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Interdisciplinaria

versión On-line ISSN 1668-7027

Interdisciplinaria vol.28 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./jul. 2011

 

Ecolocación humana: Revisión histórica de un fenómeno particular - Segunda parte*

Human echolocation: Historical review of a particular phenomenon - Second part

 

Claudia Arias**, Mercedes X. Hüg***, Fernando Bermejo****, Nicolás Venturelli***** y Diana Rabinovich******

*Este trabajo forma parte del proyecto Movimientos de cabeza en la localización de sonidos y en la ecolocación humana (PIP Nº 5753) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Dirección y codirección: Dra. Claudia Arias y Dr. Oscar Ramos, respectivamente.
**Doctora en Psicología. Miembro de la Carrera del Investigador Científico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Docente de grado y posgrado de la Facultad dePsicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y de la Facultad Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). E-Mail: carias@scdt.frc.utn.edu.ar; carias@psyche.unc.edu.ar
***Licenciada en Psicología. Docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
****Licenciado y Doctorando en Psicología. Becario Interno de Posgrado del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
*****Licenciado y Doctorando en Filosofía. Becario Doctoral de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT). Docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
******Licenciada y Doctoranda en Filosofía. Docente adscripta de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

 


Resumen

La ecolocación es una habilidad que usaría inconscientemente la mayoría de las personas. Resulta crucial para la movilidad independiente de la persona ciega e implica utilizar sonidos autoproducidos y sus reflexiones para localizar y reconocer objetos que no se ven.
Dos nuevos paradigmas han enriquecido el estudio de esta sorprendente habilidad: el del acoplamiento sensoriomotor y el de la sustitución sensorial. El primero sostiene que los sistemas perceptivo y motor constituyen procesos acoplados que requieren un insoslayable tratamiento unificado. El segundo considera que es posible ver con los oídos o con la piel en virtud de la plasticidad cerebral.
En esta segunda parte se presenta la temática en el contexto teórico de la cognición corporizada y de recientes avances en neurociencias; se desarrollan además los estudios realizados en el tercer período. En esta revisión se reflejan cambios paradigmáticos en las ciencias del comportamiento y el valor científico acrecentado de la ecolocación humana.

Palabras clave: Ecolocación humana; Acoplamiento sensoriomotor; Sustitución sensorial; Cognición corporizada; Mecanismos compensatorios; Multimodalidad perceptual.

Abstract

Echolocation is an ability that can be used daily by human beings, even without being conscious of it. It turns out to be crucial to the efficient independent mobility of the blind person, an aspect that is severely affected by blindness. It implies using the information that emerges from self-produced sounds and their reflexions in order to locate and recognize unseen objects.
According to the new cognitive and ecological paradigms in perception, it is believed that the primary function of the auditory system is to determinate, i.e., to localize and recognize, the characteristics of the sound source through the sounds emitted by it. Within this context, it has been very recently argued that echolocation (i.e., the ability to locate and recognize biologically relevant secondary sound sources through the information contained in the direct-reflected couple) is a variant of that general process of primary sound sources determination. Two recently established scientific paradigms have specially enriched the study of this amazing ability: the sensorimotor contingency theory and the sensory substitution perspective.
The first approach claims that the perceptual and motor systems are coupling processes that demand a thoroughly unified treatment.
The second approach considers that, for example, vision loss does not mean loss of the ability to see since it is possible to see with the ears or the skin. The central idea is that the information usually captured by vision may instead be captured by touch or audition, on account of brain plasticity.
In this way, in echolocation (which represents a kind of 'seeing with the ears' natural sensory substitution system that is part of thehuman endowment) action consists of the exploratory activity that the subject carries out through self-generation of sounds and head and/or cane movements while sensation refers to certain tonal or spatial percepts related to the presence and characteristics of the objects that the subject (implicitly) learns to perceive probably as auditory Gestalts.
In the first part of this article the main theoretical aspects and a revision of the studies throughout two of the three delimited periods were developed: FIRST APPROACHES (1700 - 1935) and SIENTIFIC STUDY OF HUMAN ECHOLOCATION (1940 -1980). The questions that researchers formulated during these periods were firstly concerned with discovering if blind persons actually possessed this ability, which of the sense organs was involved and which sensory stimulation was its necessary and sufficient condition. Secondly, they inquired into the scopes of echolocation and its possible underlying psychoacoustic mechanisms. The thorough investigations carried out allowed to unequivocally establishing that audition is the sensory basis of this ability and that changes in pitch are its necessary and sufficient condition. It was also demonstrated that not only blind subjects but also appropriately trained sighted subjects were able to precisely localize and recognize the characteristics of the experimental objects.
In this second part, we present the object of study within the context of theories of embodied cognition and recent developments in the field of the neurosciences; we also elaborate upon studies carried out during the third period, named RECENT STUDIES, that extends from 1990 to present days. We show how the blind person with good echolocation ability becomes an excellent experimental model to study behavioral and neurophysiological aspects involved in implicit learning.
The article illustrates the paradigm shifts that occurred in recent scientific history through the study of this particular human ability that, within the mentioned recent theoretical context, has acquired a renewed interest.

Keywords: Human echolocation; Sensorimotor coupling; Sensory substitution; Embodied cognition; Compensatory mechanisms; Multimodal perception.


 

Introducción

"Una nueva teoría, por especial que sea su gama de aplicación, raramente, o nunca, constituye sólo un incremento de lo que ya se conoce. Su asimilación requiere la reconstrucción de la teoría anterior y la reevaluación de hechos anteriores; un proceso intrínsecamente revolucionario, que es raro que pueda llevar a cabo por completo un hombre solo y que nunca tiene lugar de la noche a la mañana." (Kuhn, 2006, pp. 28-29)

