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La trama de la comunicación

versión impresa ISSN 1668-5628

Trama comun. vol.18 no.1 Rosario jun. 2014

 

ARTÍCULOS

"¿Qué estás pensando?" El dispositivo de enunciación en la red social Facebook

 

Por Bernardo Suarez

bersuarez@yahoo.com.ar / Universidad de Buenos Aires, Argentina

Bernardo Daniel Suárez.
Argentino. Magister en Análisis del discurso por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Licenciado en publicidad por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Afiliación institucional. Semiología, cátedra Arnoux, Ciclo Básico Común, Universidad de Buenos Aires.
Área de especialidad: Semiótica y Análisis del discurso.
E-mail: bersuarez@yahoo.com.ar


Sumario:

El presente trabajo aborda algunas de las cuestiones vinculadas con la problemática de las redes sociales, específicamente las nuevas modalidades de interacción discursiva que se producen a partir de la representación de la subjetividad en espacios digitales. El análisis puntualiza el caso de la red Facebook. El dispositivo habilita el desarrollo de dos  niveles enunciativos donde las posiciones de los participantes permiten la aparición de distintos procesos de subjetividad. La facilitación propuesta por el dispositivo y la construcción, por parte del sujeto de su avatar, favorece la inclusión de enunciados (imágenes y textos diseñados por otros) por medio de los cuales sienta posición respecto a temas vinculados con la política, o se hace eco de otras voces para realizar pedidos solidarios. Así, los muros de la red Facebook urden un entramado de voces que se multiplican en la web. Nos proponemos, entonces, a partir del marco interdisciplinar del Análisis del discurso, dar cuenta de cómo algunas de estas prácticas producen determinados efectos de sentido.

Descriptores: Análisis del discurso; Dispositivo; Enunciación; Redes Sociales; Facebook

Summary:

The present work approaches some of the questions linked to the problematics of the social networks, specifically the new modalities of discursive interaction that takes place in the representation of the subjectivity in digital spaces. The analysis specifies the case of the network Facebook. The device enables the development of two enunciation levels where the positions of the participants allow the appearance of different processes of subjectivity. The facilitation proposed by the device  and the construction, on the part of the subject of his avatar favors the incorporation of utterances  (images and texts designed by others) by means of which it sits position with regard to topics linked with the politics, or it echoes other voices to realize solidary orders. In this way, the walls of the network Facebook weaves a lattice of voices that multiply in the web. We propose then from interdisciplinary framework of discourse analysis, to give an account of how some of these practices produce effects of sense

Describers: Discourse Analysis; Device; Enunciation; Social Network; Facebook


Introducción

"Hay sin duda en nuestra sociedad, y me imagino que también en todas las otras,
(.) una especie de sordo temor contra esos acontecimientos,
 contra esa masa de cosas dichas, contra la aparición de todos esos enunciados,
contra  todo lo que puede haber allí de violento, de discontinuo,
de batallador, y también de desorden y de peligroso,
 contra ese gran murmullo incesante y desordenado de discurso."
(Foucault, El orden del discurso)

