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Trabajo y sociedad

versión On-line ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.13 Santiago del Estero dic. 2009

 

CUESTIONES DE OFICIO: ESCRITURAS Y LENGUAS

"Me alegro de que por fin hayas visto a Rafa ayer". Acerca del uso del pretérito perfecto en los contextos prehodiernales: El caso de Santiago del Estero, Argentina*

Ilpo Kempas**

** Seinäjoki University of Applied Sciences - Seinäjoki Polytechnic, Business School, Finlandia. Correo: ilpo.kempas@seamk.fi

1. Introducción
En el presente artículo examinamos el uso del Pretérito Perfecto Aoristo (o perfectivo) (en adelante PP AOR) por informantes oriundos de Santiago del Estero, Argentina, al referirse a sucesos prehodiernales (en adelante PREH), esto es, ocurridos antes del día del habla. Un ejemplo de tal uso sería el decir 'Ayer he ido al cine' en lugar de 'Ayer fui al cine', o 'He comprado este libro la semana pasada' en lugar de 'Compré este libro la semana pasada', tachado de agramatical por la mayoría de las gramáticas normativas y autores como Padilla (1903: 265), Seco (1989: 73-74), Gili Gaya, (1993: 160), García de Diego (1914), Barrera-Vidal (1972: 216-222) y Alarcos Llorach (1947: 117 (1984: 24-25)). No obstante, existen también autores que son de otra opinión; como partidarios de la libre variación entre el PI y el PP se puede mencionar a Meyer-Lübke (1890-1906) y Lorenzo (1964 y 1980).

Nos basamos en datos empíricos recogidos mediante una prueba de evocación en la localidad anterior, que comparamos con nuestros resultados anteriores sobre las actitudes y creencias de los santiagueños hacia el antedicho uso del PP PREH (Kempas, 2002). El aspecto Aoristo corresponde a una situación en la que una acción pasada se visualiza como claramente terminada respecto al momento comunicativo, y la perspectiva temporal se percibe como cerrada (Bybee, Pagliuca y Perkins, 1991: 54; Schwenter, 1994: 73-75; Serrano, 1994: 39; Thieroff, 2000: 276-277; García Fernández, 2000: 48). El Pretérito Indefinido (en adelante PI) es aorístico por naturaleza, mientras que el empleo del PP con este valor aspectual es resultado de un proceso de gramaticalización: el PP, tradicionalmente del valor Anterior1(en adelante ANT), ha aumentado su campo semántico adoptando un nuevo valor aspectual, el AOR.

La mayoría de las variedades americanas del español difieren de las peninsulares por la prevalencia del PI para referirse a acciones hodiernales (en adelante HOD), esto es, ocurridas durante el día en que se produce la comunicación (Kany, 1969: 200; Butt y Benjamín, 2004: 228-229; Berschin, 1976: 77-79 (español colombiano)). Por lo tanto, en vez de p. ej. 'Hoy he visto a Pedro en un café' y 'No he oído lo que has preguntado', casos en que en español peninsular prevalece el PP2, en la mayor parte de Hispanoamérica se prefieren 'Hoy vi a Pedro en un café' y 'No lo que preguntaste'. Además, en la Península Ibérica, el uso exclusivo del PI en los contextos HOD se considera como un rasgo regional, típico de Asturias, León y Galicia (Gili Gaya, 1993: 161; Zamora Vicente, 1967: 208; Kany, 1969: 199-200).

