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Synthesis (La Plata)

versão impressa ISSN 0328-1205versão On-line ISSN 1851-779X

Synthesis (La Plata) vol.23  La Plata dez. 2016

 

RESEÑAS

The Gods of Olympus. A History
Barbara Graziosi. Profiles Books, London, 2013, 273 pp.

 

A diferencia de algunas Historias de la Civilización Clásica que enfatizan las similitudes entre la antigüedad y la modernidad, y otras, que insisten en las diferencias entre ambas, el libro The Gods of Olympus. A History (2013)de B. Graziosipropone un abordaje original: focaliza en el proceso de transformación de los dioses olímpicos y no se detiene en la mera comparación. El volumen se compone de seis partes, cada una de las cuales tiene sus propios ejes de estudio. Resulta interesante cómo el libro, a pesar de su especificidad en cada apartado, comprende una totalidad ya que cada parte está atravesada por el tema que resulta central: la transformación de los dioses Olímpicos a lo largo de la historia.

El comienzo del volumen contiene un “Prefacio” titulado “Simonides was Wise” en el que se trazan los viajes y las transformaciones de los dioses olímpicos a lo largo de dos milenios. Este abordaje abarca desde la Antigüedad al Renacimiento, ya que, en este período, los dioses Olímpicos hicieron su viaje más extraordinario: un viaje que los transforma de objetos de culto religioso en símbolos de creatividad humana. Sin duda, B. Graziosi sostiene su estudio de los dioses olímpicos en la convicción de su necesaria inclusión en toda reflexión acerca de la humanidad.

En “Introduction. A Family Portrait”, la autora explica que el mundo de los antiguos griegos estaba colmado de deidades: ninfas, nereidas, sátiros, titanes y harpías aladas. Sin embargo, -y tal como sabemos- los doce dioses Olímpicos eran las divinidades más importantes de la Grecia antigua que exigían adoración a donde sea que fueran. Como ejemplo, cita a Homero y cómo el poeta describe los viajes de los dioses, que según la autora se fundan en la concepción de los dioses como poderes universales. De modo que al recuperar la historia de Zeus en el Olimpo se le propone al lector un desafío: unir historias que se actualizan desde una perspectiva moderna al sugerir que un modo de conocer la vida de los dioses es visitarlos en el Museo Británico de Londres. B. Graziosi, propone una lectura en la que sostiene que, detrás de la controversia política sobre el friso del Partenón, se esconde una verdad más importante y profunda: los dioses han experimentado diversas transformaciones tanto en Londres como en Atenas. Esta lectura resulta sumamente atractiva si pensamos que la recepción que se ha hecho de los dioses a lo largo de la historia no ha sido en términos de pasividad sino que han ido adaptando, transformando y re-significando el mundo antiguo.

Como base para su Introducción, la autora aplica el concepto de “perspectiva”, ya que si uno observa el friso del Partenón advierte que los dioses están rodeados de una procesión de ciudadanos; hay carros, músicos, mujeres, ganado vacuno y ovejas. Esta es una típica imagen de adoración. Ahora bien: esos antiguos adoradores están rodeados, a su vez, de multitud de admiradores que los observan desde afuera. B. Graziosi en su detallada descripción del friso del Partenón concluye que éste confronta a los espectadores con un conjunto de personajes que pueden advertirse de inmediato. Según la autora, esta situación ha sido constante a lo largo de la historia: la presencia de los dioses se ha sostenido desde la Antigüedad hasta el presente.