Podría adjudicársele a una suma de variables y coordenadas la responsabilidad del rápido crecimiento y el vertiginoso desarrollo de las redes sociales en internet. Entre ellas, seguramente aparecerán: los avances tecnológicos aplicados a la comunicación, la posibilidad de conectar lugares bien distantes del planeta, la reducción de espera en la interconexión, la instantaneidad, los desarrollos que permitieron notables mejoras en la transmisión de datos y gran nitidez en la calidad de la imagen, la convergencia mediática (radio, diarios, revistas, televisión, cine, todo en el mismo soporte),  los múltiples y cada vez más maniobrables puertos de acceso, entre otras. Nadie puede negar que estos factores hayan incidido en gran medida. Sin embargo, habría que incluir también cuestiones sociales de base que terminaron por favorecer esta emergencia. Así, el aumento de la población y su concentración en las grandes ciudades, la reducción de los espacios públicos de esparcimiento, los movimientos migratorios ya sea en busca de oportunidades laborales o por formación profesional, son todas condiciones que generaron un nuevo escenario, un nuevo mapa. Ahora bien, observar el fenómeno en perspectiva, permite dar cuenta de  los juegos de fuerza entre agentes e instituciones que se traducen en procesos de subjetivación particulares  y también diferentes respecto a los que se producían en épocas pasadas y recientes. Estos procesos emergentes de rápido desarrollo merecen ser observados con detenimiento para dar cuenta tanto de sus especificidades como de las condiciones que colaboran en su aparición.
El análisis de procesos como los mencionados, que se sostienen en la vinculación entre individuos con máquinas de distinta especie, lleva al concepto de "dispositivo". Concepto recurrente que se ha transformado en una herramienta teórica y metodológica a la hora de dar cuenta de la ocurrencia de múltiples fenómenos en el campo de las ciencias sociales y humanas. Si bien un importante número de autores abordan dicho concepto, tanto su delimitación como las precisiones acerca de su funcionamiento varían de acuerdo con los objetivos perseguidos y según la mirada desde la cual se observa el fenómeno. Nos proponemos entonces, a partir de esos enfoque teóricos, detenernos en el dispositivo de enunciación que se configura en la red social Facebook para dar cuenta de cómo las fuerzas y posiciones interactuantes posibilitan, favorecen, orientan y restringen los procesos de subjetivación que allí se producen.  Por eso, para desarrollar el presente trabajo, comenzaremos por plantear algunas precisiones y límites al concepto "dispositivo" que nos servirán para delimitar su alcance. Luego, a partir de las especificidades enunciativas del dispositivo que se configuran en el ámbito de las redes sociales digitales, nos detendremos en algunas de las particularidades de las prácticas discursivas que se producen en la red Facebook. Específicamente, el análisis que se realiza a continuación sólo aborda como corpus los perfiles personales de Facebook. Estos son una de las tres posibilidades de inserción e inscripción en la red social, junto con las fanpage y los grupos.

