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Synthesis (La Plata)

versión impresa ISSN 0328-1205

Synthesis (La Plata) vol.19  La Plata ene./dic. 2012

 

ARTICULOS

La dionisización del dios Pan

Silvia Porres Caballero

Universidad Complutense de Madrid, España


Resumen
Pan es un dios peculiar en muchos aspectos. Al contrario que los restantes dioses del panteón griego, él no es antropomorfo, sino que tiene patas, cola y cuernos de carnero. Un dios con características tan arcaicas sólo puede sobrevivir confinado a la Arcadia, una región que conserva numerosos arcaísmos religiosos.
Sin embargo, a partir del 490 a.C. en que se instaura su culto en Atenas, el dios comienza a cambiar. En su evolución, Pan se asimila cada vez más a Dioniso. El acercamiento entre ambas figuras deja su huella en el mito, pero sobre todo en el culto. Así, un dios que en Arcadia era venerado en santuarios construidos por la mano del hombre, en el resto de Grecia recibe culto en parajes agrestes, fundamentalmente cuevas. No parece casual el hecho de que también fuera de Arcadia la gruta sea el lugar reservado a los cultos mistéricos, incluidos los dionisíacos.

Palabras clave: Pan; Dioniso; Culto; Santuario; Cueva.

Abstract
Pan is a god peculiar in many respects. In contrast to the other gods of the Greek pantheon, he is not anthropomorphic, but he has the legs, tail and horns of a goat. These features show his age. A god like Pan can only survive in Arcadia, a region that preserves many religious archaisms.
However, from 490 BC, when his cult is established in Athens, this god begins to change. In his evolution, Pan becomes increasingly assimilated the god Dionysus. The rapprochement between the two gods left his mark on the mythology, but especially in the cult of Pan. Thus, a god who was worshiped in Arcadia in sanctuaries built by men, in the rest of Greece is worshiped in wild shrines, mainly caves. Out of Arcadia, the grotto also is the place reserved for the mystery cults, including the Dionysian ones. Does not seem a coincidence.

Keywords: Pan; Dionysus; Cult; Sanctuary; Cave.


1. Dioniso y Pan, tan iguales, tan diferentes.

Es frecuente, quizá demasiado, leer que Dioniso y Pan son dioses semejantes. Sin embargo, cuando al acudir directamente a los testimonios literarios e iconográficos, se observa con asombro que su parecido es muy superficial. Un estudio detallado de las fuentes arcaicas y clásicas nos muestra que los rasgos que caracterizan a ambos dioses, los atributos que les definen y sus funciones son bien diferentes. En sus orígenes, únicamente se asemejan en la medida en que han sido creados por la misma cultura indoeuropea y son imaginados habitando un mismo espacio. Gracias a esta proximidad, encontraremos tantas semejanzas como diferencias en función de lo que busquemos.
En este artículo trataremos de demostrar que muchos de los paralelos entre ambos dioses que algunos autores señalan no corresponden a un mismo momento ni a un mismo lugar, luego no son tales paralelos; frente a ellos, se erige un grupo de rasgos míticos y cultuales coincidentes que son a todas luces fruto de un proceso de acercamiento entre ambas deidades. Para demostrar que el dios Pan sufre una transformación fuera de Arcadia, su patria, que le va acercando progresivamente al dios del vino es indispensable dedicar unas líneas a la presentación del dios-macho cabrío.

2. El Pan arcadio y el Pan ateniense.

Pan, de torso humano y patas y cuernos de carnero, es el único dios híbrido del panteón griego. Normalmente los seres híbridos forman colectivos y, aunque se muevan en el plano mítico, no son considerados deidades sino seres intermedios. Ni siquiera cuando uno de ellos adquiere cierto protagonismo es considerado un dios de pleno derecho. Sin embargo, Pan es un dios en el sentido estricto: es inmortal y objeto de veneración en diferentes regiones de Grecia, pero no es del todo antropomorfo, una de las principales características de los dioses griegos1.
Su imagen no deja lugar a dudas: se trata de un dios indoeuropeo,2 reflejo de un estadio de la religión griega previo a la configuración del panteón olímpico. El dios es venerado por una cultura pastoral nómada y con el surgimiento de las ciudades y el abandono del nomadismo queda confinado a Arcadia, una región montañosa, marginal, que conserva arcaísmos políticos, lingüísticos y religiosos. Allí, donde el zoomorfismo divino está bien atestiguado, Pan es considerado el más honorable de los dioses;3 en el resto de Grecia, es la viva imagen de un pastor arcadio. Sólo en Arcadia encontramos a Pan en estado puro, libre de la influencia dionisíaca4
Pan no es ni un hombre ni una bestia sino un dios, pero a menudo se mueve precisamente entre la esfera humana y la animal. Es a un tiempo animal, pastor y cazador-pescador, y la divinidad que protege los ganados y los animales salvajes, además de ser el patrón de la reproducción animal.5 Es un dios alegre que toca la siringe pero que se torna terrible si es despertado de su siesta.6 Y lo que es más importante: es un dios que obedece a sus instintos y que se imagina habitando riscos en lugar de ciudades, un dios cuya parte animal predomina sobre su parte humana.7
De acuerdo con estas características, las más destacables y antiguas, Pan no presenta similitud alguna con Dioniso. Se trata de dos personajes independientes y bien diferenciados.
Pero a partir del 490 a.C., la situación cambia por completo. En ese año, a raíz de la victoria ateniense en Maratón gracias a un ataque de pánico entre las tropas enemigas,8 Pan se convierte en divinidad oficial de Atenas y su culto se extiende por toda la Hélade.9 Pan deja de ser únicamente una divinidad arcadia que salvaguarda los rebaños frente a los animales salvajes y se convierte en un dios que protege a los atenienses de los bárbaros. Pan se transforma en dios de la guerra, que no dios guerrero, pues jamás está presente en el campo de batalla sino que se dedica a evitar que el enfrentamiento tenga lugar.10 Su función protectora de los hombres se hará más y más importante y numerosas inscripciones votivas testimonian, a partir del siglo IV a.C., una auténtica veneración de Pan por las patrullas militares.11 Así, se documenta cierta asociación entre Pan y Alejandro Magno a causa de la derrota de los persas y de su ligazón con la paz más que con la guerra a pesar de todo.12
En ciertos lugares, la implantación del culto a Pan coincide con el desplazamiento de poblaciones rurales a la ciudad y por primera vez, Pan es un dios ciudadano, algo que se opone a la figura arcadia, que simbolizaba la vida del hombre previa a la creación de las ciudades y los comportamientos alejados de los hábitos civilizados.
Los poetas empiezan a incluir en sus obras referencias al dios Pan;13 empiezan a evocar su capacidad para poseer a los hombres,14 para suscitar el deseo irrefrenable15 o hacer caer locamente enamorados,16 su disposición para sembrar el pánico,17 su don de la adivinación,18 su relación con la música y el canto,19 y con danzas,20 su lujuria,21 su violenta sexualidad,22 su agresividad, especialmente cuando se le despierta de su siesta,23 el paisaje rocoso en que se mueve24 y su asociación con otras divinidades como Méter,25 Hécate,26 Ártemis,27 Hermes y las Ninfas28 y Apolo.29
Una inscripción de Epidauro muy posterior (datada entre los siglos IV y V d.C.)  transmite un himno a Pan que muestra el resultado de todos los cambios sufridos por el dios tras abandonar la Arcadia.30

