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Mundo agrario

versión On-line ISSN 1515-5994

Mundo agr. vol.11 no.21 La Plata jul./dic. 2010

 

ARTÍCULOS

Pequeñas localidades rurales, cambios globales y conocimiento local. Estudios comparados en América Latina

Small rural towns, global change and local knowledge. Comparative studies in Latin America

Graciela Nogar*; Silvina Cecilia Carrizo**

*CESAL- UNICen
gnogar2008@hotmail.com
**CONICET CEUR. Colaborador en CESAL

Resumen
El presente artículo aborda los cambios en los espacios rurales de América Latina y los posibles escenarios futuros a través de estudios de caso desarrollados en el contexto del proyecto "Designing a methology to evaluate local knowlegde on global change and its role in the construction of future land use scenarios by local actors" IAI Institut for Global Change (director Jean Francois Tourrand, CIRAD). Este proyecto tiene un objetivo metodológico principal que consiste en elaborar, testear y validar una metodología para evaluar el conocimiento local sobre el cambio global y cómo se incorpora tal conocimiento en la construcción de escenarios futuros de uso de suelo. La complejidad del problema implica un abordaje interdisciplinario a través de la participación de investigadores de distintos países e instituciones y el desarrollo de trabajos de campo en distintos espacios rurales (1) En lo que respecta a la metodología elaborada, las experiencias permitieron avanzar en la precisión de las informaciones a recabar (factores de cambio, escenarios y condiciones) y fue enriquecedora la experiencia de los trabajos de campo en Uruguay, Brasil y Perú.

Palabras claves: Conocimiento local; Cambios globales y construcción de escenarios futuros.

Abstract
This article examines changes in rural areas of Latin America and the possible future scenarios through case studies developed under the project "Designing a methology to evaluate local knowlegde on global change and its role in the construction of future land scenarios used by local actors "IAI Institute for Global Change (director Jean Francois Tourrand, CIRAD). This project is a major methodological goal is to develop, test and validate a methodology to evaluate local knowledge on global change and how such knowledge is incorporated in the construction of future scenarios of land use. The complexity of the problem requires an interdisciplinary approach through the participation of researchers from different countries and institutions and the development of field work in various rural areas. With regard to the methodology developed, the lessons advance the accuracy of the information collection (drivers of change, scenarios and conditions) and enriching the experience of fieldwork in Uruguay, Brazil and Peru.

Keywords: Local knowledge; Global changes and construction of future scenarios.

1. Introducción

   Los espacios rurales de América Latina, especialmente los analizados en este proyecto: Salto en Uruguay, Huaraz en Perú y Uruará en Brasil, son dinamizados predominantemente por los cambios en los sistemas de producción agrícola, ganadero y agroindus­trial. Esos espacios constituyen grandes fuentes de productos básicos para la alimentación de las poblaciones urbanas nacionales y de otros países, poblaciones en continuo incremento, este modelo agroexportadoriferentes lo es analizar la diados de los espacios rurales y no por el conocimiento local de los productores. goza de una alta renta­bilidad obtenida de la renta diferencial a escala internacional y por otro lado, es generador de divisas significativas para las economías nacionales y regionales.
   En la actualidad, la dinámica territorial muda con el paso del capitalismo productivo basado en la dupla beneficio/salario al capitalismo financiero de búsqueda de rentabilidad. Este proceso impacta en los ecosistemas naturales y modifica las estructuras socio-productivas contraponiendo a la heterogeneidad que caracterizaba los espacios rurales una homogeneización inducida principalmente por grandes actores frecuentemente extra-agrarios e internacionales. Las múltiples interconexiones entre los procesos globales y los locales-rurales complejizan la adaptación al cambio y profundizan ciertas dificultades para los productores, especialmente para los pequeños productores.
   Las dificultades que se plantean para todos los actores de la cadena, aunque con posibilidades diversas de sobrellevarlas, se ligan a la necesidad de acrecentar la superficie trabajada para mantener los mismos niveles de ingresos, a la competencia sin límites por el alquiler de tierras y entre los capitales financieros orientados a la agricultura (pools de siembra) y a la suba consecuente de los valores de las tierras y sus cánones de arrendamiento.
   Las alteraciones socio-territoriales consecuentes de estas mudanzas se traducen en la expulsión de pequeños productores, el desplazamiento de los sistemas de producción hacia suelos marginales y el aumento de la escala de producción. Quienes invierten en esto hacen un manejo empresarial cortoplacista, con objetivos centrados en la productividad, sin ser necesariamente ni los propietarios de la tierra, ni de los medios de producción. Ante este contexto el conocimiento local se mantiene en la invisibilidad y las singularidades espaciales son trasvasadas por acciones cortoplacistas de actores extraterritoriales y extra-agrarios. Así la construcción de escenarios futuros está condicionada por actores alejados de los espacios rurales.
   El presente artículo aborda los cambios en los espacios rurales de América Latina y los posibles escenarios futuros a través de estudios de caso desarrollados en el contexto del proyecto "Designing a methology to evaluate local knowlegde on global change and its role in the construction of future land use scenarios by local actors" IAI Institut for Global Change (director Jean Francois Tourrand, CIRAD). Este proyecto tiene un objetivo metodológico principal que consiste en elaborar, testear y validar una metodología para evaluar el conocimiento local sobre el cambio global y cómo se incorpora tal conocimiento en la construcción de escenarios futuros de uso de suelo. La complejidad del problema implica un abordaje interdisciplinario a través de la participación de investigadores de distintos países e instituciones y el desarrollo de trabajos de campo en distintos espacios rurales. Así se releva el conocimiento local, entendiendo que éste se construye desde hechos empíricos resultantes de las interrelaciones entre las redes socio-culturales y técnicas en los diferentes contextos naturales y político económicos. Para analizar las mutaciones territoriales resultantes de las interrelaciones entre lo local y lo global se parte de reconocer las particularidades de esos lugares, los actores jerárquicamente ubicados en el sistema y las redes de intercambios territoriales endógenas y exógenas. Luego se identifican los "drivers, motores de cambio en las transformaciones de los territorios, entendidos como constructos de prácticas y de representaciones de los actores, con capacidad para innovar, adaptarse y responder rápidamente a las variaciones del contexto. Estos actúan como elementos explicativos de la dinámica actual permitiendo comprender el proceso de transformación en los espacios rurales y además sirven de ejes tendenciales que ayudan al análisis prospectivo de los posibles escenarios (probables, optimistas o pesimistas) y las condiciones necesarias para cada uno. Este artículo se estructura alrededor de esos ejes analíticos, conductores de los trabajos de campo. Es decir: 1) la indagación de los "drivers"; 2) la construcción de nuevos escenarios a través de la jerarquización de los factores de cambio; 3) las condiciones necesarias para que se concreten tales escenarios.

