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Trabajo y sociedad

versión On-line ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.20 Santiago del Estero ene./jun. 2013

 

ACCIÓN COLECTIVA Y ESTRATEGIAS SINDICALES

 

Memorias sobre conflictividad obrera en los ´70. Algunas problemáticas sobre los vínculos entre Historia y Memoria frente a la reconstrucción del pasado. 

Memories of labour conflicts in the 70ʹs. Some issues about History and Memory relationship in the reconstruction of the past. 

 

Ana Belén Zapata*

* Licenciada y Profesora en Historia de la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca. Doctoranda en Historia de la Facultad de Humanidades y Ciencia de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Correo: aymarazapata@yahoo.com.ar

 


RESUMEN

En este artículo se analizarán las memorias de trabajadores que vivieron instancias de conflictividad laboral entre los años 1973-1976 dentro del diario La Nueva Provincia (LNP), el principal medio gráfico de la ciudad de Bahía Blanca. Estos conflictos respondieron al reclamo salarial de los trabajadores gráficos y a las demandas de cumplimiento del convenio colectivo firmado por la empresa y los representantes gremiales en el año 1975. La lucha de estos trabajadores resultó debilitada desde el accionar de la empresa y desde un contexto nacional en el cual la represión y el terror se convirtieron en moneda corriente y fueron la antesala del terrorismo de Estado instaurado a partir del golpe del 24 de marzo de 1976. En julio de ese año, fueron encontrados en las afueras de Bahía Blanca los cuerpos sin vida de dos de los principales sindicalistas del taller de LNP, quienes encontraron la muerte como consecuencia de su militancia gremial y su participación activa en este conflicto con la empresa que mejores relaciones había cosechado con los sectores militares de la ciudad.
El análisis en este trabajo estará estructurado a partir de un primer apartado donde se introducen algunos conceptos sobre la relación entre Historia y Memoria; un segundo apartado en el cual se analizan las problemáticas de la reconstrucción histórica en torno a la multiplicidad de memorias; y una tercera parte en la cual se profundiza sobre la cuestión de la temporalidad en las memorias, las pujas/conflictos/disputas por la interpretación del pasado y los silencios y obliteraciones como intentos de cancelar la memoria.

Palabras clave: Memoria; Historia; Conflictividad laboral; Represión

ABSTRACT

In this article we will analize workers's memories about labor conflicts between the years 1973-1976 in Bahía Blanca´s main newspaper. The causes of those conflicts were the claim of workers for salary recomposition and fulfillment of the collective labour agreement signed between the company and workers´s representants in 1975.
The struggle was weakened from the actions of the company and from one national context in which the repression and terror became a commonplace. In July 1976, after the coup of state on march 24th, were found on the outskirts of Bahia Blanca, the lifeless bodies of two of the leading trade unionists of La Nueva Provincia newspaper; who were killed because of their union membership and active participation in this conflict.
The analysis in this paper will be structured from: a first section, which introduces some concepts about the relationship between History and Memory, a second section which discusses the problems of historical reconstruction around the multitude of memories, and a third one, in which delves into the question of temporality, into the conflicts and disputes over the interpretation of the past and the silences and obliteration as attempts to cancel the memory.

Keywords: Memory; History; Labour conflicts; Repression


 

SUMARIO

Introducción. 1-Historia y Memoria. 2-Multiplicidad de experiencias, multiplicidad de memorias. 3-Inscripción del tiempo en la memoria. 4-Algunas ideas finales. Testimonios. Bibliografía.

*****

En este artículo se analizarán las memorias de trabajadores respecto a un conflicto laboral en los años ´70 en la ciudad de Bahía Blanca. En el marco de la reconstrucción de instancias de conflictividad obrera en la ciudad de Bahía Blanca entre los años 1966-1976 y la represión y vigilancia que sufrieron distintos sectores de trabajadores de la ciudad, pretendemos indagar sobre las memorias sobre un conflicto en particular: el de los trabajadores gráficos y la empresa La Nueva Provincia (LNP) entre 1973 y 19761.
El trabajo se estructura a partir de: un primer apartado donde se recorren algunos conceptos sobre la relación entre historia y memoria; un segundo apartado en el cual se analizan las problemáticas de la reconstrucción histórica en torno a la multiplicidad de memorias; y una tercera parte en la cual se profundiza sobre la cuestión de la temporalidad en las memorias, las pujas/conflictos/disputas por la interpretación del pasado y los silencios y obliteraciones como intentos de cancelar la memoria.
En términos metodológicos, por un lado las fuentes utilizadas y cruzadas para esta reconstrucción fueron diversas, a saber: prensa, fotografías, documentos gubernamentales, documentos judiciales, documentos de la inteligencia, etc. Asimismo, entendiendo que un conflicto trae aparejado una lógica relacional entre dos partes (o más) necesité integrar metodológicamente los restos del pasado producidos por ambos actores en pugna: empresa y trabajadores. Por otro lado, respecto a las memorias que se analizarán nos basamos en los testimonios de 12 trabajadores gráficos de la empresa que vivieron en los años ´70 las instancias de conflictividad.

