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Trabajo y sociedad

versión On-line ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.29 Santiago del Estero jun. 2017

 

ESPEJO DE LECTURAS

Reseña 

 

A propósito de La disputa por la dignidad obrera. Sindicalismo de base fabril en la zona norte del Conurbano Bonaerense 2003-2014. Paula Varela. Editorial Imago Mundi, Buenos Aires, 320 p., 2015.

Julieta Longo,1 

1 Doctora en Ciencias Sociales (UBA) y licenciada en Sociología UNLP. Becaria Posdoctoral CONICET con lugar de trabajo en el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales. Docente de grado de la UNLP. 

¿Qué tiene de novedoso el “sindicalismo de base” que tantas páginas ocupó en los estudios de los últimos años en Argentina? ¿Por qué los trabajadores en algunas fábricas se enfrentan a las direcciones sindicales? ¿Quiénes son los trabajadores que llevaron adelante estas experiencias?¿Cómo pensar a partir de estas experiencias la política en las fábricas?
El libro La disputa por la dignidad obrera. Sindicalismo de base fabril en la zona norte del Conurbano Bonaerense 2003-2014 nos permite repensar estos temas clásicos, y a veces un poco olvidados, en el escenario de la Argentina actual. Es un libro a la vez teórico y empírico, donde las fábricas y también los territorios que reconstruye Paula Varela permiten imaginar los procesos de politización de los trabajadores, recuperando las posiciones de los protagonistas, con todas sus ambivalencias y tensiones.
El momento de inflexión desde el cual la autora analiza la emergencia de un renovado sindicalismo de base fabril es la crisis económica, social y política del año 2001. La crisis impactó en el mundo académico y las investigaciones dejaron de focalizarse en el barrio, que en los años ’90 fue mirado como el espacio de surgimiento de nuevas politicidades, para indagar los procesos que más o menos inesperadamente irrumpían en los espacios de trabajo. La disputa por la dignidad obrera surge en este contexto pero, sin reproducir miradas dicotómicas, se plantea preguntas que pasan inadvertidas en otros estudios. El abordaje de la politicidad de la clase obrera industrial en el libro comienza en el territorio para desplazarse luego a la fábrica. La vinculación entre fábrica y territorio, se mantiene latente a lo largo del texto, entendiendo que sólo es posible comprender la manera en que los obreros piensan y hacen política teniendo en cuenta también a los espacios extra fabriles.
Paula Varela reconstruye la política en el sindicalismo de base a partir del caso de FATE, una de las empresas más grandes de la zona Norte del Conurbano Bonaerense. FATE, nos cuenta la autora, era una fábrica donde “no pasaba nada”, donde sus 1500 trabajadores entraban, cumplían su horario de trabajo y se iban. Pero en el año 2007 estalló en la fábrica un conflicto que se extendió durante nueve meses y el cual, como muchos conflictos que surgieron en los últimos años, lo llevaron adelante jóvenes trabajadores, sin experiencias políticas previas y en oposición a la dirección del sindicato. De esta manera, en el transcurso del trabajo de campo, FATE se convirtió en uno de los casos paradigmáticos del sindicalismo de base. Este primer elemento hace que el libro ya sea novedoso. A diferencia de otros estudios tiene la posibilidad de ver el antes y el después, y así reconstruir el proceso de politización de la fábrica y de los trabajadores.
Para narrar este proceso el libro se divide en tres partes. En la primera, recuperando la voz de los trabajadores y activistas, describe qué pasó en FATE durante los nueve meses del conflicto. En la segunda parte, indaga acerca de la subjetividad y de la conciencia de los trabajadores, identificando cuáles son los elementos y las tensiones que permiten explicar sus prácticas. En la tercera, relaciona estos conflictos con la política, es decir, plantea la pregunta acerca de los significados políticos del sindicalismo de base. En todo este recorrido se plantean al menos tres aportes que nos permiten complejizar los debates acerca de qué sucedió con el movimiento obrero y la política en la post-devaluación.
En primer lugar, el libro nos sumerge en la vida de las fábricas pero también en el territorio industrial. El libro establece un diálogo entre uno y otro espacio, obligando a repensar separaciones que a veces se naturalizan en el mundo académico y restringen la mirada de los procesos sociales. FATE es la empresa, pero también es el barrio, y esta relación es central para comprender el proceso de politización de la fábrica y también sus límites. Si el recorrido en los ’90 se trazaba
desde la fábrica hacia el barrio, aquí la política surge en la fábrica y no termina de alcanzar al barrio. En FATE la política se emplaza en el espacio de producción, porque es donde se desarrolla la vida de los trabajadores, el barrio es sólo el lugar donde están cuando no trabajan. Y es la ruptura entre uno y otro espacio lo que se convierte en un límite para la acción colectiva. En FATE la frontera entre la fábrica y el barrio se mantiene y hace que el proceso de politización quede cercado al interior de la propiedad privada, invisible para el barrio. Los vínculos entre el barrio y la fábrica, no se establecen en el libro solamente en términos empíricos sino también teóricos. La autora recupera así un conjunto de conceptos que se elaboraron en estudios sobre el territorio, y los pone a prueba en el espacio fabril. ¿Qué diferencias hay entre las prácticas de los “punteros fabriles” y los delegados sindicales “de servicios”?, ¿cuáles son las consecuencias del “clientelismo político” en los espacios de trabajo?, la noción de estallido tan utilizada (y cuestionada) para explicar los saqueos ¿explica la dinámica con la que irrumpen los conflictos en las fábricas?
