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Trabajo y sociedad

On-line version ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.18 Santiago del Estero Jan./June 2012

 

ESCRITURAS, GRAFIAS Y REPRESENTACIONES

Representaciones humorísticas en el principal diario argentino ante el "resurgimiento" sindical 

Humorous representation in Argentina´s leading newspaper in view of  the "resurgence" of  the union actor 

 

Vanesa Coscia*  y Mercedes Moglia**

* Doctoranda en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires), Becaria Conicet-Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES). Correo: vanesa.coscia@gmail.com
** Doctoranda en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires), Becaria Conicet-Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG). Correo: mercedesmoglia@yahoo.com.ar

 


RESUMEN

En este artículo nos proponemos analizar el funcionamiento del humor gráfico cuando se lo incluye en las coberturas periodísticas que abordan los temas de conflictividad sindical en el período 2004-2007. Esta época, bajo el gobierno de Néstor Kirchner, coincidió con un "resurgimiento" del actor sindical en la escena política nacional, a partir de la dinamización de la negociación colectiva, aumento de puestos laborales, incremento de luchas por aumentos salariales y acuerdos tripartitos entre las principales organizaciones sindicales y empresariales. El estudio se concentra en el caso de Clarín, teniendo en cuenta el lugar de privilegio que, en tanto actor político y económico, tiene este medio en la escena nacional. Este diario forma parte y se constituye en piedra angular del holding empresarial de nombre homónimo Grupo Clarin, principal grupo multimedial nacional con control de diarios y revistas, licencias de televisión, Internet, emisoras radiales y productoras, entre otras.
La idea de analizar las representaciones mediáticas sobre la temática sindical focalizando, en este caso, en el funcionamiento del humor (análisis de chistes y caricaturas) surge de la sospecha de que el humor gráfico político funciona, como señala Mazzei (1997:88) como un recurso ante el cual "el receptor relaja su guardia y acepta -risueñamente- muchas de las premisas implícitas en el mensaje de la nota". La pregunta que guía este estudio es, entonces, cómo el humor funciona modalizando o potenciando las narrativas mediáticas, construyendo y fortaleciendo ciertas nociones del sentido común en torno a cuestiones históricas del sindicalismo nacional

Conceptos clave: Representaciones; Medios masivos; Sindicatos; Conflictividad laboral; Humor gráfico.

ABSTRACT

The aim of the following article is to analyse the purpose of graphic humour when used in political journalism for the coverage of conflicts related to trade unions in the period 2004-2007. During Kirchner's government trade unions became a central political and social actor favoured by collective bargaining, a gradual recovery of employment and struggles for salary increments as well as tripartite agreements between government, industry and traditional union organizations.
The study focuses on the case of Clarín, taking into account the place of privilege both as a political and economic actor in the national scene. This journal is part of and constitutes the cornerstone of the Grupo Clarín, a holding company that is the major national multimedia control group of newspapers and magazines, television licensing, Internet, radio stations and producers, among others.
The idea of analysing the mass media representations of the trade union force focalizing on the humorous representations that appear in political cartoons and jokes evolves from the belief that the political humour functions as a device that "enchants the unaware addressee, who naively accepts many of the premises hidden in the message." (Mazzei 1997:88). The question that guided the research is how humour works in the mass media narratives, shaping and exploiting certain common sense notions around issues related to historical matters of the national trade union.

Key words: Representations; Mass media; Trade unions; Labor conflicts; Graphic humour


 

SUMARIO

Introducción. Herramientas y conceptos para pensar la especificidad de los discursos mediáticos. Clarín, piedra angular del holding empresarial homónimo. El contexto de "resurgimiento" sindical. Sindicatos tradicionales y dirigencias de izquierda: sentidos que se cuelan por la "ventana" humorística. a) Moyano y la "contención" de la protesta. b) La confrontación es de izquierda y piquetera. Conclusiones. Bibliografía.

Introducción

En este artículo1 nos proponemos retomar algunos de los rasgos más sobresalientes que adquirieron las representaciones mediáticas sobre los sindicatos, en particular sobre la Confederación General del Trabajo (CGT), realizadas por el principal diario argentino, Clarín, piedra angular del holding empresario homónimo y analizar, en función de ello, las representaciones humorísticas sobre los sindicatos que se incluyen en sus coberturas noticiosas en el período 2004-2007. Esta época, bajo el gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner, ha sido identificado por la literatura especializada como de "resurgimiento" de los sindicatos en la escena política nacional a partir de diversos factores: el aumento de la conflictividad laboral y de los niveles de afiliación sindical, la dinamización de la negociación colectiva, los acuerdos tripartitos entre las principales organizaciones sindicales y empresariales.

En la actualidad los medios de comunicación masiva se constituyen en uno de los principales actores en lo que atañe a la (re)configuración de identidades y en los procesos de conformación de sentidos sociales fortaleciendo ciertas nociones del sentido común en torno a cuestiones históricas del sindicalismo nacional. Además, y dado que son permeables a la coyuntura en la que están insertos, cuando se trata de la temática gremial, dicha permeabilidad también se extiende a la relación de fuerza sindicatos-empresarios. La pregunta que guía el estudio es de qué modos el recurso del humor funciona potenciando las narrativas mediáticas que se construyen sobre la temática gremial en el diario Clarín en este período de "resurgimiento" de los sindicatos tradicionales pero también en el marco de la visibilidad que adquieren "nuevas formaciones sindicales" que se encuentran por fuera y opuestas a las cúpulas de la CGT. Es en ese sentido que este artículo nos ubica en la intersección de dos campos disciplinares: el de comunicación y cultura y el de los estudios laborales.

Consideramos que las caricaturas y los chistes son recursos humorísticos que funcionan como elementos de "distensión" en la lectura del diario, a partir de los cuales se habilita la apertura a otros sentidos que no podrían sostenerse en la noticia "seria". En ese sentido, el presente estudio surge de la sospecha de que el humor gráfico político funciona, como señala Mazzei (1997:88) como un recurso ante el cual "el receptor relaja su guardia y acepta -risueñamente- muchas de las premisas implícitas en el mensaje de la nota". Este recurso puede actuar como refuerzo de lo que se dice en el texto escrito, extremar ciertas posiciones o habilitar distintas significaciones de aquellas que se busca vehiculizar desde la noticia principal. Es por esta razón que nos interesa reflexionar sobre si la lectura conjunta de la nota y el chiste moviliza sentidos más amplios que los sustentados por el diario en su línea editorial. En otras palabras, indagamos en si el humor tiene un funcionamiento complementario a la información contenida por la nota o si redunda en el sentido ya ofrecido por el titular, la bajada y demás elementos que enmarcan la noticia sobre la dinámica gremial.2

Nuestra hipótesis es que el funcionamiento del humor en la superficie de Clarín contribuye a que se filtren, en los elementos que la viñeta de humor o caricatura subraya, posiciones que el medio busca trasmitir poniendo en circulación visiones simplificadas, maniqueas y estereotipadas de los acontecimientos que tienen a la actividad sindical como centro.

