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Mundo agrario

versión On-line ISSN 1515-5994

Mundo agr. v.5 n.10 La Plata ene./jun. 2005

 

Mario Lattuada y Juan Mauricio Renold. El cooperativismo agrario ante la globalización. Un análisis sociológico de los cambios en su composición, morfología y discurso institucional . Buenos Aires, Siglo veintiuno editores Argentina, 2004, 220 p.

Graciela Mateo

Universidad Nacional de Quilmes

gmateo@unq.edu.ar

    En este libro se conjugan dos modalidades de análisis institucional complementarias: por un lado, se abordan las cooperativas desde una dimensión morfológica-normativa; y por otro, se las estudia, atendiendo a su estructura, en tanto sistema de representaciones. Las unidades de estudio son abordadas, en el primer caso, a partir de los tipos de roles que juegan tres grandes conjuntos actorales característicos de toda asociación cooperativa: socios, consejeros y gerencia; no descuidándose la cuestión normativa en torno a los valores doctrinarios del cooperativismo, a los objetivos empresariales de las cooperativas, y a su variedad discursiva. El abordaje estructural, a través del cual las instituciones son analizadas en un sistema de oposiciones correlativas, en tanto sistema de representaciones, les permite a los autores la formulación de modelos, cuya función, al decir de Robert Merton (1980) es “dar cuenta de los hechos”. En este caso los modelos o tipos morfológicos construidos por Lattuada y Renold tienen un triple propósito: expresar la lógica interna de ciertas relaciones organizacionales cooperativas; referir determinadas actividades de las cooperativas agropecuarias; y por último, implicar cierta relación con contextos cambiantes en los cuales desarrollan esas actividades.
    El libro constituye un aporte novedoso a la problemática del asociacionismo económico – no gremial o reivindicativo – desde el campo sociológico. La orientación del trabajo no se encuentra fundada en la “perspectiva del actor” harto frecuente en la sociología rural contemporánea, sino que los autores - sin desconocer los valores instituidos en 1995 por la Alianza Cooperativa Internacional en la Declaración sobre la Identidad Cooperativa 1 - privilegian de manera objetiva los complejos y dinámicos procesos que construyen a diario los actores sociales con sus ideas, prácticas y discursos, y que muchas veces entran en tensión/contradicción con esos valores y principios de la doctrina cooperativa.
El libro está estructurado en cinco capítulos, conclusiones y dos anexos, el segundo particularmente útil para los interesados en la temática por cuanto esencializa la situación del cooperativismo agrario por región, provincia y rama de actividad con datos actualizados al año 1998.
    En el primer capítulo Lattuada y Renold realizan una breve presentación de la estructura organizacional del movimiento cooperativo agropecuario argentino a partir de la formación de las primeras cooperativas primarias a fines del siglo XIX hasta la constitución en 1956 de Coninagro, entidad de tercer grado aun hoy vigente. El crecimiento de las cooperativas de base es progresivo, constituyendo la gestión de Juan Domingo Perón la época de mayor expansión numérica del cooperativismo agrario. Los autores prestan particular atención a “Agricultores Federados Argentinos”, tanto por la dimensión económica y social que alcanzó, como por su modelo de organización y expansión institucional; no desconociendo tampoco la importancia que adquirieron las cooperativas de segundo grado en el proceso de integración vertical del cooperativismo agrario argentino. En tal sentido incluyen sintéticos pero actualizados estudios de casos de las distintas federaciones que por sector nuclean a las cooperativas primarias: Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), Federación Argentina de Cooperativas Agrarias (FACA), SanCor Cooperativas Unidas Limitada, Unión de Cooperativas Agrícolas Algodoneras, Unión de Cooperativas Ganaderas (UNCOGA), Federación de Cooperativas Arroceras Argentinas, Federación Entrerriana de Cooperativas, Federación de Cooperativas de Corrientes, Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas y Federación de Cooperativas Agrícolas de Misiones.
    El capítulo 2 aborda la evolución y organización actual del cooperativismo agropecuario a partir de 1937, fecha en que la sección de comercio interno y mercados exportadores de la Comisión Nacional de Granos y Elevadores realiza una investigación que aporta registros estadísticos confiables sobre número de cooperativas, asociados, información contable-administrativa, distribución geográfica y variedad de actividades productivas. Diversos cuadros con datos extraídos del Censo Nacional de Cooperativas realizado en 1998 por el Instituto Nacional de Cooperativismo y Mutualismo complementan la evolución y dan cuenta del estado de situación en que se encuentra el movimiento cooperativo en el nuevo contexto de globalización de los años ´90, en que las formas asociativas son replanteadas en tanto alternativas de organización económica viables para alcanzar escala, valor agregado y seguridad.
