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Mundo agrario

On-line version ISSN 1515-5994

Mundo agr. vol.9 no.17 La Plata June/Dec. 2008

 

El deterioro de los ecosistemas del norte cordobés y los límites de las economías campesinas

Beatriz Ensabella

Departamento de Geografía
Facultad de Filosofía y Humanidades
Secretaría de Ciencias y Técnica
Universidad Nacional de Córdoba
eulau@arnet.com.ar

The decline of the north Córdoba ecosystem and the limitations of the peasant economies

Resumen
El presente trabajo trata de realizar un diagnóstico de la situación de los ambientes del norte de Córdoba en general, y de los departamentos Río Seco, Tulumba y Sobremonte en particular, rastreando las causas del deterioro de los ecosistemas involucrados. Se analizan así, las formas de apropiación de la naturaleza y valorización de los recursos naturales que hicieron las sociedades a través del tiempo. El modelo político-económico dominante a escala nacional repercutió fuertemente sobre las actividades productivas mas importantes de la región, basadas en una ganadería extensiva bovina y caprina y en la tala del monte para obtención de leña y carbón. Estas actividades desarrolladas tradicionalmente por unidades domésticas, hoy, en gran parte, han sido reemplazadas por el cultivo de soja. La crisis de las modalidades productivas locales así, como los cambios acaecidos en los procesos de trabajo de los cultivos de soja que limitan notablemente las posibilidades de inserción laboral estacional, agravan las condiciones de subsistencia de las familias de la región. El marco teórico se construye a partir del diálogo entre las perspectivas historicistas y los enfoques renovados en geografía, ya que ofrecen un amplio arco de vertientes que intentan explicar el estado actual de un territorio a partir del largo proceso de intervenciones humanas, a menudo teñido de diversas irracionalidades. El trabajo tiene como objetivo, mostrar la indisoluble e irreductible relación sociedad-naturaleza. En efecto, el empobrecimiento por degradación de una, conlleva al deterioro y al agravamiento de la situación de la otra. En este caso, el deterioro de los bosques y ecosistemas en general, paralelo a la crisis económica local, coloca a las poblaciones de los departamentos Río Seco, Tulumba y Sobremonte del norte de cordobés, en los márgenes del sistema.

Palabras claves: Sociedad-naturaleza; Degradación ambiental; Familias campesinas.

Abstract
The present work intends to make a diagnosis of the situation in the north Córdoba environment in general, and of the Río Seco, Tulumba and Sobremonte departments in particular, tracing the causes of the decline of the ecosystems involved. It is analyzed the ways of appropriation of the nature and the valorization of the natural resources that were made by societies through the time. The dominant political-economic model in a national scale had strong repercussions over the most important productive activities of the region, based on an extensive bovine and goat cattle-raising and the felling of the mount to obtain wood and charcoal. These activities traditionally developed by domestic units have been replaced today, in a big way, by the soya growing. The crisis of the productive modalities as well as the changes that took place on the temporary labor insertion, hardening the subsistence conditions of the regional families. The theoretical background is built from the dialog between the historicist perspectives and the new focus on geography, which offers a huge arc of aspects that tries to explain the present situation of a territory from the long process of human intervention, often painted by diverse irrationalities. This work has as an objective to show the unbreakable and irreducible relationship between society and nature. Moreover, the impoverishment by degradation of one carries the decline and hardening of the other's situation. In this case, the decline of the forests and ecosystems in general, parallel to the local economic crisis, puts the inhabitants of the Río Seco, Tulumba and Sobremonte departments of the north Córdoba on the margins of the system.

Keywords: Society-nature; Environment degradation; Peasant families.

1. Una introducción a los problemas socioambientales

"En las últimas décadas, el empobrecimiento de las sociedades
latinoamericanas ha venido a combinarse con el de su medio
natural de un modo que ya alcanza proporciones dramáticas".
Guillermo Castro Herrera, 2000

