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Interdisciplinaria

versión On-line ISSN 1668-7027

Interdisciplinaria v.23 n.1 Buenos Aires ene./jul. 2006

 

Construcción de un instrumento para la medición de la conducta sexual en adolescentes femeninas: El CCS *

Verónica Corina Vega **

* Este estudio forma parte de la Tesis Doctoral de la autora.
** Licenciada en Psicología. Doctoranda en Psicología. Becaria de Doctorado de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Docente de la Cátedra Psicología Evolutiva Adolescencia de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). E-Mail: vcvega@ciudad.com.ar

Resumen

El objetivo del presente trabajo fue construir un instrumento psicométrico que indague la conducta sexual de una población adolescente femenina argentina. Para ello se construyeron 50 ítem basados en las teorías de Freud (1905), retomadas por Kernberg (1998) y en la teoría sobre femineidad de Dio Bleichmar (1998). Se trabajó con una muestra de 149 mujeres de 13 a 23 años, alumnas de escuelas públicas y mixtas del Distrito Avellaneda, de la Provincia de Buenos Aires (Argentina) con un nivel socioeconómico medio-bajo y bajo.
Se obtuvo una prueba de adecuación muestral satisfactoria, se realizó un análisis factorial y se detectaron tres factores. Se estudió la confiabilidad del instrumento total y de cada factor mediante el coeficiente alpha de Cronbach, resultando satisfactorios. Finalmente el instrumento se conformó con 33 ítem. A medida que los factores indagaban aspectos más psicopatológicos, el alpha disminuía. Se conjeturó que ello podría obedecer a que la muestra era escolarizada, no clínica y adolescente.
Para estudiar la concordancia teórica entre los resultados obtenidos y otras variables del cuestionario, se evaluaron: (1) el tipo de actividad sexual, (2) el inicio genital y (3) la edad del inicio genital, cruzando cada una de estas variables con la edadde la entrevistada. Se observó una corroboración empírica entre la teoría utilizada y el instrumento.
Se recomienda realizar el mismo procedimiento con el instrumento en una muestra de población adolescente clínica y no clínica para refutar o corroborar las hipótesis planteadas en relación a los factores psicopatológicos que indaga el cuestionario.

Palabras clave: Cuestionario; Adolescentes; Sexualidad; Mujeres.

Abstract

Assessment of a Sexual Behavior Questionnaire for female adolescent: The CCS. Cultural access makes adolescence a phase immersed in a psychosocial process that varies with time. From generation to generation, adolescents change their manifestations and thus, to understand the adolescent phenomena, it is necessary to look into the social context where it develops.
If sexuality is considered a cultural product, which has been modified in the last decades, and adolescence is a developmental phase in which culture has a profound impact and in addition there is little systematized information about sexual activity in Argentine adolescents, then, an instrument that assesses sexual behaviors of female adolescents is needed.
The purpose of this research was to construct an Inventory for the Assessment of Sexuality in female adolescents. Thus, we made a list of 50 theoretical items based on Freud (1905) and Kernberg's (1995) theories as well as on Dio Bleichmar's (1997) theory about female sexuality. The CCS or SBQ (Cuestionario de Conducta Sexual or Sexual Behavior Questionnaire) consists of three clearly identified sections: Section 1: General information, Section 2: Specific information, and Section 3: The questionnaire itself.
The first section is for obtaining general information such as age, religion, school level, sexual orientation, who she lives with, kind of sexual activity that she has, etc. The second section is destined only for those who have already begun their genital development, and if the adolescent has not yet startedthis phase, then she must go over to the third part of the questionnaire. The third section named The questionnaire, is a list of 33 items divided into five answer categories within a Likert scale framework (1: never, and 5: always). These 33 items are classified into three factors with 11 items each: (1) Integrated female sexuality, (2) Fantasy and disintegrated sexual activities and (3) Sexual pathological aspects.
The sample used to test the list of the first 50 theoretical items was made up of 149 girls of ages 13 to 23 (M = 17.29, SD = 2.71) all students of public high schools of Avellaneda District, Buenos Aires (Argentina). After a satisfactory proof of sample adequacy had been obtained (KMO = .875), the results were factor analyzed through the PCA method with Oblimin rotation. We were able to identify three factors: the first had 24 items, the second 15 items, and the third factor 11 items.
In order to have the same number of items (11) in each factor, we chose the items which best scored in each factor. Finally 33 items were selected for the Sexual Behavior Questionnaire.
To control for satisfactory reliability of the construct and for each factor we applied an alpha for the total amount of 33 items (α = .8497). Then, the same procedure was applied to each factor and results showed that the first factor presented more reliability (α = .9315) than the others, followed by the second factor (α = .6661) and then the third one (α = .5757), which showed low reliability. Hence, alpha is low where pathological aspects are evaluated. We hypothesized that this was due to three characteristics of the sample: schooled, non clinical and adolescent.
For studying theoretical concordance between results and others variables of the instrument, we took: (1) type of sexual activity, (2) genital development and (3) age at the beginning of genital development. We crossed each of them with chronological age. An empirical confirmation existed between the theory of the instrument and the construction made.
We recommend applying the same procedure to a non clinical and clinical sample of female adolescents in order to refute or confirm hypotheses about factors.

Key words: Questionnaire; Female; Adolescents; Sexuality.