    Es en el capítulo 3 donde los autores desarrollan sus tres modelos teóricos, mostrando que cada etapa del desarrollo institucional del cooperativismo agrario señala el pasaje – no exento de tensiones - a una nueva forma de organización institucional, que conlleva a una ruptura inevitable con los principios dogmáticos que le dieron origen. El primer tipo morfológico que plantean Lattuada y Renold es el de la organización institucional consecuente (OIC) al que responderían la mayor parte de las cooperativas fundadas a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Sus socios asumen el compromiso solidario ante cuestiones de vulnerabilidad, y su racionalidad económica está subordinada a una racionalidad basada en valores, siguiendo la clásica tipología weberiana. En este modelo se encuadran cooperativas relativamente pequeñas, locales, con alta participación y compromiso de sus asociados, con escasa burocratización interna, con funciones que exceden el vínculo económico, incluyendo gestiones múltiples en beneficio de sus socios, y un nivel de retribución claro, inmediato y transparente de los beneficios que puede obtener la cooperativa. En las OIC la fricción entre sus prácticas y los valores cooperativos están reducidas a una mínima expresión. De ahí que conciban a la solidaridad como aquellos lazos de interdependencia de “los individuos que están prestos para sufrir en beneficio del grupo más amplio, esperando que los demás miembros estén dispuestos a hacer lo mismo por ellos.” (Douglas, 1986).
    El segundo modelo, la organización institucional paradojal (OIP) se asocia al crecimiento económico de las operaciones de las cooperativas, de su número de asociados, a una mayor complejidad técnico-administrativa y una división interna entre dirigentes, administración y miembros, con tareas y responsabilidades diferenciales en cada caso. Así como en las OIC la representación y el control son directos y personales, en las OIP se pasa a un tipo de representación delegada y finalmente a una forma de representación fiduciaria, a partir de la cual los dirigentes interpretan los “intereses” de sus representados en función de las circunstancias e intereses de la propia institución. La contrapartida de estos procesos es la emergencia de conductas no consecuentes por parte de los socios, la que se expresa en una relación laxa, llegado el caso oportunista, sin un fuerte compromiso con la organización, que los lleva a trabajar alternativamente con la cooperativa o con el mercado, según la conveniencia en cada coyuntura.
    El tercero de los modelos teóricos ideado por los autores es el de la organización institucional en mutación que tiende a una escala macrocooperativa con fórmulas de gestión empresarial que priorizan los criterios de rentabilidad económica sobre la solidaridad que es vista más como “un vínculo problemático que asegura la complementariedad de los componentes de una sociedad, a pesar de la complejidad creciente de su organización” (Castel, 1995). Si bien estas cooperativas requieren un mayor grado de integración vertical y horizontal que el logrado en la etapa anterior, ahora el control queda en manos de los administradores profesionales y de la burocracia ampliada sobre los socios y no socios para garantizar el compromiso de integración, vía económica, con los productores.
    Con la formulación de estos modelos los autores pretenden llegar a patrones, estructuras y morfologías que impliquen proposiciones, como mínimo, de alcance medio. Para ello se valen de la cuantificación expresada en gráficos y cuadros que resumen la dimensión sincrónica, generalizadora, estructural; pero también, recurren al análisis discursivo institucional – un efectivo recurso de control social - por cuanto “la lucha por el poder es también la lucha por la palabra”. (van Dijk, 1997). De ahí que en el capítulo 4 se analizan las formas y contenidos de ese discurso que expresan las respuestas que las cooperativas han dado en su carácter de empresa, a la rentabilidad económica, y como organización social al bienestar de sus socios, guardando congruencia con las morfologías establecidas en el capítulo anterior.
    El capítulo 5 incluye cuestiones que están presentes en la actual agenda del movimiento cooperativo en general y particularmente del cooperativismo agrario, trascendiendo el contexto nacional para enmarcarse dentro de los regímenes sociales de acumulación. Lattuada y Renold concluyen en que la extensión y profundización del modelo hegemónico lleva a las cooperativas a realizar procesos de mutación que las transforma en empresas de capital, cuyas prácticas dominadas por la lógica económica del mercado confrontan con los rasgos del cooperativismo, aunque sus expresiones representacionales pretendan resolver a través de innovaciones y adaptaciones las tensiones/contradicciones estructurales del sistema.

Notas

1.Las cooperativas se basan en los valores de autoayuda, autorresponsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad. En la tradición de los fundadores, los socios de las cooperativas sostienen los valores éticos de honestidad, apertura, responsabilidad social y preocupación por los demás. La Declaración sobre Identidad Cooperativa en Davis y Donaldson, 2005.

Bibliografía

MERTON, Robert. 1980. Ambivalencia Sociológica y otros ensayos . Madrid. Espasa- Calpe.

DAVIS, Peter y DONALDSON, John. 2005. Management cooperativista . Buenos Aires. Granica.

DOUGLAS, M. 1986. How Institutions Think . New York. Syracuse University Press.

CASTEL, Robert. 1995. La metamorfosis de la cuestión social . Buenos Aires. Paidos.

van DIJK, Teun. 1997. Clarín , Buenos Aires, domingo 3 de agosto, sección opinión.

Fecha Recibido: 16 de noviembre de 2005.
Fecha Publicado: 23 de diciembre de 2005.

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