Introducción
En diciembre de 2019 se produjeron una serie de casos en Wuhan (China), producidos por un nuevo coronavirus llamado 2019-nCov, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), y SARS-CoV-2 (coronavirus 2 causante del síndrome respiratorio agudo grave) por el Comité Internacional de Taxonomía de Virus. El 11 de marzo de 2020, la OMS declaró a la COVID-19, enfermedad causada por el SARS-CoV-2, como una pandemia.1
Prevalencia de diabetes mellitus en Perú
De acuerdo con el boletín Estado de la población peruana 2020, publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), se determinó que para la población adulta mayor de 60 años con diagnóstico de diabetes mellitus (DBT), según la condición de pobreza en el Perú, el 23.1% corresponde a personas en estado de pobreza, y el 76.9% a individuos en estado no pobre.2 Asimismo, en el boletín Perú: Factores de riesgo asociados a complicaciones por COVID-19, también publicado por el INEI, se mostró la prevalencia de comorbilidades asociadas con el SARS-CoV-2, entre las cuales se destacan: hipertensión arterial, diabetes y obesidad. A nivel nacional, el 37.2% de la población mayor de 15 años padece alguna de estas enfermedades, mientras que la prevalencia en personas con 80 años o más fue del 67.6%.3
Diabetes mellitus tipo 2, dipeptidilpeptidasa-4 y furina
El control de la secreción de insulina y glucagón por las células del islote pancreático depende principalmente de la glucosa circulante, pero intervienen otros estímulos como las incretinas: péptido 1 similar al glucagón (GLP-1) y polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa (GIP).4
La proteasa dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4) actúa cortando los dipéptidos N-terminales de varios sustratos, incluidas las citoquinas e incretinas. Sin embargo, también se expresa en una forma unida a la membrana en la superficie de varios tipos de células, y se libera mediante la ruptura proteolítica para generar la forma soluble.5
La hiperglucemia y la hipoxia son los principales desencadenantes de la sobreexpresión de la DPP-4 y de su secreción en el torrente sanguíneo, lo que probablemente contribuya a su aumento en niveles plasmáticos detectados en la diabetes tipo 2 (DBT2). Además, la DPP-4 en sí misma tiene un efecto directo sobre el sistema vascular humano, estimulando la inflamación, las respuestas proliferativas y, de esta forma, participando en los mecanismos que conducen a la activación endotelial y la disfunción.6
La furina es una proteasa unida a la membrana de tipo 1 de la familia de la subtilisina/ kexina de la proteína convertasa (PCSK). Se expresa de forma ubicua en todos los tejidos de mamíferos y en las líneas celulares examinadas; sin embargo, su nivel de expresión difiere, y es alto en los tejidos endocrinos, intermedio en el hígado y el tracto gastrointestinal, y muy bajo en los tejidos musculares.6
Asimismo, es fundamental para varios patógenos que requieren la escisión por furina para su funcionamiento. Es de destacar que los virus desarrollan una alta patogenicidad una vez que se vuelven reactivos con furina, entre los que destaca la proteína de espiga (spike) del SARS-CoV-2. La acción de la furina en el SARS-CoV-2 permite la escisión de un sitio polibásico en S1 y S2, las dos subunidades de la espiga, lo cual tiene un papel determinante en la infectividad viral.7
Los pacientes con DBT2 presentan niveles bajos de irisina, hormona que disminuye los niveles de furina; por lo tanto, en estos individuos los niveles de furina aumentan.8
COVID-19 y sistema inmunitario
La diabetes se caracteriza por una inmunidad deteriorada, que conduce a mayor susceptibilidad al contagio de la COVID-19, particularmente en los individuos con un nivel elevado de glucosa en sangre. Codo et al. demostraron que el aumento de glucosa y la glucólisis promueven la replicación del SARS-CoV-2 y la producción de citoquinas dependientes de especies reactivas del oxígeno (ROS)/factor-1α inducible a la hipoxia, lo que da como resultado la disfunción de las células T y la muerte de las células epiteliales.9
Ante esto, el objetivo general de esta investigación es realizar una búsqueda bibliográfica sobre el efecto de las terapias naturales en la disminución de las complicaciones en la infección grave por SARS-CoV-2, en pacientes de 60 años a más con DBT2, mediante la inhibición de las proteasas furina y DPP-4.
Metodología
Para la obtención de los artículos analizados, se definieron las siguientes palabras clave a usar en la búsqueda: fisiopatología (physiopathology), diabetes, COVID-19, DPP-4, furina, inhibidores naturales de DPP-4 (natural inhibitors of DPP-4), inhibidores naturales de furina (natural inhibitors of furin) (estos dos últimos términos con el objetivo de buscar alternativas terapéuticas), y Perú, para obtener datos a nivel nacional.
