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Trabajo y sociedad

On-line version ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.21 Santiago del Estero Dec. 2013

 

ESCENARIOS URBANOS: MANAGEMENT, ELITES EMPRESARIAS Y PROFESIONALES

Divisiones y conflictos dentro de la elite empresaria argentina durante el modelo de valorización financiera*

Divisions and conflicts within the Argentinean business elite during the model of financial economy 

 

Eduardo Gálvez**

* Esta investigación contó con el financiamiento del CONICET y el PROFOR.
** Dr. en Histoire et Civilisations, Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (EHESS)/ Dr. en Ciencias Sociales, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Pertenencia institucional: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Buenos Aires. Unité Mixte de Recherche Mondes Américains, Sociétés, Circulations, Pouvoirs (XVe-XXIe siècle) (MASCIPO), París. Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE), Buenos Aires (DABA). Correo: eduardo.n.galvez@gmail.com

 


RESUMEN

Este artículo analiza los conflictos que se desarrollan dentro de la elite empresaria argentina por intentar incidir en la dirección de las políticas económicas gubernamentales, en el contexto de la grave crisis financiera que explota en 2001 y que, a la postre, conduce a un cambio de modelo económico. Aquí presentamos a los dos alineamientos en los que se divide esta elite, a los cuales hemos caracterizado respectivamente como radicalizado y moderado, a partir de: 1) los representantes individuales que los dirigen 2) las organizaciones de representación empresaria que los componen 3) sus filiaciones ideológicas y 4) su inserción económico - estructural.

Palabras clave: Hegemonía; Crisis financiera; Elite económica; Ideología.

ABSTRACT

This article analyses the struggle taking place within the Argentinean economic elite to try to impose a direction to the government economic policies, in the context of the severe financial crisis which explodes in 2001 and finally leads to a change of economic model. We present here the two alignments into which the elite is divided, and which we have characterized as radical and moderate respectively, taking into account: 1) the individual representatives leading them 2) the business representation organisations composing them 3) their ideological relations and 4) their economic-structural insertion.

Keywords: Hegemony; Financial crisis; Economic elite; Ideology


 

SUMARIO

Introducción. La manifestación de los conflictos dentro de la elite empresaria en la transición Carlos Menem - Fernando De la Rua. 2) La formación de dos alineamientos rivales dentro de la elite empresaria: moderados y radicalizados. 3) Sustentos ideológicos y orientaciones históricas de los alineamientos. 4) Inscripción económica e institucional de los sectores de la elite empresaria en lucha por la dirección económica. 5) Conclusiones. Bibliografía

*****

Introducción

Este artículo sirve de presentación parcial de una investigación más amplia desenvuelta en el marco de la tesis doctoral "Crisis, economía y hegemonía en Argentina, 1999-2003" (EHESS-FLACSO, 2009). Aquí presentaremos un aspecto de aquella investigación relacionado con la disputa que se desarrolla dentro de la elite empresaria argentina por intentar incidir en la dirección de las políticas económicas entre agosto de 1999 y diciembre de 2003. Este periodo cubre desde el final del gobierno de Carlos Menem, el abreviado de Fernando De la Rúa, el provisorio de Eduardo Duhalde, hasta la consolidación del de Néstor Kirchner. Durante el mismo tiene lugar la gestación, desarrollo y resolución de una crisis que alcanza su mayor intensidad en diciembre de 2001. En el transcurso de la misma tienen lugar: el "corralito" bancario, la declaración del estado de sitio, la muerte de 37 personas en la represión a las manifestaciones de repudio a las medidas gubernamentales (algunas de ellas a tan sólo metros de la casa de gobierno), los saqueos a supermercados, la declaración formal del "default" de la deuda externa, la renuncia del Ministro de Economía Domingo Cavallo y del Presidente Fernando De la Rúa de la Unión Cívica Radical -UCR-, y su reemplazo (luego de varios presidentes interinos) por Eduardo Duhalde (electo por el Congreso Nacional) del Partido Justicialista -PJ- , y la continuación de movilizaciones bajo la consigna "¡Qué se vayan todos!". A nivel económico, en este marco se produce el derrumbe total del modelo económico basado en la "Convertibilidad" y la transición a un modelo distinto menos dependiente de la valorización financiera, que recupera parcialmente la capacidad del Estado para regular los mercados, incluyendo la capacidad de éste para moderar la internacionalización extrema de la economía.