La importancia sobre la significación social que adquiere un discurso en sociedades mediatizadas (Verón, 1987) y la pregunta fundamental por sus condiciones de producción nos lleva a sostener con McChesney, que "los medios de comunicación tienen la ventaja adicional de controlar los mismos medios de información que deberían ser el ámbito en el que los ciudadanos pudieran encontrar la crítica y la discusión sobre la política periodística en una sociedad libre. La historia conocida es que las corporaciones de medios han utilizado su dominio de los servicio informativos para beneficiarse a sí mismos, consolidando de ese modo su potencial de influencia política" (McChesney, 2002:235). Es en este sentido que consideramos a los grandes medios de comunicación como actores políticos que tienden a construir consensos sociales y limitan la esfera de lo posible de ser dicho y ser pensado en cada momento histórico, y por tanto, no podemos concebirlos como meras plataformas por las que circulan discursos sociales. Creemos, con Mumby (1997), que sus discursos pueden ser pensados como narrativas de control social en el sentido que "la construcción social de la realidad incluye una lucha entre las distintas maneras de ´fijar´ sentidos". Lo cual se potencia por el hecho de que la instalación de determinados temas, sus modos de construirlos responde también, en gran medida, al lugar que ocupan dichos medios masivos, en la estructura general de medios y en la estructura económica, política y social de la Argentina.

Entonces la pregunta por los sentidos que el humor vehiculiza cuando se lo incluye en notas que tratan sobre la dinámica sindical en un período de análisis particularmente relevante, esto es, en el marco del llamado "resurgimiento" de los sindicatos en la escena pública y política, se vuelve central, al menos en dos sentidos. En principio, porque supone revisar cierta tradición en el humorismo gráfico nacional de funcionar como "la opinión crítica" de los sucesos coyunturales y que aquí denominamos "humor oportuno" y, de manera inversa, porque creemos que el humor en su funcionamiento masivo rara vez convoca otros sentidos por fuera de lo establecido por la agenda del medio, es decir, pocas veces supera un funcionamiento "oportunista" fortaleciendo de esta forma aquello que se sostiene desde las notas "serias" o desde la línea editorial del diario. 3

Herramientas y conceptos para pensar la especificidad de los discursos mediáticos

A la hora de analizar imágenes sindicales construidas por los grandes medios de comunicación masiva, resulta fundamental utilizar un doble abordaje que incorpore tanto la mirada de los estudios culturales como los aportes provenientes de la economía política de medios, es decir, tener en cuenta tanto la especificidad del campo de comunicación y cultura que nos permite abordar la especificidad de los discursos mediáticos ("serios" y humorísticos) como el lugar que ocupan dichos medios, productores de esas narrativas, en la estructura económica y política del país.

En Latinoamérica, en los años ´70, década de conformación del campo de investigación en comunicación y cultura, fue prioritaria la necesidad de la comprensión de la dimensión económica para un análisis crítico de la ideología dominante de los medios de comunicación. Posteriormente, iniciados los procesos de democratización de la región a mediados de los ´80, esta centralidad fue reemplazada por los estudios de recepción con una marcada inclinación de los estudios culturales hacia el análisis de las culturas populares, poniendo en cuestión algunos supuestos de la teoría crítica -en especial, la noción de clase-, relativizando la teoría de la manipulación y las tesis del imperialismo cultural.

Al respecto resultaron inaugurales los trabajos de Martín Barbero (1987) y García Canclini (1990) quienes, en un intento por superar la herencia teórica europea para pensar las particularidades que adquieren los procesos de enculturación en América Latina, "han propuesto categorías de análisis como el sincretismo, la hibridación y el mestizaje (mezcla de la herencia india y española) para explicar los procesos de la apropiación cultural, la adaptación y el pluralismo en la mediación entre la práctica cultural, la cultura popular, la democratización de los medios y la política" (Ferguson y Golding, 1998:21). Si bien en muchos sentidos esta perspectiva posibilitó la apertura hacia nuevos e interesantes objetos de estudio, es sugerente observar que esta renovación teórica tendió a privilegiar el estudio de las llamadas culturas "populares" en detrimento de la noción de cultura "obrera/trabajadora" como categoría explicativa de análisis. Esto implicó tanto una radical ruptura con la herencia marxista como una particular perspectiva en el estudio de las dinámicas culturales de la región. Por otra parte, con el auge de los movimientos sociales si bien se debieron incorporar a los análisis de clase otras variables que enriquecieran y permitieran ampliar el concepto de cultura de masas, estos análisis, tal como advirtió Mattelart (1988),4 no debían dejar de lado la problemática de clase y de las relaciones sociales, es decir, de las relaciones de fuerzas y las disputas de poder a nivel tanto internacional y nacional como local.

Retomando lo planteado previamente, los estudios culturales en su "giro culturalista" (Hall, 1994), esto es, al desplazarse de los análisis sobre los medios hacia las mediaciones, las prácticas y los consumos culturales, han ofrecido una interpretación que privilegia esos aspectos de los procesos de transformación social y cultural, desatendiendo condiciones más estructurales como las dinámicas entre los bloques de poder y los distintos estratos sociales ni las condiciones de acceso real de los sujetos a los bienes culturales. En este sentido, Garnham (1997), ubicado desde la perspectiva de la economía de la comunicación y la cultura, señaló que los estudios culturales y de comunicación debían volver a la economía política para, atendiendo a la reestructuración económica y a la esfera del trabajo a nivel global, poder explicar las incidencias de estos profundos cambios en las distintas culturas nacionales. Aún cuando los determinismos económicos hayan sido criticados, es indudable que pese a que ningún estudio pueda demostrarlo con rigor, "estas tendencias generales [de la economía global] se reflejan en la esfera de la cultura y la comunicación" (1997:132).

Desde el campo de los estudios culturales, Grossberg (1997) afirmó: "aunque estoy de acuerdo con Garnham (...) en que hay demasiadas obras en el campo de los estudios culturales que no toman muy en serio la economía, también estoy convencido de que la economía política (...) no toma demasiado en serio la cultura" (1997: 57). Para Grossberg "los estudios culturales ponen el acento en la complejidad y las contradicciones, no sólo dentro de la cultura, sino también las relaciones entre el pueblo, la cultura y el poder" (53). De acuerdo con esta concepción sobre las contradicciones que se registran en la dinámica de todas las estructuras de poder de la sociedad de masas fue que las críticas de Garnham le parecieron a Grossberg sintomáticas de un "deseo de volver a un sistema de dominación más simple en el cual se considera a las personas como ingenuos culturales, que se dejan manipular pasivamente" (1997: 51). En este punto, en el que se extreman y esquematizan los términos del debate, fue Kellner (1998) quien propuso no aceptar la creencia de que los lectores/las audiencias son víctimas culturales, como tampoco aquella que sostiene que las audiencias son siempre activas y creativas, capaces de producir sus propios significados a modo de resistencia frente al mensaje recibido.

