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Revista de la Sociedad Entomológica Argentina

Print version ISSN 0373-5680On-line version ISSN 1851-7471

Rev. Soc. Entomol. Argent. vol.62 no.3-4 Mendoza Aug./Dec. 2003

 

v62n3-4a06

Introducción y producción en laboratorio de Diachasmimorpha tryon i y Diachasmimorpha longicaudata  (Hymenoptera: Braconidae) para el control biológico de Ceratitis capitata (Diptera: Tephritidae) en la Argentina

Introduction and laboratory production of Diachasmimorpha tryoni and Diachasmimorpha longicaudata (Hymenoptera: Braconidae) for the biological control of Ceratitis capitata (Diptera: Tephritidae) in Argentina

Ovruski, Sergio M.*; Carolina Colin**; Alejandra Soria***; Luis E. Oroño*** y Pablo Schliserman*

* INSUE Instituto Superior de Entomología-UNT y Fundación Miguel Lillo-CIRPON y CONICET. Miguel Lillo 205. 4000 S. M. de Tucumán, Argentina; e-mail: ovruski@infovia.com.ar

** Fundación Miguel Lillo-CIRPON  Pasaje Caseros 1050. 4000 S. M. de Tucumán, Argentina.

*** INSUE Instituto Superior de Entomología-UNT y Fundación Miguel Lillo-CIRPON. Miguel Lillo 205, 4000 S. M. de Tucumán, Argentina.

R ESUMEN. Con el propósito de reanudar la utilización de enemigos naturales contra la especie exótica Ceratitis capitata (Wiedemann), fueron introducidos a la Argentina en 1999 los agentes de control biológico Diachasmimorpha tryoni (Cameron) y Diachasmimorpha longicaudata (Ashmead), dos endoparasitoides de larvas de tefrítidos. Por este motivo, en este trabajo se describen los procedimientos de cría en laboratorio del huésped y de ambas especies de parasitoides y, se presentan y discuten los resultados de un año de producción de D. tryoni y D. longicaudata a mediana escala (enero-diciembre/2000). Se realizó un análisis comparativo de los datos obtenidos sobre la producción de descendientes, proporción sexual, porcentaje de parasitismo y viabilidad de puparios por jaula de cría durante 15 generaciones entre ambas especies de parasitoides exóticos, utilizando como huésped larvas de C. capitata del tercer estadio de siete días de edad. Además, se discuten las posibilidades para implementar el control biológico aumentativo contra C. capitata y Anastrepha fraterculus (Wiedemann) en el país.

PALABRAS CLAVE. Control biológico. Moscas de la fruta. Parasitoides. Braconidae. Argentina.

ABSTRACT.   The biocontrol agents Diachasmimorpha tryoni (Cameron) and Diachasmimorpha longicaudata (Ashmead), two endoparasitoids of fruit fly larvae, were introduced to Argentina in 1999 with the purpose of renewing the employment of natural enemies against Ceratitis capitata (Wiedemann). For this reason, the general procedure and maintenance of the host and parasitoids rearing in the laboratory are described, and the results of one year insectary production (January-December/2000) of both D. tryoni and D. longicaudata are discussed. Data are presented of the progeny production, offpring sex ratio, host parasitism percentage, and pupal viability per parasitoid rearing cage during 15 generations of D. longicaudata and D. tryoni reared using late third instar larvae of C. capitata. New perspectives are discussed on the establishment of a biological control program for C. capitata and Anastrepha fraterculus (Wiedemann) in Argentina by using parasitoid augmentative releases.

KEY WORDS. Biological control. Fruit flies. Parasitoids. Braconidae. Argentina.