Aproximaciones al concepto de dispositivo

El abordaje de cuestiones referidas a la construcción y utilización de dispositivos parece conducir a la obra de Michel Foucault y a autores que, a partir de algunos textos del filósofo francés, esbozan, desarrollan y continúan la especulación acerca de lo que Gilles Deleuze (1990:195) denominó "la filosofía de los dispositivos". Foucault se encarga de aclarar tres conceptos que definen al dispositivo, a saber:
- se trata de un conjunto heterogéneo de elementos que pertenecen tanto a lo dicho como a lo no dicho (discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, entre otros);
- el concepto hace referencia tanto a la naturaleza del vínculo que se mantiene entre esos elementos como al juego de los cambios de posición;
- es una especie de formación que en un momento histórico tuvo como función mayor responder a una emergencia, es decir que cumple una función estratégica dominante.
Deleuze (1990) retoma el concepto planteado por Foucault y detalla que se trata de un conjunto multilineal, "un ovillo o madeja" que constituye regímenes de visibilidad y enunciación, compuestos por líneas de fuerza. De este modo, cada dispositivo habilita modos de mirar y de decir, y oculta otros. En palabras de Deleuze: "la manera en que ésta se esfuma (la luz), se difumina, al distribuir lo visible y lo invisible, al hacer nacer o aparecer el objeto que no existe sin ella" (1990: 155).
Finalmente, Giorgio Agamben (2001) los ubica entre los distintos elementos con los que se interactúa cotidianamente. Así entendido, llama dispositivo a "cualquier cosa que tenga de algún modo la capacidad de capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar  y asegurar los gestos, las conductas, las opiniones y los discursos de los seres vivientes" (Agamben, 2001: 257). De ello se desprende, entre otras características, que su mediación se ha vuelto irremediablemente necesaria en una sociedad fundada sobre principios capitalistas, y que los individuos que la conforman están expuestos, conectados y atravesados por ellos durante gran parte del día. En palabras de Deleuze: ".pertenecemos a ciertos dispositivos y obramos en ellos" (Deleuze, 1990: 159). El dispositivo inscribe entonces la subjetividad sobre la materialidad.
Si bien muchas veces la faz técnica del dispositivo parece conformar su cara visible, ésta oculta una serie de configuraciones que le resultan constitutivas y complejas. Este fenómeno se observa, en mayor medida, cuando se intenta dar cuenta de dispositivos que vinculan a individuos y máquinas inteligentes. Por ello, para detallar el funcionamiento de su carácter social, Deleuze -retomando a Foucault? las define como "máquinas para hacer ver y hacer hablar" (Ibídem: 155) que funcionan acopladas a determinados regímenes históricos de visibilidad y enunciación.
Circunscribiéndonos ya  al campo de la interacción entre el hombre y el ordenador, y específicamente a la interfaz en tanto proceso donde se experimenta un intercambio o transferencia de información, Scolari (2004) utiliza como conceptos descriptores a las "metáforas". Este modo de explicación es una práctica común en el campo de la informática donde puede localizarse, por ejemplo, a la ventana (Windows), el virus o el menú, entre otros. El autor plantea que las distintas metáforas, por su carácter icónico, permiten comprender ciertos aspectos de la interfaz privilegiando algunas de sus propiedades y ocultando otras al mismo tiempo. La metáfora conversacional permite explicar las primeras experiencias entre el hombre y el ordenador implicados en el feedback que se construye en base a instrucciones y respuestas (MS DOS). La metáfora instrumental, presenta a la interfaz como una prótesis que permite manipular los objetos virtuales representados por el ordenador en una pantalla. La metáfora superficial, por su parte, entiende la cuestión estética en cuanto al diseño o arquitectura de las interfaces como fundamental. Así, Scolari sostiene que la mirada superficial es más perceptiva que cognitiva: los objetos informan su función mediante su superficie. Finalmente, aparece la metáfora espacial en la cual se articulan la interacción entre el cuerpo humano, el artefacto objeto y la finalidad de la acción. Esta perspectiva considera a los diseñadores y a los usuarios como "diseñadores", ya que estos últimos también dejan sus marcas en las pantallas. Es el caso de los videojuegos en red.
Desde la mirada de la Semiótica, un punto importante para el tratamiento de los dispositivos es su carácter material. En este sentido, Fernández (1994) define la materialidad de la expresión que circunscribe la facultad discursiva de un medio como: "el conjunto de las restricciones y posibilidades discursivas que establecen los dispositivos técnicos utilizados para la comunicación" (26) Esta forma de entender permite dar cuenta de cómo la superficie significante de un medio resulta de la articulación de un dispositivo técnico, en nuestro caso la interfaz que posibilita el desarrollo de la red social digital, y una práctica social, el individuo en soledad conectándose con otros a partir de los distintos puertos de acceso,  y un tipo de textos, enunciados icónicos-lingüísticos que aparecen en las pantallas. Fernández define así con precisión el lugar del dispositivo técnico en el universo de lo discursivo: se trata del campo de las  variaciones que posibilitan la interacción comunicativa (tiempo, espacio, presencia/ausencia del cuerpo, prácticas sociales de conexión). Éstas modalizan los intercambios discursivos que no se realizan cara a cara (Cfr. 1994: 25 y ss.).
Finalmente,  y en cuanto a la función mediadora que se les asigna a los dispositivos, Oscar Traversa afirma que: "permiten pensar que entre medio y técnica se abre un espacio que requiere ser precisado - el del dispositivo, a nuestro entender ?, lugar soporte de los desplazamientos enunciativos" (Traversa, 2001). Es en esta precisión, en ese espacio soporte de la materia significante donde queremos detenernos para llevar a cabo el análisis.

