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Trabajo y sociedad

On-line version ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.22 Santiago del Estero June 2014

 

MUNDOS RURALES: IDENTIDADES Y PROCESOS

Los sujetos sociales en el agro pampeano actual. Estudio de caso en el partido de Pehuajó (provincia de Buenos Aires, Argentina).  

Social subjects in plains agribusiness. A case study in Pehuajó (Buenos Aires province, Argentina).  

 

Manuela Moreno*

* Licenciada en Sociología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (FAHCE-UNLP). Maestranda en Estudios Sociales Agrarios de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO Argentina). Becaria Posgrado Tipo I del Consejo Nacional de investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET). Integrante del proyecto de Investigación de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) "Modelos de Desarrollo Agrarios en tensión: historia, presente y perspectivas de la cuestión agraria en la región pampeana y el espacio peripampeano" dirigido por el Dr. Javier Balsa. Email: manuelamoreno.ls@gmail.com

 


RESUMEN

El sector agropecuario argentino ha experimentado profundas transformaciones en las últimas décadas. Si bien existen controversias respecto de cuáles son los cambios que refieren a procesos novedosos o a tendencias de larga data en el sector, lo que es evidente es que en la actualidad existe una realidad compleja que requiere repensarse. En esta línea, la pregunta por los sujetos sociales que integran el sector es de especial relevancia, ya que permite explorar los procesos estructurales a nivel local e identificar las respuestas de los agentes sociales.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, el objetivo del presente artículo es analizar, a partir de un estudio de caso en un partido de la provincia de Buenos Aires, quiénes son los sujetos involucrados en el sector agropecuario actual, teniendo en cuenta tanto las trayectorias y su situación actual -en relación con la producción- como aspectos vinculados a las formas de conceptualizar el sector, es decir, la forma en que perciben el agro actual y a ellos mismos dentro de este.

Palabras clave: Agro pampeano; Esfera productiva; Sujetos agrarios; Caracterización

ABSTRACT

The Argentine agricultural sector has experienced deep transformations in the last decades. Though controversies exist with respect to which changes result from new processes or from long-standing trends in the sector, what is evident is that at present there exists a complex reality which needs to be rethought. In this connection, the question for the social actors that integrate the sector is of special relevancy, since it allows us to explore the structural processes at the local level and to identify the answers of the social agents.
Given these considerations, the objective of this article is to analyze, using a case study from a party of the province of Buenos Aires, who are the actors involved in the current agricultural sector, taking into account both the paths and its current situation - in relation with the production - and aspects linked to the ways of conceptualizing the sector, the form in which they perceive both current agribusiness and their place in it.

Keywords: Plains agribusiness; Productive sphere; Agrarian actors; Characterization


 

SUMARIO

Introducción. 1. Metodología y espacio de análisis. 2. Los productores agropecuarios en el partido de Pehuajó. 3. Los contratistas de servicios en el partido de Pehuajó. 4. Los rentistas en el partido de Pehuajo. 5. Los trabajadores agropecuarios en el partido de Pehuajó. Conclusiones. Bibliografía

*****

Introducción

El sector agropecuario argentino ha experimentado profundas transformaciones en las últimas décadas. Si bien existen controversias respecto de cuáles son los cambios que refieren a procesos novedosos o a tendencias de larga data en el sector, lo que es evidente es que en la actualidad existe una realidad compleja que requiere repensarse.
Producto de estas transformaciones los debates sobre el sector se han incrementado en las últimas décadas. En el caso específico de nuestro país, el denominado "conflicto del campo" en 2008 abrió una serie de interrogantes a nivel general sobre los que se hace necesario indagar. En este sentido, una de las cuestiones que se han debatido con mayor énfasis tiene que ver con los sujetos agrarios en la estructura actual del sector. Categorías como "productores", "oligarquía terrateniente", "burguesía agraria", etc. aparecieron con más fuerza e interés, sobre todo a partir de su difusión y/o discusión en los medios masivos de comunicación.
Teniendo en cuenta estos cambios, y coincidiendo con lo que plantea Llambí (1998), en el contexto del sector agropecuario actual resulta de suma importancia dar cuenta de un análisis en términos de actores, ya que este permitirá explorar los procesos estructurales a nivel local e identificar las respuestas de los agentes sociales.
Dentro del campo específico de la sociología rural los estudios más recurrentes refieren, por un lado, a la situación de los sujetos en relación con las problemáticas más generales que los afectan como el cambio en las formas y en la organización del trabajo, procesos de expansión productiva y exclusión, cambios en la producción, entre otras. Sin embargo es interesante considerar que las transformaciones operadas en el agro argentino se verifican tanto en el nivel objetivo como subjetivo. En tal sentido, los cambios de mercado y de orden tecnológico han modificado la vida cotidiana, y estas consecuencias adquieren una variedad de formas de acuerdo a las trayectorias seguidas por los agentes (Gras, 2006).
Teniendo en cuenta estas consideraciones, el objetivo del presente artículo es analizar en conjunto cuáles son los sujetos involucrados en el sector agropecuario actual, teniendo en cuenta tanto las trayectorias y su situación actual -en relación con la producción- como aspectos vinculados a las formas de conceptualizar el sector, es decir, la forma en que perciben el agro actual y a ellos mismos dentro de este.
Para ello, partiendo de un estudio de caso en un partido de la provincia de Buenos Aires, en primer lugar, se describirán las características del espacio de análisis y los lineamientos
metodológicos bajo los cuales se llevaron a cabo. En segundo lugar, se analizarán cada uno de los sujetos involucrados en la esfera de la producción en el partido en cuestión, poniéndolos en diálogo con las principales líneas de investigación sobre cada uno de ellos. Se considera que estas cuestiones tratadas conjuntamente pueden conducirnos a "repensar" algunas de las características de los sujetos involucrados y, en este sentido, profundizar el debate sobre la estructura social agraria en la Argentina.

