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Trabajo y sociedad

versión On-line ISSN 1514-6871

Trab. soc. vol.22 no.37 Santiago del Estero jun. 2021  Epub 01-Jul-2021

 

PROCESOS DE DESARROLLO RURAL Y ESTATALIDADES

Universidad y territorios. La diplomatura en agricultura familiar y transformaciones territoriales como espacio de construcción colectiva de saberes para la acción

University and territories. The diploma in family farming and territorial transformations as a field of collective construction of knowledge for action

Universidade e territórios. Diploma em agricultura familiar e transformações territoriais como um espaço para a construção coletiva de conhecimento para a ação

Viviana Graciela González1 

María Virginia Palomo Garzón2 

1 Licenciada en Sociología. Especialista en Abordaje Integral de Problemas Sociales en el Ámbito Comunitario (UNLa). Área de Programas y Proyectos de la Facultad de Humanidades Ciencias Sociales y de la Salud. Universidad Nacional de Santiago del Estero (FHCSyS-UNSE). Correo electrónico: viviana_g04@yahoo.com.ar

2 Licenciada en Relaciones Internacionales. Doctoranda en Ciencias Sociales. Instituto de Estudios para el Desarrollo Social. Facultad de Humanidades Ciencias Sociales y de la Salud. Universidad Nacional de Santiago del Estero (INDES-FHCSyS-UNSE). Correo electrónico: pg.mvirginia@gmail.com

RESUMEN

Este artículo se propone reflexionar sobre la experiencia llevada adelante desde el año 2019 (y que continúa al momento de publicarse este artículo) referida a la puesta en marcha de la Diplomatura en Agricultura Familiar y Transformaciones Territoriales en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. El análisis se centra en su dinámica, aportes y desafíos (atravesados por la emergencia sanitaria del covid-19). Este espacio, singular para la universidad, promueve la construcción de conocimiento a partir de prácticas vinculadas a la educación popular. Enmarcados en una propuesta que posibilite la relación dialógica entre estudiantes (productores de la agricultura familiar, técnicos extensionistas, dirigentes y alumnos de grado), docentes y facilitadores, se busca interactuar horizontalmente, reconociendo la importancia del otro y sus saberes. En la puesta en juego de múltiples trayectorias, se repiensa la propia realidad con el objetivo de diseñar acciones que mejoren la calidad de vida y visibilicen a la agricultura familiar como sector clave de modelos alternativos, más justos y sustentables. La información presentada se obtuvo de sistematizaciones de los encuentros, de informes de gestión, registros de campoy archivos audiovisualesproducidos por el equipo de facilitadores.

Palabras clave: agricultura familiar; educación popular; políticas; saberes; territorio; universidad

ABSTRACT

This article aims to reflect on the experience carried out since 2019 (which continues at the time of the publication of this article) regarding a Family Farming and Territorial Transformations workshop at the National University of Santiago del Estero. The analysis focuses on its dynamics, contributions and challenges faced by the global health emergency of covid-19. This space, unique to the university, promotes the construction of knowledge based on practices linked to popular education. Framed in a proposal that enables dialogic relationship between students (producers of family farming, extension technicians, leaders, undergraduate students) teachers and facilitators seek to interact horizontally by recognizing the importance of the other and his knowledge. By putting into play multiple trajectories, of his know-how in the territories they rethink their own reality with the aim of designing actions that improve the quality of life and highlight family farming as a key sector for fairer, more sustainable alternative models. The information presented was obtained from systematizations of the meetings, management reports, field records and audiovisual files (videos and podcasts) produced by the team of facilitators.

Keywords: family farming; popular education; policies; knowledge; territory; university

RESUMO

Este artigo tem como objetivo refletir sobre a experiência realizada desde 2019 (e que continua no momento da publicação deste artigo), referindo-se à implementação do Diploma em Agricultura Familiar e Transformações Territoriais na Universidade Nacional de Santiago del Estero. A análise se concentra em sua dinâmica, contribuições e desafios (atravessados pela emergência sanitária global da covid-19). Este espaço, único para a universidade, promove a construção do conhecimento a partir de práticas ligadas à educação popular. Enquadrado em uma proposta que permite uma relação dialógica entre estudantes (produtores agrícolas familiares, técnicos de extensão, líderes e estudantes de graduação), professores e facilitadores, o objetivo é interagir horizontalmente, reconhecendo a importância do outro e seus conhecimentos. Ao colocar em jogo múltiplas trajetórias e know-how nos territórios, repensamos nossa própria realidade com o objetivo de projetar ações que melhorem a qualidade de vida e tornem a agricultura familiar visível como um setor chave em modelos alternativos, mais justos e mais sustentáveis. As informações apresentadas foram obtidas a partir de sistematizações das reuniões, relatórios gerenciais, registros de campo e arquivos audiovisuais produzidos pela equipe de facilitadores.

Palavras chave: agricultura familiar; educação popular; políticas; conhecimento; territorio; universidade

SUMARIO

1. Introducción. 2. Trayectoria de la la diplomatura en agricultura familiar y transformaciones territoriales; 2.1 Antecedentes locales: extensión, investigación y trabajo en red; 2.2. Su marco propositivo; 3. Pensar la Universidad como territorio; 3.1 La implementación de la diplomatura en agricultura familiar y transformaciones territoriales en el ámbito de la universidad. 4. (Re) haciendo estado en torno a la AF y la extensión: simientes para contribuir a procesos transformadores en los territorios; 4.1Integralidad e interdisciplinariedad. Reconociendo la complejidad y motorizando la dialogicidad; 4.2 Emergencia Sanitaria por COVID 2019: aprendizajes y desafíos; 5. Reflexiones finales; 6. Bibliografía

1. Introducción

Las últimas décadas han presentado cambios profundos e irreversibles en cuanto al papel de la universidad en la sociedad y el derecho a la educación superior. Ante esta realidad se requieren nuevas alternativas anticapitalistas de investigación, de formación, de extensión y de organización de la universidad para poder afrontarlos. En muchos casos ésta se encuentra aún limitada por diferentes factores tales como: crisis financiera, rigidez institucional, cultura institucional que desvaloriza los cambios y déficit de perfiles profesionales apropiados para abordar creativamente los nuevos cambios (De Sousa Santos, 2005).

Asumir el derecho de acceso a la educación superior ha instado a entablar compromisos como el planteado por el Consejo Interuniversitario Nacional integrado por los Rectores de las Universidades Públicas, en la Declaración de Horco Molle 1 en la cual se destaca la importancia del rol inclusivo de la universidad en la construcción de la sociedad. En el documento se reconoce que debido a la crisis socioeconómica de la Argentina se debe incidir con particular énfasis en la definición de políticas, por cuanto la “universidad debe incrementar su contribución al cambio socioeconómico con justicia social e igualdad de oportunidades y promover un proyecto de desarrollo sustentable” (Araujo, 2009, s/n:1)

La universidad tiene un rol preponderante en nuestras sociedades y constituye un desafío, a la vez que un compromiso, que las experiencias de vinculación social territorial formen parte de su agenda. Ante esto, la extensión universitaria no puede depender solo de la intencionalidad política ni puede ser pensada como una función separada de la docencia e investigación, porque corre el riesgo de ser relegada al tiempo libre o al mero voluntarismo (Tommasino y Cano, 2016).

Asimismo, resulta importante destacar la relevancia de los agentes sociales como sujetos que forman parte de la dialéctica educador-educando que analiza Freire (2017). Más aun cuando los sujetos involucrados y participantes se encuentran en situación de vulnerabilidad (históricamente legada) como el caso de comunidades campesinas e indígenas. Freire (1998) entiende a la extensión no como mera transmisión y entrega de “algo” hacia “alguien” sino como posibilidad, mediante la problematización de la relación hombre-mundo. En efecto, se trata de profundizar su toma de conciencia acerca de la realidad en la cual se encuentra inmerso para luego devenir en acción transformadora.

