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Agriscientia

On-line version ISSN 1668-298X

Agriscientia vol.31 no.1 Córdoba June 2014

 

ARTÍCULOS

Compactación y retención hídrica en Haplustoles de la provincia de Córdoba (Argentina) bajo siembra directa

 

Rollán, A.A del C. y O. A. Bachmeier

A.A del C. Rollán y O. A. Bachmeier: Edafología, Fac. Ciencias Agropecuarias, Universidad Nacional de Córdoba. Av. Valparaíso s/n, Ciudad Universitaria. 5000, Córdoba. República Argentina. Correspondencia a: obachmei@agro.unc.edu.ar

 


RESUMEN

Este trabajo se propuso cuantificar el grado de compactación superficial y sub-superficial en los Molisoles del centro-norte de la provincia de Córdoba (Argentina) bajo siembra directa (SD) continua, y hallar los parámetros que permiten modelar, según la ecuación de van Genuchten, su relación contenido hídrico vs. potencial mátrico. Se trabajó con muestras de suelo de lotes con diversos historiales agrícolas y manejos previos (agrícolas y ganaderos), abarcando 10 unidades de muestreo. Éstas se seleccionaron por localidad, considerando para la elección su pertenencia al núcleo de producción central de la provincia de Córdoba. De los resultados obtenidos resulta evidente que la SD ejerce un efecto dispar sobre la matriz porosa de los Haplustoles franco-limosos; por otra parte, la disminución de la porosidad estructural generada por el uso prolongado no se ve compensada por la estratificación del carbono orgánico. En relación a los parámetros de la ecuación de van Genutchen, éstos son representativos de los cambios inducidos por la SD, ya que los casos de mayor compactación reflejan una disminución en la porosidad total y en el contenido de agua a saturación. Para las situaciones analizadas, deben tenerse cuenta eventuales labores de remoción que tiendan a revertir los procesos de compactación existentes.

Palabras clave: Siembra directa; Densidad aparente; Curva característica de humedad.

Compaction and soil water retention in Haplustolls from the province of Córdoba (Argentina) under no-tillage.

SUMMARY

This aims of this study were to quantify the degree of surface and subsurface compaction in Mollisols of the north-central region of the province of Córdoba (Argentina), under no-tillage (NT) and to fnd the parameters for modeling, according to the equation of van Genuchten, the relationship between soil water content and soil matric potential. We worked with soil samples from plots with different agricultural history and soil management (crop and livestock), covering 10 sampling units. These were selected by location, considering as its origin the core central production of the province of Córdoba. The results obtained showed that NT exerts contrasting effect on the porous matrix of siltloam Haplustolls studied. On the other hand, the decrease in structural porosity caused by prolonged NT use is not compensated by the stratification of the organic carbon. Regarding the parameters of the equation of van Genutchen, these are representative of the changes induced by the NT, since the more compacted cases reflect a decrease in the total porosity and the water content at saturation. For most the analyzed situations any removal work tending to revert the existing compaction processes should be considered.

Keywords: No-tillage; Bulk density; Soil-moisture characteristic curve.

Fecha de recepción: 31/10/13;
fecha de aceptación:
15/05/14


 