Los nuevos enfoques cognitivos y ecológicos de la percepción estudian habilidades cotidianas que el individuo utiliza en su diario vivir. Desde estos recientes paradigmas se considera que la función principal del sistema auditivo es determinar características de la fuente sonora y no del sonido en abstracto como tradicionalmente se sostenía (Yost, 1991). Este proceso complejo implica localizar, reconocer e identificar la fuente sonora a partir de los sonidos que ella produce (por ejemplo: reconocer un familiar sólo escuchando sus pasos al caminar; identificar un helicóptero sólo por el sonido que produce).
En este contexto se sostiene que la ecolocación es una variante del proceso general de determinación de fuentes sonoras primarias. Ecolocación es localizar y reconocer fuentes sonoras secundarias biológicamente relevantes a partir de la cupla señal directa autogenerada - reflejada.
Dos nuevos paradigmas científicos han enriquecido especialmente el estudio de esta sorprendente habilidad: la teoría del acoplamiento sensoriomotor, que se presenta en el próximo apartado, y el abordaje particular de la sustitución sensorial. Este segundo enfoque sostiene que perder, por ejemplo, la visión no significa perder la capacidad de ver, ya que se puede ver con los oídos o con la piel. La idea central es que la información que habitualmente se adquiere a través de la visión puede, en cambio, adquirirse a través del tacto o de la audición. Ello es posible en virtud de la plasticidad cerebral, entendida como la capacidad del cerebro para modificar su propia organización estructural y funcional según determinadas demandas funcionales.
Los avances científicos y tecnológicos de los últimos tiempos están dando lugar a promisorios desarrollos de Sistemas de Sustitución Sensorial (SSSs) para compensar las pérdidas sensoriales. Estos sistemas transforman la información sensorial que la persona no puede procesar por su discapacidad, en información que estimula alguno de sus otros sentidos intactos. Bach-y-Rita, pionero en este campo del conocimiento, diseñó el SSS viso-táctil TVSS (Tactil Vision Substitution System). El TVSS, cuyo primer prototipo fue desarrollado hace más de 35 años (Bach-y-Rita, 1983; Bach-y-Rita, Collins, Saunders, White & Scadden, 1969), consta de una cámara de televisión montada sobre la cabeza de la persona que captura las imágenes ópticas del entorno y las procesa en tiempo real, para transformarlas en señales electro o vibrotactiles que estimulan los receptores cutáneos de alguna parte de la superficie corporal: la piel de la espalda, abdomen, frente, muslos o la lengua (Bach-y-Rita & Kercel, 2003; Sampaio, Maris & Bach-y-Rita, 2001). Otro sistema muy usado en esta área de investigación, es el SSS viso-auditivo vOICe (Meijer, 1992), que procesa y transforma las imágenes ópticas en señales de audio, cuyos componentes en frecuencia, amplitud y distribución temporal representan los diferentes parámetros de las imágenes capturadas con una cámara web.
La naturaleza, por su parte, ofrece claros ejemplos de SSSs simples, eficientes y naturales. Uno de ellos lo constituye una persona ciega leyendo en Sistema Braille. En esta situación, la persona utiliza la yema de los dedos en movimiento (tacto activo o percepción háptica) para adquirir la información que se recepta a través de la visión en la lectura común. La ecolocación (esto es, una persona ciega generando clicks con la boca o sonidos con el bastón) constituye otro ejemplo muy efectivo. Ha sido recientemente considerada un SSS natural del tipo ver con los oídos con el que viene equipado el ser humano. El dispositivo que transforma la información sensorial es el sistema nervioso central vía aprendizaje implícito, esto es, el aprendizaje que ocurre de manera inconsciente en las personas que están sometidas a un entrenamiento natural debido a condiciones laborales o vitales particulares, tal es el caso de la discapacidad visual (Arias & Ramos, 2004; Bach-y-Rita & Kercel, 2003).
En la primera parte de este artículo, se expusieron principales aspectos teóricos de este fenómeno particular y los estudios realizados en los dos primeros períodos denominados: PRIMEROS ABORDAJES (1700 - 1935) y ESTUDIOS CIENTÍFICOS DE LA ECOLOCACIÓN HUMANA (1940 - 1980). En esta segunda parte, se contextualiza el tema a la luz de las nuevas teorías de la cognición corporizada y de recientes avances en el campo de las neurociencias, se presentan estudios relevantes del tercer período ESTUDIOS RECIENTES (1990 - ACTUALIDAD) y se informan las conclusiones unificadas con respecto a este objeto de estudio que ha adquirido un renovado y acrecentado interés científico.

Ecolocación humana en el contexto de la ciencia cognitiva corporizada

En las últimas décadas se verifica, dentro del campo multidisciplinario de las ciencias cognitivas, un conjunto de programas de investigación y propuestas teóricas que puede denominarse ciencia cognitiva corporizada (Clark, 1999; Venturelli, 2008). Se instaura en las ciencias del comportamiento a partir de la discrepancia con el esquema explicativo lineal del cognitivismo clásico, caracterizado por modelos de tipo percibir - modelar - planear - actuar (Brooks, 1991), en los que el sistema de control de un agente puede dividirse nítidamente en un sistema central (depositario de las operaciones propiamente cognitivas) y dos sistemas periféricos, uno dedicado a la percepción y otro, al control motor. Los nuevos enfoques, en términos generales, se caracterizan por el intento de integrar los aspectos relativos a la fisiología de los sistemas cognitivo, perceptual y motor del agente cognitivo interactuando con las restricciones físicas y situacionales del ambiente en el que se desempeña. La percepción implica así tanto la actividad de las vías sensoriales como la actividad exploratoria realizada por el agente en un medio dinámico.
Ya hacia fines del Siglo XIX, el filósofo pragmatista Dewey, distanciándose conceptualmente de la corriente asociacionista de la época, puso en evidencia una sutil reformulación del viejo dualismo mente / cuerpo en los supuestos subyacentes de esa corriente. En las propias palabras del filósofo:

"El viejo dualismo entre razón [idea] y sensación se repite en el actual dualismo entre estructuras y funciones periféricas y centrales; el viejo dualismo entre cuerpo y alma encuentra un claro eco en el actual dualismo entre estímulo y respuesta. En lugar de interpretar la naturaleza de las sensaciones, ideas y acciones a partir de su lugar y función en el circuito sensorio-motor, todavía nos inclinamos a interpretar este último a partir de nuestras ideas preconcebidas y preformuladas sobre rígidas distinciones entre sensaciones, pensamientos y acciones." (1896, p. 357, traducción de los autores).