En lo que respecta al español americano, a la regla general arriba expuesta hay una importante excepción: en cierta área sudamericana, el PP se ha gramaticalizado como tiempo AOR HOD y PREH, adoptando usos expresados antes con el PI. Este desarrollo corresponde en principio a lo ocurrido en español peninsular. El área en cuestión abarca el noroeste de Argentina y por lo menos parte de Bolivia, y hay indicios de que se extiende más al norte, hasta Perú (Kany, 1969: 199; Alarcos Llorach, 1994: 167; de Bruyne, 1995: 448; Gili Gaya, 1993: 160; Lapesa, 1981: 590; Donni de Mirande, 1992: 655-670). Thibault (2000: 12) señala que faltan investigaciones serias sobre este fenómeno: todos los autores se basan en Kany (1969) (cuya obra salió en inglés en 1945) -quien se basa en Moglia (1927: 251)- y nunca se ha publicado una tesis o un estudio basado en un corpus sobre este problema. Por consiguiente, la tesis sobre el foco geográfico de este uso sigue circulando en la literatura, pasada de autor a autor, sin que nadie la haya puesto a prueba con un estudio empírico. Según Mendoza (1991: 85), en Bolivia, el PP prácticamente ha desplazado el PI; no obstante, el autor no menciona explícitamente en qué funciones y no dice nada sobre las posibles diferencias regionales dentro del país. DeMello (1997), que analizó la distribución del PP y PI en los materiales del "Proyecto de Habla Culta", comparando entre sí muestras de doce grandes ciudades de habla hispana, llega a la conclusión de que entre las capitales hispanoamericanas, La Paz (Bolivia) y Lima (Perú) destacan por su empleo del PP "con referencia a un evento del pasado", incluso en los contextos PREH. Según Schumacher de Peña (1980), el frecuente uso del PP en lugar del PI es típico del Altiplano sur peruano.

Los principales resultados de nuestro estudio anterior (Kempas, 2002) pueden resumirse en lo siguiente: 1) Los santiagueños consideran el uso PREH del PP como gramatical en mucho mayor medida que los encuestados peninsulares; 2) los santiagueños son capaces de asociar dicho uso con cierta región geográfica, esto es, la suya, mientras que la mayoría de los españoles no tienen opinión al respecto; 3) una prueba de evocación confirma una correlación entre las actitudes de los informantes santiagueños sobre su propio uso PREH del PP y su uso real del mismo3; 4) la antedicha prueba de evocación presenta un cambio lineal, esto es, que se produce de forma regular: a medida que el momento del suceso se va alejando del momento de la comunicación se incrementa la frecuencia del PI, y, respectivamente, decrece la del PP.

2. Metodología

El grupo objetivo de nuestro estudio está compuesto de universitarios, esto es, representantes de la norma culta. Los estudiantes pertenecientes a la franja de edad menor de 25 años y a la de 25 a 35 años están mejor representados; se puede pensar que sus costumbres lingüísticas reflejan también el futuro de la norma culta regional. Aún así, la inclusión de informantes pertenecientes a otras categorías etarias y profesionales constituye un buen punto de comparación para nuestro análisis.

El problema, esto es, el uso PREH del PP en el noroeste argentino se plantea mediante una prueba de evocación, en la que a los encuestados se les invita a rellenar oraciones con espacios vacíos con palabra(s) que les parezca(n) apropiada(s). (Véase más abajo para ejemplos de este tipo de prueba.) Como método, la prueba de evocación ha sido aplicada por Berschin (1976) en un estudio sobre el uso del PP y del PI en el español peninsular y en el español colombiano. El cuestionario usado contiene un total de cincuenta y cuatro oraciones y sesenta espacios vacíos a rellenar, de los cuales treinta y dos son de interés para el estudio. Los demás veintiocho espacios vacíos sirven para distraer la atención de los entrevistados del objeto de investigación y, por consiguiente, para mejorar la fiabilidad de las respuestas obtenidas. Al mismo tiempo, algunos de ellos contienen información sobre ciertos otros fenómenos lingüísticos, la cual puede emplearse más tarde, en otras ocasiones.