1) La manifestación de los conflictos dentro de la elite empresaria en la transición Carlos Menem - Fernando De la Rúa

Desde la asunción de su primera presidencia en 1989, Carlos Menem había conducido políticamente la instauración de un modelo económico extremadamente internacionalizado, cuyo eje central fue la valorización financiera y cuyo principio organizador fue la llamada "Convertibilidad" instaurada en 1991. El contexto internacional lo había favorecido, ya que se estaba en un mundo cuya economía se internacionalizaba aceleradamente en el nivel financiero y en el mercantil, tras el fin de la guerra fría, cuyo símbolo más patente fue la caída del muro de Berlín, la cual sucede en el mismo año que Menem asume como presidente. En 1999, diez años después, al final de su segunda presidencia (que para que fuera posible había logrado que se realizará una reforma constitucional, lo cual da cuenta de la poderosa hegemonía que Menem había logrado construir), el modelo económico asentado en la Convertibilidad seguía funcionando. Fernando de la Rúa, quien asume la presidencia en sucesión de Menem en diciembre de 1999, decide continuar con el modelo de la Convertibilidad. Sin embargo, ya para estos años, las modificaciones estructurales fenomenales que este modelo había producido, habían llevando a enormes aumentos de la pobreza, la indigencia y el desempleo1. Y esto se expresaba en un aumento agudo del conflicto social, en la cual tenían un rol principal los variados y heterogéneos movimientos "piqueteros". El principal método de lucha de estos movimientos fue el corte de ruta (aun lo es hoy, con la diferencia de que ya no son el centro de las luchas sociales). Este método había reemplazado a los métodos más tradicionales de lucha de los sectores populares, es decir la huelga y la movilización, ya que estos sectores desempleados o con empleos precarios habían sido inhabilitados de recurrir a ellos. Sin embargo, las contradicciones económicas del modelo de la Convertibilidad también habían producido conflictos al interior de la elite económica. Dentro de este sector, que durante casi toda la década del 90 había constituido una comunidad de negocios, ahora, al final de esa década, también se producían divisiones y conflictos con respecto a la pertinencia de la continuidad del modelo económico. Tanto es así, que desde unos meses antes de la asunción de De la Rua ya se habían manifestado algunos de sus más importantes representantes con respecto a la necesidad de un cambio en el modelo, arriesgando una propuesta futura de salida de la Convertibilidad. El aumento de la lucha social y del conflicto al interior de la elite empresaria por la dirección económica, configuran el marco en el que asumió De la Rúa. Como ya se sabe, a consecuencia del fracaso estrepitoso de su gestión, en este escenario éste fue incapaz de gobernar o, por lo menos, de dirigir algún tipo de política económica sostenible.
Veamos como las tensiones al interior de la elite con respecto a la dirección de la política económica se habían hecho más explícitas poco tiempo antes de la asunción de De la Rúa a partir de la aparición de voces críticas de la Convertibilidad. Una de las más importantes fue la de Roberto Rocca, uno de los propietarios del grupo económico Techint:
"[T]odo el mundo se da cuenta que el tipo de cambio es un problema [...] [C]uando esté consolidado el próximo gobierno, no tendría que haber inconvenientes en poder anunciar con tranquilidad un régimen de fluctuación cambiaria [...] Brasil pudo devaluar con éxito porque nunca tuvo ese problema psicológico que existe en Argentina, pero que en algún momento se va a superar." Roberto Rocca, propietario Techint.
"El tipo de cambio fijo es un problema" Maximiliano Montenegro y David Cufré, Reportaje exclusivo a Roberto Rocca, http://www.pagina12.com.ar/1999/99-08/99-08-19/pag03.htm, 19/08/19992
Los miembros de la familia Rocca están entre los representantes históricamente más influyentes de la elite empresaria argentina. Techint es un gran grupo industrial internacionalizado y el mayor productor mundial de tubos sin costuras (utilizados en el transporte de combustible). Esta empresa fue fundada en 1946, y aunque originalmente no es de capital nacional, sino que proviene de Italia, con los años los Rocca se integraron plenamente con los sectores "criollos" de la clase dominante. Este grupo que hasta 1989 era uno de los principales proveedores de las grandes empresas estatales, tuvo una activa participación en las privatizaciones durante el gobierno de Menem. Por otra parte, los Rocca cuentan con otros representantes dentro de la elite empresaria que trabajan en su grupo económico y que ocupan cargos institucionales de importancia en las cámaras empresarias. Durante el periodo de investigación, este es el caso de Baglietto, vicepresidente ejecutivo de Techint y titular de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) y de Betnaza, Director de Relaciones Institucionales de Techint.
