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Ecología austral

On-line version ISSN 1667-782X

Ecol. austral vol.19 no.1 Córdoba Jan./Apr. 2009

 

TRABAJOS ORIGINALES

Evaluación de la calidad de los bosques de ribera en ríos del NO del Chubut sometidos a distintos usos de la tierra

Adriana Kutschker1, *, Cecilia Brand2 & María Laura Miserendino1, 2

1. Fac. de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Esquel, Chubut, Argentina.
2. CONICET, Laboratorio de Investigación en Ecología y Sistemática Animal (LIESA), Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Esquel, Chubut, Argentina.

*Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Ruta 259, km 4. (9200)Esquel, Chubut, Argentina. Email: adrikut@gmail.com

Recibido: 26 de junio de 2008;
Fin de arbitraje: 29 de octubre de 2008;
Revisión recibida: 20 de noviembre de 2008;
Aceptado: 26 de diciembre de 2008

RESUMEN. El estudio de la condición ecológica de las riberas constituye un elemento relevante en el análisis integral de los cursos de agua. El objetivo del presente trabajo fue evaluar la calidad de los bosques de ribera en ríos del noroeste del Chubut en relación a los distintos usos de la tierra. A través de una versión del Índice Calidad de Bosques de Ribera (QBR) adaptada a ríos andino-patagónicos (QBRp), analizamos 24 sitios en ríos/arroyos cordilleranos bajo distintas intervenciones antrópicas. Este índice integra aspectos estructurales de la vegetación ribereña (cobertura, composición florística, estructura), morfología de la ribera y grado de intervención del terreno (canales, terrazas, diques). Los usos seleccionados fueron pastoreo doméstico, explotación forestal de bosque nativo, plantaciones de exóticas y urbanizaciones. Se incluyeron además sitios de referencia en bosques nativos no intervenidos y en áreas preurbanas. Se relevó información relacionada con la cobertura vegetal ribereña y su estructura vertical y complejidad, la morfología de las riberas y el grado de naturalidad del canal fluvial. Tanto los tramos estudiados como los usos analizados mostraron diferencias entre sí. Los sitios de menor calidad de ribera resultaron ser los de arroyos urbanos aguas debajo de la urbanización, y los que atraviesan áreas sometidas al pastoreo. Los bosques de lenga y ñire sin explotación registraron el mejor estado ecológico y no se registraron sitios con muy mala calidad de sus riberas. La presencia de vegetación en las riberas determinó una mejor condición de los ecosistemas ribereños, aún cuando presentara dominancia de especies exóticas.

Palabras clave: Calidad ecológica; Hábitat ribereño; QBR; Ríos patagónicos.

ABSTRACT. Quality assessment of riparian corridors in streams of northwest Chubut affected by different land use: The proper evaluation of the ecological status of rivers requires the study of the riparian conditions as a crucial tool for the integral assessment of watercourses. The goal of this paper was to assess the quality of the riparian ecosystems of northwestern Chubut rivers subjected to different land uses. We adapted the Riparian Quality Index (QBR) to the Andean Patagonian rivers (QBRp). This index integrates structural aspects of vegetation (cover, floristic composition, vertical structure), morphology of the riparian corridor and level of land modification (streams, terraces, dikes). It was applied to 24 mountain stream sites subjected to different human activities. The selected land uses were: grazing, logging practices in native forest, plantations of exotic species and urbanizations. Reference sites were included in native woody areas with no exploitation and upstream of urban areas. We documented the following characteristics of the vegetation: cover, vertical structure and complexity; we assessed bank morphology and the degree of human alteration of the fluvial channel. QBRp values differed among land use types and among sites. The most impacted sites were rivers downstream of urban areas and flowing through pasture sites while the best ecological status was recorded on reference native forest sites. No riparian corridors in a very bad condition were found. Rivers with forested banks, even those with plantations of exotics, showed the best quality conditions in the riparian corridor.

Keywords: Riparian ecosystem; Ecological quality; Patagonian streams; QBR.

