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Trabajo y sociedad

On-line version ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.30 Santiago del Estero June 2018

 

ESCENARIOS RURALES: ESTRATEGIAS LABORALES Y AGRONEGOCIOS

Una aproximación a las trayectorias laborales de los trabajadores mecánicos y manuales en la cosecha algodonera. Chaco, Argentina

An approach to labor trajectories of mechanical and manual workers in cotton harvest. Chaco, Argentina 

Uma aproximação para os planos de carreira dos trabalhadores mecânicas e manuais na colheita de algodão. Chaco, Argentina 

 

Germán Rosati*

* Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) / Programa de Investigación Sobre el Movimiento de la Sociedad Argentina (PIMSA). Doctor en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires-UBA), Magíster en Generación y Análisis de Información Estadística (Universidad Nacional de Tres de Febrero), Licenciado en Sociología (UBA). Correo electrónico: german.rosati@gmail.com

 


RESUMEN

Este trabajo se pregunta acerca del lugar que ocupan los trabajadores asalariados en la estructura social agraria. Se aborda el caso del mercado de fuerza agropecuario de la cosecha de algodón en la provincia de Chaco. Particularmente, se analizan las trayectorias laborales de los asalariados manuales y mecánicos de la cosecha algodonera (la estabilidad, rama de actividad, calificación, etc. de los puestos de trabajo ocupados). Las mismas, en tanto permiten realizar un acercamiento a las formas de competencia en el mercado de fuerza de trabajo, constituyen un indicador de la función que ocupan en la estructura social. Se utiliza como principal fuente empírica el análisis de historias laborales realizadas mediante entrevistas en profundidad.

Palabras clave: Trayectorias laborales; Chaco; Algodón

ABSTRACT

This paper asks about the place of waged workers in the agrarian social structure. The case of cotton harvesters in Chaco state is studied. Particularly, it analyzes manual and mechanical worker´s labor trajectories (stability, sector of activity, qualification, etc. of job positions). These trajectories constitute an indicator of the worker´s function in social structure, as they allow an approach to the different forms of labor market competition. The main empirical source is a set of interviews to workers in which labor histories are reconstructed.

Key words: Labor trajectories; Chaco; Cotton

RESUMO

Este trabalho interroga-se sobre o lugar dos trabalhadores na estrutura social agrária. Por força do mercado agrícola é discutida a colheita de algodão na província de Chaco. Em particular, são analisados os planos de carreira dos trabalhadores manuais e mecânicas da colheita de algodão (estabilidade, ramo de actividade, qualificação, etc.) de trabalhos retidos. Permitindo-lhes fazer uma abordagem às formas de concorrência no mercado de trabalho, um indicador do papel que ocupam na estrutura social. Análise de histórias de trabalho realizadas entrevistas em profundidade foram usados como a principal fonte empírica.

Palavras chave: Planos de carreira; Chaco; Algodão

Licencia Creative Common: https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/legalcode


 

SUMARIO

1. Introducción; 2. Aspectos teóricos en torno al estudio de las trayectorias laborales; 2.1- Aspectos metodológicos en el estudio de las trayectorias laborales; 3. Algunos rasgos de las trayectorias y ciclos ocupacionales a lo largo de la historia del sistema productivo algodonero; 4. Condiciones de entrada al mercado de fuerza de trabajo: origen social y experiencia en operación de maquinaria diversa; 5. Los mercados de fuerza de trabajo y la competencia de los trabajadores: trayectorias laborales de los trabajadores entrevistados; 6. Conclusiones y nuevos problemas; 7 Referencias bibliográficas.

*****

1. Introducción1

Una pregunta clásica en los estudios agropecuarios se interroga acerca de la función de las diferentes fracciones y grupos sociales en la estructura social y productiva agraria. Uno de los principales planteos al respecto proviene de la economía neoclásica. Lewis (1954) argumenta que América Latina posee una disponibilidad ilimitada de fuerza de trabajo en los procesos de acumulación de capital, destacando el rol que el sector de subsistencia (en buena medida, asimilado al sector agropecuario, en el que imperarían relaciones no plenamente capitalistas) tendría como ofertante de un flujo de fuerza de trabajo hacia el sector moderno (industrial y capitalista) de la economía.
A su vez, las teorías acerca del complejo latifundio-minifundio (Gómez, 1988) avanzaron en una conceptualización acerca del rol y la función que las capas de pequeños productores (generalmente minifundistas) tenían en la estructura agraria de los países latinoamericanos: podían cumplir diversas funciones: provisión de fuerza de trabajo barata a las grandes explotaciones latifundistas –como semi-asalariados-; obtención de precios de compra de determinados productos notablemente menores, a través de los diversos lazos de sujeción personal, política y/o económica que se establecían entre ambos tipos de explotaciones, etc.
Han sido los investigadores del Proyecto Marginalidad los que parecen haberse ocupado en mayor medida del problema de la funcionalidad de los sectores asalariados en la estructura agraria. Sin embargo, estos estudios han aparecido más bien asociados a formas de relaciones sociales generalmente caracterizadas por la no constitución de una fuerza de trabajo plenamente libre, sino que mantenían alguna vinculación con sus condiciones de vida y de trabajo (generalmente, la tierra). Así, Marín (1969) aborda el problema de la estructura agraria chilena y particularmente la cuestión de los asalariados y semiasalariados agrícolas en Chile. También en el marco del proyecto, D´Alessio (1969) aborda para el caso chaqueño el rol y la función de las fracciones de productores minifundistas semiproletarizados en la estructura del sistema algodonero chaqueño (básicamente, la de constituir una reserva de fuerza de trabajo disponible).
Los informes producidos por el Grupo de Sociología Rural del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación en la década del '70 abordaron diversos aspectos de los asalariados agropecuarios. Particularmente, en el caso de los asalariados del algodón en Chaco (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, 1971), retoman la caracterización de estos asalariados en términos de su posición marginal en la economía y en el sector agropecuario en función de algunas características de su inserción laboral.
Más recientemente, Rau (2005) ha abordado el problema de la posición y la función que los asalariados de la cosecha de la yerba mate (tareferos) tienen en la estructura económica del sistema productivo yerbatero. Los tareferos constituyen una fracción social que oscila estacionalmente entre su condición de integrante del ejército obrero activo (en la época de tarefa) y su pertenencia a la reserva (los momentos de no cosecha). Esta intermitencia es constitutiva de su condición de semiocupados permanentes (Rau, 2005).
¿Qué lugar ocupan los trabajadores asalariados en la estructura social agraria y en la estructura social general? Teniendo dicho interrogante general se abordó el caso del mercado de fuerza agropecuario de la cosecha de algodón en la provincia de Chaco. Esta provincia, constituye un ejemplo relevante para el análisis de estos problemas debido a su posición en el desarrollo capitalista nacional: inserción temprana, pero subordinada2.
El caso hizo posible analizar las transformaciones de un mercado de fuerza de trabajo con un proceso de mecanización de las tareas de cosecha relativamente reciente. A diferencia de lo sucedido en otras actividades agropecuarias, en el algodón su generalización se produce en la década de los '90, transitando desde entonces por un importante proceso de retracción y expulsión significativa de trabajadores. Al mismo tiempo, el caso aparece como un vacío en la producción científica: el último estudio sistemático sobre los cosecheros data de la década del'80 (Nadal, 1983), momento previo a la generalización de la cosecha algodonera y a las transformaciones en el uso del suelo (la llamada sojización).
En este artículo se caracterizan las trayectorias laborales de los trabajadores entrevistados.
Se intentará responder a las siguientes preguntas: ¿en qué mercados laborales participan (compiten) y/o participaron los trabajadores entrevistados a lo largo de su historia laboral? ¿Qué características poseían los puestos de trabajo en los que se desempeñaron (sector, calificación, estabilidad, registro, etc.)? ¿Qué características adquiere la sucesión de puestos de trabajo en las trayectorias de los trabajadores? ¿Pueden identificarse patrones en estos itinerarios laborales? Estas preguntas a su vez están atravesadas por un interés comparativo: ¿cuáles son las diferencias que pueden encontrase (si es que existen) entre las trayectorias de los trabajadores manuales y de los operarios de cosechadoras mecánicas en el cultivo de algodón? De esta forma, el problema general del artículo se refiere a la función que cumplen estos trabajadores en la estructura económico-social de la que forman parte.
En los dos primeros acápites de este trabajo se abordarán algunas nociones teóricas acerca de las trayectorias laborales, diferenciándolas de otros enfoques (principalmente anclados en la denominada dimensión subjetiva de tales trayectorias). Al mismo tiempo, se explicitarán algunos problemas de validez en la recolección de la información y la estrategia de indagación y recolección de la información en las entrevistas. Luego, se hará un breve recorrido por algunos procesos generales que atraviesan a la estructura agraria chaqueña y rastrearemos algunas características de los ciclos y trayectorias ocupacionales a partir de información histórica.
Finalmente, se analizarán las condiciones de entrada de los trabajadores entrevistados a partir de su origen social y las propias trayectorias laborales.