Yo canto a Pan, guía de las Ninfas,
objeto de cuidado de las Náyades,
orgullo de los coros de oro,
soberano de una musa ligera.
De la siringe de bella voz buen...
esparce algo cautivador de inspiración divina,
dirigiendo las luces hacia una melodía,
salta de las cuevas sombrías
manejando hábilmente su cuerpo híbrido que combina varias naturalezas
el buen danzante, el de hermoso rostro
que brilla por su dorada barba.
Hasta el Olimpo estrellado
vuela su eco totalmente armonioso,
y esparce sobre la multitud de dioses olímpicos
con una musa inmortal.
Toda la tierra y el mar
se mezclan con tu gracia
pues eres un apoyo para todo
¡oh, ieh, Pan, Pan!

Este himno, presenta un retrato bastante completo del dios, con referencias a su relación con las Náyades y con mención expresa de algunos personajes que comparten el protagonismo en los mitos, sin embargo plantea una duda: ¿a qué se debe tal transformación?

3. La influencia dionisíaca

Tanto el Pan originario que encontramos en Arcadia como el que recibe culto en Atenas presentan ciertos rasgos que facilitan que el dios sucumba a la influencia dionisíaca.
Un dios tan especial, violento y lujurioso, con patas y cuernos de carnero, morador de parajes rocosos, pronto se asocia con los Sátiros,31con quienes presenta múltiples similitudes y con quienes parece estar emparentado.
32 La semejanza no se limita a su aspecto físico sino que además se les atribuye un carácter semejante. Todos ellos son esclavos de sus instintos y todos ellos comparten el gusto por la música, el vino, el sexo y los animales,33 aficiones que se han vinculado desde antiguo, con mayor o menor acierto, al culto dionisíaco34 y que bastan para convertirle en miembro de su cortejo. Pan comienza a integrar el tíaso dionisíaco pero conserva su autonomía en tanto que dios objeto de culto,35 lo que le sitúa en un plano diferente al resto de personajes que acompañan al dios del vino.
A la relación de Pan con los Sátiros y con las Ninfas que siguen a Dioniso,36 su gusto por los instrumentos de viento y a su afición por el vino,37 se suman semejanzas con el propio Dioniso38. Ambos dioses representan los excesos y el descontrol, y ambos se oponen a la vida ordenada de la ciudad,39 aunque no de la misma manera, pues mientras Pan es la imagen del nomadismo previo a la vida comunitaria, Dioniso se enmarca ya en un mundo civilizado, regido por un orden estricto que exige un cambio.
Pan, que no había aparecido en las fuentes literarias hasta el siglo V a.C. en que se implanta su culto en Atenas, es introducido en el ciclo dionisíaco a partir de este momento y especialmente durante el siglo IV a.C. en que los poetas y pintores vasculares asocian gustosos las dos divinidades. Es la época en la que se data la composición del Himno homérico a Pan, que subraya la alegría de Dioniso al acoger al recién nacido en el Olimpo40 y la relación de ambos con las Ninfas. La época en la que Platón, para incidir en la naturaleza del dios macho cabrío utiliza el término Î'ιφυής, que también está atestiguado como epíclesis dionisíaca.41
Surge entonces una mitología en torno a Pan de la que el dios pastor carecía hasta entonces.42 Destacan el episodio de la Ninfa Siringe,43 que se asemeja en exceso al que protagonizan Apolo y Dafne; el de la Ninfa Eco, que por rechazar al dios es desmembrada cual adversario de Dioniso;44 y el de la Ninfa Pitis, transformada en pino,45 mito que Borgeaud,46 de manera acertada en nuestra opinión, considera inventado por un poeta para favorecer la introducción de Pan en el tíaso dionisíaco. En efecto, gracias a este mito, la piña que corona el tirso dionisíaco se convierte en atributo pánico. Ahora, los hombres reconocen a Pan en los sonidos misteriosos de la naturaleza, como el eco y el silbar de los pinos al ser agitados por el viento, además de en el melodioso son de la siringe que usan cazadores y pastores.
Como Dioniso, Pan se va a ligar también al hecho de estar poseído por un dios, sea de manera colectiva, al provocar el pánico en las tropas enemigas,47 o manera individual, al causar la panolepsia cuyo síntoma identificativo es un ataque de risa incontrolable.48