En el marco de (re) pensar a la Universidad como medio a la vez que como territorio para la acción y transformación es que presentamos reflexiones en torno a una experiencia concreta. Dicha experiencia se propone una mayor inclusión y participación de los sectores populares, vinculando el saber académico con otros saberes. Se trata de la Diplomatura en Agricultura Familiar y Transformaciones Territoriales (DAFyTT) que nace en el seno de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud (FHCSyS) Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE) en agosto del año 2019.

Esta iniciativa surge a partir del entrelazamiento entre una necesidad planteada por las organizaciones provinciales de la agricultura familiar y las experiencias previas de articulación entre la UNSE, organizaciones campesinas y técnicos de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF). La universidad pública tiene un rol fundamental al proveer de recursos humanos, físicos y financieros para su implementación. Durante 2019, se articuló además con Jefatura de Gabinete de Ministros de la provincia de Santiago del Estero2, quién subsidió parte de la propuesta. Finalmente, se destaca el convenio de cooperación firmado en 2015 entre la Federación de Agricultura Familiar de la provincia (en adelante Tukuy Kuska) y la UNSE, como una articulación clave al momento de ejecución de la DAFyTT.

El análisis parte de la gestación del proyecto de la diplomatura, mencionando las experiencias previas de articulación entre la UNSE y diversos actores desde el año 2017, las cuales funcionaron como antecedentes. Su propuesta pedagógico didáctica consta de 14 módulos, producto de ese proceso de articulación de más de diez años entre investigadores, docentes, técnicos extensionistas, productores y dirigentes de la AF. De esta manera, se promueve la construcción de conocimiento a partir de prácticas vinculadas a la educación popular, poniendo en valor las trayectorias diversas ya sea por género, edad, oficio, pertenencia institucional o procedencia geográfica Así, la diplomatura acoge una diversidad de diplomandos, sin distinción en cuanto al grado de formación alcanzado. La convocatoria abarca a pequeños productores de provincias del NOA (que reciben becas completas3), a profesionales de diferentes disciplinas y estudiantes de grado o posgrado cuyos ámbitos de trabajo o temas de investigación están vinculados a la agricultura familiar.

En este sentido, la DAFyTT cuenta con 38 estudiantes de diferentes departamentos de la provincia de Santiago del Estero y de otras localidades de Salta, Catamarca, Jujuy y Córdoba. Entre ellos se encuentran jóvenes, adultos de mediana edad y algunos adultos mayores. Cabe mencionar, en relación a la composición del grupo de estudiantes, que esta búsqueda de diversidad y heterogeneidad fue planificada al momento del diseño. Para concretarla se llevó adelante la preinscripción y selección de aspirantes a través de entrevistas llevadas adelante por un equipo integrado por dirigentes de Tukuy Kuska, investigadores y docentes. Dicho proceso ha posibilitado abordar las temáticas y problemáticas de la AF en el seno de las cursadas desde la integralidad y la pluralidad de voces.

La diplomatura es el resultado de un proceso atravesado por el despliegue de políticas accionadas desde múltiples ámbitos y la correlación de fuerzas entre agentes con diversas trayectorias biográficas e institucionales. En ella se entrecruzan los gobiernos locales, el movimiento campesino en sus diversas expresiones (muchas veces invisibilizadas o negadas), actores de la universidad, representantes de ministerios nacionales o provinciales y el colectivo de mujeres. Todas estas organizaciones e instituciones (con su cultura institucional propia, con sus agendas y prácticas) aportan y disputan sentidos. Se dan a conocer e interactúan con esos otros agentes que directa o indirectamente forman parte de los territorios, pero que aquí procesualmente comienzan a ser el/la compañero/a con el/la cual repensar realidades, prácticas, preocupaciones y sueños.

La sistematización y reflexión sobre esta experiencia, objetivo central del artículo, se realizó a partir del entrecruzamiento de datos surgidos de fuentes secundarias. Para su obtención se efectuó una investigación documental, para lo cual se trabajó con el Proyecto DAFyTT aprobado, informes de gestión, registros del equipo de facilitadores4y fichas de inscripciones. También se extrajo información de archivos audiovisuales (videos y podcasts) producidos por el equipo de facilitadores que registran las voces de docentes y estudiantes de la diplomatura. Por último, se acudió a la sistematización de los encuentros (virtual/presencial) y se empleó como fuente las evaluaciones realizadas por los estudiantes5.

La accesibilidad a la información no constituyó una dificultad para las autoras, dado que forman parte del proyecto desde su formulación. Actualmente se desempeñan como coordinadora y facilitadora respectivamente, constituyendo un desafío lograr el distanciamiento / extrañamiento necesario para el análisis.

Más allá de la indiscutible importancia que reviste la necesidad de visibilizar en la academia y reflexionar acerca de este tipo de proyectos pedagógicos innovadores, el ejercicio dialéctico entre la experiencia, sus emergentes y la mediación teórica para la construcción del artículo ha posibilitado a las autoras enriquecer su mirada acerca del proceso de la DAFyTT.

En la primera sección abordaremos someramente la trayectoria de la diplomatura haciendo hincapié en los antecedentes locales que posibilitaron su diseño, así como el marco teórico metodológico sobre el que se asienta la propuesta. Seguidamente, se reflexionará acerca del importante rol de la universidad pública como actor estratégico y como territorio de acción para este tipo de propuestas. Finalmente, reflexionamos sobre el papel del estado y la extensión, entendiendo que en el vínculo entre los actores dentro del territorio, con historias y pertenencias institucionales diversas, va emergiendo un modelo diferente de hacer extensión universitaria, a partir de la problematización de categorías como política, estado, territorio, universidad, desarrollo, conocimiento, aprendizaje.

2. Trayectoria de la DAFyTT

La propuesta de impulsar y sostener una diplomatura de características tan singulares para el ámbito de la universidad encuentra sus orígenes en la experiencia de trabajo de quince años de un equipo interdisciplinar e intersectorial que fue creciendo cuanti y cualitativamente con el paso del tiempo. En los subsiguientes apartados se presentarán los antecedentes que constituyen los cimientos de la diplomatura como proyecto. Posteriormente, se presenta el marco propositivo de ésta.

2.1. Antecedentes locales: extensión, investigación y trabajo en red

El proyecto de la diplomatura se inicia con un bagaje de acciones realizadas años anteriores, muchas de ellas en vinculación con distintos agentes. En primera instancia cabe mencionar la articulación entre el Instituto para el Desarrollo Económico y Social (INDES) de la UNSE y de la entonces SAF de la Nación (delegación provincial). Esta relación se consolida a partir del año 2010 con la firma de un convenio de cooperación que permitió la ejecución de proyectos de investigación conjuntos, asesoría técnica y capacitaciones a productores, publicaciones compartidas, entre otras actividades.

En esa oportunidad, se constituye un equipo interinstitucional e interdisciplinario con el objetivo de llevar adelante diversas actividades de investigación y extensión vinculadas a la agricultura familiar. Entre ellas, se destacan varios procesos de sistematización de experiencias de desarrollo rural y la ejecución de tres proyectos de investigación. Los resultados se plasmaron en varias publicaciones, tales como los libros Actores Sociales y Espacios Protegidos (Paz y de Dios, 2011), Cuantificación de la Agricultura Familiar (Paz, de Dios y Gutiérrez, 2014) y Desarrollo Rural, Políticas Públicas y Agricultura Familiar (Gutiérrez y González, 2016). El convenio quedó debilitado, especialmente en 2018, con el despido masivo de técnicos y la parálisis que afectaba al mencionado organismo estatal. Sin embargo, algunos de estos profesionales continuaron vinculados al equipo de Sociología Rural del INDES, promoviendo principalmente instancias de articulación con sectores de la AF a través de proyectos de voluntariado y extensión universitaria.