Sin embargo, Rocca no fue el único de los representantes de la elite empresaria que lanzó tempranamente estas críticas a la Convertibilidad. A el se pueden sumar pronunciamientos realizados por Claudio Sebastiani, presidente de la Unión Industrial Argentina -UIA-. También José Ignacio De Mendiguren, quien fuera primero vicepresidente y luego presidente de la misma entidad. El "Vasco" De Mendiguren fue la figura preponderante del periodo por ser el representante empresario más comprometido con la asunción de posiciones "un poco keynesianas". De Mendiguren fue presidente de la UIA en el momento de eclosión de la crisis de 2001 y hombre muy cercano a Eduardo Duhalde, de quien sería Ministro de la Producción, aunque no con mucho éxito, una vez que esta asumiera interinamente la presidencia a fines de diciembre de 2001. De Mendiguren es un empresario local independiente y, por lo tanto, no proviene de ningún gran grupo empresario tradicional. Junto con ellos también aparece Alvarez Gaiani, quien también fuera vicepresidente de la UIA, e igual que el anterior, más tarde presidente. Y por último, también Madanes Quintanilla, uno de los propietarios del grupo económico Fate-Aluar (Rougier, 2011).
"Hace siete años que no se toca el tipo de cambio [...] Hay que tomar medidas urgentes; por ejemplo, la suspensión de los aportes patronales: sería una devaluación compensada', [...] [L]legará un momento en que habrá que discutir la Convertibilidad." Claudio Sebastiani, presidente UIA.
"Pelea por los impuestos: entrevista a Claudio Sebastiani", Alejandra Gallo, Clarín, 24/03/1998
"Somos el país más rígido frente a la crisis [...] ya que no podemos tocar el tipo de cambio". Ignacio De Mendiguren, vicepresidente UIA.
"UIA no quiere reformas", Clarín, 19/08/1998.
"Lo que hay que buscar es la devaluación real para que Argentina pueda ser competitiva. Duhalde y De la Rúa han remarcado que no van a devaluar. Tendrán que buscar los métodos para lograrlo."Alberto Alvarez Gaiani, vicepresidente UIA.
"Cuatro preguntas, cuatro voces", Maximiliano Montenegro y David Cufré, Página 12, 19/08/1999.
"Necesitamos una nueva visión de país que facilite nuestra reinserción en el mundo, distinta de la actual que nos sacó de la crisis hiperinflacionaria [...] Los precios relativos de los transables se deterioraron desde la Convertibilidad y las privatizaciones."Javier Madanes Quintanilla, propietario Fate-Aluar.
Anuario UIA 1999, p. 59-60.
Y, por supuesto, del otro lado encontramos a los representantes de la elite empresaria que asumen posiciones totalmente contrarias, ejerciendo una defensa acérrima de la Convertibilidad. Ya veremos que la mayoría de los que defienden la Convertibilidad son taxativos. No aceptan ninguna posibilidad de modificación ni siquiera ligera de este esquema cambiario. Incluso cuando se realizó una corrección parcial del tipo de cambio con lo que se denominó "factor empalme" se produjeron fuertes controversias. Estos acusan casi de locos a quien tiene la osadía de sugerir la posibilidad de que la Convertibilidad tenga un fin. Tan definitivos son que
parecieran ni siquiera entender que alguien manifieste una posición diferente a la que ellos defienden. Cuando alguien comete tal insolencia, hacen como que, en realidad, quien cometió tal desatino no quiso decir lo que dijo. Así lo hicieron, por ejemplo, cuando el ex presidente Alfonsín hizo cuestionamientos al régimen cambiario en octubre de 2000:
"No voy a opinar sobre lo que Alfonsín piensa de la Convertibilidad. Para mí, la Convertibilidad es la única forma que concebimos los empresarios para hacer negocios en este país". Vincenzo Barello, presidente Fiat Argentina.
"Con signo político" www.clarin.com, 03/10/2000.
"Si quiso decir [por Alfonsín] que lo peor que le pasó a la Argentina fueron las causas que la llevaron a la Convertibilidad, estoy de acuerdo. En mi opinión el uno a uno es y seguirá siendo muy útil". Amadeo Vázquez, director del BBV - Banco Francés.
"Con signo político", www.clarin.com, 13/10/2000.