1. Metodología y espacio de análisis

El trabajo realizado se centró en un estudio de caso en el partido de Pehuajó1. Esta localidad pertenece a la Zona mixta del Noroeste de Buenos Aires y Sur de Córdoba de la región pampeana2 (Magrín y otros, 2005). Una de las principales características del partido es poseer un territorio de muy escasa pendiente y, consecuentemente, ser una zona propensa al anegamiento superficial por los excedentes hídricos en los períodos de inundaciones, como también tener épocas de fuertes sequías fruto de los ciclos climáticos propios de la región. Los suelos desarrollados en estas condiciones presentan índices de productividad, en general, regulares o bajos, con capacidades limitadas para el desarrollo de actividades agrícolas, y mejor adaptados para la ganadería. Por ello, históricamente se caracterizó a esta región como agrícola-ganadera. Esta es la principal actividad económica del partido que significa el 36.6% 3 del P.B.I del partido.
Sin embargo, el incremento ocurrido durante los últimos años en la práctica de actividades agrícolas continuas sobre los mejores suelos del Oeste de la Provincia de Buenos Aires y el avance de cultivos, básicamente de soja, sobre suelos de mediana aptitud agrícola, restaron superficie y dedicación a la ganadería, marginándola a suelos menos productivos. Durante la campaña de cosecha gruesa 2009-2010, la superficie sembrada de soja fue de alrededor del 38% del territorio del partido (tanto sobre suelos aptos para actividades agrícolas como aquellos que no), algo más de 170.000 hectáreas, superando ampliamente los otros cultivos estacionales (maíz y girasol), que no superaron el 13% de la superficie (Landa, 2010), mientras que en lo que va del periodo 2004 al 2009 el stock ganadero en el partido se redujo un 25 %4 (Zaniboni, 2010).
En lo que respecta a la estrategia metodológica utilizada en la investigación, la misma parte de una muestra de veintiuna explotaciones que se confeccionó trazando coordenadas sobre el mapa rural del partido y tomando dos números al azar para ubicar cada explotación a relevar. Este muestreo probabilístico al azar se realizó sin reposición, es decir, si una unidad resultaba seleccionada no volvía a ingresar entre las posibles a ser elegidas.
Una vez identificadas las explotaciones se procedió a contactar a los responsables de las mismas. Para ello se utilizó una red de contactos en la zona con los que se contaba previamente al inicio del trabajo de campo. Como se puede observar en el cuadro Nº 1, se entrevistaron a un total de 56 personas pero se obtuvo información, con mayor o menor grado de precisión, sobre un total de 241 sujetos y los vínculos entre ellos. Una vez que se contactó a algún/os de los responsables de cada explotación se lo entrevistó de forma individual y se solicitó el contacto con otros sujetos vinculados a esta explotación en lo referente a la esfera productiva.

Cuadro Nº 1 Sujetos relevados y entrevistados en la muestra del partido de Pehuajó.

En el marco de este espacio específico de la región pampeana, nos preguntamos ¿quiénes son y qué características tienen los sujetos involucrados en la producción agropecuaria? Mediante el análisis de la información construida por medio de las entrevistas a productores, contratistas de servicios, trabajadores y rentistas a continuación desarrollaremos este interrogante.

2. Los productores agropecuarios5 en el partido de Pehuajó

Este tipo de sujeto es uno de los que más se ha ocupado la sociología rural de las últimas décadas. Esto se debe a que, producto de los cambios recientes, entre los que forman parte hoy del sector existe una diversidad de posiciones que configuran un panorama social complejo.
En general, los estudios agrarios han avanzado en dar cuenta acerca de dos grandes líneas que tienen que ver tanto con las formas de producción como sobre los modos de "ser" y de "vida". Con respecto a la primera dimensión se ha indagado fundamentalmente sobre qué tipo de producción predomina y cómo se organiza. Las tendencias generales indican un creciente proceso de agriculturización (que es aún más evidente en las zonas mixtas) (Slutzky, 2010), y una pérdida de importancia de la producción pequeña y familiar (Azcuy Amghino y Martinez Dougnac, 2011); por otro lado, se ha señalado el incremento del arrendamiento como forma de expansión de la superficie operada (Barsky y Dávila, 2008), la tercerización como forma de resolver las labores (tanto principales como secundarias) (Lódola y Fosatti, 2004) y la desvinculación del "productor" de la producción (Craviotti y Gras, 2006), conformándose una nueva modalidad de organización y gestión de la producción en "red" (Bisang y otros, 2008); asimismo diversas investigaciones marcan el crecimiento del trabajo asalariado frente al familiar (Martinez Dougnac, 1998), del trabajo familiar remunerado (Neiman, 2008) y el incremento de la pluriactividad principalmente en las explotaciones más pequeñas y/o familiares (Neiman y otros, 2001; Craviotti, 2002).
Con respecto a la segunda dimensión los autores han dado cuenta de cómo los procesos en los que se destaca el acceso a un mayor nivel educativo, el cambio de residencia (de rural a urbano), junto con los aspectos vinculados a la producción han implicado una redefinición de las identidades y los "modos de vida" de los productores tradicionales de la región pampeana (los "chacareros") (Cloquell y otros, 2001; Balsa, 2006; Muzlera, 2009). Asociado a ello, también se han identificado transformaciones en las dinámicas familiares sobre las cuales se organizaba la producción en el pasado. Específicamente se hace referencia al cambio en los roles, las relaciones entre padres e hijos en torno al control y la herencia de la explotación (Neiman, 2008; Manildo, 2009). También se destaca el cambio en el perfil de los productores familiares, sobre
todo aquellos que han experimentado una expansión en la producción en los últimos tiempos, y su redefinición como "empresarios familiares" (Gras y Hernández, 2009).
Estas tendencias señaladas dan cuenta de los procesos en la región pampeana y, en algunos casos, sobre ciertas zonas específicas dentro de ella. Teniendo en cuenta estas líneas planteadas, aquí nos preguntamos qué características tienen los productores en un espacio concreto como el que analizamos (el partido de Pehuajó). Para ello a continuación presentamos un cuadro que sintetiza la descripción de los 27 productores entrevistados en el marco de la muestra de 21 explotaciones.
Un primer aspecto a señalar es que, como se puede observar en el cuadro Nº2, y en sintonía con las tendencias apuntadas, a pesar de ser una zona mixta en la mayor parte de las hectáreas que componen la muestra se desarrolla más agricultura que ganadería, principalmente en las explotaciones que más han crecido en las últimas décadas (las de entre 3000 y 10000 ha). Un fenómeno tal vez no tan desarrollado por las investigaciones es el de aquellos que son productores ganaderos y que ceden una parte de la propiedad para que otros realicen agricultura. En los tres casos de nuestra muestra en que se da esta situación (136, 234 y 240 ha) esta estrategia significa una entrada de dinero extra que les permite sostener la producción y el ingreso familiar, y, en algunos casos, también la posibilidad de poner a trabajar tierras que presentaban inconvenientes, fundamentalmente por las inundaciones que ha sufrido el partido.
Asimismo en el cuadro Nº2 podemos observar como el arrendamiento es una forma de tenencia significativa pero la propiedad continua conservado un lugar destacado tanto en las EAPs pequeñas como grandes, e incluso es resaltado como el factor más importante por los propios sujetos entrevistados (con la excepción de los productores de 5000 y 10000 ha quienes consideran una forma de "inmovilizar el capital").

Cuadro Nº 2 Características de los productores entrevistados en Pehuajó.