2. Transformaciones en los espacios rurales latinoamericanos

   Los procesos de adaptación/exclusión de los actores rurales, los desequilibrios medioambientales y la transnacionalización de los sistemas productivos se enmarcan en un contexto que se caracteriza por lo restringido de las políticas de desarrollo de los espacios rurales sudamericanos. Luego son fundamentalmente las leyes macroeconómicas del libre mercado las que rigen el devenir de los actores rurales en una lógica excluyente y productivista.
   La reacomodación a la cual asisten los espacios rurales, conlleva la necesidad de rediscutir los abordajes teóricos a partir de un andamiaje sistémico-integral-territorial que tenga como núcleo-problema las nuevas reconfiguraciones territoriales, las relaciones interescalares y las estrategias adaptativas de los actores frente a la cambiante evolución del contexto global. Analizar los espacios desde la "nueva ruralidad" hace posible visualizar e investigar fenómenos y procesos ignorados desde otros enfoques teóricos o invisibles a ciertas herramientas metodológicas. Esto permite construir la base del desarrollo territorial rural/local centrado en una estructura bipolar y complementaria: la integración del potencial local y la captación de recursos extraterritoriales. Lo propuesto se sustenta en el estudio de los flujos contradictorios-explicativos y los flujos complementarios-alternativos presentes en los espacios rurales a través de los cuáles es posible identificar las estrategias emergentes, las articulaciones locales y las vinculaciones extraterritoriales sin desconocer los flujos y redes transnacionales que trastocan la dinámica de los territorios rurales. Luego se analizan estrategias de actores rurales desde la conjunción de conocimientos locales y de capacidades innovadoras. Se entiende la multifuncionalidad de los espacios rurales como escenario de funciones productivistas y no productivistas y de actividades no vinculadas a las extractivas-productivas. A través de los vínculos urbano-rurales y sus interrelaciones jerárquicas se analizan los flujos locales/globales.
   De esta manera, se analizan algunas tendencias que, de no revertirse, podrían redefinir la estructura territorial rural. La primera tendencia expresa una mayor subordinación de la producción primaria respecto de los otros eslabones del sistema; así se profundiza la inserción de los actores locales en un sistema de relaciones asimétricas, vulnerables y dependientes. La segunda se define por las nuevas condiciones de acumulación que profundizan la desestructuración territorial. Los agentes se encuentran frente a un modelo en el cual el valor añadido territorial se concentra en otros escenarios. La tercera nuclea los actores que construyen y/o participan de redes de diferente naturaleza, al tiempo que despliegan estrategias adaptativas incluyentes y en algunos casos innovadoras; por lo que, como resultado de sus prácticas, los territorios se redefinen.
   Esas tendencias se vinculan a un proceso intenso y prolongado de "agriculturización" de los espacios rurales articulados al comercio internacional de materias primas. En ese movimiento de reestructuración y des/relocalización de actividades la soja avanza en esta región, de manera cada vez más rápida e intensa, desde la década de los 60´. Progresivamente la cadena de la soja toma un rol hegemónico provocando mutaciones productivas y socio-territoriales ya por la especialización de los territorios con abandono de la combinación agricultura - ganadería, ya por la concentración de la tierra y la producción. Esa "sojización" es conducida por actores móviles que tienen pocas "preocupaciones por el territorio", y que ahora también aumentan sus rentabilidades con la participación numerosa en el mercado de biocombustibles, que por un lado puede agregar valor a su producción industrial y por otro genera un alza en el conjunto de los precios de la cadena. A mediados de los años 70´ en Brasil y posteriormente en Argentina, se invierte en plantas para obtención de harinas y aceite de soja, hasta entonces fabricados exclusivamente en Estados Unidos. Hoy estos tres países comparten 82% de la producción mundial de soja y dominan los intercambios de subproductos.
   En la región pampeana, desde los años 70´, se originan cambios tecnológicos que impulsan la producción y la productividad agrícola (estancadas entonces por la falta de posibilidades de expansión espacial). Con el doble cultivo -trigo cultivado en agosto, cosechado en diciembre; soja sembrada en enero, cosechada en mayo- penetró la soja, se abrieron sus mercados y se probó su potencial. Los actores principales fueron los medianos productores apoyados por el Estado a través del INTA, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Se dio entonces la transición a la hegemonía sojera alcanzada en los años 1990. Desde entonces lideran grandes actores (productores agrícolas e inversionistas extra-agrícolas) que optimizan su inversión sobre superficies importantes (fenómeno de los pools de siembra) expanden su cultivo desde la pampa húmeda hacia distintos espacios productivos como el Noroeste sub-andino y sub-tropical, el Chaco más árido, en Paraguay y Bolivia, sin adaptarse a condiciones ambientales específicas, promoviendo una especie de "pampeanización". Privilegian el arrendamiento de las tierras; adoptan el paquete tecnológico semillas transgénicas / herbicida total / siembra directa; intensifican el uso de insumos; disponen de maquinaria mayor y se sirven de nuevas formas almacenamiento flexible. Todo ello induce el incremento de los rendimientos con la adopción generalizada de ciencia y tecnología y el aumento de sus rentabilidades con la participación en el mercado internacional de biodiesel, que por un lado agrega valor a su producción agroindustrial y que por otro, genera un alza en el conjunto de los precios de la cadena.
   En Brasil, la progresión física del cultivo de soja parte en los años 1960 en los Estados del Sur. El apoyo público para la producción (crédito, investigación y ayuda específica) y regulaciones para el comercio exterior (tasas de cambio, política tarifaria) promovieron su expansión hacia el centro oeste o al oeste de Bahía en las décadas de 1970-1980. El movimiento de la actividad impulsa el desplazamiento de la frontera agrícola a través de la apertura de nuevos espacios productivos o en la reestructuración de actividades preexistentes, en asociación a otras actividades y con el despliegue de actores que participan a lo largo de la cadena de producción-comercialización. En los años 1990 avanza en dirección a Amazonia, en la actualidad es el principal cultivo en Brasil y ocupa unas 23 millones de hectáreas. El Estado ha hecho inversiones importantes en infraestructura que contribuyeron a dar competitividad a distintos espacios productivos, apoyando así un sector que le provee importantes ingresos y brinda empleo. Luego grandes actores del negocio la soja, invirtieron, como en Argentina, para aprovechar el potencial de los recursos de esta región.
   El avance de la soja es uno de los motores de cambio en los espacios rurales latinoamericanos. El "boom" de la soja y el modelo tecnológico impuesto por los "pools" de siembra acentúa la fragmentación, en particular para los productores que deben tomar decisiones estratégicas en cuanto a la utilización de sus tierras; por lo que pareciera importante precisar que no se trata sólo de las "funciones" o de la multifuncionalidad de la agricultura y de los espacios rurales, sino también de las "visiones" de los productores y del conjunto de la sociedad. Se observa que la homogeneización inducida desplaza productores, sistemas, actores, instituciones debido a: i- la creciente necesidad de capital financiero para alcanzar una escala competitiva, ii- la incorporación de innovación tecnológica y agroquímica, iii- el aumento de la superficie trabajada (arrendamiento-pools de siembra), iv- los nuevos conocimientos para la acción "rentable". Pero a este escenario se contraponen las diferentes estrategias de resistencia, productores que continúan haciendo ganadería cárnica y láctea aunque hoy pareciera excluyente hacer soja, o aquellos pequeños productores familiares que con diferentes estrategias de supervivencia en el oficio, son "como islas en el mar de la homogeneización".
   ¿Por qué los actores persisten? ¿Por qué no venden sus tierras y buscan un empleo urbano? ¿Será quizás que la tierra tiene más valor que el puramente económico, tiene un valor simbólico y que si bien el modelo dominante trata de convertir esa tierra en una mercancía de cambio, no siempre lo logra?