En efecto, Kellner (1998) sostuvo que los estudios culturales debían articular distintos análisis y perspectivas, ya que al ver a los productos de los medios sólo como vehículos de la ideología dominante, cometen el mismo reduccionismo en el que puede caer la economía política. En coincidencia con ello, Hall (1980) propuso completar esta visión reconociendo que la cultura también es terreno de disputa por quién define el sentido de lo hegemónico y aquello que se considera legítimo o no en cada momento histórico.

Nos inclinamos a pensar que en la base de la consideración de la estructura material, tanto de las condiciones de producción como de las de recepción, está la necesidad de no olvidar el discurso crítico frente a la concentración mediática y a la calidad de sus producciones culturales. En la medida que la economía política con su método, sus conceptos y su información, nos permite elucidar los cambios en la estructura de las industrias culturales, inscribirlas en el contexto de una transformación económica de alcance mundial, con mercados concentrados y centralizados de manera oligopólica, es desde la perspectiva del análisis cultural que esas consideraciones materialistas nos permiten cristalizar esas transformaciones a nivel de los contenidos que, en tanto industrias culturales, los medios de comunicación producen. De ahí que contemplemos la estructura de propiedad del grupo económico que edita el diario Clarín, soporte de nuestro corpus de análisis, para así no perder de vista las condiciones de producción de los discursos que se vehiculizan desde las páginas del matutino en torno a la temática gremial.

Clarín, piedra angular del holding empresarial homónimo

Desde los años ´90 los grandes medios masivos de comunicación sufrieron un proceso de fuerte concentración y profundas transformaciones en su estructura de propiedad, pasando a conformar holdings multimedios empresarios. El Grupo Clarín, propiedad de Ernestina Herrera de Noble,5 es uno de los ejemplos más destacados ya que desde entonces y hasta la actualidad controla diarios y revistas, licencias de televisión de aire con repetidoras en todo el país, señales de cable, servidores de internet, productoras y emisoras radiales. Además es propietario, junto con el Estado y el diario La Nación, de Papel Prensa S.A., la mayor planta de producción de papel prensa del país. Un rasgo a destacar es la continuidad de este proceso de concentración horizontal y vertical, luego de que se renovaran las licencias de los principales grupos multimedios por 10 años más, en mayo de 2005, durante el gobierno de Néstor Kirchner.6

El diario Clarín, que forma parte de este multimedio, es el matutino nacional de mayor circulación del país, según las mediciones del Instituto Verificador de Circulaciones (IVC). En función de la característica del sistema de medios en Argentina, consideramos con Bourdieu (1997) que, además de los análisis restringidos a comprender los mecanismos discursivos que se conforman en la superficie mediática sobre determinadas temáticas (en este caso, sindical), es imprescindible conocer quiénes son los propietarios de los diarios analizados y qué lugar ocupan estos poderosos holdings empresarios en la estructura general de medios y en la estructura económica y política del país.

A nivel de características gráficas, el diario Clarín se presenta a su público bajo el cintillo: Clarín "Un toque de atención para la solución argentina de los problemas argentinos". Su formato, tabloide, se imprime en su mayoría a color y su tapa se caracteriza por un titular grande en la parte superior de la página, una foto de otra noticia en la parte inmediatamente inferior y una pequeña columna que anuncia otras informaciones. En cuanto a su contrato de lectura, Clarín, se dirige a un lector de clase media, intenta establecer una relación horizontal con el ciudadano y, por elevación, hacer una crítica o propuesta a las instituciones sociales y al gobierno, en el período analizado. Sus títulos se caracterizan por ser informativos, explicativos, y utiliza un lenguaje coloquial para llegar a su lector modelo: "la gente" al tiempo que busca la cercanía, la ilusión de feedback comunicacional con su destinatario. Esto lo realiza a través de, por ejemplo, la inclusión del mail personal del periodista que publica las notas principales y también las mencionadas "puntos de vista" (pequeñas notas de opinión que remiten al tema principal de la noticia).

En cuánto a las secciones del diario, es necesario señalar que esta forma de división implica posibles recorridos de lectura. A las secciones que ocupan las primeras páginas se les estaría asignando una mayor jerarquía, suponiendo que el lector comienza la lectura en sentido convencional. En el caso de Clarín, las primeras páginas se corresponden con las secciones denominadas "duras" (Martini, 2000) que tematizan cuestiones de política o economía -nacional e internacional-. Las restantes páginas corresponden a las secciones denominadas, por oposición, "blandas" que tratan cuestiones sociales, culturales, educativas y que son ubicadas a partir de la página 30 o 40 del diario, lo que supone una menor jerarquía temática según la propuesta de lectura.

Las noticias sobre la temática gremial, son colocadas en la sección "El país" (política y economía nacional) que va desde la páginas 3 a la 19 de lunes a viernes, extendiéndose a la página 25/26 los días domingos. Por ser la primera sección del diario reúne la información que según la agenda que el diario construye es la primera a la que el ciudadano, lector modelo, debería acceder. En algunos casos estas notas son acompañadas por caricaturas o viñetas, generalmente ubicadas en la parte superior o en el centro de la página. Estas caricaturas son realizadas por el periodista y artista plástico Hermenegildo Sabat que desde 1973 ilustra la sección de política del diario que actualmente se denomina "El País" en Clarín.7

También podemos encontrar en estas páginas, pertenecientes al tipo de secciones "duras", dibujos de humor de un único cuadro o viñeta que, insertados en el cuerpo principal del diario, funcionarían como una "ventana" más de ingreso a la noticia. Algunos de estos dibujos o chistes son ubicados debajo de la editorial de página 2, otros ilustran y acompañan las noticias de un tema específico en el cuerpo del diario. En estos casos, los chistes de la temática sindical seleccionados para el análisis, son realizados por el humorista Landrú8 o por Roberto Fontanarrosa.9 Aquí el dibujo de humor, a diferencia del uso dado en la página exclusiva de entretenimiento, puede funcionar como una opinión que ilustra, refuerza o contrapesa el sentido que se le quiere atribuir desde la noticia "seria".10

En efecto, la contratapa del diario es dedicada, en su mayoría, al entretenimiento del lector. Se compone de chistes de una sola viñeta y también de tiras cómicas o historietas, con varios cuadros, que tienen por fin distraer, entretener y distender. En general, aluden a temas generales y no predominan las referencias específicas a cuestiones sindicales. No obstante, la tira "La Nelly" realizada por Sergio Langer y Ruben Mira11 es la que ocupa el lugar más importante de la contratapa, al estar primera y arriba de las demás y se caracteriza por tener guiños a cuestiones de actualidad socio-política. También se destaca la historieta "Yo Matías" realizada por el dibujante Fernando Sendra12 que, al igual que "La Nelly", pueden hacer referencia a algún tema de orden coyuntural.

En este punto, nos resulta fundamental articular las particularidades gráficas y de contrato de lectura del diario con la mirada de la Economía Política de Medios para tener en cuenta, a la hora del análisis discursivo, que el diario Clarín es la piedra angular del grupo empresario homónimo, el cual no sólo es el mayor multimedio del país sino uno de los más importantes en el sistema de medios de América Latina.13 Se constituye, por lo tanto, en un factor indiscutible de poder económico, político y cultural que, en la correlación de fuerzas entre los distintos sectores sociales, deviene un actor político de peso pleno en lo que atañe a (re)presentar la dinámica sindical y los temas relacionados con la conflictividad social-laboral.