Además, este equipo de investigación vinculado a la AF fue promoviendo la participación asidua de las y los productores en diferentes eventos académicos para compartir sus experiencias (tanto productivas como organizativas) con estudiantes universitarios de grado de diversas carreras. También se pudo concretar la realización de ferias de la AF en la sede de la Universidad, durante eventos tales como presentaciones de libros o en reuniones científicas, donde se posibilitó el intercambio de las problemáticas y demandas que afectan al sector.

Como resultados concretos de este tipo de participaciones destacan, en primer lugar, el cambio en la percepción de los productores en la posibilidad de acceso a la universidad. Habitar su espacio físico, familiarizándose con él e interactuando cotidianamente con la comunidad universitaria hizo posible percibirlo como un espacio receptivo a sus necesidades y propuestas. En segundo lugar, la visibilización de los agricultores familiares (sus producciones, sus problemáticas y sus formas de organización) por parte de la comunidad universitaria. Estos micro procesos en el ámbito de la universidad no fueron menores en la maduración de la posibilidad de la implementación de la DAFyTT.

Otro antecedente en el despliegue de esta red es el fortalecimiento de los vínculos del equipo de sociología rural del INDES con grupos de investigación a escala nacional e internacional. Como fruto de esas articulaciones, existe una experiencia que resulta especialmente importante de mencionar dado que actuó como catalizador para pensar en la creación de la diplomatura, adaptada a los recursos y realidad local de la provincia de Santiago del Estero y del país. Se trata del “Programa de Posgrado en Desarrollo Territorial en América Latina y el Caribe” (TerritoriAL) creado en 2013 en el Instituto de Políticas Públicas y Relaciones Internacionales (IPPRI) en São Paulo, el cual cuenta con apoyo de la Cátedra UNESCO de “Educação do Campo” y Desarrollo Territorial, dirigido a la formación de personas oriundas de territorios campesinos o que actúen para el desarrollo de dichas comunidades (TerritoriAL, s.f). Esta maestría trasciende en su planteo al mero proyecto académico. Entiende que el acceso al nivel superior es esencial para el desarrollo de la agricultura y procura contribuir a una mejor comprensión de la producción territorial del mundo campesino. Por ello forma egresados que contribuyen a través de sus investigaciones a la construcción del conocimiento de políticas públicas para la resistencia y superación (Mançano Fernandes, 2015).

Continuado con este recorrido, cabe señalar que entre 2017 y 2018 se realizó un curso de formación para dirigentes de la agricultura familiar de la provincia como parte del proyecto de extensión titulado “Universidad y Agricultura Familiar”, el cual fue financiado por la Secretaría de Políticas Universitaria de la Nación. En él se abordaron aspectos tales como la política, el desarrollo, estructura agraria, movimientos sociales y la planificación estratégica. Tanto en la formulación, ejecución y monitoreo del proyecto interactuaron los dirigentes de Tukuy Kuska, investigadores del INDES, docentes de la UNSE y técnicos de la SAF.

Junto a esta iniciativa, se llevó adelante entre fines de 2018 y principios de 2019, en el marco de una convocatoria de proyectos de voluntariado por parte de la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNSE, un proyecto con Tukuy Kuska denominado Tukuy KuskaChaninchasqa (Todos juntos, reconocidos y valorados, en idioma quichua). Su objetivo fue el de mejorar la comunicación de la Federación al interior de la organización, así como en la interlocución con otros sectores de la sociedad. Las actividades se desarrollaron a partir de un trabajo cooperativo entre dirigentes, estudiantes, docentes de las diferentes carreras involucradas e investigadores/as.

Es en este contexto que se avanza con el diseño de una Diplomatura para la Agricultura Familiar. Esta propuesta encuentra su fundamento en la necesidad de las organizaciones sociales de base, investigadores/as, docentes y técnica/os profesionales de profundizar un espacio de encuentro y de formación de recursos humanos. La DAFyTT, aprobada por resolución nº 94/2019 del Consejo Directivo de la FHCSyS y que cuenta con 644 hs reloj, se encuentra incorporada dentro de las ofertas de pos títulos que ofrece la Secretaría de Extensión y Transferencia de la UNSE.

Tal como se mencionó en la introducción, la diversidad de estudiantes es un punto desafiante y enriquecedor porque implica adecuar estrategias de enseñanza y aprender de las devoluciones que el grupo presenta en su heterogeneidad. Actualmente cuenta con 38 estudiantes activos, los cuales se pueden encuadrar en tres categorías:

  • Productores del sector de la agricultura familiar con aval de su organización para la participación en la diplomatura: en este caso no es un requisito poseer un título secundario o aprobación del nivel medio de educación formal, por lo cual varios diplomandos que se encuentran en esta categoría interactúan con otros estudiantes o profesionales de grado, aportando sus conocimientos y experiencias basadas en los saberes de sus territorios.

  • Profesionales de diferentes disciplinas cuyo ámbito laboral esté vinculado con el sector de la agricultura familiar: dicho grupo se encuentra compuesto por técnicos que pertenecen a diferentes agencias gubernamentales y no gubernamentales (nacionales, provinciales, municipales) que trabajan con organizaciones de la ruralidad y docentes.

  • Estudiantes avanzados de grado y posgrado; tesistas que acrediten estar investigando una temática relacionada a la agricultura familiar. Este grupo está compuesto principalmente por estudiantes de ingeniería agronómica, veterinaria, trabajo social y sociología.

En síntesis, la puesta en marcha de la DAFyTT vino a dar continuidad y enriquecer la formación de la diversidad de actores que conforman al mundo de la AF en su integralidad. Para ello se presenta e intenta constituirse en una nueva modalidad de articulación brindada por la Universidad Pública. En ese camino, se ponen en práctica herramientas teórico metodológicas que buscan enriquecer el accionar cotidiano en las organizaciones e instituciones para problematizar las realidades diversas de nuestras regiones.

2.2. Su marco propositivo

La DAFyTT fundamenta su propuesta teórico-epistemológica en las premisas basales de la educación popular y la ecología de saberes de Paulo Freire (2008; 2012) y Boaventura de Sousa Santos (2010b), respectivamente. Principalmente, porque la propuesta incluye a pequeños productores campesinos junto con técnicos y profesionales formados o no formados en la academia. Esto plantea una gran diversidad de saberes por la heterogeneidad de participantes, los cuáles comparten, sin embargo, la importancia que le otorgan a la palabra o significante agricultura familiar en sus biografías.

El nombre de la diplomatura es un intento de plasmar o condensar en el título de la propuesta lo que el equipo de sociología rural del Instituto de Estudios para el Desarrollo Social (INDES) de la UNSE -CONICET viene construyendo en relación a la ruralidad. La relevancia de proponer en Santiago del Estero una diplomatura con estas características reside en que, según datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas del año 2001, el 31% de la población vive en zonas rurales. A ello se suma que la provincia cuenta con una importante presencia de la Agricultura Familiar, concepto definido por el Foro Nacional de Agricultura Familiar (FONAF) como “una forma de vida y una cuestión cultural” (FONAF, 2006). En esta categoría confluyen diversos actores del agro (como campesinos, pueblos originarios, chacareros, colonos, trabajadores rurales, entre otros).

Por consiguiente, se trata de un sector estratégico no solo para la provincia, sino para todo el país. Si bien existen otras definiciones acerca del concepto de AF (Paz, 2008; Schiavoni, 2010; Balsa, 2012; Nogueira 2013) desde el espacio de la diplomatura se toma como referencia la esbozada por el FONAF debido a que refleja la construcción política de las organizaciones campesinas, grupos con los cuales el equipo de investigación mencionado (impulsor y cocreador de la diplomatura) viene trabajando.