INTRODUCCIÓN

En concordancia con las tendencias de alcance global, los principales factores de cambio en el uso y cobertura del suelo en América del Sur son la deforestación y la expansión de la agricultura. La tasa de deforestación para Argentina (0,9% anual en los últimos veinte años) es una de las más altas del continente; aun así, más allá de ser una señal de alarma, el crecimiento de la actividad agrícola hace que este valor resulte ampliamente superado en algunos sectores del territorio, tal es el caso de la provincia de Córdoba (Cabido y Zack, 2010) en donde el marcado incremento de la superficie destinada al cultivo de soja durante la última década en la región centro norte de la provincia explica en parte esta situación (Rollán, 2012).
En el país, la agricultura se ha expandido dentro de una matriz tecnológica enmarcada por cultivos transgénicos, siembra directa (SD), mayor uso de fertilizantes y plaguicidas y, en menor medida, por prácticas asociadas a la agricultura de precisión (Satorre, 2005). Como resultado de este crecimiento en la región extra-pampeana, los sistemas de producción mixtos se transformaron en agrícolas puros mediante el uso excluyente de la SD, de modo tal que en la actualidad la Argentina es uno de los tres países en el mundo con mayor superficie agrícola cultivada con este sistema de labranza (Derpsch, 2005).
Entre los beneficios de la SD, la presencia de rastrojo en superficie disminuye la velocidad de escurrimiento del flujo hídrico, favorece la infiltración y reduce las pérdidas por evaporación (Dardanelli et al., 1994). Además, según el tipo de suelo y la estructura radical del cultivo implantado, el impacto de la SD sobre las condiciones físicas y el al
macenamiento de agua promueve el crecimiento activo de las raíces en gran parte del perfil. Así, en perfiles de suelo como el de los Haplustoles (sin horizontes B argílicos) las raíces pueden superar los dos metros de profundidad (Dardanelli et al., 2003) y hacer un uso intensivo del agua acumulada en el perfil.
Otra característica atribuible a este sistema de labranza es la estratificación de distintas propiedades edáficas, entre ellas el contenido de carbono; así, Franzluebbers (2002) concluye que la marcada estratificación del carbono es un buen indicador de la calidad del suelo, independientemente del tipo de suelo y régimen climático. Sin embargo, esta estratificación, normalmente asociada a la SD, ejerce en los suelos de la región pampeana argentina poca o escasa recuperación en la mayoría de las propiedades edáficas evaluadas (Álvarez et al., 2009a). Por el contrario, en condiciones de SD se observa un deterioro de la capa superficial, ya que allí la compactación generada por la SD afecta propiedades hidráulicas como la tasa de infiltración. Como consecuencia, en suelos con un alto contenido de limo la restricción de la entrada de agua constituye una limitante importante y pertinente al cultivo bajo SD (Álvarez et al., 2009a), debido a que la compactación superficial y subsuperficial interactúa fuertemente con las condiciones ambientales durante el ciclo de cultivo (Díaz Zorita, 2004), sumando así una limitante hídrica a la ya existente en condiciones de secano.
Existen evidencias experimentales del efecto negativo sobre las propiedades físicas del suelo inducidas por la SD en los suelos franco-limosos de la región pampeana, los que, a menudo, poseen porosidad estructural baja e inestable (Varela et