   Uno de los caminos para facilitar la comprensión de los procesos que conducen a los problemas socioambientales de hoy, es plantear como eje de análisis, el tema de la relación sociedad-naturaleza, en sociedades concretas y a través del tiempo.
   De esta manera, lo ambiental y lo social se constituyen en un par inseparable e irreductible para explicar las condiciones críticas que afectan a ciertas regiones de Latinoamérica, incluida la provincia de Córdoba dentro de Argentina, objetivo de este estudio.
   En efecto, en las últimas décadas, el empobrecimiento de las sociedades latinoamericanas ha venido a combinarse con el de su medio natural de un modo que alcanza proporciones dramáticas.
   En lo social, la región enfrenta un importante aumento en la incidencia de la pobreza. Con los programas de "ajuste estructural" implementados en la mayor parte de los países en la década de los noventa, millones de latinoamericanos no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas; sólo cuentan con recursos económicos para comer lo mínimo indispensable, ha aumentado el desempleo y el trabajo en negro, se frenan los progresos escolares y sanitarios.
   En relación al empobrecimiento de la naturaleza, basta citar los procesos de deforestación que, tras devastar unos 2 millones de kilómetros cuadrados en los últimos 30 años, continúan a una tasa cercana a los 50 mil kilómetros cuadrados por año. Combinada con técnicas inadecuadas de utilización y conservación de suelos, a su vez, esa deforestación ha contribuido a que millones de kilómetros cuadrados de territorio se encuentren "en proceso moderado o grave de desertificación" (PNUMA/MOPU, 1990: 20-21).(1) Al tiempo que se siguen incorporando nuevas áreas antes inexplotadas a los cultivos o a actividades de ganadería extensiva, poniendo en grave riesgo el potencial aún mal conocido de la biodiversidad que alberga América Latina.
   Este deterioro rural, a su vez, se corresponde con el de la calidad de vida en áreas urbanas conformando un panorama en el que Fernando Tudela (1992) afirma que la pobreza y el deterioro ambiental son "efectos paralelos e interactuantes de un mismo proceso global de desarrollo deformante".
   En el marco de Latinoamérica, el presente artículo analiza la región del bosque chaqueño occidental o semiárido, más precisamente el borde sur del mismo, incluido en norte de la provincia de Córdoba, una de las regiones más pobres y con predominio de población rural y campesina.
   Esta área, a mediados de la década de los 90, fue partícipe del avance de la frontera agrícola sobre la estructura territorial existente. La frontera agropecuaria (2) se expandió en la región asociada a la difusión del cultivo de la soja que provocó, entre otros efectos, la retracción del bosque chaqueño occidental. En la provincia de Córdoba según un informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, mientras que hace un siglo, el 60 % de la superficie total provincial, unas 11 millones de hectáreas estaba cubierta por bosques nativos, lo que comúnmente se denomina monte, hoy sólo queda del 12 al 13 % de esa superficie original. La pérdida ha sido muy significativa en las Sierras y en los bosques chaqueños del norte de la provincia (Bono, J. M et al ., 2002:24).
   Este proceso, se enmarca en el modelo económico neoliberal cuyo régimen de acumulación, prioriza la máxima rentabilidad y ganancias lo que comporta una intensificación en el uso de los recursos naturales y una elevación de la productividad y en este caso, está sostenido en su mayor parte, en el monocultivo orientado al mercado externo.(3)
   Siguiendo a Worster (2001: 55), "el agroecosistema capitalista muestra una clara tendencia a lo largo de la historia moderna: un movimiento dirigido hacia la radical simplificación del orden ecológico natural... En pocas palabras, los campesinos se convirtieron en productores especializados, al punto de no producir nada para su propio consumo personal directo".
   La tendencia a la agriculturización se refleja en el aumento, al mismo ritmo, de la superficie agrícola con avance sobre las áreas más secas del semiárido. Se encuentra al borde de la pérdida total de sus bosques, la subregión semiárida límite Sur (Norte de Córdoba) y con graves pérdidas de bosques, en los límites Oeste y Este del Chaco Semiárido. La situación se agrava porque este agroecosistema presenta escasas aptitudes agrícolas; las condiciones ambientales predominantes favorecen, más bien, la actividad pastoril y las asociadas a la explotación del bosque.(4)
   Este trabajo se propone analizar los cambios agroambientales del norte cordobés en la última década y los efectos que provocan sobre las economías domésticas locales. Las actividades desarrolladas tradicionalmente por unidades domésticas asentadas en la región, basadas en una ganadería extensiva bovina y caprina y en la tala del monte para obtención de leña y carbón hoy, en gran parte, han sido reemplazadas por la agricultura. La crisis de las modalidades productivas locales así, como los cambios acaecidos en los procesos de trabajo de los cultivos de soja, limitan notablemente las posibilidades de inserción laboral estacional y colocan a la población de la región en los márgenes del sistema.