Introducción

La adolescencia es un fenómeno que puede ser definido desde distintas disciplinas como la Antropología, la Sociología, la Medicina y la Psicología. Sin embargo, no hay dudas de que es un momento del ciclo vital que comienza a partir de un hecho biológico: el desarrollo de las funciones sexuales. Estas imponen en la mente la necesidad de una reorganización. Por lo tanto, se trata de una etapa del ciclo vital en la cual uno de sus pilares es la sexualidad.
Esta etapa genera en la mujer una serie de ansiedades con respecto a la integridad de su cuerpo y de determinadas consecuencias no deseadas, ligadas a la satisfacción del deseo sexual, y por ello es considerada por algunos autores (Jacobson, 1976; Plaut & Hutchinson, 1986) como la época del desarrollo más crítica de la niña.
La sexualidad es intersubjetiva desde el inicio y es definida por Romi (1996) como:

"la capacidad funcional del sexo que abarca toda la vida del individuo (desde el nacimiento hasta la muerte) y que tiene por finalidad básica el placer dentro del marco modelador de la estructura social en que vive el individuo" (p. 293).

Así, la sexualidad humana no solo es biológica, sino también cultural y conforma un sistema multifactorial denominado sexo - género siendo que el género modela la sexualidad misma. Este sistema imprime ciertas prácticas sexuales para determinada edad y sexo biológico como aceptadas o rechazadas, por una específica estructura social y cultural.
Bajo este punto de vista, se diferencia conducta sexual de sexualidad, en tanto conducta sexual se refiere a la manifestación en la cual se inscriben los componentes de la sexualidad (uno de los factores del sistema sexo - género).
El acceso a lo cultural hace de la adolescencia, una fase inmersa en un proceso psicosocial que varía según los tiempos. A través de las generaciones, los adolescentes van cambiando en sus manifestaciones y por ello, para conocer el fenómeno adolescente es necesario tener en cuenta el contexto social en el cual se desarrolla.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, se han sucedido numerosos cambios socioculturales con respecto a las actitudes sexuales (Coleman & Hendry, 1990, ver Facio & Batistuta, 2000). El tema del sexo es hablado más abiertamente. En el mundo adulto, las relaciones sexuales prematrimoniales son más aceptadas que antes, hay mayor tolerancia ante los diferentes tipos de comportamiento sexual, la sexualidad se lee en las revistas de actualidad, se ve en televisión y se escucha por radio. A todo ello Coleman (1985, ver Facio & Batistuta, 2000) lo denomina una nueva moral sexual. Es indudable que esto ejerce en el mundo de los adolescentes un efecto en el desarrollo de su propia sexualidad.
Coleman (1985, ver Facio & Batistuta, 2000) comparó estudios sobre la sexualidad de los adolescentes de hace treinta años atrás con los actuales y ha hallado que: (1) los adolescentes actuales son más francos con el sexo, (2) consideran que la sexualidad responde a una moral privada y no pública y (3) el sexo se da en relaciones estables y a largo plazo.
Es llamativa la brecha que existe entre la producción de ensayos y de investigaciones empíricas sobre el tema. Mientras diversos estudios especialmente dentro de la teoría psicoanalítica, hacen hincapié en la sexualidad adolescente (Blos, 1981; Freud, 1905; Jacobson, 1976; Plaut & Hutchinson, 1986; Quiroga 1997, 1998, en prensa), a excepción de los trabajos realizados por Facio y Batistuta (2000), Geldstein y Schufer (2002), Kornblit y Méndez Diz (1994), Méndez Ribas, Necchi y Schufer (1996) y Schufer (1988), existen escasas investigaciones que los validen empíricamente y que den cuenta de la real actividad sexual de los adolescentes y menos aún si el estudio se acota a adolescentes mujeres.
Dado que el objetivo de este trabajo fue tomar conocimiento de las prácticas sexuales y de las características del objeto elegido por las adolescentes, es importante recordar que como esta etapa trata básicamente de la búsqueda de la identidad, los elementos que se encuentren en las jóvenes no tienen un fin diagnóstico y podrán sufrir modificaciones en el tiempo.
Si se considera que la sexualidad es un producto de la cultura, que en las últimas décadas se ha visto modificada, y que la adolescencia es una etapa del ciclo vital en la cual la cultura ejerce un peso ineludible (y a ello se le agrega que existe escasa información sistematizada sobre la actividad sexual de los adolescentes argentinos), queda fundamentada la necesidad de construir un instrumento que indague las prácticas sexuales de las adolescentes.

Objetivos

Los objetivos del presente trabajo fueron: (1) construir un instrumento que indague la conducta sexual en adolescentes y (2) obtener valores en la población adolescente argentina.
El Cuestionario de Conducta Sexual para adolescentes femeninas (CCS) fue diseñado en Argentina para implementar la investigación empírica sobre las prácticas sexuales de las adolescentes. Este instrumento no tiene un fin diagnóstico, sino el de retratar la actividad sexual de la entrevistada en un momento puntual de su evolución.

El Cuestionario de Conducta Sexual para adolescentes -CCS- (versión para mujeres)

El instrumento construido se denomina Cuestionario de Conducta Sexual para adolescentes -CCS- (versión para mujeres) y bajo dicho encabezado figura la siguiente aclaración:

"La sexualidad es una conducta humana que puede expresarse de muchas maneras y tomar distintos caminos, por ello ningún material presentado aquí implica lo que deberías estar sintiendo, pensando o haciendo. Este es sólo un cuestionario para conocer lo que realmente sentís, pensás o hacés. No hay respuestas correctas o incorrectas ni se tiene en cuenta el tiempo en tu respuesta..." (ver Anexo).

Los fundamentos teóricos generales de este cuestionario se basan en los componentes de la vida sexual descriptos por Freud en 1905, retomados por Kernberg (1998) y en la concepción de la femineidad desarrollada por Dio Bleichmar (1998) en su libro La sexualidad femenina. De la niña a la mujer. El CCS presenta tres secciones claramente identificadas.