2. Aspectos teóricos en torno al estudio de las trayectorias laborales

Una primera delimitación necesaria se vincula a la noción de trayectoria laboral. A diferencia de la noción de trayectoria vital (que abarcaría fenómenos que exceden el ámbito laboral Helárdot, 2006; Muñiz Terra, 2012), las trayectorias laborales remiten a la esfera del trabajo: ámbito que tiene importancia dado que contribuye a estructurar las otras trayectorias vitales.
Un segundo aspecto refiere a los niveles de análisis que se ponen en juego: los diferentes enfoques identifican un nivel objetivo, referido a fechas, actores, eventos (Ferraroti, 1990; Muñiz Terra, 2012: 42), es decir, pautas regulares e identificables que remiten a los niveles de las formas y determinantes de la diferenciación social (Dombois, 1998; Muñiz Terra, 2012). Existe, además, un nivel subjetivo vinculado a interpretaciones, representaciones y sentidos que los sujetos ponen en juego en el transcurso de tales trayectorias. Las historias de vida laborales enfatizarán la biografía individual percibiendo a las personas como actores que se desenvuelven en el marco de sus propios itinerarios biográficos y de su contexto social (Dombois, 1998).
No es el objetivo de este trabajo reconstruir las percepciones y sentidos que los trabajadores dan a sus trayectorias laborales. Interesan, en cambio, las trayectorias mismas, es decir, la sucesión en el tiempo de los diferentes puestos laborales que cada uno de los entrevistados ha ocupado a lo largo de su vida laboral. Tampoco se intentarán explicaciones individuales de las trayectorias de los entrevistados a través de la vinculación entre el tiempo histórico, el tiempo social, y el tiempo biográfico (Roberti. 2012) y de los puntos de bifurcación3 de dichas trayectorias. En ese sentido, el trabajo se centra en la dimensión objetiva de las trayectorias laborales.
Las mismas constituyen secuencias de experiencias laborales estructuradas en dos dimensiones: el tiempo biográfico (asociado al ciclo de vida del sujeto) y el tiempo histórico (que limita el campo de posibilidades y define opciones laborales concretas en el mercado de fuerza de trabajo). Así, el estudio detallado de las trayectorias laborales permite reconstruir "el proceso de asignación de personas a posiciones sociales en tanto proceso relacionado con el tiempo de la vida de las personas, pero al mismo tiempo con una determinada perspectiva del tiempo histórico" (Dombois, 1998: 174). Éste es el tipo de procesos que se busca comprender en este artículo.
Lo que se intenta es analizar las trayectorias laborales de los entrevistados a la luz de las preguntas planteadas previamente sobre los mercados laborales. ¿En qué mercados laborales compiten los trabajadores entrevistados? ¿Qué características tienen esos mercados? De esta forma, el análisis de las trayectorias laborales debería permitir un acercamiento a las formas de competencia de estos trabajadores a lo largo de los diversos mercados laborales, permitiendo realizar inferencias teóricas acerca de la funcionalidad de los mismos en las estructuras económico-sociales de las que forman parte. ¿Se trata de trabajadores ubicadas en posiciones marginales, es decir, disfuncionales o afuncionales4, (Nun, 2001) que no participan de la
actividad económica y por tanto no constituyen una reserva disponible de fuerza de trabajo? ¿Se trata de trabajadores insertos en la estructura económica? Si es así, ¿en qué condición y posición se encuentran? A su vez, ¿qué función cumplen en dicha estructura?
La decisión metodológica de adoptar las trayectorias laborales (es decir, la sucesión de puestos laborales que a lo largo del tiempo ocupan los entrevistados) como un indicador de la funcionalidad de los trabajadores en la estructura económico-social y las relaciones que establecen entre los diversos mercados de fuerza de trabajo en los que ellos compiten proviene del planteo realizado por Nun (1989). En efecto, intentando analizar la función de un conjunto de trabajadores despedidos de varias terminales automotrices en dos momentos del tiempo (1967 y 1981) analiza en dos estudios los puestos de trabajo que lograban conseguir (en el momento de la entrevista, es decir, posteriormente al despido). A partir de allí Nun construye algunos indicadores que caracterizan la inserción posterior de los despedidos (categoría ocupacional, rama de actividad de su ocupación actual, ingresos, tiempo que transcurrió desde el despido hasta que consiguió nuevo trabajo, etc.). Ahora bien, la aproximación metodológica de Nun (1989) presenta una limitación: solamente se centra en un punto del tiempo y no intenta reconstruir otros puntos de tales trayectorias. En este caso, el objetivo será reconstruir la secuencia de puestos laborales en su totalidad, extendiendo así el período temporal a lo largo de toda la vida laboral activa de los entrevistados, desde el momento en que ingresan al mercado laboral hasta el momento de la entrevista.

2.1. Aspectos metodológicos en el estudio de las trayectorias laborales

Las trayectorias laborales analizadas surgieron de entrevistas en profundidad, realizadas en tres departamentos de la provincia de Chaco (Comandante Fernández, Chacabuco y 12 de octubre). Se abordaron diversas dimensiones (composición de los hogares, historias migratorias, descripción de las condiciones laborales, etc.). Se buscó, como criterio de inclusión en la muestra, que la actividad de cosecha (ya fuera manual o mecánica) no hubiera sido ocasional o contingente, sino que hubiera constituido una actividad relativamente recurrente en la historia laboral de los entrevistados – al menos cuatro años en total-. La muestra se conformó a partir de un muestreo tipo bola de nieve. Dada la no existencia de información actualizada (cualitativa o cuantitativa) acerca de las características de esta población, se seleccionaron algunas variables que podrían influir sobre las características de los entrevistados y se buscó de lograr una distribución de casos equilibrada en cada una de esas variables. El objetivo era construir grupos comparables entre sí respecto a cada una de las variables en cuestión. La selección fue guiada en función del tipo de entrevistado (manual o mecánico), la edad, el momento de ingreso al mercado laboral y la zona (se seleccionaron zonas con diferentes estructuras agrarias).
Ahora bien, las formas en que los trabajadores entrevistados se representan, interpretan o recuerdan su paso por el mercado laboral repercuten en el modo en que los entrevistados construyen su relato acerca de la sucesión de empleos que han ocupado. El relato que un entrevistado realiza de su trayectoria laboral es probablemente sesgado y su coherencia es introducida (en muchos casos) en buena medida en el mismo momento de la entrevista (Bourdieu, 1997).
Tales dimensiones subjetivas inciden, obviamente, en las posibilidades de reconstruir los aspectos objetivos. En tanto la reconstrucción de las trayectorias se basa en la realización de entrevistas a trabajadores, las formas en que tales trabajadores se representan, interpretan o recuerdan su paso por el mercado laboral repercuten en el modo en que los entrevistados construyen su relato acerca de la sucesión de empleos que han ocupado. De esta forma recordarán determinados puestos de trabajo con mayores detalles; otros puestos estarán menos fijados en su memoria, al menos en sus detalles más precisos; finalmente, otros puestos (quizás aquellos más breves e inestables) no serán recordados en absoluto. Más allá de las distinciones
entre la linealidad o no linealidad5 de las trayectorias, lo cierto es que el relato que un entrevistado realiza de su trayectoria laboral es probablemente sesgado. Se trata de un relato que es (en muchos casos) forzadamente coherente, coherencia que en buena medida es introducida en el mismo momento de la entrevista6.
De esta forma, la llamada dimensión subjetiva de estas trayectorias se presenta aquí fuertemente asociada a un problema de validez y confiabilidad de la información relevada en el campo y construida en el análisis. Podría objetarse, entonces, el uso de entrevistas en profundidad con el objeto de reconstruir dichas trayectorias en sus aspectos objetivos. Sin embargo, estos potenciales factores limitantes para la reconstrucción de las trayectorias no son sustancialmente diferentes a los que se presentarían si el diseño de investigación hubiera tenido un carácter cuantitativo. A través de un cuestionario estructurado y precodificado los problemas de recordación, selección y recorte de la realidad que realizan los entrevistados seguirían presentes. Por otra parte, cabe marcar la no existencia de estudios previos de tipo panel para distintos momentos históricos, razón por la cual fue necesario recurrir a una estrategia de reconstrucción de las trayectorias. De hecho, en este aspecto es posible identificar una ventaja en el diseño cualitativo para reconstruir trayectorias laborales: la posibilidad de repregunta y de profundidad en la indagación que brinda una entrevista semiestructurada.
La forma de encarar tal problema de validez requiere el diseño de un instrumento de recolección de información adecuado. Por ello una sección de las entrevistas fue diseñada específicamente para lograr una indagación lo más exhaustiva y precisa posible de la sucesión de empleos y puestos laborales que los entrevistados atravesaron (dentro de los parámetros de validez de este estudio)7. La estrategia de indagación adquirió un carácter retrospectivo: se procedió a la indagación hacia atrás desde un momento puntual del tiempo (el momento de la entrevista), permitiendo así una mirada de carácter longitudinal.
Se comenzó tomando como punto de partida el primer trabajo remunerado de los entrevistados, es decir, el momento de ingreso al mercado de fuerza de trabajo general. A partir de allí, se continuó interrogando sobre la secuencia de puestos laborales ocupados por ellos en orden cronológico. Posteriormente, se confeccionaron matrices analíticas en las cuales se desplegaban los distintos puestos laborales contenidos en los relatos de cada uno de los entrevistados y sus atributos más relevantes: años de inicio y finalización; descripciones de las tareas que desarrollaban; el sector de actividad en el que se desempeñaban y una serie de aspectos referidos al régimen laboral y a las condiciones de trabajo (si estaba registrado, si se trataba de un trabajo estable o no, si se realizaba bajo la condición de asalariados, etc.).
La información volcada en las matrices construidas fue dispuesta en una serie de gráficos que intentaron mostrar las trayectorias laborales de cada uno de los entrevistados. El objetivo es tratar de evitar las caracterizaciones generales tan frecuentes en ciertos tipos de análisis cualitativos. En cualquier análisis de información empírica (cualquiera sea su naturaleza) es necesario un proceso de reducción y sistematización de la información. Tanto se trate de datos cuantitativos o cualitativos es necesario organizar, es decir, reducir la complejidad de la información presentada. En este trabajo se privilegia un enfoque comparativo que permita una reducción de tal complejidad, pero también la visualización y el análisis simultáneo de todos los casos.