La prueba se realizó en Santiago del Estero en julio de 2002. El número total de informantes incluidos en el análisis es de 18 (Santiago: 14, La Banda: 3, Chilca Juliana: 1). Los cuestionarios fueron rellenados en parte por estudiantes y en parte por miembros del personal de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Esto se refleja también en la distribución de los entrevistados por grupos de edad. Un total de nueve (50%) de los entrevistados pertenecen al grupo de edad de menores de 25 años; todas estas personas son también estudiantes. Dos de los entrevistados pertenecen al grupo de edad de 25 a 35 años (estudiante, ingeniero forestal). Un total de seis personas pertenecen al grupo de edad de 36 a 55 años (abogado, docente (n=3), profesor universitario, administrativo). Además, un entrevistado representa el grupo de edad de 56 años o mayor (ingeniero forestal). Como se deduce de lo anteriormente expuesto, el número total de estudiantes es de 10 (55,6 %). Por lo que se refiere al sexo de los entrevistados, 12 (66,7 %) de ellos son mujeres, y 5 (27,8 %) hombres; uno de los entrevistados no indica su sexo.

3. Sobre aspectualidad verbal y gramaticalización

Más arriba hemos mencionado el concepto de gramaticalización. Por este término entendemos aquí en un proceso de cambio en el que determinados lexemas se convierten en morfemas gramaticales o ciertos morfemas gramaticales aumentan su carácter gramatical. Esta definición se basa en Kuryowicz (1965: 69). La segunda parte de la misma corresponde a lo ocurrido al PP en el español peninsular y en la variedad santiagueña del español americano. El PP, que ya era un morfema gramatical, ha aumentado su ámbito, adoptando un nuevo valor aspectual, el AOR, además de conservar su tradicional valor ANT. En el español peninsular, esta evolución se traduce en la presencia del PP AOR en los contextos HOD, que hemos ilustrado más arriba, y en su incipiente introducción en los contextos PREH en este último, señalado por estudios empíricos (Schwenter, 1994; Serrano, 1994). En el presente artículo, pretendemos demostrar que este desarrollo se encuentra en una fase mucho más avanzado en Santiago del Estero que en ninguna región de la España peninsular.

La gramaticalización se basa en dos mecanismos que alternan y coexisten a lo largo del proceso, esto es, el reanálisis y la analogía (Hopper y Traugott, 1993: 32, 61). En el reanálisis surgen nuevas estructuras a partir de viejas; es un fenómeno del eje sintagmático. No obstante, el reanálisis no es primariamente de índole sintáctica, sino semántica (Detges y Waltereit, 2002). La analogía, en cambio, es un fenómeno de naturaleza paradigmática: consiste en la generalización de la nueva estructura y su aplicación a nuevos contextos. En lo que respecta al fenómeno que estamos examinando, el surgimiento de la perífrasis HABERE + participio pasado sobre la base del verbo latino HABERE, que originalmente expresaba meramente posesión ('Habemus papam') fue un reanálisis. La extensión de la perífrasis a los contextos temporales en que se sigue empleando en español (aspecto ANT) ('He visitado Argentina dos veces', 'No he comido todavía') ocurrió después por analogía. Un segundo reanálisis -de carácter aspectual- se produjo cuando, en el español peninsular y en el área geográfica sudamericana arriba mencionada, en los contextos HOD, el PP, siguiendo expresando su valor de ANT, se convirtió en un tiempo AOR ('Hoy he almorzado a las dos'). La extensión del PP AOR a todos los contextos HOD, y su incipiente introducción en los contextos PREH ('Ayer he visto a Juan') puede considerarse como un nuevo proceso analógico.

La introducción del perfecto compuesto AOR primero en los contextos temporales HOD, luego en los contextos PREH, se ha producido también en algunas otras lenguas románicas. Queda documentado particularmente bien en francés. Según la gramática de Port-Royal (Lancelot & Arnaud, 1660: 108-109), el passé composé aparecía en los contextos HOD y el passé simple en los contextos PREH. Después, la gramaticalización del passé composé AOR ha continuado: su empleo ha rebasado los límites del día del habla, para abarcar hoy todas las situaciones AOR pasadas. Igual desarrollo ha tenido lugar en los dialectos septentrionales del italiano (Sobrero, 1988: 734) y en rumano (Bec, 1971: 196). El que la introducción del PP en los contextos HOD en determinadas variedades del español sea un desarrollo posterior es evidente en el hecho de que está ausente en la mayoría de las variedades del español americano y que el PI se ha conservado en el español peninsular en ciertas expresiones fijas referidos a acciones que acaban de producirse: 'Se acabó' o 'Te pillé', donde es posible también el PP.