4. La dionisización del culto a Pan

Dado que carecemos de testimonios literarios y artísticos previos a la adopción oficial de Pan por los atenienses en 490 a.C., el culto se convierte en la mejor prueba de la influencia que la figura de Dioniso ejerce sobre el dios Pan, primero en Atenas, después en el resto de Grecia. Lamentablemente, las pruebas de culto al dios pastor anteriores a su llegada a Atenas son mínimas, quizá porque la devoción de que era objeto era mayoritariamente privada. Sin embargo, su culto en Arcadia muestra una continuidad que invita a hacer una comparación entre el que allí tenía lugar y el del resto de Grecia, donde presenta algunas semejanzas con el de Dioniso.49
Al abandonar su patria, además de su importancia, Pan pierde sus advocaciones y únicamente está documentado un título cultual: Λυτήριος, el "libertador", por dar a conocer en sueños a los magistrados de Trezén la cura de la peste que padecían atenienses y trezenios.50 También Dioniso recibe apelativos rituales que le relacionan con la liberación.51
Dioniso y Pan no sólo coinciden en su relación con la naturaleza y la libertad, sino que también se vinculan estrechamente con el ruido52 y con la posesión53 que van a ocupar un lugar de honor en el culto a estos dos dioses. Farnell consideró probable que el culto a Pan tuviera una vertiente orgiástica reservada a las mujeres,54 teoría generalmente aceptada55 que conecta con la oposición al matrimonio que Borgeaud atribuye al dios.56 El elemento extático de nuevo le acerca a Dioniso, aunque también a la Diosa Madre con la que Píndaro lo relaciona en varias ocasiones.57 Plutarco también asocia siglos después los ὂργια consagrados a estas tres divinidades.58
A medio camino entre la devoción privada y la pública encontramos un poema lírico que permite afirmar la relación cultual de Pan y Dioniso:59

...estando
... cesad
... con mi rito vaciaré (o innovaré)
... las leneas, de raudos
... no perdáis más tiempo,
mujeres... gritad "Pan"
(quien) tañendo la siringe
... iaskon???
... estando presente
... ordena...
...

Se trata de un fragmentario texto en el que alguien se dirige a las mujeres invitándolas a gritar, actitud representativa de todo rito dionisíaco, pero el grito, en esta ocasión, y sólo en ésta en nuestros textos, no se dirige a Dioniso, sino a Pan. Es a él a quien invocan en una fiesta de Dioniso y no al propio dios lo que evidencia la importancia de Pan en los ritos dionisíacos. Pan, no es aquí un mero acompañante del dios del vino, no un simple seguidor más como las Ninfas y Sátiros que forman su cortejo sino que se muestra mucho más relevante en el culto que ellos.
También en el culto público observamos semejanzas, tales como las ofrendas consistentes en queso, leche o miel, depositadas sobre un altar,60 al tiempo que descubrimos una fuerte oposición: la víctima sacrificial en el caso de Pan es un carnero no castrado mientras que Dioniso recibe un animal castrado.61
Pero el ejemplo más evidente de la contraposición del Pan arcadio con el Pan ateniense, que ha sido deformado a imagen y semejanza de Dioniso y extendido a otras regiones de Grecia es, sin duda, el santuario.62

5. El santuario y la gruta

5.1. El Paneion en Arcadia

El culto dedicado a Pan en Arcadia se localiza en los bosques que cubren las montañas de la región, en los valles y los pastos, y a orillas de las aguas que fluyen a lo largo de sus montes, en definitiva, se localiza en el paisaje arcadio.63
Como dios de la naturaleza agreste se le consagran montañas enteras y sus santuarios se localizan en los montes más conocidos. La descripción de la región que hace Pausanias, las inscripciones halladas en la zona y algunas monedas de época imperial nos informan de que su culto se extendió por los montes de toda Arcadia: el Cilene64 al Noreste, el Lampea65 y el Malea66 en el Noroeste, el monte Cotilio,67 el Liceo68 y las montañas Nomia69 en el Suroeste, el Partenio70 en el Sureste, y el monte Menalio71 en el centro.
El periegeta se refiere a la mayoría de los santuarios de Pan mediante la expresión Πανὸς ἱερόν,72 recurriendo a un término que no permite vislumbrar si se refiere a templos, altares, grutas, bosques o montañas enteras. Sin embargo, en algunos de estos casos la descripción señala inequívocamente la existencia de una construcción erigida por el hombre para tal fin. Así sucede en el santuario de Pan en Licosura al que se accedía por unas escaleras y que contaba con un pórtico73 y en el sitio en el monte Liceo flanqueado por un bosque, un hipódromo y un estadio en que se celebraban los Juegos Liceos,74 aunque lo habitual es que se refiera a la consagración de un monte como señalábamos poco antes.75 En otras ocasiones Pausanias concreta más y se refiere a un templo (ναός) en Herea76 y a un altar (βωμός) erigido en su honor en el camino de Tegea a Laconia.77 Además, el historiador documenta la presencia de efigies (ἀγάλματα) del dios en Megalópolis, una de Pan Sinois en el santuario de Zeus Liceo y otra de Pan Escolitas,78 y describe un relieve, en una mesa en el santuario de las Grandes Diosas, en el que aparece representado tocando la siringa.79 Estas informaciones hacen evidente que el culto a Pan, al menos en época de Pausanias, no se limitaba a los parajes agrestes y estaba bien implantado en el ámbito ciudadano.80
Si comparamos esta situación con la de Dioniso en la misma región, observamos que allí el dios del vino era honrado en la ciudad y poseía numerosos templos situados intra muros,81 algo poco frecuente en el resto de Grecia. Efectivamente, pese a que las celebraciones dionisíacas se enmarquen en el calendario de las fiestas ciudadanas,82 sus templos suelen relegarse a las afueras. Esta ubicación resulta acorde con las principales características de Dioniso: por una parte, incide en su papel de dios de la naturaleza;83 por otra, resalta que el dios permanece ausente de la ciudad, a la que se le debe pedir que acuda;84 finalmente, su distanciamiento y su retorno al núcleo cívico, nos recuerda la idea de "descontrol controlado" que se asocia a las fiestas en su honor. Cabe señalar que, como en el caso de Pan, la información procede en su mayoría de fuentes de época romana85 pero parece probable que se refiera a antiguos lugares de culto restaurados86 de manera semejante a lo que ocurriría con Pan. Aunque alguno de los lugares de culto de Dioniso se encuentra en las inmediaciones de enclaves sagrados para Pan,87 por regla general Dioniso es honrado en Arcadia en soledad, privado de la compañía de Sátiros y Ninfas que forman su cortejo en otras regiones,88 y en consecuencia, privado de una asociación cultual con Pan que podríamos esperar.89

