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Trabajo y sociedad

versão On-line ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.29 Santiago del Estero jun. 2017

 

MUNDOS Y DIMENSIONES RURALES

Territorio y acumulación. Sobre megaempresas y lógica del agronegocio en el noroeste argentino 

Territory and accumulation. Considerations about megacorporation’s and agribusiness logics in Argentina 

Território do Agronegócio. Estratégias de acumulação e lógicas territoriais das megacorporações. Reflexões de um estudo de caso nnoroe este argentino 

 

Virginia Toledo López*

* Doctora en Ciencias Sociales (UBA). CONICET/Instituto de Investigaciones Gino G Germani (UBA). Email: vtoledoslopez@gmail.com

 


RESUMEN

El artículo analiza el caso de la instalación de una planta de producción de biodiesel en Santiago del Estero. A través del estudio de caso pretende contribuir a la comprensión de la estrategia de acumulación de las megaempresas en el agro argentino en particular y a la reflexión más general sobre las formas de penetración de las lógicas capitalismo global en los territorios. La metodología empleada ha sido predomina antemente cualitativa, mediante el análisis documental de fuentes primarias y secundarias.

Palabras clave: Territorio; Agronegocio; Megaempresas; Extractivismo; Biodiesel.

ABSTRACT

The article analyzes the case of the installation of a biodiesel production plant in Santiago del Estero. Particularly, it seeks to understand the strategy of accumulation of mega-companies in Argentine agriculture. Also, it aims to contribute to the reflection on the forms of penetration of capitalism logics in the territories. The methodology is mostly qualitative, through documentary analysis of primary and secondary sources.

Keyw words: Territory; Agribusiness; (Mega)companies; Extractivism; Biodiesel.

RESUMO

O artigo analisa o caso da instalação de uma usina de produção de biodiesel em Santiago del Estero. Particularmente, busca compreender a estratégia de acumulação de mega-empresas na agricultura argentina. Além disso, pretende contribuir para reflexão sobre as formas de penet tração da lógica do capitalismo nos territórios. A metodologia é principalmente qualitativa, através da análise documental de fontes primárias e secundárias.

Palavras-chave: Território; Agronegócio; (Mega) empresas; Extrativismo; Biodiesel.

Licencia Creative Common: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/legalcode


 

SUMARIO

1. Introducción; 2. Conceptos para un análisis del territorio; 3. El agronegocio en Argentina; 4. El grupo empresario: megaemprendimientos integración y diversificación; 4.1. La trayectoria empresarial; 4.2. El eslabón que faltaba: la producción de biodiesel; 5. Estrategia de acumulación: Verticalidad y expansión regional; 6. Conclusiones y 7. Bibliografía

*****

1. Introducción

En diciembre del 2009 se inauguró en Frías, Santiago del Estero, una planta de producción de biodiesel de gran tamaño (su capacidad productiva es de doscientas mil toneladas anuales de combustible).2 El emprendimiento pertenece al Grupo Lucci y es uno de los principales conglomerados del agronegocio argentino. De origen tucumano,opera en las provincias de Tucumán, Salta, Catamarca y Santiago del Estero. La ubicación geográfica de la plantasignificó un cambio en el patrón de localización respecto de otras plantas de agrocombustibles al situarse fuera del núcleo portuario Rosario–Buenos Aires, siendo la única del noroeste argentino (NOA). Ello fue presentado por el grupo empresario como un quiebre de las tendencias imperantes en el sector, lo que quedó plasmado en la expresión “rompimos el paradigma sojero” (Infocampo, 16/4/2010). Tal elocuente expresión ha tenido un eco importante en las consideraciones de la investigación que se propone analizar cómo se internalizan las tendencias dominantes en el sistema agroalimentario global, expandiendo la frontera del capital a nuevos territorios.3 Así,argumentamos que más que una ruptura con la lógica del agronegocioiconizada en la soja (Gras y Hernández, 2013), la instalación de una planta de producción de biodiesel en Santiago del Estero da cuenta de una profundización del modelo sojero y de una segunda vuelta en la mercantilización del sistema agroalimentario propiciada por el agronegocio.De este modo, a través de la producción de agrocombustibles, nuevos espacios son incorporados a la dinámica del capitalismo global.
En el presente trabajo, la apertura de la planta de biodiesel nos sirve de excusa, de punto de partida para el análisis de la estrategia de un actor ejemplar de lo que se ha definido como modelo del agronegocio. El grupo observado integra el sub–sector del agro dedicado a actividades de escala, con mejoras técnicas continuas, controles de calidad y adecuación a los estándares internacionales, que genera un impacto positivo en las cuentas externas y cuya producción se destina al mercado interno y externo. Asimismo, forma parte del empresariado nacional transnacionalizado, siendo por tanto un actor central en el marco del denominado programa neodesarrollista (Féliz y López, 2012). Por tanto, aquí nos proponemos analizar la estrategia de acumulación y la lógica de territorialización de una megaempresa del agro argentino, lo cual es interpretado en el marco del proceso general de penetración de las formas más avanzadas del capitalismo en el mundo rural.
La estrategia metodológica empleada ha sido predominantemente cualitativa, consistente en el análisis documental de fuentes primarias y secundarias. Asimismo, se ha trabajado complementariamente con información estadística a los fines de reforzar y/o contextualizar los testimonios recuperados en la investigación. Las fuentes primarias han sido obtenidas a partir de entrevistas semi-estructuradas realizadas en el mes de marzo de 2012. Las indirectas consisten en artículos periodísticos nacionales, regionales y locales, así como la información obtenida de la página web del grupo empresario.

2. Conceptos clave para un análisis del territorio

Este trabajo se inscribe en las corrientes que consideran al espacio como una construcción que involucra tanto lo socio–cultural como lo físico. Así, se retoman los planteos de Santos (2000: 54) definiendo al espacio como “conjunto indisoluble, solidario y también contradictorio, de sistemas de objetos y sistemas de acciones, en constante interacción”4. Espacio es sistemas de objetos y sistemas de acciones. Son las intenciones sociales las que le dan forma al espacio, generando estos sistemas de objetos y sistemas de acciones. Según el autor “las propias cosas, dádivas de la naturaleza, cuando son utilizadas por los hombres a partir de un conjunto de intenciones sociales, pasan también a ser objetos. Así la naturaleza se transforma en un verdadero sistema de objetos y ya no de cosas” (Santos,2000: 56). Entonces, es el espacio social el que crea y transforma al espacio geográfico, como resultado de las múltiples formas que adquieren las relaciones entre los seres humanos, y entre éstos y la naturaleza. Así, “la producción del espacio se da por intermedio de las relaciones sociales, en el movimiento de la vida, de la naturaleza y de la artificialidad” (MançanoFernandes, 2005: 274, cursivas propias). En este movimiento de espacialización los agentes sociales crean distintos territorios a partir de sus intencionalidades5.
El territorio es generado entonces a través de la intencionalidad de los actores/agentes sociales.6 Ello porque en principio, “no hay individuo o grupo social sin territorio, es decir, sin relación de dominación y/o apropiación del espacio, sea ella de carácter predominantemente material o simbólico” (Haesbaert y Tramontani Ramos, 2004: 339). Asimismo,la capacidad de los agentes de materializar sus intencionalidades varía en función de las diferencias de poder7
existentes. Así, es a partir de su intencionalidad y considerando su posición relativa en el espacio social que los agentes sociales ponen en juego distintas estrategias,8 en tanto “acciones orientadas hacia la maximización del beneficio, material o simbólico” (Gutiérrez, 2005: 26–27).9 Por ello Haesbaert (2002: 121) afirma que “el territorio es el producto de una relación desigual de fuerzas, involucrando el control político–económico del espacio y su apropiación simbólica, sea conjugados y mutuamente reforzados, sea desconectados y contradictoriamente articulados”.
Entonces, el enfoque teórico adoptado asume que para esbozar un análisis espacial en perspectiva social es preciso partir de los sujetos que intencionalmente construyen y ejercen poder en el territorio, sean individuos, grupos sociales/culturales, el Estado, empresas, instituciones, etc. (Santos 2000,Haesbaert y Tramontani Ramos, 2004,Haesbaert, 2007,MançanoFernandes, 2005).
Al utilizar la noción de territorio se pretende enfatizar en las relaciones de poder inherentes al proceso de espacialización,10 lo cual implica que los territorios se encuentren en un constante cambio.11 De este modo, el territorio es entendido como una construcción social múltiple, diversa y compleja, signada por procesos simultáneos de dominación, apropiación y resistencia (Haesbaert, 2007). Asimismo, la diversidad territorial propia del capitalismo contemporáneo permite que algunos grupos, en general los más privilegiados, usufructúen una variedad de territorios (tanto en el sentido de la sobreposición en un mismo lugar como de la conexión en red de varios puntos del globo). De ello deviene la conformación de “múltiples territorios” (Haesbaert, 2007),12 siendo posible distinguir dos grandes lógicas territoriales: una zonal y otra reticular. Se distinguen los “territorios–zona”, con una lógica horizontal y continua, de los“territorios–red” definidos por su verticalidad, fluidez y movilidad. El caso de estudio
constituye un ejemplo de penetración de un agente con una territorialidad vertical, siendo la empresa un actor con capacidad para ejercer poder e influenciar la dinámica espacial en función de sus intereses.