Referencias: G: ganadería; A: agricultura; T: tambo. *Elaboración propia a partir de los datos de la muestra

Con respecto al perfil de los productores o empresarios relevados, en general tienen una vinculación de larga data en el sector, ya sea porque se trate de empresas con inversiones en el sector de más de 40 años como por tener una vinculación familiar (en todos los casos los productores son hijos de chacareros o contratistas, y en menos medida de trabajadores).
En general, en sintonía con lo que se ha afirmado, el nivel educativo se ha incrementado respecto al de sus padres o abuelos. La mayoría son profesionales vinculados al sector y, en menor medida, a otras actividades (como odontólogos, médicos, abogados). Otros han completado sólo el secundario y un caso completó sólo el nivel primario. También existe una sintonía respecto a los planteos sobre el cambio en el patrón de residencia, que en el caso de nuestra muestra es de un modo univoco: no encontramos ningún productor o familiar que viva en el campo.
En el caso de la pluriactividad, como se puede observar en la última columna del cuadro Nº2, afecta no sólo a los productores más pequeños sino también a los de tamaño medio, aunque con un sentido claramente diferente. En algunos casos de productores más pequeños se busca otras fuentes de ingresos como forma de "independizarse" de la producción familiar (por ejemplo, 234 ha), mientras que otros se emplean en otros sectores como forma de tener un ingreso "fijo" que les permita sostener la producción (por ejemplo los productores de 306, 370, 400 ha). En los de tamaño medio-grande ya tenían otras profesiones (abogados y escribanos) y la mayor parte del campo la heredaron (productores de 3000 y 5900 ha).
También podemos señalar un aspecto vinculado a las dinámicas familiares que tiene que ver con que existen en nuestro caso, un solo trabajador familiar que además es remunerado. Relacionado con esto, un aspecto muy destacado es, como se puede observar también en el cuadro, la cantidad de asociaciones entre familiares, las cuales les permiten a los productores evitar la fragmentación de la propiedad, generar un emprendimiento con gente de "confianza" o, en los casos de sociedades entre padres e hijos, hacerse cargo antes del patrimonio que se heredará.
Para finalizar consideramos que lo que más distingue a los productores son las diferentes formas de organizar la producción, que atraviesa o agrupa a productores de distinto tamaño y perfiles. Por un lado, están aquellos que trabajan con forma de tenencia en propiedad y esporádicamente tercerización de las labores6 (103 ha. 136 ha. 230ha y 306 ha). Son los que más se asemejan a la forma social chacarera ya que el/los productores a cargo de la explotación aportan la mayoría de los factores, el trabajo manual y las tareas de gestión de la empresa. Sin embargo, en estas explotaciones no existe presencia del trabajo familiar característico de las formas más "tradicionales".
En el otro extremo, encontramos a los productores que trabajan en forma de tenencia mixta, que tercerizan y contratan mano de obra (234 ha, 350 ha, 400 ha, 730 ha, 1080 ha, 1400 ha, 5000ha y 10.000 ha) asumiendo formas de gestión en sintonía con el modelo de organización en red. Dentro de este grupo se diferencian aquellos que solo tercerizan cosecha (350 ha y 1400 ha.) y que no tienen personal profesional en la dirección de las empresas (350, 730 y 1400) y aquellos que trabajan la totalidad de la explotación arrendando campos ajenos (1080 ha y 5000ha). Sin embargo, es interesante destacar que claramente existen diferencias entre estas explotaciones en lo que respecta no sólo a la escala, sino también al "riesgo" que asumen.
Entre dos casos extremos encontramos a aquellos que trabajan forma de tenencia mixta que se expanden por medio del arriendo y contratan mano de obra (1500 ha, 3000 ha, 3700 ha y 4000 ha), que si bien poseen la propiedad de una parte de la tierra que explotan (variando la proporción según el caso); se trata de productores que han expandido sus empresas a partir de la incorporación de más hectáreas a través del arriendo y se basan en sociedades familiares. Porúltimo, están aquellos que desarrollan la producción bajo la forma de tenencia en propiedad, con tercerización de las labores y contratación de mano de obra asalariada (240ha, 370 ha, 5900 ha, 11000 ha, 15000 ha). En estas explotaciones desde hace varias décadas que contratan mano de obra7, pero la tercerización de las labores es más reciente, así como también la incorporación de más agricultura.
De este modo, a partir del señalamiento de algunos aspectos sobre lo que se ha dicho sobre los productores y los principales rasgos destacados en el cuadro Nº2, lo que podemos ver para nuestro caso de estudio es cómo en sintonía con lo planteado por otras investigaciones, si bien existe un predominio de productores con un fuerte "arraigo" o "tradición" en el sector, tanto sus formas de producción con algunas de sus características como "sujetos" se han modificado. En nuestro caso vemos que algunas cuestiones aparecen muy acentuadas como el cambio en el patrón de residencia y las dinámicas familiares, y cómo el cambio en las formas de producción afecta a productores de diverso tamaño (no sólo a grandes empresas). Sin embargo consideramos que también hay otra dimensión a considerar para analizar a los productores que tiene que ver con aspectos ideológicos sobre los que volveremos hacia el final del artículo. Ahora pasaremos, en el siguiente apartado, a analizar a otro sujeto que es fundamental para analizar las transformaciones sociales y productivas del sector agropecuario: los contratistas.

3. Los contratistas de servicios8 en el partido de Pehuajó

Si bien los productores son sujetos fundamentales para analizar las transformaciones y explicar las características del sector en la actualidad, los contratistas tienen también un lugar destacado principalmente porque en muchos casos la aplicación de las nuevas tecnologías y la expansión de la producción se resuelve por medio de la contratación de terceros (Lódola y Fossati, 2004).
En general, se ha planteado que el contratista es una figura de larga data en el agro pampeano (Baumester, 1980; Tort, 1983), aunque que existe un crecimiento de la tercerización de servicios en las últimas décadas (Lódala y Fosatti, 2004) vinculado principalmente al cambio tecnológico (de Martinelli, 2008). Al mismo tiempo, algunos autores señalan la posibilidad de que en cierta medida la prestación de servicios constituya una actividad "refugio" para aquellos productores expulsados del sector (Gras, 2010).
Por otra parte, diversos estudios han avanzado en dar cuenta el tipo de perfil de estos empresarios, principalmente en análisis circunstanciados se ha destacado el hecho de que estos empresarios pueden dedicarse exclusivamente o estar relacionados con la producción; asimismo sea señalado para algunos casos específicos la fuerte presencia de un equipo de trabajo familiar pero remunerado y la vinculación de larga data con el sector, siendo los contratistas en general hijos de otros contratistas, trabajadores, ex productores y en menor medida de productores; paralelamente, otro dato relevante que se ha señalado esta vinculado al cambio en el patrón de residencia (de rural a urbano) (Agüero y otros, 2007).
Teniendo en cuenta la importancia de estos sujetos en el agro actual señalada al comienzo y los principales elementos que se han subrayado sobre el perfil de estos, a continuación presentamos un cuadro que sintetiza las principales características relevadas para los contratistas de la muestra del partido de Pehuajó.
En nuestro caso de estudio, en sintonía con lo planteado por la bibliografía, como se puede observar en el cuadro Nº3, los contratistas de la muestra tienen un pasado familiar en relación al sector: en su mayoría son hijos de chacareros de la zona pero ellos han trabajado como contratistas (solo en un caso ha sido productor antes que contratista); dedicarse a la prestación de servicios ha sido, en muchos casos, una forma de utilizar el conocimiento que tenía por medio de la experiencia familiar pero, al mismo tiempo, "independizarse" (económicamente) de los padres. Esto, asimismo, problematiza la idea de que puede ser una actividad "refugio" para ex productores desplazados, dando cuenta de la existencia de sujetos dedicados exclusivamente a esta actividad y desde hace mucho tiempo.

Cuadro Nº 3 Principales características de los contratistas de la muestra de Pehuajó.