5.2. El Paneion en el resto de Grecia

A partir de la introducción del culto a Pan en Atenas a raíz de la inesperada victoria ateniense en Maratón, los rasgos que caracterizan la piedad arcadia son sustituidos por elementos más acordes con la mentalidad ateniense, que se esfuerza por encontrar un lugar apropiado para esta extraña deidad.90
Los testimonios de veneración a Pan, carente ya de las características arcadias pronto se multiplican, primero en el Ática y después en Beocia, la Argólide y Delos, donde se le dedican santuarios rupestres.91
Brommer nos ofrece una lista de las grutas áticas en las que la presencia del culto a Pan ha sido atestiguada, registro que complementa las referencias propuestas por Farnell.92 Destaca la gruta de Pan en Maratón, ubicada en un monte cercano a la llanura de Maratón, en la que había diferentes salas y unas rocas cuya forma se asemejaba a un rebaño de cabras.93 El listado se completa con cavernas situadas en la Acrópolis de Atenas,94 en realidad, según Borgeaud, una simple grieta en una pared rocosa;95 en la orilla del Iliso;96 la cueva de File en el monte Parnés dedicada a Pan y a las Ninfas;97 la gruta de Vari en el monte Himeto;98 la cueva Dafni;99 una más situada en Anaflisto,100 consagrada a Pan, Apolo y las Ninfas; y la cueva del Pentélico.101
En Beocia Pan era honrado en el monte Citerón del mismo modo que las Ninfas102 y junto a ellas y a Dioniso recibía culto en Lebadea, ciudad cercana al Helicón.103 En la Fócide destaca el antro Coricio, dedicado a Pan y a las Ninfas, a medio camino de la ascensión al monte Parnaso por las devotas de Dioniso.104
Su culto se extiende a las comunidades del norte de Grecia y a Asia Menor105 y los testimonios se diseminan por el conjunto de la Hélade.106 Así, encontramos informaciones que prueban que Pan también fue venerado en Iliria, donde su presencia en Apolonia se liga a un santuario de las Ninfas bien conocido.107 Las Islas Jónicas albergaban en Cefalonia una de las cuevas más notables fuera del Ática, donde se ha localizado un relieve de terracota que representa al dios junto a las Ninfas.108 Asociado a ellas también recibía honores en una caverna cercana a Fársalos, en Tesalia.109 Su culto se ha atestiguado además en Tracia, gracias a las monedas de Ainos del siglo V a.C. en que Pan aparecía representado.110 Por último, es célebre la gruta de Pan de la isla de Tasos.111
Para nuestra sorpresa, mientras que en Arcadia se pueden enumerar una serie de templos erigidos en honor a Pan, fuera de su patria no tenemos noticia de que se le haya dedicado un sólo templo o construido un sólo santuario.112 Los datos no dejan lugar a dudas. Sólo se le venera en cuevas y parajes agrestes.
Curiosamente, tampoco abundan los templos de Dioniso y este dios es honrado en lugares semejantes a los destinados al culto a Pan. Sucede que determinadas cuevas relacionadas míticamente con dioses mantienen un lugar preponderante en el culto a dicha divinidad. Es el caso de Zeus y de Dioniso que se crían a escondidas en sendas grutas en Creta y en Naxos respectivamente, y en torno a los cuales se desarrollan cultos mistéricos en los que la cueva desempeña un papel importante.113 En el caso de Dioniso, dios íntimamente ligado a los misterios, pero también divinidad de la naturaleza, la elección de cuevas como lugar de culto, está más que justificada.
Por otra parte, como hemos venido señalando, Dioniso y Pan fueron venerados juntos en algunos de los santuarios rupestres citados.114 En este contexto es reseñable el caso del antro Coricio, uno de los más conocidos lugares de culto a Pan, que era considerado por Esquilo un santuario de Bromio, que no es otro que Dioniso.115

6. Conclusión

Fuera de Arcadia, Pan, degradado de su puesto de divinidad nacional, comparte su culto con otras deidades. Se venera al dios protector de los rebaños asociado a las Ninfas y, ocasionalmente, a las Cárites,116 en paralelo a lo que sucede en el culto al dios del vino,117 pero también se le relaciona con otros dioses pastores, Hermes y, en menor medida, Apolo.118 Con el tiempo, Pan se subordina a Dioniso al convertirse en miembro de su cortejo y los lugares de culto a Pan más reputados, albergarán también ritos en honor de Dioniso y de las Ninfas.
En lo que respecta al πανεῖον, a todas luces la realidad arcadia que transmite Pausanias contrasta con lo atestiguado en el resto de Grecia. El historiador, que como hemos visto menciona numerosos lugares de culto a Pan construidos por la mano del hombre, no alude a ninguna gruta consagrada al dios pastor en Arcadia119, el lugar reservado para su culto desde su adopción por los atenienses. Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que en su país de origen, la conexión con las cuevas es un hecho insólito del que las únicas pruebas son la inscripción Πανός documentada en una gruta de Licosura.120
Para los arcadios, Pan ni siquiera habita una cueva sino que siempre se imagina en un refugio artificial,121 sea una cabaña de madera (καλιή122), una tienda de campaña (αὖλις123) o un corral (αὐλή,124) término que reencontramos en sus sobrenombres ἄγραυλος125 y φιλαγραυλος).126
Sin embargo, en Atenas y otras ciudades griegas, su culto se relegará a cuevas, consideradas los lugares más apropiados para un pastor,127 que servían como santuarios para otras divinidades de la naturaleza como Dioniso o las Ninfas y que se presentaban para los antiguos como los lugares más propicios para experiencias de posesión como la panolepsia, la manía y la ninfolepsia.128
Las cuevas en las que se introduce el culto pánico son santuarios naturales alejados de los centros urbanos, refugios para animales y no para los hombres civilizados. Estos lugares de culto a Pan, situados al exterior del recinto sagrado, son también lugares que abrigan los encuentros amorosos,129 lo que los opone diametralmente a los edificios de la Acrópolis de Atenas, que obedecen a una prescripción general de castidad en su interior.
El dios μετανάστης,130 el extranjero, el inmigrante por excelencia, Pan el arcadio, mantiene lejos de su región de origen la estigmatización de la naturaleza ruda e indómita. Al acoger a Pan en una gruta, los griegos no arcadios enfatizan su carácter primitivo y resaltan su animalidad y su falta de mesura. En contrapartida, en Arcadia, se subraya su labor pastoril y se le considera digno de un auténtico santuario, merecedor de una construcción erigida específicamente para rendirle culto. Allí, en su patria, los santuarios rupestres están bien atestiguados, pero dedicados a Deméter, Rea, o a las Ninfas, nunca a Pan.131 Esta situación nos fuerza a afirmar, como ya hiciera Borgeaud, que el hecho de que ambas posturas sean contemporáneas señala que la importancia del dios híbrido es inversamente proporcional en Arcadia y en las restantes regiones que le veneran.132
El santuario de Pan, construido por el hombre en Arcadia, ubicado en una gruta en el resto de Grecia, sugiere, más que ninguna otra realidad cultual, que es cuando el dios pastor sale de Arcadia y su culto se desarrolla en Atenas, cuando Pan y su culto se vuelven más y más similares a Dioniso y al dionisismo. Así, en las regiones donde Dioniso era venerado en una cueva, también encontraremos el πανεῖον en las grutas.

