendientes; Servidores.

ABSTRACT
The relation between suitors, noblemen and servant results very complex in the Odyssey . Inside of the expanded domestic world that the poem offers, we do not find a clear response to the presence of the suitors, neither to the social roll playing by the servants, whose definitory characteristic is to have being noblemen and express at that time an authentic proof of variations of the fortune. That is the case of Eurykleia and Eumaios. This work proposes the discussion of the elaboration of the limits between one social class and another, as the constitution of the boundary between them, to interpret the form in which is joined in the poem the social situation by the minor characters with the relationship about the protagonist hero.

KEY WORDS: Odyssey; Suitors; Servants.

En The Poetics of Prose , admitió Todorov,1 que el texto de Odisea consistía en un cúmulo de "perversidades" que lo volvían un modelo narrativo peculiar. Entre estas perversidades o complicaciones debemos incluir, sin duda, la situación narrativa que surge de la simple síntesis del argumento el poema. Odisea puede ser presentada como un texto en el que una presunta viuda es asediada nada menos que por ciento ocho pretendientes, mientras anhela el regreso de su esposo, de quien no se tiene noticia desde hace casi veinte años. Esta descripción argumental apunta a indagar en una de las curiosidades - "perversidades" diría Todorov- de Odisea . Formulando de otro modo el argumento, nuestra incógnita es la razón por la cual los pretendientes están allí y en número tan elevado, ya que semejante situación narrativa parece a simple vista poco adecuada para la seriedad presupuesta por un texto épico; puesto que -a pesar de la heterogeneidad de su material, Odisea responde a la "norma" literaria griega en cuanto al género épico: es decir, composición en hexámetro, sobre un mito heroico con una suma de valores que constituyen el código funcional de la conducta del sujeto de la narrativa. La aceptación convencional de la ficción, propia de la narrativa moderna, resultaba impropiamente aplicada por Todorov a Odisea , ya que la épica partía en el mundo griego de la aceptación de su verdad mítica.
La respuesta a la extraña presencia de los pretendientes aceptada como conflicto en el poema se debe razones más profundas que no se perciben en una primera lectura y que el texto presenta con una opacidad deliberada. Por una parte, la reconocida pluralidad de caracteres en Odisea propicia una presentación del mundo social que, obviamente, en una visión superficial se muestra incoherente. Por otro lado, las posiciones críticas enfocan la cuestión de modo diverso. Unas veces el texto resulta presentado como testimonio histórico de una organización social reproducida exactamente -a falta de otra información testimonial más acertada- y, otras veces, desde un enfoque más bien literario, el poema realiza una "representación" de las fronteras sociales y no su mera "reproducción".2
Algunas relaciones entre personajes de distintos estratos sociales resultan particularmente inexplicables o confusas, por ejemplo la relación entre pretendientes, nobles y servidores; otras se fundan en la metaforización de situaciones, ya que el , señor o rey de la casa regresa como , es decir como extranjero o ajeno a la comunidad y como , un mendigo, una alteridad que marca su situación oblicua respecto del mundo de los o excelentes, al que realmente pertenece.
El mundo doméstico proporciona la presencia de una masa de servidores que permite una mirada más puntual y profunda en las figuras de Euriclea y Eumeo, nobles en el pasado, y, a través de ellos se impone la idea de las variaciones de la fortuna al mismo tiempo que se cuestiona la posesión permanente de atributos de clase. La elaboración de los límites entre una clase social y otra, así como la constitución de las fronteras entre ellas añade como elemento conceptual moralizante la categorización de personajes menores de acuerdo con la adhesión al héroe protagonista3.
La noción de límite social articula en Odisea una frontera doble ya que presenta la específica comprensión "espacial" de las diferencias, sumada a una estrecha relación con el código ético que sustenta la ideología dominante en el poema. Nos ceñiremos a tres casos testigos de la elaboración de límites: la restauración de Odiseo como , la situación de los pretendientes en relación con el y cómo este conflicto se vierte en el campo de los servidores.
La descripción del mundo social parte en Odisea de un ámbito espacial específico que es llamado , cuya estructura aparece definida, en primer término por dos sectores claramente diferenciados. Por un lado, el sector de los a quienes se reconoce un sitio de predominio y al que pertenece la figura cohesionante del y, por otro lado, un sector de múltiples personajes relacionados con la producción de bienes y con el cumplimiento de servicios con asignación de tareas específicas de diversa jerarquía. Con posterioridad al tiempo homérico Aristóteles en Política 1.2. 1252b 13-14 definirá como un grupo de co-residentes afines, muchas veces relacionados por el vínculo del matrimonio.4
La definición de la gestión de un dentro de Odisea es objeto de discusión en la segunda asamblea de dioses, en el canto 5.7-12.