La descalificación de las posiciones contrarias se sostenía en su extremo poder económico y en el imperio ideológico neoliberal total de los 90´. En definitiva, en la hegemonía que habían construido durante la década de su completo reinado. Se podría decir que para estos representantes la Convertibilidad se sobrentendía como un presupuesto económico inevitable, era tan esencial al funcionamiento de la economía como el papel moneda. Era como si la Convertibilidad fuera la economía misma.
Adjuntamos aquí más posiciones a favor del mantenimiento de la Convertibilidad. En este caso se trata en primer lugar de Eduardo Escasany, quien fuera el dirigente más importante entre quienes favorecían la continuación del modelo financiero de la década del 90. El mismo tenía una responsabilidad institucional mayor ya que durante el periodo tratado fue el presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina -ABA-, la única asociación patronal de bancos privados en Argentina en ese entonces. Esta asociación era el resultado de la fusión durante los años 90 de dos entidades, la Asociación de Bancos Argentinos -ADEBA- y la Asociación de Bancos de la República Argentina -ABRA-. Antes de esa década estas dos entidades representaban cada una a los bancos de capital local y a los de capital extranjero respectivamente. En el marco de la concentración y extranjerización de aquella década, esas dos entidades se fundieron en una, aunque después de la crisis de 2001-2002 volvieron a separarse con la refundación por parte de los bancos privados de capital local de ADEBA (Cobe, 2009). A su vez, Escasany era el presidente del Banco Galicia, uno de los bancos más importantes y el único de capital local grande que había quedado en pie. Además de a Escasany encontramos a Arturo Acevedo, propietario de Acindar y a Vincenzo Barello, presidente de Fiat Argentina.
"La instrumentación del plan de Convertibilidad... implicó un cambio significativo en el funcionamiento de la economía y revirtió más de 15 años de estancamiento. [...] Desde su lanzamiento, el plan de Convertibilidad fue superando satisfactoriamente distintos desafíos que hacían a la base misma de su sostenimiento en el largo plazo. [...] También dio pruebas claras de su consistencia técnica tras haber superado las recesiones de 1995 y 1999. [...] Sin perjuicio de las mejoras que se han observado en los últimos meses en los distintos indicadores que hacen a la evolución externa, la forma de enfrentar esta situación es profundizar los fundamentos que le dan sustentabilidad a la Convertibilidad para incrementar la productividad media de la economía y volver a la senda del crecimiento sostenido." Eduardo Escasany, presidente ABA, presidente. Banco Galicia.
"El uno a uno permitió revertir 15 años de estancamiento". Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/11382, 02/04/2000.
"-¿Qué datos los tranquilizarían como empresario? -El Gobierno debe asegurar una política económica clara, defender la Convertibilidad como la única salida de este país y dar señales claras en otras áreas.""Queremos aumentar la participación en la Bolsa" Arturo Acevedo, propietario Acindar.
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/147107, 25/07/1999
"'Con la devaluación no se gana nada. Las empresas y el Estado están endeudados en dólares y el perjuicio sería enorme. Además, en la Argentina es muy fuerte la memoria inflacionaria, por lo que una devaluación tendría un impacto inmediato sobre los precios. El próximo gobierno debe resolver el problema de la pérdida de competitividad. No sé qué tipo de presiones recibirá. Pero una devaluación no llevaría a nada bueno." Vincenzo Barello, presidente Fiat.
"Cuatro preguntas, cuatro voces", Maximiliano Montenegro y David Cufré, Página 12, 19/08/99.
Dada esta hegemonía absoluta del presupuesto de la Convertibilidad, casi no existieron posiciones críticas hasta fines de 1999, y cuando éstas empezaron a aparecer, eran sugerencias relativamente laterales. Además, aquellos que quizás preferían otra cosa, no sabían como salir de la misma sin producir una catástrofe, por lo que, de algún modo, se resignaban a seguir con esa pesada ancla mientras el barco, a pesar de encontrarse a punto del hundimiento, aun permanecía a flote.
De hecho, no era solo el Estado argentino el que estaba endeudado en dólares y que junto con una devaluación se vería obligado a declarar formalmente la suspensión del pago de la deuda externa o default. También muchos grandes grupos empresarios estaban endeudados con créditos en dólares y, según la exposición de cada uno, esta situación podía conducir a algunos a la bancarrota o, por lo menos, a grandes desprendimientos accionarios.

