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Trabajo y sociedad

versión On-line ISSN 1514-6871

Trab. soc. vol.22 no.36 Santiago del Estero jun. 2021

 

Artículo Original

FORMACIÓN MILITANTE DENTRO Y FUERA DE GESTIONES MUNICIPALES:EL CASO DE LA JUVENTUD PRO DE VICENTE LÓPEZ Y SAN FERNANDO

MILITANT TRAINING INSIDE AND OUTSIDE MUNICIPAL ADMINISTRATIONS:THE CASE OF THE JUVENTUD PRO OF VICENTE LÓPEZ AND SAN FERNANDO

TREINAMENTO DE MILITANTES DENTRO E FORA DAS ADMINISTRAÇÕES MUNICIPAIS:O CASO DOS JOVENS PRO DE VICENTE LÓPEZ E SAN FERNANDO

Nahuel ROSAS1  * 

1 Licenciado en Sociología en el Instituto de Altos Estudios Sociales, Universidad Nacional de San Martín (IDAES/UNSAM).

RESUMEN:

El trabajo examina el proceso de formación política de los militantes de la Juventudes PRO de Vicente López y San Fernando. Analizar la conformación y funcionamiento de los grupos en contextos institucionales de oficialismo y oposición municipal, nos permitirá comprender las experiencias y formas de la participación política que escapan a las tradicionales investigaciones sobre los militantes de Capital Federal. Al respecto, utilizaremos la noción de carreras militantes para registrar en cada etapa formativa los diversos grados de compromiso, la aprehensión de saberes y destrezas, y la importancia de las redes de relaciones personales tanto para el acceso a cargos de gobierno como para la continuidad de los jóvenes en el grupo. Los hallazgos presentados forman parte de un trabajo de campo desarrollado entre octubre de 2017 y noviembre de 2018 en esos municipios de la provincia de Buenos Aires; la cual consta de una metodología cualitativa en base a entrevistas en profundidad a los militantes, observaciones participantes en las actividades políticas y análisis de publicaciones en redes sociales y páginas web de las Juventudes PRO.

Palabras clave: juventudes; política; partidos políticos; militancia juvenil; compromiso

ABSTRACT:

The work examines the process of political formation of the militants of the Juventudes PRO of Vicente López and San Fernando. Analyzing the formation and functioning of the groups in institutional contexts of government and municipal opposition, will allow us to understand the experiences and forms of political participation that escape traditional research on the militants of the Federal Capital. In this regard, we will use the notion of militant careers to record in each formative stage the various degrees of commitment, the apprehension of knowledge and skills, and the importance of networks of personal relationships both for access to government positions and for the continuity of the young people in the group. The discoveries are part of a fieldwork developed between October 2017 and November 2018 in those municipalities of the province of Buenos Aires; which consists of a qualitative methodology based on in-depth interviews with militants, observations of participants in political activities and analysis of publications on social networks and web pages of the Juventudes PRO.

Keywords: youth; politics; political parties; youth militancy; commitment

RESUMO:

A obra examina o processo de formação política dos militantes do PRO Juventude de Vicente López e San Fernando. Analisar a formação e funcionamento dos grupos em contextos institucionais de oposição governamental e municipal, nos permitirá compreender as experiências e formas de participação política que escapam às tradicionais investigações sobre os militantes da Capital Federal. Nesse sentido, utilizaremos a noção de carreiras militantes para registrar em cada etapa formativa os diversos graus de comprometimento, a apreensão de conhecimentos e habilidades, e a importância das redes de relações pessoais tanto para o acesso aos cargos de governo quanto para a continuidade do os jovens do grupo. Os resultados apresentados fazem parte de um trabalho de campo desenvolvido entre outubro de 2017 e novembro de 2018 nos municípios da província de Buenos Aires; que consiste em uma metodologia qualitativa baseada em entrevistas em profundidade com militantes, observações de participantes de atividades políticas e análise de publicações em redes sociais e páginas web do PRO Jovens.

Palavras chave: juventude; política; Partidos Políticos; militância juvenil; compromisso

SUMARIO

1. Introducción: la vuelta a los partidos políticos; 2. El PRO y su expansión territorial; 2.1. Acerca de los grupos juveniles. Sus historias y perfiles militantes; 3. Carrera(s) militante(s) en la Juventud PRO; 3.1. Primer momento: “meterse” en la JPRO; 3.2. Segundo momento: formación práctica en actividades; 3.3. Tercer momento: militante común o militante “de gestión”; 3.4. Cuarto momento: el dificultoso “salto” a la adultez y 4. Conclusiones.

1. Introducción

La década de los noventa en Argentina suele ser identificada en los estudios académicos como un momento de creciente desprestigio de las instituciones, debilitamiento de las identidades políticas y de una “crisis” de representación partidaria que detonaron en los acontecimientos de diciembre de 2001 (Novaro, 1995; Torre, 2003; Sidicaro, 2006; Rinessi, Nardacchione y Vommaro, 2007). Cobran notoriedad en este contexto diferentes espacios de participación contra el Estado y alejados los ámbitos tradicionales como partidos o sindicatos. En relación a los jóvenes, la apatía política y el rechazo a la militancia tradicional llevaron a las investigaciones a analizar espacios alternativos de participación como las agrupaciones universitarias (Nuñez, 2008), los movimientos sociales de trabajadores y desocupados (Vommaro y Vázquez, 2008) o las instituciones del “tercer sector”, llamadas así a las asociaciones civiles sin fines de lucro, las ONG y las fundaciones (Urresti, 2000).

Sin embargo, asistimos en los primeros años del siglo XXI a un sensible quiebre con la década anterior en el que se destaca una revitalización de la vida institucional y político partidaria de la sociedad, notablemente expresada en “la presencia de más y nuevos activistas juveniles en los partidos como también en la (re) emergencia de espacios de juventud diferenciados dentro de los mismos” (Vázquez y Cozachcow, 2017: 48). La masividad y visibilidad pública que adquirió este proceso llevó a reconocerlo como una “nueva politización” juvenil (Vázquez, 2015a),configuradas en formas novedosas de participación y acompañamiento distinguidas de la militancia tradicional (Balardini, 2012; Vommaro, 2014).

En este contexto, han proliferado investigaciones que exploran las nuevas identidades colectivas a partir de experiencias y sentidos movilizados por sus miembros. Gran gran parte de los estudios se enfocaron en la emergencia de los grupos militantes kirchneristas como espacios en el cual la juventud se construye como causa pública que promueve adhesiones en relación a una serie de hitos fundacionales (Vázquez y Vommaro, 2012; Vazquez, 2013; Rocca Rivarola, 2015). No obstante, la importancia que cobra el involucramiento generacional y la legitimidad de la política como ámbito de transformación colectiva de la sociedad empezó a ser advertida por diversos trabajos cuali-cuantitativos como un aspecto común que atraviesa a los miembros de distintas facciones juveniles (Molinari, 2010; Cozachcow, 2014; Vázquez, Rocca Rivarola y Cozachcow, 2016; 2018; Vázquez y Cozachcow, 2017).

Junto a esos estudios, aparecen análisis que indagan el modo en que los ámbitos de socialización política configuran las narrativas del activismo juvenil en el kirchnerismo (Vazquez, 2014; 2015b; Mutuverría y Galimberti, 2017) en el Partido Socialista (Cozachcow, 2016), en Nuevo Encuentro (Cozachcow, 2017) y en el PRO (Grandinetti, 2013; 2015; Rivarola y Bonazzi, 2017).

