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Salud(i)Ciencia

versión impresa ISSN 1667-8682versión On-line ISSN 1667-8990

Salud(i)ciencia vol.22 no.7 Ciudad autonoma de Buenos Aires nov. 2017

 

CRÒNICAS DE AUTORES

Salud mental de las madres en duelo luego de una catástrofe natural

Women's mental health after lost only child in an earthquake

 

Yao Xu 1

1 University of Melbourne, Melbourne, Australia

Yao Xu describe para SIIC su artículo editado en Bulletin of the World Health Organization 92(5):348-355, mayo 2014

 

 

Melbourne, Australia (especial para SIIC)

El duelo traumático, por ejemplo aquel generado por la pérdida de un hijo en una catástrofe natural, puede tener consecuencias graves a largo plazo sobre la salud mental de los individuos. Entre ellos es especialmente frecuente el aumento de la vulnerabilidad para padecer trastornos psicológicos como la depresión, la ansiedad, el trastorno por estrés postraumático (TEPT) y el duelo patológico (DP). Los padres que pierden un hijo pequeño o adolescente (< 19 años) tienen riesgo mayor de padecer trastornos mentales en comparación con los que pierden un hijo adulto. Más aún, las madres en duelo serían más vulnerables a la morbilidad psicológica en comparación con los padres en duelo.

Hasta el momento se identificaron diferentes factores que influyen sobre la recuperación emocional luego de la pérdida de un hijo en una catástrofe natural. En primer lugar, el apoyo profesional, incluida la intervención psicológica estructurada, es efectivo para disminuir la morbilidad psicológica y puede mejorar la salud física y psicológica y la adaptación social luego de una experiencia traumática. En segundo lugar, el apoyo social por parte del cónyuge, los propios padres, los amigos y los colegas también se asocia con la mejoría de la salud mental luego de la catástrofe entre los padres en proceso de duelo. En tercer lugar, la recuperación se ve afectada según los padres hayan tenido la posibilidad de ver o no ver el cuerpo de su hijo. De acuerdo con la escasa información disponible, los padres que vieron el cuerpo de su hijo se recuperaron mejor en comparación con los padres que no pudieron verlo debido a la pérdida o la desfiguración del mismo. Por último, los padres que transcurren el duelo por un hijo, pero tienen al menos otro hijo sobreviviente, presentan índices inferiores de mortalidad10 y una prevalencia menor de enfermedades psiquiátricas en comparación con los padres que perdieron un hijo único.

No se conoce el efecto de tener un nuevo hijo sobre el estado de salud psicológica de las mujeres que transcurren la situación descrita. En algunos casos, tener otro hijo se asoció en forma positiva con la disminución de los índices de depresión en los padres en duelo; en otros casos, no se halló dicha asociación. En un estudio de 18 años, realizado en un grupo de padres que habían perdido uno de sus hijos, no se observó una asociación entre haber tenido un nuevo hijo y la recuperación luego del duelo o la depresión. En la actualidad no existen estudios poblacionales sistemáticos en los cuales se investigue el efecto psicológico de tener un nuevo niño luego de perder un hijo en una catástrofe natural.

El objetivo de nuestro estudio fue comparar el estado psicológico de las mujeres que tuvieron, o no, un nuevo niño luego de perder un hijo en el terremoto que tuvo lugar en 2008 en Sichuan, China.

El presente estudio fue transversal y comunitario y se llevó a cabo en mujeres que transcurrían un duelo luego de 30 a 34 meses desde el terremoto de Sichuan de 2008. Se utilizaron entrevistas estructuradas individuales para evaluar las características sociodemográficas, las experiencias posteriores a la catástrofe y la salud mental. Las entrevistas incorporaron parámetros psicométricos estandarizados para evaluar la ansiedad, la depresión, el TEPT y el DP. También se evaluó el apoyo social. La asociación entre los síntomas psicológicos y la presencia o la ausencia de un nuevo hijo se determinó mediante un modelo ajustado que incluyó la consideración de factores potenciales de confusión.

Las entrevistas se realizaron en 244 mujeres que habían perdido un hijo en el terremoto. Debido a la política de hijo único, todas las mujeres excepto una habían perdido a su único hijo. Aproximadamente un tercio de las mujeres habían recibido alguna intervención psicológica. Una proporción considerablemente mayor de mujeres que no había tenido otro hijo revivió la intervención en comparación con las mujeres que habían tenido otro hijo.

La morbilidad psicológica fue prevalente entre las mujeres evaluadas. La depresión, el TEPT y el DP fueron los problemas más frecuentes. La prevalencia de síntomas psicológicos fue mayor entre las madres que no tuvieron otro hijo en comparación con aquellas que sí lo hicieron. En el modelo ajustado se observó que los síntomas de ansiedad (odds ratio [OR]: 3.37; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.51-7.50), depresión (OR: 9.47; IC 95%: 2.58-34.80), TEPT (OR: 5.11; IC 95%: 2.31-11.34) o DP (OR: 10.73; IC 95%: 1.88-61.39) fueron significativamente superiores entre las 116 mujeres que no tuvieron un nuevo hijo en comparación con las 110 madres que sí lo hicieron luego del terremoto.

Luego del terremoto se realizaron inversiones masivas para otorgar condiciones adecuadas de vida, brindar servicios y atención en salud mental y aplicar intervenciones psicológicas. No obstante, los problemas psicológicos prevalecieron y fueron persistentes. Es posible que la intervención psicológica no haya sido adecuada para evaluar las necesidades reales en los diferentes subgrupos de pacientes. Además, una intervención destinada a abordar múltiples problemas psicológicos, en lugar de una única cuestión, puede constituir una mejor solución para los sobrevivientes de una catástrofe natural.

El duelo por la pérdida de un hijo en una catástrofe natural no fue reconocido o abordado en forma efectiva, aunque el gobierno de China brindó servicios integrales y gratuitos de salud reproductiva a las parejas en duelo que deseaban concebir. No obstante, no pudieron complacerse las necesidades reproductivas de las mujeres con dificultades para concebir, aun mediante la aplicación de tecnologías de reproducción asistida. Con el objetivo de disminuir la carga del padecimiento psicológico a largo plazo, debería considerarse la aplicación de intervenciones específicas sobre la salud mental y reproductiva luego de la catástrofe.

Si bien tener un nuevo hijo mejoraría la recuperación, dichos niños son criados por madres con síntomas psicológicos que podrían tener una disminución de la capacidad para brindar cuidados. La atención perinatal por parte de profesionales de la salud mental también es fundamental para disminuir la morbilidad psicológica, fortalecer la relación entre la madre y el hijo y facilitar el desarrollo óptimo del niño.

 

 

Otros artículos publicados por el autor:

Xu Y, Bentley RJ, Kavanagh AM. Gender Equity and Contraceptive Use in China: An Ecological Analysis. Women & Health, 51(8), 739-758, 2011.

Xu Y, Herrman H, Tsutsumi A, Fisher J. Psychological and social consequences of losing a child in a natural or human-made disaster: A review of the evidence. Asia-Pacific Psychiatry, 5(4):237-248, 2013.

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