Dispositivo de enunciación y redes sociales

Eliseo Verón (2004) retoma una idea que Emile Benveniste (1997) esboza al desarrollar la teoría de la Enunciación a mediados de la década del sesenta del siglo XX: tanto el enunciador, fuente del discurso, como enunciatario, el destino, son figuras creadas por el mismo discurso a partir de elementos léxicos -pronombres personales, adverbios, entre otros?que marcan las coordenadas de persona, tiempo y espacio. Sin embargo, son los desarrollos posteriores de A. Culioli los que detallan  que la situación de enunciación no es socialmente descriptible, sino el sistema en el que se definen las tres posiciones fundamentales de enunciador, de coenunciador y de no persona (Cfr. 2010).  Estos  conceptos permiten arribar a la concepción de "deixis" en tanto coordenadas que indican una referencia al acto comunicativo.
A partir de estos conceptos, Verón define puntualmente al dispositivo de la enunciación en base a la figura de quien habla, el enunciador, la imagen de aquel a quien se dirige, el enunciatario, y la relación  que entre ambos  se propone en el discurso y a través del discurso (Verón, 2004:173).  A ello agrega distintas variaciones que se producen en los intercambios discursivos: las modalidades del decir; esto es, cómo la fuente de la enunciación presenta lo que dice en tanto certidumbre, suposición, creencia, posibilidad, orden, etc. (2004: 172). Siguiendo estos lineamientos veamos  cómo se configura este dispositivo en el ámbito de las redes sociales, y puntualmente en Facebook.
Para llevar a cabo el trabajo en la especificidad que requiere, definiremos,  primero, los  dos niveles enunciativos que en esta instancia se configuran, con sus respectivas complejidades, para luego dar cuenta de los procesos de subjetivación que resultan de la facilitación o restricción que opera el dispositivo en cada nivel, y de algunas de las prácticas discursivas resultantes.
 El primer nivel enunciativo se constituye a partir de la figura del enunciador construido por el dispositivo técnico, y el usuario, que se prefigura en el soporte como enunciatario. Y luego de esta primera vinculación, en un segundo nivel enunciativo aparece la figura del yo, representada en tanto enunciador, quien establece una suerte de diálogo con otros enunciatarios prefigurados por el dispositivo en la red. Éste sería el mapa general.
Para detallar el funcionamiento del dispositivo en el primer nivel recurrimos a Edmond Couchot (1998), quien plantea que el modo específico en que se inscribe la subjetividad en la superficie de los medios digitales tiene que ver con un concepto que denomina: "sujeto SE" (ON en francés, equivalente al pronombre indefinido SE en español). De este modo intenta expresar que "la experiencia de la subjetividad no deriva de una voluntad, de un deseo (.) sino de los automatismos del dispositivo técnico" (En Machado, 2009:126). Y luego, detalla el funcionamiento del dispositivo de enunciación: "hay un momento en que los procedimientos de construcción ganan autonomía: pueden funcionar sin la intervención (o con un mínimo de intervención) de un operador" (ibíd.). Couchot denomina a este procedimiento "automatización del gesto enunciador". Así detalla que donde exista la mediación tecnológica, se establece una relación antagónica entre dos modalidades de sujeto -dos procesos de subjetivación o posiciones-: el sujeto SE ?modelado por la máquina y los procedimientos técnicos? y un sujeto YO, expresión de la subjetividad (En Suárez, 2012).
Según Machado, el sujeto SE: "funciona como un metanarrador cuya primera función es establecer las reglas y condiciones" (2009: 132). Si bien este planteo resulta útil para explicar algunos aspectos de la interacción sujeto-máquina, es cierto también que el dispositivo enunciativo caracterizado como una instancia impersonal se inscribe en el espacio digital. Para ello debe abandonar entonces la  modalidad impersonal y realizar los procesos de embrague necesarios para instaurarse como locutor y establecer así las coordenadas espacio temporales del discurso. Es el caso, por ejemplo, de la pregunta "¿Qué estás pensando?" que se inscribe en el muro del usuario para iniciar el diálogo en la red Facebook en la modalidad de perfil personal. Retomaremos este concepto algunas líneas más adelante.
Entre el enunciador automatizado por el dispositivo, que a los efectos del análisis denominaremos "enunciador ordenador", y el enunciatario del primer nivel, se construye lo que Verón llama "contrato de lectura" (2004:173). Este funcionamiento particular del dispositivo establece las bases del primer intercambio discursivo: el enunciador ordenador se transforma en el facilitador y guía de las operaciones que hará el usuario. El contrato de lectura se estabiliza a partir del requerimiento de inscripción a la red. La forma en que esto se realiza no escapa a los límites convencionales de cualquier dominio de internet; esto es, el usuario debe brindar cierta información personal. Más allá de los motivos de seguridad que justifican esta práctica -aparecen bajo el título de "condiciones", "política de seguridad" o "política de uso de datos" en la pantalla de presentación-, y que pueden ser sometidos a una  serie de cuestionamientos, no sería del todo irracional pensar aquí en la función controladora del dispositivo. En efecto, este tipo de máquina -la configuración resultante entre el ordenador y la red? parece esfumar la materialidad de cada terminal o puerto de acceso y el usuario inscribe sobre la materialidad del soporte significante gran cantidad de información personal que circulará por el ciberespacio. En este sentido, las redes sociales significan un poderoso mecanismo de información y control. Como aclara Deleuze, el mismo Foucault señala que en las sociedades modernas la disciplina no puede identificarse puntualmente con una institución, ni con un aparato. "Precisamente porque es un tipo de poder, una tecnología, que atraviesa todo tipo de aparatos y de instituciones a fin de unirlos, prolongarlos, hacer que converjan, hacer que se manifiesten de una misma manera" (Deleuze, 2008: 51-52).
Una vez realizada la incorporación a la red Facebook, el usuario adquiere una fracción virtual del espacio continuo digital donde podrá comenzar a dejar las marcas de su inscripción y cobrará existencia por medio de la visibilidad en tanto enunciador. En este sentido, el dispositivo le ofrece una forma particular para representarse a sí mismo y ante los otros. Esta posibilidad le permite ocultar total o parcialmente, si así lo desea, su identidad. El proceso de subjetivación para adquirir visibilidad comienza con la representación desde un nombre (apelativo) y una imagen. Ambos producen el efecto de sentido de un avatar. Machado detalla que "el término 'Avatar' proviene de la mitología hindú, que designaba el cuerpo utilizado temporalmente por un dios cuando visitaba la tierra" (2009: 194). Así, tanto el nombre como la imagen pueden reproducir su propia materialidad o construir otras a partir de imágenes y nombres ficticios.
Ahora que el usuario puede representarse en el ciberespacio, el dispositivo habilita el segundo nivel de enunciación. El enunciador-ordenador presenta una nueva configuración de los procedimientos que el usuario irá implementando para producir discurso. Así, y según se requiera, el enunciador-ordenador aparecerá sobre la superficie significante para guiar, facilitar o restringir, cambiando la posición del sujeto Yo a la de enunciatario en tanto destino de esa enunciación. Como mencionamos antes, el dispositivo configura  una instancia de enunciación, modalizada a partir del siguiente enunciado: "¿Qué estás pensando?" con el objetivo de que el enunciatario continúe el diálogo. Este enunciado responde a lo que Roman Jakobson denomina función conativa del lenguaje?i.e: la función que trabaja sobre el canal para abrir, mantener y cerrar el contacto? (En Kerbrat-Orecchioni, 1986). Una vez que el enunciatario produzca su enunciado y se transforme en un enunciador figurado por su avatar, el enunciador-ordenador vuelve a la configuración propia de éste según el nivel: detrás de las funciones operatorias de diálogo y navegación.