Opinamos que, al usar la prueba de evocación como método, los indicadores del grado de gramaticalización del PP PREH en una determinada zona son cuatro. En primer lugar, hay que considerar su frecuencia general en una muestra, esto es, cuál es el porcentaje del PP en comparación con el del PI. En segundo lugar, hay que considerar el número de informantes en cuyas respuestas aparece al menos una vez. Si un informante emplea el PP prehodiernalmente -aunque sea sólo una vez- esto significa que el informante en cuestión "ha tomado el paso decisivo", y potencialmente lo emplea de esta forma en su idiolecto en otras ocasiones. En tercer lugar, el número de ocurrencias del PP PREH por informante indica en qué medida este uso se ha arraigado en el idiolecto de un informante individual. Por último, se puede considerar el número de oraciones distintas con un complemento adverbial PREH en que aparece el PP. En los resultados, se observa una clara correlación entre estos cuatro aspectos.

4. Resultados

En lo que sigue consideramos las características de la muestra santiagueña a la luz de los cuatro indicadores citados arriba. Tenemos como punto de comparación unas pruebas realizadas mediante el mismo cuestionario en las siguientes localidades de la España peninsular: Vitoria, León, Alicante, Santander, Oviedo, Granada, Bilbao, Madrid. En éstas, el número total de respuestas es de 13 089 y el de informantes de 412, respectivamente. Por razones prácticas, no tratamos las muestras peninsulares arriba mencionadas con detalle aquí. Como las diferencias entre éstas son mucho menores que las entre la muestra santiagueña y las muestras peninsulares, nos parece justificado tratar estas últimas como un único conjunto.

El resultado más importante es la alta frecuencia del PP PREH en la muestra santiagueña en comparación con las peninsulares, como es evidente en el siguiente cuadro.

Cuadro 1

Se observa que la diferencia entre Santiago y las muestras peninsulares es enorme. La muestra peninsular con más ocurrencias del PP PREH es la realizada en Oviedo, Asturias, pero incluso en esta última asciende sólo al 1,5 por ciento.

El análisis del número de informantes en cuyas respuestas el PP PREH aparece al menos una vez produce el siguiente resultado.

Cuadro 2

Se observa que más de la mitad de los informantes santiagueños emplean el PP PREH al menos una vez en sus respuestas. No obstante, visto desde este ángulo, la presencia del PP PREH en el español peninsular no resulta tan baja como sugiere el Cuadro 1, sino que se confirma su estado incipiente en esta variedad. Además, las frecuencias correspondientes de las muestras realizadas en Santander y Oviedo son mucho más altas que el promedio: 22 y 21,9 por ciento, respectivamente.

En cuanto al número de ocurrencias del PP PREH por informante, pueden observarse considerables diferencias entre las dos variedades comparadas (Cuadro 3).

El término medio de la ocurrencia del PP PREH entre aquellos informantes santiagueños en cuyas respuestas aparece al menos una vez sería de 13, pero su distribución presenta una importante desviación estándar (12,1): los valores más elevados se concentran en cuatro encuestados: 30 ocurrencias: estudiante, Chilca Juliana; 27 ocurrencias: docente universitario, S. del Estero; 25 ocurrencias: estudiante, S. del Estero; 23 ocurrencias: estudiante, S. del Estero. Las muestras españolas tienen un intervalo de variación de una a tres ocurrencias en promedio; en la muestra ovetense es de una a seis. Hay que observar que ninguno de los informantes santiagueños emplea el PP en todos los contextos PREH donde sea posible, esto es, en un ciento por ciento. Esto sugiere que la llamada 'solución francesa', la introducción del perfecto compuesto en todos los contextos pasados AOR (cf. más arriba), no se ha producido en esta variedad del español. Sin embargo, sobre la base de este resultado, esta posibilidad todavía no puede descartarse por completo: haría falta una prueba con más informantes.