Sección I. Información general

Se solicita a la entrevistada que brinde información general sobre su vida y su sexualidad. Contiene 14 preguntas cerradas, algunas de las cuales tienen dos alternativas (Sí - No) y otras tienen múltiples alternativas. A los fines de una investigación, esta sección está destinada a caracterizar la muestra desde el punto de vista sociodemográfico.
Las preguntas que se formulan surgieron del trabajo realizado con un grupo focal realizado con adolescentes sobre sexualidad (Vega & Quiroga, 2002) y están destinadas a conocer la edad de la entrevistada, nivel de escolaridad, religión, con quién vive, el tipo de actividad sexual que tiene, su orientación sexual y, en los casos en que corresponde, se obtienen datos sobre el inicio genital, los controles ginecológicos y el uso de métodos anticonceptivos.
A continuación se describen las categorías empíricas acordes al marco conceptual utilizado en el cuestionario y que fueron incluidas como preguntas cerradas referidas a la construcción de la representación de la vida sexual de las adolescentes.

1.- Características de la sexualidad:
a.- Las adolescentes que Niegan su sexualidad o que la consideran nula: Se incluyen aquí las inhibiciones o desestimaciones de las propias sensaciones corporales (una inhibición evolutiva, un conflicto neurótico, el derivado de un trauma somático u otros).
b.- Las adolescentes que Informan acerca de su excitación sexual: Dentro de ésta hay dos subcategorías (1) Aquéllas que aún no han incluido el objeto externo en su representación sexual (masturbación) y (2) aquéllas que ya tienen un objeto de satisfacción externo (juegos sexuales sin penetración y juegos sexuales con penetración ulterior).

2.- Inicio genital: Se entiende por inicio genital a las relaciones sexuales seguidas de penetración. En este caso hay cuatro subcategorías referidas a las Circunstancias bajo las cuales se produjo el inicio.
a.- Inicio planificado: Hubo una o varias conversaciones acerca del deseo de los adolescentes de comenzar con la vida genital.
b.- Inicio impulsivo: Prevaleció la conducta impulsiva por sobre la reflexiva y la adolescente se dejó llevar por la excitación sexual sin mediatización reflexiva.
c.- Inicio semiforzado: No hubo acuerdo de las partes y uno de los dos irrumpió de manera intrusiva en la posibilidad de pensar del otro a través de manejos seductores psicopáticos.
d.- Inicio forzado: Se trata específicamente de los casos de abuso sexual seguidos de violación.

3.- Con quién se inició sexualmente: Este ítem es indagado únicamente en las adolescentes iniciadas. Interesa conocer si la adolescente tenía un vínculo previo con el objeto sexual y en tal caso, si era un objeto endogámico (primo, tío, padre, hermano, etc.) o exogámico (novio, amigo, desconocido, etc.). Con quién se inició genitalmente y bajo qué circunstancias se produjo, son dos preguntas que brindan un mapa aproximado del objeto sexual de la adolescente que mantiene relaciones sexuales.

4.- Edad de inicio: Apunta a entender el dato cronológico y lógico de la propia edad y la del compañero de inicio.

Sección II. Información específica

Está destinada a aquellas personas que ya han iniciado su vida genital y por lo tanto se le aclara a la entrevistada que si aún no tuvo su primera relación sexual debe proseguir con la tercera y última parte del cuestionario.
Esta sección consta de cinco preguntas que indagan la frecuencia de la actividad sexual genital en los últimos tres años, intentando conocer la orientación sexual principal y la estabilidad en sus relaciones sexuales. Se pregunta con cuántos varones y con cuántas mujeres tuvo relaciones en los últimos tres años. Luego se indaga la estabilidad en las relaciones preguntando con cuántas personas tuvo relaciones sólo una vez, con cuántas tuvo relaciones entre cuatro y diez veces y con cuántas tuvo más de diez veces. Estas preguntas brindan información cualitativa que puede ser cruzada con los datos obtenidos acerca del uso de métodos anticonceptivos y controles
ginecológicos para evaluar probable riesgo psicofísico en población adolescente.

Sección III. El cuestionario propiamente dicho

Utilizando una escala Likert de cinco puntos (1: nunca y 5: siempre), se solicita a la entrevistada que responda las 33 afirmaciones que presenta el instrumento. Estos 33 ítem se agruparon equitativamente en tres factores: (1) sexualidad femenina integrada, (2) fantasías y actividades sexuales desintegradas y (3) rasgos sexuales patológicos.
El sujeto obtiene un valor en cada factor del cuestionario, que puede oscilar entre un mínimo de 11 y un máximo de 55 puntos. A continuación se define brevemente cada factor.

La teoría de los factores del Cuestionario de Conducta Sexual

Factor 1 - Sexualidad femenina integrada

Se denomina sexualidad femenina integrada a la posibilidad de una mujer de sentir activa o pasivamente excitación sexual, unida al deseo erótico hacia un objeto en el cual confluyen la ternura y la sensualidad. Se considera que sexualidad femenina no es necesariamente pasividad y por ende, la actividad deja de ser un atributo sexual masculino. Se considera que la femineidad (y también la masculinidad) es compatible con la posibilidad de alternar roles activos y pasivos. Se incluye en esta categoría a las mujeres que tienen la posibilidad de experimentar el placer sexual cuando su pareja dirige la actividad sexual, pero que también son capaces de sentirlo al tomar ellas mismas la iniciativa sexual. Estas mujeres disfrutan de las relaciones sexuales y de los juegos eróticos previos a la penetración, pueden experimentar orgasmos y el sexo incrementa en ellas el amor por su objeto, por lo cual han logrado unificar la corriente tierna y sensual en el mismo objeto. Este factor está conformado por los ítem: 1, 5, 9, 12, 16, 19, 22, 24, 26, 29 y 31 (ver Anexo).