Notas

1 Lo habitual es que los seres híbridos sean considerados seres intermedios, pobladores de lugares ignotos y por lo general carentes de culto. Sobre la naturaleza y características de los seres híbridos, Bernabé â€"Pérez de Tudela (2012).

2 En Roma Pan se equipara con Fauno, divinidad itálica de gran popularidad y antigüedad. Muy semejante a Pan y Fauno es también Silvano, dios de los campos y los bosques, heredero del etrusco Selvans, equiparado con Pan, Fauno, Inuo y Égipan (Eratóstenes Catasterismos 28; Plutarco, Moralia, 2.311B). Fauno e Inuo eran antiguos dioses romanos de la fertilidad, protectores de los animales. Égipan era un dios griego, de pies y orejas caprinas, hijo de Amaltea y hermano de leche de Zeus, y que fue también identificado con Pan, catasterizado en la constelación de capricornio.

3 Dionisio de Halicarnaso. 1.32.3.5

4 Para la concepción arcadia de Pan antes del siglo V a.C., Borgeaud (1979: 81).

5 Borgeaud (1979: 97-105).

6 Sobre la siringe y Pan, Molina (1998: 27s.); sobre la siesta, Borgeaud (1979: 168).

7 Borgeaud (1979: 187-192).

8 Heródoto. 6.105 cuenta que en ese año, días antes de la Batalla de Maratón en la que Atenas resultó vencedora, Pan se apareció a Filípides, mensajero ateniense que acudía a Esparta en busca de ayuda, y llamándole por su nombre le hizo saber que muchas veces antes había ayudado a los atenienses y que lo seguiría haciendo. El culto ático también está documentado en Antología Palatina 16.232 (Simonides); Eurípides. Ión 492-509; Menandro. Díscolo 1-4.

9 Vid. infra.

10 Borgeuad (1979: 146-151), Hillman (2007: 36, 101, 208), Pouzadoux (2001: 18-21).

11 Borgeaud (1979: 151), citando a M. Launey, Recherches sur les armées hellénistiques II, Paris 1950: 931-936, 983-985.

12 Pouzadoux (2001: 21).

13 Sobre las menciones de Pan en la literatura clásica, Merivale (1969: 1-15), Borgeaud (1987 y 2005). Sobre la evolución de Pan, Farnell (1909: 431s.).

14 Eurípides. Hipólito 141; Medea 1167-1177. Cfr. Borgeaud (1979: 156-171), Hillman (2007: 205), Burkert (2007: 151). Sobre la relación entre la posesión pánica y la dionisíaca, Dodds (1960: 109s.) en comentario a Eurípides. Bacantes 302-305, Borgeaud (1979: 168-171).

15 Aristófanes, Lisístrata 998. Cfr. Borgeaud (1979: 132 y 163).

16 Menandro. Díscolo 44. Cfr. Borgeaud (1979: 163 n. 102).

17 Eurípides. Reso 36-38. Cfr. Borgeaud (1979: 137, 139-141, 151, 154-156, 175, 200); Hillman (2007: 206, 208). La relación del pánico con la manía dionisíaca: Hillman (2007: 218), Borgeaud (1987 y 2005), Boardman (1997: 35).

18 Pausanias 8.37.11, Apolodoro 1.4.1. Sobre el don profético concedido por Apolo, Borgeaud (1979: 164), Hillman (2007: 92 y 205).

19 Aristófanes. Ranas 230; Aves 745; Eurípides. Ión 501, Bacantes 951-952. Para la relación de Pan con los instrumentos musicales, Herbig (1949: 36s.), Bourgeaud (1979: 127s.) sobre la siringe, su invención por Hermes y su relación con la miel; Molina (1998: 27s.)

20 Píndaro. fr. 99 Maehler; Esquilo. Persas 448-449; Sófocles. Áyax. 693-701; Cratino. fr. 321 Kock (donde aparece el término βαβάκτης, "bullicioso", que generalmente se aplica a Dioniso, pero aquí con el sentido de ὀρχηστής); Carmina Conuiualia. PMG 887. Sobre su relación con la música, la danza, las reuniones corales y la poesía Cfr. Herbig (1949: 36s.), Borgeaud (1979: 134s. y 220s.), Hillman (2007: 115).

21 Cratino. fr. 321 Kock, donde Pan es llamado κήλων "asno" o "semental" metafóricamente.

22 Eurípides. Helena 187-190. Cfr. Borgeaud (1979: 120, 225).

23 Sobre su agresividad cuando se interrumpe su sueño, Borgeaud (1979: 168). Sobre su carácter violento y sus castigos Borgeaud (1979: 124, 166, 177), Hillman (2007: 108, 206 y 218).

24 Esquilo. Persas 447-449; Sófocles. Áyax 693-701; Eurípides. Bacantes 951-952; Eurípides. fr. 696.1-3 Kannicht.

25 Píndaro. fr. 95 Maehler; Pítica 3.77-79; Aristófanes. Aves 745-746.

26 Eurípides. Hipólito 141.

27 Eurípides. Ifigenia entre los Tauros 1125-1126; Calímaco. Himno a Diana 86-88.

28 Aristófanes. Tesmoforiantes 977-981.

29 Píndaro. fr. 100 Maehler; Esquilo. Agamenón 55-56; Aristófanes. Ranas 230-231.

30 Lyrica Adespota 936 (IG IV, I 129-131). Cfr. Herbig (1949: 63 y n. 181), Borgeaud (1979: 217s.)

31 Sobre la relación de Pan con los Sátiros y la contaminación mutua, Herbig (1949: 36s.), Borgeaud (1979: 66), Boardman (1997: 22, 27s.), González â€"Porres (2012: 234s).