3. Cambios y escenarios en los espacios rurales

   El principal punto débil de los estudios locales es la limitada base empírica, por ello es destacable la realización de estudios de caso como medio para conseguir un conocimiento sobre las características de los procesos de generación y difusión de prácticas vinculadas con los cambios globales que inducen modificaciones en los uso del suelo de los espacios rurales. Interesados en saber cómo los cambios globales están afectando la vida de los productores rurales, se realizan tres trabajos de campo, en Salto (Uruguay) y en Uruará (Estado de Pará, Brasil) y Huaraz en Perú en los meses de febrero y mayo del año 2008 y enero 2009 respectivamente. En cada ocasión, los equipos están constituidos por investigadores de provenientes de distintas instituciones y países (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Francia, Uruguay) de formaciones diferentes (sociólogos, zootécnicos, ingenieros agrónomos, geógrafos, entre otros). Reunidos los investigadores, especialistas explican la dinámica rural con un enfoque amplio que permita a la vez comprender las particularidades de la región (geohistoria, aspectos económicos, problemas sanitarios, procesos de colonización, etc.) y se discuten la programación y los ajustes metodológicos. Repartidos en grupos interdisciplinarios, se realizan entrevistas a varios productores rurales.
   En los trabajos de campo se indaga sobre: 1) los principales factores de cambio que afectaron la historia de la familia y su unidad productiva; 2) los escenarios que el productor ve a futuro diferenciando entre uno positivo y otro negativo; 3) las condiciones que se requerirían para que se dieran tales escenarios. Cada grupo entrevista como mínimo un productor de cada tipo y luego sintetiza la información relevada destacando los elementos claves. Posteriormente se realiza una reunión con todos los productores e investigadores para validar y enriquecer colectivamente las síntesis de las entrevistas, la construcción de escenarios y su clasificación según la probabilidad de ocurrencia, y el relevamiento de las condiciones necesarias para que se den en cada territorio. La metodología en Uruará fue adaptada a las particularidades del lugar (impedimentos para acceder a las unidades productivas ante los estados degradados de las rutas y de los caminos durante y tras las lluvias, que son por otra parte abundantes y frecuentes) y en función de las correcciones que se revelaron necesarias a partir de la experiencia en Salto. Por otro lado, en Huaraz no se realizaron entrevistas individuales sino comunales por las características de los asentamientos rurales.