al., 2011). Cosentino y Pecorari (2002), Sasal et al. (2006), Strudley et al. (2008) y Alvarez et al. (2009a y 2009b), entre otros, informan sobre la formación de estructuras superficiales masivas, que muestran el desarrollo de compactación superficial y de agregados y poros laminares por efecto de la SD; estos cambios físicos se expresan más allá de los primeros centímetros de profundidad, sumándose a procesos de compactación sub-superficial. En la región pampeana central argentina se han observado aumentos de la densidad sub-superficial (Rollán et al., 2004), entre otros problemas o efectos que, como Sasal et al. (2006) concluyen, suceden especialmente en suelos en los cuales prevalecen limos finos (2-20 µm) y en rotaciones con alta proporción de soja, manejo característico de la región central de la provincia de Córdoba.
Estos antecedentes no limitan el alcance de la SD como practica de manejo sustentable, pero sí generan interrogantes en relación a la conveniencia de realizar tareas de descompactación mecánica. Por otra parte, ante cambios significativos en otras propiedades químicas, como el nivel del carbono orgánico, se puede mantener la condición de no remoción, dado que la labranza periódica altera la estructura del suelo y afecta negativamente a la productividad de los cultivos (Díaz Zorita et al., 2004).
En tal sentido, un punto a analizar es el efecto que los cambios en las propiedades físicas, inducidas por la SD, ejercen sobre la distribución del espacio poroso. Una manera de caracterizarlo es a través de la relación funcional entre el contenido hídrico y la energía de retención, ya que, como lo resumieron Rawls et al. (1991) e Hillel (1998), dichas funciones se hallan afectadas por un importante número de factores ambientales, edáficos y de manejo, donde la granulometría y mineralogía, así como la geometría y grado de continuidad del espacio poroso, son los principales relativos al suelo.
Entre los modelos más exitosos para describir la relación contenido-potencial en la mayoría de los suelos, se hallan los de Brooks-Corey (1964), Campbell (1974) y van Genuchten (1984), de los cuales este último permite describir la curva característica de humedad en su totalidad, considerando el típico punto de inflexión que se halla en las proximidades del estado hídrico de saturación (Hillel, 1998).
Con este marco teórico y bajo la hipótesis de que la densidad aparente y la curva característica de humedad reflejan funcionalmente el efecto de la siembra directa sobre las condiciones físicas del suelo, el presente trabajo se propuso, para los molisoles del centro-norte de la provincia de Cór
doba (República Argentina) bajo siembra directa continua: a) verificar el grado de compactación superficial y sub-superficial y b) hallar los parámetros que permiten modelar, según la ecuación de van Genuchten, la relación contenido hídrico versus potencial mátrico.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se trabajó con muestras de suelo provenientes de lotes de producción con distinto historial agrícola y de manejo previo (agrícolas y ganaderos), incluyendo sistemas agrícolas puros con más de 50 años de agricultura continua (AAC) y otros sistemas mixtos, transformados en agrícolas, con más de 8 años en siembra directa, abarcando un total de 10 unidades de muestreo. Éstas se seleccionaron por localidad, considerando para la elección su pertenencia al núcleo de producción central de la provincia de Córdoba (Argentina), al este de las Sierras Chicas en la franja semiárida central. En la Tabla 1 se presentan las localidades y un detalle de AAC de cada sitio.