La búsqueda de información se realizó entre el 6 de abril y el 25 de agosto de 2020, mediante las palabras clave previamente mencionadas. Se revisaron 153 artículos, publicados entre 2010 y 2020.
Consideraciones éticas
Al ser un trabajo documental, no se requiere de un consentimiento informado; además, se deja aclarado que en este estudio no se trabajó con animales. La información obtenida de los artículos cumple con la discreción, respetando la dignidad humana de los participantes
Resultados
Inhibidores de la DPP-4
De acuerdo con la información revisada, se encontraron diferentes especies vegetales con propiedades tradicionalmente antidiabéticas de las que, con el objetivo de entender su mecanismo de acción, se evaluó su capacidad inhibitoria del receptor para DPP-4. Para ello, como parte de las investigaciones al respecto encontradas, se realizaron estudios in silico e in vitro.
In silico. En los estudios in silico, el método más aplicado fue el acoplamiento molecular (molecular docking), con el cual se compara la afinidad de los metabolitos por el receptor con el valor de energía libre de unión ΔG (kcal/mol), además de la energía de interacción total (kcal/mol).
En la Tabla 1 se presenta un resumen de las especies vegetales estudiadas.
In vitro. De los artículos estudiados, la mayoría menciona la utilización de extracto hidroalcohólico (metanólico) de hojas, tallos y corteza. En la Tabla 2 se presentan las especies vegetales estudiadas con actividad inhibitoria de la DPP-4.
Inhibidores de furina
In silico. En los estudios in silico, la metodología utilizada fue el acoplamiento molecular (molecular docking), en el cual se determinó la afinidad de los metabolitos por el receptor con el valor de energía libre de unión, ΔG (kcal/mol).
En el estudio realizado por Abdirahman Elmi et al., se estudiaron 3 especies vegetales: Acacia seyal, Cymbopogon commutatus e Indigofera caerulea, de las cuales se extrajeron 9 metabolitos principales. Solo 5 metabolitos (véase Tabla 3) mostraron mayor afinidad por los receptores de furina que los controles de hidroxicloroquina (-4.277 kcal/mol) y remdesevir (-5.544 kcal/mol).
In vitro. Se recopilaron estudios experimentales de especies vegetales in vitro, en los cuales se determinó la presencia de metabolitos con actividad inhibitoria de furina.
En el estudio realizado por S. Majumdar se aislaron tres compuestos flavonoides de la corteza y el tallo de la planta mediante métodos espectrométricos (rayos ultravioleta [UV], IR, resonancia magnética nuclear [RMN] H+, RMN C13 y MS); se determinó su actividad inhibitoria de furina utilizando sustrato Boc-RVRR-MCA, mientras que en el estudio realizado por Hu Tao se determinó que al modificar el fragmento de lisina del inhibidor de tripsina de frijol mungo, este presentaba mayor actividad inhibitoria de furina, encontrándose una modificación estable con potencial de compuesto líder (plantilla M6) (véase Tabla 4).
Discusión
La proteína S que permite la fusión de la membrana viral con la célula huésped, depende de la escisión en las subunidades S1 y S2. De acuerdo con Angelidi et al.,25 la relación que explica cómo los pacientes con DBT2 representan parte de la población de riesgo ante la COVID-19 hace referencia a su sistema inmunitario, dado que estos pacientes presentan alteraciones en la producción de citoquinas proinflamatorias, activación de linfocitos T y quimiotaxis de neutrófilos, lo que, en conjunto, disminuye su capacidad de respuesta ante cualquier patógeno, incluido el SARS-CoV-2. Además, la hiperglucemia favorece su proliferación a nivel tisular. Sin embargo, esta no es la única forma de relacionar a estos pacientes con el virus, dado que también deben incluirse la participación de las proteasas DPP-4 y furina. En las personas con DBT2, los niveles de la proteasa furina se encuentran aumentados, y teniendo en cuenta que la furina va a encargarse de clivar a la proteína S del virus, se facilita su ingreso a la célula. Esto favorece la diseminación de la infección y, por tanto, la evolución de un cuadro más grave de la enfermedad.26
Li et al. realizaron un estudio de acoplamiento molecular de DPP-4 y enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2) con la proteína principal (S) de SARS-Cov-2; los resultados obtenidos indicaron que la afinidad de la ECA2 por el SARS-CoV-2 es más fuerte que por DPP-4, por lo cual la ECA2 desempeñaría la principal función como receptor.27 Inicialmente se planteó la posibilidad de inhibir el receptor de la ECA2 para bloquear la unión del SARS-CoV-2; sin embargo, esto podría ser contraproducente, ya que al inhibir la ECA2 los efectos serán similares a la unión ECA2/SARS-CoV-2 (reducción de la expresión de la ECA2), con la acumulación de angiotensina II y, en consecuencia, lesión pulmonar.28 Entonces, la inhibición de la DPP-4 sería el método más adecuado para tratar el SARS-CoV-2; los inhibidores de la DPP-4 (iDPP-4) son una forma de tratamiento aplicado en pacientes con DBT2, ya que impiden el metabolismo del GLP-1, hormona encargada de estimular la secreción de insulina en las células beta pancreáticas.29 Por ello sería provechoso usarlos para reducir la mortalidad en pacientes con DBT2 con infección por SARS-CoV-2 a la vez que se trata estos individuos.30