Factor 2 - Fantasías y actividades sexuales desintegradas

Se refiere a aquellos pensamientos y/o actos que tienden a reproducir una modalidad vincular en la cual el objeto de amor es escindido y fragmentado. Estos contactos con el objeto suelen ser superficiales, como por ejemplo las relaciones efímeras que evitan el conocimiento del otro, o el mantener relaciones paralelas. Lo mismo sucede con las prácticas sexuales propiamente dichas, en las cuales los juegos eróticos previos a la penetración no se constituyen en actos preparatorios a la genitalidad y toman el comando de las acciones sexuales, a pesar de que el sujeto haya iniciado ya una vida genital.
En ocasiones, el sujeto también se ofrece como objeto fragmentado al otro. Esta modalidad de contacto objetal puede hallarse tanto en adolescentes tempranas y medias (hasta los 16 años), que por su edad cronológica fragmentan al objeto de una manera evolutivamente esperable, como en sujetos con perturbaciones en las relaciones objetales.
Por ello, interesa diferenciar los juegos eróticos de las adolescentes que aún no han comenzado con su vida sexual, de los que se presentan en las jóvenes cuyo fin sexual es el juego erótico en sí mismo, por una imposibilidad de integración psíquica. Por lo tanto, pese a que ambos tipos de poblaciones pueden obtener un alto valor en este factor, para poder interpretar el significado del mismo, es menester que el entrevistador tenga en cuenta la edad y el perfil psicológico de la adolescente. Los ítem 2, 3, 7, 10, 11, 14, 17, 18, 20, 23 y 25 conforman el segundo factor.
Se deja en claro que no se incluyen en este factor aquellas actividades en las cuales la pulsión de muerte interviene directamente, como por ejemplo: el sadomasoquismo o conductas de riesgo físico como condición de la excitación sexual. Todas ellas serán evaluadas en el siguiente factor.

Factor 3 - Rasgos sexuales patológicos

Finalmente, confluyen en este factor dos tipos de acciones: (1) las actividades sexuales ligadas a la pulsión de muerte y (2) aquellas actividades sexuales más patológicas, posiblemente ligadas a las perversiones sexuales.
Con respecto a las primeras, la pulsión de muerte puede presentarse a través de la imposibilidad de experimentar placer sexual (anhedonia sexual), derivado de un estado generalizado del sujeto que no puede experimentar sus propios estados afectivos (alexitimia), pero también puede expresarse directamente en prácticas sexuales relacionadas con actings, que den la pauta de que están regidas por la tendencia a la muerte (por ejemplo: una sexualidad promiscua sin cuidados contra el virus del sida o el riesgo físico como condición erótica). Ejemplos de este tipo son: la anhedonia sexual, la aversión sexual, la falta de integración de la ternura y la sensualidad producto de un estado mental patológico severo, como los trastornos de tipo borderline. En el caso de las segundas, las actividades sexuales se hallan ligadas a actos perversos como la humillación del otro o el sadismo / masoquismo (para mencionar solo algunos). Este factor está integrado por los ítem: 4, 6, 8, 13, 15, 21, 27, 28, 30, 32, 33.

Metodología

Administración del CCS

El protocolo debe ser completado por las adolescentes en el marco de una entrevista individual. Según el objetivo de la administración (clínico o de investigación), el grado de profundización que precise el profesional y las respuestas consignadas por la entrevistada, el administrador deberá ahondar posteriormente en otra entrevista, para obtener nuevos datos cualitativos que le permitan aclarar y/o profundizar algunos aspectos revelados en el cuestionario. Las preguntas se expresan con un lenguaje sencillo, sin tecnicismos ni palabras de uso poco frecuente para los adolescentes.

Muestra

En el marco de un programa de difusión de las tareas de Asistencia Psicológica gratuita a adolescentes, llevado a cabo por el Servicio de Psicología Clínica para Adolescentes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se concurrió durante el mes de mayo del año 2003, a los turnos mañana, tarde y noche de diez escuelas públicas y mixtas de Educación General Básica y Ciclo Polimodal del Distrito Avellaneda (Provincia de Buenos Aires) cuyo nivel socioeconómico era medio-bajo y bajo. Se invitó a las alumnas a participar de un trabajo de investigación. Posteriormente se contactó a los padres de las interesadas para obtener el consentimiento firmado.
Se administró la primera versión de 50 ítem del CCS para adolescentes mujeres. El contenido del cuestionario y la imposibilidad de auto-administrarlo, hicieron que la muestra se limitara a 149 mujeres de 13 a 23 años (M = 17.29, DE = 2.71). Las dudas formuladas durante la administración fueron respondidas en forma neutral y con un lenguaje coloquial.

Procedimiento estadístico

Con los datos obtenidos en esta muestra se realizó una prueba de adecuación muestral, estudiando si la matriz era factorizable y se obtuvo un valor satisfactorio (KMO = .875). Se analizaron los 50 ítem por el método de Componentes Principales (ACP) con rotación oblicua, bajo el supuesto de que los diferentes componentes de la sexualidad no son absolutamente ortogonales, sino que existe una relación entre ellos.
A partir de este análisis se identificaron tres factores. El primer factor concentraba 24 ítem, el segundo, 15 ítem y el tercero, 11 ítem. Para que cada factor tuviese la misma cantidad de ítem, se eligieron los mejores ítem en cuanto al peso y al contenido, conformando así la versión final del cuestionario con 33 ítem (11 en cada uno de los tres factores). Posteriormente, se obtuvo el alpha de Cronbach total del CCS de 33 ítem y la variación del alpha total, al eliminar cada ítem que integraba el instrumento.