¡Padre Zeus y demás dioses bienaventurados que viven eternamente! Ningún rey que empuñe el cetro sea benigno, ni blando, ni suave, ni tenga rectitud en el ánimo; por el contrario, que proceda siempre con crueldad y lleve a cabo acciones nefastas; ya que nadie entre las gentes del pueblo se acuerda del divino Odiseo, entre los cuales reinaba como un padre afable.

El discurso de Atenea citado instala la imagen de Odiseo como justo y la noción general del tipo de jerarquía representada a partir de calificaciones morales, anímicas () e intelectuales () . Establece, además, una relación de verticalidad dentro del , cuando se anota la respuesta de la comunidad como una respuesta ingrata en términos de una relación paterno - filial. Semejante descripción del poder resulta congruente con la presentación horizontal de las generaciones heroicas en el poema sobre la base de la secuencia Laertes, Odiseo, Telémaco. Sin embargo, el discurso de Atenea ofrece ambiguedades, ya que plantea como conflicto el olvido -la ausencia de memoria, que es grave para un héroe épico- de los subordinados al poder o gobierno de Odiseo, entre los cuales era el señor (), explicitando un conflicto en el orden vertical. El narrador y los narratarios comparten un conocimiento que la diosa no expresa: que, en esta secuenciación, el primer conflicto social del poema se desarrolla no en el ámbito de la relación vertical, sino en el ámbito horizontal de la relación entre pares, ya que tanto Odiseo como los pretendientes pertenecen la mismo sector de la comunidad y, por otra parte, como corolario, el relato demostrará que no constituye una verdad absoluta que las gentes hayan olvidado a Odiseo.
La base del conflicto entre Odiseo y los pretendientes y la ubicación de estos personajes en el interior del plantea el reconocimiento de valores sociales vigentes que regulan los vínculos entre el y quienes podían detentar derechos a ejercer este mismo poder en su ausencia. La situación en Ítaca podría perfectamente comprenderse en términos de la lucha por el desplazamiento de los Laertíadas, iniciada por el grupo de los mejores exponentes de las casas vinculadas.5 Establecidos en el palacio de Odiseo, los pretendientes aprovechan su ausencia para agotar todo lo que produce el , su conducta se califica como injusta, ya que el objetivo de desposar a Penélope no implicaba el acaparamiento de los bienes ni de las propiedades. Dos han sido las interpretaciones básicamente suministradas acerca de la presencia de este grupo de personajes. En primer lugar, ellos han sido considerados como exponentes de una "nueva clase social" interesada en la subversión del estado político, es decir para instalar un sistema diferente del regido por un . En segundo lugar, se ha opinado que los pretendientes, simplemente, se proponían adquirir el poder en Ítaca desposando a la viuda, ya que el sistema hereditario así lo requería, sin subvertir el sistema político vigente.6 Aunque la posición de los pretendientes parece a primera vista inexplicable, ellos son presentados como un grupo de con derecho al poder, por lo tanto, su discusión del poder de Odiseo y su anhelo de reemplazarlo no tiene relación con una competencia interclasista. Más bien, tal como el poema explicita ellos pertenecen a un mismo sector junto con Odiseo entre los cuales los valores competitivos y cooperativos propios del heroísmo se reaseguran permanentemente. Su presencia resulta conflictiva porque han instaurado un prevaricato sustentado en su superioridad numérica. 7 Los pretendientes y los compañeros de Odiseo reciben el mismo tratamiento "coral", son presentados en grupo, luego algunos se individualizan; finalmente, la conducta de los dos grupos es calificada con términos idénticos ( , etc.).8 Frente a ambos grupos, Odiseo se destaca por sus condiciones de liderazgo, pero el paralelo entre pretendientes y compañeros proporciona la posibilidad de interpretar que los pretendientes son también personajes con los que Odiseo podía haber proyectado las incursiones bélicas por las que es conocido; por lo tanto, con ellos también son estrictamente necesarias las relaciones de reciprocidad inherentes a la vida heroica.9