Cuando comparamos Santiago y las muestras peninsulares para ver en cuántos de los treinta y dos ejemplos PREH con un espacio vacío aparece el PP, obtenemos el siguiente resultado.

Cuadro 3

Como se ve, las respuestas de los informantes santiagueños cubren casi todos los ejemplos del cuestionario. Tan sólo un espacio vacío va sin ninguna ocurrencia del PP PREH. Se trata del primer espacio vacío del ejemplo siguiente:

Cuadro 4

Uso del pretérito perfecto en los contextos prehodiernales Ilpo Kempas / 19

(1) Ayer, cuando (nosotros) _______ la tele, ________ el teléfono.

Del ejemplo anterior se desprende que la oración subordinada la mayoría de las veces se interpreta como requiriendo el Imperfecto de infinitivo.

Más arriba mencionamos que nuestro estudio anterior, llevado a cabo en la misma localidad (Kempas, 2002), presenta un cambio lineal en la distribución mutua entre el PP y el PI: a medida que el momento del evento se va alejando del momento del habla se incrementa la parte del PI, y, respectivamente, decrece la del PP. Nuestro nuevo estudio confirma este resultado:

Cuadro 5

Hay que notar que, en cambio, las muestras peninsulares no presentan semejante linealidad, lo que corresponde a lo que señala Berschin (1974). Del cuadro anterior se desprende que la linealidad se acaba al llegar a 'hace dos meses' y la frecuencia del PP se estabiliza más o menos a un mismo nivel.

La oración que recibió más ocurrencias del PP PREH (n= 8) es la siguiente. Lo mismo ocurrió en las muestras peninsulares (n=17); por lo tanto, debe explicarse por factores intraoracionales:

(2) Me alegro de que por fin (tú) __________ a Rafa ayer.

Nos planteamos si la subjuntividad de la situación favorece la realización del subjuntivo pasado en forma del PP en subjuntivo. Para investigarlo, realizamos más tarde una prueba suplementaria en España, con un ejemplo del mismo tipo entre cincuenta y nueve estudiantes de la Universidad de León. Además, este ejemplo figuraba en las pruebas realizadas en Bilbao y Madrid:

(3) Es probable que se lo ____________ todo a Pedro ayer.

Los resultados que obtuvimos eran contradictorios y no permiten sacar conclusiones: no rechazan ni confirman la hipótesis anterior. Para estudiar este tipo de casos, hacen falta nuevas pruebas.

Aunque la oración del ejemplo (2) se distingue por su frecuencia tanto en la muestra santiagueña como en las realizadas en la Península, en la primera, la importancia de este resultado se ve disminuida por el hecho de que en la misma el PP PREH aparece un total de cinco veces en trece oraciones diferentes, cuatro veces en ocho oraciones, tres veces en cinco oraciones y dos veces en dos oraciones, respectivamente. Por lo tanto, el proceso de gramaticalización del PP como tiempo verbal PREH está avanzado a tal punto que los factores intraoracionales ya no tienen mucha influencia.

Hemos mencionado que el uso frecuente del PP / del PP PREH es un rasgo típico de determinada zona sudamericana, que en Argentina abarca la parte noroeste del país. En cambio, el resto del país sigue más o menos la norma 'panamericana', caracterizada por el empleo exclusivo del PI al referirse a situaciones pasadas aorísticas. Lo hemos ilustrado más arriba en relación con los contextos HOD. Ahora bien, por lo menos algunas variedades del español hablado en la Zona B presentan un uso más extenso del PI, en lo que difieren de la mayoría de las demás variedades del español americano.