2. Algunas consideraciones teórico-metodológicas

   El abordaje de las problemáticas socioambientales requiere del diálogo entre las ciencias naturales y las ciencias humanas para lo cual, es necesario transponer las fronteras de una disciplina y construir un nuevo saber transdisciplinario. "No se trata de borrar las disciplinas, ni de ignorarlas, hay que integrarlas y a la vez diferenciarlas. Hay que hacer interdisciplinariedad desde lo conceptual y metodológico, con acuerdos previos, donde exista una estrategia compartida por todos" (Tudela, 1993: 431).
   En este trabajo, en particular, nos interesa citar los aportes de la geografía y de la historia. Con respecto a la primera, según el geógrafo brasilero Ruy Moreira, la forma más elemental de la relación sociedad-espacio es la apropiación directa de los productos de la naturaleza, tal como se presentaban al hombre primitivo. En esta etapa, el trabajo se reducía a la recolección, por ello, había una transformación tenue y transitoria del ambiente. Con la evolución histórica pueden ocurrir sucesivos procesos de apropiación de un mismo espacio implicando diferentes formas de valorización de los recursos naturales. Las reapropiaciones sucesivas encuentran un espacio impregnado de trabajo agregado. En las sociedades capitalistas la unidad entre el ritmo de la naturaleza y el ritmo del hombre se rompen. La destrucción y degradación de la naturaleza que realiza el trabajo capitalizado se intensifica con la división internacional del trabajo y su internacionalización (Moreira, 1985: 79-83).(5)
   Esta perspectiva de la geografía, coincide con las propuestas metodológicas que surgen de la escuela del materialismo histórico al investigar los términos del despliegue evolutivo de los diferentes modos de producción que pueden entenderse como estilos socio-históricos de apropiación social de la naturaleza. La importancia de escuelas históricas como la de los Annales, especialmente en torno a la obra de M. Bloch y F. Braudel reivindica aspectos inherentes a la óptica ambiental, sobre todo al tomar en cuenta lo que denominaban las cuestiones de la "civilización material", antes que la historia de los hechos o del movimiento de las ideas, prevaleció un interés por el mundo concreto, alimentos, vestimentas, herramientas, artefactos; esta perspectiva, terminó por aportar datos acerca de los procesos evolutivos constitutivos de la problemática ambiental.
   Analizar las cuestiones ambientales, implica también, enfrentar la tarea de contabilizar simultáneamente, múltiples tiempos teóricos. Al respecto Braudel (1970) postula tres niveles de tiempo histórico: un primer nivel se refiere a los individuos en particular, "las historias breves, definidas y nerviosas vibraciones". Es la historia tradicional dirigida al individuo y los sucesos. Pero esta historia es superficial, existe un poderoso movimiento, a un ritmo más profundo y lento, que produce cambios en la estructura social, es lo que él llama longue durée, "las largas duraciones" apropiado para el estudio de las economías, los estados y las civilizaciones sucesivas. En un tercer nivel hay un tiempo aún más lento, más lento que la historia de las civilizaciones, "una historia que casi permanece inamovible, una historia del hombre en su íntima relación con la tierra que lo sostiene y lo alimenta: es un diálogo que no cesa nunca... pero que continúa tenazmente como si estuviera más allá del alcance y destrozo del tiempo".
   Las aproximaciones historicistas y los enfoques renovados en geografía, han ofrecido un amplio arco de vertientes que intentan relatar o explicar el estado actual de un territorio concreto a partir del largo proceso de intervenciones humanas, a menudo teñido de diversas irracionalidades. Es imposible acceder a una cierta interpretación de la complejidad de la problemática ambiental por fuera de la consideración histórico-genética de tal problemática. Un concepto clave en tal sentido es la idea de proceso, procesos socio-ambientales, procesos diferenciables que, a veces, conllevan diferentes niveles de análisis y escalas también diversas. Hay procesos cuya descripción permiten explicar otros de nivel inferior, con lo cual la oposición entre descripción y explicación se relativiza.
   En tal sentido, el presente trabajo retoma estas ideas claves. La temática se aborda desde una historia procesual y se realiza un interjuego de escalas espaciales de análisis entremezclando, según las necesidades, la escala subcontinental con la nacional, regional o local.
   Cuando el artículo hace mención al término familias campesinas, como unidades de análisis, remite a múltiples referencias aportadas por diversos autores.(6) En base a esos estudios, se pueden identificar las características de las unidades domésticas campesinas de la región estudiada. Se trata de una explotación en pequeña escala, diversificada, con bajo nivel tecnológico, uso preponderante del trabajo familiar y que cuentan con la posesión de los medios de producción. Los componentes más importantes del ingreso total derivan de la producción agropecuaria y, aunque pueden estar articuladas con los mercados de trabajo y productos de acuerdo con su nivel de recursos y el tipo de desarrollo del mercado interno, poseen dificultades estructurales para la acumulación de capital.
   Siguiendo a Cragnolino, en la unidad campesina la reproducción biológica, social y económica de la fuerza de trabajo se realiza a través del desempeño combinado de actividades diversas en un solo ámbito, que no admite oposición entre una esfera doméstica y una esfera económica, concebidas como departamentos estancos. La conjunción en una sola entidad como productoras y grupos familiares, les confiere a estas unidades características, necesidades y posibilidades particulares. Les toca la responsabilidad de organizar en su totalidad el ciclo de la reproducción de sus miembros, a diferencia de la empresa capitalista y de la familia obrera que aseguran cada una por separado el aspecto de la reproducción de la fuerza de trabajo que le corresponde (Cragnolino, 2001: 1-10).
   De acuerdo con Murmis se trata de entender el carácter dinámico de la condición campesina, considerando las unidades campesinas como un subconjunto dentro de la categoría "pequeño productor", en la que la combinación de trabajo familiar y tierra toma diferentes formas y que "tienden a estar 'en flujo hacia' o 'resistiendo el flujo hacia' otros tipos que en algo se asemejan". Se plantea así la probabilidad de que se descompongan en dos direcciones alternativas: hacia la dependencia laboral o hacia la capitalización. La primera situación implica un ciclo productivo donde la combinación directa tierra-trabajo familiar se combina con períodos de trabajo con dependencia para terceros, a través de relaciones salariales (semiproletarios) o bajo formas no salariales como la aparcería (Murmis, 1992: 82-91).
   Asimismo, es posible analizar la presencia de familias que poseen una larga tradición en la venta estacional de fuerza de trabajo, las que podrían ser consideradas como "reservas de mano de obra" según la concepción de Meillassoux (1977).(7) El autor indica que existen dos formas de transferencia de la fuerza de trabajo desde el sector no capitalista hacia el capitalista: el éxodo rural y las migraciones temporarias. El éxodo rural posee la dificultad del mantenimiento con un aumento del reemplazo de la misma. Frente a este mecanismo de transferencia de la fuerza de trabajo las migraciones temporarias parecen ser mas eficaces, en donde el capital puede extraer no solo la plusvalía a través del trabajo asalariado sino también la denominada renta en trabajo, es decir una entrega de trabajo gratuita. Pero para que esto se conserve es necesario por un lado el mantenimiento de la reserva de mano de obra disponible y la configura uración de un doble mercado de trabajo que se constituye por diferentes mecanismos de discriminaciones. Este doble mercado laboral está compuesto por los trabajadores integrados o estables que se reproducen íntegramente en el sector capitalista y los migrantes que se reproducen en él, solo parcialmente.
   Precisamente, y como se expone más adelante, esta situación de "descomposición" hacia la dependencia laboral es la que se observa en el norte cordobés. En efecto, estos productores combinan ciclos agrícolas y pecuarios, producción propia o en aparcería, trabajo predial y asalariado, y de este modo aseguran la reproducción de sus familias pero se encuentran progresivamente pauperizados.

3. Las condiciones ambientales del norte cordobés

   El área de estudio se ubica al Norte de la provincia de Córdoba, siendo parte de un sistema más extenso que ocupa una vasta superficie del corazón de América del Sur, comprendiendo territorios de Brasil, Paraguay, Bolivia y Argentina. Se trata de la región de la llanura chaqueña y sus bosques, los de mayor importancia forestal después de la Amazonia. (Ver Figura 1 donde se localiza el bosque chaqueño y el área de estudio)


Figura 1: Localización geográfica del bosque chaqueño
Fuente: Cabido y Zak, 1999.

   En tal sentido abarca los departamentos Sobremonte, Ischilín y Totoral y parcialmente los de Río Seco, Tulumba, Minas, Cruz del Eje, Colón, Río Primero y Punilla. La variedad del relieve, se manifiesta en la presencia de tres unidades geomorfológicas: 1) la Planicie Occidental, donde se destaca el Bolsón de las Salinas Grandes; 2) el Complejo Serrano, formado por las estribaciones septentrionales de las Sierras Grandes y Chicas y 3) la Planicie Oriental, ocupada en su mayor parte por la laguna Mar Chiquita.
   La vegetación original de la Planicie Occidental se componía de bosques de quebracho blanco, los cuales han sido intensamente modificados por las actividades humanas. Las Salinas Grandes presentan vegetación transicional entre los matorrales halófitos y el bosque chaqueño xerófilo.
   Las Sierras presentan una vegetación escalonada formando pisos o cinturones según la altitud: bosques entre los 700 y 1200 m snm, matorrales entre los 900 y 1500 m y pastizales a partir de los 1500 m. Tal como se desarrolla en el trabajo, esta región que fue muy valorizada por los aborígenes y en la etapa colonial, ha sufrido una drástica modificación debido, entre otros factores, al fuego, sobrepastoreo y tala.
   La Planicie Oriental estuvo ocupada hasta mediados del siglo XIX, por bosques de quebracho blanco y quebracho colorado santiagueño. Como consecuencia de la tala vinculada al tendido ferroviario del país en la etapa agroexportadora y más recientemente, con la expansión de la frontera agropecuaria, estos bosques han sido prácticamente erradicados del norte de la provincia. En la actualidad, los bosques van siendo cada vez más ocupados por matorrales de reemplazo o "fachinales" dominados por la jarilla, con altos porcentajes de suelo descubierto, bosques secundarios y vegetación cultural. En el mapa que se presenta a continuación se puede observar la localización de las diversas formaciones vegetales de la región (Figura 2)