3. El agronegocio en Argentina

Los procesos acaecidos en el agro desde mediados de la década del noventa13 han derivado en una mayor diversificación de los actores del mundo rural. El contexto de flexibilización macroeconómica y valorización financiera imperante en los noventa habilitó a que los actores empresariales organicen núcleos o clústers con especial capacidad para determinar los procesos agrarios (más allá de la actividad primaria), adaptando incluso los establecimientos agropecuarios a sus necesidades de valorización. Gras y Hernández (2013) inscriben este fenómeno en el proceso histórico más amplio de penetración del capital en el agro y de sumisión de la producción primaria a la industrial, encontrando algunas particularidades. Según ellas, en el escenario actual, existe una nueva lógica de concentración empresarial en la cual la vinculación entre sectores (en las etapas de procesamiento, provisión de insumos y comercialización) se produce en el marco de una creciente transnacionalización de los procesos económicos y del surgimiento de nuevas formaciones institucionales empresariales (Gras y Hernández, 2013: 23). Al respecto,Teubal (1995) señaló que en los primeros años de la década de los noventa ya se registraba una tendencia a una mayor “integración vertical” y a la “‘agricultura de contrato’ al interior de una serie de complejos agroindustriales”. Al mismo tiempo “se produjo una mayor concentración en casi todas las ramas de la industria alimentaria y en los canales de distribución final de alimentos, esto último debido al surgimiento de los super e hiper mercados” (Teubal, 1995: 204).
Al interior de los complejos agroindustriales se visualizó la tendencia a una mayor integración vertical que facilitó el desarrollo de “tramas productivas”,14 lo que ha sido promocionado como una forma de impulsar la competitividad del sector. En palabras de Bisang y Gutman “[las tramas] aparecen como formas de organización impulsoras del crecimiento económico logrado en estas décadas, por su presunta capacidad de generar competitividad genuina” (Bisang y Gutman, 2005: 116).15 Por su parte, en relación a las actividades agropecuarias, la mayor concentración económica y territorial visualizada en los distintos niveles de la producción agroalimentaria conllevó el deterioro, marginalidad y progresiva desaparición del sector más vulnerable del campo argentino: el de la agricultura campesina, pequeña y familiar (Teubal, Domínguez y Sabatino, 2005: 39).
De este modo, el nuevo escenario “rural” involucra crecientemente empresas de alta
complejidad tecnológica, grupos económicos extra-agrarios crecientemente transnacionalizados, que coexisten con un mundo rural heterogéneo formado por grupos campesinos y étnicos, agricultores familiares y trabajadores rurales segmentados por los procesos de mecanización, en una marcada conflictualidad. Por esta razón,Gras y Hernández señalan que uno de los rasgos distintivos de la etapa actual es la mayor complejidad en la composición de la estructura agraria(tanto en su cúpula como en la base) (2013: 22–23).16
Pese a ello, con fines analíticos, siguiendo la caracterización realizada por Teubal y Palmisano (2010: 198-199), aquí se distinguen tres grandes sectores: el que hemos denominado como agronegocio (cuya lógica de acumulación se profundiza a continuación), el segmento de medianos y pequeños productores que incluye un abanico muy grande de explotaciones (desde las PyMEs agroalimentarias, los productores medianos y los chacareros tradicionales de la zona pampeana hasta productores familiares y empresariales de zonas extrapampeanas, con un tamaño de explotación sumamente variable). Finalmente, el segmento compuesto por la agricultura pequeña y familiar,el campesinado y las comunidades indígenas. Estos dos últimos segmentos son incorporados dentro del concepto de “agricultura familiar”, en función del cual se han estructurado las políticas públicas en los últimos años. En el presente trabajo profundizaremos en el análisis de la lógica territorial y de acumulación del agronegocio, a partir del caso del grupo Lucci.
Por “modelo del agronegocio” se alude a una lógica de funcionamiento y organización del sistema agroalimentario cuya característica distintiva será la búsqueda de valorización, más allá de las particularidades de cada una de sus manifestaciones. Por tanto, el “modelo” no estaría definido ni por un actor ni por un tipo de cultivo, remitiéndose más bien a la forma de producción, valorización y organización que imprime el rumbo de los ámbitos rurales. Sobre esta base, el agronegocioimpulsa nuevas relaciones de poder, reestructurando los territorios al reconfigurar los sectores dominantes, confrontando a las antiguas “oligarquías terratenientes” y subsumiendo a su lógica a las (grandes) propiedades agropecuarias (Gras y Hernández, 2013: 24). Así, en palabras de Gras y Hernández (2013: 23–24), “el agronegocio involucra más que la expansión de vínculos intersectoriales, característicos de los complejos agroindustriales: aguas arriba supone nuevas formas de gestión de esos vínculos y de los recursos y activos involucrados”, “aguas abajo (…) se conforman paisajes institucionales crecientemente controlados por los actores privados”, reforzando la subordinación de la agricultura a la lógica del capital. Este proceso conlleva la progresiva desvinculación de la producción agropecuaria de su función como proveedor de alimentos para convertirse en un instrumento para la valorización del capital, al tiempo que se independiza de los valores sociales y culturales que le otorgaban esa intencionalidad.
Sin embargo, las manifestaciones territoriales del modelo presentan variaciones en función de la manera en que los actores dominantes han conseguido articular las lógicas–macro con las historias y tradiciones locales, en función de un movimiento de territorialización que supone tanto dominación como resistencia. Así, reforzando el enfoque teórico y retomando la advertencia de Long (1996),17 se asume que los modos específicos de apropiación y construcción del territorio quedan en última instancia definidos por la manera en que los actores locales hayan logrado articular los distintos componentes del modelo en un espacio determinado.