El concepto de circuito sensorio-motor es central y remite a la idea de una retroalimentación continua entre agente y ambiente, lo cual constituye el eje del trabajo de otros estudiosos posteriores como el fenomenólogo Merleau-Ponty (1962) y el psicólogo ecologista Gibson. Gibson (1979) consideraba que la principal tarea de la visión no es, como se ha supuesto tradicionalmente, una tarea de reconstrucción de un modelo del mundo a partir de estímulos primitivos, de tipo abajo - arriba. La habilidad para ver, así como en términos generales la habilidad para percibir, está parcialmente constituida por lo que Noë (2004) denomina conocimiento sensorio-motor, esto es, la comprensión práctica e implícita de cómo varía la estimulación sensorial en la medida en que el perceptor y el objeto percibido se mueven.
Los nuevos modelos redefinen las nociones de percepción, cognición y acción, procesos básicos del comportamiento inteligente. Percibir es percibir un medio dinámico en la medida en que el perceptor se mueve: dicho de otro modo, es un fenómeno orientado a la acción en un medio ecológico dinámico. Así, el propósito principal de la percepción es guiar las acciones del individuo. El mismo comportamiento del agente se entiende como propiedad exclusiva del sistema acoplado agente - ambiental, no atribuible individualmente a ninguna de sus partes.
Particularmente, los enfoques enactivo (Varela, Thompson & Rosch, 1991) y sensorio-motor para la visión (O'Regan & Noë, 2001) sostienen que los sistemas perceptivo y motor son procesos acoplados que por ende requieren un tratamiento unificado. En una apretada síntesis, se destacan tres de sus puntos centrales:

a.- La tarea del agente, entendido como organismo biológico, debe ser relevante y necesaria en lo que refiere a su relación natural con el ambiente en el que habita.

b.- Se genera una expansión metodológica del objeto de estudio a partir de considerar a los sistemas perceptivo y motor como propiamente cognitivos (las instancias percepción- cognición- acción son entendidas como procesos acoplados unos con otros que requieren un insoslayable tratamiento unificado).

c.- La inclusión de la dimensión temporal que abarca las diferentes escalas temporales de los procesos estudiados, tomando en cuenta como aspectos centrales las limitaciones temporales de las tareas desempeñadas por el agente en tiempo real y en un ambiente dinámico.

Por su parte, la ecolocación es un fenómeno que se ajusta naturalmente a las bases teóricas de los nuevos paradigmas de la percepción. Como se recordará, implica autoproducir sonidos con el propósito específicode obtener información ecoica del ambiente para localizar y reconocer objetos que no se ven. La información acerca del sistema animal - ambiente se obtiene de un estímulo relacional único, la cupla directa - reflejada. La energía del estímulo generada por el individuo (directa) se propaga en el ambiente y es estructurada por éste, para luego retornar al receptor (reflejada). La información relevante se encuentra en las relaciones que existen entre los patrones de energía de salida y los patrones de energía que regresan.
La ecolocación y el tacto activo son consideradas conductas de lazo cerrado, aludiéndose al sistema de control realimentado o de lazo cerrado, en el que se mantiene una relación establecida entre la salida y la entrada de referencia, comparándolas y usandola diferencia como medio de control, a fin de reducir el error y llevar la salida del sistema a un valor conveniente. En este tipo de comportamientos perceptuales, el sujeto modula la acción para controlar la percepción, a la inversa de lo que ocurre en los comportamientos de lazo abierto (la salida no afecta la acción de control), en los que es la percepción la que controla a la acción (Stoffregen & Pittenger, 1995).
De esta manera, el individuo busca y construye reglas del acoplamiento constante que se dan entre la acción que realiza y el cambio subsecuente que se produce en sus sensaciones. En la ecolocación, la acción está representada por la actividad exploratoria que el individuo lleva a cabo a través de la autogeneración de sonidos y movimientos de cabeza y/o bastón (esto es, modifica el patrón de la emisión de la señal de ecolocación y/o movimientos para optimizar la captura de la información relevante). La sensación está referida a ciertos perceptos tonales y/o espaciales relacionados con la presencia y características de los objetos, que la persona aprende (implícitamente) a percibir probablemente como gestalts auditivas (Arias, 2008, 2009a; Neuweiler, 1990).

Estudios recientes

El fuerte impacto provocado por los recientes avances realizados en las neurociencias y en el área tecnológica, así como la creación de nuevas ramas de la ciencia como la Acústica Ecológica y la Psicología Ecológica están generando un interés creciente por el estudio de la ecolocación desde diferentes campos disciplinares.
Los estudios que se exponen seguidamente, divididos en dos subperíodos: LA DÉCADA DE 1990 y LA DÉCADA DE 2000, ponen en evidencia las implicaciones que tiene la temática en la profunda revisión que está aconteciendo en las ciencias en general y en las ciencias del comportamiento en particular.