Como el conflicto social de Odisea afecta a la estructura básica del oäkow, la composición narrativa confronta numerosos : en paradigma mítico del pasado como el de Agamenón; en paradigma simultáneo, como los de Néstor, Menelao y Helena, o en paradigma utópico como el de Alcínoo y Arete. Desde el mito de la casa de Agamenón, el conflicto de Odisea se presenta como una situación narrativa de oposición entre nobles que detentan el poder o aspiran a poseerlo. Las soluciones presentadas por el relato se proponen desde un "cálculo de probabilidades": un conflicto de tipo horizontal que puede definirse violentamente, como en el caso de Agamenón; o que puede dar lugar a la reconstrucción del , como en el caso de Menelao y Néstor; o permanecer indefinidamente ajeno a toda discordia interna, como en el caso de Alcínoo y Arete.10
En los casos expuestos en Telemaquia, los valores detentados como elementos de cohesión son relativos al honor y la hospitalidad, es decir continúan en el orden de vínculos horizontales, la descripción de Esparta con Helena y Menelao abastece exhaustivamente esta afirmación. En cada comunidad, la descripción de los vínculos sociales y de las relaciones de verticalidad y horizontalidad especifican un matiz diferente y de todas las confrontaciones resulta claro que el desorden de Ítaca refleja una situación de crisis entre vinculada con la desaparición de ciertas fronteras sociales -la abolición de la reciprocidad entre pares, por ejemplo-que el auténtico a su regreso debe restaurar.11
El Agamenón, recuperado por la vía de paradigma mítico del pasado, también revela un disfuncionamiento crítico que se resuelve por el crimen entre pares y parientes. Como una advertencia sombría este paradigma anuncia una salida violenta como probable final de Odisea , salida balanceada frecuentemente por la secuencia de la profecías que anuncian el regreso reivindicante de Odiseo. La perspectiva de Odisea insiste en la focalización desde la órbita de los y, específicamente, desde los derechos del , e insiste en cómo las situaciones de discordia interna afectan al sistema de prestigio que establece los parámetros de riqueza, poder y honor.
Las relaciones entre miembros de los exponen un desplegamiento horizontal con el desarrollo del sistema de valores de sustentación de la clase, es decir valores cooperativos, entre los cuales se hallan la hospitalidad y el banquete como básicos para el funcionamiento adecuado del . En todo caso el texto advierte condenatoriamente las fallas reiteradas a la hospitalidad que los pretendientes realizan como una calificación moral degradatoria. Las acciones de los pretendientes atentan contra los valores cooperativos como se ocupan de señalar los calificativos morales con que dioses y hombres los designan reiteradas veces a lo largo del poema, como (soberbios), (injustos ) , (salvajes o incivilizados), etc.12 La definición misma de la poesía épica, 13 limita la posibilidad de aparición de personajes inferiores, no obstante, ¿debemos leer estas calificaciones en el sentido de que los estratos inferiores de la comunidad homérica no tienen relevancia para generar ningún eje de conflicto? ¿O la focalización del narrador es tal que inhibe la aparición de cualquier interés en otro sector?. Está claro que los provocadores del eje del conflicto se identifican con el mundo de valores de Odiseo. También es explícita la presentación de valores competitivos sin los cuales la ética heroica no pervive.
En tiempos no bélicos como los que presenta Odisea , las situaciones de competencia se reducen a episodios puntuales de la vida de los , normalmente estos valores competitivos son transferidos a otras situaciones y se observan en el cortejo a una dama, o en la competencia atlética. Las secuencias narrativas de Odisea nos brindan una sublimación del enfrentamiento bélico en una situación de competencia que combina cortejo y enfrentamiento atlético donde varones destacados deben producir acciones memorables. La competencia concebida como , no difiere de los juegos funerales en honor de Patroclo en el canto XXIII de Ilíada , en los que se establecía claramente la jerarquía de los competidores como índice de la vinculación horizontal entre . En tiempos pacíficos, la relación entre pares establecía sobre el cortejo por una novia las características de un certamen con la novia como premio o . En todos los casos se trata de una herramienta para discernir quién es el mejor.