INTRODUCCIÓN

En los últimos 20 años, el empleo del control biológico contra especies de dípteros tefrítidos plaga de la fruticultura tuvo un notable resurgimiento a nivel mundial. Recientemente, numerosos programas de control y erradicación de tefrítidos de importancia cuarentenaria incorporaron las liberaciones masivas de himenópteros parasitoides como alternativa válida de control en toda América (Cancino et al., 1992; Montoya et al., 2000b; Sivinski et al., 1996a, Sivinski et al., 1996b, Camacho, 1992; Senasa-Perú, 1999; Carvalho et al., 2000; Carvalho & Nascimento, 2002). La perfección de métodos de cría masiva de varias especies de himenópteros parasitoides,  el rechazo a nivel mundial por el uso de agroquímicos en cultivos frutihortícolas debido a los efectos negativos al ambiente y a la salud humana, y la tendencia a la conservación de la biodiversidad en los agroecosistemas están relacionados con el creciente interés por el control biológico de tefrítidos plaga (Ovruski et al., 2000).

Entre las especies de parasitoides utilizadas en liberaciones aumentativas para tefrítidos plaga, figuran Diachasmimorpha tryoni (Cameron) y Diachasmimorpha longicaudata (Ashmead) (Hymenoptera: Braconidae, Opiinae) (Sivinski, 1996). Ambos bracónidos pertenecen a un gremio integrado por endoparasitoides solitarios y koinobiontes que oviponen en la larva huésped y emergen del pupario del tefrítido (Ovruski et al., 2000). Diachasmimorpha longicaudata es originario del sudeste asiático y D. tryoni de Australia, donde atacan tefrítidos del género Bactrocera (Wharton & Gilstrap, 1983). Ambas especies se establecieron exitosamente en Hawaii, (Wong & Ramadan, 1992; Wong, 1993) Costa Rica (Jiron & Mexzon, 1989), Guatemala (Eskafi, 1990), México (Cancino & Enkerlin, 1992), EE.UU (Baranowski et al., 1993), El Salvador (Ovruski et al., 1996) y Brasil (Matrangolo et al., 1998). Diachasmimorpha tryoni también fue introducido en México (Cancino et al., 1995) y Guatemala (Holler et al., 1996). Sin embargo, aún no fue constatado el establecimiento permanente de este parasitoide en aquellos países (Ovruski et al., 2000). En la actualidad, D. longicaudata y D. tryoni son criados masivamente en México (Cancino, 1997), Guatemala (Sivinski et al., 1996b; Montoya et al., 2000b; Holler et al., 1996), Costa Rica (Carro et al., 2001), Perú (Senasa-Perú, 1999) y Brasil (Carvalho & Nascimento, 2002).

Los programas de control biológico llevados a cabo en la Argentina entre las décadas del ‘30 y '70 contra Ceratitis capitata (Wiedemann) y Anastrepha fraterculus (Wiedemann), las únicas especies de tefrítidos de importancia económica y cuarentenaria en el país (Cosenzo et al., 1999), consistieron en la conservación de enemigos naturales autóctonos a través del empleo de “pozos trampas” (Hayward, 1940; Nasca et al., 1980) y en la importación de parasitoides exóticos para un control biológico clásico, entre los que se encontraba D. longicaudata (bajo el nombre de Opius o Biosteres longicaudatus) (Turica, 1968; Turica et al., 1971). Sin embargo, la falta de continuidad de los programas  imposibilitó la evaluación de los resultados finales (Clausen, 1978). Ovruski & Fidalgo (1994) y Ovruski et al. (1999) publicaron resúmenes cronológicos de las actividades efectuadas en el pasado para el control de C. capitata y A. fraterculus en la Argentina.

Con el propósito de reanudar el empleo de enemigos naturales contra la especie exótica C. capitata, fueron introducidos en la Argentina en 1999 los agentes D. tryoni y D. longicaudata, a través de un subsidio del Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología (FONCyT, Argentina). Por ello, el objetivo de éste artículo es describir el método de cría en laboratorio de los dos agentes de control, discutir los resultados de 12 meses de producción de los parasitoides a mediana escala (enero /2000-diciembre/2000) y analizar las posibilidades de la implementación en el país.