32 Aunque existen numerosas genealogías diferentes para Pan -al menos catorce según Borgeaud (1979: 195ss.), veinte según Hillman (2007: 34)-, en la mayoría de ellas y la oficial ateniense el dios-chivo es hijo de Hermes y una Ninfa (h.Pan.). Cfr. Boardman (1997: 26s). Los Sátiros, que son hermanos o hijos de las Ninfas (vid. supra), según Nonno. Dionisíacas 14.113, también podían ser hijos de Hermes.

33 Boardman (1997: 28).

34 Sobre la presencia o ausencia de estos elementos en el culto menádico, Porres (en prensa) con bibliografía.

35 Luciano. Diálogos de los Dioses 2.3.Sobre la asociación de Pan y Dioniso en las representaciones míticas alegóricas a partir del siglo V a.C., Cfr. Borgeaud (1979: 259), Hillman (2007: 97), Kahil (1991: 517), Boardman (1997: 39), Boardman (1997b: 933-935).

36 Sobre la relación de Pan con los Sátiros, vid. supra (n. 31); sobre su relación con las Ninfas, Farnell (1909: 431), Herbig (1949: 27-33), Lehnus (1978: 46s.), Borgeaud (1979: 228, 253), Hillman (2007: 82-100), Díez Platas (2002: 328).

37 La obsesión por el sexo que comparten Pan y los Sátiros, que les lleva a la violación y al onanismo, los opone diametralmente a Dioniso, un dios que parece desinteresado por las relaciones sexuales y que se presenta como el dios varón más cercano a las mujeres. Según Hillman (2007: 68) la violación es característica de Pan y constituye su principal forma de relacionarse con las Ninfas. Sobre si Pan fue el inventor de la masturbación o si le fue enseñada por Hermes, apenado por la soledad de su hijo, Hillman (2007: 60ss.).

38 La vinculación de ambas deidades con el ganado caprino es muy estrecha. Pan es un dios macho cabrío, que se representa siempre con patas, pezuñas y cuernos de cabra, a diferencia de Dioniso que adopta esta forma temporalmente. En la fiesta a Pan era sacrificado un cabrito, animal que también se ofrecía a Dioniso (Anacreonte 204.4 Gentili).

39 Aunque Farnell (1909: 434) afirma que en algunas regiones Pan cambia su naturaleza rústica por una más política, hacen hincapié en sus actos incivilizados Lehnus (1978: 53), Borgeaud (1979: 95), Hillman (2007: 23).

40 Himno Homérico a Pan 46.

41 Platón. Crátilo 408d. Dioniso Î"ιφυής Casadio (1999: 116).

42 Sobre estos mitos, Hillman (2007: 85-86, 89-90) que los relaciona con la música.

43 Ovidio. Metamorfosis 1.689-712.

44 Longo 3.23.

45 Longo 1.27; 2.7; Nonno. Dionisíacas 42.258-260.

46 Borgeaud (1979: 123).

47 Borgeaud (1979: 141).

48 Borgeaud (1979: 163).

49 Sobre el culto a Pan en Arcadia, Jost (1985: 456-476). Sobre el culto ateniense en su honor, Herbig (1949: 41-50), Borgeaud (1979: 81, 84, 235-237), Borgeaud (1987 y 2005), Boardman (1997: 28). Sobre su culto en otras regiones Borgeaud (1979: 263), Farnell (1909: 431-434). Sobre el culto privado Borgeaud (1979: 232, 241-243).

50 Pausanias 2.32.6. Cfr. Farnell (1909: 432).

51 Λύσιος y Λυαῖος en Tebas (Pausanias 9.16.6), Sición (Pausanias 2.7.5) y Corinto (Pausanias 2.2.6). Cfr. Farnell (1909: 120), Casadio (1999, 33, 106-108, 123-131).

52 Borgeaud (1979: 143) señala que cuando una persona es ruidosa, este comportamiento se le atribuye a Pan. Dioniso por su parte, Dioniso es llamado Eríboas , "de mucho bullicio" (Píndaro. Ditirambo fr. 75.10 Race) y recibe el epíteto Bromio "el estruendoso, el resonante" (Critias 1.10 D.-K., Dionisio Calco 3.2 West, Filósxeno de Leucade PMG 836 (c) 3, Telestes PMG 805 (c) 1, Adespota 937.3, Píndaro. Ditirambo 70b.6, 75.10 Race. Cfr. Himno Ã"rfico 40.10 y Riccardelli 2000 ad loc.).

53 Borgeaud (1979: 157-171).

54 Farnell (1909: 433), que basa su argumentación en Suda s.v. Πανικῶι Î"είματι y Ar. Lys. 1-4.

55 Marinatos(1964 [1967]: 17-22) y Borgeaud (1979: 250), quien se refiere a algunos elementos del ritual femenino, como la flauta frigia, los tambores y los alaridos.

56 Borgeaud (1979: 130).

57 Píndaro. frr. 95-99 Maehler y Pítica 3.77-79. Ignoramos de qué diosa se trata en realidad: Deméter, Rea o Cíbele. De acuerdo con Suárez de la Torre (1988: 166 n. 12) dependiendo de quién sea el sujeto los ritos que se exponen a continuación serían tebanos o sicilianos, pues allí se canta la oda en honor de Hierón de Siracusa, y esto podría implicar la identificación de la Madre con Deméter. La misma duda es reflejada en Ferrari (2008: 29), aunque otros traductores se inclinan por una u otra divinidad: Demeter para Bádenas â€"Bernabé (2002: 135 n. 4); Rea para Ortega (1984: 158, com. ad. loc.) y Bonifaz Nuño (2005: CCXCII); Cíbele para Gentili (1995: 417s.). Las diferentes teorías hallan su sustento en las fuentes antiguas: de acuerdo con Eustacio de Tesalónica, Proemio a Píndaro 27.1 Píndaro fue muy devoto de Pan, Rea y Apolo (la relación con Rea también la transmite Escolio a Píndaro. Pítica 3.139a Drachmann), pero según Eustacio de Tesalónica. Proemio a Píndaro 27.12 consagró frente a su casa un altar a Deméter y a Pan. Cfr. Negri (2000: 47-51 y 77-84). Sin embargo, todas las noticias biográficas de Píndaro responden al deseo de legitimar ciertos cultos, en este caso el de Pan y la Diosa Madre que se identifica con el sincretismo Rea-Cíbele-Deméter. Cfr. Suárez de la Torre (1993: 68s.). Sobre el culto a la Diosa Madre y a Pan, Lehnus (1978: 3-55; especialmente 5-18 en que se estudia este pasaje y 13-17 en que expone la utilización del sobre nombre "Madre" para Demeter, Rea y Cíbele). Sobre la aparición de Pan, Lehnus (1978: 57-68).

