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Mundo agrario

versión On-line ISSN 1515-5994

Mundo agrar. vol.14 no.27 La Plata dic. 2013

 

RESEÑAS

Rau, Víctor. 2012. Cosechando yerba mate. Estructuras sociales de un mercado laboral agrario en el Nordeste argentino. Buenos Aires: CICCUS Ediciones. 167 pp.

María Angélica Jordán
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CEIL-CONICET)
Argentina
angelicajor@yahoo.com.ar

Fecha recibido:13 de febrero de 2013
Fecha de aceptado: 1 de julio de 2013
Fecha de publicado: 20 de diciembre de 2013

El presente libro se basa en la tesis de doctorado en Ciencias Sociales del autor, presentada en el año 2005. Para la exposición del libro, nos advierte que ha realizado una selección de dimensiones teóricos-metodológicas, reelaboraciones de los contenidos y actualización de información que incluye trabajo de campo realizado hasta el año 2010.

El trabajo se interesa fundamentalmente por el análisis de las estructuras sociales que configuran el mercado laboral para la cosecha de yerba mate de la provincia de Misiones. El autor retoma la idea de la incidencia de estructuras sociales en la economía, y cómo estas estructuras “se sumergen, encastran y estabilizan las actividades del mercado laboral”. De modo que el funcionamiento de la economía de mercado se vincula en interdependencia con la sociedad. De allí que los sistemas de posiciones, las redes de relaciones, los sistemas de normas y de valoraciones, y las instituciones sociales reguladoras sean incorporados en su análisis sobre las actividades del mercado laboral bajo estudio. Estas estructuras sociales no solo intervienen en el funcionamiento de los mercados sino además forman parte de ellas otorgándoles aspectos concretos, localizados (o como hace referencia el autor “balcanizados” en términos de Kerr, 1977). En ese mismo sentido, se adopta un enfoque territorial en tanto considera que las estructuras sociales conforman y se inscriben en sistemas socioculturales más amplios territorialmente localizados.

El autor se propone tres objetivos, expuestos desde el principio y que recorren todo el texto: primero, comprender los atributos sociales prominentes del empleo en la cosecha de yerba mate, a partir de la revisión de los principales anclajes significativos en el territorio; segundo, identificar los principales cambios en el mercado laboral yerbatero desde los años ’90, cuando se produce la desregularización de la economía yerbatera, hasta la actualidad. Tercero, comprender y explicar las acciones colectivas de protesta de los cosecheros en aquel período. Para ello, identifica variables estructurales del mercado de trabajo yerbatero que condicionan las dinámicas y las formas de dichas acciones. Recurre a la instrumentación de metodologías cualitativas para la producción primaria de la información, para su análisis y para la construcción del objeto mismo de estudio. Las técnicas mencionadas para la investigación son las entrevistas en profundidad y semi-estructuradas y las observaciones etnográficas. Además, de triangulaciones de técnicas de análisis que integran informaciones de fuentes secundarias, documentales y estadísticas.

La importancia de este libro reside en el análisis de las particularidades estructurales que explican el funcionamiento del mercado de trabajo para la cosecha de yerba mate, uno de los mercados laborales agrarios más amplio de la provincia, al mismo tiempo que uno de los más relevantes del nordeste de la Argentina.

Los capítulos “En el origen” y “Los Mensú” se refieren a aspectos “seleccionados” de la historia regional de la actividad yerbatera, con el propósito de percibir significados que permitan comprender características estructurales del empleo asalariado de cosecha. En el primer capítulo, realiza un estudio del proceso de formación de la población regional para rastrear la ascendencia étnica del tarefero del presente, el trabajador rural de la cosecha de yerba mate. Analiza los factores que convergen en el proceso de proletarización y reconstruye históricamente la ascendencia guaraní de los primeros trabajadores altoparananenses. Se refiere, entonces, a las implicancias de la conquista española en cuanto a la dominación territorial y sometimiento de las comunidades tribales de pertenencia guaraní, y con ello, al proceso que origina la sociedad de clases, la aparición del Estado y la explotación sistemática del trabajo ajeno en esta región, primero bajo relaciones sociales precapitalistas, y luego capitalistas. A partir de dicho capítulo se entienden la relevancia que adquiere la historicidad de la yerba mate como actividad productiva y las particularidades de los regímenes de trabajo en la época colonial, durante el imperio jesuítico, como en el “Frente Extractivo Altoparanense”. El periodo del Frente Extractivo abarca el siglo XIX y principios del XX, durante el cual los cosechadores de yerba mate empezaron a ser identificados como los mensú,modismo regional que hace alusión al pago de mensualidad, y da los primeros indicios de la relación salarial moderna.