Historia y Memoria

Los estudios sobre memoria han adquirido mayor relevancia dentro de las sociedades que en el siglo XX sufrieron en carne propia dictaduras y regímenes totalitarios. Estas experiencias que podemos encontrar en las dictaduras latinoamericanas, así como también en Europa con el Holocausto, la Francia de Vichy, la Guerra Civil española o la resistencia antifascista en Italia, instauraron terror político y generaron un pasado traumático para las víctimas.
El afán por conocer la verdad de lo sucedido, y sobre todo por hacer justicia ha colocado a la memoria en el plano del deber colectivo y a las sociedades que han sufrido estos hechos las ha enfrentado a la no poco compleja tarea de tramitar el sufrimiento en pos de construir nuevas realidades políticas superadoras con cimientos firmes en regímenes democráticos.
Algunos de los estudios sobre las memorias de estas experiencias han llegado a conclusiones que dan cuenta de lo tensionante de las memorias sobre estos pasados traumáticos. En este sentido cabe mencionar la idea del tácito "pacto de olvido" (Morandiellos, 2003) de los crímenes de la guerra civil y la represión franquista en España pese a la presencia de estatuas, calles y monumentos públicos alusivos al régimen. O entender que la memoria del franquismo fue más allá de la represión ya que tuvo también una fuerte encarnadura en el disciplinamiento social y la instauración de una sociedad pasiva y jerarquizada. (Molinero, 2003) En el caso de Francia entre los años ´50 y ´70 la sociedad francesa "prefirió olvidar su pasado reciente. Al igual que en otros países, en Francia la representación de la guerra fue rápidamente hecha tan confortable y moralmente honrada como fuera posible" (Lvovich, 2007, p.107) En Alemania, antes de los años ´60, las tintas se cargaron sobre la persona de Hitler y de una minoría cómplice, aquí tuvo lugar el "pacto de silencio" entre los diferentes actores sociales (víctimas, testigos y perpetradores) " ya que el trauma resulta[ba] todavía demasiado vívido para ser hablado" (Lvovich, 2007, p. 111) Fue luego de la década de los ´60 que el Holocausto comenzó a ser un tema de tratamiento público para la sociedad alemana.
La tarea de reconstrucción histórica sobre sucesos provenientes de la Historia del Tiempo Presente es por demás compleja si entendemos que trabajamos bajo la mirada de los testigos-actores. Y que, lo que construimos como objeto de estudio, son acontecimientos que tienen reverberaciones actuales. Pero la reconstrucción de ese pasado no puede soslayar algo que se ha convertido en un objeto novedoso para los historiadores, esto es, el análisis de los procesos de construcción social del recuerdo/olvido sobre dichos acontecimientos y en este sentido el estudio de la memoria que sobre estos hechos conservan sus protagonistas.
El vínculo entre historia y memoria es inevitable, memoria e historia constituyen dos esferas que se entrecruzan constantemente a partir de la reflexión mutua sobre la elaboración por el pasado. Pero como plantea Enzo Traverso: "si la historia nace de la memoria también se emancipa de ella al punto de hacer de la memoria uno de sus temas de investigación" (Traverso, 2007, p.72) Joel Candau plantea algunos aspectos en los cuales se diferencian la historia y la memoria:

"No puede existir historia sin memorización y el historiador se basa, en general, en datos vinculados a la memoria. Sin embargo, la memoria no es la historia. Ambas son representaciones del pasado, pero la segunda tiene como objetivo la exactitud de la representación en tanto que lo único que pretende la primera es ser verosímil. Si la historia apunta a aclarar lo mejor posible el pasado, la memoria busca, más bien instaurarlo, instauración inmanente al acto de memorización. La historia busca revelar las formas del pasado, la memoria las moldea, un poco como lo hace la tradición. La preocupación de la primera es poner orden, la segunda está atravesada por el desorden de la pasión, de las emociones y de los afectos" (Candau, 2002, p. 56)

Por su parte Yosef Hayim Yerushalmi plantea una distinción tajante entre historia y memoria, que tiene que ver con las lógicas de construcción de cada una en particular. La memoria para Yerusalmi constituye la operación selectiva que desde el presente se vincula con la tradición. En este sentido, la memoria siempre resulta problemática y engañosa pero su aspiración no sería hacia la "verdad" sino hacia la "fidelidad" con el pasado. En cambio la historia para el autor es entendida también como algo selectivo pero desde el plano de lo disciplinar. La selectividad estaría dada por los elementos metodológicos internos de esta disciplina. De todas maneras el pasado que reconstruye la historia es muy diferente a aquel que evoca la memoria. En el caso de la sociedad judía, el autor observa en la biblia un documento que recoge una serie de acontecimientos, pero encuentra significativo que es el recuerdo es de la ley y no de los hechos en sí mismos. Yerusalmi plantea que en el caso judío la memoria remite a valores más que a hechos. Y cuando se cierra el canon bíblico de escritura, los judíos dejan de escribir historia.
Para José Sazbón historia y memoria constituyen códigos desiguales pero ambos convergen en la elaboración del pasado, en su caso de análisis específico: la mirada sobre la Revolución Francesa. Sazbón establece un tríptico clasificatorio a la hora de pensar las memorias sobre la Revolución Francesa. En este sentido alude a la memoria individual cuando refiere a la de los actores y testigos de la Revolución y a las receptores directos de su testimonio, a la memoria social cuando se refiere a los portadores de memorias en generaciones sucesivas y a la memoria cultural como una memoria diferente a las anteriores entendida como la "destilación de contenidos ideales hegemónicos".
La memoria es condición y materia de la historia reciente. Se trata de la historia de gente viva, en cuya reconstrucción el historiador no sólo se vale de la memoria -en su formalización oral- como una de sus fuentes privilegiadas, sino que también compite con los testigos de los hechos en la producción de sentido sobre lo ocurrido (Aróstegui, 1998). Algunas problemáticas se plantean aquí, por ejemplo: ¿cómo poner en diálogo, a los fines de la reconstrucción, memorias en conflicto?, como historiadores debemos dar lugar al concierto de voces encontradas sobre un mismo suceso, pero también ser capaces de ponerlas en juego con otro conjunto de fuentes de otra índole que nos permitan contrastarlas. Si entendemos que cada memoria tiene un anclaje particular en las experiencias materiales y/o simbólicas vividas en el pasado (Jelin, 2001), repararemos que una misma experiencia vivida desde posiciones subjetivas y de intereses distintos, heterogéneos y hasta a veces incluso antagónicos; da lugar a memorias sobre estos hechos claramente en diputa. Esto se potencia si tomamos una experiencia que ya de por sí implica confrontaciones, como lo es un conflicto laboral en la década del `70.