INTRODUCCIÓN

Los arroyos y ríos corresponden a uno de los tipos de ecosistemas más afectados por las actividades humanas (Master et al. 1997; Naiman & Turner 2000; Allan 2004). Los ciclos de los nutrientes (Meyer et al. 1999), la composición de especies (Ward 1998; Jansson et al. 2000a), la estructura trófica (Wootton et al. 1996) y la aptitud de miles de kilómetros de arroyos y ríos en el mundo han sido muy alterados respecto de su estado natural. Las principales causas de estas alteraciones son la regulación del caudal, la introducción de especies exóticas y el cambio en el uso de la tierra aledaña, que han determinado la desaparición de la heterogeneidad ambiental natural en los paisajes ribereños. Esto ha resultado en impactos graves en la biodiversidad y en los procesos ecológicos de los ríos (Ward 1998; Strayer et al. 2003; Townsend et al. 2003; Allan 2004).

Los sistemas ribereños son heterogéneos, complejos y difíciles de estudiar (Chovanec et al. 2000; Reed & Carpenter 2002; Allan 2004). Como zonas de transición o interfase cumplen la función de filtro y actúan como sistemas depuradores al evitar la erosión de las riberas, amortiguar el ingreso de contaminantes y regular la temperatura y la entrada de luz, lo que repercute en la estructura y la dinámica de los diferentes niveles tróficos (Newbold et al. 1980; Osborne & Kovacic 1993; Dudgeon 1994; Scarsbrook & Halliday 1999; Pettit et al. 2001; Scarsbrook et al. 2001). El modelo del River Continuum (Vanotte et al. 1980) describe la estructura y la función de las comunidades acuáticas a lo largo de un sistema hídrico. Según este concepto, las comunidades desarrollan estrategias biológicas y dinámicas a lo largo del sistema, que a su vez está gobernado por factores físicos. De esto se desprende que las interacciones entre ecosistemas acuáticos y terrestres son múltiples (Ward 1989) y las alteraciones a nivel de cuenca pueden producir desviaciones en el equilibrio natural de los cuerpos de agua (Prat & Ward 1994).

En ciertos arroyos norteamericanos, los efectos de la transformación de bosques nativos en pasturas se han relacionado con la pérdida de la vegetación ribereña, con la disminución del sombreo y con el incremento de sedimentos y nutrientes (Mac Strand & Merrit 1999). El desmonte extensivo de tierras, el pastoreo de ganado, la agricultura y el desarrollo urbano e industrial han conducido a la degradación sustancial de las condiciones de las riberas, del hábitat interior de los ríos y de la calidad del agua en muchos arroyos y ríos del este de Australia (Kennard et al. 2006). Las prácticas forestales como plantación, mantenimiento y cosecha han resultado en modificaciones serias sobre ecosistemas lóticos de Nueva Zelanda (Harding & Winterbourn 1995). La introducción de especies exóticas en los corredores ribereños (coníferas, salicáceas) ha producido cambios en la biota acuática, que de manera directa o indirecta aprovecha los recursos orgánicos (hojarasca) que se incorporan desde el exterior (Graça 2001). En la Patagonia, la deforestación, la urbanización, la expansión de la agricultura, la desertificación, la contaminación y la introducción de especies, constituyen algunos de los procesos o actividades que en mayor o menor medida degradan estos ecosistemas (Pizzolón et al. 1996; Miserendino 2004; Temporetti 2006; Miserendino et al. 2008).