Con respecto a este último espacio, la “Juventud PRO” se convertía en un caso de investigación particular al tratarse de un grupo de centro-derecha agrupado alrededor de diversas agrupaciones que responden a un líder o referente adulto del PRO (Vommaro, Morresi y Belloti, 2015; Núñez y Cozachcow, 2016). Los notables trabajos de Juan Grandinetti sobre la JPRO de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2013; 2015; 2016) posibilitaron comprender las representaciones y las competencias para la acción política desde los círculos de socialización de los miembros en los colegios y universidades privadas. En base a este habitus generacional, los jóvenes interpretan su activismo como un “servicio” voluntario que se le brinda a la “gente”, intentando solucionar eficazmente los problemas públicos sin estar “contaminados” por cuestiones ideológicas (Grandinetti, 2016). Como queda manifestado, el análisis de la participación política de la Juventud PRO se circunscribe al contexto porteño, donde aparecen jóvenes de específicas trayectorias y extracciones sociales catalogados en un tipo ideal de militante PRO puro (Grandinetti, 2016). Partimos de estos trabajos para preguntarnos ¿Cómo se desarrolla el activismo PRO en otros distritos? ¿Cuál es el perfil social de esos jóvenes y de qué modo son interpelados por el partido? ¿Qué tipo de trayectorias militantes desarrollan y cuáles son sus ámbitos de socialización política?

El propósito general de este artículo será ampliar el conocimiento sobre nuevas formas de militancia juvenil en Argentina, tomando como objeto a los grupos militantes de la Juventud PRO que existen por fuera del territorio porteño. Particularmente, nos interesa registrar las experiencias y la formación política que tienen los jóvenes en dos municipios de la zona norte Gran Buenos Aires: Vicente López y San Fernando. El criterio de elección de estos municipios corresponde a la posibilidad de identificar el modo en el cual las experiencias y las modalidades de participación política están condicionadas por la situación institucional del PRO en los distritos. En ese sentido, será distinta la organización, la capacidad de recursos y los perfiles sociales de los miembros de la JPRO en un municipio oficialista como el de Vicente López -con gran apoyo electoral, elevados indicadores socioeconómicos en su población y con cercanía territorial a Capital Federal-, que en un contexto de oposición al peronismo como en San Fernando -donde el PRO nunca pudo acceder a la intendencia, cuenta con la menor cantidad de habitantes del Gran Buenos Aires y tiene grandes zonas de barrios populares-.

Las contribuciones aquí presentadas se enmarcan en el trabajo de campo desarrollado para mi tesina de grado (Rosas, 2019) durante el periodo de octubre de 2017 y noviembre de 2018. De ese modo, se llevó a cabo una investigación de tipo cualitativa en el que acompañé a los miembros de las Juventudes PRO de Vicente López y San Fernando en sus actividades cotidianas. El trabajo se compone de 12 entrevistas en profundidad semiestructuradas a jóvenes de entre 18 y 30 años que integran estos grupos. Los entrevistados fueron seleccionados en base a su grado de compromiso y función en los grupos, teniendo en cuenta una serie de dimensiones con los cuales se reconstruyó su recorrido y representaciones del militantismo: extracción social, género, trayectoria política previa, compromiso con el grupo, experiencias en eventos políticos, sentidos en torno a la política y el Estado, interacción con sus pares y con sus referentes, etc.

Por otro lado, el análisis se complementó con observaciones participantes para tener un mejor registro de los significados y las formas que adquiere el activismo. Las observaciones fueron realizadas en actividades partidarias -timbreos, voluntariados, actos de gobierno, reuniones internas y jornadas con referentes del PRO- y no partidarias -jornadas de esparcimiento y reuniones informales en bares y casas particulares-.

Asimismo, el trabajo se nutrió de las publicaciones partidarias de la Juventud PRO en sitios web y redes sociales (WhatsApp, Facebook, Twitter e Instagram) que constituyen un ámbito de fuerte importancia para la organización y difusión de sus actividades.

Debe tenerse en cuenta que, al momento de realizar esta investigación, el PRO -dentro de la alianza Cambiemos- era gobierno a nivel nacional y en la provincia de Buenos Aires. Por consiguiente, los municipios oficialistas (Vicente López) tenían recursos propios, provinciales y nacionales; mientras que cuando el PRO era oposición a la intendencia local (San Fernando) eran fundamentales los programas y recursos correspondientes del ámbito nacional y provincial.

De este modo, organizaremos el artículo en dos ejes. Dentro del primer eje, el siguiente apartado describe la “llegada” del PRO a los municipios de Vicente López y San Fernando. Seguido a esto, veremos cómo se fueron conformando los grupos juveniles, identificando los perfiles militantes de los integrantes de acuerdo a sus características socioeconómicas y políticas. El segundo eje, estará dedicado a analizar el proceso de formación política que atraviesan los jóvenes durante su participación en la Juventud PRO. Para llevar a cabo esta tarea, la noción de “carrera militante”será una herramienta útil para analizar los cuatro momentos formativos de un militante PRO: el inicio, su formación práctica, su continuidad como militante o acceso a un cargo público y, por último, su llegada a la adultez política. Para terminar, se brindará una conclusión con los elementos centrales del análisis, explorando los rasgos más sobresalientes que aparecen en este nuevo modelo de activismo político.

2. El PRO y su expansión territorial

En el año 2003 se crea un nuevo partido porteño llamado Compromiso Para el Cambio (CPC), un espacio liderado por el empresario Mauricio Macri y formado por distintos actores políticos, empresarios y de la sociedad civil. Este partido tiene orígenes un año antes en la Fundación Creer y Crecer, cuando Macri era socio de Francisco de Narváez en un proyecto dirigido a proveer ideas y cuadros técnicos que solucionen los efectos del fin de la convertibilidad sobre el país (Vommaro, 2014). Por diferencias de objetivos entre ambos, Macri se aleja de De Narváez y “salta” a la política para ser candidato en las elecciones municipales del 2003. En 2005, CPC se fusiona con el partido Recrear (creado por Ricardo López Murphy) y constituyen Propuesta Republicana -más conocido como PRO-. Ya como PRO, Macri logra ganar las elecciones legislativas de ese año y luego acceder a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 2007 y ser reelegido en 2011. La oportunidad para proyectarse a nivel nacional se dio en 2015, cuando el PRO se une a la UCR y el ARI en la alianza Cambiemos. Ello conduce a las victorias electorales nacionales y provinciales donde Mauricio Macri es electo presidente de la nación y María Eugenia Vidal (ex ministra de Desarrollo Social de CABA y vicejefa de gobierno porteño en 2011) es gobernadora de la provincia de Buenos Aires. A su vez, el PRO forma parte de coaliciones de gobierno provinciales donde gana un candidato radical dentro de la fórmula Cambiemos: Jujuy, Corrientes y Mendoza.

Consolidado en la jefatura de gobierno porteño, el PRO comienza a expandirse electoralmente en diferentes municipios de la provincia de Buenos Aires y en otras provincias como Santa Fe, San Juan y Salta. De cara a las elecciones nacionales del 2007, Macri forma en la provincia de Buenos Aires una nueva alianza electoral llamada “Unión-PRO” con su antiguo socio peronista Francisco de Narváez. De esta forma, el PRO empieza a marcar su camino en los municipios bonaerenses como un pequeño espacio de coalición electoral, en un contexto donde empezaban a perder fortaleza los “barones del conurbano” que acompañaban al kirchnerismo.

Será en 2011, poco tiempo después de la reelección de Mauricio Macri como Jefe de Gobierno porteño, cuando asume el primer intendente bonaerense del PRO: Jorge Macri. El ajustado triunfo de “Jorge” dentro de la lista duhaldista del Frente Popular, acabó con la intendencia del histórico Enrique “Japonés” García que formaba parte del Frente Para la Victoria1.

Prontamente, el PRO se consolida en este territorio y consigue el apoyo a su gestión en las elecciones legislativas del 2013 -obteniendo el 46,49% de votos dentro del Frente Renovador- y consigue su reelección municipal en 2015 -con el 54,81% como Cambiemos-. Este municipio no sólo muestra un importante apoyo a la gestión de “Jorge”, sino que Vicente López se convierte en el principal sostén electoral de Cambiemos en la Zona Norte: este último año María Eugenia Vidal recibe un 60, 15% de votos para gobernadora, mientras que Mauricio Macri consigue un 54,17% para presidente. Este apoyo persiste aún para las elecciones presidenciales del 2019, donde Cambiemos pierde el territorio nacional y la gobernación de Buenos Aires. “Jorge” es re-reelegido con el 62,54%, “María Eugenia” retiene casi todos sus votos con un 61,59%, y “Mauricio” retiene un 57,80%.