Evaluación y clasificación del CCS

Las dos primeras secciones del cuestionario no se evalúan cuantitativamente ya que brindan información cualitativa y por lo tanto, si se trata de investigaciones empíricas, están destinadas a conocer a la entrevistada y a la muestra. Esta información se podría trabajar con estadística descriptiva (medias, medianas, desvíos estándares, modos, rangos y expresar los resultados en porcentajes).
En la tercera sección del CCS se presentan 33 afirmaciones y se solicita que se indique en una escala Likert de cinco puntos (1: nunca y 5:superior de la hoja del cuestionario figura un cuadro recordatorio con los valores escalares correspondientes a las respuestas elegidas (ver Anexo).
Las 33 afirmaciones corresponden a tres factores, cada uno de 11 ítem y el listado de afirmaciones presenta un orden arbitrario. Cada sujeto obtiene un valor en cada factor, que corresponde a la sumatoria de los números de la escala Likert (1 a 5) asignados para cada ítem que integran el factor, siendo entonces el valor mínimo posible de 11 puntos y el valor máximo posible de 55 puntos, para cada factor. A los efectos de ejemplificar el procedimiento a seguir, si una entrevistada responde de la siguiente manera a los ítem del primer factor:

1.- Yo tomo la iniciativa sexual con mi pareja: 3 ptos.
5.- Disfruto de las relaciones sexuales: 4 ptos.
9.- Planificar la actividad sexual con mi pareja, me lleva a un buena experiencia: 4 ptos.
12.- Disfruto del sexo oral en mis genitales: 4 ptos.
16.- Disfruto de la estimulación del clítoris: 4 ptos.
19.- Me gusta que mi pareja dirija nuestra actividad sexual: 3 ptos.
22.- Disfruto del sexo oral en los genitales de mi compañero: 3 ptos.
24.- Disfruto de los juegos eróticos previos a la penetración: 5 ptos.
26.- Durante el sexo con mi pareja, puedo tener orgasmos: 4 ptos.
29.- Disfruto de la estimulación vaginal: 5 ptos.
31.- Cuando amo a una persona, tener sexo incrementa el amor que siento: 5 ptos.

El resultado del factor será: 3 + 4 + 4 + 4 + 4 + 3 + 3 + 5 + 4 + 5 + 5 = 44 puntos, lo que indica un alto grado de integración de su sexualidad femenina.
Este procedimiento se aplica también en los dos factores sucesivos, aunque en el segundo factor es necesario tener en cuenta otro aspecto más que contribuye a la interpretación adecuada del resultado.
En primera instancia y tal como se ejemplificó se obtiene la sumatoria de los valores asignados a los 11 ítem que componen el segundo factor: Fantasías y actividades sexuales desintegradas. Luego, se analiza la calidad de las respuestas elegidas con máximo valor, teniendo en cuenta la edad y la estructura psíquica de la entrevistada, dado que este factor incluye tanto fantasías como actos y que, desde el punto de vista del psicólogo clínico, no tienen el mismo estatus.
Por ejemplo: si una entrevistada de 17 años respondió 5 (siempre) a losítem: 2, 7, 10, 11, 17 y 25 y eligió el 2 (casi nunca) para los ítem: 3, 14, 18,20 y 23, su valor en el factor será (6 x 5) + (2 x 5) = 30 + 10 = 40 puntos, lo que en primera instancia indicaría un alto grado de fantasías y actividades sexuales desintegradas. Pero al analizar las respuestas elegidas con mayor valor, se evidencia que estos 40 puntos indican un mayor predominio de la fantasía sobre la acción, dado que los ítem a los cuales se les asignó el mayor valor son los siguientes:

2.- Me atraen los hombres / mujeres que ya tienen pareja.
7.- Mis pensamientos sexuales involucran historias detalladas.
10.- Me gustan los hombres / mujeres bastante mayores que yo (más de 10 años aproximadamente).
11.- Cuando pienso o fantaseo sobre el sexo es con imágenes, fotos o historias.
17.- Me descubro estando enamorada de varias personas al mismo tiempo.
25.- Mis fantasías sexuales involucran a otras personas.

Esto indicaría que la adolescente tiene conductas sexuales compatibles con su edad cronológica (adolescencia media) y que la desintegración que presenta se debe probablemente a la fase evolutiva que está atravesando, esperando que este actor disminuya en su valor en la adolescencia tardía.
Por el contrario, si una adolescente de 17 años le asigna 5 puntos a las preguntas: 3, 18, 20 y 23 y 2 puntos a las preguntas: 2, 7, 10, 11, 14, 17 y 25, el valor total de este factor será: (5 x 4) + (2 x 7) = 20 + 14 = 34 puntos. En este caso, si bien el valor total es inferior al anterior, la calidad de las respuestas elegidas indicaría un mayor predominio de la acción por sobre las fantasías (ver Anexo).
Entonces, los ítem de mayor valor indican que la adolescente tiene un mayor predominio de la acción por sobre la fantasía y que tiene conductas sexuales que se corresponden más a una estructura previa del desarrollo (adolescencia temprana), como por ejemplo, el desenfreno pulsional. Por ende, la desintegración de los actos sexuales que presenta no se debe a la fase evolutiva que está atravesando, como en el caso anterior, sino a aspectos psicológicos propios.

Resultados

Se presentan las pruebas estadísticas realizadas con el CCS inicialmente de 50 ítem y el proceso por el cual se obtuvo la versión final del cuestionario con 33 ítem.
Tal como se indicó, se trabajó con una muestra de 149 adolescentes mujeres y en primera instancia se estudió si la matriz de datos era factorizable. Dado que el resultado fue positivo (KMO = .875), se realizó un Análisis de Componentes Principales (ACP) con rotación oblicua para determinar la cantidad de factores del CCS. A partir de este análisis se identificaron tres factores.
En la columna izquierda de la matriz estructural (ver Tabla 1 ) se encuentran los 50 ítem iniciales del CCS, ordenados en forma decreciente según su peso factorial, resaltando en negrita aquellos que pesan en el primer factor, luego los que lo hacen en el segundo y por último los del tercer factor.