*sobre estos contratistas se obtuvo información a partir de los productores que los contratan.

Otro aspecto a resaltar en general es la fuerte presencia de sociedades familiares para desarrollar la empresa (similar a lo que ocurría con algunos de los productores analizados en el apartado anterior) pero que, en algunos casos, también aportan la fuerza de trabajo; sin embargo lo que se puede observar es la presencia en la mayoría de los casos de trabajadores asalariados, lo cual señala el carácter y tipo de organización empresarial aunque con una base familiar. Paralelamente el patrón de residencia es exclusivamente urbano pero no en todos los casos viven en ciudades del partido.
El principal eje que marca perfiles diferentes entre los contratistas es si además de prestar servicios son productores o no. Como se puede ver en la columna de "tamaño de su explotación" del cuadro nº3, existen cuatro casos que son contratistas "puros", es decir, realizan de forma exclusiva esta actividad, no son propietarios de tierras ni las alquilan y la totalidad de sus ingresos provienen de la prestación de servicios. Los seis casos siguientes del cuadro son contratistas y productores, esto es que, ya sea por una cuestión de inversión o por herencia poseen una explotación agropecuaria, a la cual la trabajan ellos mismos o, en un caso, la ceden en alquiler. Sin embargo su actividad central y principal fuente de ingresos proviene de brindar servicios de labores a otros. Los tres últimos casos del cuadro son productores y contratistas, es decir, aquellos que han heredado o comprado una explotación y, producto de la propia expansión productiva dentro de esta, están abandonando paulatinamente el trabajo extra-predial, reduciendo cada año la cantidad de hectáreas trabajadas por fuera.
Como se puede observar también en el cuadro Nº3, el perfil en cuanto a la cuestión de ha
trabajadas, tipo de maquinaria, zona de trabajo y trayectoria en el sector tienen cierta
regularidad en cuanto a si se dedican a las dos actividades o solo son prestadores de servicios. El perfil de los contratistas puros y de los contratistas productores es similar. En el caso de estos últimos la diferencia es que obtienen un ingreso extra por la producción o alquiler de su propia explotación pero que en parte lo destinan a reinvertir en mejoras de maquinaria agrícola. En el caso de los "contratistas puros", en todos los casos encontramos como única actividad realizada la prestación de servicios agropecuarios. En el caso de los "contratistas/productores", en algunos casos se trata de sujetos que han trabajado como contratistas la mayor parte de su vida laboral (en general iniciando esta misma actividad con el padre), y en otros encontramos trabajadores de campo que compraron o heredaron una explotación y/o maquinarias, y desde hace más de veinte años se desempeñan como contratistas
Por su parte, en el caso de los "productores/contratistas" trabajan las dos labores principales y exclusivamente en la zona donde residen, ya que se trata de que "hacen rendir" su maquinaria fuera de su predio. En el caso del productor de Santa Fe se trata de alguien que era contratista en distintas provincias pero que decidió volcarse de lleno a la su propia producción. Por ese motivo, para el año de la entrevista (2010), decidió abandonar el trabajo extra predial. En estos casos, si bien los padres han estado vinculados al campo como productores, a su propia explotación la han adquirido a partir del trabajo como contratistas. Entre fines de los 1990 y principios del año 2000 han incrementado el tamaño de su predio y, en estos últimos años, han arrendado otros campos, por lo cual van reduciendo el trabajo fuera de su predio.
Así, lo podemos plantear para los casos analizados en la muestra es que parece haber un perfil de contratista con trayectoria en el sector, en algunos casos con cierto nivel de especializaciones pero que en su mayoría se dedican a brindar más de un servicio, con una organización empresarial pero con base en asociaciones familiares, y que si bien su actividad principal es la prestación de servicios poseen cierto vínculo con la producción, ya sea porque heredaron o invirtieron en un campo que trabajan aprovechando su maquinaria o, en algunos casos, ceden en alquiler. Hacia el final del articulo reflexionaremos sobre cuáles son las principales diferencias que se plantean entre estos tipos de contratistas desde el punto de vista de cómo se consideran dentro del sector.
En el apartado siguiente nos preguntamos sobre el perfil de otro de los sujetos del agro y sobre el que más se ha llamado la atención en los últimos tiempos por su relación con la desvinculación o expulsión de gran parte de los pequeños productores dentro del sector: los rentistas.

4. Los rentistas9 en el partido de Pehuajo

Frente a las nuevas formas y exigencias para la producción y ante la expansión de muchos productores o empresas agropecuarias por medio del arriendo, una figura sobre la que se ha debatido en los últimos tiempos es la del "rentista". En general, se alude a ellos en relación a los productores agropecuarios asociándolos con aquellos que han abandonado la actividad ante el aumento de la escala (Basualdo, 2008), los altos precios internacionales, y el consiguiente aumento de los precios de los arrendamientos (Barsky Dávila, 2008). En esta línea, algunos estudios han analizado la situación de estos sujetos como los "desplazados" de la producción (Gras, 2009) vinculado también a cuestiones demográficas y generacionales. En general se plantea que son productores cuyos hijos completaron los estudios secundarios, terciarios o universitarios, y por tanto no tienen el campo familiar como destino laboral prefijado (Cloquell y otros, 2005). Esta cuestión generacional implica, además, en muchos casos, que el rentista es un inactivo en términos ocupacionales (Gras, 2009), siendo la renta del suelo su principal fuente de ingreso (Craviotti y Gras, 2006).
Otros estudios han problematizado el "rentismo" también en relación a los "modos de vida" (niveles educativos, patrón de residencia, pautas de consumo, dinámicas familiares, etc.), viendo además otras situaciones menos analizadas por las investigaciones en general, como la de aquellos rentistas que mantiene alguna vinculación con el campo cedido en alquiler (como conservar una casa, monitorear que se hace en su propiedad, etc.), así como también la de aquellos que son productores en actividad pero ceden una fracción de su campo para que la trabajen otros (López Castro, 2011). Consideramos que esta situación de mantener una vinculación con la producción complejiza la mirada sobre el perfil del rentista.
Teniendo lo planteado consideramos que es fundamental, para nuestro caso de estudio, preguntarnos quiénes son estos sujetos; qué relación tienen con la producción, son productores en actividad, ex productores o nunca estuvieron vinculados a la actividad. También abrir el interrogante sobre otras cuestiones relacionadas como porque ceden en alquiler su propiedad; qué significado tiene esa renta dentro del conjunto de sus ingresos, sólo viven del alquiler del campo o es un ingreso junto a otros; a quiénes les ceden su propiedad. A continuación presentamos un breve cuadro que aporta información sobre el tipo de rentistas vinculados a la muestra del partido de Pehuajó y el tamaño de la propiedad que ceden.
Como señalamos anteriormente, un primer aspecto a resaltar es que, como se puede observar en el cuadro N° 4, para el caso de la muestra en el partido de Pehuajó hemos distinguido, a partir de la relación con la producción, entre aquellos que son "rentistas productores", es decir, aquellos que por diferentes motivos ceden una fracción de su explotación, y "rentistas puros", que son aquellos que ceden la totalidad de una explotación de su propiedad (que antes trabajaban ellos mismos o que han heredado). La mayoría de los casos pertenecen a esta última categoría (29 de los 36 rentistas de la muestra). Dentro de estos podemos distinguir a los que son "ex productores" de aquellos que han heredado el campo y que nunca lo trabajaron directamente.