En el eje del conflicto /pretendientes, el texto de Odisea plantea una prueba de valoración competitiva como mecanismo de solución: la competencia con el arco en la que los pretendientes deben ensartar con un solo disparo las cabezas de doce hachas de doble filo. Las características atléticas del suceso del canto 21, que presume una solución pacífica de cuestiones de jerarquía y una sublimación de la violencia ínsita en la competencia por una mujer son desarrolladas exhaustivamente. El arco representa un don de hospitalidad, ya que Odiseo lo recibió de Ifito. La referencia al arco tiene valor de una analepsis épica; dado que Ifito recibió a su vez el arco de Eurito. Este junto con Heracles corresponden a una generación mítica previa a la generación heroica de Troya. El anacronismo instala el pasado mítico en el momento crucial para Odiseo a través de la figura de eximios arqueros. Sin embargo, el valor simbólico del objeto no se agota en esta instancia temporal. Heracles dio muerte a Ifito como un hospedador ingrato y violento, similar al Cíclope, razón por la que el arco -como objeto que expresa la hospitalidad bien cumplida entre Odiseo e Ifito- se vuelve la herramienta ideal contra los pretendientes.14 Como otros objetos de la épica, el arco diversifica su dimensión espacial convirtiéndose en objeto narrante en sí mismo: atestigua la conflictiva muerte del huésped, pertenece al pasado heroico de Odiseo y constituye una de sus marcas de identidad. Finalmente, aunque a través de un don de hospitalidad se corregirán las carencias hospitalarias de los pretendientes, el arco, tensado como un instrumento musical, representa un símbolo de la competencia entre , es una herramienta para dirimir excelencia, y, por último, en el paralelo mítico gestado entre Heracles y Odiseo sujetos a múltiples penurias y , Odiseo obtiene un éxito superador de la generación mítica anterior.15
El arco simboliza la fuerza y astucia de Odiseo, nadie ha podido tensarlo ni lo tensará, por esta razón resulta un medio adecuado para resolver este tipo de tensión social entre pares y reproduce en otra escala el asedio de la expedición helénica frente a Troya con el sólo objeto literario de recuperar a una mujer. De tal manera, el arco propone una nueva instancia de la confrontación , con una identificación explícita en cada sector, la astucia prevalece sobre la fuerza numérica de los pretendientes. La guerra y el cortejo colocan en paridad de condiciones a miembros de una clase al reconocerlos aspirantes meritorios de una mujer noble, la competencia atlética desarrolla en otro nivel la situación de acción hazañosa necesaria para la obtención de .
A pesar de que los pretendientes, tal como los compañeros de Odiseo, reciben un tratamiento de personaje-masa colectivo y, en algunas ocasiones, parecen el oponente "coral" de Odiseo,16 algunos adquieren personalidad propia y, al menos tres manifiestan un tipo específico de iniquidad. Antínoo es el líder del grupo, su nombre resulta el predicativo de su condición y lo muestra como opositor, su discurso es insultante y directo y representa el comportamiento más perverso de los pretendientes. Eurímaco, el seguidor más directo de Antínoo, presenta un discurso hipócrita y solapado. Finalmente, Anfínomo, es el favorito de Penélope entre los pretendientes, parece presentar una sensibilidad mayor, y ser menos perverso que el resto; a pesar de ello el texto lo presenta como culpable y también morirá. La caracterización demuestra que los personajes presentan un interés humano, por encima de su cifra: el carácter de Antínoo es constante a través de la acción, el de Eurímaco es gradualmente revelado por la acción, y el de Anfinomo es introducido en la cercanía de la ejecución de justicia.
Un discurso de Eurímaco en el canto 21.249-251 expresa sintéticamente la finalidad de la competencia con el arco: asegurar los sistemas de propiedad, riqueza y prestigio que producen . El arco deviene la prueba más fehaciente de la visión social de Odisea. Necesariamente un objeto que predica lujo, preeminencia y cooperación entre semejantes resuelve la oposición por el poder. Eurímaco siente el reproche de las generaciones venideras por su falta de excelencia física:

¡Ay de mí! Siento un gran dolor por mí y por todos, y aunque estoy afligido, no lamento tanto la boda, pues hay muchas otras aqueas en Itaca rodeada por el mar y en las restantes ciudades; sino ciertamente, si somos tan inferiores en la fuerza a Odiseo semejante a un dios; por lo cual no somos capaces de tensar el arco. Las generaciones venideras expresarán un reproche en tanto lleguen a saber.

La repetición vocal de la fallida hazaña de los pretendientes ratifica el sistema de prestigio, ya que la obtención o pérdida de una mujer adquiere en Odisea el valor de un mecanismo de significación social de , tanto como Briseida o Helena pueden serlo en Ilíada .
Existen diversas paradojas, por una parte Penélope instala la competencia -podría sumarse este episodio a las restantes estratagemas dilatorias- y se establece a sí misma como , como premio.17 Por otro lado, los pretendientes rivalizan verdaderamente con la "memoria" de Odiseo, y no con Odiseo en sí mismo cuya participación se produce de manera colateral, como mendigo y sin disputar por Penélope. Esta inclusión de Odiseo-mendigo aparentemente inapropiada por traspasar la frontera en sentido vertical, constituye una afirmación de la cohesión del bajo un digno, ya que el personaje ajeno deviene el más pertinente al lugar y el mejor.
La resolución de la competencia con el arco revela que cada uno de los pretendientes participa en representación de su comunidad, de su , y confronta con otros en carácter de miembro integrante, la competencia resulta el clímax y la clave es la exposición del honor individual, familiar y comunitario en la cabeza masculina del .
Mientras el conflicto entre Odiseo y los pretendientes se desenvuelve con las características mencionadas, el mundo de los servidores aparece en relaciones de verticalidad con los y con una calificación moral acorde al amo a quien obedecen. Se trata de grupos de hombres y mujeres que desempeñan diversas tareas y constituyen la base funcional de la producción de bienes que sirven de sustentación al . La solución del conflicto entre Odiseo y los pretendientes deriva en la reorganización del mundo de los servidores que podemos visualizar en dos aspectos: el castigo a los adheridos a los pretendientes, la restauración o salvación de quienes esperaron al antiguo .
Por una parte, la galería de personajes es bastante más abundante y proporciona caracteres finamente individualizados frente a una masa no identificada relacionada con tareas. Por ejemplo, distinguimos con claridad a Eurinome, Eurimedusa, Euriclea o la esclava siciliana que cuida de Laertes, en todos los casos los caracteres que se diferencian y separan de la masa son aquellos que se focalizan desde su relación con los porque su función es relevante para ellos. La masa de servidores masculinos denominados , se divide las tareas dentro y fuera de la casa, ya sea que sirvan al dueño o a los pretendientes.18 De igual manera las servidoras femeninas denominadas en forma colectiva.
Entre estos personajes existen relaciones de tipo horizontal fundadas no en valores de clase sino en distribución de tareas, agrícolas, serviles, administrativas, incluso algunos no son rotundamente esclavos sino simples servidores. La construcción de una frontera que separa los ámbitos de cada grupo social aparece nítida en la constitución de este sector. En el campo de la verticalidad, es decir cómo se separan y servidores descubrimos que la noción de clase es "relacional", los esclavos se definen como inferiores a los , no tienen una posición por sí mismos sino en relación con otros, hecho que, además, apoya su moralidad, ya que resultan (buenos) o (perversos) de acuerdo a su adhesión al personaje o sector social que representa la ideología poética.
La definición de clase en forma relacional, por oposición a otros que no son lo mismo, aparece con claridad en 15. 318-324 , en un discurso en el que Odiseo intenta probar a Eumeo y anuncia que mendigará en las cercanías del palacio, afirma:

Voy a decirte una cosa y tú atiéndeme y escúchame: gracias a Hermes el mensajero, quien concede gracia y gloria a las acciones de todos los hombres, ningún mortal podría rivalizar conmigo en servir, ya sea en amontonar leña para encender bien el fuego, cortarla cuando está seca y asar carne o mezclar el vino, todo aquello que los inferiores realizan para los mejores.