MATERIAL Y MÉTODOS

Procedimiento general y mantenimiento de la cría de D. tryoni y D. longicaudata

En la Fig. 1 se representa esquemáticamente el proceso de cría del tefrítido huésped, C. capitata, y el de los parasitoides D. tryoni y D. longicaudata, llevado a cabo en el insectario del Centro de Investigaciones para la Regulación de Poblaciones de Organismos Nocivos (CIRPON) en San Miguel de Tucumán, a 26 ± 1°C, HR de 75 ± 5% y fotoperíodo de 14 horas luz.


Fig. 1
. Proceso de cría de Ceratitis capitata y de los parasitoides Diachasmimorpha tryoni y Diachasmimorpha longicaudata en el insectario del CIRPON-FML.

1. Cría de C. capitata

Ceratitis capitata fue criada siguiendo la metodología utilizada por Crouzel (1961), modificándose la jaula de adultos destinados para reproducción, el proceso de incubación de los huevos, el tipo y dimensiones de las bandejas para maduración de larvas, y los ingredientes y proporciones del medio nutritivo para larvas y adultos. Para la nutrición de las larvas se empleó la dieta artificial descripta por Quesada-Alué et al. (1994), mientras que para la alimentación de los adultos se utilizó una mezcla de proteína hidrolizada más azúcar en la proporción 1:3.

Los insectos adultos fueron mantenidos en una jaula de 90 ´ 45 ´ 60 cm, de acrílico transparente; ventanas laterales desmontables, de tela plástica con mallado de 1 mm de diámetro; pared anterior con dos aberturas cuadrangulares de 10 cm, cada una con una manga de tela negra de 20 cm de largo; piso cubierto con una plancha de cartón corrugado desmontable. Para la incubación, los huevos provenientes de los colectores fueron mantenidos en tubos de ensayo de 1,5 cm de diámetro y 15 cm de alto con agua destilada, donde se los oxigenó durante 24 hs. Luego, los huevos fueron trasladados a una probeta donde se contabilizó hasta un máximo de 1 ml (apróximadamente 20.000 huevos), cantidad que fue sembrada en una bandeja plástica de 35 ´ 17 ´ 3 cm con capacidad para 1 kg de dieta artificial para larvas.

Alrededor del 70% de las larvas maduras (@ siete días de edad) fueron destinadas para la cría de los parasitoides, mientras que el 30% restante fue utilizado para el reciclado de la colonia. Cada jaula con adultos permaneció en actividad 28 días, transcurrido ese tiempo, ésta fue dada de baja, debido principalmente a la elevada tasa de mortalidad de los adultos (90%) y a la disminución de la fecundidad de las hembras.

2. Cría de D. tryoni y D. longicaudata

Las especies D. tryoni y D. longicaudata fueron introducidas a principios de septiembre de 1999 desde el Complejo Bioindustrial MOSCAMED-MOSCAFRUT, Metapa de Domínguez, Chiapas, México. Los parasitoides fueron introducidos como pupa dentro del pupario del huésped. Diachasmimorpha longicaudata provenía de una cepa criada sobre Anastrepha ludens (Loew), mientras que D. tryoni de una cepa desarrollada en C. capitata. Se importaron 1.000 pupas, cuyas larvas huéspedes fueron irradiadas con 4,5 Krads. antes de la exposición a los parasitoides según la metodología descripta por Cancino et al. (2002a).  La introducción de ambas especies de parasitoides se realizó con autorización del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). La cuarentena de los parasitoides introducidos fue realizada en dependencias del CIRPON en una cámara especializada para tal fin y acondicionada a 25-26 °C; 65-75 % HR y 12 hs luz. Luego de transcurrido ese tiempo fueron trasladados al insectario del instituto, previa autorización del SENASA.

Los parasitoides fueron criados sobre la cepa de C. capitata de la Estación Experimental Agroindustrial “Obispo Colombres” (EEAOC) por dos generaciones. A partir de diciembre de 1999 se emplearon larvas de una cepa silvestre de C. capitata como huésped de los parasitoides. Por lo tanto, se consideró como primera generación de laboratorio a la camada de parasitoides de ambas especies obtenidas de la cepa silvestre en de 2000.