El contexto de "resurgimiento" sindical

Como señalamos previamente, dado que las representaciones que construyen los medios masivos son permeables al contexto político-social en el que están insertas, resulta fundamental reponer brevemente cuál era la situación sociopolítica en el que se enmarcó el denominado por diversos autores "resurgimiento" sindical (Atzeni y Ghigliani, 2008; Etchemendy y Collier, 2007; Senén González y Haidar, 2009; Senén Gonzalez y Medwid, 2007; Palomino, 2008; Marshall y Perelman, 2008) y el consecuente "auge" de la protesta sindical desde finales de 2004 y hasta el 2007, último año de mandato del presidente Néstor Kirchner.

La recuperación económica, la disminución de las tasas de desocupación y el aumento en los niveles de empleo registrado son algunos de los indicadores que caracterizan este nuevo ciclo de expansión en Argentina post devaluación, a partir del cual se generaron, en el plano de macroeconómico, las condiciones de posibilidad del "resurgimiento" de los sindicatos en la escena política y pública. Según estadísticas elaboradas por la Secretaria de Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el crecimiento promedio del PBI alcanzó durante el período 2003-2007 un 9% anual mientras que en la década anterior (1990-2002) había sido de 3,5%.

Luego de la crisis de 2001, la tasa de desempleo había alcanzado un nivel de 21,5 % en el 2002. Cuatro años más tarde, en el 2006, ya había descendido al 11,4% y hacia el 2007 se encontraba en un 9,5 %. Respecto al incremento del empleo asalariado registrado, según datos oficiales entre 2003 y 2006, éste creció en un 32%, mientras que el empleo no registrado en el mismo período sólo subió en un 3%.

En este contexto económico favorable y con un gobierno afín a la tradición sindical peronista, podemos mencionar cuatro factores claves que caracterizan el "resurgimiento" del actor sindical argentino: el aumento en la cantidad de conflictos laborales (de trabajadores ocupados) principalmente de luchas por aumentos salariales y motorizados tanto por organizaciones sindicales tradicionales como por no tradicionales; el incremento en los niveles de afiliación sindical, de la mano del aumento de puestos de trabajo; la dinamización de la negociación colectiva cristalizado en el aumento en la cantidad de acuerdos y convenios colectivos de trabajo (CCT) firmados en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS);14 y los acuerdos tripartitos ("pactos sociales") negociados por la cúpula sindical de la Confederación General de Trabajadores (CGT) con las organizaciones empresarias así como su alianza política con el gobierno de Kirchner.

Otro rasgo a destacar, como consecuencia de los cambios políticos y económicos mencionados, fue el "corrimiento" de los sectores de desocupados o "piqueteros" del centro de la escena pública. En efecto, tal como señala Svampa (2005), desde los medios de comunicación pero también desde los mismos dirigentes sindicales tradicionales y desde el gobierno, la protesta piquetera fue clasificada como un método agotado y fue asociada al modelo anterior de los años ´90. De esta forma, se tendió a una legitimación de los sindicatos como los "canales correctos" de negociación en el terreno de la conflictividad sociolaboral. En este marco, la figura de Hugo Moyano, dirigente sindical camionero al frente de la CGT disidente hacia fines de los ´90 y secretario general desde el 2005 de la por entonces unificada CGT, adquirió especial relevancia, al constituirse en el principal interlocutor del gobierno de Kichner en lo que concierne a los temas relacionados con el mercado de trabajo. En efecto, fue hacia el 2005, luego de un efímero triunvirato con "los gordos"15 (José Luis Lingeri de Obras Sanitarias y Susana Rueda de Sanidad), que Moyano quedó como único secretario general de la CGT, puesto en el que continúa hasta nuestros días, y se convirtió en la principal cara visible de este proceso de "resurgimiento" del actor sindical tradicional.

A su vez, el nuevo contexto a nivel sindical permitió que se generaran las condiciones de posibilidad para que adquirieran visibilidad nuevas formaciones sindicales conformadas por delegados combativos, con dirigencias de izquierda provenientes en general de comisiones internas no institucionalizadas, no orgánicas y opuestas a las cúpulas de los sindicatos tradicionales de la CGT que buscaron disputar el espacio público. Entre ellas, es posible destacar a los delegados del subte, Hospital Garrahan y trabajadores telefónicos, entre otros.16

La operación mediática de otorgarle una alta visibilidad a la temática sindical en este período producto, en parte, de los cambios económicos y políticos mencionados, nos llevó a preguntarnos, ¿de qué modo se dio este proceso de dar visibilidad a los sindicatos desde las páginas de Clarín? ¿cómo fueron representados aquellos que fueron incluidos en la agenda del principal diario argentino? ¿en qué forma se utilizó el humor para hacer referencia a la dinámica gremial?

Sindicatos tradicionales y dirigencias de izquierda: sentidos que se cuelan por la "ventana" humorística.

Para dar respuesta a los interrogantes planteados, debemos mencionar que en la representación de la actividad sindical que realiza la prensa gráfica masiva-comercial y, en nuestro caso Clarín, se ponen en juego operaciones de construcción de las noticias con el objetivo de jerarquizar determinadas informaciones y desestimar otras. En este marco, el análisis del humor en el principal matutino argentino, nos permite identificar de qué modo se utiliza este mecanismo para reforzar, criticar o reconfigurar diversos sentidos en torno a la dinámica sindical. Partimos de considerar que el sentido de los chistes y caricaturas se encuentra subordinado a la información que la nota organiza y construye, teniendo en cuenta que el contexto desde donde la caricatura o el chiste surten efecto es, justamente, la nota periodística. En este punto, es importante reparar en cómo la nota se constituye en su universo referencial porque el dibujo de humor es apenas una cuota en su espacio.

Steimberg (1997: 97) define al dibujo de humor que en un único cuadro o viñeta transmite una idea humorística de raíz política, sociológica o filosófica como aquel "género en tanto discurso subordinado a otros discursos". En el caso específico de las caricaturas, dicho término proviene del italiano caricare (cargar) y/o del francés charge (carga) y pone énfasis en la representación gráfica exagerada, deformada y ridiculizada de personas o situaciones, acentuando o disminuyendo rasgos del rostro o del cuerpo; o centrándose en ciertos aspectos y dejando de lado otros en el tratamiento de las noticias de actualidad. En este sentido, Tillier (2005) destaca que en la caricatura la personalidad caricaturizada da cuenta, además, de la personalización de los acontecimientos. Esta técnica, hiperbólica por naturaleza, recurre a numerosos procedimientos que le permiten cumplir con esta finalidad, manteniendo sin embargo como premisa la de garantizar una semejanza cierta con el personaje, de forma tal que no peligre la identificación del mismo (Pedrazzini y Scheuer, 2009).17

La elección de los chistes y caricaturas que se incluyen en nuestro corpus se corresponden con dos planos relativos a las particularidades que adquirió el "resurgimiento" sindical en la coyuntura 2004-2007. Esto es, por un lado, la figura de Moyano como principal protagonista y referente del ala sindical tradicional que adquiere alta visibilidad en el período de estudio, en el marco de la tendencia al "reemplazo" de los movimientos de desocupados por aquellos conflictos relacionados con la problemática del mercado de trabajo pero liderados por sindicatos. Por otro lado, la representación de los dirigentes sindicales de izquierda, de las comisiones internas "combativas" que hacen eclosión desde fines 2004. Sobre estos dos planos, centraremos el análisis.

a) Moyano y la "contención" de la protesta

Dentro del recorte temático explicitado, las caricaturas que predominan en las notas escogidas son sobre la figura del líder de la CGT, el dirigente camionero Hugo Moyano. Todas ellas están ubicadas dentro de las primeras 15 páginas del diario, en la sección denominada "El País", de política y economía, y son realizadas, como dijimos, por el dibujante Sabat.