La década de 1990

Arias, Curet, Ferreyra Moyano, Joekes y Blanch (1993) evaluaron el funcionamiento auditivo periférico y central (incluyendo la técnica de respuesta evocada de tronco encefálico, BERA) en un grupo de ocho sujetos discapacitados visuales con buena habilidad de ecolocación y en un grupo control de ocho sujetos con visión normal, apareados según sexo y edad. Se utilizó un paradigma de ecolocación para producir las respuestas evocadas de tronco encefálico (BERA), que consistió en un tren de pares de clicks simulando la presencia del obstáculo a dos distancias relativas. Se obtuvo evidencia de un mejor rendimiento de los sujetos ciegos, en relación a sus pares con visión normal, en varias de las pruebas auditivas periféricas y centrales administradas, en coincidencia con hallazgos previos. Los resultados de los BERAs indicaron que las señales de ecolocación pueden procesarse (más lentamente que el estímulo estándar) en los niveles bajos de la vía auditiva y en el complejo olivar superior de la protuberancia, presunto generador del componente III del BERA. Además, la reducción significativa en la latencia del componente tardío N1 observada en los sujetos ciegos del estudio de Niemeyer y Starlinger (1980) ya se manifiesta en los sujetos ciegos del presente estudio, a nivel del colículo inferior del cerebro medio, presunto generador del componente precoz V del BERA. Se interpretó este último resultado, en concordancia con los hallazgos de Kaendel (1982), como un efecto facilitatorio causado por una transmisión sináptica mejorada, por un decremento en la inhibición o por una combinación de ambos procesos. Estas conclusiones preliminares realizan aportes a la comprensión del proceso de la ecolocación humana especialmente en dos sentidos: en primer lugar, indican la característica subcortical de la habilidad, al menos con respecto a la detección de la presencia / ausencia de blancos y a la discriminación de distancia. Es probable que esta sea una de las razones por las cuales las personas ciegas en general, no pueden explicar cómo logran percibir un obstáculo. En segundo lugar, apuntan a favor de la hipótesis de un procesamiento más eficiente por parte del discapacitado visual, probablemente por efecto del aprendizaje implícito.
Seki, Ifukube y Tanaka (1994) consideraron que la habilidad para localizar sonidos reflejados, es uno de los factores más importantes de la ecolocación y que está particularmente involucrada en la percepción de la posición y distancia relativa de un obstáculo. Tomando en cuenta el efecto precedente, estudiaron el grado de eficiencia para localizar sonidos reflejados en el plano vertical, cuando la fuente sonora directa está ubicada a la altura de la punta del zapato del sujeto. El arreglo experimental simuló la situación real de una persona ciega que utiliza los sonidos de sus propios pasos como señal directa para detectar una pared reflejante.
Trabajaron con dos personas ciegas congénitas y tres personas con visión normal. El parlante que emitía el sonido directo (ráfaga o burst de ruido blanco) estaba ubicado siempre en la misma posición (a la altura de la punta del zapato del sujeto), mientras que el parlante que emitía el sonido reflejado estaba ubicado en diferentes posiciones del plano vertical. La tarea del sujeto, que permanecía en posición estática y sólo conocía la ubicación del primer parlante, consistía en señalar con el dedo la dirección desde donde juzgaba que provenía el sonido reflejado.Concluyeron que la exactitud para localizar sonidos reflejados decrece con la cercanía del objeto. Señalaron además, que todos los sujetos reportaron el efecto Haas para fuentes sonoras ubicadas en el plano vertical, aunque las personas ciegas fueron más resistentes a la fusión.
Stoffregen y Pittenger (1995) en un estudio innovador, analizaron la ecolocación desde la perspectiva de la Psicología Ecológica. Señalaron que prácticamente no hay investigación sistemática sobre el uso de sonidos autogenerados, con cuánta exactitud sustentan a la percepción y guían la acción, o cuál es el parámetro que contiene información relevante. Consideraron que en la ecolocación, la energía del estímulo generada por el sujeto (señal directa) se propaga en el ambiente y es estructurada por éste al reflejarse en los objetos del entorno antes de retornar al receptor (señal reflejada). La información relevante se encuentra en las relaciones entre los patrones de energía de salida y los patrones de energía que regresan. Sostuvieron, como se mencionó, que la ecolocación y la percepción háptica son actividades en las cuales la acción controla la percepción (sistema realimentado o de lazo cerrado), exactamente a la inversa de lo que ocurre en otros comportamientos perceptuales en los que la percepción guía la acción (sistema de lazo abierto). Argumentaron que determinadas variables físicas conocidas y otras de orden superior desconocidas en la bibliografía tradicional pueden subyacer en esta habilidad. Concluyeron que se trata de una habilidad usada regularmente por los humanos en situaciones cotidianas, sin que sean conscientes de ello. Realizaron un llamado a la comunidad científica para que se repliquen las investigaciones realizadas en este campo utilizando paradigmas ecológicos de acción - percepción.
Carlson-Smith y Wiener (1996) diseñaron una batería de pruebas audiométricas para predecir el rendimiento eficiente en ecolocación humana. Trabajaron con sujetos con visión normal ocluida y comprobaron que existía una correlación positiva entre mediciones auditivas particulares, tales como la percepción de pequeños cambios de intensidad y de frecuencia, y el rendimiento en ecolocación. En cambio, no evidenciaron correlación alguna entre este rendimiento y la sensibilidad auditiva para las altas frecuencias. Los autores finalizaron con una serie de recomendaciones útiles para padres e instructores de Orientación y Movilidad.
Dos estudios recientes de Ashmead y su equipo, dan cuenta de nuevos aspectos en el tema que nos ocupa. En uno de ellos (1998a) compararon la habilidad auditivo - espacial de 35 niños discapacitados visuales (22 de ellos eran ciegos congénitos) con 18 niños y 17 adultos con visión normal, con una prueba de resolución espacial (plano horizontal, vertical y distancia) y una prueba motriz (caminar hasta la fuente sonora). Observaron que la audición espacial de los niños discapacitados visuales era comparable o mejor aún, que la de los niños y adultos con visión normal. Destacaron que la habilidad auditiva espacial de algunos de los niños ciegos había sido excepcionalmente buena. Concluyeron que desde el punto de vista evolutivo, la calibración auditiva no depende de la experiencia visual y es probable que se logre a partir de la experiencia que la persona va acumulando acerca de los cambios sonoros que se producen mientras camina o mueve la cabeza.
El otro estudio (Ashmead et al., 1998b) presentó la evidencia de cuatro experiencias con niños discapacitados visuales que implicaron, por ejemplo, la tarea de caminar manteniendo una línea paralela a la pared. Elaboraron un modelo acústico para explicar las bases físicas de la percepción de obstáculos basada, no ya en las reflexiones de los sonidos autoproducidos, sino en las variaciones que se producen naturalmente en el campo sonoro ambiental en las proximidades de grandes objetos. Consideraron que la información acústica que existe cerca de paredes (que consiste en sutiles corrimientos espectrales en el rango de las bajas frecuencias) está disponible para guiar la movilidad de la persona ciega, aun en ambientes silenciosos. A raíz de ello, proponen el término percepción auditiva del espacio o audición espacial como constructo hipotético más adecuado que el de ecolocación.
Arias, Ramos, Ortiz Skarp y Hüg (1999) llevaron a cabo dos pruebas especialmente diseñadas para estudiar el intrigante fenómeno de la visión facial, aspecto particular de la ecolocación humana referido a la sensación cutánea que algunas personas, tanto ciegas como con visión normal, sienten en el rostro ante la cercanía del objeto. El procedimiento general, basado en el estudio de Köhler (1967), consistió en lo siguiente: el sujeto permanecía sentado en una silla, usando un dispositivo sonoro (clicker) colgado del cuello, que emitía clicks o ráfagas de ruido blanco. Se le permitía girar la cabeza a ambos lados si lo deseaba, aunque no podía mover el tronco ni adelantar los brazos. Su tarea consistía en indicar la presencia de un obstáculo (denominado también blanco, por la voz inglesa target), prestando especial atención a cualquier sensación que experimentara. Si su respuesta era afirmativa, describía la sensación subjetiva y cuando no experimentaba ninguna, respondía Sin sensación. En la mitad de los ensayos, se aproximaba al sujeto un objeto real (una placa de aluminio de 50 cm por 42 cm sujeta a un bastidor triangular) y en la otra mitad, un objeto simulado o blanco fantasma. Se generaba esta ilusión acústica acercando al rostro del sujeto un bastidor triangular, en uno de cuyos vértices se había adherido esta vez, un pequeño emisor que emitía simultáneamente el sonido del clicker atenuado convenientemente. La primera prueba fue de administración manual y en la segunda se utilizó el Sistema de Desplazamiento Silencioso de Blancos (SDSB - consta de una sección mecánica y una sección de control por PC) construido especialmente para automatizar el procedimiento de administración. Opera desplazando el blanco a distancias blanco / sujeto variables entre 34 cm y 200 cm y girando el marco soporte 90º para intercambiar los blancos real o fantasma según correspondiera (cf., Arias, 2009a).
Participaron 30 personas con visión normal ocluida y una persona ciega en la primera prueba, mientras que 20 sujetos con visión normal ocluida participaron en la segunda. En ambas pruebas, en concordancia con el estudio de referencia (Köhler, 1967), todos los sujetos obtuvieron altos porcentajes de aciertos de presencia del obstáculo en un rango menor o igual que 1.30 m, lo cual corrobora que la ecolocación se trata de una habilidad genuina del ser humano. El rendimiento de la única persona ciega que participó en la primera prueba se ubicó entre los mejores. Fue más fácil detectar blancos reales que blancos fantasmas y la posición del blanco no afectó el rendimiento en la prueba. El estímulo ruido produjo el porcentaje promedio más bajo de falsas presencias. En relación a las sensaciones subjetivas, la mayoría de las expresiones aludían a 'sentir como telaraña, viento suave, cosquilleo en el rostro y sombra delante de los ojos'. Sólo en la primera prueba algunos sujetos manifestaron expresiones referidas a cambios en el sonido del emisor (efecto sirena - Supa, Cotzin & Dallenbach, 1944), acompañados con sensaciones faciales y/o corporales, sensaciones de mareo o inespecíficas. Estos resultados preliminares aportan evidencia a favor de posturas actuales que sostienen que si bien existe una organización primaria de diferentes modalidades, también hay ricas interconexiones en los sistemas filogenéticamente viejos de maduración temprana y en los sistemas filogenéticamente nuevos de maduración tardía. A la luz de los muy interesantes aportes sobre funcionamiento intersensorial, el fenómeno de la visión facial que más apropiadamente debería denominarse audición facial cobra nuevo significado.