Multiplicidad de experiencias, multiplicidad de memorias

Un aspecto a señalar para comenzar con el análisis es la heterogeneidad entre los trabajadores que rememoraron los conflictos laborales. Esta heterogeneidad de la experiencia se tradujo en heterogeneidad de la memoria. Vale aclarar que dicha heterogeneidad existía con anterioridad a los conflictos, se crispó y exacerbó durante ellos y admitió una dinámica propia al calor de la lucha. En este sentido pretendo presentar algunas de las problemáticas que tales heterogeneidades plantearon a la hora de intentar desplegar estas memorias en la reconstrucción histórica.
Entre todos los entrevistados podemos realizar algunas caracterizaciones en función de sus diferentes formas de actuar a la hora de los conflictos y de sus identidades hoy. Estas caracterizaciones permitirán luego ver la complejidad en las formas de construcción de sus memorias en cada sector en particular.
La primera caracterización que podemos realizar es la de los militantes sindicales. Con esto nos referimos a aquellos trabajadores que fueron activamente partícipes de la lucha desde su rol de delegados de personal y/o integrantes de la comisión directiva del sindicato. La segunda es la del personal anti huelguista, aquí ubico la mirada en los gráficos jerarquizados, personal afín a la empresa que obraron como esquiroles o "carneros" de las medidas de fuerza. Y en tercer lugar distingo al grupo más numeroso de gráficos, a los participantes de las medidas de fuerza, afiliados al sindicato pero sin una militancia activa en él.
El principal matiz a establecer frente a dichas caracterizaciones es el siguiente: algunas de las ubicaciones subjetivas han cambiado hoy en día, y esto es un aspecto central para entender como construyeron sus memorias a la luz de sus re posicionamientos a más de 30 años de los hechos. Esto sucede en el primer grupo, no así dentro del segundo y tercero: tanto los"carneros" como los participantes sin militancia siguen reivindicándose como tales, pero esto no sucede entre todos los activistas/militantes.
En este primer sector, el de los militantes sindicales, encontramos marcas que los acontecimientos dejaron en los actores y que fueron resueltos en la memoria a partir de reinterpretaciones posteriores. Podemos plantear entonces tres subcategorías dentro de los militantes, obedeciendo a la operación de sentido que activaron en su pasado a partir de la memoria como proceso subjetivo anclado en experiencias, marcas simbólicas y materiales (Jelin, 2001). Entre quieres fueron activistas militantes encontramos: aquellos que hoy siguen asumiéndose como tales, aquellos que ocultan/niegan y por ende silencian su militancia, y los que sin negarla la critican abiertamente.
Entre los primeros encontramos a Manuel Molina quien hoy además de recordar con orgullo su pasado militante, se convirtió también en un "emprendedor de la memoria." (Jelin, 2001) Tiempo después de los conflictos, Manuel fue obligado a dejar LNP y tras la intervención del Sindicato de Artes Gráficas (SAG) en el '76, su militancia sindical también se vio suspendida. Luego, con la normalización del gremio ya en democracia en 1983, Molina volvió a militar llegando a asumir el cargo de Secretario General hasta el año 2002 cuando se jubiló. El participa actualmente en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Bahía Blanca, desde la cual viene impulsando distintas acciones para que la historia de la lucha en LNP no se pierda y que los nombres de Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, los gráficos asesinados, se inscriban en la memoria colectiva bahiense (Halbawachs, 2005 [1950]). En tal sentido, por ejemplo, gestionó entre 1997 y 2000 el establecimiento de dos calles de la ciudad con los nombres de sus compañeros como lugares de la memoria (Nora, 1984), ayudó a tramitar los resarcimientos económicos del Estado a los familiares, concedió numerosas entrevistas en prensa nacional y local respecto a este tema, y se convirtió en agente de conservación de un gran acervo documental del sindicato sobre los momentos conflictivos con LNP.
A continuación desarrollaremos algunas peculiaridades sobre las formas de construcción de memoria de este militante. Hoy Manuel Molina, a más de 30 años de distancia de los hechos si bien considera que haber enfrentado a la empresa fue un hecho justo, descree de algunas entidades que en aquel momento debían haberlos respaldado en los conflictos y no lo hicieron. Entidades como la FATI (Federación Argentina de Trabajadores de Imprenta) la CGT, y el mismo Ministerio de Trabajo peronista de aquellos años, eran bien vistas por él en aquel entonces, (y esto es comprobable con los libros de actas de asamblea de aquel momento en los cuales figura la opinión favorable de Molina hacia ellas). Sin embargo hoy la memoria plantea algunas revisiones:

"A pesar de las adhesiones cuando nos despidieron los del sector obra, (en el conflicto de fines 1973) la FATI y la CGT nos dejaron solos"2 " De Luca3 se murió ya hace años, [le decían] toronja, vos no lo conociste, ¡tenía una nariz de toronja!(...) era un morrón (risas) no, no fuera de joda era impresionante, eran como 5 narices de las mías (...) Américo De Luca, peronista, un pirata era! un pirata bárbaro. Si! esos, esos no hicieron nada! no se tiraban un pedo sino les bajaba la línea de arriba."4
" La Federación nuestra (...) no sacó un paro. A pesar de que el secretario adjunto era secretario general a nivel nacional, y era de acá de Bahía Blanca: el señor Enrique Marano, que todavía está al frente de la FATI, o sea que lleva casi 50 años viviendo a costillas de los trabajadores."5