En un primer acercamiento al modo de construcción de las noticias sobre la dinámica gremial, es preciso señalar que en Clarín se observa la tendencia a validar, en esta coyuntura económica y política, a los sindicatos tradicionales como referentes de una sociedad "más normal", al tiempo que intenta crear un consenso en torno de la necesidad de aislamiento del movimiento piquetero. De esta forma, el diario apunta a oponer sindicatos y piqueteros, al asociar a estos últimos con una forma agotada de lucha.

"La sociedad los rechaza y el reclamo que realizan pasa a un segundo plano, prácticamente se vuelve ilegítimo" (...) "El movimiento obrero organizado es irreemplazable y el movimiento piquetero está agotado; la sociedad ya comienza a rechazarlos"
(Hugo Moyano, Página 10, El país, 16 de julio de 2004).

Si bien estas declaraciones indican una distancia del diario respecto a dichos discursos porque Clarín pone en palabras de Moyano, en este caso, el desgaste de la metodología piquetera, la inclusión de dicha voz de un dirigente sindical tradicional permite leer el posicionamiento del diario. En este sentido, coincidimos con Tuchman (1986), en que la inclusión de ciertas fuentes tiene la ventaja de poner en boca de otro las opiniones del periodista, consiguiendo que otros digan lo que ellos mismos piensan.

La oposición que va construyendo el diario entre sindicatos y piqueteros tiene su correlato en el recurso del humor. La noticia a la que hicimos referencia es acompañada de una caricatura realizada por Sabat que muestra a Moyano en plano medio, con cara de serio, recio, dando una sensación de fortaleza, mirando por encima de su hombro y de reojo hacia el costado, que se titula con una cita textual del propio líder sindical.


"Moyano: el movimiento piquetero está agotado"
(Página 10, El País, título, 16 de julio de 2004)
"Se abre la disputa por la representación de la movilización social"
(Página 10, El País, volanta, 16 de julio de 2004).

Un primer rasgo llamativo de esta caricatura es el "sello personal" que Sabat le da a algunas de sus caricaturas y que es simbolizado con un león.18 El dibujo de este león está, en este caso, sobre el hombro derecho de la figura de Moyano. La descripción de la caricatura dice, a uno de los costados, "Hugo Moyano: Miembro de la conducción de la CGT unificada", haciendo referencia a la reunificación de la CGT hacia mediados del 2004. A esto se le suma la mención del agotamiento del movimiento piquetero y la mirada "dura" de Moyano, por encima del hombro, que se enfatiza en el dibujo. Todo lo cual indicaría que la figura Moyano con el sello del león apuntaría a mostrar al sindicalista como el nuevo "rey de la selva" en el escenario nacional, asignándole liderazgo y poder en el terreno de la conflictividad social.19

Unos meses más tarde, Moyano es vuelto a caricaturizar. Esta vez de cuerpo entero, con una importante papada y un poco agachado sosteniendo con una mano una manguera que parece desagotar un balde. El titular de la noticia es:

"Conflictos gremiales: la CGT busca que no haya desbordes"
(Página 3, El País, 9 de diciembre de 2004)

Resulta obvio aquí que la caricatura refuerza e ilustra el sentido del titular. La representación caricaturesca resalta lo que constituye el rasgo que facilita el reconocimiento de Moyano, cabezón y con abundante cabellera, además de la campera negra que -de Ubaldini20 hasta nuestros días- parece ser una marca del sindicalismo peronista tradicional. A esta primera caracterización se suma la ilustración de una acción, ya que con una manguera parece desagotar un balde lleno de agua. La caricatura, entonces, ilustra una expresión de Moyano a partir de la cual se estructura la nota: "los dirigentes sindicales tenemos que tener la responsabilidad de evitar todo tipo de desbordes". De este modo, la caricatura fortalece, a partir de una representación literal en el plano visual de una expresión metafórica, la característica de Moyano como sindicalista negociador y colaboracionista en el tema de la contención de la protesta social.

El cuerpo de la nota retoma la palabra de Moyano: "esta dirigencia sindical sabe hasta dónde puede llevar los reclamos". Según la nota principal, se teme que los desbordes puedan darse en dos sentidos clásicos. Por un lado, que tengan lugar huelgas y acciones de protesta que implican, para Clarín, rebalsar la normalidad de la ciudad, provocar caos de tránsito y perjudicar a la población. Y, por otro lado, cuando se habla de negociaciones salariales el temor al desborde inflacionario, a partir del énfasis del diario en el recurrente argumento empresarial por el cual el aumento de salario profundizaría el movimiento inflacionario de la economía. Queda claro entonces que para este medio, en esta coyuntura, la función de Moyano es la de garantizar la contención del conflicto evitando que se produzcan medidas de fuerza o "excesos belicosos" en las demandas de mejora salarial.

Es en este sentido, que podemos afirmar que desde Clarín, se le atribuye a la CGT, y a Moyano en particular, la función de "contención" de la protesta social/laboral a cambio de permanecer como interlocutores privilegiados del gobierno de Kirchner. Esta "alianza" es representada haciendo eje más bien en un gesto de subordinación de Moyano respecto del gobierno. A este respecto, vemos como la pequeña nota de opinión "punto de vista" que acompaña a la nota principal y es ubicada al lado de la caricatura descripta de Moyano desagotando un balde. En ella se menciona:

Hugo, el equilibrista (...) En los últimos años aprendimos bastante como para volver a cometer errores que puedan perjudicar a la economía´(...) Las palabras del belicoso camionero que ahora transpiran un sorprendente equilibrio buscan encarrilar esta etapa tensa de reclamo salarial sin poner en riesgo su papel de interlocutor privilegiado del presidente
(Página 3, El País, 9 de diciembre de 2004, el subrayado es del diario)

Otro ejemplo de esta "alianza" entre sindicato tradicional y gobierno, lo vemos en la siguiente caricatura.