Imagen 1

Cabe aclarar que esta posibilidad de desvanecimiento del enunciador ordenador, y su ocultamiento detrás de la figura del  enunciador (ahora asumida por el usuario), es una de las funciones básicas del modo de operar del dispositivo. En este sentido, Quéau (1993) sostiene que "el ordenador (.) ya está integrado y casi disuelto en el ciberespacio, esa turbulenta zona de signos vectorizados" (44).  Así, el ordenador -en tanto dispositivo técnico? se confunde en el ciberespacio, se "virtualiza", deja de ser un centro fijo y localizable, se desterritorializa.
Veamos a continuación, algunas de las prácticas discursivas que se producen en el segundo nivel enunciativo.

El muro como figuración espacio temporal del sentido

La superficie significante, en el caso de la red Facebook, se fragmenta en unidades discretas por un lado, lo que suele llamarse "muro" y que da cuenta de la propia parcela de sentido o propiedad en el ciberespacio, y una unidad sincrética por el otro, los muros de los contactos -las otras subjetividades inscriptas?  que aparecen como un contínuum de novedades. El dispositivo brinda la posibilidad de fraccionar ese espacio sincrético y, así, seleccionar uno de los contactos con el cual el enunciador puede dialogar, o bien inscribirse en un proceso de diálogo ya iniciado por otros y en el que, a su vez, pueden incluirse en cualquier momento usuarios desconocidos o contactos de otros usuarios.
Por su parte, atendiendo a la representación que en la red se construye de la temporalidad, a partir de determinadas posibilidades que plantea el dispositivo, se configura un continuo presente a modo de lo que en la teoría de la enunciación se conoce como tiempo cero o centro de la enunciación. Sólo que, en el caso de la web, ese centro parece perpetuarse a través de la conexión.  Por ejemplo, un sujeto puede continuar con un diálogo que otro comenzó en un punto equidistante del planeta un tiempo atrás. En este sentido, el conectarse instaura un presente desde donde ese sujeto continúa la cadena del discurso allí donde se había dejado. En algunos casos se observan inscripciones como la siguiente: "X (nombre de un ser querido que ya falleció), feliz cumpleaños allí donde estés" (Suárez, 2012). A modo de ejemplo, se han presentado situaciones de suicidios o muertes violentas de personalidades que toman carácter público y que sus muros se abarrotan rápidamente de mensajes en los cuales se figura un diálogo con la persona desaparecida.
El dispositivo favorece este tipo de procedimientos y posibilita, por ejemplo, que el enunciado pueda mantener su estructura temporal a través de los tiempos verbales, como también dar cuenta de su quehacer cotidiano a modo de un diario personal o un relato en tiempo real. Es común observar en los muros inscripciones del tipo: "ahora estoy haciendo.", "acabo de llegar a.", o "un día larguísimo, por fin llegué a casa". Para ello se recurre a la deixis en tanto indicador de tiempo y lugar de la enunciación.


