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Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani

versión On-line ISSN 1850-2563

Bol. Inst. Hist. Argent. Am. Dr. Emilio Ravignani  no.38 Buenos Aires jun. 2013

 

RESEÑAS

Paula Alonso, Jardines secretos, legitimaciones públicas. El Partido Autonomista Nacional y la política argentina de fines del siglo XIX, Buenos Aires, Edhasa, 2010, 390 páginas.

Laura Cucchi

Instituto Ravignani, Universidad de Buenos Aires

La variedad de inquietudes acerca de la naturaleza del Partido Autonomista Nacional, que se encuentran en el origen de este nuevo libro de Paula Alonso, nacieron en el marco de sus anteriores investigaciones sobre los inicios de la Unión Cívica Radical. La lectura que entonces realizó del extenso corpus de correspondencia de quienes fueron los principales líderes del PAN en la década de 1880, la llevaron a interrogarse sobre las interpretaciones más extendidas acerca del funcionamiento de esa agrupación y de su impacto en la política nacional de finales del siglo XIX. Entre esas interpretaciones se encontraban, por una parte, las miradas que entendían el periodo 1880-1916 -en el cual el PAN tuvo las riendas del poder- como organizado sobre la base de un sistema centralizado de dominación política que tenía por cabeza al presidente, y a la oligarquía terrateniente por base social. Pero también se hallaban, por otra, las hipótesis ofrecidas por una de las principales revisiones de esa matriz interpretativa: la realizada por Natalio Botana desde un enfoque político-institucional en El Orden Conservador. El indudable impacto de esta obra en la nueva historiografía política desarrollada en el país en las últimas décadas hace que el diálogo que Alonso entabla con ella en su nuevo libro resulte uno de los principales ejes de lectura que ofrece el trabajo.

El objetivo principal de Jardines secretos es analizar la dinámica interna del Partido Autonomista Nacional y los efectos que ella tuvo en el funcionamiento del sistema político durante esos años. No se trata, como advierte la autora, de elaborar un relato global de la política nacional de esas décadas -ni de la política de las provincias-, así como tampoco de brindar una historia del partido. Sin embargo, aunque el análisis está centrado específicamente en la competencia por el poder entre las dirigencias nacionales y provinciales vinculadas al PAN, y en las formas en que esos elencos y sus impugnadores dotaron de sentido a sus disputas, las reflexiones de Alonso se desarrollan al menos en tres niveles. Por una parte, aborda la dinámica de rivalidades internas del PAN que, según señala, reemplazó a partir de 1880 la previa competencia externa protagonizada por federales, liberales y autonomistas. En segundo lugar, avanza sobre las formas en que ese funcionamiento impactó en los mecanismos de administración del poder por parte del elenco gobernante, y en un tercer nivel -construido sobre los argumentos de los dos anteriores- se propone además brindar algunas coordenadas para elaborar una visión novedosa de la política nacional de la época. La clave para que la obra se mueva entre esas dimensiones radica en algunas premisas explicitadas en las primeras páginas: que la elección presidencial constituyó el epicentro de la política nacional, y que en un sistema de partido hegemónico, la selección del candidato dentro del PAN era su aspecto más relevante.

Como puede advertirse desde estos puntos de partida, Jardines secretos viene en parte a complementar las hipótesis elaboradas por Botana hace más de tres décadas, en la medida en que da cuenta del funcionamiento de la agrupación que perfeccionó ese sistema de control de la sucesión a partir de la inversión del sistema representativo (los "gobiernos electores") y logró monopolizar el poder por treinta y seis años. Pero también se propone revisar algunos aspectos de esa interpretación, que, a su juicio, sobreestima el poder de quien se encontraba a la cabeza de esa escala descendiente de gobiernos electores (el presidente) y soslaya los conflictos y transacciones que tuvieron lugar dentro del PAN. En ese sentido, este libro busca cuestionar el argumento de que el partido gobernante organizó durante esos años un régimen político, esto es, un conjunto de parámetros para regular la administración del poder. Sostiene, en cambio, que dadas las particularidades de la propia organización del PAN, que careció de pautas formales o informales para la selección de candidatos, su dominio en esos años "no supuso la construcción de un orden político. Por el contrario, sus características hicieron de la política interna una arena vertiginosa, volátil e impredecible..." (pp. 30-31). En el marco de estos argumentos, la clave para la "hegemonía gubernamental" que en la obra de Botana se encuentra en las reglas de distribución del poder propias del régimen, Alonso la sitúa, en cambio, en la flexibilidad y adaptabilidad que la carencia de institucionalización interna daba al partido gobernante para sortear los desafíos que se fueron presentando.