"Se endurecen las negociaciones salariales: amenazan con paros"


(Página 4, El país, martes 4 de abril de 2006)

En este caso, se ve a Moyano en plano medio con su brazo en alto y puño cerrado, con la boca abierta como gritando, vociferando. Lo gracioso de la caricatura es que del músculo del brazo izquierdo alzado sale una pequeña protuberancia que tiene la forma de un dispositivo como el que tienen ciertos muñecos infantiles a los que se da cuerda para que logren movimiento. De este modo, el hecho de que la caricatura muestre el brazo alzado de Moyano con este mecanismo equivaldría a "tener el brazo de protesta a cuerda", que refuerza la tendencia que se viene describiendo: parecería que se pueden regular "a cuerda" las demandas sindicales y, de esta forma, contener la protesta laboral.

Puestas en continuidad las caricaturas presentadas, podemos señalar en primer lugar la interpretación que realizamos sobre Moyano en tanto "rey de la selva" como un indicio del lugar que Clarín le da al líder sindical en tanto referente de una sociedad "normalizada", atribuyéndole ser el canal correcto de negociación en lo que atañe a manejar los problemas relacionados con el mercado de trabajo y la conflictividad social en este período. Al mismo tiempo, el efecto de lectura que generan las narrativas (serias y humorísticas) es que se trata de una conflictividad sindical "regulada". En efecto, en las dos últimas caricaturas (la de Moyano desagotando un balde y la otra con un brazo alzado pero que funciona a cuerda), Clarín pone en juego un tipo de humor "oportunista" que, en este caso, también se puede rastrear desde las noticias escritas: la atribución asignada por el diario a Moyano y a la CGT como "contenedores" de la protesta y equilibrando los reclamos sociales/laborales para no provocar desestabilizaciones en el orden social. Desestabilizaciones que podrían llegar a poner en riesgo, en alguna medida, el lugar de privilegio que ocupa Clarín, como parte del principal holding multimedio empresarial en la coyuntura 2004-2007, tanto en el espectro de medios masivos como en el plano político y económico.

b) La confrontación es de izquierda y piquetera

La función de "contención" de la protesta asignada por Clarín al ala sindical tradicional, encarnada en Moyano, se refuerza simultáneamente a partir de la representación negativa que construye el matutino sobre los dirigentes sindicales de izquierda resaltando la "intransigencia" y la valoración de "conflictos políticos" a los encabezados por aquellos que provienen de comisiones internas, opuestas a las dirigencias tradicionales de la CGT.

El ministro de Salud Gines González García aseguró que la protesta del Garraham está marcada por el "activismo político". (...) El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, había calificado de salvaje la intransigencia de la comisión interna y su decisión de extremar el conflicto
(Conflicto del Hospital Garrahan. Página 42, La Ciudad, 21 de abril de 2005)

Esta intransigencia no solo es confinada a las denominadas nuevas formaciones sindicales (subtes, Garraham) sino que también le es atribuida por Clarín a aquellos gremios que están dentro de la CGT tradicional pero que tienen dirigentes sindicales de izquierda en su interior, como pueden ser los casos del gremio petrolero, el de pilotos de Aerolíneas y Austral o el de telefónicos.

Los gremios de Santa Cruz y Chubut militaron siempre a la izquierda de la conducción nacional (...) La diferencia entre la CGT y los delegados disidentes está en la raíz ideológica de la metodología de los disidentes que puede derivar en picos de violencia irracional
(Página 2, Editorial "Del Editor al Lector", 8 de febrero de 2006)

Entonces, la lectura preferencial (Hall, 1980) que se construye es que mientras con la cúpula de la CGT todo parece equilibrado y se "destraban" o regulan los conflictos, cuando la negociación se da con gremios por fuera de lo institucional y con participantes de izquierda, las alianzas se dificultan. En efecto, en las noticias sobre protestas laborales encabezadas por dirigencias sindicales de izquierda, Clarín representa a estos líderes gremiales como los impulsores de una "escalada" de violencia y de caos que pone en riesgo el orden social, condensando dicho "orden" en la figura de Moyano.

El Gobierno ha vuelto a conceder protagonismo al líder camionero Hugo Moyano para neutralizar la demostración de poder brutal, con el asesinato de un policía, que hicieron los sindicalistas de izquierda
(Pagina 5, El país, 15 de febrero de 2006, en referencia al conflicto de Las Heras en Santa Cruz)

En este sentido, desde el recurso del humor, dos historietas de contratapa realizados por Sendra en la columna "Yo, Matías" resultan representativas de este punto. En la primera, se ve a un cactus en una maceta que dice:

"Soy Tito, el cactus que piensa/soy marxista, trotskista, leninista y guevarista/es mi destino/los pinchuditos somos más de izquierda"
(Contratapa, 18 de noviembre de 2007)

En otra, unos días más tarde, el mismo cactus dice:

"Soy librepensador, me gusta la poesía/soy filósofo...soy de izquierda...y vivo en
una maceta/y eso no es todo/mi héroe es Woody Allen"
(Contratapa, 21 de noviembre de 2007)

Suele ser un recurso heredado de la fábula que el humor gráfico se sirva de atributos animales para caracterizar a distintos personajes públicos. Las relaciones que el humor establece con los animales son múltiples y van desde el parecido físico hasta conductas que caracterizan a los animales en cuestión. De esta historieta, lo primero que hay que señalar es el reemplazo de este clásico recurso de la historieta a la animalización por un cactus que vive en una maceta.

La representación de la izquierda como un cactus que vive en una maceta articula dos sentidos posibles. Por un lado, las plantitas son inofensivas, no tienen otro atributo más que lo visible (forma, color, altura) y, a lo sumo, pueden pinchar un poco. Además, si bien hay un hábitat en las que se desarrollan con más plenitud, una maceta es suficiente para que crezcan. La figura de la maceta implicaría, en este caso, "aislamiento", un pedacito de tierra suficiente para crecer pese a que las condiciones climáticas generales no correspondan a la planta, y en el mismo sentido podría pensarse que la elección del cactus responde a una planta ascética, poco atractiva y con bajo consumo de agua. Estar en una maceta, entonces, señala los límites de la ideología de izquierda en una época de declarado capitalismo. Todas estas características coincidirían con una visión acerca de la izquierda como anacrónica, aislada, poco atractiva en su discurso en los tiempos que corren (nociones que no trascienden el sentido común acerca de esta ideología) para finalmente reducirla, en la segunda historieta referida, a unos pocos consumos culturales (poesía, Woody Allen, etc.) lo que vacía de ideología política a las posturas de los representantes sindicales pertenecientes a las corrientes de izquierda.

En este punto, debemos resaltar que la intransigencia y violencia que las notas escritas le asignan al accionar de la dirigencia de izquierda se ven, en cierta forma, completadas por el chiste. Esto es, las notas "serias": recuadros, editoriales, puntos de vista señalan al accionar de izquierda como beligerante y altamente peligroso para la armonía social y el chiste ofrece una ridiculización de esa intransigencia que no es inocente en la medida que retoma un viejo tópico que es concebir a la izquierda como un elemento externo y por lo tanto susceptible de ser separado, por ejemplo, en una maceta. Este modo de representar a la izquierda relativiza entonces la peligrosidad y violencia que fuera asignada a estos sectores desde las notas "serias", reduciendo su capacidad "amenazante" y limitándola a una molestia que puede pinchar o lastimar a quien se acerque a su pedacito, aislado, de tierra.