La década de 2000

Kish y Bleier (2000) consideraron que la ecolocación es una habilidad natural con la que cuentan animales y humanos para percibir el ambiente. Los murciélagos y delfines, entre otros animales, y las personas ciegas con buena habilidad de ecolocación aprenden a emitir sonidos para generar reflexiones en las superficies del entorno las que, cuando regresan al perceptor, le informan precisamente sobre las características del ambiente y objetos que se encuentran en él. Establecieron un paralelismo entre la información contenida en los sonidos reflejados y en la luz reflejada, por ejemplo, por una linterna. Señalaron que no existe un método formal para entrenar esta habilidad, por lo que elaboraron una guía práctica para enseñar ecolocación a jóvenes ciegos destinada a docentes especiales. Desarrollaron clara y simplemente, estableciendo analogías con el desarrollo de habilidades visuales, conceptos teóricos y metodológicos claves y algunos ejercicios de aplicación sencillos con dificultad creciente, a modo de ejemplo. Por su parte, Kish, quien es ciego desde 1 año de edad, en su calidad de doble experto en el área de la ecolocación humana (usuario altamente eficiente y especialista en Orientación y Movilidad) ha creado el primer programa sistemático y comprensivo para el entrenamiento avanzado en ecolocación destinado a la persona ciega.
El FlashSonar consta de 11 ejes focales alrededor de los cuales se organiza el proceso de aprendizaje con actividades individuales y grupales. Uno de los ejes aborda la temática de la información sonora que se clasifica en pasiva y activa. La primera se refiere a los sonidos disponibles en el entorno, que generan reflexiones y ecos que pueden ser útiles. La activa se refiere a la producción de señales de ecolocación por parte del propio sujeto y deben cumplir tres requisitos: (a) control del usuario sobre el tipo de señal y direccionalidad, (b) buena alineación entre la señal y los oídos y (c) mínimo enmascaramiento del eco y buena familiaridad con la señal. Kish considera que los chasquidos con la lengua son señales ideales, ya que no sólo cumplen con esos requisitos, sino que el sujeto puede controlar fácilmente su nivel y sonoridad. El programa enseña a generarlos y usa cinco tipos de chasquidos con características acústicas diferentes (por ejemplo, más agudas o más graves) que sirven para distintos requerimientos de ecolocación. Con un entrenamiento avanzado en ecolocación y otras técnicas, la persona ciega logra realizar tareas tan complejas como manejar una bicicleta de montaña (con dispositivo sonoro en las ruedas), patinar o realizar travesías solitarias en ambientes de solados (Kish, 2009).
Rosenblum, Gordon y Jarquin (2000) llevaron a cabo uno de los primeros experimentos sobre ecolocación humana desde una perspectiva ecológica. Basándose en evidencias obtenidas en estudios sobre percepción visual y en investigaciones previas sobre ecolocación humana en situación dinámica y estacionaria, implementaron un paradigma basado en la acción, para analizar si el movimiento del participante facilitaba la tarea de juzgar distancia vía ecolocación. Realizaron dos experimentos en un lugar abierto(15 m por 40 m) relativamente silencioso, con pocas superficies reflectoras cercanas, utilizando una tarea de locomoción activa. Participantes con visión normal ocluida, emitiendo repetidamente sonidos de su preferencia (la mayoría usó vocalizaciones y clicks con la boca) debían ecolocar un panel pared (90 cm x 180 cm) desde una posición estacionaria o mientras caminaban hacia el mismo. El experimentador retiraba el panel después de que el participante lograba ubicarlo vía ecolocación y luego le pedía que caminara hasta donde juzgaba que había estado posicionado. Los resultados mostraron que los participantes pudieron distinguir con bastante precisión la distancia a la que se encontraba el panel pared que habían percibido vía ecolocación. Los ensayos en movimiento fueron algo más precisos que los estacionarios para algunas distancias. Los autores discutieron sus resultados en función de la potencial información acústica disponible, tanto en la situación estática como en la dinámica.
Delinearon fundamentos teóricos y metodológicos de próximas investigaciones, bajo condiciones naturales e incluyendo participantes ciegos expertos.
Waters y Abulula (2001) desarrollaron un sistema que emula el mundo sonar del murciélago en un espacio virtual. Utilizaron las características de reflectividad de los ultrasonidos, aunque reduciendo la frecuencia y la estructura temporal de las señales, para hacerlas audibles al sujeto humano. Estudiaron el rendimiento de cuatro personas con visión normal que, usando auriculares y este sistema de simulación, debían localizar fuentes sonoras virtuales. Concretamente, debían caminar dentro de un área predeterminada (círculo de 10 m de radio) hasta la fuente sonora y detenerse cuando juzgaban que tenían centrada su cabeza con respecto a ella. Analizaron la habilidad en función de la frecuencia y ancho de banda de la señal y de la duración y patrón de barrido. Sus resultados mostraron, contrariamente a lo esperado, que no hubo diferencias significativas en el rendimiento de los sujetos con relación a los diferentes tipos de señales utilizadas, aunque la sensación subjetiva fue que las de más alta frecuencia dificultaron mucho la tarea. Registraron además, las diferencias cualitativas entre las trayectorias que seguían los sujetos durante 30 segundos: aquellos que lograban localizar la fuente precisa y rápidamente eran capaces de corregir el rumbo en caso de equivocación y dirigirse directamente a la misma. Los que no lograban cumplir con la tarea describían una trayectoria errática y confusa.
Hughes (2001) evaluó en cuatro experimentos complementarios la utilidad potencial de un sonar aéreo (Kaspa) para proveer información efectiva en 3D de diversas disposiciones espaciales en recintos grandes. El participante con visión normal ocluida y utilizando el dispositivo (sin ninguna experiencia previa en experimentos de este tipo y sin ningún acceso visual previo de las disposiciones espaciales) debía aproximarse, explorar y luego categorizar en pasable o impasable las aberturas creadas entre dos paredes - panel alineados (experimentos 1 y 2) y no alineados (experimento 3). Los paneles fueron separados por aberturas tan pequeñas como 0.05 m y tan grandes como 1.05 m. Se evaluó el rendimiento para: diferentes posiciones de los paneles (fijas y variables), diferentes ángulos de aproximación a la apertura (ortogonales y oblicuos) y diferentes distancias y orientaciones de los paneles. Los participantes evidenciaron una inmediata habilidad para usar la información contenida en los ecos estructurados generados por el sonar, aunque la posición y el ángulo de aproximación afectaron el rendimiento de los mismos. Los datos confirmaron la inmediata utilidad de la información ecoica y resaltaron el rol fundamental del movimiento activo (exploración) en el aprendizaje perceptual. Además, realizaron análisis espectrográficos para identificar la información acústica potencial contenida en las señales utilizadas.
En el marco de esta línea de investigación, se llevaron a cabo varias pruebas auditivas agrupadas en dos etapas e implementadas con el propósito específico de estudiar los dos mecanismos psicoacústicos supuestamente involucrados en la ecolocación, mencionados al comienzo: la altura tonal de la repetición (primera etapa) y el efecto precedente (segunda etapa). Todas las pruebas, cuyos estímulos sonoros se conformaron con estímulos estándares y estímulos de ecolocación, fueron diseñadas especialmente para simular condiciones acústicas involucradas en la modalidad de ecolocación a distancias cercanas. Participaron sujetos ciegos y con visión normal en las diferentes pruebas. Los principales resultados tomados en su conjunto, indicaron que:

a.- los sujetos percibieron efectivamente la altura tonal de la repetición cuando se los estimuló con señales de ecolocación, las señales ruido fueron más efectivas que los clicks y el retardo de 5 milisegundos produjo mejor rendimiento que el retardo de 2 milisegundos (Arias & Ramos, 1997);

b.- se demostró la existencia del efecto precedente en tanto fusión y dominancia de la señal líder;

c.- se comprobó que es posible extraer información direccional del sonido retardado, aún cuando esta tarea es más difícil que la anterior;

d.- ambos fenómenos en conjunto estarían disponibles para una serie de situaciones de ecolocación (Arias, 2008) y

e.- se obtuvo evidencia de un mejor rendimiento de los participantes ciegos con buena habilidad de ecolocación (especialmente en las condiciones experimentales más difíciles que guardan estrecha relación con esta habilidad).

Lo anterior apunta a favor de la hipótesis del aprendizaje implícito y acuerda con muy recientes estudios que evalúan personas ciegas con avanzadas técnicas de neuroimagen (Arias, 2009b; Arias & Ortiz Skarp, 2009).

Fin de década

Recientes investigaciones de neuroimágenes dan cuenta del fenómeno de reclutamiento del córtex occipital (implicado en la visión) en personas con ceguera congénita cuando realizan tareas no visuales (háptica y/o auditiva). O sea que la corteza visual, privada de sus inputs específicos, comienza a responder a la información táctil y/o auditiva; en otras palabras, el cerebro refuncionaliza áreas que habitualmente están asociadas a funciones visuales (Merabet, Pitskel, Amedi & Pascual-Leone, 2008).
El concepto de multimodalidad perceptual además, está cobrando cada vez más presencia en la literatura científica actual. Así, se alude a la visión, audición y tacto como sistemas espaciales que por ello pueden sustituirse entre sí. Es decir que la información no-visual puede sustituir a la información visual en el control de algunas tareas con significado funcional para el individuo (Loomis & Klatzky, 2008; Vanlierde, Renier& De Volder, 2008). En esta dirección se sostiene que el entrenamiento y la experiencia tienen un rol clave en caso de privación sensorial, esto es, por ejemplo es posible aprender (vía aprendizaje implícito o sistemático) a atender y procesar información útil para desempeñarse eficientemente en la vida cotidiana sin visión (Arias, 2009; Emerson & Ashmead, 2008).
En el marco de esta línea de investigación, se están llevando a cabo estudios en tres áreas temáticas de candente actualidad:

1.- La dimensión evolutiva de fenómenos auditivos particulares (altura tonal de la repetición y efecto precedente) y sus implicaciones en el desarrollo de la habilidad de ecolocación en infantes ciegos y con visión normal. Se diseñaron e implementaron tres pruebas auditivas basadas en los escasos estudios previos disponibles realizados con niños con visión normal en condiciones potencialmente favorables para los niños ciegos, esto es sin utilizar claves visuales o en la oscuridad. La primera prueba implicó una tarea de localización de sonidos directos con la técnica de asir objetos sonoros en la oscuridad. La segunda evaluó la habilidad para localizar sonidos reflejados bajo condición de efecto precedente con la técnica de estimación del mínimo ángulo audible, MAA. La tercera prueba estimó la percepción de la altura tonal de la repetición.
Los resultados obtenidos con los bebés con visión normal acordaron con estudios previos: se observó el efecto de la edad sobre el rendimiento; ya a los 6 meses los infantes, guiándose sólo con información auditiva, fueron capaces de discriminar si un juguete sonoro se encontraba cerca o lejos y de diferenciar ensayos con estímulos de altura tonal de la repetición de los ensayos sin este tipo de estímulos; a todos los infantes les resultó más fácil localizar sonidos directos que reflejados y dentro de estos últimos, el rendimiento más bajo fue en la condición más difícil del efecto precedente (esto es, discriminar cambios en la posición del sonido retardado). Por su parte, los niños ciegos tuvieron un rendimiento similar al de los niños con visión normal en las condiciones más fáciles, pero su desempeño fue superior en la condición más difícil mencionada que guarda estrecha relación con la ecolocación. Estos resultados apuntan en la misma dirección que los reportados en otros trabajos realizados con adultos ciegos (Hüg & Arias, 2009; Hüg, Bermejo et al., 2008; Hüg, Scabuzzo et al., 2008; Hüg, Tommasini, Barrera, Ortiz Skarp & Arias, 2009).