3.1. Especificidades en las pampas. Motores de cambios

   Dentro de la eco-región pampeana, el cultivo de soja fuertemente arraigado en Argentina comienza su expansión de forma rápida y vasta en Uruguay. Paralelo a un fuerte avance de la actividad forestal, provoca cambios importantes en el sector agropecuario ocupando espacios "nuevos" o desplazando producciones tradicionales. Entre el año 2000 y el 2006 el área agrícola creció un 17%, básicamente por la expansión de la soja, que ha aumentado fuertemente la renta y el precio de la tierra. Desarrolladas por grandes empresas (6% de los productores controlan 40% de la superficie sembrada) se han ido concentrando y desnacionalizando las actividades y ha llevado a un elevado porcentaje de los pequeños productores a dejar de serlo. Esto afecta directamente en la ganadería, de suma importancia para Uruguay en la generación de divisas y el sostenimiento del gasto público. Las entrevistas fueron realizadas en las proximidades de la localidad de Salto, situada en el Noroeste del país, frente a orillas del río Uruguay donde se fundara la primera represa binacional del MERCOSUR (generando energía desde 1979) que la conecta vial y ferroviariamente a la ciudad de Concordia (Provincia de Entre Ríos, Argentina). A pesar de su dinámica transfronteriza a nivel local y su localización estratégica, el pasaje de flujos internacionales se ve en buena medida frenado por las barreras aduaneras que aún funcionan en la región. Dentro del país, en el Noroeste, los índices de cobertura de servicios son inferiores a los del resto. Es un área que se distingue por la predominancia de suelos de basalto (en su mayor parte no laborables), con pasturas de calidad pero riesgos amplios de sequía, y que como región ganadera se destaca también, por sus ovinos. Si bien, el trabajo se llevo a cabo también en la zona andina se ha descripto el avance de la soja porque, como fue expresado en la introducción, se manifiesta como uno de los motores de cambio más profundos en los últimos años.

3.1.1. Relevancia del Estado Uruguayo en los cambios

   En los estudios realizados sobre los principales motores de cambio identificados en las trayectorias de unidades productivas en Salto, toma relieve el "compromiso del Estado" y se destacan una situación de debilidad de los actores frente a la direccionalidad del libre mercado. Las modificaciones en el manejo de las unidades y la perdurabilidad de los productores traducen los impactos locales de un reacomodamiento global y de los límites y alcances de las políticas de desarrollo rural. Sin embargo para los productores, el Estado tiene una responsabilidad mayor en las crisis económicas acontecidas en la región independientemente de que la economía sea dinamizada por las exportaciones de productos regidos por precios internacionales. En general, no son las variaciones de los precios de los insumos artificiales o de los productos de exportación lo que inquieta a los productores. Para estos productores que permanecen en el espacio rural, temporalmente aislados y alejados de los centros urbanos, las principales preocupaciones son la insuficiencia de infraestructura de servicios que impacta directamente en las condiciones de vida y de producción, la falta de información que les imposibilita posicionarse en un mercado complejo y el aumento del precio de los arrendamientos que les impide ampliar el stock de vacas. El acceso al combustible (en volumen y precio) es interpretado de forma diferente, asociado al encarecimiento mundial del petróleo. Ante la escasez y el encarecimiento del combustible, en esta zona fronteriza crece un comercio "informal" de combustible de Argentina donde -por las regulaciones y los subsidios estatales- conserva un precio inferior. El combustible es comprado al otro lado de la frontera directamente por los usuarios o a través de "intermediarios". Estas estrategias modifican la dinámica territorial local introduciendo nuevos servicios (redistribución de combustible) y nuevos vínculos extraterritoriales e internacionales ante políticas energéticas deficientes y no articuladas a nivel de Mercosur. El cambio en los flujos y en las redes locales es resultante de cambios a nivel macro, en general, y de la agriculturización en particular que desplaza a la ganadería hacia zonas marginales. Mientras que para lograr la intensificación de su actividad, los productores enfrentan con dificultad la necesidad de capacitación, información y nuevos servicios; crece sobre ellos la presión por esas tierras que se (re)valorizan económicamente (demanda y precio) en la disputa por mayor espacio para la expansión sojera impulsada, en buena parte, por la relocalización de capitales extra-agrarios de grupos inversores o pools de siembra. Los eventos climáticos y sanitarios fueron también importantes motores de cambio en la región. Aparentemente, los productores no vinculan las sequías (1942 y 1988) al cambio climático, sino que se perciben como un evento temporal/regional. Para ellos la primera sequía tuvo un impacto mayor, en parte porque los productores no estaban preparados, ni contaban con apoyo estatal. La segunda pareciera una experiencia costosa, ya que desaparecieron muchos productores, pero algunos rescatan la necesidad de prevenir los impactos a través de herramientas y estímulos del Estado. Tampoco se asoció las sequías a cambios en el uso del suelo sino a su manejo. Por ejemplo, uno de los productores pasó de ser productor de cría a ciclo completo, para disponer de más opciones ante una crisis hídrica. En cambio, la aftosa en ganadería bovina y el cancro en las plantaciones de cítricos se asocian a momentos críticos que llevan al cambio parcial o la reinvención productiva total. Así un productor cambió de sistema de producción pasando de la fruticultura a la ganadería tras tener que derribar 34.000 plantas de citrus, momento al que se refirió con las siguientes palabras "tuvimos que ver caer un pedazo de nosotros, no fue fácil dejar de sentir el aroma de los azahares".

3.1.2. Escenarios de disputa por el espacio productivo

   En general, hay manifestaciones de duda acerca del futuro político-económico para la región de Noroeste de Uruguay y para el país pero más que nada sobre la continuidad de la unidad productiva, uno de los entrevistados manifestó que "No sé cual será nuestro futuro, por ahora estoy pero mañana puede ser que venda mi campo a un argentino. Los productores vinculan tiempo y espacio en las transformaciones territoriales lo asocian a procesos alejados que no dependen de ellos y que son macroeconómicos. "Estamos en zonas marginales no somos apetecibles para los indicadores macroeconómicos pero parece que algo está cambiando". Se refieren así a un espacio que tradicionalmente se considera poco productivo pero cuya valoración está mudando con el tiempo motivando a muchos actores a comprar o arrendar esas tierras. Frente a esto consideran muy importante la información (comunicación a través de celulares, Internet) y la capacitación (cursos, talleres, revistas, etc.) y para ello, las políticas públicas: planes de desarrollo rural, suministro de energía electricidad y disposición de medios de comunicación. En el acceso a la formación e información que asocian directa y permanente al acceso a posibilidad de acceder a la tierra, perciben un cambio general de la calidad de vida de la población rural que les da la posibilidad de permanecer viviendo en el espacio rural por más tiempo, reduciendo directamente su nivel de incertidumbre y vulnerabilidad. Los cambios posibles se centran en la tenencia: la entrada de actores individuales o grupales vinculados a la agricultura y a la forestación concentrando tierra que compran o arriendan a valores creciente, y la concomitante expulsión de los pequeños productores por presión vía precios o vía endeudamiento. Como escenario óptimo se vislumbra recurrir a las políticas públicas para poder acceder a la tierra vía créditos accesibles. Frente a la sequía (es posible que aumente la evapotranspiración por lo que si las precipitaciones son las mismas los índices de déficit hídricos van a variar) como escenario posible y los cambios en la demanda de agua por la intensificación de la ganadería (aumento en la capacidad de carga), sería óptimo procurar un uso más racional de los recursos naturales a través de capacitaciones y de la información pertinente.