2) La formación de dos alineamientos rivales dentro de la elite empresaria: moderados y radicalizados

Esas tensiones dentro de la elite empresaria irían en aumento a medida que se verificará que el flamante gobierno de De la Rua no modificaría la dirección económica heredada del gobierno Menem. Por lo tanto, también se multiplicarían las manifestaciones de descontento contra la continuación de esa dirección por parte de un sector de la elite empresaria. En este sentido, en una primera instancia se registran solamente algunas voces aisladas de insatisfacción y de propuestas de corrección a las políticas económicas. Pero con el avance de la gestión De la Rua, la lucha por incidir en la dirección económica se irá recalentando hasta que finalmente se organizarán dentro de la elite empresaria dos alineamientos rivales que se enfrentarán abiertamente por intentar imponer su predominio en la dirección de las políticas económicas. De hecho, los representantes de la elite empresaria críticos de la Convertibilidad, al atacar a la misma atacaban el corazón del modelo de la década del 90 ya que la misma era la garantía fundamental del funcionamiento de los mecanismos internacionalizados de valorización financiera.
Como resultado del análisis de la disputa por intentar incidir en la dirección económica, hemos identificado dos alineamientos dentro de la elite empresaria. Un alineamiento que hemos caracterizado como radicalizado y otro que hemos caracterizado como moderado. De un modo muy general, podemos decir que el alineamiento radicalizado se posiciona económicamente a favor de la profundización de las líneas centrales del modelo económico en extremo
internacionalizado y asentado principalmente en la valorización financiera, cuyo eje es la Convertibilidad. Este alineamiento representa una línea tradicional de liberalismo económico dentro de la elite argentina, con la diferencia de que en los últimos años del siglo XX, esta línea fue llevada a extremos inéditos en cuanto a su asentamiento en la valorización financiera. Del otro lado, el alineamiento moderado mantiene posiciones que oscilan entre la atenuación de las posiciones extremas de los radicalizados, y la modificación definitiva de las líneas directrices que permitían la continuación de esa dirección económica. En definitiva, los moderados apuntaban a un repliegue relativo de los mecanismos de valorización financiera (aunque no tan así de los principales bases de la internacionalización de la economía) y a la recuperación, cuanto menos parcial, de cierto desarrollo industrial (Arceo, 2005: 313-314) (Gálvez, 2011a, 2011b).