Cuadro N° 4 Los rentistas según la relación con la producción en la muestra del partido de Pehuajó.

*De estos 36 se entrevistaron directamente a seis, sobre los otros se obtuvo información a partir de los productores a ellos vinculados.

Un aspecto a tener en cuenta en el caso de los siete13 "rentistas productores" que señalamos en el cuadro N° 4, es que si bien todos tienen vinculación actual con la producción, podríamos pensar de modo distinto aquellos que ceden más de la mitad de su explotación, ya que están en una situación más cercana al "rentismo" que a la producción. De todos modos, en nuestro caso si bien existen estas situaciones, en la mayoría se trata de ceder solo una pequeña fracción con la cual consiguen ingreso para invertir y poder "apuntalar" su propia producción. En uno de los casos ceden una fracción para que allí se trabaje agricultura, y ellos toman en alquiler otros campos para ganadería, y en otro caso, para el año de la entrevista (2010) planeaba reducir la cantidad de hectáreas cedidas en alquiler.
Este tipo, analizado en la muestra, son productores que no cuentan con la maquinaria necesaria para agricultura y por ello han decido ceder algunas hectáreas para tener un ingreso (que en general se cobra en especies), continuando involucrados en la producción del campo. Esto es incluso una situación "no deseada". Por ejemplo un productor en la entrevista tardó en explicar esta situación, y finalmente precisó, "lamentablemente soy un rentista" (Alberto, 58 años). Paraél la fracción cedida continúa siendo parte de su explotación: monitorea los cultivos, le avisa al ingeniero si hay inconvenientes, y "que se roten los cultivos, porque no quiero que me devuelvan el día de mañana un suelo que haya perdido los nutrientes" (Alberto, 58 años).
La otra situación expresada en el cuadro Nº 5, es la de "rentistas puros" que son ex productores, aquellos que tienen más de 65 años y por deseos o necesidad han decidido alquilar el campo para retirarse de la producción. En la mayoría de los casos no tienen familiares que continúen el trabajo en el predio porque no tienen hijos o los hijos no viven en el partido. En estos casos ceden la totalidad de hectáreas en propiedad a una o más empresas o productores agropecuarios. Por ello reciben un ingreso fijo, que se destina al consumo, y significa un ingreso junto a la jubilación o es el único ingreso. En muchos casos, en sintonía con los planteos de algunos autores, los rentistas decidieron abandonar la producción pero no vender la explotación porque quieren reservar un patrimonio para sus hijos (en el caso de los que los tienen) aunque estos no se dediquen a la producción, y probablemente también se deba a una cuestión de "arraigo" a su campo.

Cuadro N° 5 Trabajadores según tipo de tarea que desarrollan en el marco de la muestra de Pehuajó

*Si bien se obtuvo información sobre estos trabajadores a través de quienes los emplean, de estos 149 se entrevistaron a dieciséis que es sobre los que se centra la descripción más cualitativa.

En cambio, los casos que señalamos en el cuadro Nº5 de "rentistas no productores" se trata de hijos/hijas o viudas de productores y de ellos han heredado el campo. Solo en un caso, la explotación fue adquirida junto con su esposo como "inversión".
En muchos casos se trata de personas que si bien han decidido no vender la explotación porque les significa un ingreso (adicional o exclusivo), y/o por cuestiones de significados familiares, tampoco están interesados en hacerse cargo de gestionar la producción. En estos casos la forma de percibir la renta es diversa: puede ser un alquiler fijo, a porcentaje de lo producido o fijo y con un plus cuando se supera el rendimiento esperado. En la mayoría de los casos, significa un ingreso en dinero junto a otros provenientes del desarrollo de su propia actividad o una jubilación o pensión.
En esta categoría es donde existe mayor presencia femenina de todos los sujetos relevados, situación vinculada a que muchas veces las mujeres heredan una parte o la totalidad de la propiedad (mientras que en otras son excluidas) pero no continúan con la producción.
Con estas características señaladas sobre los rentistas vinculados a nuestra muestra en Pehuajó podemos observar cómo existen diferentes situaciones. En algunos casos efectivamente el "rentismo" es una opción para aquellos que ya no quieren o no pueden seguir vinculados a la producción o la posibilidad de obtener una renta para aquellos que han heredado una propiedad. Sobre todo, esto es alimentado por los altos precios de los arrendamientos en los últimos tiempos, lo cual implica para estos sujetos una entrada de dinero considerable sin tener que dedicarse o preocuparse por la explotación. Sin embargo, también el hecho de que, a pesar de que los precios de la tierra son altísimos, no hayan decidido verla implica cierta consideración de la tierra no como un mero capital sino con otros significados relacionados, según los entrevistados, con lo familiar.
Por el otro lado, encontramos otros casos (los productores en actividad) en los que "rentismo" es una estrategia junto a otras que posibilitan el sostenimiento de la actividad que ellos realizan en la otra parte de la explotación. Además, lejos de desentenderse de la fracción cedida, se interesan por el modo en que está siendo trabajada.
La situación que tal vez deja más interrogantes es la de los productores que ceden la mayoría de su explotación, en términos de cómo resolverán en el mediano plazo, si se convertirán en ex productores o intentarán volver a producir en su tierra.
En el siguiente apartado analizaremos la situación de otro de los sujetos fundamentales en la producción: los trabajadores.