4. El grupo empresario: megaemprendimientos integración y diversificación

4. 1. La trayectoria empresarial

El Grupo nace en 1969 con la inauguración de una empresa constructora por parte de Vicente Lucci. Siete años más tarde incursionó en la actividad citrícola, a partir de una planta de empaque fruta fresca, lanzando su producción al mercado en 1977. Rápidamente alcanzó posiciones de liderazgo en los mercados internacionales. Durante el año siguiente se inicia en el cultivo de granos, con la siembra de soja, trigo y maíz. En la década del noventa, la empresa pasó a estar bajo gestión ejecutiva de Daniel y Pablo Lucci (hijos de Vicente), quienes construyen el complejo industrial citrícola y modernizan toda la estructura del empaque. Posteriormente, inician la actividad ganadera de cría y recría. En 2003 crean la Fundación “Vicente Lucci”, a fin de generar herramientas que posibiliten la inserción en las comunidades en las que el Grupo tiene influencia.
La estrategia empresarial del grupo se sustenta en un modelo de crecimiento que busca la diversificación. En palabras de sus directivos: “crecer horizontalmente iba a ser complicado y decidimos volcar nuestra experiencia del limón a los commodities” (Infocampo, 16/4/2010). Así, a la inversión en proyectos inmobiliarios que dio origen al grupo y las actividades citrícolas (firma Citrusvil),18 con las que incursionó en el ámbito agroalimentario, debe agregarse recientemente la actividad agrícola (firma Viluco19), con la particular integración de la cadena de oleaginosas para la producción de biodiesel (planta Ag-Energy), la producción ganadera (firma Engordar20) y, por último, la caña de azúcar, con la apertura de El Pucará.21 De las 100 mil hectáreas que tiene bajo producción, unas 28 mil son destinadas a la ganadería, 43 mil a la agricultura,22 y el resto a la caña y el citrus (Infocampo, 15/6/2012). Al mismo tiempo se intentó generar una mayor integración vertical al interior de la firma, potenciando el agregado de valor en todos los segmentos del proceso productivo. Esa situación convierte al grupo en uno de los principales exponentes del agronegocio argentino, siendo posible definirlo como una “megaempresa”23 productora de commodities agrícolas para el mercado internacional.En este sentido, el Grupo Lucci integra la denominada burguesía local transnacionalizada en torno de la cual se articuló la estrategia de acumulación tras el colapso de la convertibilidad (Féliz y López, 2012). Asimismo, comparte con otras megaempresas del agro argentino el origen familiar.
De este planteo se infiere que la lógica de funcionamiento del grupo condice con lo que Gras y Sosa Varrotti (2013: 215) han indicado como el “modelo de negocios de las principales
megaempresas agropecuarias”, caracterizado por una producción en red en el que asumen gran importancia la coordinación de los distintos eslabones de la cadena y la creación de valor en cada etapa del proceso (y a diferencia del modelo de la etapa agroindustrial). A través de este modelo se ha consolidado el predominio del agronegocio en el mundo rural argentino en laúltima década. Entonces,tal como se destaca en diversos medios, en el caso del Grupo Lucci“su principal valor no está en la cantidad de actividades, sino en la integración entre todas ellas. Verticalmente y horizontalmente, las transformaciones son una constante” (Clarín,25/5/2012). En palabras del director del grupo:

“[Con] Viluco hemos estado dedicándonos a la actividad agropecuaria principalmente, a la producción primaria de soja y maíz, y al ganado vacuno, a la cría, recría y engorde de ganado vacuno. Hemos alcanzado una escala en esos dos ámbitos de actividades importante, interesante para el norte argentino y hemos creído que al igual que hicimos antes con nuestra otra área de actividad que era la citricultura (que primero supimos crecer en producción primaria y luego integrar verticalmente la producción con la industria), que teníamos esa misma oportunidad con la soja, ya no solo con la soja producida por nosotros mismos, sino con la soja producida en la región. Y a ese pensamiento inicial o básico debemos este proyecto Agro-Energy en el que nos encontramos”.

4.2. El eslabón que faltaba: la producción de biodiesel

La decisión del grupo de incursionar en la producción de agrocombustibles puede comprenderse primeramente como parte de la estrategia de valorización del capital, a partir del agregado de valor en diferentes etapas del proceso agroindustrial. Sin embargo, la opción por el biodiesel se vincula estrechamente con las promesas de rentabilidad. Tal como explica el empresario:

“en principio, nació como una empresa típica de crushing24 para obtener proteína vegetal, harina de soja y aceite de soja. Pero, en la escala en la que hemos pergeñado el proyecto,no era atractivo el negocio sino hasta el advenimiento del biodiesel. En efecto, el biodiesel terminó de ayudarnos a tomar la decisión de ir adelante” (Newsletter PAA, 4/5/2010, cursivas propias).

El biodiesel se presentaba como una opción posible en un contexto global y nacional de búsqueda de alternativas al petróleo que llevó a que estos energéticos sean promovidos (incluyendo la sanción de legislaciones en Argentina y en otros países para fomentar su utilización). A estos factores se sumó la creciente difusión de los agrocombustibles en los círculos empresariales de los que participaba el grupo.25 Esto confirma el argumento teórico según el cual para los agentes dominantes del sistema agroalimentario (global–local) la función principal de la actividad agropecuaria es la obtención de beneficios, por cuanto los productos del campo (otrora “alimentos”) pasan a ser mercancías y, en etapaactual,energéticos (Delgado Cabeza, 2010, Aguirre, 2010, Rubio, 2007). Por tanto, se comprendía a la producción de agrocombustibles como expresión del proceso de mercantilización inherente a las estrategias de valorización del capital.
Por su parte, la idea de producir biodiesel era factible dada la expansión agropecuaria y reestructuración socioproductiva acaecida en la década anterior, a través de la cual las producciones del área extrapampeana se integraron al núcleo básico de exportaciones argentinas.26 Por su parte, la producción de biodiesel daría inicio a una nueva etapa en el
proceso de expansión del modelo del agronegocio. De hecho, la amplia presencia del cultivo de soja y la inexistencia de moliendas para la transformación de granos en la región del NOA (que eran trasladados principalmente a la provincia de Santa Fe), constituyó una “veta comercial” considerada por el grupo:

Tenía sentido poner una planta de extracción de soja y producción de biodiesel en el vértice sur de la zona tributaria norte del país, que produce 5 millones de toneladas de soja por año, equivalentes al 10% de la producción nacional y desde ese vértice, poder abastecer parte de la demanda regional que hoy es abastecida desde el sur. Hoy, la materia prima baja hacia Rosario, ahí se procesa y luego vuelve a subir, y no necesariamente en su estadio primario como harina de soja sino como producción de huevo, pollo, cerdo, carne, entonces indudablemente hay un camino de ida y vuelta y una irracionalidad logística. Entonces toda vez que se pueda detener la materia prima antes que llegue al sur entendiendo como tal a Rosario, transformarla y aprovecharla regionalmente, hay una ganancia logística y una mayor eficiencia en la cadena de valor” (El Nuevo Agro, 04 /1/2010).