A su vez, y retomando lo señalado previamente respecto del movimiento piquetero, en la oposición construida desde las páginas del diario entre sindicatos y piqueteros, parte de la operación de deslegitimación de la demanda de los trabajadores desocupados, se percibe en la crítica constante, por parte de Clarín, a sus modos de protesta: corte de rutas y calles, además de algunas características de organización en la ocupación del espacio público, como son los cordones de seguridad donde quienes los componen llevan palos y el rostro tapado. Como ejemplo de esta tendencia a considerar violenta esta modalidad de protesta y los paralelismos que Clarín traza, desde el recurso del humor, con las dirigencias sindicales de izquierda que están por fuera de la institucionalidad de la CGT, podemos referir uno de los chistes de página 2, de Fontanarrosa en el que se ve a un señor mayor en la cama de un hospital y a su hija con una especie de taza de té en la mano mirando hacia la puerta donde se asoma un hombre con un barbijo y el señor mayor le dice a la hija:

¿Cómo no me voy a preocupar, mi hijita?...Con todos estos paros y protestas en los hospitales, yo ya no sé si ese es un enfermero o un piquetero.
("Humor", 30 de abril de 2005, página 2)

Este chiste, que surge en el marco de la protesta del Hospital Garrahan, activa la comparación entre los piqueteros y los considerados gremios "belicosos", encabezados en este caso por el dirigente de izquierda troskista Gustavo Lerer, a partir de homologar irónicamente el barbijo con el uso de pañuelos con los que los manifestantes piqueteros se cubren el rostro en las marchas. Cabe destacar que la efectividad del chiste está sustentada por la tendencia en el discurso periodístico de considerar esta práctica como un rasgo de delincuencia o cobardía. Esta tendencia ha reforzado el imaginario según el cual "cubrirse el rostro", significa ocultar la identidad en el ejercicio de un acto ilegal cuando desde la óptica de las prácticas de lucha popular cubrirse el rostro puede estar asociado sí a ocultar la identidad pero para no exponerse a la persecución política o policíaca -temor justificado por la propia historia del país-, lo mismo que protegerse de los gases lacrimógenos, modalidad frecuentemente utilizada por la policía para dispersar las columnas de manifestantes. Además, considerando el origen del accionar piquetero en los primeros cortes de ruta en la ciudad neuquina de Cutral-Co en 1996 tras los despidos masivos por la privatización de YPF, el uso de pañuelos puede asociarse a la protección de los gases tóxicos emanados por las gomas que se quemaban sobre la ruta para detener el tránsito. Ninguno de estos sentidos es recuperado por Clarín en sus páginas y la crónica periodística en general y este chiste en particular enfatizan otro sentido, peyorativo: "se tapan la cara".

En este mismo sentido, desde algunas de las historietas de contratapa, también puede verse como se apela a la metodología violenta de lucha de los piquetes en contraposición a la "civilidad" y racionalidad en los reclamos que se viene señalando como tendencia atribuida por Clarín a los sindicatos tradicionales. En la historieta "La Nelly", se dibuja a un turista extranjero que viene al país y le pide a Nelly que le muestre la "verdadera" argentina:

Turista: -Quiero algo más intenso, más movidito (...) quiero turrismo aventura,
quierro konocer las villas, los piketeros, los cartoneros, esas cosas
Nelly: - Ah no, eso es otro precio, yo turismo de alto riesgo, no hago
(Contratapa, La Nelly, 22 de abril de 2004)

La historieta ironiza sobre el llamado "turismo social" o "turismo verdad", que consiste en salirse de los circuitos tradicionales, entretenimiento, shopping y juego del turismo aventura para internarse en la cotidianidad de la ciudad. Precisamente, la cotidianidad caótica que los medios construyen sobre la ciudad de Buenos Aires es la de una sociedad colapsada por las protestas sociales. Protestas sociales que cuando provienen de sectores populares organizados los medios buscan deslegitimar, asociando el reclamo a la violencia como en el caso de las notas referenciadas o ironizando, a través de los chistes de coyuntura, con esa misma y supuesta peligrosidad. En este último caso, también se aprecia un funcionamiento "oportunista" del humor que, como dijimos previamente, refuerza el sentido de los textos escritos y en su funcionamiento masivo rara vez convoca otros sentidos por fuera de lo establecido por la agenda del medio ni por fuera de las lecturas preferenciales que se promueven desde las narrativas mediáticas "serias".

Conclusiones

A partir del análisis realizado y descripto en este artículo, podemos señalar una oscilación entre dos mecanismos "oportunistas" del humor en el interior de la línea editorial de Clarín. Por un lado, como vimos, se resalta que quienes no negocian o no tienden a la contención de la protesta social/laboral, son violentos y desestabilizadores. Es decir, el sentido común que se refuerza es que el sindicalismo o se convierte en negocio para unos pocos (los dirigentes) o bien en ocasión para el despliegue violento. En cualquiera de los dos casos la lucha por una mayor equidad distributiva queda despojada de sus métodos y cuando los chistes funcionan en ese sentido dejan de lado su potencialidad satírica. En este sentido, Lukács (1990:17) señaló "el satírico combate un estado de la sociedad, una tendencia de desarrollo social (aún cuando no de forma consciente entre los propios escritores): combate una clase, una sociedad de clases" Es claro que en coincidencia con el contrato de lectura que Clarín establece con sus lectores, según lo descripto, las viñetas humorísticas están lejos de proponer un sentido satírico. Como se desprende de la empiria analizada el humor no cuestiona el orden dado, sino que se hace eco de una sociedad "normalizada" que se ve alterada por los conflictos laborales como si estos fuesen ajenos a la estructura y dinámica de una sociedad capitalista. El lector modelo que construye Clarín, y que el humor confirma, tiene como base la antinomia huelguista/usuario,21 es decir, la identificación con el ciudadano atomizado, desorganizado que transita por la calles y que se convierte, en el plano de la representación, en usuario perjudicado por los conflictos laborales.

Consideramos que la pregunta sobre cómo el humor funciona potenciando las narrativas mediáticas "serias" tiene al menos dos posibles respuestas. Por un lado, el funcionamiento del recurso del humor "oportunista" que refuerza e ilustra el sentido dado en la nota periodística. Por otra parte, el humor "oportuno", más identificado con las corrientes satíricas, que supondría una crítica a las contradicciones del orden social y que no predomina, como vimos, en los chistes y caricaturas analizados. Las viñetas de Sendra sobre el cactus, antes referidas, son el ejemplo que encontramos en el que se puede señalar un uso del humor que, de algún modo, completaría el sentido de la noticia escrita. Esto es, mientras que la crónica insiste en señalar a las dirigencias de izquierda como violentas y desestabilizadoras, la historieta del cactus, vía ridiculízación, desactiva el carácter ideológico de esa propuesta política de lucha sindical. Lo que en conjunto también se inscribe dentro del plano del humor "oportunista" en la medida que no opera por fuera de la línea editorial propuesta por Clarín.