2.- Aspectos dinámicos de la audición espacial y la ecolocación1.Se están caracterizando los movimientos de cabeza que realizan participantes adultos con y sin discapacidad sensorial (ceguera o sordera profunda unilateral), en tres pruebas auditivas: localización de sonidos directos, localización de sonidos reflejados y prueba de ecolocación. Además se realizaron estudios que incursionaron en el área del aprendizaje perceptual, evaluando adultos sin discapacidad sensorial, con y sin entrenamiento en audición espacial, en las pruebas de localización de sonidos directos y de sonidos reflejados. Los resultados de las dos primeras pruebas en sujetos sin discapacidad sensorial tomados en conjunto acordaron con estudios previos y son los siguientes:
a.- La tarea de girar la cabeza para enfrentar la fuente arroja similares resultados a los obtenidos en estudios estáticos de localización sonora con tareas clásicas (respuesta verbal o señalamiento hacia la fuente sonora).
b.- Resultó más fácil localizar sonidos directos que sonidos reflejados y la condición de precedencia más difícil fue la de discriminación de cambios en la señal retardada.
c.- Se respalda la hipótesis de la ajustada coordinación psicomotora auditiva (oído-cabeza).
d.- Se observaron interesantes diferencias cualitativas en el patrón de movimiento de cabeza de los participantes con y sin entrenamiento en audición espacial, a favor de los primeros, en concordancia con estudios previos sobre aprendizaje implícito (Arias, Ramos, Hüg, Ortiz Skarp, Bermejo & Gómez, 2007; Arias et al., 2007; Bermejo, Gómez & Arias, 2008; Ramos et al., 2009).

3.- El abordaje de la ecolocación humana a la luz de la teoría del acoplamiento sensoriomotor y de los avances realizados en el campo de la sustitución sensorial. Se realizó una experiencia preliminar que consistió en el diseño e implementación de un juego computacional muy simple, que utiliza principios de realidad acústica virtual y de sustitución sensoriomotriz. El participante permanecía sentado en una sala acústicamente acondicionada y usaba un sensor de movimiento sujetado a una vincha colocada en la cabeza. Por consigna sabía que en algún lugar del espacio enfrente de él se presentaría al azar una de cuatro figuras geométricas virtuales (invisibles). Su tarea consistía en descubrir dónde estaba y de qué figura geométrica se trataba, para lo cual exploraba el espacio moviendo libremente su cabeza y utilizando la punta de su nariz a manera de puntero. El sistema del tipo todo o nada funcionaba de la siguiente manera: cada vez que el sensor contactaba la figura se escuchaba un leve zumbido que continuaba sonando hasta que se silenciaba cuando dejaba de contactarla. Los resultados obtenidos por participantes adultos con visión normal concuerdan con resultados previos: es posible, utilizando sonidos y sin claves visuales, identificar la posición y el tipo de una figura geométrica virtual. Ponen en evidencia, además, el fuerte impacto pedagógico potencial que tienen estas herramientas para el entrenamiento en orientación y movilidad de personas ciegas (Arias, Bermejo, Scabuzzo & Hüg, 2007; Arias, Ramos, Hüg & Bermejo, 2009).

Finalmente, en pos de promover estos nuevos abordajes dentro de esta línea de investigación, se están desarrollando nuevos proyectos íntimamente relacionados que incluyen paulatinamente a las personas ciegas. El objetivo de uno de ellos consiste en estudiar el proceso de localización y reconocimiento de objetos y la actividad exploratoria concomitante que realizan adultos y niños sin discapacidad sensorial equipados con SSSs (natural y artificial). Otro proyecto persigue estudiar estos procesos en adultos ciegos y con visión normal equipados con SSSs natural y artificial (Bermejo & Arias, 2009). Se reserva la participación de niños ciegos para estudios posteriores.