Figura 2: Tipos de vegetación predominantes en la actualidad en el norte cordobés  

   En la Figura 2 se puede ver la superficie ocupada por cada tipo de vegetación en la actualidad, según el estudio realizado por los biólogos Marcelo Cabido y Marcelo Zak. "Casi el 70 % del territorio está ocupado por vegetación significativamente modificada sobre terrenos que anteriormente eran masas forestales" (Cabido y Zak, 1999: 39).

Tabla 1: Cobertura de las distintas formaciones vegetales

Fuente: Cabido y Zak, 1999.

   Los verdaderos problemas para los bosques de la provincia comenzaron al principio del siglo XX. Antes de la gran expansión de la agricultura los bosques ocupaban alrededor de 110.000 Kilómetros cuadrados. Esto equivale a 11 millones de hectáreas. Desde el siglo pasado hasta la actualidad la provincia perdió 9.300.000 hectáreas aproximadamente. Ya en 1960 los bosques nativos sólo se restringían a la zona norte y noroeste de la provincia; entre 1960 y 1999 se perdieron más de 1.200.000 hectáreas, de bosques tanto de sierras como de llanuras. Durante los años siguientes y fundamentalmente en las dos últimas décadas, los intereses económicos arrasarían también con gran parte de lo que quedaba.
   La principal causa del desmonte es, como ya se dijo, la extensión de la frontera agropecuaria, vinculada al sector de los agronegocios. Ante el aumento del precio de la tierra en las zonas tradicionales, los productores buscaron zonas marginales para incorporarlas a la agricultura y a la ganadería extensiva. En el norte de Córdoba, encontraron tierras que valían hasta 10 veces menos que en la zona pampeana. Asimismo, la aparición y adopción rápida de la siembra directa, y la implantación desde 1996/1997 de soja transgénica, resistente a mayores temperaturas y al glifosato, son otros factores que favorecieron la expansión agrícola. A esto se sumaron las condiciones macroeconómicas. A nivel internacional, el aumento del consumo por el crecimiento de la economía china elevó el precio de la oleaginosa y con la devaluación del 2002, el negocio favoreció más aún a los productores, ya que los ingresos por exportación se triplicaron a la vez que cayeron los costos internos.
   Sin embargo, no se pueden dejar de considerar factores naturales, ya que la expansión agrícola también fue posible porque coincidió con un ciclo húmedo para la región. En efecto, el promedio de precipitaciones pasó de 650 mm anuales en la década del 50 a casi 800 mm en la década del 90. Según Zak, "todo indica que ese ciclo húmedo en algún momento va a acabarse y las lluvias van a volver a valores históricos. Cuando eso ocurra, lo más probable es que los campos tengan que abandonarse por ser inadecuados para la producción y como fueron desmontados, se transformarían en desiertos" porque la remoción de la cubierta vegetal, expone al suelo a la acción de los agentes erosivos, especialmente en áreas montañosas, en las cuales la pendiente acelera el efecto del viento y del agua.
   Paralelo a los desmontes y al deterioro de los ecosistemas en general, se profundiza la pobreza de la población campesina y se agravan las condiciones de subsistencia de las economías domésticas locales que ven afectadas sus actividades tradicionales relacionadas con la explotación del monte y la ganadería de carácter sumamente extensivo. En este escenario, se agudizan los problemas de concentración de la tierra y ausencia de un régimen jurídico y de garantías legales para quienes la ocuparon por más de veinte años.
   El deterioro generalizado de las actividades regionales, se manifiesta entre otras variables, en la emigración de la población local y en el aumento de los índices de pobreza. En efecto, los departamentos Río Seco, Tulumba y Sobremonte son los que tienen los más altos porcentajes de NBI dentro de la provincia de Córdoba (ver índices en la siguiente tabla) solo comparables con los de otras provincias pobres de Argentina, como Chaco y Formosa (33%), Santiago del Estero (31%), Corrientes y Jujuy (28%).

Tabla 2: Población con Necesidades Básicas Insatisfechas en la Provincia de Córdoba y en tres departamentos seleccionados

Fuente: CN de Población y Vivienda 2001

4. Cambios en el proceso económico local

   La organización del espacio rural es resultado de procesos históricos que dan cuenta del juego de relaciones al interior de la estructura agraria y en el contexto que se inserta.
   La reestructuración del sistema capitalista en su fase neoliberal opera sobre distintos ámbitos de la vida social. Así, la adopción de políticas de ajuste, desregulación y apertura del mercado de capitales y bienes, incide en la consolidación de un paradigma científico-técnico, interrelacionado a la globalización de la economía.
   La liberalización de la economía y el cambio tecnológico implican una serie de transformaciones a nivel productivo (8) que se manifiestan en el territorio a través de diversos emergentes, entre los que se destacan los cambios en las estructuras agrarias. En este sentido, Teubal sostiene que los principales emergentes son: "la difusión creciente del trabajo asalariado; la precarización del empleo rural; la multiocupación; la expulsión de pequeños y medianos productores del sector; las continuas migraciones campo ciudad o a través de las fronteras; la creciente orientación de la producción agropecuaria hacia los mercados; la articulación de los productores agrarios a complejos agroindustriales en los que predominan decisiones de núcleos de poder vinculados a grandes empresas transnacionales o transnacionalizados; etc." (Teubal, 2001: 46-47).
   Las transformaciones a las que hace referencia Teubal, se manifestaron en Argentina y dieron lugar, entre otros aspectos, a la agudización del proceso de agriculturización en detrimento de áreas tradicionalmente ganaderas o de vegetación natural. Al mismo tiempo, se agudizaron las desigualdades socioeconómicas y se profundizó la protesta social a través de movimientos u organizaciones corporativas regionales que responden a los intereses de los sectores más desfavorecidos.
   La provincia de Córdoba y en particular la región del norte, no escapa a estos procesos que indujeron profundos cambios en el sistema de producción y en la estructura agraria del área.