En el segundo capítulo, el autor tiene como objetivo comprender las significaciones que operan en la actualidad en relación con lo que ha implicado regionalmente la figura del mensú. En este sentido, analiza el desarrollo del mercado laboral para la cosecha de yerba mate. Al respecto sostiene que no basta una clase de individuos desposeídos de medios de producción y vida propios, y de un conjunto de propietarios de medios de producción para conformar relaciones de trabajo asalariadas, sino que es condición primordial además la intervención de instituciones sociales reguladoras que coordinen los intercambios mercantiles de fuerza de trabajo. De este modo, la figura del mensú y la del Frente Extractivo son fundamentales para explicar el proceso de transición que va desde las relaciones sociales de producción precapitalistas a las esencialmente capitalistas. Examina las relaciones laborales mediante la descripción de los acuerdos laborales y la forma de intermediación a través de la figura del “conchabador” –quien compromete laboralmente al trabajador, fijándolo a una relación laboral con determinado patrón, por medio del mecanismo de “anticipo” como forma de pago-. La “coerción extraeconómica” surge, en el análisis, como un fuerte componente de aquellas relaciones laborales, ya que la sujeción laboral es elemental para la efectivización de la explotación laboral. El autor señala que la sujeción se confirma cuando se encuentra que la principal forma de resistencia entre los mensú es la fuga (además del motín y la revuelta). Asegura que son las formas de las relaciones laborales las que configuran las acciones colectivas de resistencia y la alta frecuencia de éstas, la que genera los cambios en dichas relaciones. De hecho, la crisis histórica del sistema extractivo altoparanaense se explica en parte por ello. De este capítulo se distingue la relevancia de los encastramientos sociales para entender el funcionamiento de la economía del empleo, así como el Frente Extractivo resignificó prácticas históricas de empleo del pasado colonial, el autor señala que la conformación institucional del mercado laboral yerbatero en la región recrea aspectos del empleo durante el Frente Extractivo. De modo que las características de ese momento histórico son importantes para comprender la estructuración del mercado laboral en los ‘90. De allí que se afirma que algunos aspectos vuelven bajo nuevas formas, como la intermediación laboral, el recurso de anticipos, los pagos en mercaderías sobrevaluados, los salarios impagos, los traslados y establecimientos de los trabajadores en lugares lejanos, y las fuertes situaciones de dependencia laboral.

En el capítulo “Asalariados agrícolas” se presenta el análisis de los principales cambios del mercado de trabajo yerbatero producidos desde principios del siglo XX, a fin de restablecer sus características actuales, y con ello, los rasgos distintivos de estos asalariados. Se desarrollan los procesos estructurales sintetizados en la denominación tareferos - derivación de la palabra tarefa, “tarea” en portugués-, como se los conoce a los cosecheros de yerba mate. Rau considera las consecuencias del proceso de avance de la agricultura industrial, el reemplazo del capital comercial por el industrial, la sustitución del sistema extractivo por la implantación y el cultivo de yerbatales, la expansión de relaciones de trabajo libre en las actividades yerbateras, para analizar la concreción de un mercado de trabajo agrario con una población asalariada dependiente de dicha actividad. Al respecto, examina también la intervención de los sindicatos en la provincia y la participación de distintas corrientes políticas en el movimiento obrero argentino del período (el anarquismo, el sindicalismo, el comunismo y el peronismo). También aporta elementos para describir la estructura social agraria contemporánea. Considera, por un lado, los procesos intensos de colonización agrícola yerbatera desde fines de los ’20 en el territorio, que marcan los rasgos distintivos de su estructura productiva, y por otro, la procedencia y conformación del proletariado rural local existente como fuerza de trabajo que contribuye a los procesos de acumulación de los colonos inmigrantes, al ser considerada “mano de obra barata”. Además, realiza un análisis estructural del sistema agroalimentario yerbatero, describiendo las relaciones empresariales, la intervención de los molinos y principalmente la de las agroindustrias secadoras. Las empresas de “secanza” influyen decisivamente en la organización del proceso de trabajo de la cosecha. Esto se articula con atención puesta en los significados simbólicos regionales localizados y construidos históricamente, que contribuyen a estructurar el mercado de trabajo, ya que se asientan en sistemas perdurables de normas y valores que orientan la acción cotidiana de los sujetos y definen los intercambios laborales, que a su vez, el mismo mercado laboral estabiliza y coordina.