El análisis de los sistemas ribereños para El análisis de los sistemas ribereños para cuantificar y calificar su calidad ecológica requiere aproximaciones integrales (Barbour et al. 1999). En la actualidad existen numerosas metodologías para valorar de forma rápida y sencilla las riberas, y el índice de Calidad del Bosque de Ribera (QBR) propuesto por Munné et al. (1998a, 2003) es una de las más difundidas. El QBR integra aspectos estructurales de la vegetación ribereña (cobertura, estructura), aspectos de la morfología de la ribera y el grado de intervención del terreno (canales, terrazas, diques). Ha sido aplicado con buenos resultados en distintos ríos españoles y portugueses (González del Tánago & Antón 1998, 2000; Prat et al. 1999; Carrascosa & Munné 2000; Suárez & Vidal-Abarca 2000; Suárez et al. 2002) y en la Argentina se ha utilizado en cursos de agua de la provincia de Tucumán (Sirombra et al. 2006).

Si bien en la Patagonia se han realizado investigaciones ecológicas en ríos, ninguna contempló la valoración de los ecosistemas ribereños. El objetivo de este trabajo es evaluar el estado ecológico de las riberas en 21 ríos patagónicos en sitios sometidos a diferentes usos. A su vez, comparamos los valores del Índice de Calidad de Bosques de Ribera de estos sitios con los valores en sitios de referencia con el fin de determinar qué intervenciones degradan más el sistema ribereño o disminuyen la calidad de sus bosques.

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de Estudio

El área de estudio se extendió en una franja estrecha al NO de la Provincia del Chubut, desde los 42 ºS hasta los 44 ºS. Esta franja abarcó el bosque subantártico, dominado por especies de Nothofagus, y el bosque de transición, caracterizado por Austrocedrus chilensis (ciprés de la cordillera) y por Maytenus boaria (maitén) (Figura 1). La región presenta características ecológicas particulares, determinadas por la dinámica que se establece entre estos dos ambientes, uno definido por un relieve montañoso e influenciado por la acción glaciaria en la cordillera andina, y el otro, hacia el este, con mesetas recortadas que descienden hacia los valles de los ríos principales, con serranías bajas y planicies glacifluviales (Roig 1999). El clima de la región se clasifica como templado frío a frío húmedo cordillerano, con un marcado gradiente oeste-este de precipitaciones nivales y pluviales durante los meses invernales, con valores desde 3000 mm/año en la cordillera y 150 mm/año hacia la meseta del este. Los veranos son templados a frescos, y hay probabilidad de heladas durante gran parte del año (121.4 días/año). La temperatura media de la estación cálida no supera los 20 ºC y la media anual no supera los 9 ºC. Desde el punto de vista fitogeográfico, las áreas seleccionadas pertenecen al Distrito del Bosque Caducifolio de la Provincia Subantártica, el cual está dominado por especies arbóreas de follaje caedizo como Nothofagus pumilio (lenga), que a la latitud estudiada ocupa el límite altitudinal del bosque por encima de los 800 m.s.n.m., y N. antarctica (ñire), y por N. dombeyi (coihue) y Austrocedrus chilensis (ciprés de la cordillera) entre las perennifolias. En la transición del bosque con el Distrito Occidental de la Provincia Patagónica, la vegetación alterna entre bosques de Maytenus boaria (maitén), Lomatia hirsuta (radal), Schinus patagonicus (laura) y parches de ciprés de la cordillera, con estepas arbustivas, subarbustivas y graminosas típicas del ecotono (Cabrera & Willink 1980). Los ríos de la región se alimentan principalmente de las precipitaciones pluviales y nivales, cuyo régimen de descarga presenta dos picos máximos al año, el primero debido a las fuertes precipitaciones invernales y el segundo causado por el derretimiento de hielo y nieve en las montañas (Coronato & del Valle 1988).


Figura 1
. Ubicación de los sitios de estudio, Noroeste de Chubut, Patagonia Argentina. Código de los sitios en Tabla 1.
Figure 1. Location of sampling sites, Northwest Chubut, Patagonia, Argentina. Site codes as in Table 1.

Tabla 1. Sitios de estudio ordenados según usos de la tierra, y características físicas de las 24 estaciones de muestreo en ríos/arroyos de Patagonia (Agentina).
Table 1. Study sites, physical characteristics and land use of the 24 sampled stream sites in Patagonia (Argentina).