En términos generales, el discurso de los directivos del Grupo Lucci alude a una estrategia tendiente a la apropiación y defensa del capital en el campo económico. Además, manifiestan la “racionalidad” como forma de acción social pertinente, apelando a la idea de un cálculo racional y objetivamente correcto. Esto lo comprendemos como muestra de una razonabilidad fundada en una lógica económica capitalista (marcada por el afán de maximizar la ganancia y la eficiencia). “En ese caso, y solamente en ese caso, el cálculo económico está subordinado a los fines propiamente económicos y la economía es racional formalmente, en los fines y en los medios” (Bourdieu, 1988: 113).
Igualmente, la localización en el NOA también permitía una mayor cercanía con el mercado más grande de consumidores de derivados de soja para alimentación animal27:

“Nosotros a partir de la potencialidad asiática y a partir de la conexión que nos ofrece el Pacífico, toda vez que estamos cerca de la Cordillera de los Andes, hemos creído que el paradigma sojero argentino podía tener, o puede tener, y creo que ya lo está teniendo, un paradigma distinto. Es decir, en vez de que ocurra lo descrito antes, de tener parte de la producción primaria de soja, la que le corresponde a las 5 provincias del noroeste argentino en el vértice de su área tributaria natural, industrializarla y sacarla transcordilleranamente a la producción hacia Chile, hacia el Pacífico y hacia Asia. Asia representa el futuro potencial mercado que el mundo tiene, toda vez que es allí donde están creciendo mucho (…) y están en plena transición alimentaria. Y la soja, o la harina de soja, es la que va a posibilitar pasar de la alimentación basada en proteínas vegetales a una alimentación basada en proteínas animales” (entrevista a Lucci en Cardinal Norte TV,2010).

Por otra parte,Lucci señala como una de las expectativas a cumplir por el proyecto agroindustrial el “que sea al mismo tiempo regional, ya que pretendíamos mantener la presencia productiva que tenemos en las cinco provincias del noroeste” (Newsletter PAA, 4/5/2010). Esta noción de “regionalidad” condice también con la lógica de las megaempresas, que será profundizado a continuación.
La planta de biodiesel integra la cadena agro–ganadera de la firma Viluco, que se extiende por las provincias de Salta, Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca. Esta firma abarca desde la producción primaria de algo más de 100 mil toneladas de soja, 80 mil toneladas de maíz y sorgo, 8 mil toneladas de trigo, mil toneladas de trigo candeal y 1.500 toneladas de garbanzo, la transformación industrial de los mismos (generación de harina para alimentación animal,
pellets, borra, glicerina y biodiesel) y los emprendimientos ganaderos de la firma Engordar. Se advierte entonces que el despliegue regional de la empresa es una de las principales características de su estrategia de acumulación.
La toma de decisiones en la planta de biodiesel está supeditada al centro de operaciones del grupo, ubicado en Tucumán, lo cual ha sido señalado como una dificultad por parte de los empleados administrativos de Ag–Energy:

“Al nivel que esta la planta hoy, al nivel de que produce, lo que vende, yo creo que ya tendría que tener una independencia total de Tucumán. Y hoy en día estamos como muy dependientes de lo que es la administración central de Tucumán. Entonces eso a vos te limita mucho el trabajo. Vos para hacer ciertas cosas tenés que pedir autorización tienes que andar investigando, en el mismo sistema que manejas no tienes con autorizaciones para ver todo, entonces eso como que te limita. Te cansa… pedirles, pedirles, no tener respuestas o tener respuestas al largo plazo” (empleado de jerarquía de AG Energy, 3/2012).

Por lo demás, la lógica de funcionamiento del grupo hace que la planificación no se agote en la producción de biodiesel, sino que a su vez éste habilitara nuevos agregados de valor en otras etapas del proceso. De este modo,Lucci plantea que pretende “avanzar en la cadena de valor tanto como podamos y poder hacer especialidades como la glicerina farmacopea a partir del glicerol o mezclas con la harina de soja” (Infocampo, 16/4/2010). En este punto es que la inversión en ciencia y tecnología adquiere una gran importancia como medio para potenciar la eficiencia en la cadena de valor, siendo esta condición otra de las características de las megaempresas. Según Gras y Sosa Varrotti (2013) éstas asumen el conocimiento como un factor de producción más, disponiendo de áreas específicas para la investigación en ciencia y tecnología. En el caso del Grupo Lucci, y en particular de la planta de biodiesel Ag–Energy, disponen de laboratorios de alta complejidad en los que son analizados los productos generados.


Mapa: Territorio del Grupo Lucci
Fuente: elaboración personal

El principal insumo de la planta de biodiesel de Frías es la soja. Tiene una capacidad de crushing de 3.000 toneladas diarias (un millón de toneladas anuales), que en términos de superficie abarcan “unas 800 hectáreas si se tiene en cuenta, por ejemplo, que un rendimiento medio en Santiago de una hectárea de soja, se ubica en el orden de los 25 quintales” (Aranda, 2010). El grupo produce unas 100.000 toneladas anuales de soja (1/10 del total de la requerida) en campos ubicados en la región del norte de Santiago del Estero y Salta, el resto es comprado a terceros. Para completar la capacidad de la planta de Frías se requiere comprar el resto de los granos a productores de la zona (900.000 toneladas). En las inmediaciones de la planta la soja tiene escasa presencia (aunque en el último tiempo su producción se ha incrementado en el departamento de Choya).28 Entonces, el grupo se abastece con soja de la región que abarca, según el gerente de la planta,“desde Frías hacia el norte (...) en Tucumán, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y algo de Catamarca”. Otros insumos utilizados por la empresa son provistos por petroleras nacionales: el metanol y el hexano lo provee YPF desde Plaza Huincul, en Neuquén. El hidróxido de sodio, el ácido clorhídrico y las tierras de filtración son importadas (algunos desde Brasil). En cuanto a las máquinas y el equipamiento de la planta de Frías, el mismo fue comprado en Estados Unidos (tecnología Crown).
Los destinos de los productos principales (harina y biodiesel) alternan entre el mercado interno y externo: aproximadamente el 70% la harina se exporta y el 30% queda en el mercado interno. En cuanto al biodiesel, la empresa destina casi la mitad de su producción a abastecer el mercado interno y el resto va al mercado externo. En cuanto a las ventas al exterior, se destaca que uno de los factores condicionantes de la localización fue la posibilidad de trasladar los productos vía Chile por el Pacífico con destino a Asia. En el marco de este objetivo Frías ha recibido la visita de delegaciones asiáticas (incluyendo al Embajador de la República de China en la Argentina,ZengGang, en 2010, y de una comitiva de Taiwán). En cuanto a los otros productos generados, durante la visita a la planta se nos afirmó que se está intentando promover el consumo local de pellets, borra y glicerina. Así el empresario señalaba: “lo que vamos a hacer que ya está comprado es la planta de premezcla para alimento balanceado” (gerente de Ag Energy, 3/2012), cuyo análisis profundizaremos en el segmento siguiente.
A modo de síntesis advertimos que os productos finales de la cadena, intensivos en ventajas comparativas estáticas, se insertan principalmente en redes globales de alto valor, secundariamente en el mercado nacional, siendo mínimo el consumo local y regional (aunque se esté intentando fomentarlo). Son los productos secundarios los que se destinan al consumo local, dinamizando asimismo cambios en la dinámica productiva local que serán analizados a continuación. De esta manera se cierra un círculo de acumulación capitalista, en el que la naturaleza es considerada como un mero soporte de la actividad económica mercantil. En esta línea de análisis, algunos autores han puntualizado el reforzamiento de los sesgos extractivistas del capitalismo periférico latinoamericano, especialmente a partir de la etapa neoliberal, caracterizándola como neoextractivista. En los términos de Seoane (2012: 3), la etapa actual integraría el “ciclo corto del extractivismo” iniciado en los setenta con el régimen de acumulación flexible y la valorización financiera, cuyas raíces se remontan a la conquista.29 En este marco algunos autores han interpretado al avance del modelo del agronegocio como parte de un proceso de “acumulación por desposesión” o “por despojo” (Harvey, 2004), a través del cual se expande la frontera del capital.30 Siguiendo a Svampa (2012: 17) consideramos que en su faceta actual el proceso de acumulación por despojo incluye además de “las actividades típicamente consideradas como tales” (como la minería o los hidrocarburos), “también los agronegocios y a la producción de biocombustibles”. De esta manera, advertimos que el despliegue de este tipo de emprendimientos refuerza una inserción internacional asentada en las ventajas comparativas estáticas, en el contexto de un extractivismo de largo asiento en nuestras latitudes.
Del análisis precedente es posible inferir la falta de vinculación entre la empresa y su entorno más inmediato al momento inmediatamente posterior de la instalación. Los insumos que requiere la empresa son adquiridos extra–localmente y sus principales productos (biodiesel, pellets y harina) se consumen en su mayoría extra–regionalmente. En este punto, resulta de interés abordar los vínculos que se dinamizan en el plano local a partir de la implantación del emprendimiento de biodiesel. Los mismos serán observados a continuación como parte del proceso de acumulación.