El segundo aporte se relaciona con la explicación acerca de la emergencia de un nuevo sindicalismo en las fábricas. La autora parte de un dato objetivo: luego del 2001 se crearon cuatro millones de puestos de trabajo que permitieron que nuevos y jóvenes trabajadores ingresaran a las fábricas. Pero lejos de contentarse con esta explicación Paula Varela señala que existen características ideológicas y políticas que diferencian a esta nueva generación obrera. La crisis del año 2001 es para la autora el acontecimiento vital que marcó a esta nueva generación, al mostrar al mismo tiempo la debilidad del sistema político y la fertilidad de la acción directa en las calles. Detrás de este acontecimiento se encadenan otros elementos, como la debilidad de las identidades políticas y el “apoliticismo” heredado de los años ‘90, el kirchnerismo y el aumento de expectativas materiales y simbólicas, y la repolitización de los espacios de trabajo. El libro sistematiza tres momentos en la formación de esta nueva generación: el menemismo, el 2001 y el kirchnerismo. En esta sucesión de tiempos, se generan expectativas que al entrar en contradicción con las posibilidades se transforman en demandas (injusticias), que para la autora permiten explicar el surgimiento de una nueva generación militante.
El tercer aporte se relaciona con la manera en que la autora aborda los vínculos entre el sindicalismo y la política. Esta pregunta se plantea en diálogo con el título: disputar por la dignidad. La polémica aquí se abre en la utilización misma de la palabra dignidad, que interpela al lugar y vigencia del peronismo en las fábricas. La pregunta por la política así planteada invita a reflexionar, por un lado, sobre qué es la dignidad obrera hoy y, por otro lado, acerca de cómo lograr esa dignidad. Es decir, es una pregunta que comienza por la legitimidad y culmina con las estrategias políticas para llevarla adelante. La respuesta de la autora contiene dos elementos entrelazados y es,
también, controvertida. Paula Varela señala, por un lado, que existe una crisis de la identidad política peronista a nivel individual y también a nivel de las direcciones sindicales. Crisis que a veces se narra como ausencia y otras veces como debilitamiento de una tradición peronista que pueda darle significado a las luchas de los trabajadores. El segundo elemento surge precisamente frente a esta ausencia, allí aparecen los militantes de izquierda que reivindican la tradición clasista y la pueden articular con la experiencia del 2001. En este punto la pregunta acerca por la politicidad de los trabajadores y su relación con la izquierda queda abierta. O mejor dicho, el libro abre interrogantes acerca de cómo pensar esta relación, y señala la importancia de la extrema izquierda en el protagonismo sindical desde las bases e incluso en ciertos escenarios extra fabriles, a través de la participación en los paros generales o en el crecimiento en las posiciones parlamentarias. Sin embargo, en estos escenarios, no se recupera nuevamente la tensión entre peronismo e izquierda, es decir en qué medida la izquierda que se construye en los espacios de trabajo, que disputa ser la orientación estratégica que redefine y postula nuevo sentido de la dignidad en el lugar de trabajo puede traducirse en los espacios donde el peronismo ha sido hegemónico. Recuperar estas preguntas y debates en algún punto implica volver a traer las preguntas que se hacían las investigaciones sobre el clasismo de los años ’70, acerca de las dificultades para superar los límites fabriles. El libro de Paula Varela señala algunos lineamientos en esta dirección, que nos permite evaluar la posibilidad de superar esos límites históricos, pero aquí no hay respuestas unívocas.
Si bien existen numerosos estudios sobre el “sindicalismo de base” en Argentina en los años recientes, estos tres aportes nos proponen una mirada teóricamente renovada y abierta para reflexionar sobre la política en las fábricas. Desde una perspectiva claramente marxista la autora dialoga con numerosos autores, y ese diálogo surge y enriquece el análisis empírico del libro. Esta apertura también se hace en términos metodológicos. El relato etnográfico se entrecruza con datos que surgen de la Encuesta Obrera, con reflexiones teóricas, con otros estudios de caso y con entrevistas a delegados y análisis de conflictos de diversas fábricas de la Zona Norte. Este ir y venir metodológico y teórico, hace que su lectura nos invite a reflexionar sobre los problemas abordados por la autora, y también nos dé la posibilidad de hacernos nuevas preguntas acerca de la influencia de la izquierda en los procesos de politización, los vínculos entre el barrio y las fábricas y también sobre los límites de estos procesos de militancia de izquierda fabril. En este sentido, es un libro que nos sumerge en la investigación de la autora y, al mismo tiempo, nos da ganas de volver a investigar.

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