Índice de Calidad de los Bosques de Ribera para ríos andino-patagónicos (QBRp)

La vegetación ribereña es aquella que se desarrolla en las áreas adyacentes a un sistema fluvial, en el sector comprendido entre la orilla y la ribera propiamente dicha. Esta última corresponde a la zona inundable en crecidas de gran magnitud (a intervalos de hasta 100 años), donde pueden estar incluidas varias terrazas aluviales. Para evaluar la calidad de los bosques de ribera en los ríos de áreas cordilleranas patagónicas se utilizó el índice QBR propuesto por Munné et al. (1998a) para los ríos mediterráneos. Este índice se centra en aspectos fundamentales de la vegetación ribereña, los que se agrupan en cuatro secciones. La primera se relaciona con el grado de cobertura vegetal del corredor ribereño y destaca el papel de la vegetación como elemento estructural del ecosistema de ribera. La segunda sección analiza la complejidad de la vegetación, teniendo en cuenta su estructura vertical. En la tercera sección se determina la morfología de las riberas y, según el tipo morfológico definido, se establece el número óptimo de especies arbóreas nativas que deberían registrarse en el tramo analizado. La presencia de especies arbóreas exóticas penaliza en este punto el valor del índice. La última sección evalúa la naturalidad del canal fluvial, la cual puede verse alterada por la modificación de las terrazas adyacentes al río, la construcción de estructuras sólidas transversales al cauce, entre otras (Munné et al. 1998a, 2003). Las secciones descriptas son evaluadas a partir de una planilla de campo y son valoradas con una puntuación de 0 a 25. La suma de todas las secciones determina el valor del índice QBR, el cual varía entre 0 y 100.

En este trabajo se modificaron algunas secciones de este índice, obteniéndose el QBRp (Índice de Calidad de Bosques de Ribera para ríos andino-patagónicos). Las modificaciones incluyeron el cambio del número óptimo de especies que debiera presentar el tramo estudiado y un listado de especies arbóreas/arbustivas nativas y exóticas presentes en bosques de ribera de los ríos cordilleranos de Patagonia (Anexo I). Esto se realizó considerando que un rasgo relevante de esta región es la presencia de bosques monoespecíficos (lenga, ciprés). En relación con la sección sobre naturalidad del canal fluvial se desglosó el ítem de las modificaciones de las terrazas adyacentes al lecho del río, incorporando las premisas "con" y "sin" reducción del canal y se eliminaron las penalidades. Esto se realizó debido a las características que presentan los cursos de agua cordilleranos en relación al grado de intervenciones. Finalmente, en la propuesta de Munné et al. (1998a) el protocolo establece que en la suma de cada sección, los valores negativos se redondeen a cero y los superiores a 25 se lleven a 25, de forma que el intervalo de variación del QBR se extienda entre 0 y 100. Este procedimiento implica infravalorar las riberas que presentan el mejor estado de conservación y supravalorar las muy degradadas (Suárez et al. 2002). A los efectos de que la suma no fuera inferior a 0 ni superior a 25, se modificó la puntuación de todos los ítems incluidos en las cuatro secciones. Además, se establecieron nuevos rangos de calidad de ribera: >90: estado natural; >70- 90: calidad buena; >50-70: calidad intermedia; >25-50: calidad mala; = 25: calidad pésima. La planilla con los nuevos parámetros y valores adaptados a los ríos cordilleranos se presenta en el Anexo I.

Muestreo

Para evaluar el efecto de los distintos usos de la tierra en el estado ecológico de las riberas se seleccionaron cinco usos: pasturas, plantación con exóticas, urbanización, explotación de bosque de lenga y explotación de bosque de ñire; se establecieron además sitios de referencia preurbanos en los bosques de lenga y de ñire a los efectos de contrastar los resultados obtenidos (n=3 para cada uso y puntos de referencia, Tabla 1). Las áreas bajo pastoreo en general se ubicaron en antiguos bosques de ñire, de los cuales solo quedan algunos parches relictuales. Su fisonomía varió desde praderas graminosas, con alta cobertura de herbáceas, hasta zonas pedregosas con vegetación rala dominada por hierbas exóticas.