Este militante no solo tiene una memoria crítica sobre estas entidades, sino también sobre la militancia de sus dos compañeros asesinados en el año 1976. Hacia el final de los conflictos plantea, que ellos "quedaron muy pegados a la federación" frente a situaciones de no apoyo de ésta a los gráficos. Esto habría provocado el descontento de todos sus compañeros y la consiguiente desafiliación del gremio. De todas maneras siempre repite su intención ante todo, de "preservar a imagen de los muchachos". Cabe aclarar que estas impresiones críticas respecto a sus compañeros fueron expresadas recién durante la cuarta entrevista a Manuel. Esto no es un dato menor, porque durante los primeros encuentros la representación que él relataba de sus compañeros era casi idílica, aquí se podía ver ese intento por "preservar su imagen" y "heroizar" a los dos gráficos que fueron víctimas de la dictadura. Sin embargo luego de varios encuentros con el entrevistado comenzaron a surgir algunos matices antes obliterados, cuestiones tales como algunos "errores" respecto a las prácticas sindicales de sus compañeros en el contexto de los conflictos.
Este caso lo podemos relacionar con los planteos de dos autores, por un lado la caracterización de Elizabeth Jelin sobre la función de los "emprendedores de memoria"6 y por otra la de "memorias encuadradas" de Michel Pollak7. Claramente Molina es un emprendedor de memoria, a su vez encuadrado en una militancia por los derechos humanos, la cual funciona como uno de sus filtros para narrar algunas cuestiones sobre el pasado y obliterar otras políticamente menos correctas -como atribuirle un rasgo burocrático a un obrero combativo y de base, asesinado brutalmente por la dictadura. Cabe aquí problematizar esta cuestión frente al vínculo entre Memoria e Historia ¿cuán obstaculizadoras para la reconstrucción histórica terminan siendo estas memorias "embellecedoras" de aquellos actores que ya de por sí fueron víctimas? El horror y lo monstruoso del terrorismo de Estado ya es algo condenable por la atrocidad de sus prácticas, sin embargo para este emprendedor de memoria resultaba necesario idealizarlos frente a un tercero que escuchaba su relato. Solo cuando la confianza con el entrevistador es mayor, aparecen los matices en el relato y sus compañeros resultan "más humanizados" al adjudicarles errores en la lucha que asumieron. Consideramos que el lugar del historiador en este caso, es el de reparar en estas operaciones de memoria y problematizarlas.
Volviendo a las caracterizaciones de las memorias a analizar. Casos diferentes fueron los de aquellos que decidieron ocultar y negar sus militancias. Esta cuestión no debe resultar
anecdótica o un mero elemento para la caracterización, sino que presenta un aspecto relevante en cuanto a sus construcciones de memoria e identidades respecto a los conflictos vividos en los´70. Una clave de lectura para esta negación es que, entre ellos el miedo instaurado en el pasado opera aún en el presente, llevando a cancelar la memoria: desde la negativa a conceder una entrevista, desde los silencios en el marco de la misma "perdóname pero de los conflictos no quiero hablar" o desde el hecho de faltar a la verdad: "nunca participé", "yo me comporté como un obrero leal a la empresa" cuando contrariamente a sus dichos sus nombres aparecían "marcados" en informes de la inteligencia ubicándolos como parte de los trabajadores más combativos, así como también sus opiniones figuraban en las actas de las asambleas a las que afirmaban no haber concurrido.
Aquí se nos plantea otro problema en el proceso de reconstrucción histórica frente a las memorias: ¿cómo hacer convivir el relato de un entrevistado con las demás fuentes que posee el historiador y que lo mencionan o involucran?, ¿resulta fructífero traer a colación otras fuentes en la situación de entrevista?, ¿como hacerlo sin exponer al entrevistado a una situación que puede ser violenta e incómoda?, ¿hasta dónde resulta honesto como investigador mostrarle el material con el que uno cuenta, y más si aparece su nombre en él?, ¿qué hacer si se trata de documentos que provienen del ex -archivo de la dirección de inteligencia (DIPBA)?. Aquí encontramos problemas, preguntas no todas resueltas aún, que creo deben ser consideradas en la particularidad de la situación de entrevista, en la confianza lograda, en el grado de interés expresado por el entrevistado, en las demandas que este nos haga.
Retomando las caracterizaciones de los militantes, existe un caso en donde se criticó fuerte y negativamente su activismo en el marco de los conflictos con LNP. Casualmente - o no tanto- es un gráfico que aún hoy se encuentra trabajando dentro del diario, aquí podemos ver como opera un anclaje del presente en la memoria sobre el pasado. Dichas revisiones colocan a la empresa en el lugar de la parte que "tenía razón" frente a la posición de los gráficos que "estábamos equivocados". Cabría preguntarse cual ha sido la experiencia de este trabajador durante todos los años que siguieron a los conflictos dentro del diario y cuales las presiones empresariales respecto a las construcciones de memoria sobre ellos, para que este operario hoy cuestione todas aquellas vivencias:

"El país estaba casi convulsionado, en esos momentos, era...había mucha política y...bueno, los sindicatos intervenían, y a veces se fracasaba, o no, pero...se llegaba mucho ...eh...no había tanto entendimiento, que cosa que...Con los años uno aprende, que es mucho mejor el dialogo, que, que...evitar el confrontación (sic) el enfrentamiento. Porque vamos a decir, la casa es el primer hogar y el trabajo casi es un segundo o tercer hogar (sonríe de modo tierno) donde uno convive la mayoría de los años con gente. Entonces por ahí por inexperiencia del sindicato...gente joven que no teníamos mucha experiencia, y mal orientados, se llegaba a los choques, los choques eran permanentes. Se evitaba el dialogo y el dialogo... es decir el dialogo es la mejor arma contra todo tipo de conflicto...
Preg- ¿El dialogo con quién? con el resto de los trabajadores, con la empresa...
J.C- Con todo, con...con el nivel empresario. Ellos necesitaban de nosotros y nosotros de ellos. Es decir, es una reciprocidad entre ambas partes, y llegar al conflicto sin dialogo es como...es como una guerra que se pudo evitar y no se evitó (...) Si cerras la puerta no no pasa nadie...cerra la puerta con doble candado, no pasa nadie...Y eso fue a grandes rasgos. Pero después avanzando en el tiempo la gente se entiende mejor (...) No hay conflictos hoy. [en LNP] Por suerte no hay. Han sido superados"8

Este gráfico hace una asociación entre el clima de época, los ´70, la convulsión social, y la cuestión de los conflictos en la empresa, como un momento en el cual "no había tanto entendimiento" entre trabajadores y parte empresarial. Básicamente responsabiliza por esto a la "inexperiencia de la gente joven" que estaba en el sindicato. Este conjunto de cosas, aparecen en su relato, revisadas y juzgadas desde un lugar conciliador entre las dos partes: empresa y los trabajadores. Hoy, a más de 30 años de los conflictos, este trabajador que siguió dentro de la empresa, habla de que su aprendizaje con los años, fue la valorización del diálogo como "arma contra todo tipo de conflicto"
Otro es el caso del personal antihuelguista. A diferencia de los que fueron militantes sindicales, encontramos que todos los esquiroles se reivindican como tales: "Yo siempre fui partidario de defender la empresa. Porque es mi fuente de trabajo, si la empresa se funde yo voy a la calle", comentaba F.P.9 Pareciera que con los años los militantes son los que han cambiado sus posiciones y fueron construyendo sus memorias de manera crítica con su pasado, pero los esquiroles en cambio mantuvieron las mismas posiciones que hace 30 años. F.P. ingresó a trabajar al diario en enero de 1973. Era personal jerarquizado dentro de los gráficos, dijo que en una sola oportunidad estuvo en el sindicato y lo echaron de allí por que no acataba los paros.
Este gráfico jerarquizado trabajó en LNP hasta el año 2000, sin embargo la empresa ante la situación de su desvinculación lo agració otorgándole a manera de indemnización parte de la maquinaria del diario para que F.P comience su propia empresa y logre "saltar" de la clase obrera a la de los propietarios de los medios de producción:

F.P.-Las máquinas que tenía la imprenta del diario las traje para acá. Tengo parte de la imprenta, yo después vendí algunas, cambié otras...
Preg-¿Y eso cómo? ¿Se las vendieron?
F.P- Me las dieron en parte de indemnización, más una ayuda económica para que yo pueda arrancar e ir para adelante...Así que...gracias a Dios me fue bien.10

Sobre los conflictos F.P. sostiene que van a permanecer siempre en su memoria, pero el recuerdo no es agradable: "No, No! lo recordas de por vida!, cosas horribles! porque vos mismo te sentís...uno se sentía mal!". Planteando un marco de sentidos muy antagónico a los anteriores, para él la llegada de la dictadura del '76 representó un momento de mayor "tranquilidad" a partir del cual "se terminó la subversión". En lo que a él respecta, en ese entonces el ir a trabajar ya no le suscitó mayores problemas ni enfrentamientos con sus compañeros.
Esta última cuestión aparece bien latente en el relato de los "carneros": el continuo hostigamiento por parte de los militantes del sindicato en contra del personal antihuelguista. "Los del sindicato gráfico estaban en contra [mío] porque yo había trabajado, había sacado el diario" decía F.P. También comentaba otro gráfico leal a la empresa: "mira lo que pasa es que en ese momento si no acatabas, viste...te presionaban, te presionaban pintándote la casa, tirándote piedras..."11
Resulta fácil identificar entre los relatos los polos antagónicos: activistas versus esquiroles. Pero la realidad dista de resolverse tras estos planteos maniqueos. Porque en términos cuantitativos la mayoría de los gráficos no pertenecían a ningunos de estos dos "tipos". El grupo de quienes participaron en las medidas de fuerza desde perfiles más bajos que los militantes sindicales, conformaron el sector más complejo a los fines del análisis; es decir podemos encontrar muchos grises en estos relatos. Estas voces resuenan desde frases como "yo siempre fui apolítico", "yo acataba porque me parecía justo", "en las asambleas yo miraba como levantaban las manos otros". Se puede observar en dichos relatos cierta voluntad de mostrarse como meros espectadores de un proceso que parecerían haber vivido "otros", sin embargo el taller de LNP lo pararon la mayoría, ellos fueron artífices aunque diluyan en el relato el grado de su participación.

Inscripción del tiempo en la memoria

Plantear la cuestión de cómo se encuentra inscripto el tiempo en la memoria, es algo sumamente complejo si entendemos que los procesos de significación y resignificación subjetivos que operan en ella son procesos en los cuales los sujetos se orientan o desorientan entre pasados que "no pasan" y un presente que acerca o aleja ese pasado. Esto último lo plantea Elizabeth Jelin:

"Ubicar temporalmente a la memoria significa hacer referencia al `espacio de la experiencia¨ en el presente. El recuerdo del pasado está incorporado, pero de manera dinámica, ya que las experiencias incorporadas en un momento dado pueden modificarse en períodos posteriores (...) hay un elemento adicional en esta complejidad. La experiencia humana incorpora vivencias propias, pero también las de otros que han sido transmitidas. El pasado, entonces puede condensarse o expandirse, según cómo esas experiencias pasadas sean incorporadas." (Jelin, 2001, p 13)

Por otra parte, para ubicar un acontecimiento en el tiempo, Alessandro Portelli en su artículo sobre la muerte de Luigi Trastuli, nos plantea que es necesario que el continuo temporal sea transformado en un discreto factible de ser subdividido en segmentos diferenciales. En tal sentido podemos plantear dos niveles de descomposición del tiempo: la descomposición horizontal, es decir la individualización de bloques temporales homogéneos marcados por un acontecimiento clave que marca un antes y un después; y la fragmentación de tipo vertical relacionada con la contemporaneidad más que con la secuencialidad del tiempo. (Portelli, 1989).
En el marco de la reconstrucción de los conflictos muchas veces cruzar las dataciones extraídas desde las memorias de los actores con las dataciones que nos brindaban otros documentos resultó todo un problema metodológico. Al disponer de fuentes que me permitían fechar distintas instancias de los conflictos y poder así marcar momentos diferenciados dentro del bloque temporal '73-'76 resultaba casi indispensable preguntarles a los trabajadores por las diferencias y/o similitudes entre las tres instancias de conflicto: diciembre 1973/enero1974, junio/julio 1974 y abril/noviembre 1975. Pero esos cortes temporales -marcados por documentos del Ministerio de Trabajo, documentos de la ex DIPBA y documentos sindicales como los períodos de fuerte conflictividad- estuvieron casi ausentes en las memorias. Los conflictos eran recordados como un bloque casi homogéneo; solo en algunos casos se establecían caracterizaciones del bloque temporal en su conjunto con aspectos propios de la tercera instancia conflictiva, - la del año 1975- recordada especialmente a partir de la lucha intersindical y como momento de mayor auge del conflicto.
En algunos casos fue de suma utilidad, apelar a la modalidad personal12 del recuerdo en los términos de Portelli, o a los marcos de la memoria en términos de Halbwachs; a saber, los anclajes tanto temporales (fechas, hitos, sucesos) como espaciales: lugares significativos, que nos permiten tener memoria de ciertos hechos ya que recordamos en función de las asociaciones que realizamos a partir de lo que hemos vivido con otros que nos ayudan a recordar, porque "no estamos solos". En esta línea de análisis, vemos como los trabajadores apelaron a aspectos propios de la esfera familiar (matrimonios, nacimientos, fallecimientos) que tuvieron contemporaneidad con el momento del conflicto y que por su dimensión relevante en la vida de las personas se mantuvo muy vívido en la memoria y permitió abrazarlo al recuerdo de situaciones que le sucedieron en simultáneo como ser los conflictos laborales:

Preg- ¿Su hijito más chiquito en que año nace?
Vilma Denk- En el ´74. Con todo el bodrio, con todo el lío...
Preg- ¿Cómo fue el nacimiento de su hijo?
V.D- Mira justo fue en el medio de la huelga tan grande que hubo en el ´74, fue cuando Perón decía que...que llegaba Perón...o que se iba Perón...no se como miércoles fue!! Pero fue justo ese día de esa huelga, la más grande que hubo! ese día nació mi hijo. Nació el 12 de Junio del año ´74.
Preg- ¿Estaba Enrique con usted cuando nació?
V.D- Enrique estaba en ese momento en el sindicato, viste? porque estaba con todos los líos, viste? y se enteró que había nacido el nene como a las 3 de la mañana recién, porque mi mamá me llevó al sanatorio a tener familia, cuando él se enteró ya el nene había nacido. El nene nació a las 8 de la noche y el se enteró a las 3 de la mañana que tenía el último hijo."13

En este sentido, varios fueron los factores o acontecimientos que funcionaron como estructurantes cronológicos de la memoria respecto a los conflictos: casamientos "me casé trabajando ahí en 1975", viajes personales "yo ya me había ido a Bariloche, volví de Bariloche el 15 de enero y pa! un paro de 15 días!", aspectos de la política nacional: "y bueno ahí empezaron las luchas...estamos hablando de todo esto prácticamente antes del golpe...en pleno gobierno de María Estela de Perón", los despidos masivos: el primero que se da a fines de enero de 1974 y luego - para muchos el definitivo- en 1976; así como también las suspensiones prolongadas o el extenso lock out patronal de 1975. Todos estos aspectos sirvieron como hitos para organizar y diferenciar segmentos de tiempo particulares.
Aspectos más traumáticos como los asesinatos de Heinrich y Loyola fueron en la mayoría de los casos, empalmados en la memoria junto al momento de los conflictos. Vale aclarar que dichos asesinatos se produjeron a principios de julio de 1976, siendo que las luchas ya para fines del '75 habían sufrido un gran desgaste. Aún así la memoria de muchos superpone los dos hechos: "Tuvimos la huelga esa...donde mataron a los dos dirigentes, que aparecieron en la Cueva de los Leones"14
En este relato vemos una operación de memoria cuando curiosamente, las muertes de Enrique y Miguel Ángel fueron ubicadas dentro del momento de lucha, siendo que estas ocurrieron en realidad bajo el contexto dictatorial. Aquí seguiremos los planteos de Alessandro Portelli quien nos advierte que la memoria nos puede otorgar más elementos sobre los sentidos que los sujetos le dieron a un acontecimiento, que sobre ese acontecimiento en detalle. Una lectura posible sobre este anacronismo en la memoria de este trabajador podría ser el vínculo que observa entre un hecho y el otro, al punto tal de colocarlos en el mismo año tanto a las huelgas como a los asesinatos. La lectura más evidente que podríamos hacer sobre este sentido de memoria que une ambos hechos, es que "los asesinaron porque hicieron huelgas".
En otros relatos también la conflictividad entre '73 y '76 fue recordada de forma automática en relación a los asesinatos:

Preg- Sé que en los '70 hubieron algunos conflictos laborales con la empresa, ¿cómo recuerda más o menos esa época?
H.E- Sí, hubo algunos problemas, algunos...tuvimos la desgracia de perder a dos compañeros...15

R.S- Fue la época en que mataron a Loyola y a Heinrich, que fue un episodio muy confuso que no sé si se resolvió alguna vez.16

Pero algo más complejo para la reconstrucción histórica de los conflictos fue el silenciamiento de los mismos, como si fueran hechos que nunca existieron. También, la aparición de planteos que tendían a mostrar solo el recuerdo positivo de la experiencia en LNP como un elemento fijo e invariable en el tiempo. En muchos de los gráficos se transmitió solo la idea de un taller "feliz" dejando de lado el recuerdo de los conflictos y escondiéndolos como polvo debajo de una alfombra. El relato de R. S17 es muy rico en este sentido: " No!!! hay cosas lindas!...de lo malo, no hablemos". Lo genuino de esta frase está justamente en que hace explícita una actitud muy común entre el personal retirado de LNP al ser entrevistado: la espontánea opción de hablar y explayarse sobre los momentos que han quedado en su recuerdo como "momentos felices" y de silenciar, omitir, ocultar o hasta incluso decidir mentir on the record , al preguntarles por los "recuerdos malos" .
Los conflictos sucedidos entre los años '73 y '76 fueron rememorados, en una generalidad, como situaciones "feas" que mejor no revivir. Esta cuestión, vale aclarar, encuentra sus heterogeneidades según las edades, el grado de activismo sindical y las historias personales y laborales, actuales y pasadas de cada uno de los gráficos. R. S18, luego de reconocer que él nunca acataba las huelgas y que por esa cuestión fue echado del sindicato, comenta que la empresa sólo quería que "los operarios trabajen" y que "no querían gremialistas adentro".
Podemos esbozar una interpretación de esto, entendiendo que la dictadura reforzó un poder ya consolidado tras el debilitamiento de los trabajadores a partir de su derrota en la lucha del '75 al no poder cobrar los días caídos por los meses de paro, tras las divisiones internas, y los numerosos despidos de gráficos que la patronal propició en el '76. A estos fracasos en la lucha sindical y laboral hay que agregar la herida traumática - generadora de miedo colectivo- que representó para los trabajadores los brutales asesinatos de sus compañeros Enrique y Miguel Ángel. Estos son aspectos que nos brindan alguna pauta sobre el por qué de la construcción de los hechos en sus memorias como recuerdos incómodos/controversiales y silenciados. Sin embargo las heridas tuvieron también un carácter fundante (Jelin, 2001). En algunos casos lo que perturbó, movilizó y presentó rupturas, si bien destruyó la capacidad de transmisión también construyó un nuevo relato: el del taller "feliz" en donde las relaciones eran perfectamente armónicas y todos eran "una gran familia":

"Éramos todos prácticamente una familia ahí. (...) Y todos nos apurábamos por trabajar (...) nosotros lo que queríamos siempre era acelerar el trabajo, no queríamos que nos estén corriendo los otros. Nosotros los corríamos a ellos! (...) a los periodistas! No! pero había buena camaradería, muy lindo era"19

Debemos aclarar que este relato prevalece entre quienes no fueron cesanteados en 1976 y tuvieron una historia laboral dentro de LNP más larga que el resto, extendida incluso luego de los conflictos. Vale recordar también, como decía O.V que los no despedidos fueron "los que estaban bajo un buen concepto" ante la mirada empresarial, es decir, en su mayoría personal antihuelguista o más afín a LNP.
Aquí podemos hablar incluso de una estructuración política de la temporalidad en la memoria. Que viene dada desde la historia de cooptación patronal en algunos trabajadores. El taller "feliz", en el cual la empresa gestionaba premios y beneficios para los leales que mantenían los ritmos de producción acelerados, era un taller "feliz" que vuelve a tener lugar luego de la conflictividad en los '70.