58 Plutarco. Moralia 768f. Cfr. el mármol de Paros (IG XII 5, 444 = 239 A 10 Jacoby), Suda s. v. πανικῷ Î'είματι y Escolio a Aristófanes. Lisístrata 2. Borgeaud (1979: 169 y 249).

59 Adespota 1038.

60 Clemente de Alejandría. Protréptico 3.44.

61 Luciano. Doble Acusación 9, Diálogos de los Dioses 10.1. Cfr. Borgeaud (1979: 232 n. 192).

62 Sobre los lugares de culto a Pan en Arcadia, Farnell (1909: 430s., nn. 149-161), Borgeaud (1979: 78), Jost (1985: 457-460).

63 Luciano. Diálogos de los Dioses 2.3. Ovidio (Fastos 2.271-276) cita como testigos de su culto a las montañas Fóloe y Cilene (el pico más elevado de la región), el lago Estífalo, el río Ladón del Norte de Arcadia, un boscoso cerro cercano a la ciudad de Nonacris y, por último, a las nieves de la región occidental de Arcadia, Parrasia.

64 Sófocles. Áyax 695, Antología Palatina 6.96.

65 Pausanias, 8.26.2.

66 Antología Palatina 9.341.

67 IG V 2, 92.

68 Pausanias, 8.38.5, IG V 2, 549 y 550.

69 Pausanias, 8.38.11. En relación con ellas Pan recibe lo sobrenombre Νόμιος que según el periegeta derivaría de νομός "prado, pasto".

70 Pausanias, 8.54.6

71 Pausanias, 8.36.8.

72 Pausanias, 8.24.4, 36.7-8, 37.11, 38.5 y 11, 54.4 y 6-7.

73 Pausanias, 8.37.11. Del santuario también da pruebas IG V 2, 530.

74 Pausanias, 8.38.5. La existencia del santuario viene reforzada por IG V 2, 549 y 550 del s. IV a.C.. Sobre los testimonios de culto a Pan en este santuario Hübinger (1992).

75 El monte Lampea en Pausanias, 8.24.4, el Menalio en Pausanias, 36.7-8, las Nomia en Melpea en Pausanias, 8.38.11 y Pausanias, 8.54.6-7.

76 Pausanias, 8. 26.2

77 Pausanias, 8.53.11.

78 Pausanias, 8.30.3 y 30.6, además de IG V 2, 451-452 y monedas del siglo IV a.C. que respaldan estos testimonios. Cfr. Jost (1985: 458).

79 Pausanias, 8.31.3. En Pausanias, 8.37.2, se señala la existencia de un relieve de Ninfas y Panes en el Santuario de Despena.

80 Jost (1985: 458s.).

81 Megarón de Dioniso donde se celebran misterios en su honor en Melangea (Pausanias, 8.6.5), un santuario en Cineta (Pausanias, 8.19.2) y otros dos en Tegea (Pausanias, 8. 53.7), un templo en Alea (Pausanias, 8.23.1), dos en Herea cercanos al de Pan (Pausanias, 8.26.1-2) y otro en la parte meridional de Megalópolis del que el propio Pausanias ya sólo encuentra unas exiguas ruinas (Pausanias, 8.32.3). Cfr. Jost (1985: 425).

82 Sobre las fiestas ciudadanas de Dioniso en Atenas destacan Spineto (2005: passim) y Jiménez San Cristóbal (2011).

83 Jost (1985: 426) repara en que esta realidad se aleja bastante del culto descrito por Jeanmaire (1951: 20), quien lo calificó de "religion de plein air"

84 La llamada al dios ausente está refrendada por varios textos. Se le llama a gritos en Carmina Popularia 871, 879 (1) y Adespota 929; mediante un órgano hidráulico en una inscripción rodia del s. II-III (REG 17 (1904) 203,1b, estudiada en Jiménez San Cristóbal (2007); y con trompetas en Plutarco, Moralia 364F. Sobre su distanciamiento y su epifanía, elementos claves en las fiestas celebradas en su honor, Farnell (1909: 182-189); Jeanmaire (1951: 378); Otto (21948 [1997: 63 ss.]); Nilsson (21968: 570-571); Kerényi (1996: 139-188); Burkert (2007: 219); Detienne (1986: 15-38, especialmente 21); Casadio (1994: 240 n. 30); Daraki (2005: 19-55); Jiménez San Cristóbal (2007).

85 Las excepciones las constituyen un relieve arcaico de Orcómeno, otro helenístico de Mantinea y una cita de Harmodio (Harmod. FGH. n. 319 [Ath. 4.148f-149c]). Cfr. Jost (1985: 426 y nn. 2-4).

86 Jost (1985: 426).

87 Pausanias, 8.26.1-2 se refiere a dos templos en Herea cercanos al de Pan. Sobre la asociación cultual de Dioniso con otras divinidades en Arcadia, Jost (1985: 426s.)

88 El culto a Dioniso asociado a divinidades menores lo prueban, entre otros, Arquíloco, 3 A Gerber (E1, Inscripción de Mnesiepes, SEG 15.517) y Pausanias, 5.14.10.

89 Sobre el culto a Dioniso y Pan vid. infra.

90 Sobre el culto a Pan en Atenas, Borgeaud (1979: 195-237).

91 Farnell 1909, 432, Brommer(RE 1956: 994-995), Borgeaud (1979: 169).

92 Brommer(RE 1956: 993-994); Farnell (1909: 431-434 y 464-468) para referencias.

93 Pausanias, 1.32.7. Burkert (2007: 20 y 234) cree que ya era un lugar de culto antes de la introducción de Pan en Atenas.