Este estudio además pretendió rescatar la importancia de la interdisciplinariedad y de la mirada crítica como herramientas constantes de análisis ante ciertas nociones del sentido común que se intentan presentar, desde los medios de comunicación, como "naturales". Y que, específicamente, en lo que refiere a las representaciones que tienen a la dinámica gremial como centro, cobra particular relevancia a la hora de direccionar la lectura sobre qué pensar y de qué modo concebir a los sindicatos en una época de avanzado capitalismo neoliberal.

Notas

1 Agradecemos los valiosos aportes sugeridos por la Dra. Adriana Marshall al presente artículo.

2 No desconocemos que el problema de la representación visual y su lugar en la cultura, excede ampliamente el campo de la historieta, el humor gráfico y la caricatura. Sin embargo en este caso nos centraremos en este tipo de representaciones para señalar sus especificidades en torno a la temática sindical. Para profundizar en los estudios sobre la historieta en América Latina ver Vázquez, 2009.

3 Para ampliar estos conceptos de humor "oportuno" y "oportunista" en el análisis de las representaciones mediáticas, en particular, en su funcionamiento televisivo ver también Moglia (2010).

4 Entrevista realizada por Mariano Kaplún (1988) publicada en la revista Diálogos de la comunicación

5 Para el período de análisis estudiado, la composición accionaria del holding se componía de 82% para GC Dominio (Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magneto, Lucio Pagliaro y José Aranda) y de 18 % para Goldman Sachs SA, según los datos extraídos del mapa de medios publicado en http://www.catedras.fsoc.uba.ar/mastrini/mapa_medios/clarin.htm, 20 de Marzo de 2009.

6 No desconocemos que en años posteriores al período analizado en este artículo se elaboraron acuerdos y se sancionaron leyes que pueden producir cambios en el espectro mediático y que afectarían el poderío y monopolio del Grupo Clarin en la escena nacional, como la rescisión del contrato para la trasmisión exclusiva de eventos deportivos (2009), la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (2009) que plantea desconcentrar la propiedad de los medios, descentralizar la producción de contenidos, fomentar un uso plural del espectro e incluir a las minorías parlamentarias en el control de las políticas comunicacionales, y el proyecto sobre Papel Prensa (2010), la mayor planta de producción de papel para diarios del país. Para ampliar sobre las características y controversias que suscitó, en particular, la denominada Ley de Medios ver Aruguete, 2009 y Mastrini, 2009.

7 El humorista Hermenegildo Sabat fue, antes de ingresar a Clarín, fue ilustrador del semanario Primera Plana, revista Crisis y el diario La Opinión.

8 Juan Carlos Colombres, conocido por su seudónimo Landrú, fundó la famosa revista Tia Vicenta en 1957. Dibujó para el diario El Mundo y tenía a su cargo el humor político del semanario Primera Plana. Desde 1973 trabaja en el diario Clarín.

9 El humorista Roberto Fontanarrosa se consagró, hacia principios de los ´70, en las famosas revistas Hortensia y Satiricón, y desde 1973 hasta su fallecimiento en 2007 publicó diariamente un dibujo de humor de un cuadro en el diario Clarín.

10 Es importante señalar que fue en el año 1973 cuando Clarín decidió dejar de publicar comics de autores extranjeros para convocar a varios de los humoristas locales más reconocidos del momento. La decisión tomada por los directivos del diario implicó no solamente "nacionalizar" a los autores humorísticos sino también al contenido del humor que, a partir de entonces, comenzó a estar directamente vinculado con la cotidianidad del país. Ampliar con Levin, 2009

11 Esta tira cómica se publica en Clarín desde septiembre de 2003. Langer es guionista y dibujante de extendida trayectoria. Trabajo en revista Humor, Sex Humor, entre otros numerosos medios gráficos argentinos y también del exterior. Mira es escritor y guionista. Colaboró en diversas revistas y en el diario deportivo Olé.

12 Sendra comenzó a publicar la historieta "Yo, Matías" en Clarín desde 1993. Dicho personaje nació de otro denominado "Prudencio" que había sido publicado en dicho diario desde 1990. Desde 1978 Sendra trabaja para Clarín

13 En América Latina, los ejemplos que podemos señalar en tanto empresas mediáticas concentradas son el caso de Globo en Brasil y de Televisa en México. Sin embargo, ambos casos son identificados principalmente por su presencia en el espacio audiovisual a diferencia de Clarín que se destaca de modo más pronunciado en el área gráfica. Para ampliar sobre las implicancias de este tipo de holdings en los procesos culturales de Latinoamérica ver Martín Barbero, 2009.

14 Para dar un ejemplo, el promedio de CCT firmados en los ´90 fue de aproximadamente 200, mientras en el período 2005-2007 la cifra se quintuplicó, llegando a más de 1000 CCT homologados. Ampliar en Palomino, 2008.

15 La denominación de "gordos" a una parte de la dirigencia tradicional de la CGT (Cavalieri de comercio, Lezcano de Luz y Fuerza y Pedraza de ferroviarios entre otros) originariamente se la dieron durante los ´90 los sindicatos opositores a la CGT oficial que se alió a los negociados de las reformas neoliberales. Esta forma de nominación -que desde entonces es vehiculizado por la mayoría de los medios masivos- puede asociarse también tanto al tamaño de los sindicatos (se corresponden con organizaciones con alto número de afiliados) como a las grandes ganancias y a los aumentos de recursos obtenidos a partir de esas negociaciones con el gobierno del entonces presidente Carlos Menem.

16 Para profundizar en los conflictos laborales del período 2004-2007 ver Cotarelo, 2007. Para ampliar sobre las especificidades que adquirió la representación de algunos de estos conflictos en el diario Clarín, ver Coscia, 2010

17 Para un debate en torno a las distintas denominaciones de caricatura, chiste, humor gráfico, cartoons y sus implicancias en distintos países ver Tejeiro Salguero y León Gross (2009)

18 Sabat utiliza la figura del león en distintas caricaturas y hasta con distintos sentidos en cada caso. En el corpus construido para este análisis dicho león aparece dibujado sólo en esta caricatura.

19 Simbólicamente, se le atribuye al león esta denominación por ser uno de los mayores depredadores de la selva y al moverse en manadas puede demostrar su estatus de "rey" a los otros animales.

20 Saúl Ubaldini fue un dirigente peronista del gremio cervecero, que se caracterizaba por usar una campera de cuero negra. Como mencionamos previamente, en los ´80 participó de un grupo de sindicatos que se opuso a la política militar y durante la transición democrática convocó a 13 paros enfrentándose a la gestión radical alfonsinista. Para ampliar sobre este período histórico en relación con la temática sindical ver Gaudio y Thompson (1990)

21 Tal como señaló Barthes, "El usuario, el hombre de la calle, el contribuyente son literalmente personajes, es decir, actores promovidos a papeles de superficie, cuya misión consiste en preservar la separación esencialista de las células sociales que, como se sabe, fue el primer principio ideológico de la revolución burguesa" (Barthes, 2003: 138).

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Recibido: 19.2.11
Aprobado definitivamente: 21.6.11

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