Tabla 1
Análisis de Componentes Principales (ACP) con rotación oblicua
Matriz estructural

Tabla 1 (Continuación)
Análisis de Componentes Principales (ACP) con rotación oblicua
Matriz estructural

Tabla 1 (Continuación)
Análisis de Componentes Principales (ACP) con rotación oblicua
Matriz estructural

Tabla 1 (Continuación)
Análisis de Componentes Principales (ACP) con rotación oblicua
Matriz estructural

Las columnas ubicadas a la derecha, identificadas con los números 1, 2 y 3 representan los tres factores que resultaron del Análisis de Componentes Principales.
En esta tabla se puede observar que el primer factor concentra 24 ítem, el segundo factor 15 y el tercero, 11 ítem. Para que cada factor tuviera la misma cantidad de ítem (11), se debieron eliminar 13 del primer factor y 4 ítem del segundo factor.
Los ítem seleccionados para constituir el cuestionario definitivo fueron aquellos de mayor peso y dentro de éstos se los seleccionó según el contenido. Por ejemplo: El primer factor, denominado Sexualidad femenina integrada arrojó en el ACP 24 ítem. Para poder lograr un factor de 11ítem, se eliminaron 13. Primero se eliminaron los que tenían un bajo peso y luego, aquéllos cuyo contenido podría llegar a considerarse ya incluido. Así, como se había seleccionado el ítem Yo tomo la iniciativa sexual con mi pareja (ítem 1), se decidió eliminar el ítem Me gusta cuando yo comienzo y dirijo nuestra actividad sexual (ítem 38). Siguiendo este procedimiento se eliminaron los ítem: 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 43, 44, 45 y 50. Luego, se realizó el mismo procedimiento con el segundo factor.

Confiabilidad y validez

Se analizó la confiabilidad y validez del instrumento adaptado y aplicado a la muestra de 149 adolescentes de sexo femenino.
Una vez obtenido el CCS de 33 ítem, se analizó la confiabilidad como consistencia interna del instrumento mediante el coeficiente alpha de Cronbach. Se obtuvo el coeficiente total del CCS compuesto por los 33 ítem seleccionados y la variación del alpha total, al eliminar cada ítem que integraba el instrumento (ver Tabla 2). El alpha de Cronbach total resultó satisfactorio (a = .8497) y no mostró gran variación al eliminar alguno de los 33 ítem que lo componen. En la Tabla 2 se consigna la variación del alpha de Cronbach total de la prueba al eliminar cada ítem. Como se podrá observar, la confiabilidad del instrumento es satisfactoria.

Tabla 2
Coeficiente alpha de Cronbach de los 33 ítem

Posteriormente, se obtuvo el coeficiente alpha de Cronbach para cada factor y de ello resultó que el primer factor es el que mayor confiabilidad arroja (a = .9315), seguido por el segundo factor (a = .6661) y por último el tercero (a = .5757), que posee baja confiabilidad.
Para analizar la validez de constructo del Cuestionario de Conducta Sexual, se intentó constatar si existía una relación justificada teóricamente entre los resultados obtenidos y otras variables del cuestionario. Para ello se tomaron tres variables a estudiar: el tipo de actividad sexual, el inicio genital y la edad de inicio genital, cruzando cada una de ellas con la edad cronológica de la entrevistada.

a.- La edad cronológica de la entrevistada se asoció significativamente al tipo de actividad sexual que ésta tenía (χ2 = 94.619; gl = 44; p = .000). En la adolescencia temprana (13-14 años) preponderó la respuesta ninguna actividad sexual, mientras que en la adolescencia media, se encontraron más respuestas positivas a las opciones juegos sexuales sin penetración y relaciones sexuales (ver Tabla 3).

Tabla 3

Edad cronológica / Vida sexual

b.- La edad de la entrevistada también se asoció significativamente al inicio genital (χ2 = 55.376; gl = 11; p = .000) siendo éste más frecuente entre las adolescentes mayores de 16 años. El 53.5% de la población total ya se había iniciado sexualmente, siendo la edad media de inicio: 16.33 años y el desvío típico: 1.68 (ver Tabla 4).

Tabla 4
Inicio genital

Como se observa en los extremos de la tabla, entre los 13 y los 15 años, la mayor frecuencia de sujetos (n = 33) se acumula en la opción No se inició sexualmente, ya que solo cinco de las 38 adolescentes comprendidas entre dichas edades ya tuvieron su primera relación sexual.
En el extremo opuesto, entre los 19 y los 24 años la mayor frecuencia de sujetos (n = 36) se concentra en la opción Sí se inició sexualmente, ya que sólo dos de las 38 adolescentes comprendidas entre dichas edades, no tuvieron su primera experiencia sexual.

c.- Por último, la edad cronológica de la entrevistada también se asoció significativamente a la edad de inicio genital2 = 108.213; gl = 80; p = .020), aunque en menor medida. En las filas de la Tabla 5 se presentan las edades cronológicas y en las columnas las edades de inicio genital. Por ejemplo: de las adolescentes que tienen 16 años: dos se iniciaron a los 14 años, seis a los 15 años y cinco a los 16 años.

Tabla 5

Edad de inicio genital

Discusión y conclusiones

Al obtener el alpha de Cronbach para cada factor se informó que el primer factor Sexualidad femenina integrada resultó ser el que mayor confiabilidad arrojaba, seguido por el segundo factor Fantasías y actividades sexuales desintegradas y por último el tercer factor, Rasgos sexuales patológicos.
Como se puede observar en los resultados, a medida que los factores indagaban aspectos más psicopatológicos, el coeficiente alpha disminuía. Ello podría obedecer a tres cuestiones probablemente referidas a la muestra estudiada:

1.- Al tratarse de una muestra no clínica, es decir de sujetos que no están bajo tratamiento psicológico, las conductas sexuales consideradas patológicas (por ejemplo: voyeurismo, exhibicionismo) podrían representar una baja proporción en la muestra.