Por otro lado, el concepto de transformaciones territoriales nos remite, en primer lugar, a la posibilidad de generar cambios en los territorios, y en segundo lugar, a la complejidad intrínseca de esos espacios. Teniendo en cuenta esta perspectiva de las transformaciones, desde la diplomatura nos refiere a la idea de algo que está en constante construcción, una realidad dinámica que, por ende, tiene aspectos de continuidad y de ruptura respecto de lo existente.

Para poner en práctica la idea de la posibilidad de transformación de nuestros espacios, la propuesta promueve, en primer lugar, el reconocimiento de la historicidad de los sujetos que la integran, de sus comunidades, instituciones y organizaciones. Esto permite encontrar en un ejercicio colectivo, del que participan actores portadores de diversas trayectorias, un primer hilo conductor común a todos emergente de las múltiples biografías personales.

Entonces, a partir de reconocer la historicidad y la posibilidad de incidir en la transformación de la realidad, el paso siguiente es pensar qué se quiere construir. Es decir, pensar en los posibles cambios (desde los más imperceptibles hasta los más visibles) en la vida cotidiana de los territorios de las comunidades a las cuales pertenecen las/os estudiantes. Para ello, en los sucesivos encuentros e interacciones se va revisitando, desnaturalizando y (re) adaptando la lectura de la realidad y la posibilidad de acción sobre ella.

En cuanto a la complejidad como modo de abordaje, nos remite a un “entramado, tejido, enlazado y presupone tanto la unidad como la diversidad. Desde su nominación la complejidad nos muestra un mundo múltiple, diverso y en red” (Najmanovich, 2001:48). La autora también nos refiere a la complejidad como un universo diverso que va siendo configurado en los encuentros y que nos permite ver los procesos, los intercambios y no solo los productos o resultados. Es decir, se trata de un saber entramado producido por sujetos-entramados por su singularidad, pero al mismo tiempo partícipes del colectivo que los forma y al que transforman, otorgando una responsabilidad respecto del saber que construimos como sujetos (Najmanovich, 2001).

En definitiva, la DAFyTT es una estrategia de visibilización de la ruralidad. De sus actores protagonistas como ser los y las productores/as, organizaciones, organismos, estudiantes, docentes, investigadores/as y demás agentes vinculados al mundo de la Agricultura Familiar, teniendo en cuenta su historia, presente y demandas a futuro en y para sus territorios.

Por otra parte, la diplomatura es una invitación a repensar y recrear a la agricultura familiar como sujeto político, evidenciando su historicidad y potencialidad. Eso conlleva reconocer no solo la pluralidad de quienes integran esta categoría, sino también la heterogeneidad de agentes gubernamentales y no gubernamentales con quienes se relacionan. Los cuales tienen, igualmente, intencionalidades diversas al momento de intervenir en los territorios.

También y en relación a lo antedicho, la diplomatura es un espacio en el cual se intenta promover la identificación de los problemas transversales al territorio, entendiendo su complejidad y la necesidad de construir conocimiento colectivo para abordar su resolución. Dicho conocimiento colectivo y accionar en red solo es posible en horizontalidad, poniendo en valor los múltiples saberes, producto de la heterogeneidad de sectores y trayectorias que la conforman.

Tanto en la fundamentación de la propuesta como en el cotidiano de su implementación la DAFyTT interpela al espacio universitario en relación a cuestiones centrales vinculadas a la construcción de conocimiento: su finalidad, su accesibilidad y su modalidad. En este sentido, la diplomatura reconoce en la universidad un territorio primordial sobre el cual accionar.

3. Pensar la Universidad como territorio

Desde nuestra perspectiva, resulta necesario trascender la mirada de la geografía clásica acerca del territorio como espacio meramente físico. Al territorio lo constituye una multiplicidad de factores, y entre ellos principalmente el humano. En esta dirección, concebimos a la universidad como un territorio diverso y multidimensional, donde se producen relaciones sociales, económicas, políticas, ambientales y culturales, mediadas por diferentes acciones e intencionalidades (MançanoFernandes, 2009).

La universidad por excelencia ha tenido históricamente la función de ser productora y transmisora del conocimiento legítimo. Reconocer la heterogeneidad e historicidad de esta institución permite problematizar como ha ido construyendo su territorio intra y extramuros. Visibilizar a lo largo de su historia las diversas intencionalidades que la tensionan y definen los modos de construcción y socialización de ese conocimiento habilita a pensar a la universidad como espacio de poder, de vivencia y de relaciones sociales (De Sousa Santos, 2010).

¿Qué profesionales se forman? ¿Qué conocimiento acerca de la AF, en este caso, se incorpora a las currículas? ¿Qué propuestas de extensión se llevan adelante? ¿Cuáles son las temáticas priorizadas en la investigación? ¿Cuáles son los espacios identificados para las prácticas profesionalizantes de los futuros egresados? ¿Cómo se incentiva la interdisciplinariedad y el trabajo en equipo en los estudiantes?

Todos estos son interrogantes que desnaturalizan el quehacer universitario y contribuyen a problematizar prácticas cotidianas e ideas que las legitiman. Es en esta caracterización de la universidad como territorio en disputa, que se la identifica como ámbito de acción para poner en marcha la diplomatura.

3.1. La implementación de la DAFyTT en el ámbito de la universidad.

La diplomatura inicia su primera cohorte el 29 de agosto de 2019 en el marco del gobierno de Mauricio Macri (2015-2019). Como característica general, se concretan recortes presupuestarios en políticas de salud, educación, investigación, con masivos despidos a trabajadores estatales y cierres de empresas del sector pyme y minipyme (Gómez, 2019). En materia de política vinculada al agro, la apertura indiscriminada de mercados favorece al agronegocio y descuida las economías regionales. Los agricultores familiares sufren un retroceso en su condición de sujetos de derecho para convertirse una vez más en sujetos de asistencialismo. El Ministerio de Agroindustria pierde su estatus como tal y se reconvierte a Secretaría (Jara et al, 2019b).

Las instituciones vinculadas al trabajo integral con la AF y otros sectores vulnerables son vaciadas. Paralelamente, los recortes presupuestarios en educación afectan a las universidades nacionales, las cuales ven detenidos el envío de las partidas presupuestarias para su funcionamiento. En este marco, y a pesar de la crisis, las universidades nacionales se convierten en espacio de desarrollo de proyectos y actividades con sectores de la economía social y otros movimientos sociales. En el caso de la DAFyTT, si bien la vinculación de los actores que la diseñan y ejecutan es previa, la acción para el trabajo con organizaciones de la AF se desplaza fuertemente al ámbito de la universidad.

En este sentido, se podría pensar en la diplomatura como ámbito de visibilización y resistencia, permitiendo el tejido de una relación entre territorios-saberes-experiencias y conocimientos diversos. Por consiguiente, ha funcionado no solo como medio de vinculación, sino también como puente de inclusión.

Si realizamos el ejercicio de dar historicidad a la trayectoria de las universidades, de Sousa Santos (2005) señala que en el siglo XX las universidades atravesaron por tres crisis sucesivas e interrelacionadas unas con otras: de hegemonía, de legitimidad y de institucionalidad.

La crisis de hegemonía se origina en la edad media, la función de la universidad era la formación de las elites a partir de la producción de la alta cultura, del pensamiento crítico y de los conocimientos científicos y humanistas. Esa crisis puso de manifiesto las contradicciones respecto de la nueva función que se le asigna en la modernidad: la producción de conocimiento instrumental y la formación de mano de obra calificada demandada por el desarrollo del capitalismo. Su incapacidad para poder llevar adelante ambas funciones contrapuestas condujo al Estado y a actores económicos a la promoción de otras organizaciones capaces de proveer estos servicios de educación superior e investigación, produciéndose la pérdida de hegemonía de la universidad.