Los parasitoides fueron criados con la metodología utilizada por Wong & Ramadan (1992), modificándose la jaula de adultos para reproducción, el número de unidades con larvas para oviposición por jaula, la edad de la larva huésped y el proceso de obtención de adultos. La jaula de reproducción consistió de una estructura cúbica de acrílico transparente de 30 cm de cada lado, con la cara anterior y paredes laterales de tela plástica desmontables (mallado de 1 mm de diámetro). Cada una de estas jaulas contenía 360 parasitoides adultos en una proporción sexual 1:1. Por cada jaula de cría se utilizaron tres unidades de oviposición con larvas maduras de C. capitata de siete días de edad (tercer estadio), cada una de las cuales contenía 500 larvas. Por lo tanto, se trabajó con una densidad de 8,3 larvas de C. capitata por hembra de parasitoide durante 6 hs de exposición en cada jaula de cría (Lawrence et al. 1978). El tiempo útil de una jaula para cría de parasitoides fue de 20 días. Transcurrido ese tiempo, las jaulas fueron reemplazadas. Para la obtención de los parasitoides adultos se procedió a depositar los puparios en recipientes plásticos dentro de una jaula de acrílico de 40 ´ 40 ´ 60 cm, donde primero emergieron los adultos de C. capitata provenientes de puparios no parasitados. Luego, los puparios parasitados aún no eclosionados, fueron trasladados a las jaulas de cría de parasitoides.

Análisis de datos. Se calculó el porcentaje de parasitismo empleando la fórmula sugerida por Cancino & Yoc (1993): %P = (nro de parasitoides emergidos / nro total de moscas + parasitoides emergidos) * 100. La viabilidad pupal fue calculada mediante la fómula: VP = (nro de puparios que produjeron insectos vivos (moscas + parasitoides) / nro total de puparios) * 100 (Ovruski, 1995). Para la comparación de los datos de producción diaria mensual de larvas de C. capitata por bandeja de siembra entre los meses del año 2000, se empleó un análisis de varianza (ANOVA) de una vía y los valores medios fueron separados por la prueba de rango múltiple de Student-Newman-Keuls, a un nivel de significancia igual a 0,05 (Zolman, 1993). Antes de utilizar el ANOVA, los valores fueron transformados empleando logaritmo en base 10 para normalizar la variación de los datos obtenidos entre los distintos meses. Para comparar los valores medios obtenidos de la producción de descendientes por jaula de cría entre D. tryoni y D. longicaudata se usó una prueba t -student, a un nivel de significancia igual a 0,05 (Zolman, 1993). Los datos de porcentajes (parasitismo, viabilidad pupal, proporción sexual y porcentaje de puparios no eclosionados) fueron transformados usando el arcoseno porcentual de la raíz cuadrada del número (Zolman, 1993). En las tablas se presentan los valores medios no transformados para su comparación.