El apoyo que aún registra el PRO -como Cambiemos- en Vicente López, no ha podido trasladarse al municipio de San Fernando. Este distrito viene siendo gobernado ininterrumpidamente por figuras peronistas como Osvaldo Amieiro -desde 1995 hasta 2011, formando parte del kirchnerismo desde el año 2003-, Luis Andreotti -desde 2011 hasta 2019 integrando el Frente Renovador2- y Juan Andreotti -hijo de Luis que lo sucede en su cargo dentro del Frente De Todos3-.

El PRO ingresa tempranamente al distrito para disputar las elecciones municipales del 2007 con el candidato de “Unión PRO” Sebastián Isabella -empresario de bingos y presidente del PRO local-. Los magros resultados electorales y la falta de apoyo para las legislativas 2009 provocan la ida de Isabella, dejando lugar a un joven empresario y politólogo de la UCA llamado Alex Campbell. Desde el 2011 al 2017, “Alex” competirá en cada elección a candidato a intendente y como primero de la lista de concejales sin poder superar nunca la barrera del 30% de los votos ni capitalizar el apoyo electoral que recibieron los candidatos nacionales y provinciales4. Las diversas dificultades para instalarse en el municipio, obligan a Campbell a formar “como puede” un “equipo” del PRO con cuatro tipos de actores disponibles: primero, están los técnicos profesionales del PRO -dirigentes, empresarios y profesionales de fundaciones y ONG’s- que ya formaban parte del partido en distintos niveles de gestión nacional y provincial. Segundo, cuadros políticos que pertenecieron al peronismo y al radicalismo local. Tercero, los “referentes territoriales” de barrios vulnerables del distrito. Estos “referentes” congregan, por un lado, a responsables o directores de escuelas, hospitales, centros de salud y comedores comunitarios; y, por otro lado, a los “trabajadores sociales”, siendo vecinos importantes de los barrios que ayudan y resuelven distintos problemas de los barrios5. El cuarto tipo de actor va a ser los militantes que conforman la Juventud PRO, quienes serán tema del siguiente apartado.

Luego de las elecciones del 2017, Campbell se aparta del escenario local para asumir como Subsecretario de Gobierno y Asuntos Municipales de la Provincia de Buenos Aires, dejando a la abogada Agustina Ciarletta como dirigenta principal del PRO. Desde el 2016, Ciarletta es delegada del INADI y coordinadora de los Centros de Referencia (CDR) bonaerenses del Ministerio Desarrollo Social de Nación. Identificada como “la elegida de Vidal”, consigue su banca de concejal en las elecciones del 2017 y se transforma en la candidata a intendenta para las elecciones del 2019, alcanzando el segundo lugar con el 30,45% de los votos.

2.1. Acerca de los grupos juveniles. Sus historias y perfiles militantes

La historia de la Juventud PRO debe entenderse siempre como una fuerza necesaria considerada por la dirigencia en periodos electorales. El origen del primer grupo macrista se remonta al 2003 cuando, todavía como CPC, se integraron los primeros militantes pensando en las elecciones por la jefatura de Gobierno de la Ciudad. El llamado Grupo Identidad, fundado en abril de 2003, núcleo a 150 jóvenes que “se metieron en política a partir de llamado de Mauricio” (Grandinetti, 2015: 308). Constituido como PRO, este grupo, junto a los “Jóvenes M”, fueron reorganizados por el entonces legislador Marcos Peña en la búsqueda de crear un elenco militante de “PRO puros” con perfil profesional y técnico (Grandinetti, 2015). Se conforma, de esta manera, la Juventud PRO, donde se irían congregando a los miembros de entre 18 y 30 años con fines fundamentalmente electoralistas y en donde comenzarían a conformarse diversos cuadros políticos de relevancia para el partido (Grandinetti, 2016). Los militantes de Capital Federal fueron destacados por su pertenencia a los sectores medios y medios-altos, siendo alumnos de universidades privadas y que carecen de experiencia política partidaria previa. (Vázquez, Rocca Rivarola y Cozachcow, 2016; 2018; Vázquez y Cozachcow, 2017)

Al mismo tiempo que se insertaba el PRO en territorio bonaerense, en los municipios de la Zona Norte se reclutaban a los primeros jóvenes para crear un grupo de tareas que ayuden en actividades de campaña. Generalmente, se trataba de hijos o familiares de funcionarios y dirigentes del partido, empleados de ciertas áreas técnicas y “vecinos” que realizaban eventos solidarios en los barrios y que recibieron la invitación de los dirigentes para “sumarse” al partido. En este sentido, los miembros de la Juventud PRO de Vicente López y San Fernando concuerdan en la inexistencia de fechas precisas en la que fue creado cada grupo, más bien, son algunos dirigentes del partido los que deciden organizar y conformar una juventud orgánica cuando acceden a la gestión o en momentos de reconfiguración del PRO local con los miembros disponibles que acompañaban durante las campañas.

Como dijimos anteriormente, los dos grupos irán adquiriendo características distintas en su estructura y funcionamiento dependiendo de los recursos y situación política del PRO en cada distrito. El caso de una Juventud PRO nacida en la gestión es la de Vicente López. Allí, inmediatamente luego del triunfo del 2011, Verónica Barbieri6 se encargó de coordinar a los jóvenes que “acompañaron” a “Jorge” durante la campaña y creó, junto a Ignacio Devitt, la Juventud PRO de Vicente López. Devitt se convierte en el primer presidente de la JPRO y es nombrado como Director de Actividades Intermedias en el municipio. En el año 2013, deja su cargo de presidente juvenil para pasárselo a su compañero de área y actual titular, Ignacio Cabello. Con la conducción de Cabello, la Juventud PRO de Vicente López se transforma en el grupo macrista más importante del conurbano, contando con gran variedad de recursos disponibles y capacidad de acción territorial para llevar a cabo sus actividades. La cantidad de miembros ascienden a treinta militantes regulares, de los cuales veintiséis son varones y sólo son cuatro las mujeres que participan cotidianamente en las actividades.

Podemos identificar a los miembros de Vicente López con un origen social similar al de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, siendo de sectores medios y medios-altos, cuyas residencias se ubican fundamentalmente en los barrios residenciales de Olivos y Florida. Estos jóvenes desarrollan su actividad laboral en puestos de servicios como funcionarios públicos en oficinas de gobierno municipal, distintas áreas del Estado y en empleos administrativos. Con excepción de pocos casos que asisten a universidades privadas (por ejemplo, la Di Tella), la mayoría de los miembros son estudiantes en universidades públicas, en particular, la UBA. Las carreras elegidas son fundamentalmente Ciencias Políticas; a las que le siguen otras disciplinas como Abogacía, Relaciones Internacionales, Ciencias de la Comunicación y Medicina.

