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Trabajo y sociedad

versión On-line ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.26 Santiago del Estero jun. 2016

 

PESPECTIVAS TEORICAS Y ANALITICAS EN SOCIOLOGIA

Nociones sobre "democracia obrera" y "burocracia sindical" en la izquierda de los años 70. Una comparación entre la izquierda peronista y la izquierda marxista

Notions of ʺworkersʹ democracyʺ and ʺunion bureaucracyʺ on the left of the 70. A comparison between the Peronist left and the Marxist left 

As noções de "democracia operária" e "burocracia sindical", à esquerda do 70. A comparação entre o peronista esquerda ea esquerda marxista

 

Rafael Farace*  y Gabriela Jakel**

* Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (UNLP). Correo electrónico: rfarace@gmail.com
** Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (UNLP). Correo electrónico: gjakel.59@gmail.com


RESUMEN

Este trabajo estudia las nociones sobre democracia obrera y burocracia sindical utilizadas por las organizaciones de izquierda durante la década de 1970 a partir del análisis de fuentes documentales como volantes, boletines, prensa y documentos partidarios. Se examinará en particular los casos de dos organizaciones peronistas (Montoneros y Peronismo de Base) y una organización marxista (Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo), estableciéndose comparaciones que den cuenta de la importancia de la adscripción ideológica y la estrategia política como condicionantes de los sentidos otorgados a la burocracia y democracia sindical. Por otra parte, se focalizará el estudio de publicaciones realizadas en el año 1975 debido a que en el marco de las jornadas de lucha obrera desarrolladas ese año se concentraron y profundizaron debates y concepciones al calor de la experiencia inédita de la clase trabajadora.

Palabras clave: Burocracia sindical; Democracia obrera; Izquierda; Marxismo; Peronismo

ABSTRACT

This paper examines the notions of workers' democracy and union bureaucracy used by leftwing organizations during the 1970s through the analysis of documentary sources such as flyers, newsletters, newspaper and party documents. It will examine in particular the cases of two Peronist organizations (Montoneros y Peronismo de Base) and a Marxist organization (PartidoRevolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo), establishing comparisons that show the importance of ideological allegiance and political strategy conditioning of the senses given to bureaucracy and union democracy. Moreover, the study will focus publications in 1975 because in the context of workers' struggle sessions that year developed and deepened concentrated heat debates and conceptions unprecedented experience of the working class.

Keywords: Bureaucracy union; Workers' democracy; Left; Marxism; Peronism

RESUMO

Este artigo estuda as noções de democracia operária e burocracia sindical utilizado por organizações de esquerda durante a década de 1970 a partir da análise de fontes documentais, tais como folhetos, boletins informativos, jornais e documentos do Partido. Será considerado em particular os casos de duas organizações peronistas (Montoneros y Peronismo de Base) e uma organização marxista (Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo), estabelecendo comparações perceber a importância da filiação ideológica e estratégia política como determinantes dos sentidos dados a burocracia e democracia sindical. Além disso, o estudo de publicações, em 1975, porque no contexto de jornadas de luta desenvolvido e aprofundado debate calor e concepções da experiência sem precedentes da classe trabalhadora.

Palavras-chave: Burocracia sindical; Democracia operária; Esquerda; Marxismo; Peronismo

Licencia Creative Common http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/legalcode


 

SUMARIO

Introducción. Peronismo, dirigencia sindical y clase obrera. El origen del problema: El nacimiento de la burocracia. Interpretaciones sobre la burocracia sindical. Contra la burocracia: la democracia de base. Comentarios finales. Bibliografía. Fuentes consultadas.

*****

Introducción

Este trabajo pretende analizar las nociones sobre democracia obrera y burocracia sindical utilizadas por las organizaciones de izquierda durante la década de 1970. Se recurrirá para ello a distintos documentos producidos por estas organizaciones (volantes, boletines, prensa y documentos partidarios), haciendo un especial énfasis en aquellos producidos durante el año 1975. La importancia de detenerse en las publicaciones de ese año se debe a la mayor homogeneidad política que para entonces había alcanzado el Peronismo de Base y a la consolidación de la iniciativa específica para el movimiento obrero desplegada por Montoneros (la Juventud de Trabajadores Peronistas) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Por otra parte, la magnitud y el carácter de las jornadas de lucha obrera que se desarrollaron durante 1975 como a la condensación en él de una vasta experiencia y reflexión de las organizaciones políticas. Fue en esos meses que se dio la paradójica situación en que la dirigencia sindical tradicional se encontró más presionada que nunca por el activismo de izquierda y los trabajadores en general, a la vez que llegaba a un grado de influencia política sobre el gobierno pocas veces alcanzado en su historia. Al trabajar sobre las publicaciones de ese año se estarán abordando las reflexiones de las organizaciones revolucionarias sobre un fenómeno social que da claras muestras en ese contexto de las complejas relaciones que lo conforman.
A partir del relevamiento de informes y documentos de los ´70 aparece con intensidad la amplitud del abanico de organizaciones de izquierda que, en mayor o menor medida, llevaban adelante una participación activa en la vida gremial y en los debates de la época en torno a la definición de la coyuntura y del "qué hacer". La coincidencia general de los análisis respecto al carácter del gobierno y a la etapa política y económica internacional no siempre tiene su correlato en los planteamientos tácticos y estratégicos. En este sentido se observa también que si bien muchas de estas organizaciones arriban a similares caracterizaciones de la etapa y del
carácter de los fenómenos analizados, la concepción política de origen condiciona determinados derroteros prácticos y argumentativos.
A los fines de este estudio, se tomarán a Montoneros y al Peronismo de Base como ejemplo de la izquierda peronista, por el peso de sus definiciones y la fuerte presencia en el ámbito sindical. A su vez resulta interesante observar que a pesar de constituirse ambas identidades a partir del reconocimiento de un mismo movimiento fundante, en la política concreta encuentran varios puntos de conflicto. Por otro lado es el PRT-ERP la organización de izquierda marxista escogida, por ser una de los principales protagonistas de la llamada "nueva izquierda" y por la disponibilidad de sus publicaciones.
En síntesis, nuestro objetivo es capturar las nociones acerca de la burocracia sindical y la democracia de base generadas por estas organizaciones de izquierda en los ´70 y en particular del agitado año 75, y resaltar de qué manera y hasta qué punto el hecho de referenciarse en el Movimiento Peronista implica una concepción sobre la "burocracia" y la "democracia de base" particular, diferente a las provenientes de la izquierda marxista, a la vez que la consideración de una corriente "movimentista" y otra "alternativista" posibilita la distinción de estas nociones al interior del peronismo.
Con estos objetivos se realizará primero una breve revisión histórica de la relación entre peronismo, dirigencia sindical y clase obrera luego de la llamada Revolución Libertadora, para luego presentar el análisis de documentos distinguiendo las interpretaciones sobre el origen de la burocracia sindical y las concepciones de burocracia sindical y democracia sindical utilizadas por cada una de las organizaciones.