Tabla 1: Promedios de carbono orgánico (CO), densidad aparente (Dap), contenido en arcilla (<2 mm) y limo (2-50 mm), capacidad de campo (0CC) y capacidad a la marchitez permanente (0CMP) para las localidades y profundidades de muestreo estudiadas. También se indican los años de agricultura continua (AAC) de cada parcela.

(*) Prof. 1 corresponde a 0-7 cm para Dap y 0-5 cm para el resto de variables. Prof. 2 corresponde a 7-14 cm para Dap y 5-20 cm para el resto.

Climáticamente el área se encuentra bajo la influencia de los vientos provenientes del Atlántico, lo que da lugar a un clima típicamente semiárido con una deficiencia media anual de 138,6 mm de agua en el perfil durante ocho a diez meses del año, con temperaturas medias entre los 23 °C y 24 °C durante el mes más cálido (Rodríguez y de la Casa, 1990). Los suelos estudiados fueron Haplustoles énticos y típicos, clasificados según Soil Taxonomy (Soil Survey Staff, 2010). Sus características más resaltantes son: horizonte superficial neutro a ligeramente ácido, contenido promedios de carbono orgánico (CO) en el horizonte A de 20 g kg-1, alto porcentaje de limo (más del 35%) y una profundidad efectiva del perfil superior a 2 metros, considerando la profundidad efectiva de raíces, según lo establecido por Dardanelli et al. (1997) (Tabla 1).
La toma de muestras de suelo se realizó durante el barbecho invernal. En cada lote se tomaron tres muestras disturbadas y diez sin disturbar; las primeras fueron muestras compuestas por 25 submuestras, extraídas en forma aleatoria con barreno de presión, a profundidades de 0-5 cm y de 5-20 cm. Sobre estas muestras disturbadas se analizó carbono orgánico (CO) por el procedimiento de Walkley y Black (Nelson & Sommers, 1996). En el mismo muestreo se tomaron, al azar, muestras sin disturbar por medio de un cilindro de volumen conocido (7 cm diámetro y 7 cm altura) a profundidades de 0-7 cm y de 7-14 cm, a fn de determinar la densidad aparente (Dap).
Para evaluar el grado de compactación se cal
culó la Dap crítica siguiendo la propuesta de Pilatti y de Orellana (2000), de acuerdo a la siguiente expresión:

Dapcrítica (Mg M-3) = 1,52-0,0065xArcilla (%)