"Cambian los volúmenes de producción que inciden en las "formas" de producir, con una mecanización absoluta de las tareas y con el uso intensivo de agroquímicos y fertilizantes. Estas nuevas formas productivas favorecen la expansión de la mediana y la gran empresa agropecuaria capitalista, y se expanden las explotaciones no familiares, donde la mano de obra permanente es predominantemente extrafamiliar y donde adquiere cada vez mayor relevancia la contratación de mano de obra transitoria, con disminución del trabajo asalariado permanente" (Búffalo y Ensabella, 2006).

   En efecto, la evolución del sector agropecuario según los Censos 1988 y 2002, demuestra que la cantidad total de explotaciones (EAPs) en los departamentos del área de estudio, desminuyó; sin embargo, aumentaron la cantidad de hectáreas ocupadas por este tipo de explotaciones, tal como se aprecia en la tabla

Tabla 3: Explotaciones y hectáreas ocupadas

Departamento

EAPS 1988

EAPs 2002

Difer. EAPs `02-`88 en %

Has / EAP en 1988

Has / EAP en 2002

Dif. Has/EAP `02-`88 en %

Río Seco

755

642

-15

536

656

22

Tulumba

1.166

790

-32

408

534

31

Sobremonte

337

241

-28

758

1051

39

Fuente: Gerencia de Estadísticas y Censos de la Prov de Córdoba en base a datos proporcionados por Censo Nacional Agropecuario 2002

   El proceso de concentración de la tierra se verifica al comparar las explotaciones según las escalas de extensión y así es posible constatar el aumento de EAPs en unidades productivas de mayor tamaño y al mismo tiempo, una fuerte disminución de la superficie ocupada por explotaciones de menor rango (500 has y menos). Son las medianas y grandes empresas con producción y tecnología renovada las que se instalan en la región, incorporando una nueva racionalidad productiva, muchas veces incompatible con el bosque nativo y de relativo valor social y económico regional. Si se analiza el régimen de propiedad, se observa la disminución de los productores bajo el régimen de propiedad y aumentan los arrendamientos. Estos fenómenos parecen mostrar un aumento de la concentración del capital como una expresión más de la imposición de la lógica capitalista de producción.
   Se comprueba también, un aumento de la superficie implantada a nivel provincial de 222.295 hectáreas. Este aumento es especialmente significativo en los departamentos Río Seco y Tulumba ya que mientras la superficie implantada en cada uno de ellos era de aproximadamente 48.000 ha en 1988, en 2002 ascendió a más de 100.000 hectáreas, es decir que se duplicó y las que más crecieron fueron las superficies destinadas a la actividad agrícola de cultivos anuales, soja en primer lugar, seguidas por maíz y trigo.

Tabla 4: Hectáreas implantadas con soja en 1988 y 2002

Departamento

1988

2002

Total Provincial

1.319.835

3.281.167

Río Seco

675

43.574

Sobremonte

-----

120

Tulumba

1.168

42.334

Fuente: CNA 1988 y 2002

   Paralelamente, disminuyen también las explotaciones agropecuarias destinadas a la actividad ganadera y el número de cabezas de ganado.

Tabla 5: Bovinos. Cantidad de EAP con ganado y número de cabezas, 1988 y 2002

 Departamento

 

 1988

2002

Total

EAP

30.434

18.348

Cabezas

7.103.074

6.104.883

Río Seco

EAP

565

532

Cabezas

89.425

115.784

Sobremonte

EAP

302

227

Cabezas

47.851

52.122

Tulumba

EAP

983

678

Cabezas

97.653

119.994

Fuente: CNA 1988 y 2002

   Para el caso del ganado caprino que es importante como producto para la subsistencia de los campesinos, se observa en Río Seco y Tulumba cierta recuperación en sus stocks caprinos durante el último periodo intercensal.

Tabla 6: Caprinos. Número de cabezas, 1988 y 2002

Departamento

1988

2002

Río Seco

16.791

18.666

Sobremonte

5.690

3.235

Tulumba

15.904

16.035

Fuente: CNA 1988 y 2002

   En este contexto, Alejandro Rofman (1999) reconoce tres procesos coexistentes en las Economías Regionales de Argentina, que responden a orígenes y desarrollos diferentes. "El primer proceso tiene que ver con fenómenos de tipo estructural, muchos de ellos originados en los inicios del asentamiento de las corrientes migratorias nacionales e internacionales o reconocen sus antecedentes en factores heredados desde antes de la ocupación española del territorio. El segundo proceso se vincula con los efectos que sobre el tejido productivo y social de dichas regiones ha venido produciendo la implementación del modelo de desarrollo neoliberal en el último cuarto de siglo y, mucho más acentuadamente, en el decenio que transcurrió hasta fines de 2001. El tercer proceso es el que se desarrolla contemporáneamente, a partir del abandono del tipo de cambio fijo y sus consecuencias sobre las actividades productivas, la distribución del ingreso, el salario y la ocupación".
   Así, en el área de estudio, el avance del cultivo de la soja en los últimos años ha respondido más a los dos últimos procesos mencionados por Rofman, pero que se vincula fuertemente al primero ya que el cultivo de la soja ha desplazado a otras actividades tradicionales y se ha ampliado la frontera agrícola hacia zonas marginales, avanzando sobre actividades productivas que responden a diversos orígenes y factores histórico - estructurales.
   En una primera aproximación, se puede considerar que los cambios en la estructura agraria sufridos por los departamentos analizados se traducen en un proceso sostenido de migración rural-urbano, al tiempo que, parte de la mano de obra rural pasa a aumentar la población urbana con el "consecuente peligro de incrementar los ya altos grados de desocupación y subocupación de las ciudades capitales de provincia, todo lo cual pone en cuestión el modelo de desarrollo vigente y jaquea a los sistemas democráticos" (Manzanal, 1997: 4).
   Efectivamente, si analizamos los datos censales desde 1947, se comprueba que los departamentos del norte cordobés, han perdido históricamente su población, predominantemente rural y han presentado en los sucesivos censos, tasas negativas de variación intercensal. Esta tendencia se revierte entre los censos 1991 y 2001 con tasas de variación positivas, pero a pesar de esta recuperación en ninguno de los tres departamentos, la población actual no alcanza todavía, el volumen censado en 1947. Además, son departamentos de baja densidad poblacional y que tienen una escasa participación porcentual en el total poblacional de la provincia. (Ver tabla 7, tabla 8 y tabla 9 )