Peronismo, dirigencia sindical y clase obrera

Los diez años de gobierno de Perón dieron origen a un movimiento obrero fuertemente estructurado y consciente de sus derechos laborales y aspiraciones políticas, que imposibilitará sistemáticamente todos los intentos por marginarlo en los gobiernos posteriores a 1955 (Torre 2004)1. Siguiendo la argumentación de Juan Carlos Torre (2004), esto puede entenderse como una manifestación del elevado grado de madurez de la clase obrera argentina, definida por la alta homogeneidad en su origen socio-cultural (los trabajadores eran al menos de una segunda generación obrera y urbana) y por la integración a la comunidad política nacional, como también de las características estructurales y políticas que fueron determinando el poder sindical. Así, tanto el mercado laboral relativamente equilibrado (niveles de subempleo y desempleo bajos) como la cohesión política de la clase obrera, fortalecieron la acción sindical demostrada en constantes éxitos en sus luchas económicas y políticas, y plasmada en una estructura organizativa fuertemente agregada, no competitiva y centralizada. Por otro lado, la relativa debilidad política y fragmentación social de las fuerzas con las que se enfrentó, multiplicaron el poder de presión de los sindicatos a pesar del sistemático intento que realizaron los gobiernos posteriores a 1955 por limitarlo.
Sobre esta base y en este contexto de la ofensiva patronal que significó la Revolución Libertadora, tendrán lugar dos fenómenos entrelazados: la denominada "Resistencia Peronista" y la reorganización de la cúpula laboral a partir de figuras que no habían tenido gran relevancia
durante los gobiernos peronistas. El vandorismo que surge de estos procesos sustentará su fortaleza en el hábil mantenimiento del equilibrio de la tensión entre movilización-reclutamiento y uso prudente de estas cualidades, realizando tantas medidas de lucha espectaculares (segunda etapa del Plan de Lucha de la CGT durante 1964), como pactos non sanctus (apoyo al golpe de 1966), que irán desarrollando paralelamente una experiencia combativa de lucha y, en ciertos aspectos, una desconfianza hacia las negociaciones entabladas por la dirigencia sindical.
Pero esta estrategia de confrontación-negociación entrará en crisis con el golpe de estado que llevó a Onganía al poder y decidió a realizar el postergado proyecto de la burguesía local: racionalización y disciplinamiento laboral. En un intento por imponerse sobre la sociedad civil (O`Donnell, 1997; 67), el nuevo gobierno limitará fuertemente el accionar del movimiento obrero suspendiendo rápidamente las negociaciones colectivas y retirando la personería de algunos sindicatos (textiles, azucareros, metalúrgicos, ferroviarios, entre otros). El vandorismo se encontró frente a una tensión que ya no estaba en condiciones de resolver: "por una parte, si se resistía a la política gubernamental su existencia como organización podía correr peligro y, por otra parte, los dirigentes se exponían a perder crédito ante sus afiliados a medida que éstos experimentaran los impactos de la política oficial" (James 2006; 292).
Como resultado de la crisis del vandorismo, se abrirá una brecha por la que irá asomando la llamada "rebelión de las bases", que alcanzará gran visibilidad con la CGT de los Argentinos en 1968, será luego impulsada por el Cordobazo y terminará por constituirse en una característica fundamental del período que se cerrará hacia el golpe de Estado de marzo del 76. Se consolidaba así una alternativa sindical que apelaba a un mayor protagonismo a los trabajadores y recurría con mayor frecuencia a la confrontación directa y radical contra las patronales y el gobierno, alcanzando una inédita extensión territorial y visibilidad nacional. Hasta 1973 este movimiento tendrá mayor importancia en el interior del país, donde la CGT-A tendrá sus seccionales (fundamentalmente Córdoba, Rosario y Tucumán, pero también Chaco, Comodoro Rivadavia, Corrientes, Mendoza, Paraná, Río Cuarto, Salta, Santa Fe y San Luis) y donde se darán grandes luchas locales que irán alcanzando características anti dictatoriales (Tucumán, Rosario, Corrientes, Córdoba, entre las más resonantes). Este protagonismo se debió en gran medida a que la ofensiva del plan económico desplegado por el ministro Krieger Vasena se desató especialmente en estas zonas, obligando a sindicatos y regionales de la CGT a tomar resoluciones cada vez con mayor autonomía mientras el tradicional centralismo de la Central continuaba marginándolas de las decisiones relevantes.
Es en este contexto que se funda el Partido Revolucionario de los Trabajadores, producto de la fusión en 1965 de grupos provenientes de distintas tradiciones político-ideológicas y con presencia en distintos sectores sociales y geográficos del país: Palabra Obrera (PO) de extracción trotskista y el Frente Revolucionario Indoamericanista Popular (FRIP), influenciado por el pensamiento político de los peruanos Haya de la Torre y Mariátegui (De Santis 2010). También en estos años se desarrollaron y consolidaron las dos vertientes en las que, según Gillespie (2012), se irá organizando la izquierda peronista. Por un lado Montoneros, Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Descamisados quienes adoptaron una concepción "movimentista", en tanto que consideraban que el Movimiento Peronista era una alianza de clases revolucionaria cuyas metas eran la liberación nacional y la revolución social. Por otra parte, las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), el Peronismo de Base (PB) y el Movimiento Revolucionario 17 de Octubre (MR17) pueden definirse como "alternativistas" debido a su manifiesta intención de construir una alternativa independiente de la clase obrera y, sin renunciar a su adscripción peronista, su desconfianza ante las declamaciones revolucionarias de Perón, lo cual los llevó a desconocer muchas de sus directivas y desplegar su propia estrategia de poder El nuevo panorama político iniciado en 1973 estuvo marcado por esa "rebelión de las bases" y en gran medida escapó al intento de canalización que se proponía el peronismo en el poder. El protagonismo y la movilización independiente de los trabajadores no se detuvieron con el Pacto Social, sino que dieron nueva legitimidad al activismo de base que a diferencia de las direcciones sindicales no priorizaba los acuerdos políticos a la hora de los reclamos. Cuando la inflación comenzó a descontrolarse, las tendencias combativas se vieron fortalecidas y aceleraron un proceso cada vez más protagonizado por las organizaciones de izquierda en el
cual el activismo sindical de base irá creciendo notablemente en el Gran Buenos Aires, encabezando conflictos y recuperando cuerpo de delegados, comisiones internas y sindicatos. La capacidad de muchas de estas nuevas conducciones para alcanzar mejores condiciones de trabajo y aumento salarial les otorgará gran prestigio entre los trabajadores en un contexto en que la dirigencia tradicional se hallaba atada de manos por los compromisos asumidos con el gobierno y las patronales.
La muerte de Perón en 1974 dificultará el mantenimiento del complejo sistema de equilibrios de poderes entre sectores sociales y políticos. Ante las pretensiones golpistas de un sector de las Fuerzas Armadas y de las patronales luego de los acontecimientos en Villa Constitución, Isabel intentará privilegiar el acuerdo con ellos y relegar cada vez más al sector sindical. Pero primero, con el acuerdo de estos últimos, desatará la ofensiva a los sectores radicalizados del movimiento obrero (principalmente sus mayores referentes: Salamanca, Tosco y Ongaro), a los gobiernos ligados a la "Tendencia" (en Buenos Aires, Córdoba, Salta, Chubut y Mendoza) y al equipo económico encabezado por Gelbard que era el responsable económico de la política de acuerdos impulsada por Perón. Estas "victorias" generaron en la dirigencia sindical la expectativa de mejores posiciones dentro del gobierno, pero si las dilaciones a las que se vieron sometidos desde fin de año no fueron suficientemente claras, la actitud del gobierno en 1975 no dejará dudas.
Ante el desafío de las bases, la dirigencia sindical era consciente que la mejor manera para recuperar su prestigio era encabezar los reclamos por la aperturas de las paritarias libres, tal cual Perón había prometido para 1975, razón por la cual desde febrero de ese año comenzaran las disputas para que se dé inicio a las Convenciones Colectivas de Trabajo. Pero sea por una determinación política o por la urgencia que imponía la crítica situación económica, el gobierno manifestaba sus propios planes, menos ligados al sindicalismo que a las cúpulas empresarias y militares. En este contexto se multiplican las iniciativas de la CGT contra el sector comandado por López Rega, en una clara competencia por la hegemonía del peronismo (Brunetto, 2007; 93-101), a la vez que se manifestaba en cada oportunidad el apoyo al gobierno, dejando las puertas a la negociación.
En medio de este conflicto al interior del bloque de poder, se extendía la lucha y la organización de los trabajadores a nivel de las bases, desarrollándose así una gran cantidad de conflictos alrededor de reclamos salariales y la apertura de paritarias. Alrededor de los conflictos más significativos por cada zona, irán surgiendo las primeras instancias de articulación entre trabajadores de distintos sectores (Werner y Aguirre, 2007) que irán dando forma a las Coordinadoras Interfabriles en los principales centros urbanos del país. Algunas de ellas habían surgido previamente, como el caso de Córdoba, luego de la intervención de la CGT regional y el Navarrazo. Otras habían tenido antecedentes previos ante conflictos importantes del 1974 (en La Plata, Berisso y Ensenada ante la intervención de ATULP y la "huelga grande" de Propulsora Siderúrgica). Pero desde febrero del `75 se irán consolidando como organizaciones capaces de ejercer presión sobre los sindicatos y el gobierno para hacer efectiva la demanda de paritarias libres.
Cuestionada "desde abajo" y "desde arriba", los dirigentes de la CGT se encontraban en una fuerte encrucijada de la que creyeron salir a fines de mayo, cuando luego de mucho esfuerzo por alcanzar acuerdos laborales lograron presentar los Convenios Colectivos acordados junto a las cámaras empresarias y con el aval del ministro de economía Gómez Morales. Pero para entonces, éste ya se encontraba acorralado por el lopezreguismo y al poco tiempo renunció para que asuma en su lugar Celestino Rodrigo. Los acuerdos firmados fueron suspendidos ante la expectativa del anuncio de un nuevo plan económico: la devaluación de más de 150% y el aumento de las tarifas de servicios públicos y transporte, dieron un certero golpe a los trabajadores que ante una inflación descontrolada vieron erosionar rápidamente sus ingresos. Estas noticias detonaron todas las tensiones que se mantenían en un delicado equilibrio, dando comienzo a las Jornadas de Junio y Julio que incluyeron grandes concentraciones y movilizaciones en las principales ciudades del país, con fuertes enfrentamientos con las fuerzas represivas, y una huelga general avalada por la CGT que ponía por primera vez a la central en un conflicto abierto con un gobierno peronista. El resultado fue la paradójica situación donde las
cúpulas sindicales alcanzan su mayor grado de influencia en la historia del país a la vez que se ven amenazadas como nunca antes por las tendencias de izquierda (Brunetto, 2007; 160).
Es en este complejo contexto fueron madurando las principales características de las organizaciones analizadas: Montoneros había lanzado en 1973 la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) que jugará un rol fundamental en las jornadas de lucha de 1975 (Lorenz, 2013); el Peronismo de Base había atravesado el Proceso de Homogeneización Política Compulsiva y una seguidilla de rupturas que a pesar de su desigual incidencia regional terminarán por consolidar su distintiva línea política (Raimundo, 2012)2; y también el PRT-ERP había dado un paso importante en la consolidación de su identidad política al separarse de la IV Internacional y desplegar una perspectiva latinoamericana del marxismo que se fundaba en una interpretación local del "castro-guevarismo" y fundado en 1973 el Movimiento Sindical de Base (De Santis, 2010). El análisis de la propagada política publicada en esos años nos permitirá acercarnos a las nociones sobre burocracia y democracia sindical utilizadas por las organizaciones más representativas de las dos tendencias del peronismo de izquierda en el marco de una situación sumamente conflictiva del movimiento obrero.