Las plantaciones de exóticas estuvieron dominadas por pino ponderosa (Pinus ponderosa), pino radiata (Pinus radiata), pino oregón (Pseudotsuga menziesii) y pino murrayana (Pinus contorta var. latifolia). En los bosques nativos y no explotados de lenga (Nothofagus pumilio) y ñire (N. antarctica) se distinguieron los estratos arbóreo, arbustivo y herbáceo, característicos de cada tipo forestal; no así en los sistemas sometidos a explotación donde además de caminos de acceso y transporte de material, se observó una menor cobertura en los distintos estratos de vegetación y algunos claros directamente desprovistos de ella, en particular en los bosques de lenga cuya explotación ocurre por encima de los 800 m.s.n.m.

Las zonas urbanizadas correspondieron a las localidades de Esquel (30977 habitantes), Cholila (2190 habitantes) y Corcovado (1848 habitantes). En estas áreas se estableció un sitio de muestreo aguas arriba del asentamiento poblacional y otro aguas abajo.

Los sitios de referencia de los ambientes urbanos, además de no estar afectados por la intervención que se deseaba investigar (Bulleri et al. 2007), fueron sitios mínimamente disturbados y comparables con el sitio impactado. Es decir similares en términos de geología, clima, estacionalidad y características fisicoquímicas incluyendo composición del sustrato. A su vez la existencia de una base de datos ambientales completa del sistema (Miserendino & Pizzolón 2000) posibilitó una mejor selección de sitios especialmente en el Sistema Esquel-Percy. En este sentido, el sitio de referencia inicialmente previsto para la ciudad de Esquel tuvo que ser relocalizado debido a obras de canalización y realineamiento durante el período de estudio.

En cada sitio de muestreo se seleccionó un tramo a relevar representativo del río/arroyo, de 150 m de longitud aproximadamente y del ancho potencial de la ribera, la cual se consideró como la zona inundable en crecidas de gran magnitud. La información requerida para completar las cuatro secciones del QBRp para cada tramo del río se registró en las planillas de campo diseñadas a tal fin. Se tomaron fotografías con el objeto de tener registro de cada sitio y poder confirmar a posteriori la estructura vertical y el porcentaje de cobertura vegetal, determinados a campo.

Análisis estadísticos

Para establecer si las diferencias observadas en los valores de QBRp entre usos eran significativas, se realizó un análisis de varianza no paramétrico de una vía por rangos (Kruskal- Wallis, P<0.05), seguido de test a posteriori (prueba de LSD, P<0.05) cuando dichas diferencias fueron significativas (Sokal & Rohlf 1995). Para determinar las relaciones ambientales entre los valores generados por las distintas secciones del QBRp se confeccionó una matriz de correlación por sitio (Pearson), que fue utilizada para producir un ordenamiento no linear empleando el programa Multidimensional Scaling (Statistica 6.0).

El objetivo del análisis fue detectar dimensiones significativas que le permitan al investigador explicar similitudes o desigualdades observadas (distancias) entre los objetos investigados (Ludwing & Reynolds 1988). En este método de ordenamiento, el diagrama generado prioriza preservar las distancias o disimilitudes originales y es recomendado cuando los datos se comportan en forma no linear (Gotelli & Ellison 2004). Posteriormente se extrajeron los ejes MDS1 y MDS2, y se calculó la influencia de las variables ambientales registradas mediante análisis de correlación no paramétrico de Spearman (P<0.05).