En cuanto a la crisis de legitimación, el autor señala que ésta es producto de la contradicción entre, por un lado, la jerarquización de saberes especializados mediante la certificación de competencias y restricciones a su acceso; y por otro lado, la exigencia de democratización del ingreso a la universidad en el marco de la reivindicación de igualdad de oportunidades para las clases populares.

Finalmente, la crisis de institucionalidad se relaciona con la oposición entre la reivindicación de la universidad para definir autónomamente sus valores y objetivos frente a la presión por someterla a criterios de eficiencia y productividad, vinculado a la lógica empresarial y la noción de responsabilidad social. Aquí se producirá lo que De Sousa Santos (2005) denomina el pasaje de un conocimiento universitario (distinción tajante entre conocimiento científico y otros saberes) al conocimiento pluriuniversitario. Este último se caracteriza por ser un conocimiento de tipo contextual, siendo su posibilidad de aplicabilidad el criterio organizador para su producción. Esto es posible por la interacción extramuros para el establecimiento de criterios y acuerdos entre investigadores y población.

Si bien estas experiencias de producción de conocimiento pluriuniversitario han tenido lugar especialmente en el marco de relaciones mercantiles, por ejemplo, a partir de las demandas de la industria, han permitido en los últimos años que la universidad se problematice a sí misma, a su forma de pensar su rol. Por lo tanto, urge volver a reflexionar sobre el quehacer de la investigación, la docencia y la extensión.

Problematizar la universidad tomando como referencia las tres crisis caracterizadas por De Sousa Santos (crisis que no están saldadas y que ponen de manifiesto la heterogeneidad de ideas y actores que las encarnan y las ponen en juego en la cotidianeidad) es una práctica que posibilita pensar e identificar la diversidad que la integra y configura como territorio en disputa.

La porosidad, la búsqueda de democratización y la territorialización de la universidad más allá de sus muros son las condiciones de posibilidad para propuestas como la de la diplomatura. Para lo cual se parte del diagnóstico de que la AF y por lo tanto los grupos que la integran (campesinos, pequeños productores, pueblos originarios, y demás) han sido tradicionalmente invisibilizados por la academia. Esto se evidencia en su marginalidad como temática en los currículos de las carreras universitarias, en la dificultad de los hijos e hijas de los productores para acceder o permanecer en la universidad y en la falta de contacto de los estudiantes de grado con la agricultura familiar. Dicha ausencia es más notable cuando se trata de provincias como la de Santiago del Estero donde la AF tiene una alta presencia. Como resultado, se forman profesionales cuyo perfil no comprende el trabajo con este importante sector de la ruralidad proveedor de alimentos frescos a la ciudad, generadora de empleo en el campo y portadora de prácticas productivas respetuosas del medioambiente (Jara et al, 2019a).

La implementación de la diplomatura se ve enmarcada y es concomitante a la relevante importancia que ha cobrado la producción de alimentos sanos a nivel mundial /regional. Esto no podría ser de otra manera si se tiene en cuenta que el 56% de la producción mundial está en manos de la Agricultura Familiar; de los 570 millones de unidades productivas rurales del planeta 9 de cada 10 son familiares (FAO y IFAD, 2019). De ahí que, las Naciones Unidas proclamaron el Decenio de la Agricultura Familiar (2019-2028) en diciembre de 2017:

Al centrar nuestras intervenciones en la agricultura familiar y todos los modelos de producción basados en la familia durante diez años, se contribuirá a un mundo libre de hambre y la pobreza, donde los recursos naturales sean gestionados de forma sostenible y en el que nadie se quede atrás, lo cual corresponde a los principales compromisos de la Agenda 2030. Los agricultores familiares poseen un potencial único para convertirse en agentes clave de las estrategias de desarrollo. La agricultura familiar es la forma predominante de producción alimentaria y agrícola en los países desarrollados y en desarrollo, ya que produce más del 80 por ciento de los alimentos del mundo en términos cualitativos (FAO y IFAD, 2019:8).

Sin embargo, esta significación aún no se ve reflejada en los planes de estudio universitario. Consecuentemente las prácticas que realizan la mayoría de los profesionales, docentes e investigadores formados desde una concepción mercantilizada de lo rural y con predominio de lo urbano como sinónimo de bienestar, deslegitiman e invisibilizan en muchos casos los saberes y haceres del sector de la AF.

Repensar el rol y la centralidad de la AF como espacio protagónico en la ruralidad, identificando y revisando críticamente la finalidad y la modalidad resultan claves si se quiere promover un real protagonismo de quienes producen de forma sustentable con el ambiente. Y es la universidad el ámbito propicio en el cual discutir y repensar. Para ello, es necesario la democratización en la circulación de la palabra, en un sentido dialógico, liberador:

“No hay diálogo si no hay humildad. ¿Cómo puedo dialogar si alieno la ignorancia, esto es si la veo siempre en el otro, nunca en mi? (…) el diálogo se transforma en una relación horizontal en que la confianza de un polo en el otro es una consecuencia obvia” (Freire, 2017:73-74).

De esta manera, la diplomatura irrumpe en la vida cotidiana de la universidad, proponiendo una serie de cuestionamientos en su hacer y en la modalidad tradicional en que sus claustros llevan adelante la formación. En primer lugar, vuelve accesible la academia intramuros a productores y dirigentes rurales. Muchos de ellos acceden por primera vez a este espacio como estudiantes. Con toda la carga simbólica y significaciones que esto tiene para una población rural que continúa asignando a la universidad una alta valoración.

“Estamos encontrándonos para aprender todos juntos, todas juntas, lo cual me parece histórico, novedoso, innovador (…) El hecho de que nos hayamos podido juntar entre universidad y organizaciones del sector del campo, del sector de la Agricultura Familiar de Santiago, con técnicos que vienen conociéndonos y otros que nos están conociendo” (Dirigente Federación Provincial de Agricultura Familiar, octubre de 2019)6.

En segundo lugar, promueve la interacción entre agricultores familiares; estudiantes avanzados de grado; técnicos profesionales en horizontalidad ya que, como lo venimos señalando, todos forman parte del grupo de estudiantes.

“Es de destacar el público participante: no solo hay estudiantes universitarios. Al traer a los productores rurales, campesinos, movimientos sociales y trabajadores del Estado, la diplomatura hace un diferencial enorme por los aportes e intercambio de conocimientos, debates, problematizaciones” (Docente invitada. Septiembre, 20197).

En tercer lugar, debido a que la metodología de la diplomatura encuentra su fundamentación en la educación popular, docentes investigadores se integran a esta propuesta a través de una modalidad de clases que rompe con la forma tradicional de “transferir conocimiento”. La premisa es no recurrir al dictado de clases magistrales, sino promover encuentros que mantienen una estructura tentativa, a los fines organizativos, pero que son flexibles y donde se ponen en juego dispositivos para estimular que circule la palabra. Es decir, el intercambio/interacción entre estudiantes, docentes y facilitadores es fundamental8.

Por último, su finalidad es contribuir a la transformación de los territorios de la universidad, de las comunidades de procedencia y las instituciones gubernamentales. Para ello la producción de conocimiento que se propone es de naturaleza colectiva, porque la identificación de problemáticas y la realidad de los territorios es compleja y heterogénea, tanto como lo son las trayectorias de los estudiantes y los saberes que portan. En el siguiente apartado se abordará el análisis de la diplomatura haciendo eje en la descripción de la dinámica que asume como promotora de producción de conocimiento que busca impactar en los territorios.