Un panorama muy distinto se puede encontrar en San Fernando. Cuando Campbell se convierte en el responsable el PRO local, inmediatamente empieza a conformar la primer Juventud PRO de San Fernando con hijos de los dirigentes de su “equipo”, de los políticos relegados de su partido tradicional, así como de los “referentes territoriales”. Esta camada de militantes se encargaba de hacer pública la figura de Campbell en los barrios populares, teniendo un perfil más “punteril” de sus actividades: pintar su nombre en paredes, sacar o escrachar afiches de figuras de la oposición, organizar actividades en los barrios coordinados con los “trabajadores sociales”, etc. La vida de esta primer Juventud PRO se “corta” luego de las elecciones del 2015 cuando Campbell deja de lado el trabajo municipal -y con ello al grupo juvenil- al ser nombrado Subsecretario de Gobierno y Asuntos Municipales de la Provincia de Buenos Aires. Al año siguiente, Ciarletta crea una nueva Juventud PRO “desde cero”, dándole un perfil mucho más social y comunitario que forman parte de su propia agenda de trabajo. La segunda Juventud PRO se compone de diez integrantes regulares, con igual cantidad de militantes regulares varones y mujeres. Esta nueva fuerza se destinó fundamentalmente destinada a “bajar” los programas sociales que dirige Ciarletta sobre el territorio: en su gran mayoría, son actividades pertenecientes al Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE). Otra particularidad del grupo es la inexistencia de un presidente juvenil, el cual es considerado una figura innecesaria dada la centralidad que tiene Ciarletta en el manejo de recursos y oportunidades que otorgue para la realización de actividades.

A diferencia de Vicente López, en este colectivo predominan jóvenes de sectores populares que viven en la localidad de Virreyes, un territorio del municipio conformado por barrios populares. En el ámbito laboral, aparecen tres jóvenes que se desenvuelven en puestos administrativos y cargos públicos; a la vez, se encuentra una militante que es empleada gastronómica, otra de sector servicios y otros dos jóvenes que no trabajan. En cuanto al nivel educativo, hay solo cuatro estudiantes que cursan en la universidad (todos en la Universidad de Buenos Aires); los demás, no poseen carrera universitaria o todavía están en el secundario.

Si bien establecimos diferencias en el nivel socioeconómico de ambos grupos, un aspecto común para gran parte de estos jóvenes es que la participación en la Juventud PRO se convierte en la primera experiencia política de sus vidas. Se trata, de este modo, de grupos conformados mayoritariamente por PRO puros, es decir, jóvenes sin identidades o ideologías tradicionales que se disponen a “ayudar a la gente” dentro de un espacio que se plantea como la “renovación” de la política (Grandinetti, 2015 y 2016). Sin embargo, dada la manera de reclutar a personal del “equipo” del PRO en estos municipios,no sólo aparecen estos tipos de militantes, sino que existen algunos miembros en Vicente López y San Fernando que ya pertenecieron a otros partidos tradicionales como el peronismo y el radicalismo o se reconocen ideológicamente en algunos de estos espacios.Así, la Juventud PRO en estos municipios se compone de mayoría de PRO puros junto a miembros que se identifican y reconocen como, PRO peronistas-, PRO radicales y los que han pasado por diversos espacios vecinalistas o pequeños partidos nacionales, es decir, PRO mestizos.

Asimismo, se pudo identificar que la heterogeneidad de experiencias militantes hace tener distintos niveles de intensidad en la participación política. Partimos en este trabajo de comprender tres niveles de intensidad, las cuales van a incidir en la distribución de poder de decisión e importancia del miembro en el grupo. Con niveles de intensidad nos referimos al compromiso e interés que tenga el militante para participar en las actividades, la cual repercute luego en las posiciones jerárquicas que logren alcanzar a partir de la valoración y desempeño que le reconozcan sus pares. En base a esto, el primer nivel es el del “núcleo duro”, correspondiente a los militantes que trabajan en empleos públicos, teniendo una dedicación exclusiva con la actividad política. Ello se traduce en mejores posiciones de influencia, recursos y decisión que puede tener un activista del PRO. El siguiente nivel es el del nivel “intermedio”, siendo jóvenes que participan recurrentemente en las actividades y gozan de bastante prestigio de sus colegas, pero tienen menores posibilidades temporales de “sumarse” por tener que atender sus cuestiones laborales y estudiantiles. Por último, estarán los pertenecientes al nivel “inferior” como una militancia con espíritu “voluntario” que se sustenta en una asistencia esporádica, cuando “se puede” o les interese el evento puntual que se esté organizando.

Tener en cuenta los distintos niveles de intensidad junto a los ajustes que sufren los grupos para adaptarse a la agenda de sus referentes nos posibilita explicar la incapacidad que tienen las Juventudes PRO para sostener un elenco estable y ampliar la cantidad de militantes. Esto, por defecto, repercute de forma más clara en San Fernando: el PRO consigue interpelar e incorporar a nuevos militantes para llevar a cabo la campaña, pero luego, una vez finalizada, esos jóvenes pierden interés por participar en actividades regulares de gestión y la Juventud PRO vuelve a ser el pequeño grupo de miembros regulares.

3. Carrera(s) militante(s) en la Juventud PRO

Estudiar la formación de un militante PRO nos lleva, nuevamente, a retomar y reconfigurar la pregunta fundamental que atraviesa la tesis doctoral de Juan Grandinetti (2016): ¿Cómo se hace un joven PRO de Vicente López y San Fernando?

Para analizar este proceso vamos a considerar la trayectoria política de los jóvenes desde la noción de carrera militante. El concepto “carrera” fue trabajado por Hughes (1958) para investigar carreras laborales y luego retomado por Becker en su libro Outsiders (2009) en donde explicó -desde la sociología de la desviación- los patrones de comportamiento para que un individuo se convierta en un consumidor de marihuana o un músico de jazz. La propuesta de Becker permite entender la carrera desde la perspectiva de los propios actores, considerando los aspectos estructurales donde desarrolla su actividad y las estrategias que utilizan los sujetos para ascender a mejores posiciones. Asimismo, la perspectiva que queremos utilizar para el activismo político exige prestar especial atención a las experiencias subjetivas que conforman al sujeto social dentro del ámbito político. Por ello, será pertinente incorporar el concepto de “carrera moral” desarrollada por Goffman (1995) con el propósito de vincular los aspectos subjetivos -el significado de su participación y su percepción del yo- dentro de las posiciones objetivas -simbólicas y roles- que vaya ocupando. Así, la perspectiva de carrera moral será un gran instrumento para rastrear en cada etapa formativa las actitudes, destrezas, repertorios de acción y punto de vista del grupo social al que se inserta.

No obstante, como ya dijimos, debemos tener en consideración que en estos grupos juveniles existen múltiples compromisos e intereses heterogéneos, lo cual hemos identificado como diferentes niveles de intensidad en la participación. Por ende, se registran distintas trayectorias en el grupo, donde los jóvenes no siempre atraviesan todas las etapas instituidas ni tienen los mismos anhelos de alcanzar las posiciones más altas del grupo y tener un “nombre” en el PRO. De allí que no se puede hablar de una carrera militante de los jóvenes PRO, sino que existen carreras militantes en ambos grupos: jóvenes que movilizan estrategias de preservación o cambio de posiciones objetivas, motivación para participar de algunas actividades y no de otras, incorporar o desestimar ciertas destrezas, distintas redes de relaciones para lograr acceder a cargos públicos, etc. Tenemos, de esta manera, carreras militantes que coexisten en el interior de estos grupos dependiendo del nivel de compromiso del miembro.

Mediante la postulación de carreras militantes, podemos considerar a la socialización política como un proceso (Agrikoliansky, 2001; Fillieule, 2001; Gaxie, 2005; Sawicki y Siméant, 2009; Fillieule y Pudal, 2010; Pudal, 2011) en donde se advierte el peso de la socialización primaria pero que, al mismo tiempo, logra poner de manifiesto la incorporación de saberes, valores y destrezas militantes del ámbito político en el que se inscriben. Este modo de comprender la socialización política supone también la importancia de las redes de relaciones y los espacios-extra partidarios como dimensiones constitutivas de los partidos políticos (Sawicki, 2011).

Marcada en estos términos, adaptaremos el modelo de secuencias de formación militante que presenta Agrikoliansky (2017) con el objetivo de interpretar el ingreso y desarrollo de la participación política juvenil, prestando atención a los elementos que sustentan el compromiso y la profesionalización de la carrera, así como, también, los aspectos subjetivos y objetivos que ubican a los miembros en los distintos niveles de participación. De esa manera, veremos en las siguientes secciones los cuatro momentos de las carreras militantes de los jóvenes PRO de Vicente López y San Fernando: 1) el inicio del activismo, 2) la experiencia formativa, 3) la continuidad como militante o como funcionario y, por último, 4) la llegada a la adultez política.