5. Estrategia de acumulación: verticalidad y expansión regional

Una característica reconocida a lasmegaempresas ha sido la “dinámica regional” que adquiere la acumulación, que en el caso de estudio se focaliza en el NOA (tal como grafica el Mapa anterior). Gras y Sosa Varrotti (2013: 231) detallan que la estrategia regional involucra una doble diversificación, por un lado, de las actividades y por otro de los espacios. La diversificación territorial permite una mayor gestión del riesgo considerando aspectos políticos, productivos y financieros, siendo este un elemento esencial del management de las megaempresas. Por su parte, el despliegue territorial es generado a partir de arreglos complejos a través de los cuales se conforma un “espacio económico donde se intercambian [y generan] bienes, servicios, información y conocimientos, del que participan estos múltiples agentes, que establecen contratos formales e informales entre sí” (Gras y Sosa Varrotti, 2013: 227). Por ello con frecuencia la organización de la producción en redes es acompañada por la tercerización de actividades (tareas de siembra, mantenimiento y recolección, entre otras) y por la subordinación de distintos agentes rurales a las necesidades de la megaempresa, involucrando distintos niveles de centralización de los recursos. Finalmente, las autoras señalan que estas empresas se caracterizan también por poseer sólo una porción de la tierra en propiedad (o bien arrendarlas en su totalidad).
El caso del grupo Lucci da cuenta de cómo la dispersión y variedad de actividades, se complementa con una lógica territorial vertical, lo que a su vez promueve un esquema de funcionamiento típico de los actores dinámicos del capitalismo contemporáneo. En el caso de estudio la “lógica territorial reticular” (Haesbaert, 2007) funciona en torno de un foco central ubicado entre San Miguel de Tucumán a partir del cual el directorio del grupo establece vinculaciones con otras regiones del globo. De este modo, en el esquema de funcionamiento del grupo el centro operativo restringe el accionar de sus partes a fin de que ninguna decisión o acción realizada en los espacios locales pueda perjudicar el interés del grupo (definido por el círculo más cercano a Daniel y Pablo Lucci). Esa “dependencia”, rechazada por las partes, garantiza y resguarda los intereses propios del Grupo.
Esta complementariedad entre la expansión regional (horizontal) y la integración vertical de las actividades a partir de un mayor agregado de valor, promueve un esquema organizativo que otorga al grupo Lucci capacidad de influencia sobre un vasto territorio (localizado mayoritariamente en la región del NOA), tal como se advierte en el Mapa. Entonces, el esquema de funcionamiento del grupo combina la modalidad de red (posibilitado por las nuevas tecnologías) con la verticalidad propia de la producción integrada, ejerciéndose un fuerte control sobre todos los eslabones del proceso (desde el primario –incluyendo el dominio de
amplias extensiones de tierra–, hasta el industrial).
Por su parte, la instalación de la planta de biodiesel en Frías generó transformaciones en el entramado productivo local. La actividad primaria predominante en la región del Sudoeste de Santiago y Este de Catamarca ha sido la ganadería (la agricultura ha sido tradicionalmente subsidiaria de ésta). Los establecimientos vacunos de la región se pueden dividir en dos grupos: el minoritario de grandes productores –que cuentan con infraestructura adecuada, alambrado, control sanitario, dieta alimentaria– y el mayoritario de pequeños productores –que crían a campo abierto. Mientras que los primeros se dedican a la explotación de raza (aberdeenangus,brangus,limusin, cebú y holando-argentino) los segundos crían vacuno criollo, cuatrero y mestizo (Nieva, 2009: 128 y 129, Contreras, 2013). En relación al ganado caprino, de acuerdo al CNA de 2002 el departamento (con 73.110 cabezas) era el principal criador de estos animales.
La ganadería vacuna que se desplegó tradicionalmente en la región corresponde a la cría para la producción de carne, ciclo que se finalizaba con el traslado de los animales a la región pampeana para su engorde. El esquema de ganado bovino tradicional de la zona estuvo basado un sistema mixto, respetuoso de los ritmos y capacidades productivas del ecosistema. La actividad realizada comprende un desmonte selectivo a fin de sembrar pasturas que se desarrollan bien en la sombra y son consumidas en el invierno (pastura diferida).En los últimos años se evidencia una tendencia creciente a la intensificación de la actividad ganadera. Ello se manifiesta tanto en un incremento en el número de cabezas como en la progresiva transformación de la estructura agropecuaria, tanto en los términos sociales como de sistemas productivos, en el sentido de la creciente managerización de la actividad. Otros elementos, como el crecimiento del mercado inmobiliario por la compra de campos, el desmonte y la siembra de pasturas subtropicales (como gattonpanic,buffelgrass y grama rhodes) refuerzan esta tendencia. Así, como corolario de la pampeanización y de la mano de nuevos agentes se introducen formas de manejo empresarial alterando el perfil ganadero y el entramado productivo tradicional local. Asimismo, en paralelo a este proceso, y al emplazamiento del Grupo Lucci en el sudoeste santiagueño, se realiza la inauguración de un frigorífico de gran tamaño en la vecina localidad de Forres (departamento de Robles, Santiago del Estero), en el año 2009. Resulta significativo que en este contexto el proyecto de producción de biodiesel se justifique en el plano local con énfasis en el alimento balanceado (producto derivado de la generación de combustible). En palabras de un funcionario local:

“A nosotros la producción del bio no tiene tanta incidencia como la producción de las harinas. Porque eso es lo que una pequeña porción de ella se debe volcar en la región. El bio hoy se va y se consume afuera, lo otro es para el desarrollo de pequeños, medianos y grandes productores.
Teniendo la planta esta, esto es una base de alimentos. O sea, el animal no come todo soja, come un balanceado. (…) Pero la región apunta precisamente a un desarrollo, a un mayor desarrollo ganadero en función de las pasturas que se hacen aquí, de los granos que se hacen aquí y del refuerzo de la harina de soja y del pellet de cáscara” (Secretario de Producción de Frías, 3/2012).

Según este relato la vinculación de la empresa con la actividad ganadera local generará oportunidades para la región, favoreciendo nuevas (modernas) actividades productivas y la posibilidad de integrar cadenas de valor. Estas han sido líneas comunes en los discursos de la mayoría de los entrevistados pertenecientes al gobierno local o provincial. De este modo, la presencia de la planta es justificada por su aporte a la ganadería regional. Sin embargo, la “tradición ganadera” que se subraya se contradice con el sujeto rural predominante en la zona (y en la provincia) y sus prácticas productivas. De este modo, la presencia de la planta favorece la tendencia a la mayor intensificación ganadera y la creciente managerización de la actividad. Esta vinculación también ha sido sustentada por los organismos oficiales:

“La potencialidad de la Región para realizar las etapas de recría y terminación se ha incrementado a partir de la disponibilidad de harina y cascarilla de soja generada por la reciente radicación de una planta de procesamiento de soja en el parque industrial de la localidad de Frías (…)
Estos recursos constituyen una fuente de ventaja competitiva para la ganadería al
permitir disociar la producción de los ciclos de las lluvias existentes y, en consecuencia, romper con la estacionalidad de la producción ganadera” (PROSAP, 2013: 16 y 24).