Tabla 7: Río Seco. Población total, variación intercensal, crecimiento, densidad y participación en la población provincial, 1947-2001

Año

Población total

Variación absoluta

Variación relativa (%)

Tasa media anual de crecimiento

Densidad (hab por km2)

Participación en población provincial (%)

1947

13.852

-

-

-

2,1

0,9

1960

11.421

-2.431

-17,5

-14,4

1,7

0,7

1970

10.542

-879

-7,7

-8,0

1,6

0,5

1980

9.976

-566

-5,4

-5,5

1,5

0,4

1991

10.595

619

6,2

5,7

1,6

0,4

2001

12.635

2.040

19,3

16,8

1,9

0,4

Fuente : Elaborado por la Gerencia de Estadísticas y Censos de la Provincia de Córdoba a partir de los Censos Nacionales de Población 1980, 1991 y 2001.

Tabla 8: Tulumba. Población total, variación intercensal, crecimiento, densidad  y participación en la población provincial, 1947-2001.

Año

Población total

Variación absoluta

Variación relativa (%)

Tasa media anual de crecimiento

Densidad (hab por km2)

Participación en población provincial (%)

1947

19.542

-

-

-

1,9

1,3

1960

15.578

-3.964

-20,3

-16,9

1,5

0,9

1970

13.861

-1.717

-11,0

-11,7

1,4

0,7

1980

11.377

-2.484

-17,9

-19,6

1,1

0,5

1991

11.291

-86

-0,8

-0,7

1,1

0,4

2001

12.211

920

8,1

7,5

1,2

0,4

Fuente: Elaborado por la Gerencia de Estadísticas y Censos de la Provincia de Córdoba a partir de los Censos Nacionales de Población 1980, 1991 y 2001.

Tabla 9: Sobremonte. Población total, variación intercensal, crecimiento densidad y participación en la población provincial, 1947-2001

Año

Población total

Variación absoluta

Variación relativa (%)

Tasa media anual de crecimiento

Densidad (hab por km2)

Participación en población provincial (%)

1947

5.779

-

-

-

1,7

0,4

1960

6.082

303

5,2

3,8

1,8

0,3

1970

5.302

-780

-12,8

-13,7

1,6

0,3

1980

4.488

-814

-15,4

-16,6

1,4

0,2

1991

4.196

-292

-6,5

-6,4

1,3

0,2

2001

4.531

335

8,0

7,3

1,4

0,1

Fuente: Elaborado por la Gerencia de Estadísticas y Censos de la Provincia de Córdoba a partir de los Censos Nacionales de Población 1980, 1991 y 2001.

   La realidad planteada, permite, en líneas generales, clasificar a estos departamentos como expulsores de población al tiempo que el aglomerado urbano de la ciudad de Córdoba, se constituye en una fuerza de atracción de la mano de obra que no encuentra ocupación en sus zonas rurales de origen, producto del deterioro de los sistemas productivos.
   Asimismo, el deterioro del sistema productivo rural, es una característica de los espacios rurales latinoamericanos y se acentúa en las áreas más secas de los bosques tropicales como es el caso del bosque chaqueño del norte cordobés. Según Cunill Grau (1996: 111-113), el deterioro se viene acentuando desde 1930 cuando se profundizaron las prácticas inadecuadas de producción y conservación de recursos y "al conformarse estos espacios de pobreza extrema, se han desatado a diversos ritmos, procesos de éxodo hacia las ciudades".
   Así se comprueba que las familias radicadas en la región estudiada emigraron hacia centros urbanos cercanos, como San José de la Dormida que en las últimas décadas rápidamente se urbanizó recibiendo como centro intermedio o lugar de establecimiento definitivo a estas familias campesinas.

5. Los límites de la producción doméstica

   Como ya se señaló, las principales actividades económicas de los grupos domésticos criollos son la ganadería extensiva y la explotación del monte.
   El stock ganadero está conformado mayoritariamente por vacunos y caprinos. El pequeño ganadero se encuentra siempre marginado del sistema normal de comercialización de animales. Esto se debe no sólo a que se encuentra lejos de los mercados, sino también a que los precios recibidos son muy bajos ante la escasa calidad del producto. Esta situación, los coloca en un círculo vicioso de falta de inversión y escaso crecimiento. Sumado a ello, la falta de una adecuada infraestructura vial y de comunicaciones, la deficiencia de la red sanitaria y el escaso asesoramiento técnico por parte del Estado, coloca a los pequeños ganaderos y a los "puesteros" y sus familias, en una de las situaciones más críticas de la región y el país.
   Respecto a la extracción de los productos del monte, la situación no es más favorable. Las entrevistas revelan una cierta nostalgia por el oficio perdido:

"Hace 20 años había en el pueblo y la zona rural unas 300 familias productoras de carbón. Hoy no llegan a 50 (...) Nuevos propietarios de tierra irrumpieron en la región y les ofrecieron a los campesinos limpiar los campos a cambio de leña; entonces los carboneros trabajaron mucho porque tenían mucho material para quemar en los hornos. Sin embargo, la sobreoferta produjo el derrumbe de los precios y consecuentemente el abandono de la actividad" (José, jefe comunal)