3.1. Primer momento: “meterse” en la JPRO

La expansión del PRO por el territorio bonaerense ha interpelado a una generación de jóvenes desencantada con la realidad social, atribuida a las “malas gestiones” del peronismo o kirchnerismo y de los gobiernos distritales que forman o formaron parte de esos espacios: la intendencia del “japonés” García en Vicente López y de Amieiro y “los Andreotti” en San Fernando. Fundamentalmente apelan a las problemáticas sociales derivadas de la pobreza, desigualdad y falta de obras públicas que “no fueron solucionados” por estos gobiernos. Complementando al marcado descontento con la “vieja política” (Grandinetti, 2016), la valorada gestión de Mauricio Macri, primero como presidente del club Boca Juniors y, segundo, como Jefe de Gobierno porteño, es una variable muy importante para entender el compromiso político. Esos jóvenes veían al PRO como un modelo “nuevo y exitoso” de administración de la Ciudad de Buenos Aires, basado en ciertas políticas (por ejemplo, de seguridad, obras públicas y cuidado de espacios verdes) que serían necesarias reproducirse en sus municipios.

En ese contexto, jóvenes sin experiencia deciden “meterse en política” y confluyen con otros experimentados que se alejaron del peronismo, el radicalismo y otros partidos. El hecho de hacer política tiene, así, un objetivo instrumental de solidaridad social -“ayudar a la gente”; y su participación militante se configura como un “servicio” que se le brinda a la comunidad “olvidada” por los partidos tradicionales:

Política es ayudar al otro… [Es] estar más cera de la gente para que no se sienta sola. […] Eso es lo que para mí es la política. No es lo que todos piensan, como dicen que es chorear o estar para la foto nada más. Política es eso… ayudar al vecino para una vida mejor y resolver todos los problemas. Sé que no somos magos, todos los problemas no podemos resolver. Pero es para mejorar la calidad de vida nada más” (Entrevista a Mario7, integrante de la JPRO de San Fernando, 14/10/2017).

Es aquí el primer paso de la carrera militante: “meterse” en la Juventud PRO. Los miembros de Vicente López y San Fernando, tanto los PRO puros como los jóvenes que tuvieron experiencia política previa, presentan tres maneras de acercamiento a los grupos.

Una primera manera es a través de las redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram. La incidencia que obtienen las redes sociales como canal de ingreso a las juventudes partidarias, conocido también como ciberactivismo, es un dato interesante no sólo en el PRO (Vázquez, Rocca Rivarola y Cozachcow, 2018) sino también en otros espacios políticos (Garrido, 2012). Este medio virtual de vínculo inmediato con la ciudadanía es uno de los canales de ingreso más importantes que tienen las Juventudes PRO. Los grupos de Vicente López y San Fernando utilizan y manejan sus propios perfiles en las redes sociales para difusión de sus actividades políticas y como propaganda de gestión del PRO en todos los niveles de gobierno.

La segunda vía de llegada al PRO es por las redes de relaciones de familiares o amigos que ya forman parte del partido. Junto con las plataformas digitales es el medio de reclutamiento más efectivo, basada en la confianza, en el entusiasmo por la acción social y en el capital humano de sus miembros. “Sumarse” a la Juventud PRO a través de estas redes es particularmente efectiva en los PRO puros ya que les genera una seguridad para acceder a ese “nuevo mundo” de la política. Al respecto, Nadia nos cuenta su experiencia al integrarse a la JPRO de Vicente López:

“[Ingresé]a la Juventud fue 2015, que conocí a Matu [otro integrante de la JPRO de Vicente López]. Nosotros no éramos muy amigos, y un día me manda un mensaje para ir a una reunión de Juventud. Yo le dije ‘dale, voy’. No sé por qué… nunca me había interesado mucho la política. De hecho, yo estudiaba en la FADU, donde es muy política y se hacía mucha política. Y nunca me interesó esa parte”. (Entrevista a Nadia, integrante de la JPRO de Vicente López, 18/10/2018).

Podemos destacar en este fragmento un aspecto que distinguirá a las Juventudes PRO del conurbano de las de CABA: la nula politización de los militantes en el ámbito estudiantil y universitario. Como vimos, la socialización política previa de los Jóvenes PRO de Capital Federal en los colegios religiosos católicos (Grandinetti, 2013) y en los centros de estudiantes en universidades privadas (Grandinetti, 2015) los dota de esquemas cognitivos y disposiciones para la acción que movilizan en su actividad política. Por el contrario, como los militantes de Vicente López y San Fernando provienen en su mayoría de colegios o universidades públicas, donde la incidencia del PRO es todavía escaza, el análisis del activismo estará más centrado en las redes de relaciones personales y la adquisición de las destrezas dentro del mismo proceso formativo.

Una última forma de “sumarse” a la Juventud PRO es a través de los programas o actividades tradicionales que realiza el partido. Se basa en el contacto directo de funcionarios y militantes con jóvenes de los barrios en el que se esté realizando un evento de campaña o jornada solidaria en el cual se los invita a formar parte del grupo. Este mecanismo de reclutamiento es el menos frecuente en estos municipios, así como también en los grupos porteños donde predominan el reclutamiento por redes de amigos y cibernéticas (Vázquez, Rocca Rivarola y Cozachcow, 2018).

Una vez que se integran por cualquiera de estas vías, los jóvenes -con o sin experiencia política- se ubican inmediatamente en los niveles bajos de los grupos. Considerando su constancia e interés en la participación política, estos nuevos integrantes pueden seguir en estos niveles de menor intensidad, o bien, comenzar a escalar posiciones. Para ello, es clave la siguiente etapa de formación en las actividades.

3.2. Segundo momento: formación práctica en actividades

Como dejábamos entrever en la anterior sección, la formación de un joven PRO se fundamenta en la experiencia directa con las actividades del grupo. Para desarrollar la participación militante no es relevante poseer una doctrina ideológica ni haber pasado por instancias de profesionalización política como sucede en otros espacios (Cozachcow, 2013, 2016; Mutuverría, y Galimberti, 2017). Sin necesidad de preparación previa, el militante inexperto recibe una formación práctica, in situ, sustentada en ciertos conocimientos y destrezas que debe ir adquiriendo. Claramente, los militantes identifican tres elementos fundamentales y complementarios para el desarrollo de la carrera.

Uno de los aspectos importantes es el de poseer y contar con información sobre la gestión. El conocimiento sobre las cuentas públicas, obras de urbanización, políticas de seguridad, programas estatales, entre otros, deben ser aprendidos por cada militante para desenvolverse de la mejor manera en las actividades de acercamiento con “los vecinos”. Contribuyendo a las reuniones informativas con funcionarios y dirigentes partidarios, en los grupos de Whatsapp de la Juventud PRO se comparten documentos (en formato pdf.), flyers, imágenes y videos provistos por el PRO donde se muestran las políticas, programas y acciones de los distintos niveles de gobierno. Para los militantes que pertenecen a gestiones estatales, como en Vicente López, resulta indispensable contar con información del municipio, sobre todo cuando deben realizar las actividades de contacto directo con “los vecinos”. En cambio, puede observarse que los militantes de San Fernando necesitan saber las acciones del gobierno provincial y nacional, mientras que sólo se interesan por conocer la información del municipio para marcar sus errores o establecer sus discrepancias.

Otro saber clave para los miembros es el conocimiento territorial. La política de proximidad y empatía social que esgrimen los jóvenes tiene fundamentos en el conocimiento de las necesidades de los barrios, los lugares de vulnerabilidad social y los temas que no fueron atendidos por la “vieja política”. El trabajo territorial como un ámbito fundamental de politización se convierte en otro signo de la nueva militancia que es transversal a las distintas fuerzas políticas (Vázquez y Vommaro, 2009; Vommaro y Daza, 2017; Campusano, 2019).