3. Algunos rasgos de las trayectorias y ciclos ocupacionales a lo largo de la historia del sistema productivo algodonero

Si bien no es el objetivo del presente artículo realizar una reconstrucción de la génesis y el desarrollo del sistema productivo algodonero en la provincia de Chaco, sí resulta relevante marcar algunas características que el mismo tiene y vincularlas con los procesos que constituyen a la fuerza de trabajo que el sistema consume.
La estructura algodonera chaqueña se constituye hacia principios de la década del '20 del siglo pasado. De forma similar a otras áreas del país, como la región Pampeana, Misiones o la Patagonia, el proceso de génesis histórica del mercado de fuerza de trabajo algodonero (y del sistema productivo algodonero en su conjunto) tuvo como condición la creación de una fuerza de trabajo libre, es decir, una fracción de población que no fuera propietaria de sus condiciones de existencia y obligada, por tanto, a insertarse como vendedora de fuerza laboral, satisfaciendo la creciente demanda de trabajadores en la región. Sin embargo, el origen de la fuerza de trabajo cosechera se encuentra muy vinculado al proceso de constitución de un proletariado rural cuyo destino original eran otras actividades: azúcar en el norte, obrajes y producción de tanino en Chaco. Esto se debe a que el algodón fue un producto relativamente tardío en la Argentina: su producción comienza a generalizarse entre finales de la década del '10 y principios de la década del '20. Sobre aquella fuerza de trabajo generada para otras actividades en un momento previo del desarrollo de la estructura social del Chaco se asentará el nuevo sistema productivo algodonero. (Iñigo Carrera, 2011)
La constitución de una parte de tales mercados laborales se hizo a través del sometimiento de la población indígena, sometimiento que implicó la utilización de la violencia (es decir, formas de coacción extraeconómica) por parte de la fuerza armada del estado en diversos períodos: las campañas militares de 1884 y 1911. A su vez, se produjeron diversos movimientos de resistencia por parte de los aborígenes que intentaron detener el proceso de separación de sus condiciones materiales de existencia y de destrucción de su modo de vida, mitigar los efectos de ese proceso y/o garantizar su condición de asalariados libres que pudieran vender su fuerza de trabajo sin trabas (como en el caso de la reducción Napalpí en 1924). Estos movimientos asumieron diversas formas (malones, concentraciones, marchas, acampes, etc.) pero puede notarse la relevancia que tuvieron las formas milenaristas de resistencia: ejemplos de estos movimientos son la masacre de Napalpí en 1924, los hechos de El Zapallar en 1931 y 1934 y los de Pampa del Indio en 1933 (Iñigo Carrera, 2011; Cordeu y Sifredi, 1971). El último de estos conflictos se desarrolla en los años 1934 y 1936 (las Juntas de Defensa de la Producción) que enfrenta a los productores y trabajadores contra las grandes comercializadoras de algodón, termina de constituir el sistema productivo algodonero. En estos movimientos también puede verse la utilización de la violencia organizada por parte del aparato estatal.
Sin embargo, los aborígenes no fueron la única fracción social incorporada en posición de asalariados al sistema algodonero chaqueño. Al incrementarse la producción algodonera, se incrementaba de forma correlativa la demanda de fuerza de trabajo y la incorporación de los indígenas no era suficiente. Existió, entonces, una segunda fuente de trabajadores que se adicionaba a la fuerza de trabajo indígena. La misma se constituye como producto de la crisis de las economías pastoriles y ganaderas de Santiago del Estero y Corrientes: se produjeron importantes corrientes migratorias estacionales hacia el Chaco para trabajar en la cosecha de algodón y también los obrajes. Como resultado de estos procesos migratorios hacia la década del '20 en el Chaco vivían 15.716 personas de origen correntino y 2.560 personas de origen santiagueño (que representaban un 23,6% y un 7,7% respectivamente de la población total del Chaco). Al mismo tiempo, Iñigo Carrera (2011: 145) menciona que entre 1895 y 1947 se asentaron en Chaco 70.000 correntinos (de acuerdo a los Censos Nacionales de Población). En el período intercensal 1947-1960 este flujo de población correntina había descendido a 10.000 (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, 1971: 13).
Ahora bien, ¿cómo eran las trayectorias laborales de los asalariados de la cosecha en momentos previos de desarrollo del sistema algodonero? Independientemente del sector social (migrantes temporales, indígenas, migrantes asentados), existía una articulación entre el trabajo en la cosecha algodonera (entre los primeros meses del año), el trabajo en los obrajes (el cual
tenía una característica más irregular) y la zafra en la producción azucarera (la cual se superponía temporalmente con la cosecha de algodón). La mayor parte de la bibliografía histórica tiende a converger en la caracterización de las trayectorias laborales de los asalariados cosecheros como sumamente inestables y de carácter precario, alternando diversas ocupaciones (dentro de las cuáles la combinación de los trabajos de cosecha junto con el empleo en los obrajes era de las más frecuentes) (Informe del P.E.N. en Cámara de Diputados, Diario de Sesiones 24 de Junio de 1925: 213-233; compilado en Iñigo Carrera, 1984: 57-58). Hacia la década del '60 la bibliografía disponible para diversas zonas de la provincia y distintas fracciones de los asalariados muestra una imagen similar (Bilbao, 1968-71; D´Alessio, 1969; Rozé 2007).
El Grupo de Sociología Rural del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación realizó una encuesta sobre la mano de obra transitoria en la actividad algodonera hacia fines de la década del ‘70. En primer lugar, se observa que los ciclos ocupacionales más frecuentes eran los que combinaban las actividades de cosechero-hachero (31% del total de cosecheros encuestados), cosechero con actividades estacionales sin calificación (21% de los cosecheros) y cosechero-cañero (un 20% de los entrevistados). Puede también notarse el bajo peso de otras combinaciones como la de trabajo en la cosecha de algodón con actividades calificadas (10%) o artesanales (1%) (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, 1971: 25-27). A su vez, un 34% de los cosecheros declaraba haberse encontrado desocupado de forma cíclica. Dentro de ellos, un 54% había estado desocupado en períodos que oscilaban entre uno y cuatro meses.
Con respecto a las historias ocupacionales de largo plazo puede observarse que entre aquellos cosechadores que desarrollaban su actividad solamente dentro del sector primario (260 sobre 447), la mayor parte de los mismos (69%) se insertaba en "actividades no calificadas, alternando las estacionales con las intermitentes" o bien "igual al anterior pero agregando ahora actividades permanentes sin calificar" (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, 1971: 17-18).
También Nadal (1987: 88) marca esta combinación de tareas en la cosecha de algodón, como hachero y en actividades urbanas de bajo grado de calificación. Aunque plantea que la crisis algodonera de fines de los años ‘60 rompió el ciclo ocupacional anual del cosechero, haciéndolo más inestable e irregular, alternando períodos de desocupación con actividades urbanas.
A su vez, la estructura agraria chaqueña ha transitado en los últimos 40 años por un fuerte proceso de transformación expresado en diversos procesos vinculados entre sí. En primer lugar, puede observarse el desarrollo de un proceso de diferenciación entre los productores agropecuarios de la provincia. La estructura chaqueña, como hemos marcado más arriba, se caracteriza por la presencia relevante de estratos de explotaciones medias y pequeñas, aunque se produce un proceso de concentración de la superficie productiva en la provincia. Así, de acuerdo a los Censos Nacionales Agropecuarios (CNA), puede verse que la proporción de explotaciones de hasta 100 has (estrato que agrupa a las explotaciones pequeñas y medianas) era de 82% (1960), 75,5% (1969), 55,9% (1988) y 49,1% (2002). Es decir que, no obstante el proceso de desaparición de explotaciones en la provincia, los estratos pequeños y medianos continuaban representando casi la mitad de las explotaciones de la provincia.
Desde 1970 se ha incrementado el tamaño medio de las explotaciones. En términos generales, se observa una tendencia a la disminución de las explotaciones a lo largo de todo el período: el tamaño medio de las explotaciones en la provincia (una vez más en función de los datos proporcionados por los CNA) era de 192.6 has (1960), 229,9 has (1969), 302.6 has (1988) y 375.9 has (2002).
Al mismo tiempo, en 1969 existían en Chaco 26.460 explotaciones; este número desciende a 15.694 en el año 2002. Si bien la misma es más acentuada hacia 1988 (las explotaciones descienden a un ritmo medio anual de 1,8% respecto a 1969), continúa hacia 2002 dejando como resultado en todo el período (1969-2002) una tasa de reducción anual media en el número de explotaciones del orden del 0,8%. Esta caída se da especialmente en los estratos más pequeños.
El segundo proceso es la crisis del sistema productivo algodonero, en el contexto de la caída de los precios internacionales. Dicha crisis parece tener como resultado, el paso del monocultivo
algodonero al monocultivo sojero (Valenzuela, 2005), observable en el cambio en la composición de la producción agrícola y en el uso del suelo a nivel provincial. El peso del algodón había sido en 1981/82 un 23% del total de la producción agrícola y hacia 2002/03 había disminuido al 3%. En este punto la soja comienza a participar de forma creciente en la producción de la provincia del Chaco: pasa de representar el 0,1% de la producción agrícola en 1970/71, a representar el 51,2% en 2009/10.
A su vez, las tareas de cosecha en la actividad algodonera presentan la mayor demanda laboral: de la demanda laboral total en la actividad algodonera en la campaña 2009/10 un 67,2% fue absorbida por la cosecha. Esta demanda es predominantemente de fuerza de trabajo asalariada. Del total de jornadas laborales consumidas por la cosecha por hectárea con algodón requeridas en la campaña 2009/10, un 84,7% se hacen bajo la forma asalariada (transitoria o permanente). Este rasgo de las tareas de cosecha se mantiene relativamente constante en la historia del sistema algodonero chaqueño.
Nuestras propias estimaciones (Rosati, 2013) permiten ver que para la campaña 1959/60, se habían requerido 6.983.456,5 jornadas laborales en la actividad algodonera para cosechar casi 450.000 has y producir aproximadamente 200.000 toneladas de algodón. Éstas se descomponían de la siguiente forma: 2.223.142,3 jornadas de trabajo familiar, 376.962,0 jornadas de fuerza de trabajo asalariada permanente y 4.383.352,2 jornadas de fuerza de trabajo transitoria. Hacia el final de la serie (campaña 2009/10) para una superficie similar (alrededor de 450.000 has) y una producción sustancialmente mayor (más de 500.000 toneladas) estos requerimientos se habían reducido a 3.551.789,7 jornadas totales, compuestas de la siguiente forma: 904.733,8 jornadas de trabajo familiar; 426.746,4 jornadas de fuerza laboral asalariada permanente y 2.220.309,5 jornadas de fuerza de trabajo transitoria. Es decir, que el requerimiento total de empleo en la actividad algodonera se redujo en los puntos extremos del período considerado, más allá de las oscilaciones que se observan en la serie, en un 49,13%; el requerimiento de trabajo familiar se redujo en un 59,30%; el de fuerza de trabajo asalariada permanente se expandió un 13,21% mientras que la demanda de fuerza de trabajo asalariada transitoria se contrajo un 49,34%.