3.1.3. (in)formación y productividad, claves para el futuro

   De lo expresado anteriormente se podría deducir que para la mayoría de los productores de la región de Salto, acceder a la información y a las comunicaciones es una condición prioritaria para la construcción de escenarios positivos porque para ellos, este factor incide en sus posibilidades de acceso a la tierra y a la mano de obra "si no tienes información tampoco te das cuenta que te vienen apretando con la soja, con la forestación o los extranjeros que quieren comprar tus tierras". En este momento, por la insuficiencia de las redes de electricidad y de transporte, el sistema se ve perjudicado por la falta de energía que impide el desarrollo de una serie de acciones y accesos a los medios de comunicación a pesar de la localización de una Represa Hidroeléctrica a muy pocos kilómetros del lugar. En muchos casos resulta difícil acceder a la televisión, teléfono, internet, al abastecimiento de establecimientos educativos o incluso a las reuniones convocadas por técnicos agropecuarios, siendo la capacitación una condición necesaria para el desarrollo productivo. Una mayor asimetría entre los que acceden y aquéllos que quedan fuera de la información/capacitación profundizándose la fragmentación socio-territorial. En sus apreciaciones sobre las condiciones climáticas no se distinguieron las nociones de sustentabilidad y de ciclos naturales; se relega la importancia del cambio climático global y la relación de los aumentos en las temperaturas y sequías con la modificación de los ciclos productivos e indirectamente de los valores de la tierra, de los arrendamientos, de la incorporación de actores extra-agrarios, de los problemas de mano de obra, entre otros. Los productores no vinculan la sequía con el cambio climático global, para ellos es un fenómeno local incierto del que se desconoce el comienzo o el fin. Ante este tipo de fenómenos, algunos productores aplican estrategias adaptativas. Así hubo quien ante la sequía, optimizó la productividad en tierra propia y guardó la idea de que "la sequía fue quien nos salvó porque sino hubiéramos seguido arrendando". A veces la sequía nos permite adquirir experiencia". Tanto cuando justifican el acceso a la información como cuando presentan el problema de la sequía, evocan la disponibilidad de tierra y aparece como condición necesaria el incremento de los índices de productividad y de escala (ampliación vertical de la frontera) a través de la incorporación de tecnología, educación e insumos.

3.2. Cambios en Amazonia

   El espacio amazónico suscita el interés de muchos actores jugando a distintas escalas (ONG, Estados, actores económicos) por razones diversas: socio-culturales, ambientales, económicas, geopolíticas. Con la consigna "integrar para no entregar" y para dar tierras a los que no poseían, se ha facilitado su ocupación económica que implicó movilización de excedentes de mano de obra de otras regiones, construcción de infraestructuras y deforestación. Luego vastas superficies fueron sumadas al espacio productivo. En esa dinámica, el avance del cultivo de soja no favorece una construcción territorial, sino que provoca concentración de tierras e induce un alto porcentaje de los fracasos de las familias venidas para encontrar una inserción productiva. En esta región el acceso a los servicios y asistencia técnica es limitado y precario lo que quita competitividad a las producciones de esos colonos logradas con enormes dificultades y posibilidades escasas de alcanzar los mercados. Los productores generalmente se endeudan, fracasan y se ven obligados a abandonar el espacio abierto que a menudo venden a precio bajo a grandes productores agrícolas y o bien se internan más en la selva en busca de nuevas oportunidades, o bien vuelven a las ciudades, en condiciones de marginación. Las entrevistas fueron hechas a familias que alcanzaron el objetivo de tener una unidad productiva dedicada a la ganadería, la agricultura o la plantación de cacao en las proximidades a la localidad de Uruará (Estado de Pará, aquel que tiene uno de los índices más elevados de abandono entre los nuevos migrantes). Este aglomerado urbano -que no se encuentra entre las ciudades planificadas- comienza a formarse hacia los años 1970, sobre la ruta BR230-Transamazónica -en un tramo aún no asfaltado- a unos 200 km de la ciudad de Altamira, localizada a su vez a más de 700 km de Belem, capital del Estado por ruta (500km en línea recta) pero con conexión aérea regular.