4. (Re)haciendo estado en torno a la AF y la extensión: simientes para contribuir a procesos transformadores en los territorios

Reconocemos el papel del estado como categoría de análisis en la cotidianeidad no sólo del proceso llevado adelante durante la implementación de la diplomatura, sino como institución estructurante - estructurada de nuestra vida como sujetos (Giddens, 1995; Bourdieu, 1997). Es intención clara de la diplomatura, desde el momento en que parte del posicionamiento de reconocer a la agricultura familiar como actor político, promover en el desarrollo del programa la discusión acerca del estado y sus formas. Por ende, se reconoce las tensiones respecto del tema, las cuales se expresan en el discurso heterogéneo de quienes participan de la propuesta9.

“El estado es fundamental para sanar, para educar, para alimentar, para cuidar. Si el estado no está, las empresas no lo hacen. En ese sentido, las organizaciones de la AF y todos los que luchamos por un modelo distinto de producción y para que haya igualdad debemos fortalecer nuestra relación con el estado” (Productora estudiante de la DAFyTT, 2020).

“El estado usó y usa diferentes estrategias para no dar importancia a la AF, para invisibilizarla y no debatir la verdadera crisis: la legitimación del sistema que concentra la riqueza y que no permite la existencia de otro sistema que produzca y distribuya desde otros paradigmas” (Productor estudiante de la DAFyTT, 2020).

Los estudiantes de la diplomatura, tal como lo señaláramos al inicio, constituyen un grupo diverso en trayectorias, edades (el grupo etario ronda entre los 18 y los 62 años) y procedencias geográficas y sectoriales. En este sentido, durante los encuentros presenciales y el intercambio desde los espacios virtuales mediados por las TICs, se trabajó con los diplomandos en:

Su reconocimiento como sujetos históricos. Más allá de los diversos territorios y particularidades de las biografías personales, se procedió a reflexionar sobre momentos históricos comunes que han incidido en sus vidas y tomas de decisiones, condicionando el horizonte de posibilidades. Esa identificación de una realidad diversa, a la vez que transversal en algunos sucesos y problemáticas, ha posibilitado la construcción de un espacio común “con los otros”. Un sentido de pertenencia a la diplomatura como ámbito de encuentro y aprendizaje entre todos.

A partir de allí, se buscó abordar la complejidad de la agricultura familiar identificando los diversos grupos que se autoreconocen al interior de esta categoría, poniendo de relieve la integralidad en los modos de hacer y ser. No se trata sólo de la dimensión productiva, sino de una forma de vida, una concepción que implica cosmovisiones sobre la naturaleza, el desarrollo y el bienestar que entran en tensión con el modelo hegemónico con fuertes presencias en los territorios, donde resisten a partir de un abanico de estrategias, a veces complementándose y a veces en franca oposición con las intervenciones del extensionismo rural10. El cual, en su versión más ortodoxa, concibe a los productores de la agricultura familiar como meros depositarios de saberes que se transfieren y que han sido previamente validados - legitimados en el laboratorio. Esta forma de extensión niega la diversidad e historicidad de esos territorios en los que interviene.

La cuestión de la extensión rural ha posibilitado, a su vez, problematizar el rol de los agentes del estado y sus posicionamientos. El reconocimiento de una mirada estructurada a partir de una educación que forma a sus profesionales desde un paradigma modernizador desconoce o niega lo diverso, imponiendo el conocimiento técnico científico. Esto implica una deslegitimación de los múltiples saberes que existen y modelan los territorios. A partir de allí es posible - y necesario - reflexionar críticamente acerca de los modos de construcción y legitimación del conocimiento.

En la producción de la idea-estado, la categoría territorio también está estrechamente vinculada a un proceso de transformación (Koberwein, 2012). De allí la importancia otorgada al concepto como eje para pensar las prácticas. En el caso de los estudiantes con trayectoria técnico profesional, el proceso de intercambio ha producido replanteos en las formas de practicar la extensión, incorporando variables que exceden a lo productivo y que les permite comprender y posicionarse desde otro lugar al interactuar con los productores, problematizando lo que implica el desarrollo como horizonte de intervención.

La identificación de temas prioritarios y transversales, no sólo para la agricultura familiar sino para la sociedad en su conjunto (como lo son la producción de alimentos sanos, la soberanía alimentaria y la noción de salud comunitaria), han incidido en la valoración de estos como contenidos necesarios en la formación. Este es el caso, por ejemplo, de una estudiante de la diplomatura que realiza docencia universitaria y que ha promovido el abordaje de dichos contenidos con sus estudiantes de grado.

Por otro lado, entendemos que algunos actores que tienen responsabilidades en torno a un cargo público, “no son entidades abstractas (…) sino que son humanos con ideales, creencias, frustraciones y dilemas” (Ramos Berrondo, 2017:187). Tal es el caso de estudiantes cuya biografía personal está vinculada al ejercicio de roles dirigenciales en representación de la agricultura familiar. Actualmente una de ellas forma parte del consejo deliberante de su pueblo. El intercambio intersectorial y la revalorización de los saberes diversos en el marco de la diplomatura la motivaron a intervenir en ese espacio de mayor transversalidad.

También ha sucedido que estudiantes de carreras de grado que cursan la diplomatura se han reencontrado, en el intercambio con los productores que la cursan, con parte de sus biografías personales encarnadas en las historias de sus abuelos. Esto que produjo una revalorización de esa historia familiar y de ese saber-hacer ancestral.

Cada una de estas acciones que parecieran individuales no lo son. Tienen incidencia en una red de relaciones en las instituciones, organizaciones, territorios en los que habitamos. Desde lo cotidiano interpelan las relaciones sociales naturalizadas y proponen otras formas posibles de construcción.

Entonces, desde la diplomatura se intenta profundizar y enriquecer estos procesos. Operando como sostén y acompañando en el diseño de estos haceres que se han nutrido y modelado a partir de los sucesivos intercambios presenciales y virtuales.

Por último, y retomando la cuestión de la universidad como territorio a transformar, recientemente la UNSE anunció la creación de una Mesa de Diálogo interinstitucional e intersectorial para la Agricultura Familiar (Portal de Noticias UNSE, 2021). En este espacio participan como representantes de sus respectivas agencias gubernamentales nacionales y provinciales algunos estudiantes de la DAFyTT.

4.1. Integralidad e interdisciplinariedad. Reconociendo la complejidad y motorizando la dialogicidad

El programa de la diplomatura propone el abordaje de multiplicidad de contenidos vinculados al reconocimiento de la agricultura familiar como actor político. En este sentido se propone la discusión y tratamiento de temáticas que, a los fines analíticos, se podrían agrupar en tres grandes dimensiones, pero que en la práctica son indisociables unas de otras.

  • Epistemológica: pensamiento complejo, ecología de saberes, construcción de conocimiento, la política y lo político, territorios.

  • Teórica conceptual: Estado, economía (s), mercado(s), políticas públicas, derecho, salud, ecología, modelos de desarrollo, sustentabilidad, soberanía alimentaria.

  • Instrumental: análisis institucional, planificación, agroecología, agrosilvicultura.

La reflexión y problematización de estos contenidos se realiza, tal como se explicó en apartados anteriores, en el marco de la metodología propuesta por la educación popular. En dicho esquema las tutorías virtuales y presenciales cumplen un rol fundamental para la sinergia entre lo que acontece en los encuentros y el trabajo que los estudiantes construyen, como propuestas de abordaje en los territorios entre las instancias inter-módulo.

En este sentido, el quehacer del equipo a cargo de las tutorías resulta fundamental. Es por ello que ensu conformación se aplicó el mismo criterio que en el de los estudiantes: la diversidad de trayectorias y perfiles. De esta manera, el equipo se encuentra conformado por investigadores con experiencia en docencia universitaria, técnicos extensionistas y dirigentes de Tukuy Kuska.