Estas premisas, hipótesis e interrogantes principales son presentados en la introducción y en el primer capítulo donde se precisan además otros puntos de partida metodológicos. El corazón del análisis de la obra está centrado en la dinámica cambiante de las "ligas" que funcionaban y competían por imponerse dentro del PAN. En ese marco reconstruye el poder de acción de los dirigentes provinciales que buscaban posicionar sus candidatos en la carrera presidencial y en manos de quienes se encontraba en definitiva la elección de presidente, en virtud del sistema de elección indirecta por medio de un Colegio Electoral en el que cada provincia constituía un distrito. Dada la falta de institucionalización del partido, la autora encuentra un espacio primordial de su funcionamiento en el terreno de las transacciones privadas, realizadas en base a los intercambios personales y epistolares que se producían entre los dirigentes que pactaban unir sus capitales políticos y electorales en vista de la promoción de determinados candidatos en cada coyuntura. Para dar cuenta de ese cuadro cambiante de relaciones, la autora apuesta por el desafío de situar el análisis en el ámbito de la política nacional, en el terreno de las conexiones entre las dirigencias provinciales y nacionales. Con ese propósito una parte importante de la investigación se basa en el examen de los mencionados corpus de correspondencia de Julio Roca y Miguel Juárez Celman, líderes del partido durante los años analizados. Sobre la base de los intercambios allí registrados traza las redes de vínculos establecidas en el partido en cada una de las catorce provincias, valiéndose además de la literatura disponible sobre la dinámica político-electoral de esos escenarios.

Ese abordaje de los jardines secretos de la política constituye el núcleo de varios capítulos, mientras que el resto de ellos está centrado en las legitimaciones públicas. Puntualmente, Alonso presenta un exhaustivo estudio de las principales publicaciones periódicas que, aunque editadas en la ciudad de Buenos Aires, buscaban dar cuenta de la política nacional y se hallaban vinculadas o bien a las diferentes "ligas" que funcionaban en el PAN o a las fuerzas opositoras que se organizaron durante esos años en diversas coyunturas. El análisis de la retórica de esos diarios y de sus diagnósticos respecto de la política nacional son utilizados por la autora para dar cuenta de los modos en que cada sector buscó legitimar sus cursos de acción. Pero también para presentar cómo las posiciones de cada uno sobre los principales temas en debate fueron formulando un conjunto de doctrinas propias de cada sector y contribuyeron a delinear un perfil ideológico que dotó de identidad a sus filas, dentro del marco general del liberalismo constitucional defendido por todos los contendientes.

En síntesis, esta obra recupera, profundiza y revisa en parte las hipótesis sobre el funcionamiento del PAN que la autora ha elaborado en las últimas décadas y propone sugestivas interpretaciones en varios terrenos. Entre ellos se destaca, en primer lugar, una nueva mirada sobre el papel que jugó la dinámica partidaria en la crisis de la experiencia juarista, cuyas causas se han vinculado más habitualmente a la situación económica y al levantamiento en armas de la oposición en 1890. En segundo lugar, la revisión que -en diálogo con la reciente propuesta de Gerchunoff, Rocchi y Rossi- sugiere sobre las características del juarismo, y las hipótesis que elabora en función de ello sobre el modernismo. Contra las miradas clásicas, Alonso lo presenta como un experimento de descentralización política, en el cual, a cambio de una expresión de lealtad hacia el presidente, Juárez otorgó a las provincias total autonomía en materia política y financiera. De la mano de ese análisis de las formas de ejercicio del poder por parte de quienes ocuparon en esos año el Ejecutivo Nacional, Alonso propone además algunas hipótesis sobre los efectos que tuvieron los estilos de gobierno de cada presidente en la arena institucional, y sostiene que tanto la centralización del sistema político llevada a cabo por Roca, como luego la descentralización impulsada por Juárez, impactaron sobre el sistema representativo y sobre el régimen federal.

Estos puntos no agotan la contribución de esta obra que estimula muchos interrogantes tanto respecto de sus hipótesis concretas sobre el funcionamiento del PAN como sobre aquellos aspectos de la dinámica política de la época que el propio enfoque tiende a opacar. Una de ellas es, por ejemplo, qué papel jugó el Congreso Nacional en la organización y funcionamiento del partido. Avanzar sobre este terreno de análisis puede permitir tender puentes entre las transacciones secretas y los discursos públicos. Esa división analítica que organiza el libro soslaya los lazos entre las comunicaciones epistolares, las manifestaciones de la prensa y los intercambios que tuvieron lugar en los espacios de gobierno y sociabilidad política como el Congreso y los ministerios, y su papel conjunto en la formación de los credos políticos y en la construcción de una legitimidad y un consenso respecto de ciertos objetivos, procedimientos y formas de acción colectiva. Asimismo, el examen de la dinámica interna del Legislativo y sus relaciones con los otros dos poderes puede no sólo enriquecer sus propuestas sobre el funcionamiento del partido, sino también poner a prueba una de las hipótesis principales que plantea de cara al legado de El orden conservador: aquella que atribuye a las formas en que se desarrolló la competencia por el poder un impacto decisivo sobre los sistemas institucionales. Estas, entre muchas otras inquietudes que despierta Jardines secretos, inaugurarán con seguridad un nuevo diálogo y una rica agenda de trabajo sobre las formas de la política durante los primeros años del PAN en el poder.