3) Sustentos ideológicos y orientaciones históricas de los alineamientos

Tenemos entonces a un alineamiento radicalizado con una impronta librecambista exagerada, acérrimamente contrario a cualquier regulación de tipo keynesiano (Aronskind, 2009: 49-50) decididamente favorable a la internacionalización, acrítico frente sus consecuencias sociales más evidentes, extremadamente antipolítico (como si la política fuera una carroña de la prehistoria) y haciendo girar la economía sobre el gasto fiscal. Por el otro lado, aparece un alineamiento moderado con una impronta "un poco keynesiana"3, tolerante frente a determinadas intervenciones estatales, tentado a demandar permanente favores políticos especiales (Castellani, 2009: 35, 264-266, 272-273) (Sidicaro, 2003: 313) del estilo de los seguros de cambio (como lo sugirió Oscar Vicente, representante de PECOM, la empresa petrolera del Grupo de origen local Pérez Companc, mientras presidía la Asociación Empresaria Argentina -AEA-) y con una retórica "productivista" o "industrialista" que utilizaba para "despegarse" de quienes habían sido sus socios durante la década del 90.
Desde un punto de vista más abstracto, podemos decir que el alineamiento radicalizado pretende la profundización de los mecanismos de acumulación que comenzaron a funcionar en 1977, se impusieron como predominantes en 1989 como consecuencia del desenlace de la crisis y obtuvieron un grado de coherencia definitiva en 1991 a partir de la aplicación del Plan de Convertibilidad, dando lugar a la profundización del modelo de valorización financiera iniciado en 1976 (Basualdo, 2011). Ahora bien, a las características generales en escala mundial de ese modelo, la Convertibilidad agregaba a nivel local una particularidad: la garantía (el seguro de cambio) de que todo dólar que ingresara en el país no vería depreciado su valor. Esto perfeccionaba la integración del mercado local en el mercado mundial, puesto que los capitales podían movilizarse libremente (sin ningún tipo de límites en cantidades y en tiempo) y sin ningún riesgo de devaluación. A este mecanismo central del modelo, se sumaba la igualdad de trato de la parte del Estado ante los capitales de origen local o extranjero (Azpiazu, Manzanelli, Schorr 2011). A pesar de todo, a estos principios de funcionamiento del modelo, garantía del funcionamiento correcto de los mecanismos de acumulación financiera internacionalizados, el alineamiento radicalizado pretendía profundizarlos aún más.
Para completar la descripción de los principios que guían la orientación ideológica de los radicalizados presentaremos unos dichos realizados en 2002 por Jorge Ávila, hombre cercano a Menem y perteneciente al Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina -CEMA-, uno de
los centros de pensamientos más influyentes de los años 90 (Beltrán, 2005: 36-41), quién propuso extranjerizar las reservas del Estado Nacional, creando una banca off-shore administrada por técnicos extranjeros, en cuyas decisiones nada tendrían que ver ni el Estado argentino, ni el pueblo argentino:
"Según Jorge Ávila, un referente económico de Menem, el próximo gobierno deberá partir del siguiente diagnostico: Argentina se ha quedado sin instituciones económicas fundamentales, en el campo monetario, en el crediticio, en el del crédito internacional y de las finanzas publicas [...] La manera de bajar drásticamente el riesgo país consiste en recrear aquellas instituciones fundamentales. 'Pero los países tardan hasta siglos en crear estas instituciones de buena calidad, por eso yo propongo importarlas [...] Esto implica dolarizar, abrir una banca off shore, entrar en el NAFTA y descentralizar la cobranza impositiva en las provincias de modo que estas se autofinancien."4
Tales medidas pueden parecer extravagantes, sin embargo no lo era menos el sueño de una Convertibilidad indefinida. Como recién remarcáramos, probablemente tales excesivas pretensiones y ese desprecio por la política se asienten en la desigualdad en la relación de fuerzas económicas y sociales que se había iniciado con la dictadura de 1976. Y que luego se había confirmado con la salida de la hiperinflación de 1989, en el marco de la hegemonía mundial del neoliberalismo tras la caída del bloque soviético. Pero esa era una situación que a fines de los 90 había empezado a cambiar. El hermetismo ideológico y casi surrealista de los representantes tipo de Ávila, se demuestra en esta clase de posiciones, que podemos completar con el epígrafe con el que Ávila encabeza su blog personal:
"La Argentina es el problema; el mundo es la solución; el ALCA es la puerta al mundo." www.jorgeavilaopina.com