94 Heródoto. 6.105, Eurípides. Ión 492, Aristófanes. Lisístrata 910-913, Pausanias, 1.28.4, Luciano. Doble Acusación 10, Diálogos de los Dioses 10.1, Clemente de Alejandría. Protréptico 3.44.

95 Borgeaud (1979: 76).

96 Platón. Fedro 279B

97 Menandro. Díscolo; Eliano. Epístolas 15, Harpocratión s.v. φύλη.

98 Justificada por la inscripción Πανός del s. V a.C. (IG 13, 976). Farnell 1909, 467 n. 170 la relaciona con Estrabón 9.1.21, un testimonio que Brommer (RE 1956: 994) vincula a la cueva de Anaflisto.

99 Ausente de los textos clásicos pero cuya existencia fue defendida por Travlos (Ephem. 1937: 391-408). Cfr. Brommer(RE 1956: 994).

100 Estrabón 9.1.21

101 Carente de testimonios clásicos que defiendan su utilización como lugar de culto.

102 Plutarco. Vida de Aristides 11.3. Pausanias se refiere a la cueva Esfragidio, en la que profetizaban las Ninfas del Citerón sin mencionar a Pan (Pausanias, 9.3.6).

103 IG 8, 3092 y 3094.

104 Pausanias, 10.32.7. CIG 1728. Borgeaud 134 y 148 n. 38. Sobre el antro Coricio como lugar de culto dionisíaco, Kerènyi (1996: 223s.).

105 Farnell (1909: 432) con referencias.

106 Sobre las cuevas en honor a Pan y su culto fuera de Arcadia, Borgeaud (1979: 74 y 147-149).

107 Borgeaud (1979: 149 y n. 40).

108 Imagen en Borgeaud 1988, Plate 1 (remitiendo a Sp. Marinatos en Archaiologike Ephemeris 1964 [1967], 17ss.)

109 Borgeaud (1979: 149 n. 41).

110 Borgeaud (1979: 74 n. 10).

111 Borgeaud (1979: 745 n. 13).

112 Borgeaud (1979: 76) afirma que "On ne construit pas, pour ce sauvage, d'édifice architectural (...) En cas de besoin, on préfère tailler la roche plutot que d'élever un temple".

113 Borgeaud (1979: 80 n. 52). Sobre la cueva como lugar de culto mistérico, Boyance (1959-1960), Merkelbach (1988: 63-66), Daraki (2005: 152-155), Seaford (2006: 82s.).

114 No se ha conservado ninguna prueba de culto a Dioniso en los santuarios agrestes atenienses en que se veneraba a Pan junto a las Ninfas, pero sí es así en Beocia y la Fócide. Sobre las cuevas dedicadas a Pan, las Ninfas y Dioniso, Cfr. Borgeaud (1979: 75-77). Sobre los testimonios de culto a Pan y a las Ninfas, Cfr. Edwards (1985).

115 Esquilo. Euménides 22s. Cfr. Borgeaud (1979: 169).

116 Farnell (1909: 431). Como señala Borgeaud (1979: 253) las Ninfas no se subordinan a Pan como a Dioniso, sino que acompañan en pie de igualdad al dios macho cabrío.

117 Las Ninfas integran el cortejo dionisíaco, como seguidoras del dios, e intervienen en alguno de los mitos protagonizados por el dios; la relación de las Cárites con Dioniso, en cambio, es meramente de tipo cultual. De acuerdo con la famosa canción popular las mujeres eleas invocaban a Dioniso para que acudiera al templo en compañía de las Cárites (Carmina Popularia 871). Con él compartían un altar en Olimpia según Herodoro 34a Fowler (Escolio a Píndaro. Olímpica 5.10a [1.141.12 Drachmann]) cercano a los de las Musas y las Ninfas (Pausanias, 5.14.10). Cfr. Farnell (1909, 428), Martín (en prensa). Para otros testimonios del culto a las Cárites conectado con el dedicado a las Ninfas, Cfr. Harrison (1986: 192).

118 Farnell (1909: 432).

119 Borgeaud (1979: 78).

120 IG V 2, 530. Jost (1985: 459) lo califica como excepcional. Sobre la noticia de un culto a Pan Liceo localizado en una cueva del que nos habla Porfirio,.El Antro de las Ninfas 20, Borgeaud (1979: 80 n. 52) concluye que se debe a un lugar de culto común a Selene, de acuerdo con el mito de los amores secretos de ambos, teoría que es aceptada por Jost (1985: 460), aunque con ciertos reparos.

121 Borgeaud (1979: 97).

122 Antología Palatina 6.253: Πανός τ' ἠχήεσσα πιτυστέπτοιο καλιή,

123 Calímaco. Himno a Diana 87: ἵκεο Î'' αὖλιν /ἈρκαÎ'ικá½'ν á¼"πι Πανός.

124 Eliano. Sobre la Naturaleza de los Animales 11.6: Ἐν ἈρκαÎ'ίᾳ Î'á½² χώρᾳ ἐστὶν ἱερὸν Πανός· Αὐλá½' τῷ χώρῳ τὸ ὄνομα.

125 Antología Palatina 6.179.1 (Arch.).

126 Himno a los Dáctilos Ideos 16, Antología Palatina 6.73.3, Cfr. Nonno. Dionisíacas. 8.15.

127 Borgeaud (1979: 95) considera que estos lugares evocaban para ellos a un personaje de tales características.

128 Borgeaud (1979: 156-163).

129 Aristófanes. Lisístrata 910-913 apunta a tal posibilidad, siempre y cuando las parejas que deseen unirse en la gruta de Pan, se purifiquen en la Clepsidra antes de volver a la ciudad.

130 Lehnus (1978: 53). Píndaro. fr. 95 Maehler.

131 Borgeaud (1979: 80 n. 52). Sólo Porfirio, ya en el III d.C., relaciona una cueva arcadia con Pan y Selene, y la considera un lugar de culto previo a la invención de la arquitectura (Porfirio. Sobre el Antro de las Ninfas 20).

132 Borgeaud (1979: 81).

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