“Para militar con buenas intenciones puede bastar… es necesario para mí tener conocimiento de las cosas, de la información. Saber que la provincia hace esto, saber que el partido hace esto” (Entrevista a Fernando, integrante de la JPRO de San Fernando, 15/08/2018)

“Por más que tengas estudio… con el estudio solo no se hace nada… si no se trabaja en el barrio” (Entrevista a Esteban, integrante de la JPRO de San Fernando, 22/11/2017)

Ambas disposiciones son adquiridas por los miembros en las actividades de interiorización de gestión: las reuniones internas de la Juventud PRO y las jornadas con referentes. Las reuniones internas son también importantes porque es el ámbito de presentación del nuevo integrante. Esas charlas de comunicación, organización y debate de actividades son espacios en los que “los nuevos” jóvenes conocen a los demás militantes, comentan aspectos de su vida (trabajo, estudio, experiencia política previa) y -de forma solicitada- dan sus opiniones sobre los temas y cuestiones tratados en la reunión. Es tarea del presidente de la Juventud PRO, o de cualquiera de los líderes del “núcleo duro”, brindar la información de gestión del PRO (local y nacional) y el conocimiento territorial necesario para que el militante pueda tener alguna contestación o solución a las demandas que reciben de “los vecinos”.

Las jornadas con referentes conllevan el mismo objetivo de interiorización de asuntos de gestión, pero, a su vez, se convierten en encuentros directos que buscan nutrir al militante con experiencias y consejos de la dirigencia “adulta”. Estas jornadas son reuniones convocados por los dirigentes y funcionarios de todos los niveles del PRO, en el cual se intentan comunicar aspectos puntuales de la coyuntura (por ejemplo, el panorama electoral) o explicaciones de programas y políticas estatales.

Ahora bien, la información y el conocimiento territorial deben comunicarse de manera exitosa a “la gente” a partir de una destreza muy valorada en la militancia PRO: la capacidad de saber hablar. Al igual que lo registrado por María Palumbo, el saber hablar aparece como una categoría nativa de “aspiración compartida con base en su amplia valoración y como aprendizaje en curso al cual se asociaban desplazamientos subjetivos que marcaban un antes y un después en las trayectorias biográficas” (2018: 188). Los señalados como “los que saben hablar” en la Juventud PRO son los miembros que poseen estudios universitarios y se desenvuelven de manera empática y extrovertida con las personas, evitando discutir, escuchando sus demandas, contestando con datos y conocimiento sobre el tema, y mostrando comprensión a sus problemas.

“Por más que vayas a un barrio y sepas toda la movida, yo creo que para tener un cargo o para lo que fuese siempre te va a ayudar un título. Porque sos más experimentado, sabes cómo poder hablar, tenés un vocabulario. […] Yo creo que la política se tiene que adecuar, hay que estudiar… Tenés que capacitarte… y eso es lo que en Cambiemos se ve”. (Entrevista a Emiliano, integrante de la JPRO de San Fernando, 11/04/2018)

Van a ser las actividades de cercanía donde los jóvenes aprenden estas formas de interactuar y “hablarles a los vecinos”. La actividad de cercanía más característica del PRO son los timbreos. Allí, los militantes recolectan las demandas u opiniones de los vecinos -de sectores medios- y les comunican los programas, acciones y políticas de las gestiones del PRO a nivel nacional o subnacional. Este dispositivo es el más eficaz cuando el PRO de Vicente López quiere “escuchar” o “explicarle cosas” a “los vecinos” porque, de alguna manera, se convierte en una encuesta permanente que el partido establece con su electorado. En San Fernando, el PRO le da una enorme importancia a los momentos de timbreo ya que pueden comunicar a “la gente” todos los problemas que el municipio “no ve” o “no quieren solucionar” y las consideradas buenas acciones que se hacen la provincia o la nación.

De esta manera, el militante que recién comienza su carrera moral, que no maneja todavía la información de gestión, el conocimiento territorial necesario y debe “aprender a hablar”, acompaña a un grupo de militantes experimentados en timbreos para conocer las maneras de presentarse, dirigirse y comportarse cuando se enfrenta con las demandas del “vecino”. Divididos en grupos de dos o tres militantes, se les enseña al “recién llegado” el formato estándar de presentación según el contexto político del PRO en el municipio: “Hola. Somos del equipo de Cambiemos. Estamos haciendo un timbreo a nivel nacional/provincial. Le queríamos preguntar si tiene alguna demanda o si nos quiere comunicar algo8. Los militantes experimentados, en especial los que trabajan en puestos de gobierno, se esfuerzan por entablar una interacción de cercanía, evitando confrontar, mostrándose interesados y predispuestos a solucionar los problemas que se les comunica con las herramientas del Estado.

“[El timbreo es] más que nada escuchar al vecino o tratar de debatir con el vecino. Porque capaz el vecino dice ‘ay no, porque recortan las Asignaciones por Hijo…’ y vos le tenés que explicar que hay un millón más de Asignaciones Universales por Hijo. Y el tipo ‘ah bueno, porque había escuchado’ ‘No, no… pero mirá que se está haciendo este otro plan…’” [Entrevista a Ian, integrante de la JPRO de Vicente López, 23/05/2018].

De la misma manera que el joven inexperto conoce las problemáticas y aprende a empatizar con los sectores medios, la formación práctica incorpora un acercamiento de la militancia con los sectores populares. Esta se realiza en los voluntariados, siendo jornadas de ayuda social a distintas instituciones de la sociedad civil -comedores infantiles, centros de jubilados, clubes de barrio, sociedades de fomento, escuelas, hospitales, cooperativas, etc.- que se ubican en las “zonas vulnerables” de los municipios, es decir, barrios carenciados y villas miseria. La posibilidad de acercamiento con la realidad de “los más necesitados” es el aspecto valorado de estas jornadas, donde los militantes intentan brindar su “granito de arena” para solucionar sus problemas.

“El primer día del niño, que justo yo empecé en marzo más o menos… en agosto se hizo eso y coloque impactaba. Yo nunca había estado en un lugar de chicos, nunca juntaba juguetes para eso… sí juntaba ponele ropa para una iglesia, pero nunca ahí… y te ponés en un lugar que realmente sentís. Y cuando fui por primera vez a un centro e jubilados, me acuerdo de haber pintado… la cara de felicidad de una persona mayor… de haber hecho algo tan simple como pintar una pared… a mí me cambió la vida. Lo social… o mismo los chicos, la sonrisa de un chico… no lo cambias por nada…” [Entrevista a Gustavo, integrante de la JPRO de Vicente López, 12/09/2018].

Las disposiciones y destrezas que un militante aprenda y movilice en su carrera le brindarán la posibilidad de ascender en las posiciones objetivas y tener mayor prestigio al interior de la Juventud PRO. Sin embargo, en el grupo habrá distintas oportunidades y compromisos que los hará cambiar, o no, de status. Esta cuestión será el objeto del siguiente apartado.

3.3. Tercer momento: militante común o militante “de gestión”

La heterogeneidad de la Juventud PRO del conurbano bonaerense presenta distintos niveles de compromiso personal y expectativas de participación de los miembros que los ubican a cada uno en distintas posiciones jerárquica.

Los militantes de perfil voluntario deciden participar exclusivamente en actividades consideradas como “sociales”, fuera de la “rosca política” de reuniones y timbreos. Asistiendo sólo a los voluntariados, esos jóvenes quedarán ubicados en el nivel “inferior” del grupo, contando con menos prestigio interno dado el parcial y esporádico compromiso de interés individual.

