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Salud(i)Ciencia

Print version ISSN 1667-8682On-line version ISSN 1667-8990

Salud(i)ciencia vol.23 no.1 Ciudad autonoma de Buenos Aires June 2018

 

CRÒNICAS DE AUTORES

Obesidad Infantil: importancia para los odontólogos pediatras

Childhood obesity: implications for pediatric dentists

 

Rade Vukovic 1

1 Mother And Child Health Care Institute Of Serbia Dr. Vukan Cupic, Department Of Endocrinology, Belgrado, Serbia y Montenegro

Rade Vukovic describe para SIIC su artículo editado en Journal of Cranio-Maxilary Diseases 3(2):73-74, julio 2014

 

 

Belgrado, Serbia y Montenegro (especial para SIIC)
Si se tiene en cuenta que uno de cada 3 niños de todo el mundo tiene sobrepeso y que uno de cada 6 es obeso, se comprende por qué la obesidad infantil representa un punto de especial atención en los consultorios de odontología pediátrica. Los hábitos dietarios inapropiados y los cabios en el estilo de vida contribuyeron en la prevalencia aumentada de obesidad y de enfermedad bucal en las últimas décadas. Además, ambas condiciones se consideran problemas sustanciales en salud pública, porque los factores de riesgo para la salud general y oral en la niñez suelen persistir en la edad adulta. Por ejemplo, la presencia de caries u obesidad en la niñez representa un factor predictivo importante de aparición de caries en la dentadura permanente y de obesidad en la edad adulta.

Si bien la relación entre la obesidad infantil y las caries dentales ha sido muy discutida en la bibliografía, no existe consenso entre los profesionales en este sentido. La ingesta prolongada, frecuente y entre las comidas de tentempiés y bebidas con carbohidratos refinados fermentables aumenta el consumo de calorías y el peso corporal. Asimismo, este hábito se considera un comportamiento riesgoso, en relación con la aparición de caries. Algunos estudios sugieren una fuerte vinculación entre el índice de masa corporal (IMC) y la frecuencia de caries, ya que ambos trastornos comparten la misma etiología. En cambio, otros grupos refirieron una prevalencia elevada de caries en los niños con IMC bajo y otros no observaron correlaciones entre el IMC y la aparición de caries. Incluso se ha señalado una asociación negativa entre la obesidad y las caries dentales. En función de los resultados contradictorios, se puede concluir que la obesidad, per se, no es un buen factor predictivo de caries dentales y, de hecho, se ha observado que los pacientes obesos con buenos hábitos de higiene dental no se ven afectados. Asimismo, cuando se analiza la asociación entre la obesidad y las caries dentales es importante efectuar el ajuste estadístico según los factores de confusión, relacionados también con la aparición de caries (factores sociales, factores conductuales, higiene bucal y hábitos dietaruos, como consumo de dulces, tentempiés y gaseosas).

Se considera que el tejido adiposo es un órgano endocrino que libera citoquinas y adipoquinas inflamatorias. Estos mediadores pueden causar diversos cuadros, como inflamación sistémica crónica, un estado que podría representar una conexión entre la obesidad y la enfermedad periodontal. Debido a que la enfermedad periodontal es infrecuente en los niños, los estudios al respecto son escasos. Incluso así, tanto los odontólogos pediatras como los pediatras deberían tener presente la posibilidad de que los niños obesos pueden ser más susceptibles a presentar enfermedad periodontal.

La hiperinsulinemia y los niveles bajos de hormona de crecimiento motivan alteraciones en el crecimiento, el desarrollo y la morfología craneofacial en los niños con obesidad, en comparación con los niños de la misma edad con IMC normal. Por lo tanto, se observa crecimiento craneofacial aumentado, especialmente en el área de los cóndilos mandibulares y los procesos alveolares. En este contexto, la obesidad se asocia con prognatismo bimaxilar y dimensiones faciales amplias. Estas diferencias morfológicas deberían ser tenidas en cuenta durante el proceso diagnóstico en ortodoncia y en la planificación del tratamiento, porque pueden indicar la necesidad de intervenciones terapéuticas precoces.

La obesidad en los niños también merece atención especial para los pacientes que temen al dentista o con ansiedad y que, por ende, requieren tratamiento odontológico con sedación. Debido a que la dosis de los sedantes depende del peso, el riesgo de una sedación inadecuada es elevado -sedación excesiva cuando se utiliza el peso corporal total para el cálculo de la dosis, o sedación insuficiente cuando se aplica la masa magra. Asimismo, la sedación por inhalación puede comprometerse en los niños con obesidad, como consecuencia de complicaciones respiratorias, como la enfermedad pulmonar restrictiva inducida por el exceso de grasa y la apnea obstructiva del sueño. La evolución adversa, emocional y psicológica, en los niños con obesidad, como el aislamiento progresivo, la depresión y la percepción de rechazo pueden influir en la relación y la cooperación con el odontólogo pediatra.

La obesidad infantil afecta considerablemente varios aspectos de la salud general y oral. Los odontólogos pediatras deben estar alertas a la pandemia actual de obesidad en los niños; su participación en el rastreo, la prevención y el tratamiento precoz es de importancia decisiva. Debido a que la consulta acerca de los patrones dietarios en la valoración del riesgo de caries es una parte fundamental del examen dental, los equipos de odontología deberían ser alentados para que valoren el peso y la talla, para calcular el IMC.

También se recomienda que en los niños con sobrepeso se controle el IMC y se registre la información en la historia clínica de odontología, en el contexto de los controles odontológicos de rutina en los niños. Cuando se comprueban hábitos de vida y dietarios no saludables o aumento del peso corporal en el consultorio de odontología, los padres deben ser correctamente asesorados por los odontólogos, y los enfermos deberían ser derivados a pediatras y nutricionistas. Es necesaria una estrecha colaboración entre los odontólogos pediatras, los pediatras y los nutricionistas para que se genere un equipo multidisciplinario que podrá abordar, de manera óptima, el cuidado de la salud en los niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad.

 

 

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