El origen del problema: El nacimiento de la burocracia

En un documento aparecido en Causa Peronista en septiembre de 1974, Montoneros explica el inicio de la burocracia sindical por una desvirtuación del movimiento peronista, donde un sector fue sometiéndose paulatinamente a los intereses del imperialismo. El primer proceso de burocratización se habría dado durante los primeros años de gobierno peronista, en el marco del proceso de masificación del sindicalismo: es en esos años donde los trabajadores se organizan políticamente como peronistas en los sindicatos y el sindicalismo se incorpora al aparato del Estado.

La estructura sindical sobre todo después de 1951 actúa como intermediaria entre el gobierno y los trabajadores, bajando las propuestas político-sociales que surgían del poder ejecutivo (...) los dirigentes sindicales de mayor nivel prefieren la tranquilidad de sus cargos y no los riesgos de una profundización política y organizativa (...) Las direcciones sindicales se adaptaban a la evolución pacífica y lineal del proceso, pero estaban incapacitadas para hacer frente a cambios bruscos y para resistir la contraofensiva de los sectores económicos desplazados por el gobierno popular3.

Montoneros critica a esa dirigencia sindical por que en su rol de intermediarios entre el gobierno y los trabajadores los dirigentes habrían adquirido cierta pasividad, transformándose en trasmisores de las propuestas del ejecutivo más que en dinamizadores del proceso de liberación. Esto es lo que habría determinado su impotencia ante el golpe de Estado de 1955. Sin embargo, consideran que por su lealtad a Perón en sus años de gobierno nunca dejó de ser parte del Movimiento Peronista.
Siguiendo su análisis sobre el movimiento obrero, el documento citado afirma que con el inicio de la Resistencia Peronista, estos dirigentes fueron reemplazados por una nueva generación, la mayoría dirigentes intermedios y activistas de base, que emprendieron una lucha con el objetivo del retorno de Perón y la reconquista de los sindicatos. Sin embargo, consideran,

(...) es absolutamente lógico que la lucha de los resistentes se orientara hacia la reconquista y el fortalecimiento de la organización sindical. Con ese instrumento se aseguraban dos cosas: primero, la participación activa y dirigente de los trabajadores en la lucha política; segundo, una forma organizativa de masas4.

Montoneros argumenta que tanto por los límites de la acción sindical como por la debilidad ideológica de los dirigentes, la tensión entre la lucha político-reivindicativa y la defensa de la legalidad de los sindicatos durante el gobierno de Frondizi, habría determinado la victoria de los intereses del imperialismo al interior del Movimiento. Con el predominio de las tendencias "integracionistas" la lucha por el retorno de Perón sería postergado indefinidamente en pos de la construcción del sindicalismo como un factor de poder. De esta manera explican el surgimiento del vandorismo como una corriente sindical no sólo burocrática sino traidora a los intereses de los trabajadores peronistas.
Desde otra perspectiva, para el PRT la burocracia sindical tiene un origen ligado a las características propias del peronismo. Según el análisis que realizó Julio Parra en sucesivas publicaciones de El Combatiente entre marzo y junio de 1971, el peronismo había promovido un proceso de sindicalización masiva controlado "desde arriba" que a la vez era tomado y empujado "desde abajo" como herramienta de lucha contra los patrones y que por primera vez dio forma a una conciencia obrera que derribó las barreras entre las nuevas y viejas generaciones de trabajadores urbanos.