Ahora bien, es necesario aclarar que en los inicios de la diplomatura este equipo estuvo conformado por tutores. Con el paso de los módulos y tras haber tomado un taller de formación en diciembre de 2019 denominado “las tutorías en los proyectos de educación popular”, se sustituyó dicho nombre por el de facilitadores. Para el equipo, la figura de tutor/a terminó evocando aquella imagen del tutor de madera que direcciona el crecimiento de una planta que eventualmente se convertirá en árbol y del cual depende su forma y sostén. Es decir, un rol que dificultaría la re significación de las propias experiencias del tutoreado en oposición al de facilitador como aquél que acompaña en diversas dimensiones el proceso único y singular de cada estudiante.

Por otro lado, el equipo docente se encuentra conformado por prestigiosos investigadores, académicos y extensionistas de diferentes puntos del país y de Latinoamérica.

En cuanto al desarrollo de los contenidos, en el período comprendido entre agosto a diciembre 2019 se desarrollaron cinco de los catorce módulos que estructuran la propuesta. A partir de los intercambios y de los trabajos grupales con los estudiantes durante las cursadas presenciales, los contenidos/conceptos/ideas abordados identificadas como emergentes en los registros del equipo de facilitadores, fueron11:

  • Complejidad. Pensar la realidad desde diferentes puntos de vista no reduccionistas, asociado al pensamiento complejo.

  • Los conflictos existentes entre los campesinos y otros sectores (palomeros, ganaderos) que disputan territorios y recursos. La problemática del agua y su distribución desigual.

  • El concepto de política como actividad transformadora de la realidad. La política y lo político. El Estado provincial y la supervisión del gasto público. La agricultura familiar como sujeto político. Su rol como dirigentes, integrantes de organizaciones. Los desafíos de articular el trabajo individual con lo colectivo. La participación política y gremial para incidir en las decisiones de gobierno. La irrupción de lo político en el ámbito de la vida privada de las familias en las situaciones de violencia que sufren las mujeres. El rol del Estado en estas cuestiones (y en todas). La lentitud con que el Estado ejecuta políticas definidas. Políticas públicas para la agricultura familiar. Información sobre programas y herramientas que están implementándose para generar mejores condiciones de vida.

  • Economía. Los modelos económicos. El mercado y las economías regionales, el sistema de comercialización corto como estrategia de los productores. Lo Geopolítico: China y su emergencia.

Asimismo, resulta importante mencionar que a partir del cursado se identifican las siguientes preocupaciones e intereses como emergentes en el grupo de estudiantes:

  • Políticas públicas y su ejecución.

  • Género. Mujeres rurales.

  • Participación en organizaciones de la agricultura familiar; vínculo agricultura familiar - Estado.

  • Técnicas para la organización comunitaria. Fortalecer la organización a través de intercambios de saberes y conocimientos, aprender para enseñar. Acompañar procesos productivos y organizativos.

  • Perspectiva empresarial/emprendedora, planificación estratégica.

  • Comercialización de sus producciones (mercados); acceso a la materia prima. (artesanías); diversificación de la producción.

  • Soberanía alimentaria; agroecología.

  • Acceso al agua; contaminación ambiental.

  • Los sistemas de salud.

  • Desarraigo y migración campo- ciudad. Oportunidades de estudio y laborales para los más jóvenes.

  • Visibilizar, difundir, a sus territorios y lo que en ellos acontece.

  • En el transcurso del 2020, con la pandemia como escenario, la preocupación de los estudiantes se focalizó en la situación nacional y provincial, su situación laboral y la de sus familias.

4.2. Emergencia Sanitaria por COVID 2019: aprendizajes y desafíos

Durante el 2019 cada uno de los sub grupos que integran la diplomatura estaba en etapa de conformación y afianzamiento como tales. Este proceso se vio interrumpido o, en el mejor de los casos, obstaculizado por la suspensión de los encuentros presenciales.

En marzo de 2020 el Poder Ejecutivo de la Nación Argentina decretaba, producto de la pandemia por el virus COVID-19, el denominado Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) según el decreto de necesidad y urgencia 297/2020. En él se menciona como obligación inalienable del Estado la protección de la salud pública y decreta una disminución de la movilidad habitual de las habitantes del país, como así también medidas de distanciamiento social como medio de prevención para mitigar el impacto sanitario que pudiera provocar la propagación del virus en cuestión.

En este contexto la diplomatura tuvo que asumir el desafío de dar continuidad a su proyecto formativo, pero adaptándose a las nuevas circunstancias. La comunicación se sostuvo por medio de canales virtuales de fácil acceso y del uso de recursos audiovisuales y radiales, teniendo en cuenta los problemas de conectividad que atravesaron y atraviesan muchos/as estudiantes habitantes de zonas rurales.

Al inicio del ASPO, el aplazamiento de la cursada presencial de la diplomatura fue vivido como un aspecto negativo. La falta de accesibilidad a internet así como los escasos hábitos de trabajo a través de medios digitales resultó también un aspecto negativo que incrementó la sensación de incertidumbre y desconexión de algunos espacios como el de la diplomatura.

En esta pandemia “no todos/as accedemos a los bienes simbólicos y materiales del mismo modo. Esto presenta un desafío social y educativo” (Miguez, s/f:1). Se evidenció que no todos los diplomandos contaban con las herramientas tecnológicas necesarias para poder dar continuidad a sus estudios mediante plataformas virtuales. Es por ello que varios/as estudiantes que viven en zonas donde la conectividad es débil manifestaron en distintas oportunidades su necesidad de volver a la presencialidad. Sin embargo, en algunos casos, se vivió este momento como positivo por disponer de más tiempo para leer y realizar trabajos de la diplomatura, y para poder dedicar más tiempo a participar activamente en el grupo de whatsapp que comparten con sus respectivos facilitadores.

Ante este escenario tan asimétrico en términos de accesibilidad a herramientas digitales para el estudio y la comunicación, desde el equipo se decidió sostener el contacto por medio de canales virtuales de fácil acceso y del uso de recursos audiovisuales y radiales producidos, muchos de ellos, por quienes forman parte de la diplomatura (facilitadores, docentes, estudiantes). Se establecieron tres objetivos primordiales: 1) Preservar y fortalecer el vínculo entre los integrantes de cada grupo mediante el contacto cotidiano. 2) Visibilizar una agricultura familiar activa en los territorios. 3) Continuar con el intercambio de saberes y la reflexión crítica a partir de aquellos temas, ideas, conceptos desarrollados en las cursadas 2019.

Ahora bien, ¿Cómo impactaron estas medidas tomadas por el estado en la vida cotidiana de los estudiantes, en su día a día durante los primeros meses de pandemia?12:

Las actividades productivas en las casas continuaron más allá de la emergencia sanitaria, pero con menor intensidad. Los estudiantes productores vieron intensificadas sus dificultades para la comercialización de sus productos. Algunos de ellos se vieron impedidos de realizar sus actividades laborales por dificultades para tramitar el permiso de circulación.

También enfrentaron, en algunos casos, dificultades para abastecerse de mercadería en el pueblo, por la suspensión del servicio de transporte público. De igual manera, hubo en muchos una imposibilidad de trasladarse a la ciudad para aprovisionarse de alimentos básicos. Todo esto puso de relevancia la temática de la soberanía alimentaria y la producción de alimentos. Tema emergente sobre el cual se diseñaron actividades en el marco de la DAFyTT.

Algunos estudiantes técnicos continuaron trabajando en terreno, con los cuidados necesarios, mientras que otros vieron interrumpida su asistencia a los lugares de trabajo. El sentido de quedarse en casa para frenar el coronavirus, como una acción solidaria, fue compartido por todos/as.

Por otro lado, los estudiantes reconocen la importancia de acciones gubernamentales atentas a las necesidades de la población. En este sentido, parte del intercambio en los grupos de whatsapp se caracterizó por el intercambio de difusión de información útil en relación a medidas tomadas por el gobierno nacional y provincial, complementándose esto con la socialización de información sobre la situación y problemáticas concretas en sus territorios.