2.- Al tratarse de una muestra de adolescentes, las identificaciones transitorias (Aberastury & Knobel, 1989) con algunos aspectos que podrían ser considerados patológicos no configuran definitivamente un síndrome definido, razón por la cual la entrevistada podría valorar como altas, ciertas afirmaciones referidas al factor que indaga rasgos patológicos, pero no los suficientes como para arrojar un alto índice en el valor total del factor.

3.- Al tratarse de una muestra de sujetos escolarizados, probablemente quedan afuera algunas adolescentes más perturbadas y desadaptadas a la sociedad que están más expuestas a rasgos patológicos.

La obtención de un alto valor posiblemente se debe más a una cuestión evolutiva relacionada con la constitución del objeto, que a una cuestión psicopatológica. No se debe olvidar que en la adolescencia, al principio el acercamiento al objeto se da a través de la fantasía y el objeto es fragmentado, escindido, como una forma de amortiguar el impacto y desamparo psíquico que provoca el contacto con otro diferente de sí (Quiroga, 1997).
Más aún, dado que el tercer factor indaga aspectos claramente psicopatológicos referidos a las perversiones y a la pulsión de muerte, se infiere que su baja confiabilidad es esperable si nuevamente se tiene en cuenta que la muestra estaba integrada por adolescentes no clínicas.
Para estudiar la concordancia teórica entre los resultados obtenidos y otras variables del cuestionario, se tomaron tres variables: (1) el tipo de actividad sexual, (2) el inicio genital y (3) la edad de inicio genital, cruzando cada una de ellas con la edad cronológica de la entrevistada.
La edad cronológica de la entrevistada se asoció al tipo de actividad sexual que ésta tenía. Sobre los 13-14 años preponderó la respuesta ninguna actividad sexual y a partir de los 15 comenzaron a aparecer respuestas positivas a las opciones juegos sexuales sin penetración y relaciones sexuales. Este resultado concuerda con el concepto de una sexualidad cada vez más integradora, a medida que se avanza en las fases de la adolescencia y en cierta medida, convalida por qué el primer factor del cuestionario arrojó mayor confiabilidad. Es decir que al medir la sexualidad femenina integrada, la edad cronológica aparece como una variable fundamental. También corrobora empíricamente que de la adolescencia temprana a la adolescencia media se produce un importante salto cualitativo en cuanto a las relaciones externas con el sexo opuesto (Quiroga, 1997).
Coherentemente con el punto anterior, la edad de la entrevistada también se asoció al inicio genital, siendo éste más frecuente entre las mayores de 16 años. En un extremo se ubicaron las adolescentes tempranas, quienes en su mayoría (87%) eligieron la opción no se inició sexualmente. En el extremo opuesto, se encuentran las adolescentes tardías, quienes arrojan la mayor frecuencia de sujetos para la opción sí se inició sexualmente (95%).
Entonces se podría nuevamente conjeturar que, tal como indica la teoría, las adolescentes tempranas no disponen de recursos psíquicos ni están preparadas para afrontar una relación sexual, dado que aún están atravesando sus propios cambios corporales y por lo tanto han volcado toda su energía psíquica a la tramitación del duelo por el cuerpo de la infancia, tarea que culmina sobre la adolescencia media y que le permite el paulatino acercamiento al otro, hasta culminar en la adolescencia tardía, sub-etapa en la cual la mayoría de los sujetos ya han tenido su primera relación sexual. Por lo tanto, se podría concluir que se halló una concordancia entre los resultados obtenidos y la Teoría sobre la Adolescencia que sustenta el contenido del constructo (Freud, 1905; Dio Bleichmar, 1998; Kernberg, 1998).
Otro punto interesante a considerar es el resultado obtenido en la pregunta que indaga la práctica de la masturbación entre las adolescentes de la muestra. Tal como proponen algunos autores, la masturbación es considerada la gratificación sexual más frecuente en los adolescentes de ambos sexos (Freud, 1905; Green, 1990; Katchadourian, 1990, ver Facio & Batistuta, 2000; Quiroga, 1998). Sin embargo en Argentina, Facio y Batistuta (2000) hallaron que las vivencias con respecto a la masturbación cambian con la edad, el género y el nivel sociocultural. Las investigadoras argentinas afirman que la masturbación comienza a los 12 años en las chicas y a los 14 años en los varones, aunque ellas niegan hacerlo y ellos lo aceptan. A diferencia de los hombres existe en las mujeres una disociación entre la actividad masturbatoria y la conciencia o comunicación de la misma (Green, 1990).
Asimismo, las investigadoras citadas informan que la masturbación está aceptada en los niveles económicos más altos, en los varones y en las fases tardías de las mujeres. Facio y Batistuta (2000) también informan que la masturbación femenina es considerada una práctica incorrecta entre las adolescentes tempranas y medias.
Los hallazgos de estas investigadoras se corresponden con los resultados que aquí se informan, ya que el ítem que indagaba masturbación en esta muestra no pudo ser estudiado debido a la baja prevalencia hallada. Sólo el .70% de la muestra de 149 mujeres adolescentes, ha respondido tener prácticas masturbatorias. Por lo tanto, teniendo en cuenta lo expresado por las investigadoras argentinas acerca del género y la clase social y que la muestra del presente trabajo estuvo integrada por adolescentes de clase media y media baja, el porcentaje obtenido probablemente no refleje realmente la masturbación, debido a que la sanción de la masturbación como incorrecta en el mundo femenino, no les permite responder a las adolescentes con sinceridad.
A partir del estudio realizado se recomienda aplicar el instrumento con igual procedimiento en una muestra de población adolescente clínica y no clínica. Ello permitiría refutar o corroborar las hipótesis planteadas con relación a los factores que indaga el cuestionario.