RESULTADOS

La Tabla I presenta los resultados obtenidos por mes durante el año 2000 sobre la producción media diaria de larvas de C. capitata por bandeja de siembra, destinadas para el mantenimiento de la colonia del huésped y para la multiplicación de D. tryoni y D. longicaudata. Se encontraron diferencias significativas en la cantidad de huevos sembrados por bandeja, y en la producción de larvas y puparios entre enero y febrero, y entre éstos dos y los restantes meses del año. Así, por ejemplo, entre marzo y diciembre se sembró un número de huevos significativamente mayor a los dos primeros  meses del año [ F (11, 216) = 50,5; P < 0,0001], manteniendo un valor cercano a 1 ml de huevos por bandeja de siembra. La producción de larvas de C. capitata destinada para reciclar la colonia del huésped y para criar ambas especies de parasitoides se incrementó significativamente en marzo [ F (11, 216) = 121,5; P < 0,0001 y F (11, 216) = 688,0; P < 0,0001, respectivamente], mes a partir del cual se mantuvo constante en un rango de 3.685,1 – 4.358,4 y 8.691,1 – 9.568,3  larvas por bandeja, respectivamente. De manera similar, el número de puparios formados a partir de las larvas destinadas para reciclado y para cría aumentó significativamente en marzo [ F (11, 216) = 48,7; P < 0,0001 y F (11, 216) = 26,8; P < 0,0001, respectivamente] para conservar, durante el resto de los meses, valores que variaron entre 3.106,2 – 4.241,6 y 7.818,0 – 9.367,8 puparios por bandeja, respectivamente. También existieron diferencias significativas entre la viabilidad de los puparios originados de larvas para reciclado de la colonia del huésped, siendo ésta mayor desde marzo en adelante [ F (11, 216) = 10,8; P < 0,0001] y con valores del 86 al 99%.  La viabilidad de los puparios provenientes de larvas expuestas a los parasitoides no fue homogénea, registrándose diferencias significativas entre varios meses (ver Tabla I). Sin embargo, el porcentaje de puparios viables registrados desde marzo a diciembre, fue significativamente mayor al obtenido durante enero y febrero [ F (11, 216) = 27,3; P < 0,0001].

Tabla I: Producción media diaria de larvas de Ceratitis capitata por bandeja de siembra para el reciclado de la colonia del tefrítido y para la cría de los parasitoides D. tryoni y D. longicaudata (período enero - diciembre/2000).
Los valores son expresados como media ± desviación estándar.

La Tabla II muestra el número total de adultos de D. tryoni y D. longicaudata producidos por una jaula de cría durante todo el tiempo útil de ésta (20 días) y señala los datos obtenidos para 15 generaciones de ambas especies de parasitoides, los cuales equivalen a un año de cría. En total fueron expuestas 30.000 larvas de C. capitata de siete días de edad por jaula de cada especie de parasitoide. Los menores valores de producción de parasitoides (número de descendientes hembras y machos) y de porcentaje de parasitismo en larvas, se manifestaron en las dos primeras generaciones de D. longicaudata y en las tres primeras de D. tryoni. También, el porcentaje de puparios viables, fue bajo en éstas generaciones de parasitoides, alcanzando un máximo del 4,5% (Tabla II). En general, los niveles de parasitismo registrados en el laboratorio durante el año 2000 no superaron el 60%, éstos variaron entre 12 y 42%  para D. tryoni y entre 26 y 58 % para D. longicaudata. La producción total de descendientes de D. tryoni y D. longicaudata por jaula de cría no superó los 9.700 y 12.500 ejemplares, respectivamente. Además, la diferencia entre el  máximo y mínimo número de  descendencia fue similar en ambas especies de parasitoides, 8.100 para D. tryoni y 9.500 para D. longicaudata, al considerar las 15 generaciones. Sin embargo, la Tabla III indica que la producción media de descendientes de D. longicaudata por jaula de cría entre enero y diciembre de 2000 fue significativamente más alta que la originada por D. tryoni   en ese período (t = 2,66; gl = 28; P = 0,012), empleando el mismo método de cría para las dos especies. Asimismo, el porcentaje  de parasitismo manifestada por D. longicaudata sobre larvas maduras de C. capitata fue significativamente superior a la producida por D. tryoni en ese huésped (t = 3,67; gl = 28; P = 0,001). Por el contrario, la proporción de sexos fue similar en las crías de las dos especies de parasitoides (1,3 – 1,5 hembras por macho) (t = 0,99; gl = 28; P = 0,326). Entre 22 y 47 % de los puparios originados de las larvas expuestas a D. longicaudata y a D. tryoni no llegaron a eclosionar, es decir, no produjeron un insecto adulto (parasitoides o C. capitata). Estos porcentajes no presentaron diferencias significativas en ambas especies de parasitoides (t = 0,45; gl = 28; P = 0,652).