4) Inscripción económica e institucional de los sectores de la elite empresaria en lucha por la dirección económica

Seguidamente haremos una presentación básica de la inserción económica y de la inscripción institucional de cada uno de los alineamientos descriptos. En primer lugar, los representantes del alineamiento radicalizado provienen de los siguientes sectores: los acreedores externos, los bancos extranjeros con filiales en Argentina, los inversores institucionales extranjeros y locales (estos últimos llamados AFJP, las cuales pertenecen en su mayoría a estos bancos), las empresas privatizadas durante la década del 90, la mayoría de las grandes cadenas de supermercado (mayormente extranjeras), una parte de las empresas industriales trasnacionales, los bancos privados locales y los grandes propietarios agrícola-ganaderos. Como en todo alineamiento la comunidad de intereses no es perfecta. Por lo tanto existe tanto un sector dirigente, aquel que marca las líneas principales de orientación del alineamiento; como sectores que siguen la tendencia marcada por el grupo precedente. De una parte, el núcleo dirigente de este alineamiento es el sector bancario extranjero, representado institucionalmente por ABA. De la otra, el sector más oscilante está conformado por los bancos locales. Y también, aunque, quizás, aun un poco más oscilante, por los grandes propietarios agrícola-ganaderos representados en general por la muy tradicional Sociedad Rural Argentina -SRA-. Las dificultades de los bancos locales privados para posicionarse parecieran estar basadas en el grado de extranjerización avanzado del sistema bancario, lo cual se produjo como consecuencia de las políticas aplicadas en la década del 90. Mientras que el caso de los grandes propietarios agropecuarios es muy particular. Pareciera ser que este sector sufre una tensión entre lo económico y lo ideológico, en el sentido de que su encuadramiento ideológico le impedía ver las ventajas económicas potenciales de asumir otro tipo de posiciones diferentes de aquellas que finalmente adoptó (Heredia 2003). Además de que asumir posiciones moderadas lo hubiera llevado a aliarse con sus rivales históricos y a enfrentarse, en cambio, con sus aliados históricos.
Por su parte, el alineamiento moderado está compuesto por la mayoría de los grupos económicos locales y una parte minoritaria de las empresas trasnacionales (en ningún caso las empresas privatizadas durante la década del 90'). El núcleo duro de los moderados se agrupó en lo que se llamó: "Grupo Productivo". Esta autonominación surge con la clara intención de diferenciarse de "lo financiero", de "los especuladores". El Grupo Productivo estuvo conformado por la Unión Industrial Argentina (UIA), La Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). El grupo económico con más importancia en la organización y la conducción del alineamiento moderado es Techint.
Resulta muy importante recordar que una de las bases materiales que permitió a fines de los 90 la diferenciación de los grupos integrantes de este alineamiento de las empresas privatizadas que forman parte del alineamiento radicalizado, fue la separación del capital accionario de unos y otros. Efectivamente, la mayoría de los grandes grupos económicos locales habíanse asociado, desde principios de la década del 90, a las empresas extranjeras en la compra de las empresas estatales de servicios y de petróleo. De hecho, esta asociación había sido la clave principal para la distensión de los conflictos entre unos y otros a la salida de la crisis de 1989-1990. Pero luego, en un proceso que comienza en 1995 y se acelera en 1998, los grupos locales comenzaron a desprenderse de sus acciones, disolviendo de este modo la "comunidad de negocios", y colocaron los dólares provenientes de este desprendimiento accionario en el extranjero. Esto permitió que, algunos años después, los grupos locales que hemos identificado como integrantes del alineamiento moderado durante la crisis de 2001-2002 asumieran posiciones contrarias a las de las empresas privatizadas, inclinándose, de un modo u otro, por el fin del modelo basado en la Convertibilidad (Basualdo, 2011: 99-101).