4. Condiciones de entrada al mercado de fuerza de trabajo: origen social y experiencia en operación de maquinaria diversa

¿Cuáles fueron las condiciones de entrada al mercado laboral de los trabajadores manuales y mecánicos entrevistados? Al observar esta dimensión se hace evidente un hecho importante: casi todos los operarios de maquinaria de cosecha han transitado (durante muchas campañas) por la cosecha manual. En la mayoría de los casos entrevistados, el punto de partida de las trayectorias laborales analizadas es casi idéntico: se insertan como cosecheros manuales de algodón.
Teniendo en cuenta este hecho es posible plantear la pregunta acerca de los factores que condicionan las posibilidades de ingreso a un empleo en la cosecha mecánica. ¿Cuál es el origen social de los cosechadores manuales y de los operarios de máquinas cosechadoras? ¿De qué fracciones sociales provienen? Estas preguntas resultan relevantes en tanto plantean el problema de las diversas condiciones a partir de las cuales ambos tipos de trabajadores se insertan en el mercado de trabajo. En este apartado se intentará una aproximación a este problema a través de un indicador clásicamente utilizado en buena parte de la bibliografía relacionada al análisis de las transformaciones en los patrones de movilidad social: la actividad y la ocupación del padre de los entrevistados. Se verán, en primer lugar, las distintas actividades de los padres de los cosechadores manuales.

TABLA 1 Ocupación del padre, edad y máximo nivel educativo de los cosecheros manuales entrevistados. Chaco (2012-2013)

Fuente: elaboración propia en base a entrevistas a trabajadores cosecheros entrevistados

Puede verse en la tabla anterior que existen tres situaciones básicas en lo que se refiere al origen social de los cosecheros manuales entrevistados. En primer lugar, la situación más frecuente es aquella en la cual el padre era un asalariado puro, es decir, trabajaba solamente inserto en una relación salarial. Dentro de esta situación es posible encontrar algunas diferencias, principalmente, en relación a los niveles o grados de estabilidad de la ocupación del padre. Por un lado, existen algunos casos en los que esta relación se daba de forma relativamente estable (como peones de campo fijos o como empleados contratados por tiempo indefinido en el INTA, por ejemplo). Por otro lado, existen situaciones de inestabilidad en la relación salarial de los padres: peones rurales que trabajan para varios patrones, trabajo estacional (hachero o jefe de cuadrilla de hacheros en obrajes, actividades diversas en el cultivo de algodón –carpida, cosecha, etc.-), combinaciones de diversos empleos a lo largo del año (carpida-cosecha de algodón, trabajo como hacheros en obrajes-producción de carbón, changarín).
En segundo lugar, puede notarse la existencia de situaciones de semiasalarización en las ocupaciones de los padres de los cosecheros entrevistados. Se trata de aquellos típicos casos en los que se combina la actividad en una explotación agropecuaria con actividades bajo la forma asalariada para patrones fuera de la explotación. En términos generales, se trata de explotaciones pequeñas (entre 20 y 25 hectáreas cultivables) y asociadas a la actividad algodonera (y, en algunos casos, ganadera).
Finalmente, podemos observar la existencia de un origen social asociado a la inserción en la estructura productiva como productores puros, es decir, sin combinación con actividades asalariadas. Se trata del caso de Ju cuyo padre controlaba una explotación pequeña. Ésta es la menos frecuente entre los cosecheros entrevistados.
Puede intentarse ahora un acercamiento al origen social de los operarios de máquinas cosechadoras, a partir del mismo indicador. En la tabla 2 se verifican las mismas situaciones: asalariados puros, semiasalariados y productores. En aquellas situaciones de padres cuya ocupación era productor rural pareciera poder inferirse, entre los operarios consultados, un tamaño de las explotaciones entre pequeño y mediano (tenían entre 100 y 300 hectáreas de extensión).