Para ello se realizó el análisis granulométrico de las muestras compuestas determinando el contenido de arcilla de cada profundidad de estudio.
Las muestras no disturbadas se secaron en estufa a 105 °C durante 24 h, y se calculó su relación masa/volumen a fin de obtener los valores correspondientes de Dap. Paralelamente, a partir de muestras sin disturbar, representativas de cada profundidad y contenidas en cilindros de aluminio, se obtuvieron secciones no disturbadas de 10 mm de espesor. Esto se logró desplazando la muestra esa distancia con la ayuda de un émbolo controlado por un calibrador de espesor marca SOMET® (precisión ± 0,01 mm). Las secciones obtenidas se contuvieron en aros de látex, se ubicaron en las placas y membrana de presión, se saturaron durante 16 h y posteriormente fueron sometidas a los potenciales de interés. Para ello se aplicaron presiones de 10, 30, 50, 100, 200, 500, 1500 kPa (equivalentes a -100, -300, -500, -1000, -2000, -5000 y -15000 cm de carga hidráulica, h) empleando los equipos clásicos de olla y membrana de presión. El procedimiento precedente se aplicó a las diez
muestras sin disturbar. A partir del estado de saturación previo al inicio de las medidas, se determinó el contenido hídrico (0s) siguiendo la metodología de humectación indicada por Klute (1986).
Con los datos obtenidos se planteó la relación funcional correspondiente a la curva característica de humedad. Los valores fueron ajustados por regresión no lineal a la ecuación de van Genuchten (1984):

donde 0 es el contenido hídrico volumétrico (m3 m-3), 0s es el contenido hídrico a saturación (m3 m-3), h es la carga hidráulica (cm) y a y n son parámetros de ajuste del modelo.
El diseño estadístico fue el correspondiente a un muestreo completamente aleatorizado. Los datos fueron analizados estadísticamente mediante Infostat (Di Rienzo et al., 2011): se realizó análisis de la varianza y comparación de medias por el test de Tukey. Las regresiones no lineales se hicieron con el mismo programa estadístico.

RESULTADOS y DISCUSIÓN

En la Tabla 1 se presentan los datos de contenido de carbono orgánico (CO), densidad aparente (Dap), contenido de arcilla y los contenidos hídricos a capacidad de campo (0cc, h = -300 cm) y a capacidad a la marchitez permanente (qcmp, h = -15000 cm) correspondiente a cada lote y profundidad de muestreo (Prof).
En todas las unidades de muestreo (lotes) se observó una marcada estratificación para todas las variables analizadas, destacándose diferencias estadísticamente significativas (p<0,001) de los valores de Dap y CO entre la Prof 1 (0-5 cm) y la Prof 2 (5-20 cm). La estratificación del carbono coincide con la observada por Franzluebbers (2002); así los lotes cuyos suelos presentaron una relación de estratificación (RE) del CO entre profundidades igual o mayor a 2, se corresponden a nivel superficial con bajos valores de Dap (entre 1,15 y 1,17 Mg m-3). Este efecto resulta del cambio en el medio físico debido a la acumulación de residuos vegetales en superficie, que mejora las condiciones estructurales y permite una mayor porosidad (Carter, 2002). Esto se debe a que luego de un período prolongado de SD, aunque los residuos permanezcan en la superficie, los materiales orgánicos pueden incorporarse lentamente a medida que son degradados, originando la disminución en Dap (Kladivko, 1994).
Franzluebbers (2002), Díaz Zorita et al. (2004) y Sá & Lal (2009) indican que la estratificación de los pooles de carbono y nitrógeno orgánico pueden usarse como indicadores de calidad de suelo, razón por la cual la estratificación del CO en los lotes ubicados en la localidad de Las Arrias y de Jesús María (N), ambos con 10 AAC bajo SD, puede asociarse con una mayor calidad de estos suelos atribuible a los cambios generados por el sistema de labranza.
En el resto de los lotes las diferencias entre los contenidos de CO superficial y sub-superficial fueron significativas pero menores. En las unidades con mayor intensidad de uso agrícola (>50 AAC) la estratificación observada ejerció poco o escaso efecto sobre la recuperación de las propiedades físicas evaluadas, hecho similar al observado por Álvarez et al. (2009a), quienes trabajando en los suelos de la pampa ondulada informaron poca o escasa recuperación en la mayoría de las propiedades edáficas evaluadas luego de largos periodos (hasta 18 años) sin remoción de suelo. Dichos autores indican que esto puede deberse a la baja resiliencia de los suelos franco limosos de la región, en los cuales, aun bajo SD no se recupera la red de poros, como podría esperarse por la estratificación de la CO luego de largos periodos de SD. En las condiciones de este estudio las propiedades físicas en los primeros centímetros del
suelo se vieron afectadas luego de diez años de SD, observándose un incremento en los valores de densidad aparente, derivados de la disminución en la porosidad total del suelo. Esto se refeja en los datos de la Tabla 2, donde a los parámetros de la ecuación de van Genuchten les corresponde, a los lotes y profundidades con mayor Dap, los menores valores de 0sat.