5. Conclusiones

En este artículo hemos hecho una presentación básica de los alineamientos de la elite empresaria que entraron en conflicto por intentar inducir una dirección a las políticas económicas entre 1999-2003 a nivel de: 1) los representantes individuales, 2) las organizaciones de representación empresaria, 3) las filiaciones ideológicas y 4) su inserción económica. Esta disputa al interior de la elite empresaria se desarrolló en el contexto de un conflicto social que se intensificaba al calor de las contradicciones que el modelo de valorización financiera de la Convertibilidad no podía resolver (Schvarzer, 2002: 55-65). En ese marco de una crisis económica, política y social formidable, el alineamiento moderado supo construir una hegemonía que le permitió incidir en la dirección económica que se llevaría adelante tras el derrumbe de la Convertibilidad. Esta nueva hegemonía de inspiración "un poquito keynesiana" sirvió de punto de partida para la constitución de las políticas económicas de los gobiernos que sucedieron a De la Rua. La hegemonía de la dirección económica propugnada por los moderados sirvió de base -sólo de base- para la resolución posterior y específicamente política (con sus variadas formas y posibilidades, ya que está claro que el gobierno de Duhalde y los de los Kirchner no son del mismo tipo) de las contradicciones estructurales resultantes del modelo económico financiero de la década del 90 (con sus catastróficas consecuencias económico-sociales y a nivel de la multiplicación del endeudamiento externo). Estas contradicciones no podían resolverse bajo la dirección económica que propulsaban los radicalizados. La hegemonía radicalizada había llegado a su fin. Una nueva hegemonía de otro signo, un nuevo modelo económico y, en definitiva, una nueva historia que concluían el ciclo político iniciado en 1976 recién empezaban.

Notas

1 Mientras que en 1991 la tasa de desempleo era del 6,0% esta fue ascendiendo con algunas oscilaciones hasta llegar en 1999 al 13,8 %, en 2000 el 14,7 % y en 2001 al 18,3 %. Por su parte, la población pobre pasó del 21, 5 % en 1991 al 26,7 % en 1999, al 28,9 % en 2000 y finalmente al 35,4 % en 2001; y la población indigente ascendió del 3,0 % en 1991 al 6,7 % en 1999, al 7,7 % en 2000 y al 12,2 % en 2001 (Basualdo, 2006: 390-391).

2 Para mantener el rigor científico y garantizar la confiabilidad de los datos construidos, todos los registros provenientes de los periódicos que hemos utilizado en nuestra investigación contienen únicamente declaraciones hechas directamente por los representantes de la elite empresaria y en ningún caso recurrimos a los comentarios o análisis de los mismos periodistas con respecto a los que los primeros sostenían.

3 Esta expresión corresponde a unos dichos de Luis Pagani, propietario del Grupo Arcor: "El empresario observó que 'la sociedad no quiere volver atrás y que se reestaticen las empresas privatizadas, pero está a favor de que el Estado ayude a generar empleo'. Reconoció que él mismo considera que 'hay que ser un poco keynesiano' y destacó que las obras públicas, planeadas por Kirchner, pueden absorber beneficiarios del plan Jefes y Jefas de Hogar desocupados. 'Sería ésa la intervención del Estado que yo vería con buenos ojos', opinó. "Sin tasas razonables no habrá inversión", La Nación, 29 de septiembre de 2003. 

4 "Reportaje a Jorge Ávila", en Prensa Económica, N° 255, octubre 2002, p. 28

Bibliografía

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Recibido: 12-07-12
Revisión editorial: 13.9.12
Aceptado: 21.2.13