Se encuentran una diversidad de estudios in vitro e in silico de los iDPP-4, de los cuales destacan algunos metabolitos. La charantina, componente de Momordica charantia, actúa como iDPP-4; la acción antidiabética de la planta es a través de la activación de TGR5, la liberación de GLP-1, la inhibición de DPP-4 y la liberación de insulina, lo que lleva a mayor sensibilidad a esta hormona.12 El extracto de metanol al 100% de raíces maduras de Withania somnifera contiene el compuesto catequina, que muestra actividad inhibitoria de la DPP-4.14 De todos los alcaloides de Ephedra sp. son los más potentes en la inhibición de la DPP-4, y entre ellos destaca la norefedrina, con mayor potencia de inhibición.15
En estudios in vitro de plantas que inhiben la DPP-4, se destacan los extractos metanólico y etanólico, presentes en la corteza de cúrcuma (Berberis aristata). El extracto crudo de corteza había mostrado una concentración inhibitoria del 50% (CI50) de 14.4 µg/ml, es decir, buena actividad inhibitoria.17 Las cáscaras de Punica granatum son fuente natural de compuestos antioxidantes y anticancerígenos, como el ácido elágico, el ácido carboxílico, el ácido tánico y el ácido gálico; los extractos metanólicos manifestaron mayor poder de extracción de inhibición de la DPP-4, así como actividad antioxidante.18 El extracto crudo de Hedera nepalensis K posee una buena actividad inhibitoria (CI50: 17.2 μg/ml), y esta actividad se retuvo en gran medida cuando se fraccionó adicionalmente en acetato de etilo (HNE; CI50: 344 μg/ml) o n-hexano (HNN; 34.2 μg/ml).20
En cuanto a los inhibidores naturales de furina, uno de los estudios in silico revisados muestran que la quercetina, la catequina, la rutina y el ácido gálico, al ser compuestos fenólicos, tienen mejor energía de unión, lo que significa mayor afinidad de la molécula terapéutica con la proteasa humana de furina; estos metabolitos fueron aislados de las plantas Acacia seyal, Cymbopogon commutatus e Indigofera caerulea.22 Asimismo, en el estudio realizado por Majumdar et al., de los tres metabolitos con capacidad inhibitoria estudiados en Oroxylum indicum, la oroxilina A resaltó por presentar una actividad entre cinco y siete veces más potente que la baicaleína y la crisina, en el estudio in vitro llevado a cabo, lo cual puede deberse a la mejor interacción del compuesto con el dominio catalítico de la proteasa.
Debido a que los estudios de especies vegetales con actividad inhibitoria de furina fueron escasos, a continuación sugerimos especies vegetales, como Nasturtium officinale L., Apium graveolens, Brassica oleracea var. Sabellica y Spinacia oleracea, que presentan en su composición quercitina (compuesto fenólico), que posee una potente actividad inhibitoria de furina, lo cual convierte a estas especies en potenciales alternativas terapéuticas que necesitan de estudios para confirmar su actividad.
Conclusiones
La importancia de la presente investigación radica en la búsqueda de alternativas terapéuticas naturales para la reducción de complicaciones graves en pacientes con DBT2, dado que esta ha sido reconocida como comorbilidad de la COVID-19. Para ello, se estudió el planteamiento de dos dianas terapéuticas: las proteasas DPP-4 y furina. Ambas han sido poco estudiadas hasta la fecha, en conjunto y como alternativa de tratamiento, por lo que esta revisión bibliográfica significa una propuesta para implementar estudios experimentales en ambos aspectos y confirmar si, efectivamente, se obtendrán los beneficios teóricamente planteados.
En la evaluación de dichas alternativas, de los componentes inhibidores de la DPP-4 evaluados en ensayos in vitro, la especie Berberis aristata posee un metabolito denominado berberina y calendulósido E, el cual presentó la mayor capacidad inhibitoria entre las especies mencionadas. Con respecto a la inhibición de furina, entre los ensayos in vitro, la catequina presenta capacidad inhibitoria significativa, además de actividad inhibitoria de la DPP-4. Aún es necesario realizar más estudios que complementen la información encontrada, lo cual podría significar una gran contribución al tratamiento de pacientes con DBT2 y SARS-CoV-2.