Tabla 2: Parámetros del ajuste de los datos de la curva característica de humedad a la ecuación de van Genuchten (0s: contenido hídrico a saturación medido, a y n: parámetros de ajuste empíricos estimados), para las localidades y profundidades de muestreo estudiadas. AAC: años de agricultura continua.

(*) Prof. 1 corresponde a 0-7 cm y Prof. 2 corresponde a 7-14 cm.

A partir de los valores de contenido de arcilla (Tabla 1), excluyendo el lote de Jesús María (N) fase arenosa, se agruparon las unidades de muestreo (UM) en dos categorías: por encima y por debajo de 200 g arcilla kg-1 de suelo; luego, dada la falta de diferencias significativas (p<0,001) entre las UM se trabajó con un valor promedio de arcilla de 245 y 249 g kg-1 para el primer grupo y de 171,5 y 195 g kg-1 para el segundo, en las profundidades 1 y 2, respectivamente.
Con estos valores se obtuvo una Dap crítica de 1,40 Mg m-3 para los lotes de menor contenido de arcilla: Villa del Totoral y Pilar; y 1,36 Mg m-3 para el resto de los lotes. Los valores de Dap crítica coinciden con los señalados por Álvarez et al. (2009a) y Pilatti & Orellana (2000), como valores límite para los Molisoles franco-limosos de la región pampeana.
En la capa de 0 a 7 cm, las Dap fueron siempre inferiores a los valores críticos, con excepción del
lote de Avellaneda. En la profundidad de 7 a 14 cm (Prof 2) se observó un comportamiento dispar entre lotes en función de los años de agricultura continua (AAC). La Dap subsuperficial (Prof 2) medida en los lotes con 10 AAC fue hasta 20% menor a la Dap crítica (1,36 Mg m-3 - 1,40 Mg m-3, según contenido de arcilla), mientras que en los lotes con 50 AAC los valores de Dap fueron 4% mayores. Si bien en términos generales la Dap de los lotes con mayor intensidad de cultivo superó los valores críticos, la Tabla 1 muestra que los mayores valores de Dap corresponden al lote de Avellaneda con solo 12 AA. En esta UM las densidades superficial y subsuperficial superaron ampliamente el valor de Dap critica (1,36 Mg m-3 - 1,40 Mg m-3 según contenido de arcilla) en 7% y 15%, en Prof 1 y 2, respectivamente.
Hamza & Anderson (2005) relacionaron el incremento de la Dap de la capa superficial en los sistemas bajo SD con la mayor intensidad de tránsito de maquinaria en operaciones de siembra. Si bien para las condiciones del ensayo este efecto no fue medido, el comportamiento observado puede atribuirse a una combinación de efectos, en donde el menor contenido de CO, sumado a una mayor proporción de limo, potenció los efectos del tránsito de la maquinaria y produjo el endurecimiento comprobado durante el muestreo y verificado posteriormente en los valores de Dap (>1,3 Mg m-3).
Como consecuencia, es de esperar que se manifiesten fenómenos como los citados por Barrios (2010), quien observó que una disminución de la porosidad total (por efecto de la SD) afecta la biomasa de raíces, la actividad de las raíces, la relación raíz/parte aérea y, finalmente, el rendimiento en grano, indicando además que el efecto negati
vo de este grado de endurecimiento superficial se expresa con mayor rigurosidad cuando el contenido de humedad en el perfil es deficitario, aspecto importante a contemplar en la zona central de Córdoba.
La economía del agua resulta decisiva para el desarrollo de los cultivos en secano, más aún en las zonas semiáridas, donde las precipitaciones además de insuficientes son erráticas. La cantidad de agua almacenada depende de la textura del suelo y de la profundidad del perfil (Unger, 2002), propiedades que resultan de la génesis del suelo, razón por la cual es de esperar que estos parámetros permanezcan sin cambios a lo largo de la historia agrícola de los lotes de producción. Sin embargo, aun sin diferencias texturales, se observó estratificación en los parámetros de ajuste de la curva característica de humedad a la ecuación de van Genutchen (Tabla 2), particularmente de los parámetros 0s y a cuyos valores se asocian estadísticamente (p<0,01) con los valores de CO de cada profundidad. De ello se deduce que el almacenaje del agua en el suelo se desplazó a un nuevo estado de equilibrio, el cual, junto al resultado del balance hídrico, regulan la disponibilidad de agua para los cultivos a lo largo de su ciclo.
Los valores de los parámetros de ajuste presentados en la Tabla 2 permiten modelar la curva de retención hídrica para el rango 0<|h|<15000 cm, aunque se detectó un ligero incremento en el valor de los residuales del ajuste al valor de h = -15000 cm. No obstante, tal discrepancia no fue significativa estadísticamente (p<0,01) y se pudo validar la regresión no lineal en todo el rango de la curva.
En la Figura 1 (a y b) se ilustran las curvas de retención de las UM ubicadas en las localidades de
Pilar (>50 AAC) y Villa del Totoral (12 AAC); se observa en ambos casos un comportamiento diferencial entre las Prof. 1 y 2 en el rango 0 <|h|< 100 cm. En Villa del Totoral la diferencia entre los parámetros superficiales y subsuperficiales demuestra la mayor porosidad estructural de los primeros centímetros de profundidad. Este comportamiento difiere parcialmente con lo señalado por Pilatti y Orellana (2000) y Cerisola et al. (2005), quienes citan como característica de los suelos bajo SD la presencia de mayores valores de Dap y menor volumen de poros de transmisión (o baja porosidad estructural) a nivel superficial. Para las condiciones de este estudio el comportamiento observado se explica a partir del alto contenido de CO (27,2 g kg-1) de los primeros centímetros de profundidad, lo que de acuerdo al planteo de Díaz Zorita (1999) es atribuible al efecto que la SD ejerce sobre la conservación de la materia orgánica inicial.