   Sobre ese fondo silvo-pastoril, comenzó el aumento del precio de la tierra. Así, en la década de los noventa los productores agropecuarios de la zona y de las regiones limítrofes, manifestaron interés por transformar el bosque en tierras aptas para el cultivo e iniciaron la compra, a los campesinos de sus pequeñas propiedades. Con ello se ha producido prácticamente una "extinción" del oficio de carbonero del que subsistían centenares de familias en el norte y oeste cordobés. El proceso fue seguido por el desmonte y la "siembra directa" de soja. Se busca la intensificación de la producción, un aumento del rendimiento y de la productividad mediante el uso de la tecnología agrícola, ya sea utilización de agroquímicos, maquinaria, semillas mejoradas o todos a la vez.
   En este escenario, principalmente los jóvenes, se convirtieron en "golondrinas", trabajando como jornaleros en las cosechas, en diversos puntos de la provincia y del país. Es común observar en los veranos las cuadrillas que se organizan en poblaciones como Las Arrias, Sebastián El Cano y se trasladan a Mar del Plata, Tandil, Balcarce o Colonia Caroya para trabajar en la cosecha de la papa. Después completan su ciclo laborar en otros puntos de la provincia y el país realizando changas temporarias.
   La sojización, fragmenta comunidades y deja a familias desprotegidas legalmente y con pocas alternativas de subsistencia. En el trabajo de campo, es posible constatar una larga lista de desalojos campesinos, devastación de montes, matanza de animales, cierre de caminos, fumigaciones.
   En este contexto, las organizaciones campesinas de la provincia desde hace tiempo vienen luchando por la obtención de distintas reivindicaciones entre las que se destacan: el derecho veinteñal de posesión, la promulgación de leyes que garanticen esos derechos y la escrituración de los campos de pequeños productores que carecen de recursos. También solicitan el libre acceso al agua de calidad para los habitantes, animales y cultivos ya que se han realizado estudios que dan cuenta de contaminación con arsénico y otras sustancias tóxicas.
   Un dirigente campesino manifiesta:

   "Algunos compañeros fueron puestos en el lugar que están por un empleador que les dio trabajo hace 25 años. Los contrató como caseros, los "contrató" por decirlo de algún modo, porque nunca les pagaron un mango, y no volvieron más. Y resulta que a lo largo de más de dos décadas ellos estuvieron 25 años laburando el campo. Los animales son de ellos, los alambrados son de ellos, la casa la mejoraron ellos; los pozos, las represas, los corrales fueron hechos por ellos. Toda una vida puesta ahí. Pero la ley no los contempla. Viene el heredero que les dio el laburo, y la ley lo favorece" (Antonio, miembro de APENOC).

   La construcción social de las familias campesinas del norte cordobés, producen nuevas configuraciones espaciales enmarcadas en el pluriempleo, la multiactividad, la presencia de asalariados rurales temporarios, la participación en nuevos emprendimientos productivos, y la participación en organizaciones comunitarias de base local. A ello se suma las migraciones por periodos cortos de tiempo o en forma definitiva, dadas las características limitantes del mercado de trabajo.
   En el área de estudio, lo que se ha podido observar en la etapa de diseño, es la coexistencia de grandes empresas agrícola-ganaderas, con campesinos que generan ingresos extraprediales; que se organizan colectivamente para reclamar por los derechos territoriales; o que se asocian para organizar nuevos emprendimientos productivos como el Ente Caprino del Norte Cordobés (ENTECAP) que articula con el Programa Social Agropecuario (PSA).

6. Consideraciones finales

   El deterioro sostenido de los ecosistemas del norte cordobés se manifiesta en el reemplazo de los bosques originales por cultivos de secano o por pasturas para el ganado. En los afloramientos rocosos, a la orilla de los ríos, permanecen pequeñas islas de monte que aunque no puede ser considerado representativos del antiguo bosque, son el único refugio para la fauna silvestre y en ellos aumenta ampliamente la diversidad biológica. La recuperación de los algarrobales, diezmados durante la primera mitad del siglo XX, puede ser una clave para el desarrollo sostenible de la región. Además de maderas de calidad, miel y frutos, albergan en sus raíces bacterias capaces de fijar nitrógeno atmosférico en el suelo.
   De acuerdo a un informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, el estado de los recursos naturales en este ecosistema, "...proyecta tendencias preocupantes vinculadas a las áreas boscosas nativas, de continuar las actuales políticas económicas, sociales y ambientales, la degradación del ecosistema resultará de consecuencias irreversibles". Como cuestión de fondo se ve afectado por: la especulación inmobiliaria, el relativo valor económico actual del bosque nativo frente a las explotaciones agrícolas y ganaderas, los subsidios a veces encubiertos y el afán de lucro a corto plazo, que desprecia las consecuencias sociales, ambientales y de sustentabilidad.
   Algunos de los principales problemas al respecto son:
•  El aumento de las áreas agrícolas en secano de medianas y grandes empresas con producción y tecnología tradicional, incompatible con el bosque nativo y de relativo valor social y económico regional. En los últimos 30 años se ha triplicado dicho aumento.
•  La degradación creciente de las áreas del semiárido por sistemas ganaderos extensivos cada vez menos productivos, con lo cual se destruye la renovabilidad del bosque.
•  Aumento de la salinización de los suelos por malas prácticas de riego.
•  Alta frecuencia y grandes extensiones de incendios.
•  Aumento de contaminación por mal uso y abuso de agroquímicos.
•  Estructura de tenencia de la tierra cuya inseguridad establece una importante limitación al desarrollo.
   No es posible interpretar la crisis económica de los pobladores del norte cordobés, como producto de determinada situación coyuntural. La producción de leña y carbón, al igual que la ganadería están circunscriptas al abastecimiento local y dispone de nulas posibilidades de ampliar sus márgenes de comercialización.
   Este escenario parece colocar a las familias campesinas en los márgenes del sistema. Producen mercancías cada vez menos apetecibles, aún para los poco exigentes mercados locales. A su vez la inserción en el proceso de trabajo de los cultivos de la región es año a año más dificultosa. Estos grupos domésticos producen mercancías no requeridas y fuerza de trabajo que no tiene mayores posibilidades de inserción en las actuales condiciones de producción.
   En este contexto, las alternativas de inserción en el mercado laboral ya sea local, provincial o regional, serían sumamente deseables, no solo para la población que posee una larga tradición en la venta estacional de fuerza de trabajo, sino también para numerosos grupos domésticos, que ante el reflujo de la actividad ganadera se encuentran progresivamente pauperizados.
   La conformación de contingentes poblacionales que no son requeridos por el capital, en la medida que el mismo puede valorizarse prescindiendo de su incorporación, hace que se deba reparar en sus niveles de funcionalidad. Los ámbitos considerados como "reservas de fuerza de trabajo" son mayoritariamente pequeños productores que esporádica, estacional u ocasionalmente resultan asalariados. Los pobladores del norte cordobés encuadran claramente en esta dinámica económica que yuxtapone producción doméstica y forma salario.
Bajo estas condiciones, la capacidad de retención poblacional del monte (reducida por el deterioro ambiental y la presión de los ganaderos criollos), combinada con la incorporación selectiva de fuerza de trabajo en diversas cosechas temporarias y otras alternativas laborales ocasionales, no está garantizada la reproducción de la población asentada en la región.
   El modelo político-económico dominante produce problemas socioambientales, lo cual induciría a pensar nuevas formas de gestionar el territorio. Es necesario evaluar la disponibilidad de recursos y servicios ambientales disponibles hoy, y comprender las condiciones de vida de la población rural afectada, a fin de analizar las posibilidades de revertir la tendencia. Se trata de contar con elementos de juicio para estructurar políticas de conservación, mejora o enriquecimiento de los recursos naturales incluidos en los ambientes analizados y pensar en la necesidad de implementar políticas sociales orientadas a la retención de la población en el campo.
   En base a las reflexiones expuestas, se intenta comprender las prácticas sociales de las familias campesinas más allá del campo específicamente económico y vincularlas con los espacios de relaciones sociales, políticas y culturales. Se trata de pensar en ellos, como en agentes sociales que resisten, se adaptan, se reproducen y construyen una nueva ruralidad en la región que es importante analizar para diseñar nuevas acciones institucionales (colectivas o individuales) como una vía para la integración de los campesinos en la región.