La sindicalización masiva y la lucha económica por el reparto de la renta nacional serán los instrumentos con que la clase obrera, comienza a asumir esta conciencia en los primeros años del gobierno peronista (...) [pero] Perón plantea la organización de los trabajadores como una necesidad del Estado, más que como una necesidad de los propios trabajadores5.

Esta sería la tensión originaria del sindicalismo peronista el cual, a la vez que estaría confrontado de una manera activa y sincera contra la patronal, su iniciativa se hallaría fuertemente influenciada por el aparato del Estado que estaría ejerciendo la dirección del movimiento, mediando entre los intereses contradictorios. Por ello, a diferencia de las caracterizaciones surgidas desde el peronismo, el PRT no verá en la táctica vandorista una desvirtuación del movimiento peronista sino una consecuencia de su matriz ideológica. Si bien los líderes de la resistencia habrían sido más combativos que sus predecesores, "están empapados de la ideología de conciliación de clases peronista. Ellos ya han hecho también gimnasia en los pasillos ministeriales y han aprendido a confiar más en la negociación que en la lucha"6.
Como se podrá ver más adelante, estas diferencias serán fundamentales para entender los análisis y tácticas desplegadas en la lucha política dentro del movimiento obrero.

Interpretaciones sobre la burocracia sindical

En primer lugar, la categoría de burocracia en las organizaciones estudiadas se construye desde un análisis y un discurso eminentemente político, en una coyuntura donde la disputa por el poder es apremiante. En documentos y panfletos la definición teórica del fenómeno no es lo fundamental, quizá porque se presupone que todos entienden qué es un "burócrata". Este concepto remite a una calificación negativa, que implica una fuerte crítica hacia las prácticas y los intereses concretos de determinados activistas y dirigentes sindicales. El burócrata es "traidor" y actúa "a favor de la patronal y de sus propios intereses", es decir que no representa los "intereses" de las bases. Al decir de Montoneros, "Usan a los obreros como el peligro que ellos solos están en condiciones de controlar y con eso aumentan su poder en las altas esferas"7. Esta es una primera definición que aparece con claridad en todas las fuentes. De aquí que el burócrata se presente como el contrario del dirigente sindical surgido desde las bases, legítimo, luchador y representativo.
El burócrata es entendido como aquel que ha perdido (o nunca tuvo) el compromiso para con sus compañeros, el que por individualismo, mezquindades o deseos de poder y ascenso social olvida y niega su origen, no representa los intereses colectivos y funciona como una "traba" para que estos puedan alcanzarse. La burocracia es vista, según los casos, como casta y como apéndice (herramienta) de la patronal o el estado. A su vez sus prácticas se expresarían tanto en sutiles métodos de obstaculización de la lucha y la democracia, como en un frontal patoterismo, persecución y amenaza. "No quieren movilizaciones ni delegados representativos. Para impedirlo proporcionan listas negras a las patronales, llaman a la cana, usan matones y fraude"8.
Sin embargo, en el hecho de que todas las organizaciones recurran constantemente a la denuncia de los burócratas y sus prácticas se reconoce cierto consenso de la dirigencia sindical entre los trabajadores, aunque éste sea explicado en las más de las veces por "engaños". En sus perspectivas, el carácter del burócrata aparece claramente cuando atenta contra sus representados, aunque esto no se traduzca instantáneamente en pérdida de poder y legitimidad. A la vez, consideran que la burocracia es hábil en disfrazar sus objetivos privados en las negociaciones y hacerlos pasar por medidas a favor del colectivo. Por ello insisten en la importancia de la propaganda crítica y el permanente reclamo de un control de las bases sobre las negociaciones llevadas adelante por la dirigencia sindical.
En el marco de la apertura de las negociaciones paritarias durante 1975 éste tipo de publicaciones se multiplicarán, intentando explicar las dilaciones en los convenios por las búsquedas de acuerdos "por arriba", con el gobierno y los empresarios, sin dar cabida a los trabajadores. Algunos ejemplos de ello son el volante del Peronismo de Base en Astillero Río Santiago y del PRT en YPF, ambos del partido bonaerense de Ensenada:

(...) a pesar de que la burocracia trató de encauzarnos nuevamente hacia las negociaciones, nuestra experiencia anterior los obligo a ponerse al frente y a exigir los 100.000$ de aumento directamente a la patronal y DELANTE NUESTRO EN ASAMBLEA DENTRO DE FABRICA. Esta actitud aparentemente combativa de los burócratas con María a la cabeza, tiene como objetivo prestigiarse ante las bases porque las elecciones de A.T.E. están muy cerca. PERO NO NOS ENGAÑEMOS COMPAÑEROS: Los 60.000$ son producto de nuestra unidad, de la presencia masiva de las asambleas dentro de fábrica y de la bronca y los cuestionamientos que veníamos haciendo en las secciones como fundición9.
Que se pongan el mameluco TAGLIASUE, DUBIN, IBAÑEZ, PEOMBARA y trabajen ellos que están tan interesados en demostrar que es inofensiva [la planta de dodecil-benceno]. Es necesario que discutamos y veamos qué es lo que podemos hacer para resolver nuestros problemas y los de todo el pueblo. Nosotros debemos ser los dueños de nuestro destino10.

Pero al avanzar sobre estos tópicos aparecen los matices entre las organizaciones de izquierda. Así, el carácter de la burocracia como agente externo a la clase obrera es enfatizado por la organización Montoneros. Ellos afirman contundentemente que "el vandorismo no es una parte de la clase obrera. Es una capa social que controlando el aparato sindical, tiene una

dependencia ideológica, política y económica de las patronales monopólicas"11. La misma idea presentada en la persona de un delegado de Astillero Río Santiago aparece en un volante de la misma agrupación: "Gana más"; "pertenece a la casta militar"; "Dirige la empresa"; "NO ES UNO DE NOSOTROS"12. Este concepto aparece permanentemente en las publicaciones de la organización, mientras que en el PRT no se presenta esta concordancia en el conjunto de su propaganda.
Mientras en un texto de carácter más teórico como es El Peronismo de Julio Parra se presenta al sindicalismo peronista como un momento de la conciencia obrera en el cual los trabajadores adquieren una noción de intereses comunes como clase, en un documento del Movimiento Sindical de Base se define a la burocracia como "verdaderos agentes por-patronales infiltrados en las filas obreras, jugando objetivamente un papel de defensores del sistema de explotación capitalista"13. Esto los acerca a la caracterización realizada por Montoneros que los define como "el enemigo principal del movimiento obrero"14, razón por la cual desarrollarán una práctica sistemática de ajusticiamiento de dirigentes sindicales "traidores" al movimiento. Sin embargo, esta será una política duramente criticada por el PRT quién consideraba que a los burócratas había que ganarles en política, disputándoles la adhesión de la base, más que eliminándolos físicamente.
Por su parte, el Peronismo de Base criticará toda la política de propaganda armada, y particularmente los ajusticiamientos que realizaran Montoneros. El Peronismo de Base es quizás la organización que más enfatiza los vínculos entre la burocracia y los trabajadores. Mientras Montoneros considera que la fuente de poder de la dirigencia sindical es "el aparato", el Peronismo de Base observa la importancia de las bases para la dirigencia burocrática, por lo cual procurarían presentarse como los defensores de los trabajadores dando muestras de combatividad en algunos momentos y dejando de hacerlo en cuanto la patronal se muestra dispuesta a la negociación:

Han sido tan obsecuentes y serviles que se han ganado toda nuestra bronca y además los patrones ya no los tienen en cuenta para tomar sus decisiones.
Todos estos dirigentes que dicen defender nuestros intereses están armando una política de recambio, para que cuando este gobierno no de más aparecer ellos junto a los milicos de turno como los salvadores del pueblo, cambiar las caras para que los patrones puedan seguir manteniendo sus ganancias y nuestra explotación, y es por eso que ahora quieren ponerse en combativos y van a tratar de utilizarnos a nosotros para que los patrones los vuelvan a tener en cuenta, es muy posible que traten de sacarnos a la calle para demostrar que ellos siguen siendo los dirigentes de la clase obrera peronista, para que después cuando los patrones les den cabida volvernos a traicionar15.

En este momento, el Peronismo de Base enfatiza la adhesión de los trabajadores como fundamento del poder de la burocracia, unas bases que al seguirlos los transformarían en su dirigencia. Para los burócratas el hecho de que las bases los respalden sería la única garantía para mantenerse en la situación de poder a la que han llegado, puesto que para ello no bastaría con la complicidad de la patronal y el estado. Pero, por otro lado, según el PB los dirigentes sindicales pretenden que su poder se ejerza en el estado a través del gobierno, lo que los convertiría en pieza clave e imprescindible para los sectores capitalistas y por lo cual necesitarían también mantener buenas relaciones con ellos. Por este motivo se trataría de un mero sometimiento a los intereses del capital, sino de una utilización eficaz de sus relaciones con los sectores del capital para construir y mantener su propio espacio de poder. De esta manera el Peronismo de Base afirma que la alianza entre estado, patronal y burocracia se produciría por una razón estratégica, donde todas las partes (con sus intereses específicos) se benefician, y no porque tengan idénticos intereses y proyectos como sostiene Montoneros.
Como se dijo anteriormente, para Montoneros el poder especifico de la burocracia aparece más directamente ligado a los sectores del capital, razón por la cual no sería parte de la clase obrera, sino una casta ligada a los intereses de estado y empresarios. En sus documentos presentan a estos sectores como falsos peronistas que se disfrazan para engañar a los trabajadores mientras estarían ligados al capital y al imperialismo; "El gobierno de Isabel es antiperonista, antipopular y pro imperialista"16. Mientras que para el Peronismo de Base aunque también hay mascaradas, se hace mayormente hincapié en la existencia de una lucha entre el "peronismo de arriba" y el "peronismo de abajo", lo cual implica que suponen la existencia de dos peronismos, donde sólo uno de ellos (el de abajo) representaría a los trabajadores.

Pero no es cierto que este gobierno no sea peronista, porque si pensamos eso vamos a estar equivocando el camino, es un gobierno peronista pero del peronismo patronal, es el peronismo que denunció Evita y que no la dejó ser vicepresidente, es el que estuvo presente en el 52 en el Congreso de la Productividad (...), es el mismo peronismo que en el 55 se borró cuando nosotros pedíamos armas para defender a nuestro gobierno17.

Para ambas organizaciones, la burocracia se encuadra en el bando opuesto al de los intereses del pueblo, y la lucha es por "recuperar" para todos los trabajadores al movimiento que en su hora les llevó a avanzar hacia una sociedad más justa. La disputa es acerca de quiénes son los legítimos "herederos" del peronismo, y por tanto, cuáles deben ser los objetivos del movimiento y quiénes son los que deben dirigirlo. Resulta ilustrativo que mientras Montoneros llama a construir el Partido Peronista Auténtico, con la intención de disputar la hegemonía política del movimiento, parándose desde el lugar de verdadero interprete de los designios de Perón, el Peronismo de Base enfatiza en sus publicaciones que el único heredero de Perón es el pueblo, al tiempo que acusa al "zurdaje" de querer sacar la lucha obrera fuera de la fábrica.

Se prenden también organizaciones como los Montoneros que quieren a toda costa que nos enfrentemos con el gobierno en las calles sin comprender que nuestra experiencia de obreros peronistas nos dice que el lugar donde somos más fuertes es en las fábricas y nuestra lucha es en contra de los patrones18.

Para el PRT no resulta tan complicado tratar de explicar por qué sectores considerados enemigos del pueblo, como aquellos definidos como la "burocracia sindical", se identifican con el peronismo. Como se indicó anteriormente, esta organización marxista considera que el peronismo, en su carácter de movimiento policlasista, contiene en sí mismo la contradicción entre la clase obrera y la burguesía que pretende ocultar, sin caer por ello en la idea de que éste movimiento es sólo un movimiento político burgués. Entienden que gran parte de la clase obrera tomó al peronismo como propio y al hacerlo le imprimieron su propia perspectiva, su propio punto de vista de clase. Pero si bien afirman que "el peronismo representa una primera etapa en la formación de su conciencia"19, el burócrata sería el responsable del estancamiento en ese momento, por ser un convencido promotor de la idea esencialmente burguesa de conciliación de clases. Desde su perspectiva, el movimiento sindical peronista tiene una contradicción fundamental: el carácter obrero de sus bases y el objetivo burgués de su dirección. Por eso, a diferencia de las organizaciones peronistas, desde el PRT se concibe que el carácter de "traidor" de esa dirigencia sindical no se debe a una deformación del peronismo, sino al hecho de que estarían introduciendo intereses ajenos a la clase justamente por ser fieles a su ideario.
Tanto para Montoneros y el Peronismo de Base como para el PRT los burócratas son entonces los dirigentes ilegítimos, y esta ilegitimidad se fundaría en una falta de representación de "los intereses" de los trabajadores. Los dirigentes sindicales se movilizarían por intereses diferentes a los de sus bases, y sin embrago ocultarían constantemente esta realidad porque reconocen que necesitan del apoyo de ellas para mantenerse en sus puestos, por eso aparentan representar a los trabajadores cuando en la realidad no lo hacen. Aquí radica su traición.
Para las tres organizaciones, la burocracia termina sirviendo a los fines de la patronal y el Estado y en última instancia también a los del imperialismo, por el carácter transnacionalizado del capital en un país dependiente como la Argentina. La alianza con el imperialismo termina por completar la acusación de traición desde todos los planos: "La Martínez y 'sus amigos' nos entregaron a los yanquis"20.
Es en Montoneros donde aparece la denuncia de una relación directamente inmediata entre el papel de la burocracia y los intereses del imperialismo. Así llegan a afirmar que "Para el vandorismo el movimiento sindical es un factor de poder, sustentado y alimentado por las grandes empresas extranjeras"21 y que "El vandorismo es la herramienta imperialista contra los trabajadores peronistas"22. Así la burocracia no solo obstaculizaría la consecución de las históricas reivindicaciones obreras, sino también, y al mismo tiempo, la búsqueda de la liberación nacional. La falta de "nacionalismo" de los burócratas y el loperreguismo ("el vandor-loperreguismo" al decir de Montoneros) servirían para aportar más datos para la tesis de que estos sectores de poder en realidad no pertenecen a la identidad y proyecto peronista.