Imagen 2

Atendiendo a todas estas cuestiones y las distintas posibilidades de intercambios comunicativos en la web, Couchot detalla que:

"(.) el modo dialógico de interacción que se produce en el ciberespacio se aproxima bastante a la comunicación lingüística (.) ?pero? también se aparta de ese modelo porque el presente vivenciado no es propio de los sujetos que interactúan. Enormemente mediatizados por el hardware y el software del dispositivo tecnológico, los sujetos van más allá del campo de la comunicación". (Couchot, 1998: 230)

La particular configuración del dispositivo para el segundo nivel enunciativo permite, entre otras posibilidades, mirar sin ser visto. En este sentido, el usuario navega por el ciberespacio deteniéndose en los emplazamientos que resultan de las configuraciones de sus contactos, materializadas en el espacio significante del muro. Pero veamos detenidamente cómo este procedimiento es también una función prevista por el mismo dispositivo. El enunciador-ordenador dispone, sobre el fondo sincrético del ciberespacio, las inscripciones que dan cuenta de las voces de los contactos del usuario. Éste recorre ese lienzo virtual donde se presentan fragmentos dialógicos de discurso, enunciados estos que  responden a la presencia de distintos usuarios o a fragmentos de diálogo de un sujeto con otros, otras subjetividades que quizá le resulten extrañas. Esos fragmentos sobre el espacio sincrético conforman, por su parte, un gran enunciado proferido de modo polifónico por el enunciador-ordenador (Ducrot, 2001). Éste asume su posición de locutor y apela al enunciatario, en tanto alocutario, al que le plantea distintas posibilidades o posiciones de recepción (Cfr. Kerbrat-Orecchioni, 1986). Así, este último puede tomar la posición de no alocutario. Esto es, el mensaje no es dirigido directamente a él, quien está presente en la recepción pero no participa de la interlocución. Kérbrat-Orecchioni diferencia el no alocutario previsto, el testigo o la audiencia -el ejemplo que estamos analizando-, y el no alocutario no previsto, receptor adicional del cual el locutor desconoce su existencia. Ejemplos de este último son las escuchas telefónicas y, en el caso de las redes sociales, otros usuarios que no figuran en los contactos y que sólo pueden acceder a los enunciados a los que el locutor les ha dado el carácter de "público".  Para el  caso que estamos analizando, consideramos que no se trata de un no alocutario no previsto, ya que el usuario los prevé, por medio del avatar, entre los íconos de sus contactos. En efecto, cualquier contacto  puede asumir el enunciado, postularse como alocutario y responder al diálogo por medio de la inscripción de un enunciado en tanto enunciador. Nuevamente, el enunciador-ordenador dispone en este nivel de un procedimiento conformado por tres links: elementos icónico-lingüísticos que se encuentran activos y listos para conformar diálogos virtuales. Uno de ellos es el botón "me gusta" en el que asume como propia, a través de la deixis (cfr. "me"), su posición de locutor (Ducrot, 2001). El segundo link, "comentar", habilita un fragmento de espacio virtual para que inscriba allí su enunciado. El tercero, "compartir", reenvía a su muro, o al de uno de sus contactos, el enunciado como un discurso referido en estilo directo (Bajtin, 1992).