La descripción de las tareas domésticas enlista actividades de un sistema productivo primario, como tareas que un estrato definido -espacial y socialmente- como "inferior" realiza en beneficio del grupo definido como . La significación de no es de grado positivo, no significa solamente "bueno", sino que su campo semántico en correlación con , adquiere un valor comparativo: significa "mejor" o superior en espacio y poderío, amén de en condiciones que categorizan como un miembro de la élite. De igual modo saluda, Menelao a Telémaco en 4.62-64 cuando reconoce que él no puede ser miembro de los inferiores, sino que su aspecto físico revela que es descendiente de nobles. La categorización obtenida por esta vía demuestra que para los no se usa el comparativo "inferiores" () que los define como un "otro contrastante". La comparación establece una jerarquía, que define de modo espacial liminar y fronterizo una posición en la vida social, aunque no podemos hablar de "aristocracia" todavía -al menos con el sentido que tuvo el término para el s.V. a. C.-, el grupo de los en el ámbito del ocupaba, además, los sitios de mayor importancia de la casa.19
Por otra parte, la perspectiva espacial adoptada diferencia claramente entre espacios superiores e inferiores, pero queda claro que es desde los estamentos superiores que se contemplan las tareas de los servidores, es respecto de lo superior que algo se visualiza como inferior.20
Entre los servidores, presentados "coralmente", algunos detentan la categoría de esclavos, aunque contrariamente a lo esperado, la visión del esclavo no es uniforme en Odisea . Anexa a la concepción de fronteras y del otro contrastante está la visión de esclavos que han sido nobles en otro tiempo y los azares de la fortuna los han degradado, se trata de nobles varones o mujeres capturados en guerra, Fénix en Ilíada o Eumeo en Odisea , o la misma Euriclea exponen los casos más relevantes. El rasgo distintivo de todos ellos es que conservan aún un rango de nobleza expresado en la lealtad al buen , de manera que a través de ellos Odisea reasegura su visión básicamente aristocrática. De este tipo de personajes se asume que han perdido la mitad de la el día en que llegaron a la esclavitud, sin embargo el resto de que pervive en ellos basta para abastecer la ideología que Odisea transmite. Sobre la visión que este tipo de personajes tiene de sus señores son claras las palabras de Eumeo al mendigo Odiseo en 14.140 y ss.:

 

... No hallaré otro dueño tan benévolo en ningún lugar a que me encamine, ni siquiera si regresara a casa de mi padre y de mi madre, donde antes nací y ellos me criaron.

La biografía misma de Eumeo deviene un cuestionamiento de las fronteras sociales, ya que la servidora fenicia de su casa es la responsable de su esclavitud. Como prueba de la visión relacional entre clases, esta servidora tanto como las criadas infieles de Odiseo son declaradas merecedoras de muertes ignominiosas, o bien de una muerte sangrienta de valor moralizante. En todos las casos, es la adhesión al la medida de la moralidad o inmoralidad de los criados. 21
Dos secuencias narrativas de Odisea parecen ceñirse a la línea de frontera entre nobles y servidores: el encuentro entre Eumeo y el extranjero Odiseo en el canto 14 con la tarea de cooperación encarada en el canto y el enfrentamiento con Iros en el canto 18. La primera secuencia enfrenta a Eumeo/porquero-inferior/hijo de un rey con Odiseo/ mendigo-extranjero/. El último dato de la confrontación encierra la verdad, de manera que los narratarios- lectores u oyentes de Odisea - participan de la interpretación correcta. Sólo en el nivel superficial el encuentro se produce entre el porquero y el mendigo. Para Odiseo resulta un encuentro entre señor y siervo fiel, para los narratarios un encuentro entre dos nobles, afectados momentáneamente por las variaciones de la flexible fortuna. La segunda secuencia, que corresponde al enfrentamiento entre Iros y Odiseo (18.1-13), proporciona una confrontación aparente entre dos mendigos y aunque el personaje del mendigo consuetudinario presenta un aspecto en que la conducta de los nobles debe mostrar su moderación y magnanimidad, el nuevo mendicante Odiseo, es atacado tanto por Iros, como por los pretendientes: una señal más de la falla moral de este personaje-masa que anhela detentar el poder y, al mismo tiempo, pervierte la organización de la vida social, con una "comensalidad" distorsionada y con modales degradados. 22
La descripción de clases en Odisea parte de la noción espacial de límite y frontera, la vinculación entre pares desarrolla los valores competitivos: cortejo, y , sucedáneos de la competencia en guerra, se despliegan en el cortejo en que la mujer adquiere valor de reaseguro del sistema de honor. Los valores cooperativos entre pares, también son generadores de fronteras y definen el desenlace de Odisea . El espacio asignado a los pretendientes para el cortejo es el exterior, su penetración en el debe promoverse por los dones que evidencien su prestigio social y sean generalmente, signos de alguna hazaña previa. Los pretendientes han transgredido un límite, ya que instalaron el cortejo en el interior de la casa y no sólo no conceden dones, sino que agotan la fortuna propia de la casa. El arco, patrimonio de la nobleza resuelve el conflicto entre pares.
La inversión de los espacios en el nivel horizontal del se refleja de modo especular en el nivel vertical. La frontera entre y se funda en la asignación de valores a los que predican su superioridad, son sus atributos, de todo ello los que se ubican en posición inferior poseen en menor grado y en todo caso aquello que poseen es reflejo de sus dueños o en el caso óptimo constituye parte de su virtud reducida por la esclavitud.
En Odisea , el resulta desordenado por la subversión de los espacios, una subversión curiosamente provocada por los pares. En el campo del hay una barrera horizontal que limita superiores de inferiores y un límite que señala la frontera entre adentro y afuera. Esta última frontera, por su inversión, justifica que la solución social de Odisea provenga de alguien que, desde el exterior y en carácter de o ajeno , penetre en el interior y desplace como el más propio al cortejo que invirtió la organización del espacio.23
En los breves casos testigo citados, el discurso aristocrático del poema focaliza toda la narración. Criados y criadas, esposa y comunidad son restaurados a su verdadero funcionamiento cuando el más prestigioso triunfa en los valores competitivos, vence la contienda del arco, y triunfa en los valores cooperativos, castiga las faltas a la hospitalidad, libera el espacio del de presencias indebidas y ordena las relaciones entre interior y exterior. 24
Odisea desafía permanentemente todas nuestras observaciones críticas, el conflicto planteado al inicio, la aparentemente risueña e inexplicable seducción de Penélope asediada por un número tan elevado de pretendientes, adquiere su resolución por una práctica que define la relaciones comunitarias y que termina en un crimen audaz, la muerte de los desleales contemplada como mera ejecución de justicia. Un desenlace tan afincado en la raíz de la cultura griega que promovería un reclamo sin fin de allegados y familiares, es extirpado de su serialización con la intervención de Atenea.
La tarea ordenadora de Odiseo resuelve el conflicto interno de su , la tarea ordenadora de Atenea resuelve el conflicto externo. La armonización obtenida al final del poema, con la eliminación de los anómicos pretendientes y de los servidores irrespetuosos estabiliza la frontera vertical y la frontera horizontal. Los nobles y mejores prevalecen y los servidores reflejan en modo especular este predominio de los mejores, tan beneficioso para el contenido paradigmático del poema. Odiseo es un ícono: si el señor o es realmente , los pares y servidores resultan miméticos: Si los líderes tienen las características de los pretendientes, surgen conflictos entre los pares, se desordenan los espacios y la solución es violenta.