TABLA 2 Ocupación del padre, edad y máximo nivel educativo de los operarios de maquinaria cosechadora entrevistados. Chaco (2012-2013)

Fuente: elaboración propia en base a entrevistas a trabajadores cosecheros entrevistados

Resalta entre estos casos, el de AM que parece constituir un caso de acceso a la propiedad de tierra desde una posición previa como asalariado: su padre era peón de campo y accede a una explotación pequeña (alrededor de 100 hectáreas de las cuales solamente 8 eran cultivables).
También entre aquellos cuyos padres eran semiasalariados es posible encontrar estas situaciones de acceso a la propiedad y/o tenencia de la tierra, luego de una experiencia de inserción ocupacional asalariada: DT relata que su padre tenía una explotación de 8 hectáreas cultivables, también era ladrillero por su cuenta y peón de campo.
Entre aquellos en que se verifica un origen social como productores puros, los procesos de pérdida de esa condición se vinculan, en términos generales, con situaciones de quiebra y endeudamiento asociadas a crisis productivas (caída de precios), fallecimientos, estafas y/o a contingencias climáticas (por ejemplo, inundaciones, sequías, etc.).
Finalmente, puede notarse que entre los padres cuya inserción en la estructura social tomaba la forma de asalariados puros en todos los casos entrevistados, esta inserción era estable. A su vez, resalta el caso de Ho, cuyo abuelo (que fue la persona que lo crió) era administrador de dos campos, tarea que, si bien realizaba bajo la forma asalariada, supone condiciones diferentes (en cuanto a los saberes, administración de personal, control sobre procesos productivos, etc.) a las de un peón general.
De esta forma parece poder encontrarse una cierta diferencia entre los orígenes sociales de ambos tipos de trabajadores. Si bien las situaciones halladas son similares (productores puros, semiasalariados y asalariados puros), en el caso de los operarios de maquinaria la presencia de asalariados puros parece ser relativamente menor y cuando existe, parece presentar un mayor nivel de estabilidad. Entre los trabajadores manuales entrevistados parece existir una mayor presencia de orígenes sociales asalariados en puestos más precarios e inestables. Asimismo, en el caso de los operarios de maquinarias cuyos padres eran productores, encontramos que se ubican en general en estratos más altos de superficie que los padres de los cosecheros manuales.
Un segundo punto importante, vinculado a este punto, es que si se pasa a analizar las propias trayectorias de los trabajadores entrevistados (y no ya sus orígenes sociales), entre los operarios de maquinaria es posible identificar alguna experiencia en operación de maquinarias de diferente tipo: tractores, retroexcavadoras, palas mecánicas, camionetas y máquinas agrícolas (sembradoras, fumigadoras, cosechadoras, etc.). Entre los trabajadores manuales, en cambio, esta experiencia aparece pesando menos. Aunque esto no quita que existan algunos trabajadores manuales que presentan experiencia en operación de maquinarias varias.
¿En qué medida esta mayor incidencia de experiencias laborales vinculadas a la operación de maquinarias constituye un factor que explica (en parte) la inserción de los operarios? En buena medida, esta mayor experiencia parece ser explicada (al menos parcialmente) por el origen social de los trabajadores operarios de maquinaria: su experiencia en trabajo en explotaciones familiares, en las cuales aprendieron a operar tractores y otras maquinarias. Este hecho es consistente con la mayor escala que encontramos en las explotaciones familiares de las que provienen los trabajadores mecánicos con ese origen.

5. Los mercados de fuerza de trabajo y la competencia de los trabajadores: trayectorias laborales de los trabajadores entrevistados

En este apartado se realiza un análisis de las trayectorias de los trabajadores entrevistados, enfatizando cinco dimensiones relevantes de los puestos de trabajo ocupados:
a) el sector en el que se desarrolló cada uno de los puestos
b) el nivel de calificación de las tareas realizadas en cada puesto laboral
c) si la tarea se realizaba para un solo patrón o para varios patrones
d) si el puesto de trabajo era registrado o no
e) si el puesto de trabajo se realizaba como asalariado o no
Cada una de estas dimensiones permitirá realizar una aproximación a los diversos mercados de fuerza de trabajo en los que participan los asalariados entrevistados a lo largo de su vida laboral. En cada una de estas dimensiones se analizarán los siguientes aspectos. En primer lugar, se buscarán detectar algunas tendencias generales en la sucesión de puestos laborales que ocupan los entrevistados: ¿en qué medida se presentan situaciones de transición y movilidad entre las diferentes categorías de las dimensiones analizadas (transiciones entre sectores, niveles de calificación, etc.)? En segundo lugar (y relacionado con el punto anterior), se identificará la intermitencia y/o la estabilidad de las trayectorias laborales en cada una de las cinco
dimensiones mencionadas previamente. Finalmente, se establecerán los rasgos principales de los puntos de partida y llegada, es decir, de los primeros puestos de trabajo y los últimos (al momento de la entrevista, dado que la gran mayoría de los entrevistados participaban aún en el mercado laboral) ocupados por los entrevistados.


GRAFICO 1 Sectores de actividad de los puestos de trabajo de los trabajadores entrevistados según tipo de entrevistado. Chaco (2012-2013)

Cada fila del gráfico representa un entrevistado. Cada columna representa un puesto de trabajo que ocupó el entrevistado a lo largo de su historia laboral. La primera columna representa el primer empleo (en el mercado laboral) que desarrolló el entrevistado; la última columna, el empleo (o la posición en el mercado laboral) que ocupaba al momento de la entrevista. A su vez, para cada uno de los empleos de las respectivas historias laborales se representa mediante colores el sector de actividad del establecimiento que lo empleaba.
Algunas de estas actividades se dan simultáneamente en el tiempo, es decir, un mismo entrevistado puede ocupar dos puestos de trabajo en el tiempo. Teniendo en cuenta que no era una situación tan frecuente, se optó por disponerlas en formas secuencial en aras de la claridad y comodidad de lectura.
En el gráfico anterior se nota la diversidad de ramas y sectores de actividad de las que participan los trabajadores entrevistados. Esta diversidad no se da exclusivamente en los cosechadores manuales, sino que también puede ser observada entre los operarios. Ambos tipos de cosecheros, entonces, transitan por diversos sectores y ramas del mercado de fuerza de trabajo.
Resaltan dos grandes tipos de trayectorias laborales (en lo que se refiere al sector de actividad): aquellas que se mantienen predominantemente en el sector agropecuario y aquellas que no. A su vez, estos tipos de trayectorias parecen encontrarse asociadas a los tipos de entrevistados: mientras que en los operarios predominan las trayectorias que se desarrollan en mayor medida dentro del sector agropecuario, entre los cosecheros manuales, predominan las trayectorias (principalmente) por fuera del sector.
Ahora bien, esta característica que diferencia a ambos tipos de trabajadores no debe oscurecer un factor común: la considerable movilidad entre ramas y al interior del sector agropecuario. Incluso en aquellas trayectorias que se mantienen dentro del sector agropecuario las mismas no se mantienen encerradas en el cultivo de algodón. En efecto, los trabajadores entrevistados transitan tanto por tareas que se dan en el ámbito del cultivo algodonero, como por tareas que se dan en otros cultivos y actividades: cereales, oleaginosas (maíz y soja, principalmente). Es decir, que incluso al interior del sector agropecuario las trayectorias laborales no son estables o estáticas, sino que presentan niveles de movilidad importantes en lo que refiere al tipo de actividad en que se insertan.
Algo similar ocurre en relación a aquellas trayectorias que se desarrollan predominantemente por fuera del sector. Con respecto a los puestos de trabajo que se desarrollan dentro de la industria manufacturera y del comercio encontramos también diversidad: tanto tareas como operarios en fábricas de diversos productos (artefactos eléctricos, tinglados, metalúrgicos, quema de carbón, leña y/o cerámica, etc.) como en empresas de construcción y vialidad (pavimentación o construcción de caminos).
Un punto que resulta importante marcar es la escasa presencia que los períodos de desempleo y/o salida del mercado laboral tienen en las trayectorias relevadas. Dada la alta movilidad y la heterogeneidad de las trayectorias relevadas es muy probable que la incidencia de estos períodos de desocupación no haya sido captada en su totalidad. En efecto, los entrevistados no recordaban períodos de desempleo puntuales o de corta duración y solamente recordaban algunos períodos de desempleo prolongados (algunos durante la crisis de 2001- 2002). A su vez, la alta estacionalidad y la inestabilidad de buena parte de los empleos ocupados seguramente influye en las posibilidades de recordación que los entrevistados tienen de sus respectivas líneas de tiempo laborales. Al mismo tiempo, en términos generales, para los asalariados estacionales la desocupación suele ser considerada parte integral de su propia historia laboral, especialmente la desocupación asociada a la intermitencia laboral. Por estas razones es que, probablemente, tales períodos de desocupación/inactividad (o sea, de salida del mercado laboral) no hayan sido captados íntegramente en las entrevistas.
Otra cuestión destacable es que los puntos de partida de las trayectorias tienden a coincidir: el sector agropecuario (y dentro de este el sector algodonero) tiende a ser el punto de inicio común para la mayoría de los entrevistados. Las únicas excepciones son AM cuyo primer trabajo se desarrolla en una gomería y CJ que se emplea (como primer trabajo asalariado) como quemador en la producción de carbón.
Los puntos de llegada (es decir, las posiciones laborales ocupados en el momento de la entrevista), en cambio, presentan mayores niveles de diversidad, pero no solamente entre los dos grandes tipos de entrevistados, sino también al interior de cada categoría. Así, tanto entre los operarios como entre los cosecheros manuales se encuentran puntos de llegada diferentes: a) en el sector agropecuario (en sus diversas categorías); b) en la industria manufacturera; c) en el sector servicios (principalmente, en educación del sector público) y d) situaciones en las que se produce la salida del mercado laboral (sea por presencia de desocupación y/o por el pasaje a la inactividad)8.
Debe remarcarse una vez más que, pese a estas diferencias en el punto de llegada de las diversas trayectorias, existe un rasgo común entre cosecheros manuales y operarios de maquinaria de cosecha: el tránsito por diversos sectores y ramas del mercado de fuerza de trabajo, tanto en el sector agropecuario como en el sector industrial/comercial y de servicios.