3.2.1. Multiplicidad de variables para el cambio

   El acceso a la salud y a la educación (en primero y segundo lugar respectivamente) son claves en el devenir de las familias, salvo en el caso del estanciero que cuenta ya con los recursos o facilidades para adquirirlo y brindarlo a los hijos. En general, son factores vinculados al campo de la economía (por ejemplo, cambios en los precios) y a lo social (imagen degradada de la región, inclusión o grupo social, apoyo familiar, integración de poblaciones de orígenes diversos) los que afectan directamente a las familias y sus trayectorias. La disponibilidad de créditos (escaso o inadecuado) y el nivel de endeudamiento del productor también cambian sus oportunidades de desarrollo: de acceso a mejores tierras, ganado, maquinaria, etc. La organización de las cadenas productivas (insumos caros, precios bajos de los productos, calidad del producto no remunerada, (in)existencia de industrias -frigoríficos, tambos, cerealeras-; falta de mercados para algunos productos) pueden representar (des)ventajas para los productores así como su organización colectiva (sindicatos, cooperativas) para resolver las dificultades. La falta de formación, información o posibilidades de capacitación de los productores limita su competencia para adoptar mejoras técnicas o enfrentar problemas por ejemplo, de tipo fito-sanitarios que pueden impactar en el desarrollo de su actividad. A menudo el acceso a un empleo asalariado -muchas veces, por parte de la mujer- representa un mecanismo para ayudar a cubrir necesidades básicas o mejorar condiciones de vida. La expansión de las madereras y la concentración de tierras en grandes explotaciones agropecuarias generan presiones y conflictos para los productores de la región y el ecosistema. En lo que se refiere al medio ambiente, la deforestación es el eje de cambio y los problemas en el ciclo de agua (lluvias, agua subterránea, agua de superficie) son relevantes, pero éstos especialmente como consecuencia de los cambios locales (deforestación y prácticas agrícolas) y no lo asocian a cambios globales. Las diferencias entre los distintos tipos de productores se resumirían en que el estanciero al tener mayor capacidad para alcanzar buenos servicios de sanidad y educación mientras que los productores familiares y el jubilado parecen más vulnerables a ese tipo de problemas sociales, más dependientes del crédito y de otros ingresos externos como el trabajo de la esposa para resolverlos y encontrar seguridad económica; en particular los productores de cacao tienen mayores problemas en la producción (dificultades para la comercialización, problemas de formación técnica, variación de precios de mercado).

3.2.2. Escenarios de desforestación, (des)organización y (des)arraigo

   En la construcción de los escenarios preocupa la familia, en particular el futuro de los hijos (acceso a la educación, a la tierra o empleo). Inquieta especialmente la percepción de que los hijos no quieran permanecer en la unidad productiva (plantación de cacao, unidad agropecuaria, etc.) y tener que vender la tierra, por la razón que fuera (problemas de salud, endeudamiento, falta de sucesores, etc.). La cuestión ambiental también aparece en primer plano. Se percibe que será un factor clave en los años a venir, tanto que los modelos técnicos apuntan a mejorar el manejo de los recursos naturales (plantación de cultivos perennes diversificados y árboles de valor, etc.). En este contexto la continuación de la dinámica regional actual es vista como un escenario negativo (deforestación y avance del frente agrícola, actividades ilegales, imagen degradada). La mayoría de las veces, el escenario negativo se define como la continuación de las tendencias actuales: corrupción, deforestación desenfrenada, legislación inadecuada, aislamiento, precios desregulados. A escala de unidad productiva, la no sucesión de los hijos en la actividad agropecuaria y la escasez de empleos urbanos para ellos resulta perspectivas poco favorables. Ampliar la unidad productiva accediendo a nuevas tierras y aumentar la productividad, insertos en cadenas productivas organizadas (leche, ganado, frutas, cacao, madera legal) con mejores condiciones para el comercio (menores precios para insumos, mayores volúmenes y precios para los productos y valoración de su calidad) es un escenario positivo. En ese contexto son bienvenidas las agroindustrias en la región, la asistencia técnica y la formación profesional más eficiente forman parte del escenario positivo en lo productivo y que los hijos puedan estudiar en la región contribuye al bienestar familiar. Mejorar la calidad de vida del conjunto de los habitantes (acceso a los servicios -asfalto, sanidad, energía, educación-) y ganar una mejor imagen regional les permitiría crecer económicamente y aspirar incluso a proveer de alimentos a Belo Monte.

3.2.3. Políticas públicas, infraestructura y organización colectiva

   Las políticas públicas, la infraestructura y acción colectiva de los productores se destacan -por la frecuencia de las respuestas- como condiciones importantes en la construcción de los escenarios. A escala individual, se distingue la necesidad de políticas públicas que favorezcan el acceso al crédito mayores y más eficientes (menor burocracia, planes más adecuados a los proyectos de los productores, etc.), la formación e información de los productores y a la jubilación. A su vez se precisarían políticas públicas más adecuadas en materia ambiental atendiendo los problemas de deforestación desenfrenada y cambio climático y con capacidad para contribuir en la implementación de sistemas adecuados de manejo de los recursos naturales. En especial, se requiere mejorar la legislación ambiental vista como una amenaza personal para muchos y como un freno al desarrollo de todos. Es menester aumentar y mejorar la infraestructura de servicios de energía, transporte vial, sanidad y educación. En particular, asfaltar la Ruta Transamazónica podría ayudar a mejorar la producción y su inserción en las cadenas productivas (acceso a insumos, agroindustrias, etc.). Concomitantes con estas facilidades podrían entrar nuevos problemas (por ejemplo, inseguridad) y agravarse los actuales (ingreso de nuevos y mayores competidores, concentración de tierras). La acción colectiva -como su organización en cooperativas- es vista como una condición importante para afrontar dificultades, desafíos y riesgos ya que facilitaría la formación e información de los productores y su participación más segura y ventajosa en los mercados (reducir costos, mejorar calidad, capacidad para negociar precios, créditos y deudas), la valoración de la calidad de sus productos y el emprendimiento de nuevas actividades. Por otro lado, es un camino que ayuda a mantener una producción familiar en el campo, enfrentando la concentración de tierras (reforma agraria), la correcta educación de los hijos (y a menudo, la capacitación de la esposa y su inserción laboral) y el interés de los aquéllos por continuar en la unidad productiva es visto como un escenario positivo.