RESULTADOS

Los valores del QBRp oscilaron entre 25.5 y 100 (sitios LMD, urbano, y BAG-ALO, bosque nativo sin explotar, respectivamente) (Tabla 2). Los sitios MG (pastura) y CD (urbano) mostraron los valores más bajos en las secciones relacionadas con el grado de cobertura vegetal de la zona ribereña, y la estructura y calidad de la cubierta. El sitio MG exhibió una escasa cobertura vegetal, representada en mayor proporción por herbáceas exóticas (Plantago lanceolata, Rumex acestosella, Artemisia absinthium y Trifolium repens). El sitio CD atraviesa el sector urbanizado de la localidad de Corcovado y presentó ambas márgenes con 30 a 40% de cobertura arbórea exótica, un estrato arbustivo con Cytisus scoparia, Rosa rubiginosa, Conium maculatum, y entre las herbáceas, Verbascum thapsus, Plantago lanceolata, Rumex acetosella, Medicago lupulina, Matricaria recutita, Capsella bursa-pastoris, Carduus thoermeri y Cirsium vulgare, entre otras. Los sitios CAJ, PIP, EU y LMD mostraron los valores más bajos para la sección naturalidad del canal fluvial, presentando situaciones de dragado tanto del canal como de la zona de ribera y tala de ejemplares arbóreos del corredor ribereño.

Tabla 2. Valores de cada sección del QBRp y QBRp total para los 24 sitios de muestreo, y clasificación por color. Códigos de sitios en Tabla 1.
Table 2. Partial QBRp for each of four sections: 1) vegetation cover of the riparian corridor, 2) vegetation structure (vertical structure, complexity, 3) morphology of the riparian corridor, 4) degree of human alteration of the fluvial channel, and total QBRp values for the 24 sampled sites and colour classification. Site codes as in Table 1.)

Los mayores valores de QBRp total se obtuvieron en los sitios de referencia de bosque nativo de ñire y lenga sin explotación (Tabla 2). El análisis ANOVA de Kruskal Wallis por rangos mostró que hubo diferencias significativas entre los valores de QBRp por usos de la tierra (H(7, n=24)=20.2, P<0.005). Los sitios en bosque de ñire y lenga sin explotar y bosque de lenga explotado presentaron valores de QBRp significativamente mayores que el resto de los usos: pastura, urbano y plantaciones de exóticas, con excepción de ñire explotado (Tabla 3, Figura 2).

Tabla 3. Clasificación del estado ecológico de las riberas de los sitios estudiados según distinto uso de la tierra.
Table 3. Riparian conditions of the study sites according to land use.


Figura 2. Distribución de los valores de QBRp por uso de la tierra en todos los sitios de estudio. Líneas: ±1.96 SE, cajas: ±1 SE, cuadrado negro representa la media. Letras diferentes indican diferencias significativas entre usos (P<0.05) según el test de diferencias mínimas (LSD).
Figure 2. Distribution of QBRp values according to land use for all sites. Bars show ±1.96 SE, boxes: ±1 SE, black squares: the mean. Different letters show significant differences among sites (P<0.05) as indicated by the test of the Least Significant Differences (LSD)

El ordenamiento de los sitios en las dos primeras dimensiones mostró que en el extremo negativo del primer eje se agruparon los sitios con mejor calidad de cubierta localizados a mayor altura (CAJ, EU, PIP), incluyendo varios sitios de referencia (V1, V2, ALO, BAG, GUIN), con valores máximos de QBRp (Figura 3). En el extremo positivo de dicho eje se ubicaron los sitios de menor calidad de cubierta (CU, CD, LMD) y de mayor valor de tipo morfológico (ED, CD, LMD), todos correspondientes a tramos de arroyos urbanos. En el extremo negativo del segundo eje se agruparon los sitios con menor estructura de la vegetación, que corresponden a pasturas (NyF, MG). Hacia el extremo positivo de este eje aumentó la naturalidad del canal de los sitios y disminuyó el tipo morfológico siendo un valor extremo el sitio CU. Por último en el cuadrante superior derecho quedaron agrupados todos los tramos de arroyos que presentan comunidades dominadas o pobladas por especies exóticas (pinos, sauces). Las variables más importantes en explicar el ordenamiento de los sitios fueron calidad de ribera, altitud y cobertura vegetal (r>0.77, P<0,001) (Tabla 4).