“Birth: archaic Greece” constituye la primera parte del libro y está compuesta de tres capítulos: 1. “At Home in Greece”, 2. “Epic visions” y 3. “Critical Views”. En esta sección, la autora indaga cómo aparecieron los dioses por primera vez. Es en este momento en el que Homero y Hesíodo definen cuáles son los principales dioses para los griegos, cómo nacen y cómo se comportan en el Olimpo. Sin embargo, la autora explica que los dioses de la épica parecían demasiado humanos y, a la vez, específicamente griegos para imponer respeto como potencias universales. Esto originó que la crítica temprana cuestionara la visión antropomórfica de los poetas y, de ese modo, se inauguró una larga tradición de debate: un debate que no se ocupaba de la naturaleza de los dioses sino de la interpretación de la poesía y el arte. En “At Home in Greece”, B. Graziosi advierte que no está claro cuándo el Monte Olimpo fue asociado con los dioses. En los poemas homéricos, las deidades más importantes son los Olímpicos, pero no fue necesariamente Homero el primero en situar a los dioses en el monte sagrado. En este primer capítulo, la autora recorre las distintas representaciones de los dioses. De ese modo, explica cómo en 1950 cuando Ventris y Chadwick lograron descifrar el Lineal B, muchos clasicistas esperaban encontrar algún fragmento de poesía griega, quizá alguna versión temprana de la épica homérica donde apareciera una descripción del panteón Olímpico. Sin embargo, el Monte Olimpo no figuraba allí. La última parte de este primer capítulo está dedicado al himno homérico a Apolo. De ese modo, B. Graziosi explica cómo quienes visitan el templo pueden advertir el modo en que los dioses penetraron en la memoria colectiva de los griegos: "en el período arcaico, la mitología griega se desarrolló como una forma de entretenimiento tanto para los dioses como para los hombres en las reuniones religiosas. Si bien esto era muy creativo tenía sus raíces en un paisaje real: un paisaje dominado por el Monte Olimpo y sus dioses" (p. 22). “Epic Visions” es el segundo capítulo en el que la autora explora la especial habilidad, tanto de Homero como de Hesíodo, para ver y describir a los dioses. B. Graziosi advierte cómo ambos poetas evitaron cuidadosamente hacer referencia a cultos locales o tradiciones. Lo que ofrecieron, en cambio, fue una visión de los dioses olímpicos "capaz de interpelar"a todo el mundo, o al menos, a quienes comprendieran su lengua. Las historias épicas acerca de los dioses nos ofrecen las descripciones de cómo las deidades entraban y salían de la vida de las personas: el logro máximo, tanto de Homero como de Hesíodo, fue "describirnos los dioses del Olimpo en palabras, experiencias e imágenes que nos son enteramente propias" (p. 35). “Critical Views” es el tercer capítulo con el que culmina la primera parte. Resulta interesante cómo la autora presenta un abordaje diacrónico que le permite avanzar en el tiempo y pensar en las apropiaciones y críticas que han surgido en relación con los dioses a lo largo de la historia. De este modo, analiza cómo Jenófanes de Colofón, Tales de Mileto, Anaxímenes y Anaximandro interrogaron los fundamentos del conocimiento humano sin depender de las visiones heredadas acerca de los dioses griegos, dejando de lado la poesía, el mito y el culto y dando lugar a la observación directa y al pensamiento lógico.

“Dialogue: Classical Athens” es el título de la segunda parte que se compone de tres capítulos: 4. “An Education for Greece”, 5. “Exile and Death” y 6. “Fictions and Fantasies”. Luego de analizar cómo nacen los dioses entre los siglos VIII y VI a.C., B. Graziosi se detiene en las primeras décadas del siglo V a.C., cuando Atenas deviene una democracia y, de ese modo, se inaugura un sistema de gobierno que rápidamente es adoptado por muchas otras poleis griegas. La autora registra cómo en este momento surgió una nueva confianza en las habilidades del hombre para gobernarse que suscitó y alimentó las discusiones acerca de los dioses olímpicos. B. Graziosi cita, a modo de ejemplo, el caso de Sócrates cuando, a finales del siglo V a.C., los atenienses le dictaron sentencia de muerte por no creer en los dioses en los cuales creían los ciudadanos, por introducir nuevos dioses y corromper a los jóvenes. En relación con esto y para finalizar, la autora se pregunta ¿qué era lo que estaba mal en el punto de vista de Sócrates? y, por otro lado, ¿cómo podía establecerse la verdad acerca de los dioses si no era precisamente a través del diálogo libre y abierto que había defendido a lo largo de su vida? A lo largo de estos capítulos, B. Graziosi desarrolla cómo los atenienses insistieron en su propia capacidad humana para gobernarse a sí mismos. Entre los ejemplos propuestos, menciona que Pericles mismo nunca mencionó a los Olímpicos en su oración fúnebre: "los atenienses caídos habían muerto en el campo de batalla no para obedecer la voluntad de los dioses, sino porque quisieron imponer su propia voluntad sobre los demás griegos"(p. 55). Sobre el final de “Fictions and fantasies”, y luego de un exhaustivo desarrollo de los postulados de Platón y de Aristóteles, B. Graziosi concluye que las distinciones filosóficas fallaron al tratar con los dioses del Olimpo, puesto que, categorías y etiquetas se mezclan constantemente. Inmediatamente, la autora nos sumerge en el próximo capítulo: verdad, ficción, historia y mito: todos estos aspectos convergen en las hazañas de Alejandro Magno y con él prosperan los dioses olímpicos, ampliando sus horizontes y adquiriendo nuevas identidades y poderes.