3.3. Cambios globales y cambios locales en Huaraz

   El trabajo de campo en Perú se desarrolló, como fue expresado, en la región andina de Huaraz con comunidades aborígenes de subsistencia, lo cual plantea una diferencia significativa con las dos experiencias anteriores.
   Los encuentros entre miembros del equipo e investigadores se desarrollaron con fluidez aunque los campesinos convocados mostraron desconfianza ante algunos interrogantes. El trabajo consistió en entrevistas en donde los campesinos muestran sus parcelas agrícolas y ganaderas, su forma de trabajo y de vida, expresan sus problemas, como así también la historia de la comunidad y los cambios antes y después de la Reforma Agraria (1968).
   Los diferentes grupos (campesinos o agricultores puros, campesinos pluriactivos con actividad ganadera, jóvenes y mujeres y dirigentes campesinos) discutieron y analizaron los cambios globales y las vinculaciones con el conocimiento local de la población rural; considerando las transformaciones ambientales, tecnológicas-productivas, socio-económicas y político-institucionales.
   Para ello los integrantes de los diferentes grupos expusieron en forma gráfica los cambios que cada uno de ellos percibía. En las fotos que a continuación se muestran se observan los escenarios pasado, presente y futuro de acuerdo a lo manifestado por los campesinos.

Taller con campesinos de Huaráz

Nogar, Foto 1
Foto 1: Escenario histórico

Nogar, Foto 2
Foto 2: Escenario actual

Nogar, Foto 3
Foto 3: Escenario futuro malo

Nogar, Foto 4
Foto 4: Escenario futuro favorable

3.3.1. Reformas del estado y cambios locales

   Los campesinos destacan la Reforma Agraria del año 1968, en el gobierno de Velazco Alvarado, cuando se les dio la posesión comunitaria de las tierras que habitaban. Hasta ese momento vivían a merced del patrón (el gamunal), para quien trabajaban sin ningún tipo de remuneración.
   Ante ello uno de los pobladores (Zenón) manifestó

Los abuelos eran manejados por los ricos, eran marginados. Se trabajaba de lunes a viernes para el gamunal, sin paga y sin comida. Había que llevar los productos a pié hasta Huaraz, sin recibir nada. Se salía a las 2 de la mañana y se tardaban 5 horas para llegar a la casa del patrón. Solo sábado y domingo se trabajaba la tierrita de uno para poder comer.

   Con esta expresión se muestra claramente que la reforma agraria ha sido un motor de cambio muy significativo ya que a partir de allí y mediante la lucha y el compromiso de los comuneros, se distribuyeron las tierras.
   Por otro lado, otro poblador (Zacarías) expresó "¡Al principio, todo el trabajo era comunitario ahora es mas individual, cada uno hace lo que quiere! Los jóvenes no respetan. Muchos jóvenes van a la costa o a las minas para poder traer algo de plata". En esta afirmación se observa otro cambio y aparece como motor del mismo un Estado despreocupado según expresiones de un grupo de comuneros "Antes se entregaban semillas, comida, ropa, calzado, venían los ingenieros a ayudarnos. Ahora ya casi no vienen y hay que pagar todo y no tenemos plata".

3.3.2. El cambio climático y re-producción de problemas locales

   Los campesinos rápidamente identificaron los cambios globales y los asociaron al cambio climático según Clemente "Antes la nieve llegaba hasta 400 o 500 m más abajo, ha subido mucho el hielo" esta afirmación es el resultado de un cambio global que afecta la organización territorial local. Manifiestan que el clima está cambiando, con heladas más fuertes, períodos secos y lluviosos que son extremos, es decir, los regímenes han cambiado su regularidad lo cual impacta significativamente en su organización productiva y comunal. Los pastos nativos al igual que los árboles (quenual) han ido desapareciendo reemplazados por eucaliptos. Por otro lado, han cambiado los métodos agrícolas y hay más enfermedades en los animales; debido a estos cambios han aumentado significativamente los procesos de erosión hídrica, eólica y avance de la desertización a lo cual se suma la contaminación de la tierra y el agua por el gran crecimiento de las explotaciones mineras.

3.3.3. Cambios sociales y (des)-organización comunal

   Se manifiestan cambios en las decisiones de los habitantes de la comunidad. Ahora la gente es más individualista, lo cual desvaloriza y desacredita el trabajo comunitario. El avance tecnológico y los medios de comunicación están ejerciendo un papel importante en estos cambios sociales, se ha mejorado la construcción de sus casas, se han ampliado los caminos, tienen acceso al celular, internet, tv, computación.
   En este eje aparece la educación como factor de cambio y de progreso social, como lo manifiesta Wilfredo "Antes no sabíamos leer ni escribir, sólo algunos. Ahora los jóvenes tienen escuela primaria y hasta secundaria. Tenemos escuelas en las comunidades".
   Pero por otro lado, los más viejos, se quejan de los cambios en los usos y costumbres, especialmente en los jóvenes. Consideran que no hay respeto, que hay mucha delincuencia y resaltan el crecimiento de la violencia familiar y el alcoholismo.
   Por lo expresado en forma muy sintética en Perú, el escenario futuro es complejo y contradictorio a saber:

- Afirman que las mineras contaminan, aunque por otro lado, pagan buenos cánones que el Estado distribuye en las comunidades. Los campesinos reclaman participación para una más justa distribución del canon minero.
- Demandan más tecnificación en la agricultura, apoyo técnico local, regional, nacional e internacional, aunque paralelamente hablan de volver a los cultivos nativos y al uso de abonos naturales para disminuir las enfermedades de las personas y también de las plantas.

Si bien en lo expresado aparecen contradicciones, cuando se refieren a las herramientas necesarias para lograr un escenario futuro positivo hacen hincapié en:
   Mantener la reforma agraria.

- La necesidad de presupuestos participativos para acceder a decisiones sobre infraestructura, agua potable, etc. Para ello creen que deben mejorar la organización de la comunidad, unirse con otras comunidades y capacitarse para acceder a puestos de decisión gubernamental.
- La necesidad de tener representación en el gobierno en todos los niveles y su participación como candidatos políticos.
- La distribución equitativa del presupuesto.
- La capacitación en formación política para tener nuevos líderes, la igualdad política para las mujeres.
- El ascenso de categoría de las comunidades a distritos.
- La posibilidad de generar empresas comunales, que les permitan defender mejor su producción y generar ingresos genuinos.
- Eliminar el clientelismo político, el estancamiento y la corrupción.