Los vandoristas quieren una clase obrera manejada dentro de los límites reformistas en lo económico, y totalmente ajena a la lucha por la liberación nacional. Para ellos el sistema monopólico dependiente que existe en nuestro país es la sociedad ideal, tienen patronales grandes para negociar y un poder estatal que los considera aliados útiles23.

En síntesis, el grado de externalidad de la burocracia con respecto a la clase obrera es distinto para cada una de las organizaciones analizadas. Es Montoneros quien identifica una distancia mayor, definiéndola como una capa específica de la sociedad con intereses ajenos a la Nación y al Peronismo. El PRT y Peronismo de Base reconocen la pertinencia de su identificación con el peronismo y, por lo tanto, con sectores nacionales, pero mientras para el Peronismo de Base esto es una versión "patronal" del ideario peronista, para el PRT es la mayor expresión del carácter policlasista y conciliador del justicialismo. Como se ha ido señalando, estos matices tendrán impacto en la política que cada organización desarrolló hacia los trabajadores, pero no impedirán la convergencia en otro aspecto fundamental: la lucha por la democracia sindical.

Contra la burocracia: la democracia de base

De la misma manera que los discursos sobre la burocracia estaban cargados de implicancias éticas negativas y eran usados políticamente en la confrontación contra la dirigencia sindical ortodoxa, las ideas sobre democracia de base son presentadas por estas organizaciones como su opuesto perfecto y están igualmente marcadas por la disputa política. De esta manera, los recurrentes llamados a los dirigentes a que "vengan a la asamblea", "vengan a trabajar", "hablen con los compañeros", no son sólo una expresión de un ideal distinto sobre cómo tomar decisiones en el lugar de trabajo, sino que fundamentalmente es un reclamo por un mayor espacio a las propuestas y críticas de las organizaciones de izquierda. Un ejemplo de ello es la increpación a un dirigente sindical durante una asamblea relatada en un boletín fabril del PRT: La respuesta indignada de la asamblea fue de que "entonces qué papel jugaba él como dirigente gremial", "que para qué le habían elegido, si era incapaz de defender a las bases, que se fuera24.
Como señala un boletín de Peronismo de Base en el Astillero Río Santiago, esta disputa
también puede verse en las polémicas entre las organizaciones de izquierda:

Si bien estos compañeros han sido elegidos democráticamente NO ESTAN CUMPLIENDO CON LA CONFIANZA QUE EN ELLOS SE DEPOSITÓ. Se cortaron solos en la elaboración del pre-convenio pues no cumplieron con su propuesta de ir discutiendo desde cada sección en asamblea el nuevo convenio25.

De todas maneras, como han señalado muchos estudios sobre la época (Löbbe, 2006), existe un fuerte objetivo común entre estas organizaciones de fortalecer las organizaciones de base y la participación en cada lugar de trabajo. Los cuerpos de delegados, las comisiones internas, las asambleas de fábrica y por sector, entre otras, son instancias consideradas más plausibles de una democracia participativa que permita controlar las "manipulaciones burocráticas" de algunos representantes sindicales.

El sindicato debe ser un arma de los trabajadores en su lucha por la liberación. Sólo en sus manos se tiene la garantía de la permanente participación del conjunto y no ser escalera de la ambición de ningún grupo o sector26.
Eligiendo nuestros propios representantes para que presenten nuestro petitorio a los patrones y dejando claramente asentado que nuestros representantes no pueden dar ni un solo paso sin consultarnos y decidirlo en asambleas de las secciones y de la fábrica. Respetando únicamente lo que vallamos decidiendo entre todos, convirtiéndonos en nuestros propios dirigentes y resolviendo todo entre todos27.

Otra característica común es la vinculación directa entre "democracia" y "lucha" que realizan las organizaciones analizadas. Esto puede presentarse desde distintas ópticas, por ejemplo, como una característica que deberían tener los delegados ("compañeros representativos y luchadores"28) o como un eje de las prácticas de los espacios de base, ("discutir en todas las secciones cual es la mejor manera de golpear a la patronal"29). Estas ideas tienen implícitas el supuesto de que la "verdadera" representación de "los intereses" de los trabajadores conlleva una confrontación directa, sea con la patronal, la burocracia o el Estado, y que esta asume una forma radical cuando se trasvasa el obstáculo que significa la burocracia:

El excelente estado de ánimo imperante en el conjunto de los trabajadores de Propulsora, su firme resolución a seguir transitando por el camino del enfrentamiento con el gobierno reaccionario, con la patronal y la burocracia, es fiel reflejo del impetuoso auge de las luchas proletarias y populares que sacuden hoy el cuerpo social argentino30.

Pero si bien estas nociones son en gran medida compartidas por estas organizaciones, se debe destacar que cada una de ellas enfatiza objetivos distintos que pretenden alcanzar a través de las prácticas democráticas. En este sentido, hay en Peronismo de Base una clara política pre figurativa, donde la organización de base está adelantando formas organizativas de la sociedad futura.

Poco a poco, en cada fabrica, en cada taller, en la lucha por salarios dignos y mejores condiciones de trabajo, aplicando todas las formas de lucha, desde el trabajo a convenio hasta la acción directa contra los patrones y sus alcahuetes, los peronistas de abajo, los peronistas de EVITA vamos construyendo nuestro propio poder, EL PODER OBRERO31.

Esta idea también está vinculada con la recurrente crítica que realiza Peronismo de Base a la "politización" de los conflictos y la propuesta de dar la lucha en la fábrica ejerciendo el control de la producción:

El problema de fondo es que controlemos la producción, no que la detengamos, las máquinas tienen que marchar y consumir energía, nosotros tenemos que estar al lado de la máquina haciéndola producir al ritmo y de la forma que nosotros creemos más conveniente para nuestros objetivos de forma que la patronal tenga que seguir pagándonos la quincena y de forma que no signifique un enfrentamiento del todo por el todo32.

Un caso sustancialmente distinto es el de Montoneros, que ve en la organización de base una disputa molecular contra el imperialismo representado en la fábrica por los burócratas. Quitarles espacios de poder y construir nuevas estructuras de los trabajadores significa para esta organización avanzar en la recuperación del peronismo y es por ello que tendrán una fuerte política hacia las Coordinadoras Interfabriles surgidas durante 1975 desde donde intentarán construir el Bloque Sindical del Peronista y la CGT de la Resistencia.