Notas

* Una versión preliminar de este trabajo fue presentada ante el V Congresso da Sociedade Brasileira de Estudos Clássicos, XIII Reuniâo anual da Sociedade Brasileira de Estudos Clássicos, Pelotas, Brasil (15 - 20 de setiembre de 2003).

1. Todorov (1977:53).

2. Thalmann (1998:14) afirma que el proceso literario impone una distorsión a la realidad, que resulta "representada" de acuerdo al pensamiento social epocal. Este punto resulta particularmente interesante si se considera que deviene un modo de revelar la forma en que la sociedad homérica deseaba representarse a sí misma.

3. Baste con citar a Griffin (1980:73): "... la Odisea está repleta de contrastes morales en blanco y negro. Los pretendientes son villanos; de los sirvientes Ulises, algunos son virtuosos y leales, y éstos luego van a ser recompensados (la vieja ama Euriclea, el porquerizo Eumeo y el boyero Filetio), otros son unos traidores que mueren de muerte humillante (el cabrero Melantio, las sirvientas que cohabitan con algunos pretendientes".

4. ,... Por tanto, la comunidad establecida por naturaleza, para lo cotidiano, es el oikos (la casa) . El comentario de Aristóteles viene a continuación de una cita de Hesíodo, que se utiliza para considerar que una casa está constituida por la reunión de esclavos y libres y que, en la intimidad del , el buey resulta el esclavo del criado. Puede confrontarse, Jenofonte, Económico 7.16-30 quien presenta una visión idealista del como una comunidad igualitaria de asociados o koinvnoÃ> .

5. Cfr. Lateiner (1995:209) sostiene que los pretendientes han rechazado la , ya que presentan indiferencia ante el ceremonial propio de la relación heroica.