Los pequeños productores ganaderos de la zona, caprinos y bovinos, cuyo sistema productivo depende de la sostenibilidad de los ecosistemas regionales, difícilmente podrán aprovechar tal “fuente de ventajas competitivas” e integrarse a la cadena construida en torno a la planta de biodiesel. Como explica un técnico local:

“T: No podés estimular la ganadería con una planta de biodiesel acá. Podes invertir en la ganadería y que resurja, si la carne vale.
E: Algunos de los productos de la empresa son el pellet y el alimento balanceado, ¿a vos no te parece que eso puede incentivar la ganadería en la zona?
T: ¿Y cómo haces para criar una vaca a pellet?
E: ¿Y a alimento balanceado?
T: ¿Y cómo haces para criar? No lo podés hacer. Tiene que ser a campo (…). Lo que vos podés hacer es engordar, terminar un animal, un novillo de 200 kg sí, le podés dar pellet, le podés dar un balanceado y engordarlo, llevarlo a 360 o 330. Engordarlo, terminarlo. Pero no te va a ser rentable a vos darle ese balanceado a una vaca de cría. Es imposible. Es imposible. Ya tendríamos que empezar a estabular todo. Estabular significa: potreritos chicos, tener ahí la vaca de cría, y darles de comer ahí, que estén ahí, que paran ahí, que cumplan todo su ciclo ahí.
E: ¿Tipo un feedlot?
T: Tipo un feedlot. Pero no es un negocio rentable. Si te lo dicen es una mentira.
E: ¿Para quién no es rentable?
T: Para el productor. No es un negocio. Es imposible hacer un sistema de cría (…) no podes, no tiene lógica. Sería el panorama este de decir sembramos grano, a las vaquitas las tenemos en un corral y le damos la producción a este para que me crie… No, no, no te van a dar los números, es algo que no te puede dar” (Técnico local, 3/2012).

Entonces, se advierte como la planta de biodiesel establecida en Frías ha contribuido a alterar los sistemas productivos de locales, al favorecer la intensificación de la actividad primaria y consecuentemente la primacía de la lógica del agronegocio en la región. La constatación del rol que asume el Grupo en la región puede interpretarse en el sentido de la tendencia advertida por Bisang y Gutman (2005) a la consolidación de fuertes jerarquías en las tramas productivas agroalimentarias en torno de grandes grupos económicos que controlan el conjunto productivo y el diseño estratégico. Asimismo, se enmarca en la tendencia general de sumisión de la agricultura a la actividad industrial. Tal como afirman los autores jerarquías se encuentran sustentadas en el control de activos estratégicos, económicos, financieros o tecnológicos, que aquí han sido analizados en términos de capital económico (y político). En tales casos, el grupo económico se beneficia de las posibilidades de ganar competitividad a través de (1) la diversificación productiva (2) el logro de economías de escala y externalidades positivas, (3) el desarrollo de cadenas de valor mediante la integración vertical, potenciando aprovechamiento de las materias primas (en gran medida generadas por el mismo grupo) y (4) los estímulos derivados de la promoción estatal a la agroindustrialización. Es en este modus operandi que se exacerba la funcionalidad capitalista del territorio.
Por último, se destaca que el modo de funcionamiento que combina expansión regional (horizontal) con la verticalidad propia de los territorios red confiere al Grupo Lucci un rol nodal en la región,en función del capital económico que posee, pero que se traduce también en el campo cultural, político y simbólico.

6. Conclusiones

La producción de biodiesel en el NOA es propuesta por una empresa de capital nacional con una importante inserción en los mercados globales. La trayectoria de este grupo empresario da cuenta de las transformaciones ocurridas en el agro argentino en los últimos años, devenidas de la creciente concentración empresarial y de la expansión de la lógica del agronegocio. Asimismo,y en consecuencia, constituye un actor clave en el actual patrón de acumulación y un agente ejemplar del modelo del agronegocio argentino. Por último,se comprendió a la producción de biodiesel en Frías como un ejemplo de la penetración de la dinámica capitalismo global en nuevos territorios, en tanto puede ser interpretada en el marco del proceso general de penetración de las formas más avanzadas del capitalismo en el mundo rural.
El presente trabajo ha intentado analizar cómo los actores que ocupan una posición de jerarquía en el campo económico y detentan poder dominan y se apropian del espacio construyendo territorios funcionales a sus intereses. De este modo, a partir de la producción de biodiesel Frías es incorporada a la estrategia territorial de la empresa, amplificando la funcionalidad capitalista de ese espacio. Esto es posible por una lógica de acumulación que combina la horizontalidad (propia de la lógica contigua) y la regionalidad a través de redes, con la verticalidad (propia de la lógica global).La producción en red le permite una diversificación tanto de los espacios como de las actividades. Por su parte, la expansión regional constituye un mecanismo central en la estrategia empresarial de acumulación, orientada al mercado externo. Entonces, en su organización y funcionamiento el territorio del grupo puede graficarse con un esquema organizativo reticular en torno de una lógica de acumulación vertical. Ello permite a la empresa incidir en múltiples espacios contribuyendo a generar múltiples territorios, vinculados entre sí o no, siempre en relación al centro. Una de las principales consecuencias de ello fue el cambio en las relaciones de poder, potenciando la autoridad de la empresa en la región.
Por otra parte, esa lógica territorial reticular combinada con una estrategia de acumulación regional es posible en el marco de la complejidad espacial del mundo actual, en la que ciertos actores poseen la capacidad de utilizar e influir en múltiples territorios (multiterritorialidad). En este sentido,Haesbaert (2007) señala que los territorios–red son primeramente funcionales, al constituirse en un “medio para obtener un fin”, que sería la acumulación capitalista a partir de los bienes y servicios ambientales. Si, siguiendo a Santos (2005), establecemos una distinción entre el “territorio–como–recurso”, el que es una prerrogativa de los “actores hegemónicos”, y el territorio como “abrigo de los actores hegemonizados”, donde desde una valorización simbólica el territorio sería “un fin en sí mismo”, lo que podemos ver aquí es el predominio de una razonabilidad económica capitalista, donde, para esta empresa, el espacio adquiere interés a partir de una valoración utilitaria y crematística.
De este modo, el presente trabajo aporta a la reflexión sobre la expansión de la lógica del capital y las escalas territoriales en juego. El caso enfatiza tanto en la lógica de acumulación como en la escala de territorialización de los agentes dominantes. En particular se observó que la intromisión de un agente que ejerce una lógica territorial vertical, en función de una noción de “territorio–como–recurso”, modifica la dinámica espacial regional en el sentido del avance de la mercantilización en el agro construyendo territorios que disputan las territorialidades existentes. Ello ha sido interpretado como parte de la acumulación global en el sentido de una acumulación por despojo, en el marco general de un extractivismo de largo asiento en Nuestramérica. Sin embargo, no hay apropiación sin resistencia. Al respecto, vale destacar que Santiago del Estero no sólo es la única provincia del NOA con un proyecto de producción de biodiesel, sino que además se destaca por su diversidad biológica y cultural, siendo una de las provincias con mayor población campesina del país, con una amplia superficie de bosque nativo y en la que el avance del modelo del agronegocio motivó la progresiva profundización de los conflictos territoriales en las últimas décadas.