Tabla II: Producción total de adultos de D. tryoni (D.t.) y D. longicaudata (D.l.) por jaula de cría y por generación entre enero y diciembre/2000. Cada jaula con una cohorte original de 180 hembras de cinco días de edad y 1.500 larvas de C. capitata del tercer estadio (siete días de edad) expuestas diariamente seis horas y durante 20 días. Se incluyen 15 generaciones, equivalente a un año de producción. Datos totales de una jaula de cría por cada generación de parasitoide.

Tabla III: Comparación de la producción media (± desviación estándar) de descendientes (hembras + machos) entre D. tryoni y D. longicaudata por jaula de cría durante el período enero – diciembre / 2000 (15 generaciones de cada especie de parasitoide).

DISCUSIÓN

La producción de larvas de C. capitata de edad adecuada para la exposición a los parasitoides estuvo limitada, al principio, por el bajo rendimiento de los adultos del tefrítido en la puesta de huevos en los colectores artificiales. La recolección de huevos durante los meses de enero y febrero fue 20 y 50% menor que en los siguientes 10 meses. La cría de C. capitata proveniente de la cepa silvestre requirieron al menos dos generaciones para adaptarse a las condiciones artificiales del laboratorio. Esta situación, limitó la obtención de huevos para alcanzar una producción estándar de 9.200 larvas huésped por bandeja de siembra. Este número fue alcanzado en marzo y se mantuvo hasta diciembre/2000. La etapa más problemática en la colonización de especies de tefrítidos en el laboratorio es el inicio de la cría, fase donde existe una alta tasa de mortalidad y baja capacidad reproductiva de los adultos (Leppla et al. 1983).

Ambas especies de parasitoides produjeron un número más elevado y constante de descendientes a partir de la 3° – 4° generación, es decir, a finales de marzo y comienzos de abril/2000, época en la cual también se alcanzó la producción estándar de larvas huésped. Posiblemente, la tasa de nacimientos de parasitoides en los dos primeros meses del año 2000 fue afectada por la baja viabilidad de los puparios registrada durante ese tiempo. Según Cancino & Yoc (1993), la calidad del tefrítido huésped es uno de los principales factores que afecta el número de  descendencia y la proporción sexual de los parasitoides de la subfamilia Opiinae criados artificialmente.

Los datos de producción media de descendientes de D. tryoni y D. longicaudata por jaula de cría fueron 3,2 y 3,6 veces superiores a los obtenidos por Wong & Ramadan (1992), empleando el mismo método de las unidades de oviposición tipo caja de Petri modificada. Sin embargo, estos autores utilizaron larvas de B. dorsalis como huésped de D. longicaudata y larvas de C. capitata de seis días de edad para D. tryoni.

El porcentaje medio de parasitismo causado por D. longicaudata durante este estudio, fue similar al obtenido por Cancino & Yoc (1993), quienes también utilizaron larvas de C. capitata de siete días de edad. Al contrario, niveles medios de parasitismo superiores al 80% fueron registrados por Cancino (1997), al emplear larvas de A. ludens de nueve días de edad en unidades de oviposición tipo cassette con capacidad para 2.000 larvas huésped. En el caso de D. tryoni, los resultados del presente trabajo muestran valores de parasitismo 1,5 y 2,0 veces más altos que los registrados por Wong (1993) sobre larvas de C. capitata de siete días de edad y 1,9 y 2,3 veces mayores a los obtenidos por Wong & Ramadan (1992) en larvas de C. capitata de seis días de edad.

Comparativamente, D. longicaudata tuvo una producción de descendientes por jaula de cría y un porcentaje de parasitismo medio de 1,4 veces más que D. tryoni. Estos datos son consistentes con la información publicada por Wong & Ramadan (1992) y Wong (1993), quienes obtuvieron una descendencia de aproximadamente dos ejemplares de D. longicaudata por individuo de D. tryoni.