5. Los trabajadores agropecuarios en el partido de Pehuajó

Como se mencionó anteriormente, las transformaciones experimentadas en las últimas décadas han implicado la necesidad de analizar nuevos actores, la modificación y la reconversión de otros ya establecidos. En el caso de los trabajadores14 es aún más complejo ya que los cambios vinculados a los procesos productivos y tecnológicos se han asociados a discusiones en torno a la cantidad y tipo de mano de obra utilizada en el sector y a los cambios en las formas de trabajo, cuestiones que implican una redefinición de los perfiles y trayectorias de los trabajadores rurales.
Los estudios en torno a los cambios cualitativos en el trabajo dan cuenta de la profundidad de los mismos. En este sentido, en relación con la composición, diversos estudios afirman que existe una tendencia a la incorporación de personal con mayor calificación que esté en "sintonía" con los cambios tecnológicos crecientes, situación que afecta tanto a los puestos de dirección y planificación como a los trabajadores manuales (Gras, 2009; Foti y Obschatko, 2009). Con respecto a la organización y a las modalidades de inserción, se destaca la redefinición de los roles y, al mismo tiempo, la especialización en tareas particulares, mientras que en otras los roles se "flexibilizan" para favorecer una inserción más "polivalente" (Neiman y Quaranta, 2000). Asimismo la escasa sindicalización y el empleo no registrado como el carácter temporal del mismo serían elementos que, si bien son de larga data, se han acentuado en las últimas décadas (Lattuada y Neiman, 2005).
Paralelamente, algunos estudios dan cuenta del crecimiento de los trabajadores familiares remunerados en la región pampeana, principalmente en las esferas de control y toma de decisión del proceso productivo, vinculando este fenómeno a los cambios en los procesos productivos y las mayores exigencias relacionadas el incremento de las tareas técnico-administrativas y con la pluriactividad del titular de la explotación (Neiman, 2008).
Por último, también se ha señalado como un aspecto que redefine los perfiles de los trabajadores al cambio en el patrón de residencia (Piñeiro, 2001).
De este modo, para analizar a los trabajadores en el partido de Pehuajó se considerará la actividad que realizan, el nivel de especialización, la existencia o no de una relación familiar, pero también se incorporarán algunos elementos sobre las trayectorias, edades, etc. que, en general, no se tienen en cuentan en los análisis sobre estos sujetos debido a que los estudios sobre los trabajadores se basan fundamentalmente en los datos censales.
Además de la distinción que hemos realizado según porque tipo de empresa estén empleados (agropecuarias o prestadoras de servicios), un elemento que ha tenido mayor incidencia en las diferenciación entre los trabajadores es el tipo de actividades que desempeñan y el grado de especialización. En este sentido, como se puede observar en el cuadro N° 5 hemos distinguido entre trabajadores manuales y no manuales. En el primer caso, podemos diferenciar entre no especializados, especializados y capataces. Los no especializados, en su mayoría, son trabajadores que desempeñan diferentes roles en explotaciones agropecuarias. Este tipo de trabajadores realizan tareas generales como peones o ayudantes de casilla, manejar tractores o también preparar alimento para el ganado, etc. En el caso de los especializados, se dedica exclusivamente a un tipo de tarea, como por ejemplo, encargados exclusivamente de actividades de atención y cuidado del ganado, sembradores y cosechadores, fumigadores, camioneros, mecánicos, etc. Los capataces son aquellos que realizan actividades de coordinación de otros trabajadores rurales y realizan también trabajos manuales.
En el segundo caso, los trabajadores no manuales, podemos diferenciar entre profesionales y no profesionales. Los primeros15 son jóvenes que estudiaron carreras universitarias relacionadas con la actividad agropecuaria (Ingenieros Agrónomos o Veterinarios). Algunos son encargados de producción mientras que otros realizan monitoreo de cultivos y asesoramiento general a los productores. En el otro caso (no profesionales) se trata de aquellos que realizan tareas de dirección pero que no tienen una formación universitaria.
En el caso de los trabajadores especializados, cabe resaltar que el conocimiento que estos trabajadores poseen proviene, en parte, de una transmisión generacional, pero, en su mayoría, de la experiencia que han adquirido trabajando en el sector. Se trata de personas mayores de 40 años, que trabajan desde muy jóvenes en el sector, y que se han "adaptado" a las transformaciones productivas y tecnológicas. Tienen un bajo nivel educativo (primario incompleto o secundario incompleto), lo cual puede estar relacionado con su pronta inserción al mercado laboral.
Por el contrario, los trabajadores no especializados en muchos casos provienen de otros sectores de la economía y, producto de la expansión y crecimiento de la producción agropecuaria, han
encontrado allí una posibilidad trabajo. En general, el nivel educativo es medio (secundario completo o incompleto).
Al igual que los trabajadores especializados, los capataces tienen en general un nivel educativo bajo ya que han iniciado su vida laboral a muy temprana edad y abandonaron los estudios. Han heredado de sus padres el conocimiento del oficio y, en algunos casos, el mismo puesto de trabajo.
En el caso de los trabajadores no manuales se presentan situaciones diversas: si bien en algunas empresas más grandes se incorporan trabajadores profesionales, también a cargo de tareas de dirección, existe personal que no tiene una formación universitaria. Pero tampoco esta situación está únicamente relacionada con el hecho de que son trabajadores que tienen una amplia experiencia en el sector ya que también se dan casos en que emplean a personas muy jóvenes. En este punto conviene destacar que si bien existe una tendencia hacia la profesionalización de los trabajadores también hay clara valoración de la "experiencia en el campo" (y que en muchos casos se vinculan con los mejores salarios).
En cuanto a su trayectoria personal y familiar en relación al sector, encontramos diversas situaciones. En el caso de los trabajadores no especializados se trata de hombres que han trabajado en el sector en diferentes actividades o en otros sectores. En algunos casos, las familias de estos trabajadores no han tenido vinculación con el sector y otros son hijos de trabajadores rurales. En cambio, en el caso de los trabajadores especializados y los capataces, la mayoría ha trabajado exclusivamente en el sector (aunque en otras tareas) y los padres han sido trabajadores rurales también. Solo unos pocos casos son hijos de pequeños productores, que conservan todavía su explotación o que la misma ha sido dividida en una cantidad importante de hijos. En el caso de los capataces por su experiencia previa, y por la antigüedad laboral dentro de un predio, acceden a ese puesto.
En el caso de los trabajadores no manuales, por un lado, los profesionales son jóvenes que estudiaron para ingenieros agrónomos, cuyos padres no poseen una explotación propia y que, al regresar al partido una vez concluidos sus estudios o próximos a recibirse, comenzaron a trabajar en una empresa agropecuaria. Por el otro, entre los no profesionales encontramos dos situaciones distintas: por un lado, tres jóvenes (menos de 30 años) que, sin vinculación familiar en el sector, al finalizar la educación secundaria ingresaron a trabajar en una empresa agropecuaria, realizaron diversas actividades hasta llegar al puesto de encargado general de producción; por el otro una persona de más de 40 años que trabaja desde muy pequeño para esa empresa ya que su padre estaba empleado allí, también ha desempeñado distintas actividades y que fue designado para administrar la explotación cuando su padre se jubiló.
Por otra parte, a diferencia de la situación "clásica" del trabajador rural, en la mayoría de los casos no viven en el "campo" donde trabajan, sino que residen en la ciudad o pueblos dentro del partido. En los pocos casos en que viven en los predios se trata de los trabajadores especializados en actividades ganaderas o en las grandes estancias donde residen durante los días de semana (tanto trabajadores manuales como no manuales).
Si bien existen claramente diferentes perfiles según el tipo de tarea que desempeñan, existen algunos elementos generales que atraviesan a los distintos tipos de trabajadores. En el último apartado reflexionaremos sobre estas cuestiones para todos los sujetos que hemos analizado. Nuestro interés es, a modo de conclusión, además de haber dejado planteadas una serie de características sobre cada uno de estos sujetos, es ver hasta si existen algunos elementos que atreviesen a todos los involucrados y que justamente tienen que ver con cómo pensar a las formas de producción actuales, los cambios en el sector y las perspectivas hacia el futuro laboral.