Lipski (1996: 195) se refiere en su obra al uso experiencial del PI, calificándolo de típico de Argentina4: "El uso de los tiempos verbales en el español de Argentina no siempre sigue los modelos establecidos por las gramáticas normativas. Por ejemplo, se puede emplear el pretérito indefinido en lugar del pretérito perfecto incluso cuando se ha establecido la continuidad con el momento presente: en Argentina 'Juan no llegó' puede significar 'Juan no ha llegado aún', mientras que en otras zonas sólo puede significar 'Juan no llegó', esto es, queda excluida la posibilidad de un cambio posterior de la situación." Por consiguiente, sobre la base de lo antedicho, se observa que, al menos en teoría, dentro de la Argentina existe bastante polarización regional en el uso del los dos tiempos verbales.

Los resultados obtenidos ponen de manifiesto una polarización también entre los informantes santiagueños. El PP PREH no aparece ninguna vez en las respuestas de ocho de ellos (44,4%); en consecuencia, estos informantes se atienen a la norma 'nacional'. Sobre este punto, surge la pregunta de si las diferencias entre los encuestados son explicables por factores extralingüísticos como profesión, edad y sexo. Para estudiarlo, consideramos los resultados obtenidos con los de la prueba de evocación incluido en nuestro primer estudio (Kempas, 2002), mediante la prueba del Chi-cuadrado. Obtuvimos como resultado que entre los estudiantes y los informantes pertenecientes a otras categorías profesionales no existe diferencia estadísticamente significativa (p=,527). Se pueden excluir también la edad de los entrevistados como factor que condicione su uso del PP PREH5 (p=,142) así como su sexo (p=,815).

Basándonos en las dos pruebas de evocación, el empleo de ambos tiempos verbales por los informantes santiagueños puede resumirse de la siguiente manera:
1. Empleo mixto del PI y del PP PREH, mayoritario en comparación con el empleo exclusivo del PI.
2. Empleo exclusivo del PI PREH, minoritario en comparación con el empleo mixto del PI y del PP.

Recordemos que, como vimos más arriba, ninguno de los informantes emplea el PP PREH exclusivamente, aunque algunos de ellos llegan muy cerca de ese tipo de uso del mismo.

5. Conclusiones

Hemos visto que en comparación con las muestras peninsulares, la muestra santiagueña presenta un mucho mayor grado de gramaticalización del PP PREH: esto es evidente en los Cuadros 1 a 5, presentados arriba. Por esta razón, el identificar el grado del uso del PP PREH en Madrid con el que presenta el área sudamericana en que está situado Santiago del Estero, como lo hacen Kany (1969) y Gili Gaya (1993), es simplemente un error.

Los resultados presentan también correlación con los de nuestro estudio anterior (Kempas, 2002), relacionado con las actitudes y creencias de los informantes hacia este uso: en este caso el creer usar corresponde al usar realmente. En general, esta correlación no es nada evidente. En la literatura hay ejemplos del uso inconsciente de una forma estigmatizada por informantes (Labor, 1972; García Marcos, 1993); en la mayoría de los casos se trata de fenómenos del nivel fonético. Los resultados de nuestro estudio anterior (Kempas, 2002) demuestran con claridad que el empleo del PP PREH no está en absoluto estigmatizado en nuestra población objetivo, sino que, por el contrario, las actitudes hacia el mismo son muy positivas; a un observador externo le parece como si este uso incluso fuera parte de su identidad noroestina. Este "consenso" explica también la ausencia de la influencia de factores sociales como profesión, edad y sexo en la ocurrencia del uso en cuestión. La total ausencia del PP PREH en las respuestas de algunos informantes se explicará por la mayor voluntad personal de estos últimos de seguir el estándar nacional, frente al noroestino. Las influencias del estándar nacional llegan a Santiago del Estero por vías de la literatura, en la que, en los contextos PREH, en lugar del PP, aparece el PI. Además, hoy en día los santiagueños tienen la oportunidad de ver canales de televisión nacionales.