Los resutados obtenidos sobre la proporción sexual de D. tryoni, entre 50 y 60% de hembras, fueron similares a los presentados por Wong  (1993), quién también empleó como huésped larvas de C. capitata de siete días de edad. Por el contrario, Wong & Ramadan (1992) obtuvieron una mayor proporción de machos de D. tryoni al emplear larvas de C. capitata de seis días de edad. La proporción de sexos media de D. longicaudata obtenida en este estudio, cercana al 60% de hembras empleando larvas de C. capitata de siete días de edad, fue similar a la registrada por Wong & Ramadan (1992) y Wong (1993) utilizando larvas de B. dorsalis de siete días de edad y por Cancino & Yoc (1993) y Cancino et al. (2002b) empleando larvas de A. ludens de 8-9 días de edad. La utilización de larvas de C. capitata de siete días de edad (fase previa a la formación de la pupa) posibilitó la cría de D. tryoni y de D. longicaudata con proporción mayoritaria de hembras.

La viabilidad de los puparios provenientes de larvas expuestas a los parasitoides disminuyó entre 15 y 40% con respecto al porcentaje medio de eclosión de los puparios destinados para el mantenimiento de la cría de C. capitata. Varias causas pueden ser las responsables de la baja viabilidad de éstos puparios, como por ejemplo el superparasitismo (Montoya et al., 2000a), excesivo manipuleo en el manejo de los puparios debido al método de exposición de larvas (Cancino, 1997), y ciertas  acciones físicas de los parasitoides hacia el huésped como la introducción del ovipositor en el cuerpo de la larva sin deposición de huevos en su interior (Cancino, comunicación personal). Ante esto, surge la necesidad de evaluar diferentes densidades de larvas y tiempos de exposición a los parasitoides, así como mejorar el proceso de manipulación de las larvas una vez retirada la unidad de oviposición. Cancino (1997) registró un aumento en la tasa de emergencia de D. longicaudata al reducir el tiempo de exposición de las larvas de A. ludens en la cría masiva de este parasitoide.

La información documentada en este trabajo, permitirá incorporar al control biológico en el esquema de métodos de control y erradicación de C. capitata y A. fraterculus ya implementado en la Argentina. Los elevados números de descendientes por jaula de cría, con predominancia de hembras, en ambas especies de parasitoides, permite aseverar que actualmente se dispone en el país de crías de D. longicaudata y D. tryoni con una producción constante a mediana escala. Las cuales pueden ser incrementas para alcanzar niveles de producción masiva adecuando el método de cría según lo recomendado por Cancino (1997).

Diachasmimorpha longicaudata es un parasitoide que puede multiplicarse tanto en A. fraterculus (Carvalho & Nascimento, 2002) como en C. capitata, lo cual representa una ventaja para controlar en áreas donde ambas especies de tefrítidos coexisten, como ocurre en el Norte y Centro de la Argentina. Por otro lado, D. tryoni es un candidato interesante para su empleo contra C. capitata   en la Argentina, considerando la diversidad geográfica y ecológica de sus regiones. En Hawaii D. tryoni fue reportado por su gran afinidad con C. capitata en regiones tropicales de altura, las liberaciones aumentativas de este parasitoide en aquellas áreas  produjeron resultados alentadores para el control de la plaga (Wong et al., 1991).  En la Argentina, las montañas del noroeste argentino con selva subtropical albergan diversas plantas huéspedes de C. capitata, tanto especies frutales exóticas como nativas, y por ello esta región presentaría posibles áreas de liberación de D. tryoni.

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos a Jorge L. Cancino; Pablo Liedo, Pablo Montoya, Juan Barrera, Patricio Fidalgo, Eduardo Willink, Analía Salvatore y a Javier del Valle Mora. El estudio fue financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica de Argentina a través del Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología (proyecto FONCyT “PICT/ 97 nro. 08-00000-01236”).

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Recibido: 6-XI-2002
Aceptado: 1-IX-2003

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