"Preg - ¿La relación con la parte empresarial de LNP como era?
R.S. - Bueno, dependía también de cada uno eso. Si uno cumplía, no tenia ningún problema... (...) Incluso mucha gente que ha necesitado dinero, le han adelantado dinero...le han hecho préstamos sin cobrarle intereses sin nada...Yo por ejemplo el caso mío, un caso particular, pero te puedo nombrar dos o tres casos también. El caso mío, yo cuando me embarque ahí con mi departamento ahí en el Comahue, no tenía un peso. Bueno...agarraron, me facilitaron la primera entrega y me lo fueron descontando de a poco... Después había que "vestir "el departamento...bueno ahí venia la parte brava...las alacenas, esto que lo otro, para la cocina, entonces me dieron la orden para que vaya a comprarla. Primero que vaya a averiguar el precio...les traje el presupuesto, bueno, después me dieron la orden para que yo vaya a retirar las alacenas, bueno...Entonces me pregunta el contador: "¿como lo quiere pagar?" le digo " bueno usted sabe lo que gano hágame el presupuesto usted" " bueno, se lo vamos a descontar así, y asa... le digo " si, fenómeno..." (...) Yo por ejemplo cundo me jubile, me obsequiaron con un viaje a Bariloche para mi y mi señora con todos los gastos pagos. No!!! hay cosas lindas!... de lo malo, no hablemos." 20

En la memoria, la experiencia en LNP se cuenta como un continuo invariable. Esta cuestión queda en evidencia ante la apelación a situaciones de la vida familiar e individual que reflejan la condensación de momentos temporales muy alejados entre sí. Por ejemplo cuando R.S habla de los premios y beneficios concedidos por la empresa frente a su casamiento- acontecimiento previo a los conflictos- así como también frente a su jubilación - acontecimiento muy posterior a ellos, ya en los años '90- cuando LNP le regala un viaje a Bariloche con todos los gastos pagos para él y su mujer. Estas situaciones son relatadas juntas, como narración de un pasado homogéneo en el cual las relaciones entre trabajadores y empresa habrían sido siempre idílicas.

Algunas ideas finales

En este trabajo se intentó dar cuenta de algunas problemáticas tanto metodológicas como del orden de lo ético, a la hora de articular las memorias en un grupo de trabajadores frente a la reconstrucción histórica de situaciones de conflictividad laboral en los momentos previos a la dictadura de 1976. En este caso, uno de los mayores problemas a la hora de abordar este caso, fue el silenciamiento de esta historia de conflictos y de los asesinatos de los dos trabajadores ya en dictadura. Intentar una explicación sobre por qué se callan ciertas cosas y se dicen otras nos obliga a reflexionar sobre el contexto de la entrevista, en el cual lo que queda grabado adquiere publicidad. Hay relatos "socialmente aceptados" y otros que no lo son tanto. Como plantea Elizabeth Jelin: "las narrativas socialmente aceptadas, las conmemoraciones públicas, los encuadramientos sociales y las censuras dejan su impronta en los procesos de negociación, en los permisos y en los silencios en los que se puede y en lo que no se puede decir, en las disyunciones entre narrativas privadas y discursos públicos" (Jelin, 2001)
A partir de los silencios, las vaguedades, los agujeros en la capacidad de representación del pasado y las censuras auto impuestas en el relato de los gráficos, debemos preguntarnos ¿qué experiencias forjaron esta voluntad de no contar, y no trasmitir?, ¿cuán traumática fue dicha experiencia generadora de silencio? Retomamos algunos planteos de Halbwachs cuando establece que la rememoración personal se sitúa allí donde se cruzan las solidaridades múltiples en las que estamos implicados. En este sentido, se entiende por ejemplo que alguien como Molina tenía esta memoria activa porque estaba implicado en la lucha y la militancia por los derechos humanos pero para otros gráficos esto resultaba mucho más ajeno.
Abordar las experiencias traumáticas nos interpela como historiadores a hacerlo desde un lugar de la ética, y con la sensibilidad necesaria para poder lidiar con los dolores y heridas ajenas aún no cicatrizadas. En este sentido, debemos dar cuenta de los conflictos entre memorias, las opciones particulares de los emprendedores de memorias, los silenciamientos y obliteraciones, las dificultades que plantea la temporalidad de la memoria, pero por sobre todo debemos respetar (y no por eso dejar de analizar) los procesos subjetivos de los actores que han dado lugar a los sentidos que hoy le otorgan a su pasado.