La tercera parte se titula “Travel: Hellenistic Egypt” y aborda temas como 7. “Farther than Dionysos”, 8. “Dead Gods and Divine Planets” y 9. “At Home in Alexandria”. En este caso, la autora observa cómo Alejandro Magno mientras viajaba cada vez más lejos no dejaba de pensar en los dioses familiares y en cómo podría imitarlos e incluso superar sus hazañas. Tan pronto como conquistó nuevas tierras, Alejandro cambió su mirada acerca de sí mismo y los dioses del Olimpo cambiaron con él. B. Graziosi advierte cómo en medio de todos estos cambios, prevaleció la necesidad de investigar y preservar los orígenes de la cultura griega. Así fue que, en la Biblioteca de Alejandría, los poetas eruditos comenzaron a recopilar información acerca de los primeros cultos griegos y a revisar los poemas de Homero y Hesíodo. De ese modo, explica la autora, la cultura helenística se difundió a través de las tierras que Alejandro había conquistado y con ello el conocimiento acerca de los dioses del Olimpo se convirtió no sólo en una cuestión acerca de los rituales y los sacrificios, sino también en un acercamiento a ellos a través de la lectura.

"Después de sus viajes de amplio alcance en Grecia, Asia y África, los dioses del Olimpo llegan a Roma"Este es el núcleo central del capítulo cuarto que se titula “Translation: The Roman Empire” y focaliza en temas como 10. “The Muses in Rome”, 11. “Ancestors, Allies, and Alter Egos” y 12. “Mutants”. Si bien la práctica de equiparar dioses extranjeros con dioses locales estaba muy extendida en el mundo antiguo, sólo los Romanos "traducen" -literalmente "traen hacia el otro lado"- todo el panteón griego. B. Graziosi, explica que esta "traducción"de los dioses, era parte de una empresa mucho más amplia de asimilación cultural: "los romanos adquirieron una educación Helenística y, en consecuencia, sus dioses cambiaron"(p.116). En “The Muses in Rome” el lector hallará doce ilustraciones que le permitirán una comprensión integral de lo propuesto. El texto está acompañado de pinturas como El nacimiento de Venus (1486) de S. Botticelliy El sacrificio en Listra (1515-16) de Rafael; una escultura de Lisipo -el artista preferido de Alejandro Magno-, entre otras. Resulta de gran interés el abordaje que B. Graziosi propone en este capítulo, ya que se puede advertir cómo en los siglos posteriores muchos romanos poderosos imitaron el truco helenístico que Ennio había popularizado y, de ese modo, comenzaron a representarse a sí mismos como dioses. Por otro lado, la autora demuestra cómo el Templo de Hércules y las Musas se convirtieron en un lugar de encuentro para los poetas y los artistas de las generaciones venideras: "ellos crearon la cultura híbrida Greco-Romana, precedida por las nueve musas en Ambracia"(p.127)A continuación, en “Ancestors, Allies and Alter Egos”, B. Graziosi explica cómo los sucesos militares del siglo II a.C. transformaron absolutamente Roma. A modo de ejemplo, la autora analiza un fragmento de De Bello Gallico de Julio César donde aparecen observaciones sobre las deidades locales.