El capítulo “El mercado de trabajo” analiza los variables estructurales sobre las que se asienta la dinámica de funcionamiento del mercado laboral yerbatero. Y en este sentido, la incidencia de las políticas neoliberales de desregulación de la actividad yerbatera de Misiones en general y fundamentalmente la incidencia de dicha desregulación en el mercado laboral para cosecha de yerba mate. Entre las principales variables analizadas se encuentra la residencia de los cosecheros de yerba mate, como consecuencia de migraciones rurales, lo que deviene en la nueva estructuración del mercado de trabajo yerbatero. Las barriadas obreras periurbanas de las ciudades intermedias se instituyen en espacios físicos donde se produce el intercambio entre oferentes y demandantes de fuerza de trabajo. Otra variable importante que incorpora es el desempleo, con fuerte presencia desde mediados de los ’90. Analiza la conformación de un “ejército de reserva” compuesto por una capacidad laboral territorialmente concentrada, corporativamente desorganizada y fuertemente competitiva. El contratismo es otra de las variables fundamentales que se tiene en cuenta, debido a que se constituye como una estrategia empresarial fuertemente extendida, que externaliza funciones mediante la tercerización de la cosecha y el transporte de materia prima, a fin de disminuir costos y evitar riesgos jurídicos de contratación directa. La intermediación laboral provoca el aumento de la informalidad y precariedad de los empleos asalariados yerbateros, sobre todo en los desplazamientos interzonales de cuadrilla realizados por agentes intermediarios que organizan las migraciones laborales temporales. En este sentido, el capítulo presenta una tipología de empleos según tipo de empleadores, que genera mercados internos -caracterizados por empleos directos, contratos formales, estabilidad laboral y mayor calificación del trabajador- y externos –caracterizados por la informalidad, precariedad laboral y menor calificación de los trabajadores -, lo que produce una nueva configuración estructural.

El capítulo “Condiciones de trabajo” desarrolla las condiciones de venta y compra de la fuerza de trabajo bajo la nueva estructuración del mercado laboral yerbatero. Para ello, precisa cinco momentos en el intercambio mercantil de la fuerza de trabajo: la búsqueda, la negociación, el contrato, la transferencia y la retribución. Se enfoca sobre estos dos últimos, ya que las condiciones de venta de fuerza de trabajo son las formas en las que se realizan ambos momentos, en los que se hace efectivo el intercambio, se concreta el proceso de enajenación del uso de la fuerza del trabajo y se realiza el pago. Para el caso yerbatero analiza distintas variables, ya que en la determinación efectiva del salario no sólo influye el precio fijado para el destajo sino también la forma del pago, la calidad y el tipo del producto. Así, analiza los valores del pago de trabajo a destajo, que aparenta ser la expresión más directa de las condiciones de venta de la capacidad laboral. En este sentido, el autor explica que el factor principal de la disminución del precio del destajo se explica por sobreoferta creciente de fuerza de trabajo y por la intervención de contratistas que pagan el valor del trabajo a destajo 30% menos de lo establecido. Esto contrasta con la argumentación –presente en los reclamos de los obreros- que señala la causa aparente de la caída del precio a destajo en la caída del precio de producto. Luego, el autor explica cómo los aspectos cualitativos del trabajo a destajo también influyen en el salario y tienen consecuencias cuantitativas sobre el mismo, en tanto la calidad de lo que se cosecha y la forma en la que realiza tiene incidencia en el tiempo de trabajo, y por ello, en la remuneración. A ello se suma la baja capacidad de negociación que se observa entre los cosecheros. Otras variables estudiadas son los salarios directos y indirectos. Los primeros se realizan en una variedad de combinaciones entre pago en efectivo y en mercancías, por su parte ingresos indirectos, los subsidios estatales, se vuelen fundamentales para la reproducción del hogar en períodos de desempleo luego de la zafra. La permanencia en los lugares de trabajo y la prolongación en el tiempo de las cuadrillas sin volver al hogar también forman parte de las condiciones de trabajo. Se producen situaciones de “trabajo no libre”, lo que refuerza la dependencia y la subordinación. Finalmente, el autor presenta una hipótesis que sostiene que el deterioro de las dimensiones analizadas se explica por el debilitamiento del poder de negociación de los trabajadores. Mientras que dicha debilidad se debe a la sobreoferta en el mercado laboral, agravada por la desorganización gremial-política de los asalariados como por la ausencia de regulación jurídica de las relaciones de trabajo.

