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Salud(i)Ciencia

Print version ISSN 1667-8682On-line version ISSN 1667-8990

Salud(i)Ciencia vol.23 no.5 Ciudad autonoma de Buenos Aires Aug. 2019

 

CRÓNICAS DE AUTORES

 

Implementación de una cánula nasal de alto flujo en la falla respiratoria aguda hipoxémica

 

José Alfredo Robles1

1 Sanatorio Parque, Rosario, Argentina

 

José Alfredo Robles describe para SIIC su artículo editado en Anuario Fundación Dr. J. R. Villavicencio 25(-)66-69, 2017.

Rosario, Argentina (especial para SIIC)

 

La insuficiencia respiratoria aguda hipoxémica es una causa frecuente de ingreso a las unidades de cuidados intensivos (UCI), donde muchos de estos pacientes se benefician con apoyo ventilatorio no invasivo con el objetivo de evitar la intubación orotraqueal y posterior asistencia respiratoria mecánica (ARM).

La cánula nasal de alto flujo (CNAF) es una herramienta nueva y atractiva cuyo uso se ha incorporado en la población adulta que ingresa en la UCI. Este sistema consiste en una mezcla de oxígeno, cuya concentración puede variar entre 21% y 100% y un flujo de aire hasta 80 litros/minuto.

Una ventaja fundamental de dicho dispositivo es que permite administrar gases calefaccionados con una humedad absoluta de 44 mg H2O/l y una humedad relativa del 100%, lo que favorece el confort de los pacientes y de esta manera aumenta la tolerancia al tratamiento.

Entre los efectos fisiológicos encontramos: una mejoría en la oxigenación, menor efecto dilucional del gas entregado, efecto PEEP, aumento del volumen pulmonar, lavado del espacio muerto, mejor confort, menor costo metabólico para el acondicionamiento del gas inspirado y menor resistencia de la vía aérea superior.

El aporte de un mayor flujo inspiratorio limita la posibilidad de dilución del oxígeno con el aire ambiental, que tiene lugar en los pacientes con pico flujo inspiratorio alto, logrando una fracción inspirada de oxígeno más estable. Entre las principales indicaciones encontramos la insuficiencia respiratoria aguda hipoxémica de novo, en el posoperatorio cardiovascular, en pacientes inmunodeprimidos y como prevención de insuficiencia posextubación.

Debido a la alta tasa de fracaso de la ventilación mecánica no invasiva en la insuficencia respiratoria aguda hipoxémica, se decidió implementar dicha herramienta de administración de oxígeno. Por lo tanto, se realizó un seguimiento de los pacientes con insuficencia respiratoria aguda hipoxémica ingresados a nuestra unidad de cuidados intensivos con criterio de apoyo ventilatorio con cánula nasal de alto flujo (CNAF).

Definimos como criterios de inclusión: una frecuencia respiratoria mayor de 25 respiraciones por minuto, uso de músculos accesorios, asincronía toracoabdominal, PaFiO2 entre 150 y 300 y presión parcial de dióxido de carbono menor de 45 mm Hg.

Definimos como criterios de exclusión la necesidad de intubación orotraqueal directa o ventilación mecánica no invasiva (EPOC), deterioro del sensorio, hipotensión a pesar del tratamiento con fluidos, enfermedad neuromuscular, traumatismo facial o imposibilidad de fijar la cánula.

Para la aplicación de la CNAF se utilizaron respiradores microprocesados tipo Evita XL Dräger con software para terapia de oxígeno con posibilidad de administrar un máximo de 50 litros/minuto y una fracción inspirada de oxígeno (FiO2) entre 21% y 100%, se utilizaron cánulas nasales tipo OPTIFLOW Fisher Parker (M-OPT844) y (L-OPT846). Además, se adicionó un sistema de humidificación activa Fisher Parker (MR850) para el acondicionamiento de los gases.

En todos los casos se comenzó con un seteo de flujo de 50 litros/minuto con una FiO2 de 100%, con descenso progresivo con un objetivo de saturación del 94%. Posteriormente, se comenzó con el destete de la CNAF con un descenso de FiO2 hasta 50% y tolerando flujos hasta 20 litros/minuto.

Se definió como fracaso de la aplicación de la cánula nasal de alto flujo la necesidad de ventilación mecánica no invasiva (VMNI) o intubación orotraqueal (IOT).

Se recolectaron diariamente las diferentes variables: flujo, FiO2, temperatura, pH, paCO2, paO2 y PaFiO2 .

Se definieron los siguientes criterios de fracaso: un puntaje ≤ 14 en la escala de coma de Glasgow como fracaso neurológico; la tensión arterial media < 70 mm Hg se coonsideró falla hemodinámica y la insuficiencia renal con un valor de creatinina ≥ 1.2 mg/ml.

Este estudio nos permitió poder conocer cuáles son los pacientes que requirieron dicho tratamiento y poder realizar un seguimiento de su evolución clínica, buscando factores predictores de fracaso. La principal causa de la insuficencia respiratoria aguda hipoxémica fue la neumonía, seguida de la insuficencia respiratoria en el posoperatorio.

La aplicación de CNAF generó un aumento de la relación PaFiO2, sin cambios significativos en la presión parcial de dióxido de carbono. La insuficiencia neurológica y hemodinámica fueron variables independientes de fracaso de la CNAF.

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