GRAFICO 2 Nivel de calificación de los puestos de trabajo de los trabajadores entrevistados según tipo de entrevistado. Chaco (2012-2013)

La lógica que guio la construcción de este gráfico es la misma que en el anterior. La diferencia es que en éste se muestra el nivel de calificación de la(s) tarea(s) realizadas por los trabajadores en cada puesto de trabajo.
Es necesario, previamente, realizar algunas aclaraciones respecto a la forma de clasificación. Se buscó encontrar algún estándar para agrupar la información por medio de un criterio uniforme. Se decidió utilizar el Clasificador Nacional de Ocupaciones-versión 2001 (CNO-01) para realizar un primer agrupamiento de las diversas tareas de acuerdo a su calificación. El clasificador define cuatro tipos de calificaciones9 que pueden presentar las diversas tareas: a) profesional, b) técnica, c) operativa y d) no calificadas.
Como puede verse, casi todas las tareas realizadas10 por los trabajadores entrevistados se concentran entre tareas de calificación operativa y tareas no calificadas. Es decir, que los niveles de calificación de las tareas que realizan los trabajadores entrevistados se ubican en la parte más baja de la escala11. Cabe señalar que el CNO-01 presenta algunas imprecisiones: por ejemplo, en el caso de las tareas de venta, la calificación está asociada al tipo de producto que se vende. Así, un vendedor de computadoras tendrá mayor calificación que un vendedor de cuchillos. O, por ejemplo, en tareas que suponen alguna operación/conducción de maquinaria (incluso, la conducción de automóviles bajo la forma de remís o taxi) tendrán mayor calificación (generalmente, calificación operativa).
Ahora bien, en otro lado (Rosati, 2015a) se mostró que la operación de la maquinaria de cosecha considerada en sus determinaciones internas como proceso laboral, (pese a las diferencias que suponen con la cosecha manual) parece presentar algunas continuidades con la cosecha manual:

• las operaciones que ejecuta un operario de maquinaria y un cosechero manual no resultaban significativamente diferentes en términos de su complejidad;
• ambas tareas requerían un tiempo de entrenamiento bastante corto (particularmente, en el caso de las maquinarias, una tarde parecía suficiente para lograr una operación básica);
• en el análisis del proceso de trabajo mecánico se evidenciaba que no era necesario un conocimiento en profundidad del mecanismo interno de la máquina cosechadora para poder operarla o repararla.

Esto era observable en dos aspectos: por un lado, las reparaciones que efectuaban los maquinistas eran simples (cambio de aceite, carga de agua o combustible, desatasque de alguna pieza del mecanismo, cambio de algún repuesto básico), para reparaciones más complejas era necesario contactar a un mecánico; por otro lado, ante los problemas que podían surgir en la operatoria de la maquinaria (problemas que no necesariamente implicaban un proceso de reparación de la máquina), las respuestas de los trabajadores también eran simples y, en muchos casos, se encontraban precodificadas en el manual de operación.
Es por ello que se clasificó a las tareas de cosecha mecánica de algodón y a la operación de tractores como tareas de menor calificación. El mismo criterio se utilizó para la utilización de maquinarias simples como palas excavadoras, camionetas (chicas) y remises o taxis. Ahora bien, dado que no se realizó en la investigación un análisis en profundidad del proceso de trabajo de maquinarias agrícolas (de cosecha, siembra o fumigación) de otros cultivos (tales como soja, maíz, etc.) se mantuvo en esos casos la mayor calificación a tales tareas que prescribe el CNO-01. De cualquier forma, en todas aquellas tareas agrícolas específicas diferentes a las de cosecha mecánica de algodón que estuvieran clasificadas en el CNO-01 como de mayor calificación se respetó este criterio (un ejemplo de esto se encuentra en las carpidas de algodón). En cambio, las tareas asociadas al término peón general fueron clasificadas como de menor calificación.
Como puede verse en el gráfico anterior, no parecen evidenciarse diferencias notables en la calificación de las diferentes tareas realizadas por los trabajadores entrevistados. Tanto entre los cosecheros manuales como entre los operarios de maquinaria se observan muchas transiciones de tareas más calificadas a tareas menos calificadas y viceversa. Es decir, se presentan entradas y salidas a mercados laborales más y menos calificados en ambos tipos de entrevistados.
Un aspecto interesante a destacar es que las trayectorias laborales comienzan, en líneas generales, con niveles bajos de calificación: los puntos de partida en ambos tipos de entrevistados parecen ser notablemente similares. Es más, como puede notarse en los casilleros pintados en color verde claro y oscuro combinados, en los primeros trabajos de cosecheros manuales aparecen en mayor medida al interior de ese puesto de trabajo combinaciones de tareas de distintos niveles de calificación (el caso más frecuente es la combinación entre cosecha de algodón –menor calificación- y carpida de algodón –mayor calificación-). En cambio, entre los operarios de maquinaria se observa una mayor incidencia de tareas de menor calificación (en su caso más frecuente, cosecha manual de algodón).
Si, en cambio, se observan los puntos de llegada de las trayectorias no parecen diferir en forma tan abrupta en términos de la calificación de las tareas realizadas entre ambos tipos de entrevistados. Una vez más, la diferencia que aparece es la mayor combinación de tareas (más y
menos calificadas) entre los operarios de maquinaria de cosechas. ¿En qué medida estaría ello señalando una mayor polivalencia en estos trabajadores? ¿Cuáles serían los factores o causas de esta mayor polivalencia? Podría arriesgarse una hipótesis al respecto (que no será abordada aquí). Es posible observar (si recordamos el gráfico 1) que entre los operarios de maquinaria las trayectorias laborales se desarrollan predominantemente dentro del sector agropecuario (no exclusivamente algodonero). En otro lugar (Rosati, 2015a) se realizó un análisis de datos censales que vinculaban la expansión sojera con los procesos de diferenciación social de productores –desaparición de explotaciones pequeñas y concentración de la superficie total y algodonera-, sería posible plantear que el avance de la agricultura en gran escala hubiera favorecido la aparición de diversas actividades mecanizadas en la provincia (y en la región). Serían estas actividades mecanizadas las que permiten a los operarios de maquinaria una inserción más fluida dentro del sector agropecuario. Pero, al mismo tiempo, una combinación de tareas más diversas (operación de diversas maquinarias, reparaciones tareas de mantenimiento,


GRAFICO 3 Estabilidad de la relación laboral de los puestos de trabajo de los trabajadores entrevistados según tipo de entrevistado. Chaco (2012-2013)