Quienes pretenden profesionalizarse en su carrera moral deben necesariamente participar en todas las actividades posibles. Un buen aprendizaje del militante “recién llegado” y su vocación por comprometerse en la vida del grupo juvenil lo hace pasar del nivel “inferior” al “intermedio”. Este integrante es considerado como un miembro importante del “equipo” del PRO, muy escuchado en las reuniones internas y tenido en cuenta como uno de los líderes de la Juventud PRO. Sin embargo, por motivos de trabajo o estudio a muchos de estos jóvenes se les hace dificultosa la asistencia a todos los eventos partidarios, por lo que no pueden continuar plenamente la carrera.

Los que sí tienen la posibilidad de seguir su carrera moral deben lograr ser aptos para ocupar cargos públicos y convertirse en militantes del “núcleo duro” de la Juventud PRO. Sólo aquél militante que trabaje en la “gestión” puede ser considerado como un integrante total, ya que supone una dedicación completa con los destinos del grupo y logra convertirse en un experto de las lógicas y el funcionamiento de la JPRO. Es en este nivel donde la articulación entre militancia y Estado asemejan notoriamente a las juventudes macristas y kirchneristas desde la importancia de la “gestión militante” y el hacer desde la ocupación de un cargo estatal (Vázquez y Vommaro, 2012; Vázquez, 2014; Rocca Rivarola y Bonazzi, 2017).

“Yo al laburar en gestión, yo se que se hizo el retén de Laprida para que no se inunde Florida y Munro, dos barrios que se inundaban terriblemente. Hoy no se inunda. Se que pusieron el botón antipánico vecinal para los vecinos. Se los contactos de tránsitos, de los teléfonos de la muni, de Salud, del 147, de información de vecino. Quizás antes era informarme, tener los flyers y hablar con los vecinos y entregárselos. Ahora tengo más herramientas para decirle ‘mirá, sos jubilada no podés pagar, podés pedir subsidios en los servicios públicos. Tenés que ir acá, acá”. Tengo toda esa información que la puedo aplicar para ayudarlo. O sea, sí, laburar en gestión es un plus. El tema es no empezar a laburar en la gestión y olvidarse de la militancia. A mí no me pasó, no me pasó.” (Entrevista a Nadia, integrante de la JPRO de Vicente López, 18/10/2018).

De tal modo, trabajar en la gestión conlleva una “ventaja” en la carrera por estar insertos en un ambiente en que la información y el conocimiento territorial de los municipios forman parte de su labor cotidiano. Por ese motivo, esta clase de activistas gozan de mayor importancia en los grupos juveniles, tanto en su capacidad de proveer recursos que ellos mismos manejan o por desenvolverse de la mejor manera en las actividades.

Ahora bien, ¿bajo qué condiciones se puede acceder a un cargo público? ¿Todo miembro que atraviese con éxito las etapas formativas y se proponga trabajar “en gestión” logra hacerlo? Ciertamente, la posibilidad de acceso a un cargo estará dado por la situación del PRO en los municipios y las redes personales que construya el integrante. En cuanto al contexto institucional, es claro que los cargos vacantes que puedan ser ocupados por jóvenes serán mayores en la condición de oficialismo (Vicente López) que en oposición (San Fernando). Pero, en cualquier caso, las redes de confianza que entable un joven con los funcionarios estatales del PRO van a activarse en ciertas situaciones como mecanismos de obtención de cargos.

Prácticamente la totalidad de militantes de Vicente López ocupan puestos de gestión en algún área municipal o siendo parte del “equipo” administrativo de un dirigente (asesor, asistente, fotógrafo). Allí, es el presidente de la Juventud PRO y concejal distrital, Ignacio Cabello, quien consigue oportunidades laborales a sus militantes dado el vínculo de confianza y la capacidad que les reconozca para el puesto. Como contrapartida, en situación de oposición al gobierno municipal vemos que en la Juventud PRO de San Fernando van a ser pocos los miembros con acceso a cargo público. Se trata, por tanto, de los tres líderes juveniles cuyo cargo se relaciona directamente con el área de trabajo de la dirigente Ciarletta: es el caso de Fernando, que es asesor de Ciarletta; Lucía, que trabaja como administrativa en el Ministerio de Desarrollo Social; y Esteban, que trabaja en el Instituto Nacional de Juventud (un programa de ese ministerio), compartiendo todas las actividades en el municipio con Ciarletta. Cada actividad social “bajada” por la JPRO es coordinada por estos tres líderes y llevadas a cabo por todos los miembros.

Comprendemos hasta el momento que la configuración de las carreras militantes se vuelve un proceso complejo, donde las posiciones objetivas que vaya adquiriendo un integrante no sólo refieren a los grados de compromisos y las cualidades desplegadas en las etapas, sino que también intervienen otros factores como la situación institucional del PRO a nivel municipal y la activación de redes de confianza que permiten una completa formación política. Las redes de relaciones personales se van a convertir en un elemento central de la última etapa analizada en este artículo que es el paso al “mundo adulto”.

3.4. Cuarto momento: el dificultoso “salto” a la adultez

De acuerdo a la carta orgánica de CABA, la etapa formativa de un militante PRO culmina alrededor de los 30 años. Desde ese momento, el militante del partido dejaría su condición de “joven” para pasar a ser en un miembro “adulto” del PRO. Sobre este punto, es destacable un aspecto que atraviesa a las dos Juventudes PRO del conurbano norte: los pocos militantes que tienen en claro una carrera política luego del “primer paso” por el grupo. El hecho de pertenecer a un partido político es interpretado como una actividad más de sus vidas, en el que se combina activismo y/o trabajo junto a sus carreras universitarias y otras ocupaciones privadas. Se llega, así, a un pasaje por el “ámbito político” donde no está definida su duración y convive con las posibilidades abiertas que les otorguen su título universitario u otras oportunidades laborales.

Manteniendo esa indefinición, quienes trabajan en la “gestión” expresan un interés de continuar en estos puestos en un mediano alcance, pero sin ocupar grandes cargos políticos. El deseo por mantenerse en empleos públicos “no visibles”, obedece al rechazo que tienen con ciertos políticos (del PRO y de otras fuerzas) que asumen puestos de gobierno, pero “se olvidan de los problemas de la gente”.

“Prefiero más que nada la gestión desde atrás. Creo que suma más. Creo que a veces cuando uno llega a ser una figurita se olvida de lo que es caminar ¿Entendés? Y la verdad no me gustaría llegar a ese punto. Me gustaría seguir haciendo territorio como lo vengo haciendo. […] La verdad que como asesor me siento muy cómodo y a su vez puedo caminar estar en la calle. Estoy todo el día al lado de la gente. Tengo tipo, a las 2 de la mañana, 5, 6 de la mañana mensajes de referentes sociales. Estoy todo el día, las 24 horas para ellos. Y eso es lo que me llena y me sirve, y eso es lo que le sirve al país…” (Entrevista a Matías, integrante de la JPRO de Vicente López, 06/06/2018).

Asimismo, hay militantes que sí consideran a la Juventud PRO como un espacio propicio para empezar a desarrollar sus carreras políticas. Ello implica ciertas dificultades para ascender en el PRO que los militantes advierten en el transcurso de su activismo. Es el caso de Emiliano y Lucía -de San Fernando- quienes consideran importante una carrera política para hacerse un “nombre” pero advierte los condicionantes que encuentran a futuro si no logran activarse las redes de relaciones personales con funcionarios de áreas claves:

“Apunto a ser alguien que pueda hacer el día de mañana las mismas cosas, pero ya desde un punto más adulto. Porque después uno tiene 35 años o un poco más y ya no sos juventud. Requiere otras cosas, pero es una experiencia. Vas creciendo, sabes dónde moverte, sabes a donde tocar y te vas formando.” (Entrevista a Emiliano, integrante de la JPRO de San Fernando, 11/04/2018).