Notas

2 Las productoras de biodiesel pueden ser distinguidas en función de distintos criterios. Aquí las distinguiremos por su capacidad productiva, como grandes, medianas–grandes, intermedias y chicas. El segmento de las grandes corresponde a aquellas plantas con capacidad para generar más de 200.000 toneladas anuales. Las medianas-grandes serían aquellas cuya producción anual es de entre 100 mil y 199.999 toneladas. Las intermedias incluyen a aquellas con capacidad entre 40.001 y 99.999 y las chicas serían las que poseen una capacidad productiva anual menor a las 40.000 toneladas. La categorización fue construida en base a un análisis del tamaño de las plantas existentes en argentina (ver Toledo López, 2010).

3 El presente trabajo forma parte de la investigación para acceder al Doctorado en Ciencias Sociales de la UBA.

4 En trabajos anteriores Santos había definido al espacio como un conjunto de fijos y flujos, concibiendo que “los flujos son un resultado directo o indirecto de las acciones y atraviesan o se instalan en los fijos, modificando su significación y su valor, al mismo tiempo que ellos también se modifican. Fijos y flujos interactuando expresan la realidad geográfica” (2000: 53). Sin embargo, en La Naturaleza del Espacio retoma esa definición a partir de la constatación de que “hoy los fijos son cada vez más artificiales y están más fijados al suelo, y los flujos son cada vez más diversos, más amplios, más numerosos, más diversos” (Ibíd.), en función de lo cual propone una nueva definición de lo que sería el “objeto de pensamiento” de la geografía: los sistemas de objetos y los sistemas de acciones. En palabras del autor: “nuestra propuesta actual de definición de la geografía considera que en esta disciplina cabe estudiar el conjunto indisoluble de sistemas de objetos y sistemas de acción que forman el espacio” (Santos, 2000: 54).

5 Santos considera que el individuo puede ser definido por su intencionalidad, percibiendo a ésta como un punto de análisis eficaz en la contemplación del proceso de producción, considerado como un resultado de la relación entre el hombre y su entorno (Santos, 2000: 77). Asimismo, el término “intencionalidad” pretende distanciarse de la idea de “intención”, entendida como la búsqueda consciente de un determinado fin.

6 Los términos actor y agente son utilizados indistintamente para denotar grupos que accionan en el marco de una relación social.

7 Las relaciones de poder son inherentes a todos los demás tipos de relaciones sociales. De este modo, el poder no es tratado aquí como “objeto” o “cosa” que algunos grupos detentan y otros no, sino que se lo aborda en un sentido absoluto. Por ende, no se considera únicamente su dimensión coercitiva, de dominación, sino también su esfera ideológica y simbólica. Vale entonces remarcar, siguiendo el planteo de Haesbaert (2007: 3), que el poder es entendido en el doble sentido de dominación y de apropiación.Éste autor retoma además las reflexiones de Foucault, afirmando que el poder implica siempre una resistencia. Así, resistencia y dominación son dos facetas del mismo movimiento, en el cual también los grupos “dominados” están siempre (re)construyendo sus territorialidades, aunque no sean tan visibles (Haesbaert, 2009: 10). Por ello se sostiene que el territorio es al mismo tiempo “espacio de libertad y dominación, de expropiación y de resistencia” (Mançano Fernandes, 2005: 277).

8 Alicia Gutiérrez, describiendo el pensamiento de Bourdieu explica que la acción social es comprendida “en términos de estrategia, partiendo de la hipótesis de que, según una lógica de costo-beneficio, el actor social selecciona aquella alternativa que, entre las que le brindan sus condiciones objetivas, considere acorde a sus intereses ligados a su posición dentro de ese sistema” (Gutiérrez, 2005: 24–25). Esta noción de estrategia, lejos de implicar “la prosecución intencional y planificada de fines calculados” alude al “desarrollo activo de líneas objetivamente orientadas que obedecen a regularidades y forman configuraciones coherentes y socialmente inteligibles, es decir, comprensibles y explicables, habida cuenta de las condiciones sociales externas e incorporadas por quienes producen las prácticas” (Gutiérrez, 2005: 28).

9 Existe una lógica económica que subyace a toda práctica social que Bourdieu designa como “economía de las prácticas”. En esta perspectiva las prácticas sociales (acciones y representaciones) son razonables (y no racionales), esto es, comprensibles y explicables por su sentido (objetivo y subjetivo) en el marco de una estrategia determinada llevada a cabo por un agente social.

10 Por su parte, las relaciones de poder serán diferentes en función de los campos en las que se desarrollen, definidos como “espacios de juego históricamente constituidos con sus instituciones específicas y sus leyes de funcionamiento propias” (Bourdieu, 1988: 108), en los que los distintos agentes ocupan diferentes posiciones. Los campos definen “sistema de posiciones y de relaciones entre posiciones” que ocupan los agentes en juego (Costa, en Gutiérrez, 2005: 31). Pese a asumir la multiplicidad de campos que componen el espacio social, es necesario reconocer el predominio del campo económico en la sociedad capitalista. Es así que en nuestras sociedades “el campo económico tiende a imponer su estructura sobre los otros campos” (Gutiérrez, 2005: 43).

11 La territorialidad es dinámica puesto que “su existencia así como su destrucción serán determinadas por las relaciones sociales que dan movimiento al espacio” (Mançano Fernandes, 2005: 276). La situación de conflictualidad surge de las diversas intencionalidades sobre un mismo espacio, esto es, los “enfrentamientos entre las fuerzas políticas que procuran crear, conquistar y controlar sus territorios” (MançanoFernandes, 2005: 278). Este movimiento de creación, expansión y reflujo/destrucción de los territorios se denomina «proceso de territorialización–desterritorialización–reterritorialización».

12 En relación a esta moderna intensificación y complejización del proceso de (re)territorialización, Haesbaert (2007) propone el concepto de “multiterritorialidad”. La experiencia de la multiterritorialidad es posible por la compresión espacio-temporal que asistimos. La multiterritorialidad se vincula con la existencia de múltiples territorios, que es una condición necesaria pero no suficiente para su manifestación (Haesbaert, 2007: 12).

13 Gras y Hernández (2008: 229) señalan: la concentración de la producción (fenómeno que no fue seguido en la misma proporción por la concentración de la propiedad de la tierra); la expansión de la frontera agrícola; la tercerización de servicios y la transnacionalización de la oferta de insumos y maquinarias; y, finalmente, la resignificación del mapa institucional (a partir del cambio en los roles y en la representación de las asociaciones tradicionales y aparición de otras).

14 Por tramas productivas entienden “los conjuntos articulados y coordinados de empresas con relaciones de largo plazo referidas a objetivos de interés común. Estas tramas permiten aunar recursos naturales abundantes y de calidad, competitividades individuales de cierta importancia y adecuados mecanismos de interrelación y articulación de actores y/o etapas hasta llegar a la demanda final” (Bisang y Gutman, 2005: 116). Si bien advierten que la existencia de estas tramas no generan per se un desarrollo, estiman que la existencia de las mismas es condición necesaria para él. Esta perspectiva ha sido compartida por una gran cantidad de teóricos y por los encargados de llevar adelante las políticas públicas, constituyéndose en un enfoque predominante en la búsqueda del desarrollo en general y rural en particular.