6. Cfr. Codino (1965:114).

7. Por otra parte, en la épica las cuestiones de superioridad numérica suelen resolverse en combate individual, como es visible en Ilíada , donde el asedio a Troya se resuelve en el duelo entre Aquiles y Héctor, aunque no se narre la caída de la ciudad. La misma apreciación puede hacerse para Odisea , la batalla el canto 22 contra los pretendientes se resuelve en duelos individuales, a pesar del concurso de Atenea, la focalización del narrador apela a esta técnica.

8. Cfr. los cantos: 1.132-34; 18.275; 21.146; 22.416; 23.67 y 24.458, sólo por citar algunos pasajes.

9. Cfr. El célebre discurso de Sarpedón en Ilíada XII.322, exposición canónica del código heroico.

10. En el canto 7.68 se utiliza la palabra para referirse a la comunidad de Arete y Alcínoo, como objeto de posesión de una pareja. En los otros casos se utiliza preferentemente, . El texto homérico indica que presupone la pareja fundante, mientras corresponde a la visión de un lugar desde alguna distancia (7.14) y (7.3) a una cercanía mayor.

11. De igual manera, la inmoderada "comensalidad" de los pretendientes actúa como señal social de pérdida de las virtudes propias del noble.

12. La risa desmedida de los pretendientes resulta un gesto no verbal de sus excesos, una marca de su rusticidad y, en consecuencia una clara señal de sus fallas en cuanto a los valores pertinentes de su clase. Cfr. Borgeaud (1987:336). Frente a la risa violenta de los pretendientes, Odiseo y Atenea sonríen moderadamente. El reclamo de moderación a Euriclea ante la muerte de los pretendientes, debe interpretarse en el mismo sentido: es un atributo de nobleza la reacción adecuada a la circunstancia.

13. Cfr. Los múltiples pasajes de la Poética de Aristóteles al respecto ( vgr .1448ª)

14. La competencia se vuelve un episodio apolíneo, ya que se celebra en la festividad de Apolo.

15. Cfr. De Jong (2002:506).

16. Odiseo prefiere verlos como una masa anómica e infiel, los invoca en 22.35-36.

17. En tiempos pacíficos el cortejo se produce sin violencia, aunque muchos cortejos la involucran: por ejemplo, el de las perseguidas Danaides, o el de la hija de Anteo en la Pítica 9.105-125 de Píndaro, o el cortejo de Heracles por Iole.

18. Sobre la clasificación de los sirvientes masculinos y femeninos y su grado de esclavitud. Cfr. Thalmann (1998: 49 ss.)

19. Cfr. Finley (1978:57): "Una profunda separación horizontal marcaba el mundo de los poemas homéricos. Encima de la línea estaban los áristoi , literalmente "la mejor gente" los nobles hereditarios...Debajo estaban todos los demás..."

20. Curiosamente estas definiciones coinciden con la visión aristotélica del esclavo como propiedad inanimada y subsidiaria del amo.

21. Por otra parte, la situación narrativa que comparten Eumeo y Odiseo resulta una iteración variada del encuentro de Odiseo con otro "rústico", tal como denomina Borgeaud (1995: 325) a Polifemo. La acogida benévola de Eumeo inaugura la restauración de Odiseo y recupera una visión más positiva delas tareas agrícolas como tareas humanas, compartidas incluso por Laertes.

22. Incluso, la propuesta de Eurímaco al mendigo Odiseo, en 18.356-364, de convertirse en un empleado asalariado, (, 18.357) resulta más infamante que la condición de esclavo o mendigo, ya que el mendigo tenía al menos la libertad de transitar.

23. Precisamente para resolver las faltas de los pretendientes a la hospitalidad, resulta necesario, conforme a la ideología poética, que Odiseo se presente como mendigo. Cfr. Murnaghan (1987:56)

24. Lateiner (1995:230.n.56) discute las opiniones de Morris (1986.123-127) acerca de la glorificación de los producida en Odisea . El desenlace del poema resulta indubitable, respecto de la defensa del señor moderado y justo, apoyado por Atenea. Ello no implica una visión ingenua de la sociedad. Cualquier héroe podía incluir conductas que ponían en riesgo su comunidad (una verdad aplicable tanto a Aquiles, como a Odiseo) o tenía capacidad para resolver conflictos o señalar los problemas inherentes a la nobleza hereditaria cuando los herederos no detentaban en sí mismos la virtudes necesarias (Agamenón y los pretendientes, lo ejemplifican).

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