El Cuadro 5 confirma un resultado de nuestro estudio anterior, esto es, la linealidad en el aumento de la frecuencia del PI y la disminución de la del PP a medida que la acción referida se aleja del momento comunicativo. La existencia de un patrón lineal sugiere la posibilidad de que el PP se haya ido penetrando en los contextos PREH paulatinamente, produciéndose primero en los contextos temporales más cercanos al día del habla. En lo que respecta al español peninsular, Serrano (1994: 50) y Schwenter (1994: 97) opinan que el PP PREH aparece primero en los contextos inmediatamente anteriores al día en que se produce la comunicación, de donde se extiende después a contextos más lejanos. La presencia de linealidad observada en Santiago del Estero apoya esta teoría. Serrano (1994: 49) ha demostrado que, también en el español peninsular, la frecuencia del PI tiende a incrementarse a medida que crece la distancia temporal entre la acción referida y el momento del habla. No obstante, en esa variedad, este desarrollo no es lineal (cf. más arriba) -debido a la baja frecuencia general del PP PREH. Es imposible que la linealidad que demuestran las dos pruebas realizadas en Santiago se deba por el azar; en nuestra opinión, el carácter gradual del proceso de gramaticalización es la única explicación plausible en este caso. Por lo tanto, cabe pensar que, al menos en teoría, este proceso continúa en el área en cuestión; esto es, que la frecuencia del PP va incrementándose en los contextos temporalmente cada vez más lejanos. Esta evolución llevará en el futuro a la llamada "solución francesa". No obstante, hoy en día existen factores extralingüísticos que frenan este desarrollo; los más importantes de ellos son la escolarización y los medios de comunicación. Aún así, las condiciones de Bolivia, otro componente del área lingüística caracterizada por su frecuente uso del PP, difieren mucho de las de Santiago del Estero. En este último, la tasa de analfabetismo es del orden del 8,6 por ciento (Zurita, 1997), mientras que en Bolivia el analfabetismo funcional atañe a más del 30 por ciento de la población del país (La Prensa, Edición de septiembre 08, 2004). Además, en las áreas rurales de Bolivia, el 39,3 por ciento de las mujeres no han recibido instrucción de ningún tipo (loc. cit.). Claro está que esto tiene repercusiones también sobre el porvenir de la gramaticalización del PP PREH en dicha área sudamericana.

1. El aspecto ANT corresponde a una perspectiva temporal abierta y a una situación pasada que continúa y/o sigue relevante durante el momento comunicativo. Este término ha sido empelado por Bybee, Pagliuca y Perkins (1991: 53), Dahl (1985: 138-139), Comrie (1976: 25), Schwenter (1994: 73-75) y Serrano (1994: 39) y, recientemente, por Thieroff (2000: 276-277). Como sinónimos se han usado 'imperfectivo' (Serrano, 1995; Dahl, 2000; Comrie, 1976) y 'perfecto' (p. ej. García Fernández, 2000). No obstante, nosotros preferimos el término ANT para evitar confusión con la terminología española tradicional, que no es apta para describir la dicotomía aspectual AOR-ANT tal como se aparece en el caso del PP.
2. No obstante, en el español peninsular, el uso del PP en los contextos HOD no es nada exclusivo, sino que la mayoría de las veces alterna con el PI. En cambio, al referirse a acciones que acaban de producirse, el estándar peninsular tiende a aprobar sólo el PP (Butt y Benjamín, 2004: 228).
3. Esto no es evidente en todos los casos. En sociolingüística, existe el concepto de inseguridad lingüística. Por este término se entiende la disfunción entre el hablante que valora una variante lingüística y la actuación comunicativa del mismo hablante (García Marcos, 1993: 43).
4.Un informante argentino, oriundo de Santiago de Estero, atribuyó este uso al lenguaje de Buenos Aires.
5.Para realizar la prueba del Chi-cuadrado, se dividió a los entrevistados en dos grupos según tenían menos o, respectivamente, más de 25 años.

Notas

* Una versión de este texto fue publicada en Lingua Americana (LIN, jun. 2006, vol.10, no.18, p.9-26. ISSN 1316-6689.

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