Obsérvese, ahora, si los trabajos ocupados por los trabajadores entrevistados se realizaban para un solo patrón o para varios patrones (o empresas). Esto puede ser considerado como un indicador aproximativo y relacionado con la estabilidad del puesto de trabajo. En efecto, una tarea que se realiza para un solo patrón puede ser considerada más estable en el tiempo que una tarea que se realiza para varios patrones al mismo tiempo.
En ese sentido, una tarea que es realizada para varios patrones a lo largo del tiempo en la gran mayoría de los entrevistados es la cosecha manual y la carpida de algodón. Así, los mismos trabajadores cosechan y/o carpen algodón para varias explotaciones en una misma campaña. Un régimen similar presenta en buena medida las tareas asociadas a la operación de cosechadoras mecánicas y los puestos de tractorista: en muchos casos, los trabajadores operan cosechadoras y/o son tractoristas de varios patrones a lo largo de una misma campaña e incluso, se trata de tareas que pueden superponerse en el tiempo.
Puede notarse en el gr áfico anterior la misma pauta de heterogeneidad que encontramos en el resto de los indicadores analizados. Al interior de cada grupo de trabajadores (manuales y operarios) encontramos una notable diversidad de pasajes de y hacia trabajos estables (para un patrón) e inestables (para más de un patrón). Esta diversidad se da, también, entre los grupos de trabajadores.
Aun así, parece notarse una diferencia entre las trayectorias laborales correspondientes a los trabajadores operarios de maquinaria: la movilidad laboral a lo largo de todo el ciclo parece ser mayor a la de los trabajadores manuales. De hecho, si se pone en relación la longitud de las trayectorias laborales (medidas en años desde que el trabajador ingresó al mercado laboral) con la cantidad de puestos de trabajo que el trabajador ha ocupado es posible notar que entre los operarios de maquinaria el promedio de años por puesto de trabajo es de 3,6 y entre los cosechadores manuales es de 5,5 años. Sin embargo, en estos últimos los valores son mucho más dispersos: mientras que entre los trabajadores mecánicos el valor máximo es de 5,5 años por puesto y el mínimo de 2,5 años por puesto, entre los trabajadores manuales el valor máximo es de 12,7 años y el mínimo de 2,8 años. De cualquier forma, en ambos tipos de trabajadores se pone de manifiesto una pauta de movilidad bastante marcada.
A diferencia de los casos anteriores, en relación a la estabilidad de puesto de trabajo, no parecen encontrarse homogeneidades tan marcadas entre los puntos de partida; ni heterogeneidades tan marcadas en los puntos de llegada de las trayectorias laborales de los entrevistados.
La inserción ocupacional actual de los trabajadores entrevistados es predominantemente asalariada. Es por esta razón que no se incluyó un gráfico de esta variable. Existen algunos puestos de trabajo que se realizan como cuentapropistas, sin embargo, se trata de situaciones con muy poca relevancia en el total. Al mismo tiempo parte de esos puestos de trabajo se trata de inserciones extremadamente informales en el mercado laboral:

• DT trabajó dos años como cuentapropista quemando leña para hacer carbón
• H instaló una panadería en su casa en el año 2003, luego la cerró hacia 2006 y en 2010 la abrió nuevamente;
• JA mantuvo un pequeño taller de reparación de bicicletas entre 2005 y 2007 en su casa
• CJ entre 1990 y 1993 recogía residuos por cuenta propia de un basural para luego venderlos; durante 2012, fabricaba "por cuenta propia" vasos de botellas que recogía de la calle
• Y entre 1989 y 2002, recogía residuos por cuenta propia, al igual que CJ

Es importante remarcar que, si bien desde el punto de vista de la categoría ocupacional se trata de trabajos por cuenta propia, en la descripción previa puede evidenciarse la inserción extremadamente desfavorable en el mercado de fuerza de trabajo. Es decir, que difícilmente podrían considerarse estos puntos de llegada como parte de un proceso de movilidad ascendente.
Por último, si se realiza un ejercicio similar en relación al carácter registrado o no (es decir, si tienen o no aportes jubilatorios) de los puestos de trabajo a lo largo de su historia laboral se presenta la pauta marcada anteriormente: a) los puntos de partida de las trayectorias tienden a ser similares (principalmente dentro del sector no registrado) y b) los puntos de llegada tienden a ser notablemente divergentes. Ambos fenómenos se dan tanto entre los cosecheros manuales y los operarios (es decir, entre grupos de entrevistados), como al interior de los grupos. No se ha incluido el gráfico para alivianar la lectura. El mismo puede consultarse en Rosati (2015).

6. Conclusiones y nuevos problemas

Este trabajo intentó aportar elementos empíricos que permitieran un acercamiento a algunas características de los mercados de trabajo en los que compiten los trabajadores entrevistados. La herramienta metodológica seleccionada para este objetivo fueron las trayectorias laborales de los entrevistados.
Un primer hallazgo en esa dirección permitió identificar diferentes orígenes sociales entre los trabajadores entrevistados: en buena medida los operarios de maquinaria aparecen más vinculados a orígenes de productores puros y de productores semiasalariados (en general, en
explotaciones de pequeña extensión), es decir, parecen haber transitado por una experiencia de trabajo familiar en explotaciones agropecuarias. Este origen social diferencial aparece asociado a la experiencia en la utilización de tractores.
Ahora bien, ¿cuáles son los patrones que pueden identificarse en las trayectorias laborales de los trabajadores entrevistados? Un punto interesante a señalar es que muchos de los rasgos encontrados aparecen como constantes a lo largo de la historia del sistema productivo algodonero. En relación a la movilidad y las transiciones entre los diversos tipos de puestos de trabajo, parece claro que se evidencia una pauta de similitud entre ambos tipos de trabajadores. Se observan numerosas transiciones en todas las dimensiones observadas: sector, calificación, estabilidad y registro. Tanto cosecheros manuales como operarios de maquinaria atraviesan diferentes puestos laborales y participan en diferentes mercados de fuerza de trabajo: agropecuario, industrial, servicios, etc.; de mayor y menor calificación; con mayores y menores niveles de estabilidad y con mejores y peores condiciones de trabajo. Se pone de manifiesto una pauta de movilidad marcada en ambos tipos de trabajadores, aunque ligeramente mayor en el caso de los trabajadores operarios de maquinaria.
Específicamente, en el caso de los trabajadores maquinistas, puede identificarse inserciones predominantemente en el sector agropecuario. Sin embargo, incluso al interior de esta inserción mayormente agropecuaria lo que se observa es que los trabajadores maquinistas se mueven y se insertan en varias actividades. Es decir, no se insertan exclusivamente en el cultivo de algodón ni en actividades de operación de cosechadoras de algodón. Puede notarse que realizan tareas en el cultivo de algodón, pero también en el cultivo de cereales y granos. Y no solamente se dedican a la operación de maquinaria de cosecha (tanto algodonera como de otros cultivos) sino que también se desempeñan en otras tareas maquinizadas o no: siembra, fumigación, labranza, etc. Ahora bien, este predominio de trayectorias agropecuarias no debe hacer olvidar que los trabajadores maquinistas participan también –en menor medida- en los mercados de trabajo correspondiente a otras actividades no agropecuarias (industriales, de servicios y comerciales). Esta pauta de movilidad que alterna alguna participación en mercados de fuerza de trabajo no agropecuarios aparece compartida con los trabajadores manuales.
Adicionalmente a tales pautas de movilidad laboral, es posible identificar algunas diferencias en los patrones de las trayectorias laborales analizadas. La diferencia fundamental entre ambos tipos de trabajadores pasa, como hemos mencionado, por el sector en el cual se insertan. Entre los cosecheros manuales entrevistados se evidencian trayectorias que se desarrollan predominantemente por fuera del sector agropecuario. Es decir, no se trata de sujetos que han quedado fuera de la estructura económica chaqueña (marginales) sino que, por el contrario, es posible observar que se insertan en diversos sectores de la actividad económica, aunque generalmente en las peores posiciones. Es posible, entonces, encontrar una diversidad bastante considerable en relación a los puntos de llegada de estas trayectorias. Podemos encontrar inserciones en diversas ramas de actividad (sector público, servicios, agropecuaria, industrial, etc.). Al mismo tiempo, los niveles de estabilidad son notablemente diferentes entre los entrevistados en el momento de los puntos de llegada. Algo similar ocurre con los niveles de registro y no registro laboral en estos puntos de llegada.
En contraste, los operarios parecen manifestar mayores niveles de homogeneidad en lo que respecta a los puntos de llegada: en principio, se trata de puntos de llegada dentro del sector agropecuario. Sin embargo, encontramos algunas heterogeneidades en lo que se refiere a niveles de estabilidad y precariedad en tales puestos de trabajo.
De esta forma, todas las trayectorias laborales analizadas muestran, entonces, que los trabajadores entrevistados (manuales y operarios) no ven su historia laboral circunscripta a unúnico mercado laboral específico, sino que participan de varios. Se encuentran, entonces,disponibles para ser utilizados e incorporarse en diversos sectores de la actividad económica. La principal diferencia que se observa entre los dos grupos de trabajadores entrevistados es el sector en el que aparecen insertos en los puntos actuales de sus trayectorias.
Un punto a tener en cuenta es que los trabajadores maquinistas no tienen necesariamente trayectorias laborales que supongan un mejoramiento en las condiciones laborales en relación a los trabajadores manuales. En efecto, puede notarse que ambos tipos de trabajadores pasan de actividades registradas a actividades no registradas y no parece posible distinguir un patrón
específico en ambos tipos. Sí existen trayectorias que encadenan sucesiones de empleos con una característica común (registro o no registro, depende el caso). Algo similar ocurre en relación a la estabilidad del puesto de trabajo.
Ahora bien, la información presentada en este trabajo permite plantear que ni los trabajadores manuales ni los operarios de maquinaria entrevistados se encuentran en posición de afuncionalidad o disfuncionalidad en la estructura social chaqueña. En efecto, ambos grupos se encuentran disponibles para ser incorporados en aquellas actividades en la que sean requeridos.
Lo que sí parece hacerse evidente es una diferenciación en las funciones que cada grupo cumple en la estructura económica: los operarios de maquinaria se encuentran ocupados en mayor medida dentro del mercado de fuerza de trabajo agropecuario. En efecto, los operarios no se mueven exclusivamente dentro del mercado de fuerza de trabajo algodonero, sino que es posible observar que transitan a través de diversas actividades (granos, oleaginosas y algodón), diferentes tareas (operarios de cosechadoras, sembradoras e incluso tractores) y para diferentes patrones. En relación a este último punto, es necesario marcar que existe una diversidad de vínculos laborales entre patrones y asalariados que van desde relaciones estables y relativamente formales hasta el establecimiento de relaciones laborales intermitentes (es decir, en los que el vínculo laboral no se reproduce constantemente a lo largo del tiempo). Sin embargo, esta inserción no es estable ni está exenta de transiciones laborales; por el contrario, se evidencia una alta movilidad laboral en el interior del mismo sector agropecuario. Es por ello que puede hablarse de disponibilidad de este grupo con respecto al sector agropecuario (principalmente).
En cambio, los trabajadores manuales entrevistados parecen estar cumpliendo otra función en la estructura económica chaqueña: aparecen como reserva para aquellas actividades– cualquiera sea- en las que son requeridos. Estas actividades se desarrollan en diversos sectores: el agropecuario (en el cual parecen desempeñar tareas auxiliares de la producción como paleo de soja, de granos, carga y descarga de camiones; también, tareas de cosecha en diversos cultivos no necesariamente algodoneros y tampoco en la misma provincia de Chaco); el sector público; la inserción simultánea en varios sectores como changarín (generalmente, en la construcción) e incluso en el sector industrial (en algunos casos en forma relativamente estable). La ocupación en estos sectores aparece articulada a veces con la auto-ocupación en actividades sumamente informales (recolección y venta de mercadería proveniente de basurales, por ejemplo), especialmente en aquellos momentos en los que no están insertos en otras actividades. En general, estas últimas actividades son abandonadas cuando aparece algún otro empleo. De esta forma, su función de disponibilidad es cumplida en relación a todos los sectores (no exclusivamente al agropecuario).
Así, ambos grupos están disponibles como reserva, aunque en relación a sectores diferenciados. Cada uno cumple una función específica en la estructura agraria y en el mercado de fuerza de trabajo: ambos grupos están disponibles para ser incorporados a aquellas tareas en las que el capital los requiera; ya sea principalmente en el sector agropecuario (operarios), ya sea en cualquiera de los sectores (trabajadores manuales).
Ahora bien, ¿qué podría explicar estas funciones de disponibilidad que ambos grupos cumplen? Un primer factor que podría identificarse tiene que ver con el descenso en la demanda de fuerza de trabajo. En efecto, la reducción en la capacidad de absorción de fuerza laboral que se produce en el mercado de fuerza de trabajo algodonero podría estar vinculada a esta diferenciación (relativa) en las disponibilidades de ambos grupos de trabajadores, sin que por ello generara dos mercados de fuerza de trabajo sin vinculación entre sí. A su vez, ¿hasta qué punto la expansión de la agricultura en gran escala, en buena medida asociada a la expansión de la soja -más no exclusivamente- se vincula con este cambio en las disponibilidades relativas de ambos grupos? Queda planteado este problema para futuras indagaciones.