Notas

1 En Bahía Blanca, durante los años 1973-1976, entre los trabajadores gráficos del diario local La Nueva Provincia (LNP) y dicha empresa -propiedad de la familia Massot-, se sucedieron distintas instancias de conflictividad laboral que inauguraron y/o resignificaron prácticas de lucha que aún hoy perdura en las memorias de los operarios gráficos. Fueron tres las instancias de conflictividad entre los gráficos y LNP. La primera en los meses de diciembre de 1973 y enero de 1974, en un momento en el cual la política del Pacto Social ya comenzaba a resquebrajarse a la luz de las distintas protestas obreras en el país anunciando su poca viabilidad. Para este entonces, en el taller de LNP los gráficos demandaban un aumento salarial que la empresa reiteradamente se negó a otorgarlo aduciendo entre sus razones que no estaba dispuesta a romper el Acta de Compromiso Nacional. Esta primera instancia de conflicto vio nacer en LNP prácticas como quites de colaboración, por parte de los obreros; así como también despidos masivos desde el sector empresarial.
El segundo momento de enfrentamiento tuvo lugar entre los meses de junio y julio de 1974. Aquí el personal de talleres se unió con el sector de prensa del diario para encarar las medidas de fuerza en exigencia de aumentos. Pero fue un año después cuando la situación recrudeció. Durante el `75 fueron numerosas las disputas entre la empresa y los trabajadores, la motivación central fue la demanda de cumplimiento del convenio colectivo de trabajo en todas sus cláusulas, cuestión que la empresa no realizaba. Esta trasgresión era repetida también en otras empresas pertenecientes a la familia Massot, como la radio LU 2 y el canal de televisión Canal 9- Telenueva. En este sentido hacia octubre los gráficos aunaron su lucha a la de los trabajadores de dichos medios de prensa, y este fue el mes más álgido de conflicto. En correspondencia las respuestas de la empresa se fueron tornando cada vez más duras llegando a realizar un prolongado lock out patronal. La lucha de los trabajadores resultó debilitada desde el accionar de la empresa, desde enfrentamientos entre los mismos trabajadores y sus representantes sindicales y dentro de un contexto nacional en el cual la represión y el terror impulsado desde el Estado y la organización paraestatal de la Triple A, se convirtieron en moneda corriente y fueron la antesala del terrorismo de Estado instaurado a partir del golpe de marzo del '76. En julio de 1976 fueron encontrados en las afueras de Bahía Blanca los cuerpos acribillados a balazos de dos de los principales activistas gráficos del taller de LNP. Los sindicalistas Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola habían sido secuestrados de sus casas por un grupo de tareas días antes de ser hallados en un paraje llamado la Cueva de los Leones, cerca de la ruta que une Bahía Blanca y Torquinst. Sus cuerpos reunían más de 50 tiros además de signos de tortura. Sus nombres figuraban en las listas de la inteligencia como parte del personal de LNP a ser "raleado" del diario.
La reconstrucción de este conflicto, fue el tema de mi tesina de licenciatura: "Páginas Manchadas. Conflictividad laboral entre los trabajadores gráficos y La Nueva Provincia en vísperas de la dictadura de 1976" defendida y aprobada el 08/04/2008 en el Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur.

2 Molina, Manuel, La página negra que aun no cerró, Bahía Blanca, inédito, 1998

3 Américo De Luca fue entre los años 1973 y 1976 el dirigente local del Ministerio de Trabajo.

4 Manuel Jorge Molina Gráfico armador en LNP entre 1970-1976. Activista sindical. Fecha 17/04/2007

5 Manuel Jorge Molina (62) Gráfico armador en LNP. Activista sindical. Fecha 01/09/2006

6 "La noción remite también a la existencia de una organización social ligada al proyecto de memoria, que puede implicar jerarquías sociales, mecanismos de control y de división del trabajo bajo el mando de estos emprendedores" (Jelin, 2001, p 48)

7 "Quien dice `encuadrada´ dice `trabajo de encuadramiento´. Todo trabajo de encuadramiento de una memoria de grupo tiene límites, ya no puede ser construida arbitrariamente. Ese trabajo debe satisfacer ciertas exigencias de justificación (...) Toda organización política vehiculiza su propio pasado y la imagen que forjó para sí misma. No puede cambiar de dirección ni de imagen abruptamente a no ser bajo el riesgo de tensiones difíciles de dominar, de escisiones, e incluso de su propia desaparición si los adherentes ya no pudieran reconocerse en la nueva imagen, en las nuevas interpretaciones de su pasado individual y en el de su organización" (Pollack, 2006, p 26)

8 J. C. (63) Gráfico armador de LNP entre 1965- hoy sigue trabajando. Fecha 09/05/2007

9 F.P. Gráfico jerarquizado de LNP entre 1973-2000. Fecha 01/10/2007

10 F.P. Gráfico jerarquizado de LNP entre 1973-2000. Fecha 01/10/2007

11 J.C (53) .Gráfico linotipista de LNP entre 1972-1979. Fecha 07/05/2007

12 "Esta subdivisión vertical, se organiza alrededor de tres modalidades de relación con los acontecimientos: a) La modalidad ético -política(..) b) La modalidad `colectiva(...) y c) La modalidad `personal( la esfera individual y familiar, como el trabajo, matrimonio, nacimientos, defunciones, servicio militar y la relación personal de los hechos que tienen relevancia `ético política o `colectiva como los despidos o la detención por motivos políticos)" (Portelli, 1989, p 20)

13 Vilma Denk viuda de Enrique Heinrich . Fecha 23/10/2007

14 O.V (77) Gráfico linotipista de LNP entre 1953-1990. Fecha 07/05/2007

15 H.E Gráfico linotipista de LNP entre 1962-1990. Fecha 27/09/2007

16 R.S. Gráfico armador de LNP entre 1957-1991. Fecha 28/09/2007

17 R.S. Gráfico armador de LNP entre 1957-1991. Fecha 28/09/2007

18 R.S. Gráfico armador de LNP entre 1957-1991. Fecha 28/09/2007

19 R. S. (72) Gráfico armador de LNP entre 1957-1991. Fecha 28/09/2007

20 R.S. (72) Gráfico armador de LNP entre 1957-1991. Fecha 28/09/2007

Testimonios

* Manuel Jorge Molina (62) Gráfico armador en LNP entre 1970-1976. Activista sindical. Fecha 01/09/2006, 17/04/2007, 29/09/2007
* J.C. (53) Gráfico linotipista de LNP entre 1972-1979. Fecha 07/05/2007
* O.V. (77) Gráfico linotipista de LNP entre 1953-1990. Fecha 07/05/2007
* J. C. (63) Gráfico armador de LNP entre 1965- hoy sigue trabajando. Fecha 09/05/2007
* R.S. (72) Gráfico armador de LNP entre 1957-1991. Fecha 28/09/2007
* H.E. (75) Gráfico linotipista de LNP entre 1962-1990. Fecha 27/09/2007
* R.S. (53) Gráfico linotipista de LNP entre 1971-1977. Fecha 01/10/2007
* F.P. (56) Gráfico jerarquizado de LNP entre 1973-2000. Fecha 01/10/2007
* E.C. (60) Gráfico fundidor de LNP entre 1965-1976. Fecha 22/10/2007
* R.G. (62) Gráfico armador de LNP entre 1970-1976. Fecha 16/10/2007
* H.F. (73) Gráfico saca pruebas y armador entre 1963-1976. Fecha 05/10/2007
* Hugo Martínez. (59) Gráfico armador de LNP entre 1970-1976. Fecha 28/01/2008

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Recibido: 13.02.12
Aprobado definitivamente: 06.07.12

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