La nueva y descarada traición de los burócratas sindicales hace que tengamos que unirnos para organizar la defensa de nuestras reivindicaciones. Creemos que como en las recientes luchas, debemos hacerlo a través de las Coordinadoras de gremios y delegados en lucha, como forma también de ir recuperando para los trabajadores las estructuras sindicales que hoy manejan al servicio del imperialismo los burócratas vandoristas33.
En lo reivindicativo gremial debemos seguir organizando (...) crear a partir de nuestras Agrupaciones el Bloque Sindical Peronista que reúna a todos los trabajadores peronistas enfrentados a la patronal y los burócratas; fortalecer las coordinadoras de gremios y comisiones internas, instrumento para recuperar los sindicatos y la CGT para sus verdaderos dueños, los trabajadores34.

Finalmente, el PRT agrega permanentemente a los discursos sobre democracia sindical una perspectiva general que trasciende el lugar de trabajo, donde la idea de democracia de base vincularía a los trabajadores más allá de su gremio y ocupación, conectándolos territorialmente. Esta línea de construcción fue denominada "comité de base fabril" y puede verse en la exhortación que realizaran desde su periódico a

(...) buscar la coordinación de la lucha con otros sectores en conflicto, con otras fábricas de la zona (...) dirigirse a otros sectores sociales, a los comerciantes, villas, barrios, estudiantes, a todo sector social capaz de orientarse hacia la formación de organismos de masas, de carácter más amplio que el sindicato35.

Por otra parte, esta visión amplia de democracia de base estará implícita en la perspectiva que ven en las Coordinadoras, donde no es sólo el sector de los trabajadores organizados el que está rompiendo con el peronismo, sino que "el proletariado y el pueblo comienzan a transitar un camino nuevo, libre del engaño y las falsas ilusiones que sembrara el nacionalismo burgués"36.

Comentarios finales

A lo largo del artículo se dio cuenta de las similares nociones sobre democracia y burocracia sindical en Montoneros, Peronismo de Base y el Partido Revolucionario de los Trabajadores, que pueden considerarse como elementos constitutivos de la tradición de izquierda en Argentina. En primer lugar, apareció con claridad el uso del concepto "burocracia sindical" orientado a desprestigiar a sus oponentes en un contexto de disputa directa por el poder de los sindicatos y el Estado. Para estas organizaciones los burócratas actúan a favor de sus intereses personales y de los patrones, y por ello estiman que obstaculizan todas las demandas de la base que vayan en contra de sus acuerdos con el Estado y las empresas. Sin embargo, la denuncia constante de la dirigencia tradicional denota cierto consenso o consentimiento por parte de los trabajadores que suele explicarse por "engaños" y "aprietes". Es justamente a través de actos violentos que consideran que la burocracia expresa más claramente sus características, razón por la cual sus publicaciones tienen un fuerte carácter de denuncia y no de polémica, lo que supondría cierta legitimidad de los dirigentes entre las bases.
Pero si bien esta noción se encuentra en el conjunto de la propaganda de estas organizaciones existen matices relevantes. Montoneros sostiene que la burocracia sindical es una capa social externa a la clase obrera, a la nación y al peronismo, constituyendo por eso el principal enemigo de los trabajadores. Las otras organizaciones no comparten esta caracterización de externalidad de la burocracia, aunque por diferentes razones. El PRT sostiene que la burocracia es expresión de un momento histórico de la conciencia obrera marcado por la conciliación de clases, mientras que Peronismo de Base enfatiza el delicado equilibrio que mantienen los dirigentes sindicales entre el reconocimiento de las bases y del Estado, pero caracterizándolos como parte del sector "patronal" del peronismo.
En forma inversa, la noción de "democracia sindical" aparece como una forma discursiva de legitimar la oposición gremial y de reclamar para ella más espacio en las instancias de toma de decisión. Esto se realizaba atribuyendo a esta forma organizativa las cualidades que eran reconocidas como positivas por las organizaciones de izquierda, donde se destaca la fuerte relación establecida entre "democracia" y "lucha" mediada por la noción de "representación". Sobre estos aspectos existen mayores coincidencias entre las distintas organizaciones, pero aun así se observan algunos elementos distintivos: el carácter pre figurativo de la democracia sindical en Peronismo de Base; la relación con el comité de base fabril en el PRT; la lucha por recuperar el peronismo, en Montoneros. Sin embargo en todos los casos se supone que la representación de los "intereses obreros" permitirá superar los obstáculos puestos por la burocracia y establecer una confrontación directa con la patronal y el Estado.
Así aparece un elemento que atraviesa los conceptos de democracia y burocracia sindical: es la representación o no representación de los "intereses obreros" lo que determina el carácter legítimo o ilegítimo de los dirigentes sindicales. Podemos pensar que estos sentidos son compartidos, con mayor o menor nivel de elaboración, por gran parte de las actuales investigaciones académicas de izquierda. Como han señalado Ghigliani y Belkin (2010), estos
estudios ignoran los procesos por los cuales se constituyen los intereses de los trabajadores, los cuales son resultado de un complejo proceso social y cuya manifestación empírica es resultado de un choque entre intereses particulares y colectivos en el marco de la situación de fragmentación, subordinación y explotación de la clase obrera. En todo este proceso de constitución de los intereses colectivos, la organización, el liderazgo, los procesos de toma de decisión y las direcciones sindicales juegan un papel central que debe indagarse.
En nuestra opinión el cuestionamiento de la eficacia cognoscitiva de la categoría de"burocracia sindical" es un elemento central para profundizar la comprensión de las organizaciones de trabajadores que dé cuenta de las múltiples dinámicas y dimensiones en que se constituyen como representaciones de los asalariados. Esta noción difícilmente pueda esquivar el énfasis institucionalista con que se estudian los sindicatos, puesto que conduce a priorizar elementos como la representación, la estructura organizativa y sus relaciones con el Estado y las empresas. De manera que generalmente no son analizados los diversos procesos y actividades en que se vinculan estas organizaciones colectivas con los trabajadores y el conjunto de la sociedad, y se olvidan que la diferentes posiciones en el espacio social (percibidas a través de la oposición entre "base" y "dirigencia") no dependen sólo del aparato, el crecimiento cuantitativo de la organización, la ideología, la traición o los estilos de conducción sindical.
Si los sentidos de "burocracia sindical" y "democracia de base" expresados por las organizaciones analizadas son compartidos por gran parte del actual pensamiento académico de izquierda podemos afirmar la existencia de una tradición común desde la cual se analizan aspectos cruciales del sindicalismo. Esto constituye un problema si tras la disputa teórico-política por la organización de los trabajadores se justifican análisis binarios sobre las asociaciones obreras y las dirigencias sindicales: esta disputa en vez de obturar un análisis más complejo debería alentarlo. Si este artículo constituye un aporte en este sentido, ha cumplido con su objetivo.

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Notas

1 Mientras Gino Germani había resaltado la manipulación del movimiento obrero producto de una ruptura producida las migraciones masivas de trabajadores del interior del país hacia los principales núcleos urbanos, Murmis y Portantiero (2011) destacaron el papel de los viejos sindicatos y sus dirigentes tradicionales en la configuración de la alianza entre la clase obrera y la elite política que dio lugar al peronismo. Esta polémica entre heteronomía y autonomía en la relación entre peronismo, dirigencia sindical y clase obrera, atraviesa todos los estudios historiográficos sobre el tema para los años entre 1943 y 1955, pero ha realizado un avance significativo con los estudios de Doyon (2006), quien dio cuenta de esa tensión analizando los límites y potencialidades que alcanzó el accionar del movimiento obrero a través del importante poder político, económico y social consolidado en esos años. Durante la última década se ha producido un notable incremento en las indagaciones académicas interesadas en analizar la dinámica de las organizaciones obreras durante el primer peronismo, entre las cuales destacarse dos estudios fundamentales que siguen y polemizan los aportes de la historiadora canadiense: el de Omar Acha y Nicolás Quiroga (2012) y el de Marcos Schiavi (2013).