Conclusiones

Hasta aquí hemos descripto a cada uno de los sujetos en relación de algunas características que la literatura sobre la temática han resaltado como importantes, contraponiéndolas en algunos casos y señalando algunos aspectos que aún no han sido explorados con tanta atención. Pero además de preguntarnos por cómo son estos sujetos, también nos interesa considerar en qué aspectos se asemejan o se distancian entre sí y al interior de cada uno los tipos de sujetos analizados. En algún punto se trata de indagar en qué medida los cambios en el modelo de desarrollo agrario han "achicado" o profundizado las distancias entre ellos; y, asimismo, plantear qué aspectos son los que estructuran estas diferencias o similitudes. Si bien estas cuestiones escapan a las posibilidades de planteo en este artículo, quisiéramos sólo dejar algunas líneas de reflexión en este sentido.
Para el caso de los productores de nuestro acotado estudio en el partido de Pehuajó, lo que encontramos como principal diferencia entre ellos no es tanto el perfil en cuanto a la historia familiar en el sector, el nivel educativo, el patrón de residencia, las dinámicas familiares en torno a la EAP, sino fundamentalmente las formas de organización de la producción (y que no se relacionan especialmente con el tamaño de las explotaciones). Así hemos señalado las diferencias entre aquellos que han asumido en las últimas décadas formas de organización y gestión de la producción más de tipo empresarial vinculado al nuevo modelo en el agro, de aquellos que mantienen ciertas formas de organización y gestión más tradicionales, trabajan directamente en la explotación con su familia y mantienen el tipo de producción que vienen desarrollando desde hace décadas, combinado con una serie de estrategias (como el trabajo extra predial, ceder en alquiler una parte de la explotación, asociarse con otros familiares, etc.). Entre ambos casos existen una serie de situaciones intermedias que se parecen en mayor o menor medida a algunas de estas dos.
Sin embargo, encontramos como aspectos comunes, al menos entre los entrevistados en nuestra muestra, es que, en todos los casos mencionados, los titulares de las explotaciones se definen como "productores agropecuarios", aunque muchas veces hacen referencia a su escala como "soy pequeño productor", "soy un productor mediano", mientras que categorías como "chacarero" o "terrateniente" o "empresario" no aparecen como denominaciones ni para ellos mismos ni para otros. Sin embargo sí se perciben de modo diferente a otros al plantear que "son del campo" o "trabajan el campo", "son productores de la zona", en confrontación con la presencia de agentes extra agrarios o profesionales que organizan la producción desde oficinas en los grandes centros urbanos. En este sentido, consideramos que el concepto de "productor" tiene una fuerte carga ideológica, vinculada a lo que Bourdieu denomina "halo semántico" que traen las palabras (Bourdieu, 2008 [1973]). En tal dirección creemos que apunta a "homogeneizar" las situaciones, y resaltar la presencia en la producción de los sujetos, cuando en muchos casos están completamente desvinculados de la misma (ya sea porque tercerizan todas las labores, ceden una parte importante de su explotación, etc.). Así el eje no parece estar puesto en cuanto a "grandes" y "pequeños", "terratenientes" y "chacareros", sino entre aquellos que se dedican a la producción y los que sólo "invierten" en esta.
En el caso de los contratistas, lo que se observa es el contraste entre la situación de aquellos que son contratistas puros o productores, de los que son principalmente productores y realizan trabajos de contratistas. Esto resulta llamativo ya que podría pensarse que aquellos que tienen vinculación con la producción podrían asemejarse en perfiles. Sin embargo, lo que se puede plantear es cómo la relación con una explotación propia no tiene la incidencia que podría esperarse. En este sentido, tanto aquellos que son sólo contratistas como aquellos que además tienen una fracción de tierra tienen un perfil similar, trabajan del mismo modo, aunque para los segundos la producción propia es una forma de obtener más recursos para invertir en su empresa. A pesar de algunas diferencias en términos de trayectorias, lo que predomina son sujetos que están abocados al trabajo como contratistas vinculados a grandes empresas o a
medianas y pequeñas. A diferencia de los otros, los productores y contratistas tienen una vinculación exclusivamente con pequeñas explotaciones. Sin embargo, este perfil de contratistas (el de productores y contratistas vinculados a pequeños productores) parece estar en retroceso, al menos en los casos analizados.
En el caso de los rentistas la relación con la producción parece marcar las principales diferencias entre los sujetos. En este sentido, aquellos que han tenido o tienen relación con la producción parecen tener una historia y perfil similares en relación al sector, y una forma de percibirlo que se diferencia de aquellos que han heredado o invertido en el sector y nunca trabajaron directamente en este.
En lo que respecta a los trabajadores, el tipo de tarea realizada trae asociada una serie de diferencias en cuanto a las trayectorias, espacios de formación, perfiles de estos sujetos, y una gran semejanza al interior de estos, excepto en el caso de los trabajadores no manuales, donde la diferencia entre profesionales y no profesionales complejiza la situación. En este sentido, en términos de trayectorias y percepciones, los trabajadores de dirección no profesionales que son más grandes en edad se acercan más a los capataces (en general cumplieron también ese rol en otro momento), mientras que los trabajadores de dirección más jóvenes tanto profesionales como no profesionales tienen perfiles similares.
Sin embargo, por otro lado también quisiéramos considerar otra cuestión. Durante las entrevistas resultaba llamativo ver que, en muchos casos, a pesar de las diferencias, se presentaron planteos similares entre los sujetos posicionados en distintos puntos de la estructura agraria respecto del sector, el futuro de la actividad y la identificación de las principales problemáticas sectoriales. En este sentido, la tecnología es la principal mejora para el sector. En comparación con el pasado el agro es visto como "que esta mejor" por las "comodidades" que conllevan las nuevas tecnologías, sobre todo la maquinaria.
Paralelamente, se resalta la "incertidumbre", la falta de un "horizonte claro" y "estable" para el sector que limita las expectativas que tienen hacia el futuro. Estas perspectivas hacia adelante están vinculadas en general a "seguir creciendo" en lo que están haciendo (aumentar la producción, incorporar otra maquinaria para el caso de contratistas, ascender dentro de la empresa que los emplea para el caso de los trabajadores), o bien intentado "amoldarse" (cambiando las formas tradicionales de producción o generándose emprendimientos propios en el caso de los trabajadores, o aumentando la superficie cedida en alquiler para los rentistas) y "aguantar hasta la jubilación" (manteniendo la explotación o el puesto de trabajo). En todos estos casos se trata de expandirse o intentar subsistir dentro del modelo sin que existan planteos sobre la posibilidad de cambiar los aspectos negativos del desarrollo de la producción actual. De este modo, ya sea por celebración o resignación, ninguno expresó como posible otro modelo. Si bien en algunas situaciones es por resignación frente a aquello que se les presenta como difícil de "enfrentar", en otros existe una celebración de las transformaciones que ha implicado (por cuestiones tecnológicas, de rentabilidad o de menor tiempo de trabajo) mejoras en las condiciones laborales, etc. En ambos casos se legitima una forma de desarrollo del sector agropecuario que, cada vez más, es vista como el único modelo posible por aquellos que hemos entrevistado.
Sin embargo, también cabe preguntarse de qué modo es posible combinar estas expectativas de desarrollo hacia el futuro de los distintos sujetos con el avance del modelo en el mismo sentido en el que viene desenvolviéndose. En este sentido, será posible el desarrollo para los trabajadores de sus propios emprendimientos empresariales; podrán desarrollar su propia explotación, teniendo en cuenta la necesidad de escala y el altísimo costo de la tierra; será posible la concreción de esta idea bajo un modelo donde el acceso a la tierra es muy restrictivo; será posible un ascenso y mejora del empleo en un contexto de escasa sindicalización y, en algunos casos, desinterés por la participación política; más aún, teniendo en cuenta los nuevos
procesos de trabajo, se mantendrá el nivel de empleo y la capacidad de negociar salarios y condiciones de trabajo.
Asimismo, en el caso de los contratistas la modalidad de empresa vinculada a otra, en qué medida es una alternativa posible, teniendo en cuenta que las maquinarias pueden y deben trabajar cada vez mas hectáreas, para la cantidad de contratistas que ofrecen hoy sus servicios; hasta que punto será posible, frente a una tendencia de concentración de la producción, sostener las exigencias de recambio tecnológico; en el caso de aquellos que tienen una explotación, qué quedará de su perfil y conocimientos como productores cuando ya no se reconocen como tales.
Paralelamente, en un sector donde el Estado no intervenga y deje librado a las "lógicas del mercado", que se puede esperar de las situación de aquellos productores más pequeños y medianos, hasta que momento podrá sostenerse; y aún "reconvirtiéndose" en las formas de organización y gestión, podrán sostenerse, seguirán siendo productores o serán rentistas o expulsados.
Tal vez la "mejor" situación sea la del rentista ya que, de continuar la tendencia a la valorización de la tierra y con los precios internacionales a este ritmo, seguirán recibiendo una renta anual considerable solo aportando el factor tierra. Sin embargo, que sucederá con aquellos que quieren recuperar la tierra para volver a producir (aquellos que solo ceden una parte), les será posible o conveniente. En el caso de aquellos que son rentistas únicamente, que sucede si les dejan de alquilar, que sucederá con la tierra, en qué condiciones en términos de calidad del suelo se las regresarán y con qué conocimientos contarán para poder hacer algo con ella.
Estas son sólo reflexiones en torno a las percepciones de los sujetos que relevamos en la muestra en el partido de Pehuajó, pero que esperamos que puedan contribuir, en algún grado, a seguir pensando sobre el modelo de agro actual y las posibilidades de trabajar sobre formas alternativas que contrarresten las tendencias negativas que operan sobre la estructura social y productiva vigente.