   Hasta aquí el artículo ha discurrido entre la presentación del universo de análisis, el trabajo de campo y los resultados de cada uno de los ellos. A continuación se enuncian algunas similitudes y diferencias respecto al problema de estudio y los diferentes universos de análisis trabajados.

4. Comentarios finales

   En lo que concierne al análisis de los espacios rurales latinoamericanos, se destaca cómo pequeños productores de distintas eco-regiones y países sufren especialmente crecientes desventajas en términos de escala, de acceso a la infraestructura de servicio, de falta de información, de encarecimiento de las energías y otros insumos derivados del petróleo y especialmente de presión por la tierra en una disputa por el espacio en la que actores grandes -a veces extra-agrarios- y frecuentemente -extra-regionales van desplazándolos hacia espacios más marginales rurales o urbanos. Hay una diferencia en Perú respecto a la idea síntesis previa, ya que debido a que la tierra es de propiedad comunal no existe disputa por el mercado de tierras, pero si se observa una escasez de tierras debido al crecimiento demográfico de las comunas lo cual estimula la migración de los jóvenes hacia las plantaciones de la costa o a las explotaciones mineras.
   La evidencia empírica muestra que los pobladores rurales de territorios latinoamericanos analizados como homogéneos y con procesos adaptativos similares no es tal. Según este trabajo realizado; las diferencias existen y están sostenidas claramente en dos factores más importantes, por supuesto que no únicos: factor geomorfológico climático y factor sociocultural político.
   Así, para los actores pampeanos uruguayos, con clima templado húmedo, propietarios de la tierra y productores ganaderos; cuando relacionan los cambios globales con los cambios locales, el escenario más preocupante son las sequías, la ayuda del Estado en situaciones de riesgo y el mercado internacional de carnes.
   Los productores de Uruará, ubicados en la selva amazónica, con clima tropical, en zona de expansión de la frontera agropecuaria y propietarios de parcelas muy pequeñas producto de una reforma agraria; al relacionar lo global y lo local, priorizan la ausencia del Estado y de políticas de desarrollo agropecuario, la necesidad de aumentar su unidad de producción para seguir siendo productores activos y la falta de infraestructura de servicio. Protestan de las contradicciones de las políticas de expansión, ante lo cual un entrevistado expresaba "Antes, allá por 1980 nos daban créditos y ayudas si desmatábamos la selva para sembrar cacao, frijoles, trigo; ahora nos cobran multa si no mantenemos el 20% de nuestras tierras con mata y pretenden que nos convirtamos en guardianes de la naturaleza".
   En Huaraz, la lógica de funcionamiento campesino andino donde la montaña y el clima montañoso condicionan la impronta territorial local; la dinámica es bien diferente a los casos anteriores. Si bien se nota una relación entre lo global y los cambios locales; su preocupación en cuanto al escenario futuro se sostiene en la necesidad de mantener la tierra comunitaria, pero los problemas son muchos y se expresan ciertas fuerzas contradictorias, por un lado, el deseo comunal, por otro, la presión de las mineras y la exclusión de jóvenes y mujeres que no pueden insertarse laboralmente y migran hacia las ciudades.
   En lo que respecta a la metodología elaborada, estas experiencias permitieron avanzar en la precisión de las informaciones a recabar (factores de cambio, escenarios y condiciones) y fue enriquecedora la experiencia de los trabajos de campo en Salto Uruguay, Uruará Brasil y en Huaraz Perú. Así en el segundo trabajo de campo, las entrevistas realizadas en grupo se ajustaron más a los objetivos del proyecto, en las preguntas, en las visitas a las propiedades y en la incorporación muchas veces de las esposas al diálogo. Pero en este caso por condiciones climáticas y de accesibilidad restringida, surgió la imposibilidad de reunir los productores para, colectivamente, validar y enriquecer las síntesis de las entrevistas, (re)construir escenarios y clasificarlos según la probabilidad de ocurrencia y profundizar el relevamiento de las condiciones necesarias para que se den en cada territorio. Una nueva propuesta metodológica surgida de esta segunda fase es la que se desarrolló en Huaráz, es decir, hacer trabajos colectivos con los campesinos posteriores a los trabajos de grupo para socializar los análisis y ayudar a los actores (productores e instituciones) a anticiparse a través de la construcción conjunta de escenarios y juegos de roles más concretos y contextualizados, rescatando vulnerabilidades y adaptabilidades, a partir de indicadores a relevar en los trabajos próximos. Esto surge del hecho de que las nociones de vulnerabilidad y adaptabilidad aparecen como centrales, tanto en la trayectoria de las unidades productivas como en los impactos de los cambios globales. Para favorecer la armonía entre los trabajos de los distintos grupos y en las distintas fases, así como para facilitar su adaptación a nuevas problemáticas y terrenos resulta indicado socializar anticipadamente un esquema de síntesis y un tipo de guía de entrevista. Esto último no se tuvo en cuenta en Perú, en donde se probó la metodología sin conocimiento previo del universo de análisis ni de los ejes que guiarían el trabajo de campo. Por otro lado, se tuvo en cuenta la experiencia de Brasil ya que se trabajó en las distintas comunidades campesinas de manera grupal con lo cual se descartaron las entrevistas individuales y las conclusiones fueron trabajadas en forma colectiva con más de 130 campesinos en el plenario final.

Notas

(1) En el marco del proyecto IAI se realizaron ya tres trabajos de campo, uno a Salto-Uruguay, en Huaraz Perú y otro a Uruará-Brasil.

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Fecha de recibido: 17 de abril de 2010.
Fecha de publicado: 6 de diciembre de 2010.

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