La parte cinco se titula “Disguise: Christianity and Islam” y está compuesta de subtítulos como 13. “Human Like You”, 14. “Demons” y 15. “Sackcloth and Scimitars”. En estos apartados, la autora explica cómo a pesar de los condicionamientos y prohibiciones que supuso el Cristianismo, y también el Islam, los dioses olímpicos lograron sobrevivir: los fieles escondían sus estatuas y movían sus objetos de culto hacia el campo, lugar donde podían utilizarlos sin ser vistos. El análisis que propone Graziosi resulta por demás interesante, si se observa que el rol que cumplieron los fieles en este momento histórico resultó clave, ya que, posteriormente, esos objetos de culto fueron encontrados y han dejado al descubierto, una vez más, la historia de los dioses del Olimpo. En estos tres capítulos, B. Graziosi explica cómo cuando se les negó la condición de dioses se re-inventaron poco a poco en demonios, tentaciones, ficciones y otras potencias perniciosas. En el mundo árabe, por su parte, perseguían a quienes estudiaban filosofía y ciencia griega, puesto que dominaban y prevalecían sus explicaciones de los sueños, los humores, los átomos y los cuerpos celestes sobre otras. A modo de conclusión del capítulo, cabe destacar que B. Graziosi, a partir del camino trazado en este capítulo, le posibilita al lector pensar cómo los dioses del Olimpo encontraron formas cada vez más creativas para ejercer su poder en la Edad Media y, finalmente, después de una larga crisis de identidad, salieron victoriosos.

Durante el Renacimiento, la presencia de los Olímpicos se hizo sentir otra vez al ser resucitados por poetas y recuperados por artistas y escultores. Así lo demuestra la autora en “Born Again: The Renaissance”. En la última parte, analiza aspectos como 16. “Petrarch Paints the Gods”, 17. “A Cosmopolitan Carnival of Deities” y 18. “Old Gods in the New World”. De manera general, el capítulo permite observar cómo en Italia, durante los siglos XIV y XV, el mayor foco de atención se situaba alrededor de la literatura y el arte de la antigüedad: "los dioses del Olimpo re-surgen en el Renacimiento Italiano como embajadores de una nueva creencia en la humanidad" (p. 183). Un claro ejemplo de esto -por mencionar uno de los muchos e interesantes que propone B. Graziosi- aparece en La Divina Comedia, cuando Dante junto con su predecesor, el poeta Virgilio, deciden qué hacer con las antiguas divinidades. Otro de los ejemplos, propuestos por B. Graziosi, es el poema Africa de F. Petrarca, en el que cuenta la historia de la Segunda Guerra Púnica. La autora propone un análisis detenido del poema para demostrar cómo los dioses olímpicos jugaron un papel clave al momento de ayudar a Petrarca a definir su alcance y visión de los hechos. En “A Cosmopolitan Carnival of Deities”, el lector podrá advertir cómo los dioses del Olimpo significaron una fuente de inspiración para los trajes de disfraces y carrozas, tal como el “monigote de nieve Hércules”.

El libro se cierra con un epílogo que se titula: “A Marble Head” y “The Twelve Gods”, un apéndice final en donde se enumeran y describen cada uno de los doce dioses olímpicos.

Resulta muy atractivo el título del epílogo ya que "mientras escribimos esto"tal cual lo indica B. Graziosi, nos pre-existe a nosotros-lectores, "una cabeza de mármol"a partir de la cual, podemos trazar una historia: la historia de los dioses del Olimpo que nunca murieron, sino que evolucionaron, re-inventándose a sí mismos, de acuerdo a las distintas circunstancias que se suscitaban.

A lo largo de este volumen, observamos que no se presenta a los dioses olímpicos en términos meramente "descriptivos" sino que la autora "simplifica"la tarea del lector al momento de determinar cómo y por qué los dioses son importantes. A modo de conclusión, cabe destacar la forma "integral y circular"del abordaje que propone B. Graziosi. Como en el viaje emprendido por los dioses Olímpicos, también aquí hay que volver al comienzo: “Simónides una vez se encontró en una situación difícil: el tirano de Siracusa le preguntó qué era para él un dios. Simónides le pidió un día para pensarlo. Luego de un día, pidió dos; y luego cuatro. Cuando el tirano sorprendido le preguntó al poeta en qué mundo estaba, Simónides le respondió: ‘más tiempo me esforcé pensando en el asunto, más oscuro me resultó’. Simónides era sabio”.

The Gods of Olympus. A History de B. Graziosiesclarece concepciones y ofrece diversas e innovadoras respuestas a por qué los dioses griegos conservan su misterio y su atractivo aún hoy.

María Luz Mattioli 

Universidad Nacional de La Plata

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