Notas

1 Este artículo constituye un resultado parcial de la investigación de doctorado acerca del mercado de fuerza de trabajo en la cosecha algodonera en Chaco, financiada por una beca doctoral de CONICET entre 2009 y 2014.

2 La provincia se ha caracterizado por una inserción relativamente temprana en el desarrollo capitalista argentino. Esta incorporación se hizo de forma integrada al mercado mundial particularmente sobre la base de la explotación del quebracho y la producción y exportación de taninos hacia fines del siglo XIX. A su vez, los diversos trabajos sobre la formación de la estructura agraria provincial coinciden en atribuirle una posición diferencial en la formación social argentina: algunos enfoques lo caracterizan como una relación de dependencia interna respecto de Buenos Aires (transferencias asimétricas de excedentes comerciales, etc.) (Brodherson, Slutzky y Valenzuela, 2000); otros caracterizan a la provincia como una zona periférica respecto a la Región Pampeana (Rofman, 1995; Valenzuela, 2006), caracterizada por una subordinación estructural y un menor grado de desarrollo relativo; por último, otros enfoques enfatizan la especificidad que existe entre la estructura social de la provincia, caracterizada por una alta proporción de pequeños productores y propietarios en el sector agropecuario (Iñigo Carrera, 2011; Nun, 2001)

3 La noción de punto de bifurcación ha sido utilizada en los diversos estudios acerca de las trayectorias biográficas para conceptualizar aquellos hechos (expresados como puntos en el tiempo) que introducen cambios sustanciales en las trayectorias individuales alterándolas. Así, tales puntos están constituidos por hechos contingentes los cuales pueden ser individuales (muerte de un familiar, un despido, una migración) o hechos colectivos (crisis económicas, etc.) que alteran la tendencia de una trayectoria biográfica individual y contribuyen a explicar su curso posterior. Para una revisión y análisis del concepto de turning point (y un estado de la cuestión general sobre los estudios acerca de trayectorias laborales) puede consultarse Roberti (2011) y Muñiz Terra (2012).

4 El Proyecto Marginalidad replanteó las hipótesis sobre la superpoblación relativa (Marx, 2004). En el esquema clásico estas fracciones de población cumplían dos funciones: a) constituir una reserva de fuerza de trabajo disponible para ser incorporadas en aquellos momentos en que el capital lo requiriera y b) ejercer presión sobre los trabajadores en mejores posiciones mediante la competencia en el mercado de fuerza de trabajo. El Proyecto Marginalidad, en cambio, planteaba que estas fracciones de población no cumplía dichas funciones. Dada la existencia de procesos de segmentación de los mercados de fuerza de trabajo, en formaciones sociales de capitalismo dependientes, las diferentes fracciones de trabajadores no competían entre sí. (Nun, Marín y Murmis, 1969; Nun, 2001).

5 Es decir, según se consideren a las trayectorias como un proceso lineal de ascenso o descenso en la estructura ocupacional o más bien, como procesos que combinan períodos de ascenso y/o descenso.

6 "Esta vida organizada como una historia (en el sentido de relato) se desarrolla, según un orden cronológico que es asimismo un orden lógico, desde un comienzo, un origen, en el doble sentido de punto de partida, de inicio, pero asimismo de principio, de razón de ser, de causa primera, hasta su término que es también un fin, una realización (telos)." (Bourdieu, 1997: 75).

7 El otro objetivo que las entrevistas abordaron tenía que ver con lograr una descripción de las condiciones laborales en la cosecha de algodón y una descripción lo más exhaustiva posible del proceso de trabajo en la cosecha. Estos aspectos han sido tratados en otros trabajos (Rosati, 2015a; 2015b).

8 En el caso de los trabajadores manuales de la cosecha fue difícil encontrar personas que hubiesen estado empleadas en tareas de cosecha en las campañas en que realizamos las entrevistas. Por ello, existen casos de trabajadores que hace varios años que no están empleados en la cosecha manual de algodón.

9 La calificación de una ocupación, desde la perspectiva del CNO, "se trata de una característica objetiva del proceso de trabajo que mide la complejidad de las acciones desplegadas en dicho proceso. Es un atributo de las ocupaciones y no de las personas. Por lo tanto, califica el grado de complejidad de aquéllas y no el nivel educativo de éstas" (INDEC, 2001).

10 Con algunas escasas excepciones tales como 6-M que se gradúa como profesor y comienza a trabajar en una escuela rural.

11 Para el CNO las ocupaciones de calificación profesional implican la realización de tareas múltiples y suponen conocimientos teóricos de carácter general y específico sobre los instrumentos y objetos del proceso de trabajo. A su vez, las ocupaciones de calificación técnica realizan tareas múltiples que implican conocimientos teóricos de orden específico sobre los instrumentos y objetos del proceso de trabajo. En las tareas de calificación operativa se realizan operaciones múltiples que suponen atención, rapidez y habilidades manipulativas y ciertos conocimientos específicos. Por su parte, las tareas no calificadas implican tareas de escasa diversidad, utilizando objetos e instrumentos simples o no utilizando ninguno. No requieren de habilidades o conocimientos previos para su ejercicio, salvo algunas breves instrucciones de inicio. Para definiciones más detalladas el lector puede consultar INDEC (2001).

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Recibido: 14.05.17
Revisión editorial: 27.08.17
Aprobado: 09.10.17

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