En el capítulo Acciones colectivas, Rau estudia la sucesión de movilizaciones de protesta de cosecheros de yerba mate, que aparecen en Misiones por primera vez durante el año 2000 y persisten hasta la actualidad. Su análisis se enfoca en el contexto donde se producen y las formas iniciales que adquieren, para luego considerar sus formas estructurales y su dinámica. En el análisis se detiene en las particularidades de la primera protesta, conocida como “Paro Verde”: caracteriza al sujeto protagonista -productores medios y ascendidos-, sus formas de organización –asambleas- y de acción directa – paro y piquetes en rutas-, y la demanda que unifica y orienta la acción de la base: la determinación de un precio mínimo. El autor define la protesta por su composición social predominante y por el tipo de demanda, aquella propia de productores familiares capitalizados –del tipo farmers-. A partir de allí, analiza el proceso de organización independiente de los cosecheros y la constitución de sujetos de protestas con intereses propios, con una capacidad de movilización distinta a las protestas históricas del sector. Con ello, distingue las contradicciones sociales, mediante la consideración de las demandas propias –defensa de su fuente de trabajo-, sus niveles de organización y sus formas de lucha –carpas propias -. Además, analiza la otra forma de movilización típica de tareferos: la protesta contraestacional autónoma. Dicha protesta se entiende a partir de la caracterización del sujeto social protagonista -los asalariados semiocupados agrícolas-; las demandas que se vinculan con esa caracterización–las consignas “comida” y “trabajo” se asocian respectivamente a su condición de trabajadores y desocupados-; los niveles de organización -asambleas y sistemas de coordinación entre carpas para la toma decisión -; y las formas de lucha –cortes de ruta a partir del 2001-. Del análisis surge la importancia de la identificación subjetiva del trabajador con el oficio de cosechero de yerba mate, y de los factores específicos que refuerzan dicha identidad social. Asimismo, nos brinda una reflexión sobre los obstáculos históricos para la organización de acciones colectivas de este sector de trabajadores agrícolas, y sobre cómo, por el contrario, la creciente concentración de trabajadores en áreas periurbanas de las ciudades atenúa el aislamiento con respecto a los centros urbanos, como también entre quienes viven la misma situación. Por su parte, el autor afirma que las acciones de protesta de estos cosecheros adquieren mayormente la forma territorial -se desarrollan en espacios públicos, fuera de los lugares de trabajo, y confrontado más directamente con el Estado que con los empleadores-, mientras que los espacios de trabajo se muestran relativamente vacíos de protesta y resistencias. La hipótesis que sostiene argumenta que los altos niveles de sobreoferta laboral y la intervención de contratista de mano de obra, a la vez que posibilitaron gran parte del deterioro de las condiciones de venta de la capacidad laboral cosechera, obstaculizan fuertemente las posibilidades de resistencia obrera y restan condiciones para la organización y acción colectiva en los lugares de trabajo. Asimismo, señala un factor favorable para las acciones colectivas: la organización del trabajo en cuadrillas, en tanto conforma equipos de cooperación laboral relativamente estables, lo que potencia los lazos territoriales construidos en los barrios donde conviven los integrantes de aquellas.

Al final del libro, el autor presenta una sistematización de conclusiones: 1) En el examen de las estructuras fundantes del mercado laboral yerbatero se puede ver la intervención de las instituciones sociales territorialmente localizadas como condicionantes de su estructuración y restructuración. En este sentido, el trabajo asalariado para la cosecha de yerba mate en Misiones se caracteriza por un empleo étnicamente tipificado. 2) Entre los elementos más representativos de la nueva configuración estructural de dicho mercado nombra: a) la mayor estacionalidad de la mano de obra; b) la existencia regional de una sobreoferta de capacidad laboral cosechera; c) la consolidación de un amplio sector de asalariados semiocupados; d) la centralidad de las barriadas periurbana como lugares de residencia y reclutamiento de mano de obra; e) la consolidación de empresas intermediarias de contratistas de servicios de cosecha; f) la movilidad laboral inter-zonal e inter-regional de la mano de obra; g) la ampliación del segmento secundario del mercado laboral, asociado al empleo precario e informal. Posteriormente, retoma una idea importante, la vinculación entre la estructura contemporánea del mercado de trabajo yerbatero y las formas de acción colectiva de los asalariados del sector, afirmando que mientras la intermediación laboral disminuye la capacidad de negociación y la sobreoferta de capacidad laboral la condiciona negativamente, la concentración en las residencias urbanas y periurbanas permite una socialización que favorece las acciones colectivas de protesta en espacios extra-laborales, a partir de relaciones territoriales. En un último apartado, concluye que las acciones colectivas, desarrolladas principalmente por productores y asalariados, a partir de sentidos comunitarios e identidades locales, pueden ser interpretadas como un proceso de mayor “gobernancia” territorial de las actividades del sector yerbatero.

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