2 Debe aclararse que este proceso no terminó con la gran heterogeneidad de la experiencia de Peronismo de Base. Uno de estos aspecto que debe destacarse son los distintos vínculos y niveles de cohesión que mantuvieron con las Fuerzas Armadas Peronistas, razón por la cual aquí sólo se analizarán publicaciones firmadas por Peronismo de Base o agrupaciones de base que adscriben al PB, aun cuando existen numerosos escritos de las FAP que hacen referencia a la burocracia y la democracia sindical.

3 "Vandorismo: la política del imperialismo para los trabajadores peronistas", publicado en Causa Peronista número 9, septiembre de 1974. Ver Baschetti (1999), p. 157.

4 Ídem, p. 161.

5 "El Peronismo", de Julio Parra. Publicado originalmente en cuatro números consecutivos del periódico El Combatiente y luego como folleto en agosto de 1971 por Ediciones El Combatiente. Ver De Santis (2006), pp. 136-137.

6 Ídem, p. 147.

7 "Defender los intereses del pueblo", en Evita Montonera número 5, Junio y Julio de 1975. Ver Baschetti (1999) p. 460.

8 Ídem, p. 460.

9 "Boletín Informativo para los compañeros de Astillero Río Santiago", Trabajadores Peronistas de Base. Hallado por la DIPBA en marzo de 1975. Archivo DIPBA, Mesa B, Actividad panfletaria, sin número de legajo.

10 "El obrero petrolero. Boletín Fabril de los obreros del Partido Revolucionario de los Trabajadores de Destilería La Plata - YPF", octubre de 1975. Archivo DIPBA, Mesa DS, Carpeta Varios, Legajo Nº 3697.

11 "Editorial" en Evita Montonera número 1, Diciembre de 1974, en Bufano y Lotersztain (2010), página 68.

12 "La opción sigue siendo liberación o dependencia", boletín de la Agrupación Carlos Olmedo del ARS, adherida a la JTP. Hallado por la DIPBA en mayo de 1975. Archivo DIPBA, Mesa B, Actividad panfletaria sin número de legajo.

13 "Proyecto de definición del MSB", en El Combatiente número 61, abril de 1974. Ver De Santis (2000), p. 201.

14 "¿Qué es la burocracia sindical", en Militancia número 32, enero de 1974. Ver Baschetti (1999) p. 146.

15 "La patronal nos declaró la guerra" Volante del Peronismo de Base publicado en Baschetti (1999). Ver pp. 391-392.

16 "Resistencia peronista al avance imperialista" Publicado sin firma en Evita Montonera, Diciembre de 1974. Ver Baschetti (1999) p. 307.

17 "La patronal nos declaró la guerra". Baschetti (1999) p. 390.

18 Ídem, p. 392.

19 "El Peronismo", de Julio Parra, agosto de 1971. Ver De Santis (2006), p. 136.

20 "Se fue el brujo y Rodrigo pero seguimos jodidos...", panfleto de la Agrupación Carlos Olmedo de Astilleros Río Santiago, adherida a la Juventud de Trabajadores Peronistas, 14 Agosto 1975. En Archivo DIPBA, Mesa B, actividad panfletaria sin número de legajo.

21 "Resistencia peronista al avance imperialista" Publicado sin firma en Evita Montonera, Diciembre de 1974. Ver Baschetti (1999) p. 309.

22 Ídem.

23 "Defender los intereses del pueblo", en Evita Montonera número 5, Junio y Julio de 1975. Ver Baschetti (1999) p. 460.

24 "El obrero petrolero. Boletín Fabril de los obreros del Partido Revolucionario de los Trabajadores de Destilería La Plata - YPF", octubre de 1975. Archivo DIPBA, Mesa DS, Carpeta Varios, Legajo Nº 3697.

25 "Boletín Informativo para los compañeros de Astillero Río Santiago", Trabajadores Peronistas de Base. Hallado por la DIPBA en marzo de 1975. Archivo DIPBA, Mesa B, Actividad panfletaria, sin número de legajo.

26 "La opción sigue siendo liberación o dependencia", boletín de la Agrupación Carlos Olmedo del ARS, adherida a la JTP. Hallado por la DIPBA en mayo de 1975. Archivo DIPBA, Mesa B, Actividad panfletaria sin número de legajo.

27 "La patronal nos declaró la guerra" Volante del Peronismo de Base publicado en Baschetti (1999). Ver pp. 393.

28 "La opción sigue siendo liberación o dependencia", boletín de la Agrupación Carlos Olmedo del ARS, adherida a la JTP. Hallado por la DIPBA en mayo de 1975. Archivo DIPBA, Mesa B, Actividad panfletaria sin número de legajo.

29 "Los patrones con lo suyo, nosotros con lo nuestro" Peronismo de Base de Propulsora Siderúrgica. Mayo de 1975. Volante del Peronismo de Base publicado en Baschetti (1999). Ver p. 385.

30 "Propulsora: una lucha ejemplar", en El Combatiente número 163, 14 de abril de 1975. Ver De Santis (2000) p.421.

31 "¿Qué hacemos ante las paritarias", volante de Peronismo de Base en Astillero Rio Santiago, Enero de 1975. Archivo DIPBA, Mesa B, por localidad, Ensenada, Carpeta 39, legajo Nº 43.

32 "Los patrones con lo suyo, nosotros con lo nuestro" Peronismo de Base de Propulsora Siderúrgica. Mayo de 1975. Volante del Peronismo de Base publicado en Baschetti (1999). Ver p. 384.

33 "Se fue el brujo y Rodrigo pero seguimos jodidos...", panfleto de la Agrupación Carlos Olmedo de Astilleros Río Santiago, adherida a la Juventud de Trabajadores Peronistas, 14 Agosto 1975. En Archivo DIPBA, Mesa B, actividad panfletaria sin número de legajo.

34 "El pueblo peronista dijo basta", en Evita Montonera número 5, Junio-Julio 1975. Ver Bufano y Lotersztain (2010), pp. 124-125.

35 "Rigolleu: triunfo sindical", en El Combatiente número 162, 7 de abril de 1975. Ver De Santis (2000) p. 411.

36 "Hacia una jornada nacional de movilización y lucha", Domingo Menna, editorial de El Combatiente número 171, junio de 1975. Ver De Santis (2000) p. 435.

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Fuentes consultadas

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Bufano, Sergio y Lotersztain (2010). Evita Montonera. Revisión crítica de la revista oficial de Montoneros. Buenos Aires: Ejercitar la memoria editores.
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De Santis, Daniel (2006). A vencer o morir. PRT-ERP Documentos, Tomo 1 Volumen 2. Buenos Aires: Editorial Nuestra América.

Recibido: 23.8.14
Revisión editorial: 12.05.15
Aprobado definitivamente: 21.07.15

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