Notas

1 Este trabajo fue realizado para finalizar la Licenciatura en Sociología de la UNLP. El tema del mismo fue "La estructura de vínculos socio-productivos en el agro pampeana. El análisis del partido de Pehuajó (2010)" y se realizó bajo la dirección del Dr. Javier Balsa.

2 Los otros partidos que componen la zona son Río Cuarto, Juárez Celman, P. R. S. Peña, L. N. Alem, Gral. Pinto, Gral. Villegas, F. Ameghino, Lincoln, Carlos Tejedor, Rivadavia, Trenque Lauquen, Daireaux, H. Yrigoyen, Pellegrini, Salliqueló, Tres Lomas, Maracó, Quemú Quemú y Gral. Roca.

3 Fuente Dirección de Estadística de la Provincia de Buenos Aires, 2003.

4 Asimismo, según datos proporcionados por la SRA de Pehuajó, para el año de la realización del trabajo de campo (2010) se produjo una reducción de un 15 % respecto al año anterior.

5 Con esta denominación se hace referencia a aquellas personas físicas o empresas que asumen la gestión y los riesgos de la actividad productiva independientemente de su relación con la tierra (Lódola y Fossati, 2004).

6 En el caso de la explotación de 103 ha realizan agricultura, ganadería y tambo. Si bien cuentan con una sembradora (que tiene alrededor de 15 años) deben contratar a otros para realizar la cosecha. En las otras explotaciones de este grupo se trabaja casi exclusivamente ganadería, por ello es que no cuentan con maquinaria y sólo contratan eventualmente cuando producen el alimento para el ganado.

7 Un dato llamativo es la disparidad en cantidad de trabajadores empleados entre explotaciones de tamaño similar: mientras las explotaciones de 5900 y 11000 ha emplean diecinueve y doce trabajadores respectivamente, las de 5000 y 10000 ha sólo cinco cada una. Esto está vinculado a que estas últimas empresas emplean la modalidad de trabajo en "red".

8 Esta denominación se hace referencia exclusivamente a los prestadores de servicios agropecuarios, entendiendo por estos a aquellos que regularmente "brindan, en forma autónoma, servicios de maquinarias o de personal (no profesionales) a una explotación agropecuaria y por lo cual reciben un pago específico (en dinero o en especies)" (Lódola y Fossatti, 2004: 4). En este sentido se diferencian de aquellos que se denominan contratistas "accidentales" o "tanteros", es decir los que toman campos ajenos y comparten el producto con el propietario de la tierra (Llovet, 1991: 607).
Por otro lado, cabe destacar que, por una cuestión de disponibilidad de información en el relevamiento, en este apartado sólo se considerará a los contratistas de las dos principales labores dentro del sector: cosecha y siembra. En tres casos los contratistas brindan el servicio de fumigación, y en dos casos brindan otros servicios (como triturado de granos para el alimento de ganado). En el resto de los casos, se contratan a otras empresas para cubrir estos servicios, o lo realizan los mismos productores o empresas agropecuarias. Sin embargo, no se entrevistó a estos sujetos que realizan estos servicios por eso no se tomaron en consideración.

9 Con esta denominación consideraremos sólo a aquellos que, por no poder responder a las exigencias del modelo, por dificultades en el recambio generacional o motivos personales, ceden en alquiler una parte o la totalidad de su explotación.

10 El tamaño de hectáreas que ceden los productores-rentistas es: 20, 70, 180, 260, 300, 500, S/D.

11 El tamaño de hectáreas que ceden los rentistas ex productores es: 50, 70, 100, 100, 120, 150, 150, 180, 180, 200, 230, 250, 300, 350, s/d.

12 El tamaño de hectáreas que ceden los rentistas no productores es: 40, 50, 50 69, 100, 150, 180, 300, 300, 400, 500, 540 s/D, S/D.

13 Entre estos siete "rentistas" se encuentran tres sujetos que pertenecen a los sujetos de la muestra, y otros 3 que se identificaron por ser a quienes otros productores de la muestran, toman en alquiler parte de su predio, y 1 sobre el que no se tiene información.

14 Nos referimos a todos aquellos que brindan prestan su fuerza de trabajo en dentro de una explotación o empresa de servicios agropecuarios, recibiendo a cambio algún tipo de remuneración (ya sea en dinero, especies o ambas), independientemente del tipo de vínculo que establezcan o posean con quien los contrata, es decir se incluye a los trabajadores permanentes o temporarios, familiares o no, en relación de dependencia formal o informal, etc.

15 Cabe aclarar que se relevaron son aquellos que están contratados de modo estable, es decir que no actúan como consultores eventuales en distintas empresas agropecuarias.

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Recibido: 29.12.12
Revisión editorial: 11.04.13
Aprobado definitivamente: 10.06.13