Notas

(1) El texto del PNUMA/MOPU (1990: 22-24), señala "procesos de deforestación, erosión, pérdida de la biodiversidad inicial, presión excesiva sobre algunos recursos y subutilización de buena parte de ellos", cuyos efectos "se vieron mitigados tan sólo por el limitado alcance espacial de los sistemas productivos dominantes, es decir, la persistencia de amplias fronteras interiores, y por la baja intensidad de sus insumos energéticos, que limitaban el poder de transformación de los sistemas naturales".

(2) Se utiliza el concepto de frontera agropecuaria de Reboratti (1990: 15)en el sentido que no siempre está asociada a la instalación de "colonos". En estos casos, el mecanismo adoptado es la compra a bajo precio de grandes áreas vacías, y su valorización a través del desmonte y la construcción de una infraestructura que garantice la entrada de insumos y la salida de productos. No hay inmigración masiva, sólo la contratación de la cantidad de mano de obra necesaria para realizar las distintas tareas, y dicha mano de obra corre siempre el riesgo de ser reemplazada por tecnología, bajo la forma de maquinaria.

(3) "Llamamos a este nuevo tipo de agrecosistema un monocultivo, resaltando así, que una parte de la naturaleza ha sido reconstituida al punto de que produce únicamente una especie, la cual crece en la tierra sólo porque hay un mercado que la demanda con fuerza. Si bien en regiones aisladas puede haber granjeros que continúan sembrando un amplio número de especies, la tendencia ha apuntado en dirección al establecimiento de monocultivos" (Worster, 2001: 56).

(4) Según el Programa de Monitoreo de los Sistemas Productivos del Sector Agropecuario de Córdoba, trabajo conjunto del INTA y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca la región en estudio, se ubica dentro del Área ecológica de ganadería extensiva del Noroeste de la Provincia. Es decir, que la zona está definida en el documento, como una región cuya actividad principal es la ganadería, tanto de bovinos como de caprinos. La cría se realiza de manera extensiva, utilizando las pasturas naturales y los recursos forrajeros del monte. La agricultura es una actividad secundaria e incluye zonas de riego con cultivos hortícolas y frutales. En los últimos años, la siembra directa y los precios favorables, promovieron en la zona un aumento de la superficie dedicada a la agricultura, principalmente en los cultivos de soja y maíz (ARGENTINA. SAGyP-INTA, 1987).

(5) Los aportes de esta corriente son valiosos en tanto contraponen las "sociedades naturales" en donde hay una unidad entre el hombre y la naturaleza, con las "sociedades históricas" donde el hombre se apropia de la naturaleza; en un proceso de producción/reproducción de la existencia, el ritmo de trabajo del hombre es el del capital, ya no se respetan los ritmos naturales. Otros geógrafos, como Moraes y Messias Da Costa (1984), sostienen que la relación sociedad-espacio está mediatizada por el trabajo humano, por ello es importante analizar el proceso de apropiación del espacio, en diferentes momentos históricos, para acercarse a un análisis crítico de la relación de las sociedades con la naturaleza.

(6) Entre otros, Murmis (1991), Radovich y Balazote (1992), Reboratti (1988) y Manzanal (1990).

(7) Meillassoux, en Mujeres, Graneros y Capital, centra su análisis en la problemática de la explotación de la unidad doméstica y profundiza el modo en que se transfiere valor de las economías domésticas al modo de producción capitalista. (Meillassoux, 1977: 129).

(8) Entre otros, se puede destacar: el cambio de escala de la empresa agrícola, la disponibilidad de capital financiero que se canalizó en los consorcios de siembra, la expansión de técnicas e implementos de labranza mínima y siembra directa, entre otros aspectos.

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Fecha de recibido: 27 de abril de 2008.
Fecha de publicado: 29 de diciembre de 2008.

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