Conclusiones

La historia de las ciencias atestigua el proceso de generación de conocimientos pero también, la acumulación de sesgos que tienden a la interpretación de los fenómenos bajo estudio. La mayor parte de lo que se conoce sobre audición deviene de estudios referidos al procesamiento periférico que se realiza en el oído y bajo condiciones muy diferentes a las de la vida real. Además, la gran mayoría de los estudios de cognición auditiva han abordado temas sobre lenguaje hablado y Psicología de la Música. No hay prácticamente investigaciones sobre procesos de cognición auditiva cotidiana de sonidos no verbales, por ejemplo, el uso de claves acústicas para orientarse y caminar por una ciudad o para evaluar la identidad y significación de eventos auditivos que no se ven.
Afortunadamente, los cambios paradigmáticos producidos en Psicología y el desarrollo acelerado de las innovaciones tecnológicas están generando investigaciones más comprehensivas del funcionamiento auditivo. De esta manera, los avances en ciencias de la computación, ambientes virtuales, Neurofisiología y neuroimagen, acoplados con las perspectivas que emergen de la Psicología Ecológica, están haciendo posible imbricar los trabajos psicoacústicos de niveles más bajos con las relaciones de la cupla percepción - acción y la cognición auditiva de niveles más altos (Neuhoff, 2004). Es de destacar el cuerpo de conocimientos generado en el área de la neurociencia cortical, en continuo crecimiento, que demuestra que la corteza sensorial se reorganiza constante y dinámicamente en respuesta a la experiencia y a la demanda de las tareas sensoriales, para lograr la optimización en la aprehensión de estímulos, con particular significado comportamental para el individuo (Middlebrooks, 2003).
Los recientes enfoques de la cognición corporizada (especialmente el enfoque del acoplamiento sensoriomotor y la perspectiva enactiva) afirman que no es posible la percepción sin acción. Se apoyan en la evidencia que surge del desempeño cotidiano y en experimentos realizados en el campo de la sustitución sensorial y la plasticidad cerebral. Consideran que el acto perceptivo es una consecuencia en acción del acoplamiento estructural entre el organismo en busca de significados con el ambiente (Maturana & Varela, 1996; Varela, Thompson & Rosch, 1991). El papel esencial de la acción en la estructuración progresiva de los perceptos sugiere fuertemente que lo que se percibe no son invariantes sensoriales, sino más bien invariantes de ciclos sensoriomotores inseparables de la actividad exploratoria que realiza el sujeto. Precisamente es a partir de ella que el sujeto busca y construye reglas que expresan el acoplamiento constante que se da entre la acción que realiza y el cambio subsecuente que se produce en sus sensaciones. Por ello, la riqueza de la percepción depende tanto de las cualidades de la acción como de las cualidades de la sensación (Lenay, Gapenne, Hanneton, Marque & Genouëlle, 2003).
La ecolocación humana es una habilidad relacionada con la localización de sonidos reflejados que se enmarca en el área de la cognición auditiva de sonidos no verbales.
Implica autoproducir sonidos con el propósito específico de generar información ecoica para localizar y reconocer objetos que no se ven. Esto resulta crucial para el logro de la movilidad independiente de la persona ciega y es uno de los aspectos que más afecta la ceguera.
En este artículo se expusieron las principales consideraciones teóricas implicadas en la ecolocación, su contextualización en el marco de la ciencia cognitiva corporizada y un recorrido histórico del estudio científico de esta sorprendente habilidad que refleja los cambios paradigmáticos ocurridos en el devenir científico. En este sentido, las conceptualizaciones históricas de la ecolocación resultan especialmente ejemplificadoras: desde considerarla un fenómeno paranormal, un sexto sentido (Romains, 1924), hasta tratarla como una habilidad genuina e inexplotada que puede utilizarse habitualmente, aunque de manera inconsciente, por personas con y sin discapacidad visual (Stoffregen & Pittenger, 1995). Así, la ecolocación toma protagonismo como ejemplo de fenómeno que para ser comprendido requiere un abordaje extendido y unificado por sobre el tradicional estudio por separado de habilidades cognitivas, perceptuales y conductuales.
Por su parte, la producción científica de esta línea argentina de investigación en ecolocación humana, sostenida ininterrumpidamente durante tres décadas, también refleja una evolución desde paradigmas psicoacústicos hacia perspectivas ecológicas y cognitivas de la audición. Dos enfoques particulares han enriquecido el abordaje de este objeto de estudio, dentro de esta línea de investigación: el acoplamiento sensoriomotor y la sustitución sensorial. Desde el primero, de acuerdo con Stoffregen y Pittenger (1995), se ha considerado a la ecolocación como una conducta de lazo cerrado, donde el sujeto modula la acción para controlar la percepción. El aspecto motor del acoplamiento está dado por los movimientos exploratorios realizados con la cabeza y por la generación de sonidos propios para obtener información ecoica mientras que el aspecto sensorial, por los perceptos tonales y espaciales aprendidos posiblemente como gestalts auditivas (Arias, 2008; Neuweiler, 1990). Desde el segundo enfoque, en acuerdo con Bach-y-Rita y Kercel (2003), se ha considerado a la ecolocación como un sistema de sustitución natural, del tipo ver con los oídos con el que viene equipado el ser humano. El dispositivo que transforma la información sensorial es precisamente el SNC a través de una extraordinaria capacidad para reorganizarse en función de demandas funcionales.
La persona ciega con buena habilidad de ecolocación se convierte en un excelente modelo experimental para estudiar aspectos comportamentales y neurofisiológicos involucrados en el aprendizaje implícito. Dos ejemplos encomiables ilustran lo expuesto: como se mencionó, en Estados Unidos, Kish, ciego desde el año de edad, en su calidad de doble experto en el área de la ecolocación humana ha creado el primer programa sistemático y comprensivo para el entrenamiento avanzado en ecolocación destinado a la persona ciega. La persona ciega, luego de un sostenido y sistemático entrenamiento, logra realizar tareas tan complejas como manejar una bicicleta de montaña (con dispositivo sonoro en las ruedas), patinar o realizar travesías solitarias en ambientes desolados (Kish, 1995, 2003). En Argentina, los Murciélagos (el equipo de fútbol para ciegos más conocido del mundo, que se formó a fines de 1991) se coronaron dos veces campeones y dos, subcampeones mundiales (Mundial 2002 y 2006; 1998 y 2000, respectivamente); medalla de plata y bronce en Juegos Paraolímpicos (subcampeón en Atenas 2004 y tercer puesto en Beijing 2008); dos veces campeones, tres veces subcampeones y un tercer lugar en la Copa América (1999 y 2005; 1997, 2001 y 2009; 2003, respectivamente).
Permanecen aún desconocidas las razones por las cuales algunas personas ciegas pueden alcanzar tal nivel de eficiencia (independientemente, por ejemplo, de si la ceguera es congénita o tardía) mientras que otras se muestran muy dependientes de un guía visual a lo largo de toda la vida. Se han descripto grandes diferencias individuales en las habilidades auditivas espaciales de personas con visión y audición normales, que tampoco pueden explicarse todavía (Kidd, Watson & Gygi, 2007). Tal vez éstas constituyan uno de los factores de mayor peso en el panorama multicausal del comportamiento humano, que puedan dar cuenta de las mencionadas diferencias en la habilidad de ecolocación de las personas ciegas.
De cualquier manera, se reafirman dos convencimientos que guiaron la labor científica de esta línea de investigación desde sus comienzos (Arias, 2009a): (1) el aprendizaje de habilidades propias e inexplotadas (subordinando siempre el uso de la tecnología a tal fin) es el camino más prometedor y el que más garantías ofrece y (2) los paradigmas de la cognición corporizada y el renovado abordaje interdisciplinario constituyen la única perspectiva válida para el estudio integral de la ecolocación humana.

1 Este estudio forma parte del proyecto Movimientos de cabeza en la localización de sonidos y ecolocación humana (PIP CONICET Nº 5753), Directora: C. Arias y CoDirector: O. Ramos.

Agradecimientos: La primera autora dedica esta publicación y agradece a Ken Stuckey, ex-Bibliotecario de la Perkins School for the Blind, los artículos sobre ecolocación humana que él envió sin cargo y que resultaron imprescindibles y de una incuestionable utilidad en la génesis de esta línea de investigación y del presente artículo.
Los autores agradecen a los referencistas anónimos los valiosos comentarios realizados sobre las primeras versiones del manuscrito.

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Centro de Investigación y Transferencia en Acústica (CINTRA)
Facultad Regional Córdoba
Universidad Tecnológica Nacional (UTN)
Unidad Asociada al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Córdoba - República Argentina
Fecha de recepción: 29 de diciembre de 2009
Fecha de aceptación: 28 de abril de 2010

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