Anexo

Protocolo del Cuestionario de Conducta Sexual -CCS- para mujeres (Vega, 2003)

Este cuestionario tiene tres partes claramente identificadas. En la primera se te pide que brindes información general sobre tu vida y tu sexualidad. La segunda parte está destinada a aquellas personas que ya se han iniciado en las relaciones sexuales. Por lo tanto si no es tu caso, continúa con la tercera y última parte del cuestionario.
La sexualidad es una conducta humana que puede expresarse de muchas maneras y tomar distintos caminos, por ello ningún material presentado aquí implica lo que deberías estar sintiendo, pensando o haciendo. Este cuestionario es solo para conocer lo que realmente sentís, pensás o hacés. No hay respuestas correctas o incorrectas, ni se tiene en cuenta el tiempo en tu respuesta. Por favor, lee cada pregunta cuidadosamente antes de contestarla. Te pedimos que trates de contestar todas las preguntas.
Tus respuestas serán guardadas en forma confidencial y anónima, por favor contestá lo más libre y precisamente posible. Gracias por completar este cuestionario.

Sección I: Información General

____ 1.- ¿Cuántos años tenés? (Poné tu edad en la línea de respuesta)

2.- ¿Cuál es tu nivel de educación alcanzado hasta el momento?
1. EGB incompleto
2. EGB en curso
3. EGB completo
4. Polimodal incompleto
5. Polimodal en curso
6. Polimodal completo
7. Terciario en curso
8. Terciario completo
9. Universitario en curso
10. Universitario completo

3.- ¿Con quién vivís?
1. Con tu familia nuclear (madre y/o padre, hermanos)
2. Con tu familia extensa (madre, padre, hermanos y otros familiares)
3. Con hermanos/as
4. Con amigos/as
5. Sola
6. Con tu pareja

4.- Condición actual:
1. Casada
2. En concubinato
3. Soltera sin pareja
3.a. No salís con nadie
3.b. Salís con una persona de vez en cuando, o con varias al mismo tiempo
4. De novia
5. Separada
6. Divorciada

5.- ¿Cuál es tu religión?
1. Judía, 2. Católica, 3. Evangelista, 4. Ninguna, 5. Otra: _______________

6.- ¿Tuviste tu primera vez? (significa que hubo penetración)

7.- ¿Cuántos años tenías vos? (Poné tu edad en la línea) y ¿él o ella?_____

8.- ¿Cómo fue?
1. Lo decidieron entre los dos.
2. El / ella decidió y vos te dejaste llevar.
3. Semiforzado: Te presionó y no pudiste frenarlo/a.
4. Forzado. Dijiste que no, pero el otro siguió. (Ejemplo: Violaciones)

9.- ¿Con quién tuviste tu primera relación sexual?
1. Novio/a
2. Amigo/a
3. Pariente (especificá quién era: primo, hermano, tío, etc.)
4. Desconocido

10.- ¿En qué consiste tu vida sexual actual? (puede ser más de una respuesta)
1. Juegos sexuales sin penetración
2. Juegos sexuales con penetración
3. Masturbación
4. Ninguna

11.- Si contestaste 1 en la pregunta anterior, indicá en la línea, a qué edad comenzaste con los juegos sexuales_________.

12.- ¿Cuál es tu orientación sexual principal?
1. Te gustan los hombres
2. Te gustan las mujeres
3. Te gustan los dos sexos
4. No sabés / Incierta

13.- ¿Cuál es el método anticonceptivo que usás?
1. Profiláctico
2. Pastillas
3. Diafragma
4. Los días
5. Ninguno
6. Otro_________________

14.- ¿Te hacés controles ginecológicos?

Sección II: Información específica

Las siguientes cinco preguntas se enfocan en los últimos 3 (tres) años de tu vida.
______ 1. Durante los últimos tres años ¿con cuántos varones tuviste relaciones sexuales?
______ 2. Durante los últimos tres años ¿con cuántas mujeres tuviste relaciones sexuales?
______ 3. ¿Con cuántas personas tuviste sexo solo una vez en los últimos tres años?
______ 4. ¿Con cuántas personas tuviste sexo solo de 4 a 10 veces (y no más) en losúltimos tres años?
______ 5. ¿Con cuántas personas tuviste sexo más de 10 veces en los últimos 3 años?

Sección III: Cuestionario

Instrucciones: Utilizando la siguiente escala de 1 a 5, se pide una respuesta a cada afirmación haciendo un círculo en el número que se encuentra a la derecha y que mejor describa tus experiencias de los últimos 3 años. Cuando se te pregunte acerca de tu "pareja", deberás contestar sobre tu actual o más reciente pareja sexual.

1. Nunca (0% del tiempo)
2. Rara vez (del 1% al 9% del tiempo)
3. A veces (entre el 10% y el 49% del tiempo)
4. Frecuentemente (entre el 50% y el 99% del tiempo)
5. Siempre (100% del tiempo)

Cuestionario

Cuestionario (Continuación)

La autora agradece muy especialmente a la Dra. María Cristina Richaud su valiosa ayuda y asesoramiento en el desarrollo del estudio.

Referencias bibliográficas

1 Aberastury, A. & Knobel, M. (1989). La adolescencia normal. Un enfoque psicoanalítico [Normal adolescence. A psychoanalytic perspective]. Paidós: Argentina. (Trabajo original publicado en 1970).        [ Links ]

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Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires (UBA). Buenos Aires – República Argentina

Fecha de recepción: 16 de septiembre de 2005
Fecha de aceptación: 22 de noviembre de 2005

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