Imagen 3

Según Scolari (2004), este nivel de procedimientos representa una verdadera gramática de la interacción. Punto de vista que resulta importante a la hora de definir el funcionamiento de los elementos constitutivos para una sociosemiótica de la interacción digital. El autor agrega a la gramática del texto y a la puesta en página:

"(.) una gramática de la interacción, que incluye los botones e íconos para la navegación hipertextual, los dispositivos para la personalización de la interfaz, los mecanismos de feedback, las secuencias operativas, y todas las acciones que el usuario debe ejecutar para obtener un resultado predeterminado". (Scolari, 2004: 105)

Así,  la dinámica del dispositivo posibilita al usuario recorrer las manifestaciones de las otras subjetividades como un "voyeur"; hurgar en comentarios, imágenes y fotografías, y ostentar el poder que le permite emerger sobre la superficie -inscribirse allí en tanto enunciador? o continuar observando desde el otro lado de la pantalla; colocar y poner a la mirada de los otros (sus contactos, o cualquiera que hurgue en los muros de facebook si elige para sus enunciados el carácter de "público") fotografías y videos, elementos que antes ocupaban los estantes de muebles y bibliotecas o que se acumulaban en pesados álbumes. Las líneas de visibilidad del dispositivo se bifurcan entonces en base a dos ejes: mostrar/ ocultar. Muestran: dan la posibilidad de mostrar, también de ver las marcas de otras subjetividades. Pero también ocultan: permiten ocultar comentarios o imágenes que se juzguen de carácter inapropiado, y hasta el muro de otros puede restringirse en el propio espacio significante, o incluso eliminarse de los contactos. 
Sobre la materialidad significante del muro convergen enunciados propios y ajenos en un constante diálogo. Los enunciados propios suelen manifestar determinadas figuraciones del cuerpo (sensaciones, estados de ánimo, acciones cotidianas), mientras que la aparición de enunciados ajenos puede responder a réplicas, que de modo polifónico, figuran la cercanía o la distancia con determinados puntos de vista por parte del enunciador. Así, esas inscripciones responden a determinados juegos de cercanía o de distanciamiento como la ironía o la polémica (Ducrot, 2001). De este modo pueden observarse, entre otras, manifestaciones políticas hacia algún partido determinado, enunciados irónicos que ridiculizan alguna facción política contraria, búsquedas de personas, pedidos de acciones solidarias o de concientización, adhesiones a distintas causas, o bien manifestaciones sobre la predilección de algún artista. En algunos casos, y a partir de replicar enunciados de portales creados para tal fin, se termina por configurar una nueva modalidad de participación política que bien podría denominarse: militancia digital.  La red urde entonces un diálogo a partir de la circulación de esos enunciados que son multiplicados por los contactos. Este modo de vinculación ha dado lugar a nuevas prácticas, y muchas de las cuestiones que antes se dirimían sobre otros soportes materiales, han encontrado en el ciberespacio un "lugar" apropiado para su circulación.
En resumidas cuentas, cualquier evento que ocurre en el mundo real (afuera) tiene rápidas implicancias en la red donde, a gran velocidad, se teje un complejo entramado de enunciados que termina por abarrotar de voces los muros.

A modo de conclusión

Estas prácticas discursivas que el dispositivo de enunciación facilita en la red Facebook, permiten que el sujeto inscriba su acontecer como una ecografía de lo cotidiano. Esta modalidad podría dar lugar a pensar en una práctica  genérica, un híbrido entre el blog biográfico y el diario personal o íntimo. Hay que destacar empero que la configuración particular de las líneas de enunciación y de visibilidad específicas de este tipo de dispositivo, determina un proceso de subjetivación donde se figura un otro omnipresente u omniconectado en el ciberespacio. Como correlato, cada usuario multiplica sus puntos de contacto o puertos de acceso a partir de los distintos dispositivos móviles, que en el ciberespacio se transforman en un gran puerto. En la oscuridad del espacio virtual, los puertos de ingreso son puntos luminosos (nodos)  que tejen líneas de visibilidad y de enunciación, infinitas líneas de conexión donde los contactos de unos se superponen con los de otros, y la materialidad de los contenidos circula por la red. Puntos, luego líneas, que terminan por iluminar ese cibermundo.

Bibliografía:

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Registro bibliográfico:

Suarez, Bernardo. "¿Qué estás pensando? El dispositivo de enunciación en la red social Facebook" en La Trama de la Comunicación, Volumen 18, Anuario del Departamento de Ciencias de la Comunicación. Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario. Rosario, Argentina. UNR Editora, enero a diciembre de 2014, p. 083-093. ISSN 1668-5628 - ISSN digital 2314-2634.

Fecha de recepción: 27-06-2013.
Fecha de aceptación: 26-10-2013.

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