La identificación de aspectos positivos del ASPO se relacionó con la posibilidad de tener un espacio para la introspección, para pasar más tiempo en familia. En otros casos, se reivindicó este momento como posibilitador para dedicar tiempo a acondicionar la casa y las instalaciones destinadas a la producción. O bien, para realizar el adecuado laboreo y siembras en las huertas.

Fue posible apreciar y reflexionar en torno al fuerte contraste entre cómo viven las cuarentenas los residentes en el campo en relación a aquellos estudiantes que viven en la ciudad, siendo el ámbito rural un espacio en el que se discurre este tiempo con mayor tranquilidad y menor sensación de aislamiento o encierro.

Sin embargo, fue en la ruralidad donde la dificultad se manifestó en la falta de acceso a agua y electricidad (lo cual dificultó la conservación de los alimentos que escaseaban y el cumplimiento de las medidas básicas de higiene). Estos son problemas estructurales en el NOA que la situación de crisis sanitaria puso en evidencia.

Frente a este escenario de emergencia sanitaria global, fue la vivencia previa de encuentro entre actores con saberes diversos en el que todos se reconocen a sí mismos y a los otros como valiosos, lo que permitió mantener y fortalecer el despliegue de una red de contención.Allí se tejieron solidaridades múltiples que tienen como desafío compartido aportar a la construcción de un modelo de desarrollo rural alternativo, enmarcado en la búsqueda de territorios más justos.

“(…) extraño mucho esos encuentros y no veo las horas de volver a verlos presencialmente, no solo en clase sino también fuera de ellas. Como dice una amiga docente: es tan rico el aprendizaje de pasillo como el de aula, la diversidad es única y tan valiosa que dan muchas ganas de hablar con todas las personas. Cuando me inscribí no me había imaginado de esta forma, pero a pesar de las dificultades el primer día dije: "acá quiero estar, es mi elección y mi oportunidad". Eso es para mí la diplomatura. Una gran oportunidad” (Estudiante de Villa Tulumba, Córdoba. Octubre, 2020).

Sin lugar a dudas, esta nueva situación mundial interpela a quienes promueven propuestas enmarcadas en la educación popular a renovar la creatividad a fin de adecuar su quehacer a este nuevo mundo, ciertamente más complejo.

Actualmente el equipo de la diplomatura reconoce que muchas de las herramientas empleadas y co-desarrolladas entre todos los que integran el espacio han llegado para quedarse. La apropiación de las TICs como herramienta pedagógica es un desafío a profundizar en el corto y mediano plazo. Como emergente del proceso transitado en el 2020 la visibilización y promoción del derecho a la inclusión digital constituye en este esquema un posicionamiento ineludible para el espacio de la DAFyTT. De lo contrario, se estaría invisibilizando un nuevo factor de inequidad y exclusión, obstaculizador de la consecución del Objetivo 4 de Desarrollo Sostenible, que consiste en “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” (UNESCO, 2015:3)

5. Reflexiones finales

Esta experiencia en marcha es un espacio que motiva a reflexionar y resignificar el rol de la agricultura familiar, reconocerla como sujeto político presente en nuestras vidas, y visibilizar su abanico de actores con trayectorias diversas. Asimismo, la puesta en marcha de la diplomatura posibilitó la expresión de sus posicionamientos frente a la identificación de problemas comunes en los territorios, poniendo en juego el diálogo y, en ese intercambio, la construcción de conocimiento.

Dicha resignificación y reflexión sólo son posibles si también se revisitan desde una mirada crítica categorías como las de estado, universidad, conocimiento y territorio. Estas últimas suelen presentarse como un todo monolítico con el poder de visibilizar o negar históricamente a amplios sectores de la población y sus saberes. Comprender la heterogeneidad, la historicidad y la dinámica de estas categorías es recuperar también la comprensión de la propia identidad y recuperar la capacidad de acción. Una acción que, por otra parte, puede ser co-diseñada y coejecutada con otros para incidir en los territorios a partir de la identificación de preocupaciones comunes a la vez que de saberes diversos que se potencian cuando se opera en red.

En este sentido, la diplomatura ha promovido el reconocimiento en los estudiantes, en los docentes y facilitadores de sus múltiples relaciones con el estado y su capacidad en mayor o menor medida en función de su posición en los territorios de incidir en las prácticas que de él derivan para recrearlas, problematizarlas y pensar estrategias de intervención.

En el escenario político nacional junto a los desafíos en el 2019, año de su surgimiento y las impensadas tensiones y desafíos atravesados en el 2020, la diplomatura podría caracterizarse como un espacio de resistencia a la vez que un ámbito propositivo para el cambio social donde se re-signifiquen las prácticas de enseñanza-aprendizaje.

Para finalizar, en este 2021 se cumplen 100 años del natalicio de Paulo Freire. Su marco teórico metodológico, a la vez que ético y político, ha resultado central para llevar adelante las propuestas pedagógicas que dan sustento a la diplomatura, en la búsqueda de consecución de una educación transformadora capaz de cuestionar un mundo cada vez más desigual y de contribuir a recrear territorios más justos.

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1Fue la declaración final surgida de las “Primeras Jornadas de Reflexión sobre la Educación Superior en la Argentina” en el Plenario del Consejo Interuniversitario Nacional, celebrado el 26 y 27 de agosto en Horco Molle (Tucumán) del año 2004.

2Durante el año 2019 los recursos aportados por la FHCSyS, el rectorado de la UNSE y Jefatura de Gabinete de Ministros de la Provincia son empleados prioritariamente para facilitar el cursado de las y los productores.

3Las becas incluyen transporte; almuerzo, alojamiento y arancel de la diplomatura.

4El equipo de facilitadores, integrado interdisciplinaria e intersectorialmente, tiene un rol clave en la implementación de la diplomatura al realizar el acompañamiento a los estudiantes a lo largo de su cursada. Además, diseñan e implementan junto a la coordinación las diferentes actividades de las que se nutre la propuesta.

5Estas evaluaciones refieren a las instancias de relevamiento realizadas a fines de 2019 y 2020 con el propósito de conocer las opiniones de los/as estudiantes en cuanto a la DAFyTT en sus dimensiones pedagógica y operativa.

6Fragmento extraído de testimonios del podcast aniversario de la diplomatura realizado en octubre de 2020

7Devolución citada en el documento: Informe Anual 2019 de la Diplomatura en Agricultura Familiar y Transformaciones Territoriales

8Las clases son dictadas por docentes especialistas en la temática de cada módulo y se articulan con espacios de talleres co-diseñados por el equipo de facilitadores. En los talleres se trabajan los contenidos de cada módulo mediante actividades de reflexión y/o análisis que articulen con la realidad de los territorios, organizaciones, instituciones de pertenencia de los estudiantes.

9Testimonios recogidos de conversaciones on-line entre facilitadores y estudiantes previas al encuentro/clase virtual con estudiantes de la diplomatura realizado el 16 de octubre de 2020 y organizado por la coordinación y equipo de facilitadores.

10Landini (2016) argumenta el modelo” transferencista” o “difusionista” fue exportado de Estados Unidos a América Latina hacia mediados del siglo pasado. “Esta forma de pensar la extensión lleva a asumir la existencia de una única modalidad de ‘desarrollo’ y se asume debe ser transmitida (transferida) a los productores del campo, quienes tienden a ser vistos como carentes de conocimientos válidos” (Landini, 2016:213)

11Información extraída del “Informe síntesis de facilitadores de y para el acompañamiento de grupos” realizado el 17 de mayo de 2020.

12Información extraída de los diagnósticos realizados por los facilitadores durante marzo -abril 2020. Los mismos se construyeron en base a entrevistas individuales e intercambios grupales con los estudiantes.

Recibido: 11 de Diciembre de 2020; : 01 de Febrero de 2021; Aprobado: 05 de Abril de 2021

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