Figura 3
. Ordenamiento de los sitios de estudio según el método Multidimensional Scaling basado en los valores de las variables del QBRp. (Stress=0.083). Se consignan las variables que mostraron una correlación significativa con los ejes extraídos (Spearman correlation coefficient P<0.05).
Figure 3. Multi-dimensional scaling ordination of sites using the values of the QBRp variables. (Stress=0.083). Variables with significant correlation with a dimension are shown (Spearman correlation coefficient P<0.05).

Tabla 4. Valores de correlación de Spearman y significancia de los ejes extraídos del ordenamiento Multidimensional Scaling y las variables correspondientes al QBRp. (**<0.001, *< 0.05; ns: no significativo).
Table 4. Values of the Spearman correlation coefficient and significance of Multidimensional Scaling axes and QBRp variables. (**<0.001, *< 0.05; ns: not significant).

DISCUSIÓN

El presente estudio reveló que la aplicación de índices de calidad de bosques de ribera como el QBR (Munné et al. 1998a, 2003) facilita la valoración comparativa del estado ecológico de las riberas. Los usos con consecuencias más severas sobre el corredor ribereño fueron las pasturas y las urbanizaciones. Esto es coincidente con lo observado por Sirombra et al. (2006) para sitios periurbanos en Tucumán. Entre los sitios preurbanos, Esquel (EU) registró la mejor calidad de ribera, reflejada en la estructura y estado de la cubierta vegetal, porque aún conserva una importante cobertura de especies nativas.

En los sitios sometidos a pastoreo se presentaron situaciones de calidad de ribera desde intermedia a mala. El caso más crítico correspondió a MG (pastura en Carrenleufú), donde la vegetación original ha prácticamente desaparecido, y persiste una escasa cobertura de herbáceas exóticas. Esta transformación de bosques nativos en pasturas afecta las cuencas de drenaje, lo cual repercute en las condiciones características de cada río. El efecto de la ganadería se relaciona con la pérdida de la vegetación ribereña, que significa tanto pérdida de protección por sombreo como de aporte de materia orgánica gruesa (Merrit & Cummins 1996). Por otro lado, las pasturas forman praderas graminosas que invaden el canal del río (Zimmerman et al. 1967); esta situación se registró en el sitio NyF (pastura en Futaleufú), lo que resultó en un mayor valor del índice respecto a los otros sitios de pastura.

Los ríos en bosques de lenga con y sin explotación presentaron calidad de ribera buena a muy buena, al igual que en ñirantales sin explotación. En general se trata de cursos de agua de cabecera, ubicados en zonas alejadas y en algunos casos inaccesibles, o bien con adecuadas prácticas silviculturales. El sitio de referencia HUEM (Percey), presentó una menor calidad de sus riberas y si bien allí no se realizan actividades extractivas de lenga, se observó el ingreso de ganado vacuno al área. Los arroyos en bosques de ñire con explotación presentaron riberas ligeramente perturbadas o con una alteración importante, particularmente en el sitio PIP (Futaleufú). Esta estación presentó el índice más bajo para un bosque nativo, debido al manejo inadecuado que se realiza en el sector estudiado, que incluye la extracción de ejemplares para leña aún en el área buffer y la disposición incorrecta del material de descarte (ramas, troncos, raíces) en el cauce del río.

En el sitio PAT (pinar, Puelo), el índice aplicado al bosque implantado refleja una de las situaciones observadas más extremas. Allí no existe un sotobosque y el estrato inferior está cubierto de un colchón de 10 cm de acículas, que constituye además el material alóctono dominante observado en el curso de agua. En ríos de Patagonia argentina y chilena, se ha demostrado que el mecanismo de procesamiento de la hojarasca por parte de la biota acuática es afectado como consecuencia de la sustitución de bosque nativo por bosque de coníferas (Valdovinos et al. 2001; Albariño & Balseiro 2002).