“Acá ascender es muy complicado, es complicado. Pensá que mi referente que es Agus [Ciarletta] recién es concejal acá. Y está laburando hace años. Llegar a hacer algo acá, políticamente, es jodido. En el Estado nacional sí, puede que me vea escalando…tengo contactos con directores provinciales, subsecretarios de nación, subsecretarios municipales. Si conozco a más gente pero acá es difícil. (Entrevista a Lucía, integrante de la JPRO de San Fernando, 12/07/2018)

El peso de las redes personales desemboca muchas veces en la continuidad de algunos militantes en la Juventud PRO a pesar de su edad. En ese marco de indefinición de un futuro político y de estrecha apertura para convertirse en un “adulto”, las relaciones de afinidad y afecto entre los jóvenes se convierten en un importante anclaje de continuidad en el tiempo. Éric Agrikoliansky (2017) identificaba la preponderancia que tenían los lazos afectivos para la continuidad de una carrera militante en cualquier grupo político. Sostenía, de esa manera, que las sociabilidades “favorecen el apego a una organización y sobre todo a sus miembros. Particularmente al orden de interacciones, la sociología de las carreras militantes se empecinó en analizar de esta manera los lazos de camaradería, de amistad e incluso de amor que constituyen un potente cimiento colectivo (Agrikoliansky, 2017: 176).

“[…] yo milito en el PRO y tengo mis diferencias, eso también está bueno porque yo noto que acá hay un ambiente muy sano de debate. Como somos tan diversos, cada uno tiene su postura. […] Pero nos llevamos bien más allá de la política y la discusión, somos una familia y eso también es lo que te decía, va más allá de un simple grupo de políticos de militancia. No sólo nos juntamos, sino que cuando alguno tiene un problema le damos una mano, uno tiene una hija y fuimos todos a ver a la hija. Ósea… va mucho más allá, nos conocemos mucho. Tratamos que esa relación sea más que un evento y nada más.” (Entrevista a Ian, integrante de la JPRO de Vicente López, 23/05/2018).

En estos términos, las redes de relaciones afectivas y de amistad que entablan los jóvenes PRO, en ámbitos políticos y privados, se convierten en factores claves de toda la carrera moral. Al tiempo que facilita el proceso de formación del militante, forja los vínculos con el grupo y va obteniendo la confianza de sus referentes, quienes pueden tenerlo en cuenta para futuros cargos públicos. Finalmente, cuando un militante está en condiciones de pertenecer al dificultoso “mundo adulto”, estos vínculos se reactivan para asegurar la continuidad como miembro de la Juventud PRO.

4. Conclusiones

Las experiencias de los jóvenes PRO de Vicente López y San Fernando nos brinda un panorama más complejo para pensar al activismo militante de los últimos años. Es en el contexto de expansión electoral de un espacio porteño donde las dirigencias consideraron necesaria la conformación de fuerzas juveniles para realizar tareas técnicas y “rosca” de campaña.

Así, este trabajo quiso explicar la formación política que reciben los militantes en grupos juveniles con distinta situación institucional. Se partió de entender a la Juventud PRO de Vicente López como el grupo más importante del conurbano, contando con gran cantidad de militantes pertenecientes a sectores medios y medios-altos, con actividades periódicas y recursos municipales que son organizados y administrados por el presidente y sus delegados juveniles. En tanto, la Juventud PRO de San Fernando se presenta como un pequeño grupo de jóvenes provenientes de sectores populares, sin recursos distritales y dedicado a “bajar” al territorio los programas estatales de dirigentes que trabajan en ámbitos provinciales o nacionales.

La heterogeneidad interna de los grupos se traduce en distintas expectativas y compromisos para el activismo, la cual nos llevaron a plantear la posibilidad de carreras militantes. Un joven es formado y se convierte en un militante a través de los distintos momentos que conforman la carrera moral de la Juventud PRO. Es en el pasaje por estas etapas donde un joven -generalmente sin experiencia política- logra convertirse en un militante con posibilidad de acceso a un cargo público. De esa manera, los integrantes de la Juventud PRO de Vicente López y San Fernando reciben una formación práctica a partir de la adquisición de saberes y destrezas que sólo son aprendidos en las actividades y que los van a definir en las diferentes posiciones objetivas y subjetivas del grupo.

Las posiciones identificadas en el grupo tienen relación con los tres niveles de intensidad que tiene el militante. El militante que “recién arranca” la carrera se ubica en el nivel más bajo, siendo un activismo con interés plenamente individual y con compromiso “voluntario”. Un militante recibe mayor valoración y puede formarse integralmente cuando asiste a todos los eventos posibles, alcanzando un nivel “intermedio” de compromiso por ser un integrante regular. Pero este integrante reconocido, no puede seguir ascendiendo en sus posiciones por tener que atender a sus cuestiones laborales y estudiantiles. Aquel militante regular que tenga una dedicación de tiempo y esfuerzo exclusivo con la actividad política puede ser considerado por los dirigentes para acceder a un puesto en la gestión pública. De este modo, se llega al nivel más alto que puede alcanzar la carrera militante no sólo por el mérito y la capacidad demostrada en la militancia, sino que tiene gran preponderancia las vacantes ofertadas en el contexto político y, sobre todo, las redes de relaciones personales que el joven construya con dirigentes del PRO. La activación de estas redes permite al joven alcanzar el “núcleo duro” del grupo, convirtiéndose en militantes plenos que “aventajan” a los demás por contar con mayor información y conocimiento territorial para desarrollar sus labores.

Para finalizar, es interesante destacar que toda la carrera militante está atravesada por un sentimiento de incertidumbre sobre el futuro. El paso por la Juventud PRO de la gran mayoría de los miembros no obedece a una ambición de crecer y transformarse en cuadros políticos; más bien, el activismo político es experimentado como una actividad más de sus vidas, compartido con sus carreras universitarias y demás ocupaciones que cada uno desarrolla. Además, esta incertidumbre tiene un correlato en el difícil acceso que encuentran los jóvenes en el “mundo adulto” del PRO, por lo difícil de hacerse un “nombre” y pertenecer al elenco de dirigentes distritales. Por ello, el anclaje en un cargo público y las relaciones personales con los miembros del grupo son usualmente esgrimidos para explicar la continuidad de la militancia en la Juventud PRO.

En síntesis, el trabajo nos permitió comprender las nuevas configuraciones en torno a activismo militante dentro y fuera de gestiones gubernamentales y nos invita a seguir investigando la diversidad de formas y ámbitos de participación juvenil en el escenario político actual.

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1El escrutinio definitivo marcó un 38,27% de los votos para la lista PRO/Frente Popular frente al 34,18% del FPV.

2Fuerza construida en 2013 por Sergio Massa, ex ministro de gabinete de Cristina Fernández de Kirchner.

3Coalición electoral creada en 2019 entre el kirchnerismo, el Frente Renovador y varias fuerzas nacionales.

4El desempeño electoral de Campbell comienza a escalar del 4,51% en 2011; 12, 95% en 2013; 22,02% en 2015; y 28,33% en 2017. Estos números reflejan el gran corte de boleta de Cambiemos en el municipio, ya que en 2015 Vidal logra el 35,35% y Macri el 28,67%; mientras que, en 2017, Cambiemos alcanza un 38,17% y 39,38% en categoría de senadores y diputados nacionales.

5Los “trabajadores sociales” expresan una distinción moral de su actividad con respecto a los tradicionales punteros por entregar materiales y recursos estatales a “los más necesitados” sin pedir favores o dinero “sucio” de dirigentes del PRO.

6Licenciada en Relaciones Internacionales en la UADE, empezó su carrera política a los 17 años junto al concejal del PRO Francisco Lencina. Con 29 años, desempeña actualmente el cargo de Diputada Provincial y presidenta de Jóvenes PRO Buenos Aires.

7Para preservar la identidad de los militantes se modificaron los nombres de todos los militantes, a excepción de las figuras públicas de los presidentes juveniles.

8Esta presentación corresponde a las notas de campo realizadas en un timbreo llevado a cabo por la Juventud PRO de Vicente López el día 25 de agosto de 2018 en la localidad de Carapachay.

Recibido: 17 de Julio de 2020; Revisado: 12 de Septiembre de 2020; Aprobado: 14 de Octubre de 2020

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