Figura 1. Curvas de retención hídrica (contenido hídrico, q vs. carga hidráulica, |h|) para las parcelas de Pilar y Villa del Totoral, para las dos profundidades analizadas. Se muestran los datos experimentales y su ajuste al modelo de van Genuchten (1984).

Se observa que el lote de Pilar, con más años de agricultura continua que Villa del Totoral, posee menor porosidad estructural, lo que se manifiesta en los parámetros de ajuste de la curva (Tabla 2), particularmente en 0s (contenido hídrico a saturación); aun así se detectó un comportamiento diferencial entre la Prof. 1 y la Prof. 2 por lo cual, aunque en menor medida, hay efecto de la porosidad estructural a nivel superficial como consecuencia de la estratificación del CO (Tabla 1). No obstante, este hecho no logra revertir el deterioro producto de su larga historia agrícola (> 50 AAC) y pone en evidencia la escasa respuesta de la macroporosidad de los suelos franco-limosos a cambios en el manejo (Taboada et al., 1998; Taboadaet al., 2008). Por lo expuesto es posible inferir que el deterioro generado por los años de agricultura continua y la remoción consecuente del suelo no logra revertirse por un manejo prolongado en SD (Álvarez et al., 2009a), dada la escasa resiliencia de la porosidad estructural de los suelos franco limosos (Varela et al., 2011).
A nivel subsuperficial, el lote ubicado en Villa del Totoral (12 AAC), con mejores condiciones en su estado poroso en los primeros centímetros de profundidad, fue el más sensible a los cambios inducidos por el sistema de labranza en relación a la densificación subsuperficial. La Dap de la Prof. 2, aun por debajo de los niveles críticos, genera una diferencia entre el espacio poroso superficial y subsuperficial que se refleja en el cambio de 0s de 0,56 a 0,487 m3 m-3, lo que genera la posibilidad de dos escenarios futuros. Por un lado, la posibilidad de una progresiva compactación de la capa superficial, como lo indica el valor de densidad aparente (Tabla 1). De no ser así, se observará una paulatina mejora de la matriz porosa de los primeros centímetros, en caso de que la acumulación de residuos sobre la superficie y su posterior humificación resulte asociada a una mejora en la estructura, lo que favorecerá al mantenimiento de su macroporosidad.
Es evidente la necesidad de seguir la evolución de los parámetros aquí estudiados, con el objeto de definir cuál será la posible tendencia. Por otra parte, el cruce de curvas que se observa entre h = -100 cm y h = -10000 cm pone de manifiesto el colapso de poros interagregados hacia poros intraagregados, fenómeno descripto por Hillel (1998) como evidencia de procesos de compactación.
En la Figura 2 se comparan datos obtenidos en las UM ubicadas en Jesús María; allí el lote fue dividido en dos sectores (dos UM) claramente di
ferenciados en su pedogénesis: una parte corresponde a un material originario loéssico que generó un horizonte superficial de textura franco-limosa y la otra se desarrolló sobre material aluvial, resultando un horizonte superficial de granulometría más gruesa. Dado que el área en su totalidad había recibido el mismo manejo cultural se consideró importante la inclusión del lote Jesús María (N) fase arenosa, entendiendo que la comparación entre estas UM era pertinente a fin de calibrar la sensibilidad del método de cálculo empleado para ajustar los datos experimentales al modelo seleccionado. Se observó que éste representa adecuadamente gran parte de la curva de retención, aunque con desvíos sistemáticos a altos valores absolutos de carga hidráulica, lo que indica que, si bien la ecuación de van Genuchten se adapta a todo el rango de la curva, se comporta mejor para los tramos de |h| < 5000 cm, lo cual fue observado por otros autores (Rawls et al., 1991). Este comportamiento constituye un efecto deseado a los fines del presente trabajo, dado que los cambios físicos inducidos por la historia cultural (años de agricultura) y sistema de labranza están asociados directamente a la porosidad estructural, que es la que regula esta porción de la curva.


Figura 2. Curvas de retención hídrica (contenido hídrico, q vs. carga hidráulica, |h|) para las parcelas de Jesús María (N), en sus dos fases por textura, para las dos profundidades analizadas. Se muestran los datos experimentales y su ajuste al modelo de van Genuchten (1984).

En síntesis, resulta evidente que la SD ejerce un efecto dispar sobre la matriz porosa de los Haplustoles franco-limosos de la región centro norte de la provincia de Córdoba, todos ellos provenientes de una génesis similar. Esto puede estar relacionado con el uso y manejo previos, con la forma en que se aplica el "paquete tecnológico" que incluye la técnica o con una interacción entre estos factores. Por lo expuesto sería conveniente realizar un seguimiento de la evolución temporal de la distribución de la porosidad. Además, la disminución de la porosidad estructural, generada por el uso prolongado de la SD, no se ve compensada por la estratificación de los contenidos de carbono luego de largos periodos acumulación de residuos. Esto sugiere que el sistema está en pleno proceso de adaptación y no ha logrado integrar o compensar el incremento en carbono en superficie con la transmisión de peso y, por ende, compactación y disminución de macroporos en la parte subsuperficial.
Por otra parte, en lo que concierne a los procesos de retención hídrica, los parámetros de la ecuación de van Genutchen son representativos de los cambios inducidos por el sistema de labranza, ya que los fenómenos de compactación más importantes como consecuencia del uso prolongado del sistema de siembra directa se reflejan en la disminución en la porosidad total y en los cambios de la retención hídrica a saturación.
Para este tipo de suelos y en lotes con alta in
tensidad de uso agrícola, no deberían descartarse labores de remoción superficial/subsuperficial que tiendan a revertir los procesos de compactación presentes o incipientes generados por la SD y los manejos anteriores a la SD, en pro de una mejor distribución del carbono orgánico acumulado superficialmente. Para esto sería conveniente plantear una futura línea de trabajo que analice la evolución temporal de los cambios.

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