15 Al respecto, Bisang y Gutman (2005: 116-117) han afirmado que “si bien las tramas agroalimentarias (…) presentan un alto potencial de expansión productiva e inserción competitiva en los mercados mundiales, la transnacionalización de tramas y mercados importantes de estos complejos productivos afecta las posibilidades de desarrollo local o regional (entendido como la generación de tramas productivas localmente densas y diversificadas, con una distribución equitativa de rentas, ingresos y ganancias)” [cursiva propia]. Por esta razón es necesario contemplar que las tramas “no garantizan automáticamente avances significativos en el conjunto de la economía” (Bisang y Gutman, 2005: 117).

16 Según las autoras “junto con el proceso de concentración coexisten otros movimientos. Por un lado, la producción de cortes entre quienes logran mantener un ritmo de cambio y quienes no; tal movimiento entraña una mayor diversidad vertical, lo cual profundiza la clásica heterogeneidad del agro argentino. Por el otro, la existencia de constantes movimientos de diferenciación social que traen consigo la ampliación de la diversidad dentro de capas anteriormente homogéneas. En definitiva, una concentración que acentúa la diversidad vertical y la heterogeneización dentro de cada categoría social” (Gras y Hernández, 2008: 229)

17 Long (1996: 45) advierte que “[l]as condiciones globales cambiantes –sean económicas, políticas, culturales o ecológicas– son ‘relocalizadas’ en el contexto de marcos de conocimiento y organización locales, nacionales o regionales. Por esta razón necesitamos estudiar en detalle los procesos de ‘internalización’ y ‘relocalización’ de condiciones y tendencias globales”.

18 Dedicada la producción, industrialización y exportación de limón. Entre los principales productos elaborados se destacan la cáscara deshidratada, el jugo concentrado y el aceite esencial de limón. En Tucumán poseen más de 5.500 has con (mono)cultivo de limón. Se cosechan aproximadamente unas 250.000 ton/año, utilizando mano de obra tercerizada.

19 En estos cultivos se implementa el modelo de agricultura industrial, basado en la siembra directa, uso de fertilizantes e intensivo en tecnología. Posee certificaciones GAP (Buenas Prácticas Agrícolas, por sus siglas en inglés).

20 Engordar es una empresa dedicada a la cría, recría e invernada. Posee seis establecimientos agroganaderos en las provincias de: Santiago del Estero, en el dpto. de Jiménez el establecimiento El Simbol (900 has) y el de Rancho Grande (18.000 has), La Porteña en Arraga (7.500 has) y la estancia la Armonía en el dpto. de Pellegrini (8.200 has); en Catamarca la estancia El Carmen (de 6mil has en Santa Rosa) y en la provincia de Tucumán la estancia Santo Domingo (de 800 has). Además cuenta con dos feed lot de 5.500 y 3.500 cabezas de cargas instantáneas.

21 El Pucará cuenta con una decena de fincas cañeras ubicadas en Tucumán y Salta (que entre todas suman casi unas 4.500 has).

22 Respecto de la agricultura, siembra cerca de 30.000 hectáreas de soja, y el total de su cosecha es enviado a su planta de biodiesel, que hoy tiene una capacidad de procesamiento de un millón de toneladas, pero está procesando 600.000, de las cuales 110.000 son aportadas por el grupo.

23 La noción de “megaempresa” fue ideada por Murmis para referirse a aquellas en las que sus volúmenes de actividad las diferencian del conjunto de las unidades de tipo empresarial y porque su objetivo productivo va más allá de la valorización de la tierra (en Gras y Sosa Varrotti, 2013: 220). Murmis y Murmis (2010) construyeron a base de información periodística una muestra de 48 grandes empresas con 50 mil o más hectáreas, dentro de las cuales sólo 14 empresas tienen más de 200 mil has.

24 El crushing es la primer etapa de la industria de procesamiento de granos. Así, en la cadena agroindustrial de las oleaginosas, la etapa del crushing se refiere a la molienda y extracción (procesamiento) de los aceites vegetales brutos.

25 En este marco destacamos la asistencia de Lucci al Primer Congreso Americano de Biocombustibles, celebrado en Buenos Aires en mayo de 2007 (La Nación, 12/5/2007).

26 Hacia fines del siglo XX en Santiago del Estero se visualiza una fuerte tendencia a la sojización de su estructura productiva, en concordancia con las transformaciones ocurridas a escala nacional. Según datos del CNA de 1988 la soja ocupa el 15,86% de la superficie implantada (en primera y segunda ocupación), siguiéndole en importancia el sorgo (15.20%), el algodón (10.10%), el maíz (9.5%) y la alfalfa (4.95%). En 2002 este panorama se modifica: la soja pasa a ocupar el 38,25%, mientras que los demás cultivos disminuyen fuertemente: el sorgo al 3,05%; el algodón al 4,49%, el maíz al 7,08% y la alfalfa se mantiene relativamente estable (4,7%). La tendencia ha sido la sustitución de algodón por soja, constituyéndoseésta en el principal cultivo de la provincia (Barbetta, 2005: 429).

27 En este punto es importante remarcar que esta proyección de la empresa también se encuentra en sintonía con las proyecciones que realiza el PEAA 2020 en relación a la potencialidad del mercado asiático.

28 Conforme el proceso general de agriculturización y aunque más tardíamente que en el resto de la provincia (y pese a las poco propicias condiciones naturales para la actividad agrícola), la soja se posiciona como el principal cultivo sembrado en el departamento. Según los datos del Sistema Integrado de Información Agropecuaria (SIIA) [http://www.siia.gov.ar/], la superficie sembrada con soja pasó de 350 has en la campaña 1997-98 a 8.000 en la campaña 2013-14. Sin embargo, la actividad ganadera continúa predominando en la zona.

29 El momento de la conquista resulta un componente imprescindible en la reflexión sobre la dinámica que adquiere la relación sociedad–naturaleza en nuestras latitudes. Primero porque con la conquista de América se configura el moderno sistema-mundo bajo un patrón de poder mundial cuyos rasgos definitorios son: la colonialidad del poder, el capitalismo y el eurocentrismo (Quijano, 2000). En torno a ese patrón de poder se articulan todas las experiencias, historias, sentidos y productos del mundo en un único orden cultural global, bajo hegemonía occidental.)

30 La propuesta de este concepto deviene constatar que algunos de los rasgos de la acumulación originaria “se han adecuado y hoy juegan un rol aún más importante que el que habían jugado en el pasado” y porque considera que “denominar ‘primitivo’ u ‘originario’ a un proceso en curso parece desacertado”. Además, la idea tiene su origen en la constatación del carácter dual del proceso de acumulación de capital, señalado a comienzos del siglo XX por Rosa Luxemburgo. Así, por un lado existe el proceso basado en la reproducción de la plusvalía que se produce en el seno del capitalismo “moderno” y por otro, el intercambio establecido entre el capital moderno y las formas de producción no capitalistas. El nuevo concepto involucra entonces tanto las formas otrora señaladas por Marx en su capítulo XXIV, como su modernización en formas actuales (Harvey, 2004).

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Aranda J. “Ag Energy, el primer biodiesel producido en la localidad de Frías en Santiago del Estero sale al mercado nacional”,El Liberal, 11/6/2010, disponible en http://biodiesel.com.ar/3667/ag-energy-el-primer-biodiesel-producido-en-la-localiad-de-frias-en-santiago-del-estero-sale-al-mercado-nacional (acceso 18/7/2012).

Entrevista a Lucci en Cardinal Norte TV, 2010, disponible en http://www.youtube.com/watch?v=f6AoamZqqOE&list=PLHlWKiJUgVYoAsuh-rlq6c2ZByNJYZIHn&feature=mh_lolz (acceso 01/06/2013).

Recibido: 11.10.16
Revisión editorial: 20.03.17
Aprobado: 20.05.17

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