Entre las modificaciones realizadas al índice para adecuarlo a los ríos de áreas cordilleranas patagónicas, las relacionadas con el número óptimo de especies que debiera presentar el tramo estudiado se basaron sobre la presencia de bosques monoespecíficos en la región andino-patagónica. Ya en trabajos previos, Carrascosa y Munné (2000) establecieron la necesidad de no penalizar la ausencia de un estrato arbóreo multiespecífico en ríos españoles de alta montaña. Los cambios en la sección naturalidad del canal fluvial, se realizaron en función de las características de los cursos de agua cordilleranos en relación al grado de intervención antrópica. En la región estudiada solo se cuenta con una represa hidroeléctrica, no se registran azudes (típicos de la zona serrana del norte de Argentina) y las acciones de regulación de caudal no son usuales. Sin embargo, las prácticas de dragado son bastante frecuentes, como así también la construcción de estructuras rígidas para la contención de riberas (gaviones, bloques de cemento). A diferencia de los ríos de países desarrollados (Stanford & Ward 1993; Prat & Ward 1994; Munné et al. 1998a, 2003; González de Tánago & García Jalón 2006), las canalizaciones en Patagonia están restringidas a tramos acotados de los cursos de agua, en su mayoría asociados a sectores urbanos.

Es importante resaltar que los datos obtenidos a partir de la aplicación del índice corresponden a observaciones puntuales en un momento dado y en un tramo particular del curso de agua, lo que impide hacer generalizaciones espaciales y temporales en relación a la calidad de una ribera. Específicamente, luego del momento de realizar este estudio, el sitio de pastura LÑ (Carrenleufú) sufrió intervenciones que alteraron fuertemente el cauce y corredor ribereño asociado, lo que modificaría negativamente la sección referida a la naturalidad del cauce. Esto evidencia que este índice constituye una herramienta sencilla y rápida de aplicar, pero a su vez sumamente dinámica. Asimismo, la aplicación del índice resulta útil para reconocer la similitud o diferencia entre las condiciones actuales y las de referencia de cada zona, en términos de composición y dinámica de las respectivas formaciones vegetales. Uno de los factores positivos de este estudio fue precisamente que, en la mayoría de los casos, se pudieron establecer sitios en estado natural o de referencia, mientras que otros autores han tenido dificultades para localizar sitios inalterados (Munné et al. 1998a, 2003; Suárez et al. 2002), lo que limita tanto la aplicación como la interpretación de los resultados.

El desarrollo de políticas de manejo de las riberas para asegurar la integridad ecológica del sistema fluvial a largo plazo resulta fundamental (Naiman et al. 2002; Harding et al. 2006). En trabajos de usos urbanos se destaca la utilización de multimétricos e índices de valoración que permiten un abordaje integral de los ecosistemas acuáticos (Barbour et al. 1999; Prat et al. 1999; Miserendino et al. 2008). En la actualidad se está validando la utilización del índice con variables ambientales y biológicas, como algunas basadas en la comunidad de macroinvertebrados bentónicos (Miserendino et al. 2008). Esto demuestra la interacción fuerte que existe entre el río y el ecosistema terrestre adyacente, y es -justamente- el bosque de ribera el que sustenta la conectividad entre ambos ambientes. Los bosques de ribera constituyen un elemento clave para la evaluación del estado ecológico de los ríos y es imperativo el desarrollo de indicadores biológicos para un manejo sustentable de las áreas boscosas (Kotwal et al. 2008). El índice QBRp podría ser utilizado como una herramienta de gestión importante en los cursos de agua patagónicos.

ANEXO I

AGRADECIMIENTOS

Al Dr. Miguel Archangelsky (LIESA-UNPSJB) por la revisión del resumen en inglés. A la Lic. Carolina Masi por su colaboración en las tareas de campo. Este trabajo fue financiado por el PIP 5733 - CONICET y por la AWARE PROJECT FOUNDATION P-001036 (USA). Contribución Nº 42 del LIESA.

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