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Ecología austral

On-line version ISSN 1667-782X

Ecol. austral vol.20 no.3 Córdoba Sept./Dec. 2010

 

EDITORIAL

Veinte años de Ecología Austral en números

Este año, cuyas últimas horas se nos escapan inexorablemente de las manos, estuvo lleno de celebraciones trascendentes para Ecología Austral y, naturalmente, para todos los que pertenecemos a la Asociación Argentina de Ecología. Además de haber tenido la siempre estimulante oportunidad de reencontrarnos en la Reunión de Ecología, allá por agosto, celebramos los primeros veinte años de publicación ininterrumpida de la revista. Estos veinte años que, en el contexto de una presión creciente por publicar nuestro trabajo en foros de alta visibilidad, lo vuelven un aniversario más meritorio aún.

En las editoriales de los primeros dos números aparecieron ensayos acerca de muchos de los elementos que hacen a la identidad, el funcionamiento y las perspectivas de la revista. El papel que cumple para los investigadores más jóvenes, para difundir aspectos relevantes de nuestros ecosistemas y para la docencia. La transformación de su impronta de ecología más "pura" hacia una más enfocada en problemas ambientales frecuentemente asociados a la actividad humana. En relación con los aspectos estrictamente editoriales se reflexionó sobre la importancia de estar a tono con los cambios tecnológicos, que involucraron desde la utilización de sistemas expertos para el procesamiento de los manuscritos hasta la publicación gratuita on line de los artículos. Se escribió sobre el aumento de la frecuencia de aparición y hasta un valioso ejercicio reveló que el factor de impacto real de Ecología Austral no difiere del de otras revistas de la disciplina, incluidas en el Science Citation Index.

En este editorial pretendo despedir el año brindándoles, por un lado, el panorama de algunos parámetros que describen el funcionamiento de la revista desde sus comienzos. Por otro lado, comentaré algunas perspectivas futuras y algunas acciones concretas que marcarán el comienzo de los próximos veinte años.

En la actualidad, Ecología Austral recibe unos 6 manuscritos por mes, un número que si bien aspiro a que crezca, supera ampliamente el par de manuscritos que recibíamos durante los primeros años (Figura 1a). Esta tendencia ascendente se ha mantenido durante estos veinte años y me gusta pensar que es el resultado de que nuestro sistema académico se está fortaleciendo a la vez que crece la proporción de ecólogos que eligen la revista para difundir su trabajo. Este número creciente de contribuciones, en parte, permitió un aumento en la cantidad de artículos publicados por año (Figura 1b) y en la frecuencia de aparición de la revista que pasó de 2 a 3 números por año.


Figura 1
. Evolución de 5 parámetros del funcionamiento de Ecología Austral durante los últimos veinte años. En el panel "d", el tiempo de arbitraje comienza en 1998 porque no se consiguieron los datos previos.

Los 24 artículos anuales de hoy no son de ninguna manera la consecuencia de una disminución en el índice de rechazo. Por el contrario, durante estos años el índice de rechazo, que es del 60%, se mantuvo relativamente alto, (Figura 1c). Es decir que de 10 manuscritos que llegan, 6 son rechazados para su publicación. Este índice varió bastante en el tiempo, sobre todo hubo años con índices muy bajos que en general coinciden con la aparición de números o secciones temáticas por invitación en las que la calidad de las contribuciones publicadas no varía con respecto a la habitual pero, por diversas razones, se rechazan menos manuscritos.

Otro elemento central del funcionamiento de la revista es el tiempo de procesamiento de un manuscrito. En la actualidad, el tiempo medio desde la recepción del manuscrito hasta la emisión del dictamen es de 4 meses (Figura 1d). Este parámetro ha tenido momentos mejores pero también peores. No obstante, un aspecto en el que indudablemente estamos mejor, es en el tiempo desde la recepción del manuscrito hasta la fecha real de publicación. Este período se ha reducido, y sostenido durante los últimos tres años, en ocho meses y claramente fortalece a la revista (Figura 1d). Si bien no logré precisar la fecha cierta de aparición de los volúmenes anteriores al 2007, sí tengo la certeza de que desde esa fecha hasta el presente hemos logrado publicar la revista dentro del mismo mes de publicación nominal (abril, agosto y diciembre).

Finalmente hay un último parámetro digno de mención, que es la proporción de autores extranjeros que eligen Ecología Austral para difundir su labor. Esa proporción muestra dos períodos que se distinguen con bastante claridad; entre 1991 y 2003 casi el 7% de los artículos correspondió a autores extranjeros, mientras que desde 2004 hasta el presente esa proporción creció hasta algo más del 18%. La mayor parte de los autores provienen de Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia y también constituye una fortaleza para la revista porque es un primer paso indispensable para aumentar su impacto sobre la comunidad científica regional.

Perspectivas para los próximos veinte años

Más allá del considerable hormigueo en el estómago que me produce imaginar la revista de acá a los próximos veinte años, estoy en condiciones de compartir algunas ideas y acciones que están en marcha y repercutirán en lo que vendrá. Esencialmente vislumbro un período de crecimiento en cantidad, diversidad temática y calidad de contenidos. En los últimos meses tuvieron lugar un par de eventos que me permiten ser optimista al respecto. Por un lado, logramos automatizar algunas etapas del proceso editorial que nos llevaban mucho tiempo, solo por no utilizar la tecnología más adecuada. Para no aburrirlos con detalles, la novedad es que la Asociación invirtió dinero en la tecnología que permitirá que el populoso equipo editorial (Mariana Musicante y yo!) dediquemos una mayor proporción de nuestro tiempo a tareas que aumentarán la visibilidad de la revista. Por otro lado, logré dar un paso tan planificado como demorado, y por estos días la Comisión Directiva de la Asociación está evaluando una propuesta de ampliación de los editores asociados que incorporará, en principio, a siete colegas especialistas en distintas áreas del conocimiento ecológico. Esta incorporación garantizará una mejora en los tiempos de procesamiento de los manuscritos y en el resto de los parámetros descriptos en este editorial, incluso en las probabilidades de que la revista sea incorporada al Science Citation Index, una evaluación que, por segunda vez en veinte años, estamos transitando.

Finalmente, creo que los próximos veinte años serán el escenario donde tendrán lugar la discusión, reflexión y toma de decisiones acerca de alternativas que ya se plantean hoy. Para mencionar solo algunas, estos dilemas son asociarse con otras revistas locales y regionales, delegar parte del funcionamiento en una editorial privada, publicar solo en inglés, remunerar económicamente a los editores... y otros más sobre los cuales, en este momento, no tengo una clara posición tomada, y creo que tampoco la tenemos como comunidad. El tiempo lo dirá y entre todos tenemos el deber de construir una posición que refleje nuestra idiosincrasia.

¡Feliz 2011 para todos los lectores!

María Semmartin
Editora

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